Harry Potter: Una lectura distinta, vol. 8
Por edwinguerrave
Copyright © J.K. Rowling, 1999-2008
El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como de todos los símbolos y elementos relacionados, para su adaptación cinematográfica, son propiedad de Warner Bros, 2000.
Algunos capítulos incluyen extractos de los "fan fic" 'Harry Potter y la Orden del Fénix', © "Daniela Linx", y 'Harry Potter y el Círculo Secreto', © "jesterdead".
La Frontera Final (1)
Capítulo 17: Nosotros, que no somos como los Otros (2)
—Definitivamente —sonrió Dil, mientras Roxanne dejaba el pergamino en el atril—, conversar en esos momentos con ustedes se convirtió en una especie de catarsis, me permitió deslastrarme de mucho de eso que emocionalmente llevaba encima.
—Me alegra que hayamos podido ayudarte —comentó Harry, a la vez que Ginny, Ron y Hermione asentían en silencio.
—Me gustaría saber como estuvo papá en sus primeros días como profesor —dijo Alisu, moviéndose emocionada.
—Bueno —aclaró Neville, acariciando el rostro de su hija mayor—, no como profesor, sino como "asistente docente".
—Igual, papá —replicó Alisu, provocando algunas risas, especialmente de parte de Seamus, quien ya tenía en sus manos el pergamino con el nuevo capítulo.
—Bueno —comentó al ver el título del capítulo—, siempre he pensado eso, que Nosotros, que no somos como los Otros, vivimos muchas aventuras en esos tiempos.
—¿Por qué dices eso, papá? —preguntó Amelia, interesada.
—Quizás porque en nuestra época —respondió en su lugar Arthur—, no teníamos a nadie con la actitud de Ustedes-saben-quien —Harry negó en silencio, aunque Ginny le tomara de la mano—, por lo que nuestras aventuras eran más "simples", por decirlo así: quien hacía bien un hechizo o marcaba el punto más espectacular en el juego de quidditch, cuando alguien de Slytherin hechizaba a un Gryffindor o viceversa; cosas usuales en el colegio.
Varios asintieron, comprendiendo lo dicho por Arthur. Seamus tomó aire antes de comenzar a leer:
La profesora Sprout los estaba esperando a la puerta del Invernadero 4, lo que sorprendió a muchos de los estudiantes, pues en ese invernadero es donde se cultivan las plantas más peligrosas y complicadas de manejar, lo que hizo decir a Hermione:
–Este año si vamos a trabajar en serio.
—¿Ah? —se oyó la voz de Lily, extrañada—. ¿Cómo es eso? No entendí.
—Fue un decir, señora Lily —respondió Hermione, apenada, especialmente con la profesora Sprout, quien se había cruzado de brazos—. Lo comenté por el hecho que en ese invernadero están la mayoría de las plantas peligrosas, como lo leyó Seamus.
—Sí —replicó Lily—, eso lo comprendo. Lo que pregunto es si ustedes no habían trabajado en serio antes.
—¡Ah, eso! —dijo Hermione, luego de una breve carcajada—. No quise decir que no estudiásemos en serio, sino que en muchas oportunidades estuvimos, al menos Harry, Ron y yo, atentos a circunstancias ajenas a los estudios.
—Las cuales se resumen en un nombre —intervino Harry—, Voldemort.
—Es comprensible entonces —comentó Dumbledore— que, ya superado ese escollo, pudieran concentrar su atención en las clases.
Varios asintieron, dando la oportunidad a Seamus de seguir leyendo.
–Buenos días, alumnos de séptimo –saludó la profesora Sprout cuando vio que los grupos de Gryffindor y Hufflepuff estaban completos (—Casi —soltó Zacharias, recibiendo un rápido Shh de parte de Padma y Naira, que causó unas risitas). Al recibir la respuesta, continuó–: Hoy comenzaremos el estudio de las plantas más interesantes, las que les permitirán obtener excelentes resultados en su ÉXTASIS…
–Ahí vamos con la presión –comentó Ron por lo bajo a Harry, quien asintió en silencio.
–Como las actividades van a ser muy complicadas para ustedes este año, necesitaré un "asistente docente", y no me equivoco al seleccionar al que considero, aparte de la señorita Granger, el mejor en la materia… Señor Longbottom, acérquese.
