Las 100 novias qué te quieren mucho mucho mucho (solo que sin censura)

Capítulo 1 Las primeras novias

Aviso: Me eliminaron la cuenta de la otra plataforma y me da flojera volver a subir todo, así que solo estaré en esta plataforma. Estoy muy ocupado, pero de mientras les traigo algo nuevo.

En la infinidad de mundos, existen múltiples versiones de Japón, en una de esas existe un muchacho llamado Rentauro Aijou, el cual por un error del Dios del Amor estaba condenado a tener 100 almas gemelas. Sin embargo, la historia parecía estar limitada a los deseos de una editorial qué manipulaba el flujo de la historia a un toque de comedia romántica juvenil. ¿Qué pasaría si esa editorial no existiera?

Volvamos a los eventos del primer capítulo del manga y Rentauro acababa de ser rechazado por su compañera de clases de la secundaria, cuyo nombre no es revelante para la historia. En su desesperación por hablar con el estimado amigo A, este fue al templo del pueblo para pedir tener una novia y así conoció al Dios del Amor.

Todo sería igual a la línea temporal normal de la serie mensual hasta que tocó el tema de las condiciones del alma gemela.

—¡¿Cómo que esto no es el manga original?!—exclamó Rentauro reclamando al Dios del Amor.

—Este es un fanfic hecho por un seguidor del mundo original del manga y anime oficiales y canónicos—explico el dios anciano sobre ello.

—¡Entonces la historia no va a ser igual que antes! ¡¿Qué vas a hacer conmigo?!—exclamó Rentauro a mi como escritor.

—Digamos que hay un cambio de administración, esta historia será bastante "divertida"—se oyó en los cielos a una voz bastante malvada.

—¡¿Por qué usas comillas?! ¡¿Qué es lo que estas tramando?!—.

—Señor Dios del Amor, siga con su explicación sobre las almas gemelas—se oyó al escritor del fanfic.

—Gracias, al fin alguien que me respeta—agradeció el pobre kami.

—No es que te respete, sino que tus idioteces hicieron posible este desastre—.

—Hijo de tu… ejem. Como decía, normalmente las almas gemelas son un evento raro en la vida de una persona y solo hay una alma para cada persona si es que esta destinada una, pero en tu caso hubo un evento singular qué…—.

—¡Ya vi el manga, fue tu culpa que tengo 100 almas gemelas! ¡Ahora tengo que repetir la misma historia!—reclamó Rentauro irritado por esto.

—Error, no vas a repetir la misma historia. Yo mismo me voy a asegurar que no lo hagas, jajajaja—se oía la risa maligna del escritor.

—Maldito—murmuró Rentauro qué sabía que no le esperaba nada bueno.

—No es solo eso, ya sabes las condiciones de las almas gemelas. Si una es rechazada, se muere al poco tiempo porque su buena suerte de toda la vida se gasta. Pero el escritor de esta historia metió un requisito extra a las condiciones que no venia en el manga y el anime—comentó el dios nervioso.

—¿Qué cosa?—.

—Esta es una historia para mayores de 18 años, así que en esta historia deberás tener sexo con tus 100 almas gemelas poco tiempo después de conocerlas—decía este con miedo.

—¡¿Qué yo que?!—exclamó en shock el protagonista.

—¡Jajajaja!—se oía la risa malvada del escritor.

—¡¿Por qué hiciste eso?!—reclamó Rentauro al escritor.

—Sí no hacía esto, solo seria una comedia romántica. Es casi un hecho que el autor original nos dejará la escena del sexo hasta el final de la historia si tenemos mucha suerte como lectores. Así que modifiqué ese pequeño detalle a las reglas de las almas gemelas solo especialmente para ti como versión alterna del Rentauro original—explicó el escritor.

—Lo siento, son las reglas, el escritor es el que manda por cada historia—declaró el dios del amor.

—¡No puede ser!—exclamó el pobre chico todo alterado.

—Escucha la regla qué tienes que seguir. No solo es tener que conquistar a las almas gemelas, si dejas pasar mucho tiempo con alguna de ellas sin actos sexuales, se empezaran a sentir ansiosas, por lo que podría terminar muy mal—explicó de nuevo el Dios del Amor.

—¡Solo me están complicando las cosas, no quería perder la virginidad hasta terminar la prepa!—.

—Me lo vas a agradecer más luego. Ya eres un Gigachad, ahora seras un Terachad, nos vemos—se oyó irse al escritor.

—¡Vuelve acá, malnacido!—se oyó lanzar maldiciones al sujeto e intentó romper la cuarta pared pero fue detenido.

—No olvides que yo soy el escritor. Mi dominio de la realidad es mayor que el tuyo, aunque intentes escapar, la entropía del universo es escrita por mi y tu destino rico es inevitable—.

—¿Qué demonios es la entropía?—preguntó Rentauro confundido por la terminología.

—Pregúntale a Nano cuando sea tu novia—.

