Los nombres de los personajes que utilizo en esta historia; no son de mi pertenencia sino de RUMIKO TAKAHASHI. La historia si es mía y queda prohibida su copia total o parcial.


LOVE SONG

Capítulo 13


De toda la banda, Sara, era quien en especial, disfrutaba escuchar halagos de sus fans y levantar su ego con sus comentarios, pues más que tomarlo con agradecimiento, para ella, recibir todo eso, era necesario. Reconocía su talento y el de sus compañeros, por lo tanto, escuchar alabanzas del público, era lo menos que podían hacer por ellos. Está claro que su actitud para con sus fans no era lo que realmente pensaba, pues era buena para aparentar su verdadera personalidad, llegando a ser considerada una chica encantadora y amable con todo aquel que se le acercara.

Algo que se le debía reconocer, según Bankotsu, era su postura para con Sesshomaru y las chicas que lo halagaban, pues al ser una chica dominante y posesiva, actuar como si no le importara, era algo increíble. Pero, lo cierto es que, realmente no le importaba.

La chica lo sabía, así como era consciente de su incomparable talento, también lo era de su belleza, por lo que, sabía que preocuparse por chicas que ni en lo más mínimo le llegaban a los talones, era una pérdida de tiempo. Así que, ignorar por completo a esas locas fans de Sesshomaru, era más que sencillo. No obstante, no significaba que no estuviera al pendiente de lo que él hacía o lo que sucedía, al fin, en su mente, ese hombre le pertenecía.

Por lo que, inmediatamente se percató de cómo es que después de que Inuyasha se fue, Sesshomaru, hizo lo mismo.

- ¿Qué sucede? – preguntó la chica, acercándose a Bankotsu. - ¿A dónde van?

- ¿Quiénes? – pronunció fingiendo desinterés. Sara, lo observó molesta. Justo después, Bankotsu, sonrió. – Sara, no estoy al pendiente de lo que hacen esos dos, ¿Sabes?

- Lo sé. Pero se supone que estaríamos aquí, juntos, ¿Por qué se fueron tan pronto?

- Quizás Inuyasha se fue con la chica en turno – suspiró, pues tanto él como su amiga, habían estado al tanto de lo sucedido con el menor de los hermanos y Sango en aquel concierto, así como con las otras chicas de conciertos pasados. - Y Sesshomaru… - añadió - Sabes que no es muy sociable. Quizá se fue porque hacer esto no le agrada.

Sara lo dudó por un segundo, si, conocía a Sesshomaru, pero nunca antes lo había visto molestarse por atender a sus fans, en realidad, creía que era de las pocas cosas que le gustaba hacer. Sin embargo, si Bankotsu lo mencionaba no debía ser mentira, pues a pesar de todo, era el amigo en quien más confiaba, así que, si él lo decía, debía ser verdad. De cualquier forma, hasta el momento, no había visto a Rin por ningún lado, así que, confiaba en que justo después de terminar con sus fans, nadie, le impediría ir hasta Sesshomaru para poder pasar esa velada romántica que había planeado.

Desafortunadamente, sus planes, no saldrían como ella lo quería.

Ya casi habían terminado de atender a todas las chicas y muchachos que se habían acercado a conocerlos. Estaban con los últimos de la gran multitud, así que, después de agradecer, sonreír e incluso de tomarse algunas fotos, Sara y Bankotsu, por fin quedaron libres.

Bankotsu, que había visto y vivido todo el drama de Sesshomaru, Rin e Inuyasha, aún se mantenía al tanto de lo que llegara a suceder. Por lo que, después de ver, cómo Inuyasha había pasado por detrás del escenario con el rostro escondido, supo que todo había salido como imaginó. Y es que, no habría podido ser diferente, Rin, se sentía atraída por Sesshomaru y más que eso, podía jurar que incluso, tenía sentimientos por él. Es por eso que, pensar en otro resultado, era algo vano.

Pero en fin, sin tomarles más importancia, volteo sus ojos a Sara.

- ¿Dónde está Sesshomaru? – cuestionó curiosa, buscando con los ojos, al joven de cabello plateado. Pero su amigo, no respondió. – Se dirigió al departamento, ¿Verdad? Entonces… - pronunció, con la intención de caminar hacia allá, sin embargo, el moreno, la detuvo.

- ¡Espera! – dijo, tomándola del brazo. – No creo que siga ahí… – adelantó, con la plena intención de no solo impedir que Sara interrumpiera a su amigo y a Rin, sino porque al igual que todos, él también, tenía sus propios planes.

- ¿Cómo lo sabes? – indagó confundida.

- Porque lo vi salir de ahí, solo que… lo perdí de vista. Hay mucha gente. Pero, si quieres, te acompaño a buscarlo. – propuso, después de suspirar.