Neville se movió lentamente, tan colorado como el humo de su vieja Recordadora, hasta colocarse al lado de la profesora y saludar tímidamente.
En la Sala, sin embargo, los Longbotton más jóvenes iniciaron un alboroto de aplausos que hizo sonreir a Neville, a pesar de su sonrojo.
–Tranquilo, Neville –le dijo la profesora Sprout, sonriendo y sacudiendo su viejo sombrero lleno de tierra–. Tú me vas a ayudar en algunas cosas, a corregir algunas prácticas, para que te vayas acostumbrando al trabajo de profesor… Muy bien –se dirigió luego al grupo de estudiantes–, quiero que todos se coloquen sus guantes de piel de dragón, porque hoy trabajaremos con una especie muy peligrosa…
—¡Y vaya que sí lo fue! —comentó Hannah, haciendo sonreir a Seamus.
Y realmente fue así, la sesión doble de Herbología hizo sudar cántaros a los estudiantes, pues las plantas con las que trabajaron eran realmente agresivas, mucho más que las Tentáculas. Cuando terminó la hora, todos, incluyendo a Neville, estaban llenos de raspones, pegotes de tierra y excremento de dragón, y sudor, por lo que corrieron a los respectivos baños, a asearse para almorzar.
–¡Por las barbas de Merlín! –dijo Ron mientras se lavaba la cara ruidosamente–. Si eso fue con Herbología, no me imagino que nos vendrá en Defensa contra las Artes Oscuras o Transformaciones.
–Bueno –respondió Harry, sacudiendo su capa protectora y tratando de doblarla–. Ya sabíamos que este año iba a ser duro, al menos para nosotros. Después de almorzar veremos que más nos viene… Te voy a decir algo, Dil sabe, y sabe bastante, salvó a Scott y a Ernie de que su planta los ahorcara, ni siquiera Neville lo había visto venir.
Varios miraron con interés a Dil, quien sólo encogió los hombros y sonrió enigmáticamente.
–No me dio tiempo de reaccionar –respondió Neville desde uno de los cubículos–, estaba ayudando a Hannah y Susan Bones cuando oí el movimiento al lado, cuando me di vuelta, ya Dil estaba ayudándolos.
–Bueno, tienes tus intereses ahí, ¿no? –dijo Ron entre risas, lo que hizo que Neville, quien ya estaba al lado de ellos, volviera a sonrojarse.
—Eso es amooooooorrrr —soltó el coro de bromistas, provocando risas y el sonrojo en Hannah.
Cuando los chicos llegaron al comedor, ya Hermione, Dil, Parvati y algunas chicas más estaban almorzando, por lo que Harry, Ron, Neville, Seamus, Dean (con un feo corte en la barbilla, por lo que tuvo que pasar primero por la enfermería, y entró al comedor después de ser curado), y Paul Austen se ubicaron en la mesa de Gryffindor, alrededor de las chicas. Harry no pudo resistirse y le preguntó a Dil:
–Dil, ¿cómo hiciste para llegar de donde estabas trabajando con Hermione, al lado de nosotros –señalándose a sí mismo y a Ron–, hasta donde estaban Scott y Ernie, al otro lado del invernadero, tan rápido, sin tropezarte con Parvati y Lavender o enredarte con los demás?
—¡Ya va! ¡Ya va! —exclamó Frankie, sorprendido—. Eso me interesa, porque, si mal no recuerdo, ese invernadero es el que está más lleno de plantas y cosas, por lo que cuesta más moverse por él.
—Sí, Frankie —confirmó Neville—, pero recuerda que en séptimo no necesariamente entran todos los estudiantes de una casa, porque no todos cursan las mismas materias.
—Puede ser —reflexionó Frankie, aun sin convencerse. Mientras tanto, Dil los veía hacer, entre divertida y relajada.
–Ah, Harry –intentó evadir la pregunta, pero al notar que todos la veían con interés, respondió–. Todos estaban tan concentrados en evitar que sus propias plantas los atacaran que no vieron que yo ya tenía controlada la mía, y pude ir a ayudarlos… Yo ya conocía esa planta, es muy usada en la India.