El pobre Rentauro estaba totalmente shockeado por lo que iba a pasar y es que nada de lo que sabía de su historia en el manga iba a ser del todo fiel. Todas eran novias perfectas, linda, amables, pero ahora tendría que lidiar con el hecho de que las tendría que desflorar para que algo malo no les pasara.

Al mes siguiente, el protagonista de la historia entraría por fin a la preparatoria y se veía nervioso porque aquí comenzarían sus problemas. ¿Qué podría cambiar solo con esa nueva regla?

Aquí debería conocer a las primeras dos novias, Hakari Hanazono y Karane Inda. El pasillo a su salón de clases sería el qué los reuniría para así comenzar esto y así pasaría. Las dos primeras novias verían a los ojos a Rentauro y el shock del amor los recorrería al mismo tiempo.

—¿Dónde están esas dos? No las veo—maldijo el chico que no más encontraba en ningún lado.

En el salón de clases Rentauro buscaba muy alerta a las dos chicas, pero se dio cuenta de un detalle muy importante. En ese sitio estaban varias de sus futuras novias: Hakari, Karane, Shizuka, Nano y Meme. ¿Debería adelantarse o tratar de ir despacio?

—¡Ten cuidado, rosadita!—exclamó una chica furiosa.

—¡No tengo la culpa de que seas una descuidada!—se oyó a otra.

—¡¿Quieres pelea?!—.

Rentauro fue a ver quienes eran y se dio cuenta de que eran Hakari Hanazono y Karane Inda. Por fin las había encontrado y las iba a confrontar para dar inicio a su aventura.

—Oigan, chicas. No deben pelear—.

—¡No te metas en esto!—reclamó Karane sin mirarlo a los ojos.

—¡Debes disculparte por tirar mis cosas!—dijo Hakari sin mirar a Rentauro.

El chico miraba qué esas dos estaban tan confrontadas qué no le ponían atención y solo se le ocurrió una cosa para sacarlas de su enemistad.

—Lo siento por eso—.

El sujeto tomó sus cabezas y acercó sus labios para que ellas se besaran de forma sorpresiva para su sorpresa y ellas se separaron aterradas.

—¡¿Por qué hiciste esto?!—reclamó Karane furiosa y sonrojada.

—¡Si, eso fue horrible!—secundó Hakari muy enojada.

En ese momento, las dos miraron a Rentauro al mismo tiempo y sintieron el shock del amor como había predicho el dios del Santuario. Sin embargo, había algo extra en ese evento y parecía que el shock no solo provocaba qué el corazón latiera por amor, sino que parecía que el extra era que una profunda excitación sexual se impregnó en sus áreas erógenas mientras que las hormonas del placer hacia qué se desencadenara una profunda tensión sexual inicial.

—¿Qué es esto? Cálmate Rentauro, debes lavarte con agua fría la cabeza, no debes ceder a la tentación—pensó el chico nervioso al sentir que algo en sus entrepierna quería salir a flote.

—Este no es el manga original, si no alivias la tensión de tus novias, algo malo va a ocurrir—se oyó la voz del escritor en la mente del prota.

—¡Ya lo sé, no me lo recuerdes a cada rato!—.

Hakari Hanazono era una chica muy voluptuosa y de un cuerpo sexual en extremo, cabello rosa y ojos verdes, la cual provenía de una familia muy poderosa en el país, se sintió flechada del chico de inmediato. De por si, ella era una chica hipersexual en potencia pero los efectos del shock la habían hecho que se pudiera mucho más horny de lo que ya era de por si y su mente se nubló al grado de que quería ponerla.

—Lo siento por eso, fue la única forma que se ocurrió para calmarlas—decía Rentauro tratando de ayudarla a levantarse.

—¡Por favor, ten sexo conmigo!—exclamó Hakari y empezó a desnudarse pero Karane la golpeó.

—¡Estúpida, estamos en el salón de clases!—reclamó la tsundere.

Rentauro notó que Karane parecía tocarse un poco la entrepierna y su rostro parecía ruborizado, por lo que el joven comenzó a sudar balas debido a que ya no sería la típica escena de conocer a la novia, darle un beso y así darle la bienvenida a la familia Rentauro.

—¿Se sienten mal? Mejor vamos a la enfermería—se ofreció este para llevarlas.

En ese instante, Karane tenía la piel muy sensible y al ser tocada por Rentauro, ella activó su mecanismo de defensa tsundere y golpeó a su alma gemela.

—¡No me toques!—.

Ella aventó al sujeto a una de las sillas donde una chica apenas se había parado, pero por buena suerte ella no resultó herida.

—¡Lo siento mucho, no fue mi intención!—dijo Karane viendo que su agresividad iba a lastimar a una chica inocente.

La chica de la silla fue a socorrer a Rentauro y ella se agachó para ayudar al joven, viéndolo a los ojos.

—Gracias, eres muy amable—sonrió este pero al verla bien a los ojos este tuvo su shock del amor.

Shizuka Yoshimoto era la dueña de esa silla y se cayó de rodillas al sentir el shock del alma, además de sentir un horrible cosquilleo bajo su falda. Ella era una chica bajita, con un hermoso físico muy infantil y de aspecto tan adorable como un animalito, con cabello desordenado de ojos azules y una pasión por los libros que nadie superaba.