- ¡No! No hace falta – pronunció molesta soltándose de la mano de Bankotsu. Pero este, sin inquietarse, comenzó a reír.

- Hey, vamos Sara, no te molestes, ¿Por qué no me cuentas a quien te encontraste? – indujo.

- ¿Qué?

- Cuando llegaste del tocador, nos dijiste que te habías encontrado a alguien y, venías muy emocionada. ¿De quién se trata?

- No voy a decirte. – respondió volteando la cabeza. – Esa noticia es para "todos" – enfatizó, aunque realmente, si había alguien a quien se lo diría primero, sería a Sesshomaru.

- Por favor… soy yo – indicó, observando a la chica. – Prometo que me haré el sorprendido cuando lo vuelvas a decir con todos presentes. – Sara dirigió sus ojos a él. Lo sabía, su amigo era bueno para guardar secretos, pero además de eso, independientemente de sus sentimientos Por Sesshomaru, Bankotsu, era su mejor amigo, así que, podía confiar totalmente en él. Igualmente, ¿Cómo podía decirle que no?

- Está bien… - suspiró resignada, girando los ojos. Después, le sonrió. – ¡Me encontré con Sango!

- ¿Sango? – repitió el joven, levantando una ceja.

- Si, la chica que nos contrató.

- Sé quién es, Sara, pero…

- Ya sé que ella no es lo importante Bankotsu. Pero si, lo que me dijo. – indicó. Y Bankotsu, enfocó su atención en ella. – Su padre, el dueño de esta mansión, vio nuestro concierto junto con sus amigos millonarios y, ¡les gustó nuestro show! Lo suficiente, que el señor junto con sus amigos, ¡quiere reunirse con nosotros! – exaltó emocionada.

- ¿Qué? ¿De verdad? – cuestionó el joven, lleno de alegría.

- ¡Si! ¡Si! Sango me lo dijo. De hecho, su padre la envió a buscarnos…

- ¡Increíble! – adelantó él. - Pero… si la envió a buscarnos, ¿No deberíamos ir a reunirnos con el señor y sus amigos?

- No, no, tranquilo. Sango me dijo que hoy no, su padre le dio su tarjeta para dárnosla y dijo que mañana sin falta debemos comunicarnos con él. Esta noche, es la fiesta de su hija, así que no atenderá a nadie. – explicó.

- Ya veo…

- ¿No es increíble? ¡Les dije que hoy se abriría una puerta de posibilidades! Sabía que después de este concierto, se vendrían cosas increíbles.

- ¡Estoy de acuerdo! Reunirnos con todos esos empresarios, nos llevará a otro nivel.

- ¡Exacto! – afirmó sonriente y después de compartirse una mirada llena de emoción, los dos jóvenes, se abrazaron. - ¡Estoy muy emocionada, Bankotsu! – dijo la chica, entre los brazos de su amigo.

Bankotsu por su parte, dejando de lado la emoción de lo que era una gran oportunidad, no pudo evitar enfocarse solamente en las sensaciones. Pues Sara, la chica de quien estaba enamorado, se aferraba a sus brazos. El joven, pasó saliva y disfrutando del dulce aroma de su cabello, cerró los ojos.

- Lo se… - dijo en un susurro, sin poder contenerse y quizá, ese fue su error, pues al ínstate, Sara se percató de lo que sucedía. Se apartó de él, y aun con sus brazos entre lazados, lo observó inquieta.

Debía admitirlo, algo había en Bankotsu, que, cada vez que lo abrazaba, llenaba su cuerpo de una infinita tranquilidad. Sabía que era un buen amigo y que siempre la protegería, es por eso que, cuando la veía de esa manera, no podía evitar sentirse asustada. ¿Por qué? Porque ella misma se lo había prometido. No sentiría nada por Bankotsu. Nada, solo amistad.

Si, lo aceptaba, era un hombre muy apuesto y sumamente encantador, pero… realmente, no era la clase de hombre con el que ella solía salir, no era lo suficientemente apuesto como para estar con ella, es por eso que, desde hace mucho tiempo, eliminar todo sentimiento fuera de su amistad, había sido lo mejor. Afortunadamente, había llegado Sesshomaru para ayudarla a enfocarse solamente en él. Aun así, había momentos como ese, en donde debía volver a huir.

Así que, desviando la mirada, se apartó bruscamente de él.

- ¿Qué estás haciendo? – cuestionó molesta, intentando despistarse. – Esto solo fue un abrazo de emoción Bankotsu. Nada más… - afirmó arrogante.

- Lo se… ¿de qué hablas? – intentó preguntar, pero la chica, lo interrumpió.

- ¿Sabes qué? ¡Olvídalo! No debí decirte nada. Me voy, iré a buscar a Sesshomaru. – y dando media vuelta, se marchó.