–Mmmm, ok… –contestó Harry, poco convencido–. Bueno, almorcemos, porque toca Transformaciones dobles, y esta clase me dejó hambriento y cansado.
Se concentraron en almorzar, aunque Harry seguía pensando en lo que Dil le había comentado. Ginny, quien se había sentado al lado de Harry, le preguntó:
–Hola, ¿cómo les fue en la primera clase?... –pero al no recibir respuesta, se inclinó hacia Harry, notando su rostro concentrado, y le preguntó directamente–: Harry, ¿pasó algo?
–No, Ginny, fue una clase muy dura.
—Nunca has aprendido a mentirme, Harry —soltó Ginny—, y prefiero que sea así, que siempre pueda saber que eres sincero conmigo, aunque sea con los gestos.
Este comentario provocó risas y silbidos en la Sala, que Seamus cortó de golpe al retomar la lectura.
No se imaginaban que la siguiente clase, Transformaciones, iba a ser igualmente dura. La profesora Polly, a pesar de su juventud, manejaba extraordinariamente bien los hechizos de transformación, realizando una demostración de los hechizos combinados más complejos que los chicos hubieran visto jamás, incluyendo los que habían tenido clase el año anterior.
–Muchachos –comentó la profesora Polly, luego de revertir el hechizo que había convertido todas las mesas del salón en perros, los cuales le parecieron a Harry extrañamente parecidos al disfraz de animago de su difunto padrino Sirius–, ustedes serán capaces de hacer que varias cosas se transformen al mismo tiempo, sólo si ustedes se enfocan y visualizan el resultado que desean; es exactamente igual que transformar un solo objeto, pero con varios, requiere concentración y confianza en sus habilidades. Por lo pronto, y necesito la ayuda de la señorita Granger, mi "asistente docente", van a trabajar intentando transformar estos pares de ratones en zapatillas, colóquense en parejas y cada uno, en su oportunidad, intentará hacer el hechizo combinado… ¡Vamos!
—Laura fue la primera fuera de los Merodeadores y la pelirroja que supo que habíamos logrado convertirnos en animagos —comentó Sirius—, porque nos descubrió una noche que íbamos a hacerle compañía a Lunático. James se había confiado de no usar la capa al bajar de nuestra habitación, y en la Sala Común nos encontramos de frente a Laura, muy al estilo de lo que Neville intentó hacer con ustedes en primer año —señaló a Harry, Ron y Hermione—, detenerlos para que no salieran. Pero nosotros, en lugar de petrificarla —se dejaron oir algunas risitas—, le mostramos muy rápidamente cómo nos transformábamos, por si nos veía en forma animal no nos confundiera.
—Claro —intervino James—, como ella misma les dijo, fue muy cercana a nosotros, especialmente por Lily, así que a veces le dejábamos participar de nuestras bromas, sobre todo aquellas que eran más "sutiles" o "generales". Por eso se ganó el derecho de conocer antes que más nadie que habíamos logrado convertirnos en animagos.
Snape obsequiaba a James con su característica mirada cáustica, aunque no hizo ningún comentario.
Luego que cada pareja tomara una jaula con su respectivo par de ratones, se dispusieron a intentar el hechizo. Hermione y Dil lograron, cada una a su momento, convertir su par en simpáticas zapatillas de ballet; Harry, sudando nuevamente, logró convertir su par en zapatos deportivos, aunque a uno de ellos se le notaban los bigotes, mientras que Ron, en su momento, logró que sus zapatos quedaran bastante enteros, aunque con colas; Seamus, cumpliendo su característica atracción por el fuego, casi quema a los ratones, mientras que Dean estuvo a punto de ahogarlos al apagar el incendio provocado por Seamus; Lavender, quien trabajaba con Parvati, logró transformar sus ratas en zapatos de charol, aunque con áreas de gamuza, mientras que su compañera los convirtió en unas elegantes zapatillas de tacón alto. Neville, sorprendiendo a sus compañeros, logró convertir su par en unas excelentemente bien logradas zapatillas de baño, lo que le mereció una felicitación de la profesora Polly, quien les mandó como primera asignación, un análisis de metro y medio sobre la utilidad de las transformaciones combinadas.