Mientras que el joven, pasando saliva, soltó un suspiro. Llevó una de sus manos a su cabello y después de hacerlo para atrás, maldijo por debajo. Lo sabía, ya no podía controlarse, pero también sabía que si continuaba así, la perdería por completo.

Frustrado y lleno de decepción, decidió no seguirla. Segundos después, él también, se fue de ahí.

Mientras caminaba sin rumbo por el jardín, por fin, llegó hasta un lugar tranquilo, apartado de todas esas personas y el ruido de la música. Y así, con ayuda de esa tranquilidad, pudo retomar su compostura. Pero quizás, creer que ese lugar sería el mejor para pensar, fue su error, pues no tardó en percatarse que ya había alguien más ahí. Y cuando quiso asegurarse de ver de quien se trataba, la voz de su amigo, apareció.

- ¿Y qué fue lo que te pasó a ti? – cuestionó Inuyasha, después de exhalar el humo de su boca. Bankotsu, se acercó a él.

- ¿A mí? Yo debería hacerte esa pregunta. - comentó, sacando también su cajetilla de cigarros. - Te vez deprimido, ¿Pasó algo malo? – preguntó, después de dar la primera fumada.

- No finjas que no sabes lo que pasó Bankotsu. – adelantó Inuyasha con desagrado. – Sabes bien que si estoy aquí, es porque ella me rechazó.

- Lo siento… - dijo el joven, aceptando las palabras de su amigo, pero también, en manera de apoyo.

- De alguna forma, ya lo esperaba. – confesó Inuyasha. – Lo supe desde que vi la manera en cómo se miraban pero… aun así, quise intentarlo.

- ¿Por qué? – indagó curioso.

- No lo sé, tal vez porque… quise creer que una chica como ella, se había interesado en mí. – Bankotsu, levantó una ceja.

- ¿Una chica como ella? – dudó.

- Si, ya sabes… siempre suelo atraer a… la clase de chicas que, solo buscan algo casual. – soltó sincero. Su amigo, lo observó incrédulo, ¿De qué demonios estaba hablando? ¿Entonces, que sucedía con…?

- ¿Y Kagome? – mencionó desconcertado.

- ¿Kagome? – repitió confundido. - ¿Qué tiene que ver Kagome?

El joven no dijo nada por unos segundos, pero no porque no tuviera nada que decir, sino porque no podía entenderlo, ¿Realmente Inuyasha, no se daba cuenta de lo que sucedía? ¡Estaba más que claro! Entre Inuyasha y Kagome existía más que una buena amistad. Entre ellos, había química, atracción y más que eso, una genuina conexión, ¿Cómo es que no podía verlo? – se preguntó el moreno.

Pero entonces, recordando algo importante, el joven, lo consideró.

Si, tal vez… se debía a eso.

Bankotsu lo sabía, su amigo, solía comportarse como un mujeriego irremediable, pero… realmente, no lo hacía por diversión o por burlarse de las chicas, sino que, era su manera de desviar todos aquellos vacíos que lo invadía. Si, el tipo era atractivo y siempre llamaba la atención de las mujeres, pero también, era cierto que; cuando Inuyasha ponía sus ojos en una chica en especial, esta, siempre terminaba, o traicionándolo u olvidando que alguna vez, sintió atracción alguna por él.

Quizá nunca lo mencionó, pero en su momento, fue claro, al menor de los hermanos, le dolía e incluso, sufría por cada desaire que continuamente le hacían. Tal vez, su error era ilusionarse tan rápido. Y es que, Inuyasha no era lo que aparentaba; un tipo desinteresado, e indiferente al romance, sino todo lo contrario. Sin embargo, ese pasado repleto de decepciones y desalientos lo habían hecho tomar esa nueva personalidad. Y aunque personalmente, no le gustaba, aceptaba las decisiones de su amigo, porque, si actuar así, era su manera de evitar salir lastimado, no podía juzgarlo. De cualquier forma, cada persona, elegía su manera de ser sanado. Al final, no perjudicaba a nadie.

No obstante, esto último lo pasarían por alto.

Es así que, con respecto a Kagome y que claramente tenía sentimientos por Inuyasha pero que este no lo supiera, ocasionó en Bankotsu un poco de empatía. Aun así, no se quedaría del todo conforme. ¡Claro! Entendía los traumas de su amigo pero… eso no significaba que lo dejaría permanecer con los ojos cerrados. No, no se lo diría, pero al menos, intentaría ayudarlo a percatarse él mismo de lo que pasaba.

Tenía frente a él, a una chica hermosa y encantadora que, más que sentirle atracción, tenía sentimientos por él. No podía permitir que su amigo, continuara así.

Por lo que, después de soltar un suspiro, lo primero que decidió hacer, fue, reunir un poco más de información.

- Bueno eh, ¿No se supone que ustedes, tienen algo? – cuestionó, e Inuyasha, al escucharlo, no pudo evitar sorprenderse, pues Rin, le había insinuado lo mismo.

- Pero… ¿Por qué crees eso?

- Pues… siempre están juntos, sonriendo y charlando. Por eso, creí que ella era la chica que te interesaba. Así que… cuando dijiste que se trataba de Rin, me sorprendí mucho. – comentó sincero. Por otro lado, Inuyasha, frunció el ceño. No porque le hubiera molestado, sino porque todo eso, le parecía muy extraño. Por lo que, después de soltar un suspiro, confesó su verdadero pensar.

- No podría ser Kagome… - susurró, volteando el rostro. Bankotsu, se sorprendió.

- ¿A qué te refieres?

- Es que… Kagome, es… ya sabes… increíble… - soltó y aunque quizá, para él fue claro, para su amigo, no.

- Amigo… no te estoy entendiendo, ¿qué es lo que…? – pero Inuyasha, lo interrumpió.

- ¡Ella es increíble! ¿De acuerdo? – exaltó. – Ella es… exactamente la clase de chica que me gusta. – suspiró. – Es… hermosa, divertida, alegre, sincera. Es la clase de chica con la que puedes hablar de cualquier cosa, no importa si ella no conoce ese tema. Pero también, es la clase de chica que… gracias a su belleza, consigue lo que quiere y a quien quiere...

Bankotsu, no dijo nada. Ahora lo entendía todo. Inuyasha… se sentía intimidado por Kagome. Temía que ella, también le rompiera el corazón. Es por eso que, sus ojos se habían cegado a ver que ella, realmente le tenía sentimientos.

- Entonces, eso significa que Rin…

- Ella es la clase de chica que toma todo en serio. Sí, es divertida y encantadora pero, su personalidad es más seria, más enfocada. Es por eso que… creí que, si había existido una atracción entre ella y yo, tendría la posibilidad de estar con una chica que, no huyera de mí. Además… - añadió. – Es hermosa…

- Si, lo es… - suspiró. – Pero… Kagome también lo es.

- Si, lo es… - sonrió. Y tras un breve silencio, Bankotsu, añadió.

- ¡Vaya! Nunca creí que me dirías todo esto. Se nota que ya estás muy ebrio. – burló e Inuyasha, se soltó a reír.

- Si, parece que si… - aceptó tomando su cabeza. Y después de reír, ambos amigos, ya no dijeron nada.

Pasado un tiempo, fue Bankotsu, quién tomó la palabra.

- Sabes amigo… con respecto a lo que me dijiste…

- ¡No! – interrumpió. – No quiero escucharte… En realidad, preferiría que lo olvidaras.

- Tranquilo. – adelantó. – Prometo que lo olvidaré, pero… primero escúchame. – y aunque Inuyasha se volvió a anegar, finalmente, aceptó escuchar lo que su amigo, tendría para decirle. - ¿Sabes? Creer que todas las personas son iguales, puede causar que nosotros mismos nos estanquemos. Me refiero a que, siempre hay una excepción, pero… si te niegas a creerlo, aunque la tengas frente a ti, no podrás verla. – dijo, pero al contrario de como imaginó que reaccionaría su amigo, Inuyasha exclamó un confundido:

- ¡¿Qué?!

- Que, si no dejas de actuar como un imbécil. Podrías perder tu oportunidad. – dijo y girando los ojos, dio media vuelta, para retirarse de ahí.

Inuyasha por su parte, aunque aún se sentía mareado por el alcohol, las palabras de su amigo, no desaparecieron de su mente. Si, continuaba sin haber entendido a que se refería pero, algo hubo en sus palabras que le ocasionaron, dejar la botella, apagar ese cigarrillo y volver a adentrarse a la fiesta.

Por un par de minutos, caminó sin rumbo, solo viendo a personas pasar hasta que llegó a un punto donde frente a sus ojos, a lo lejos, pudo distinguir la bella imagen de Kagome. La chica, se encontraba de pie, dándole la espalda a la fiesta, y lo más sorprendente es que; estaba sola. Es así que, como si algo lo hubiera atraído con gran fuerza, se dirigió a ella.


Comentarios de la Autora.

¡Hola a todas! Espero que estén bien y ¡Felices Pascuas!

Como sabrán, me atrasé un poco con mis Fnfics por algunos problemitas que tuve, sin embargo, ya todo está muchísimo mejor, por lo que, ya podre enfocarme más tiempo en continuar con el ritmo que ya tenía. Eso incluye volver a trabajar en "Toma mi Mano" así que, esperen próximo capítulo, pronto.

Por el momento, espero que hayan disfrutado de este capítulo y que puedan comentarme su opinión. Muchas gracias por su apoyo, les mando un fuerte abrazo.