—Buena idea —comentó la directora McGonagall—, darle indicaciones generales y que cada quien ejecutara de la mejor forma posible la tarea, considerando sus capacidades. No es el enfoque que yo manejo, pero es perfectamente válido.
—Caminos distintos que llevan al mismo destino —reflexionó Dumbledore—, lo importante es que nuestros estudiantes logren conocer los secretos del conocimiento que le compartimos.
Al salir de clase, agotados y nuevamente sudorosos, Harry comentó gravemente:
–¡Por todos los cielos! ¡Esto de verdad es magia compleja! ¿Ustedes trabajaron con esta magia? –terminó preguntando a los muchachos.
–No que yo recuerde –comentó Parvati, tratando de acomodarse su cabello, que parecía el de Hermione (explotaron las risas con esta afirmación)–. Esta es verdadera magia avanzada.
—No creo que me viera como Hermione —reclamó Parvati—, en serio.
—La verdad es que se te había revuelto mucho el cabello, Parvati —reconoció Lavender—, pero no para parecerse al de Hermione
–Los ÉXTASIS son verdaderas pruebas de conocimientos –terció Hermione, quien recibió de obsequio las zapatillas conjuradas por ella–. De verdad es magia complicada… Yo voy a Runas Antiguas, nos vemos en una hora…
–¡Cierto! –bufó Dil, quien salía corriendo en ese instante del despacho de la profesora Polly, arreglándose también la espesa mata de cabello negro–. Vamos… ¡Nos vemos en el comedor!
—Entonces sí se les revolvió el cabello —confirmó JS.
—Eso parece lo que los muggles llaman "electricidad estática" —terció Daisy—, que puede causar en muchas personas que el cabello se les vuelva rebelde o inmanejable.
Se alejaron, dejando al resto de los muchachos caminando lenta y cansadamente hacia la Sala Común, para dejar sus bolsos y reflexionar sobre lo vivido en un primer día de clases como nunca habían tenido en años anteriores, quizás sólo comparable para Harry al del quinto año, con Umbridge en Defensa contra las Artes Oscuras. Eso le hizo reflexionar sobre cómo serían las clases con Viktor Krum.
—¡Verdad! —exclamó Al—, aún no se ha visto la primera clase con Viktor Krum.
—A ver que tal les fue —comentó Hugo, sonriendo al recordar la anécdota con su nombre.
—Pero eso —dijo Seamus—, lo va a leer otro, porque yo dejo esto por acá.
—No se vale —exclamó Will, algo decepcionado.
—Son las condiciones que dispuso la Sala, y Harry, para la lectura —comentó Dumbledore con calma—, hay que aceptarlas.
—Así es —confirmó Parvati, al ver el atril delante de su asiento.
Notas al pie:
(1) Iron Maiden: "The Final Frontier" (álbum editado en 2010) © Iron Maiden Holdings
(2) Sepultura (Max Cavalera): "We who are not as Others", editado en el álbum "Chaos A.D.", de 1993 © Sepultura. Disponible en: watch?v=tcctDzy27CA
Buenas tardes desde San Diego, Venezuela! Uno de esos capítulos que merecerían unirse con el siguiente, pero que al final quedó independiente, especuialmente por el contenido, que es el como nuestros protagonistas destacan siendo, como lo proclama el título de esta canción de la banda brasileña Sepultura, "Nosotros los que no somos como los otros", por actitud, por personalidad y sobre todo por todo lo que vivieron, especialmente nuestro trío favorito. Como es normal, ususal y esperado, les agradezco toda la compañía que me han dado semana a semana con sus visitas, sus marcas de favoritos, sus alertas activadas y sus comentarios, como los que esta semana dejaron KariPM (Qué bueno que te gustó, y sí, a ver que los acompaña en estas primeras clases) y creativo (Bienvenido de regreso! Menos mal que tu sabes como son las cosas, como lo dice el resumen de "La Frontera Final": ¿Se acabaron las aventuras, problemas y riesgos? No, al menos es lo que yo espero...) Gracias por estar semana a semana conmigo, y que este comienzo de fin de año 2023 les traiga lo mejor!