—Ay no, no era lo que quería hacer—pensó Rentauro horrorizado.

En ese momento, una joven que iba entrando fue a ver que pasaba ya que sus cosas se cayeron por el estremecimiento.

—No es eficiente estar en el suelo, debes ir a la enfermería—declaró una albina de ojos rojos levantando a Rentauro.

En ese momento ambos se miraron a los ojos y Rentauro tuvo su shock del amor. El joven rápidamente la identificó como Nano Eiai, la llamada chica IA por su personalidad y extrema inteligencia. Ella sintió que algo extraño pasaba con su cuerpo y su cerebro hizo cortocircuito al sentir las hormonas de su cuerpo dispararse de golpe.

—¿Qué es esto? Mi cuerpo no me responde de manera eficiente—empezó a marearse pero fue sostenida por Rentauro.

—¿Estás bien?—.

—Debemos ir a la enfermería, parece que hay una epidemia de gripe—supuso Hakari qué eso era.

Por su parte, alguien que quería pasar desapercibida estaba ahí y era Meme Kakure qué estaba más protegida del shock del amor por su fleco grueso. Ella veía extrañada lo que pasaba, así que no quiso ir a ver por temor a que se empezara a sentir mal.

Al final, Rentauro y las 4 chicas terminaron en la enfermería, pero el joven estaba preocupado porque no planeaba ir por tantas novias al mismo tiempo debido a que no sabía que tan peligroso era el tema del sexo por el shock del amor.

—Espero que estén bien, hemos mandado a hacer unos análisis de sangre en el laboratorio de la escuela. En cuanto estén los resultados podrían irse—les avisó la enfermera.

El estudiante no sabía como abordar la conversación con las chicas y sería más difícil convencerla de andar con él.

—¡Maldito escritor! ¡En el manga original apenas pude de una a una! ¡Esto me será imposible!—se oyó mentalmente al joven el reclamo.

—Bien bien, mandare un Deux ex Machina conveniente. Ya planeaba algo para que te salgas con la tuya—admitió el escritor.

—¡Es lo menos que puedes hacer!—.

Las chicas que ignoraban todo querían empezar una conversación con Rentauro por los instintos del shock del alma gemela y a la vez su libido subía bastante. Sin embargo, fueron interrumpidos por alguien que llegaba al lugar.

—Buenos días, mis kohais. Kusuri senpai ha llegado con los resultados de sus pruebas—se oyó llegar a la que parecía ser una científica.

Ella era una hermosa y voluptuosa pelirroja con lentes negros de mirada sensual. Esta miró a los ojos a Rentauro y tuvo el shock del alma, tanto que cayó de espaldas y empezó a maldecir.

—No, no, Kusuri se enfermó. Maldición, pensé que la droga neutralizadora haría inmune a Kusuri—se levantó ella muy seria, pero sentía muchos cosquilleos.

—¿Estás bien?—se levantó Rentauro a ayudarla.

—Kusuri está bien, por ahora. Soy Kusuri Yakuzen, del tercer año y presidenta del club de química. Aunque mi especialidad son las drogas, tengo muchos conocimientos de biología y medicina—se presentó ella a todos.

—¿Espera? ¿Kusuri sabía de eso? Este debe ser el Deux ex Machina del qué habló el escritor—pensó alarmado Rentauro.

—¿Estamos resfriadas? Siento que tengo fiebre—dijo Nano esperando la respuesta.

—No, esto no es un resfrío. Es una droga experimental qué liberé por error en un descuido—.

—¿Habla en tercera persona para referirse a ella misma? ¿Acaso tiene una mente infantil?—pensaron las chicas presentes.

—Kusuri ha trabajado en una droga especial para desatar los instintos pasionales, pero no encuentro rastros de drogas en ustedes. Es extraño, tal vez este alojado en su cuerpo de otra forma y empieza a actuar poco a poco—mencionó la científica loca creyendo erróneamente su teoría.

En ese momento, Hakari empezó a quitarse la blusa por el calor de sus hormonas y Karane fue a taparla.

—¡No hagas eso, loca calenturienta!—reclamó Karane a la chica.

—Que bonitos ojos tiene, comadre—decía Hakari con la percepción de la realidad alterada.

—Uf, no puede ser. Creo que creé un afrodisíaco muy fuerte. Que horror, me siento muy caliente—jadeaba Kusuri empezando a sudar.

—Ay no, esto es malo. Muy malo—pensó Rentauro muy nervioso.

El joven pensaba en alguna forma de salir de esta y es que las chicas empezaba a ponerse tan hornys qué los iban a echar de la escuela por hacer cosas indebidas.

—¡Eso no es suficiente! ¡Estas empeorando las cosas!—reclamó Rentauro al escritor otra vez.

—Calma, ahora si viene lo chido—respondió el escritor.

En ese instante, se oyeron los gritos de los estudiantes porque hubo una explosión en el club de química y al parecer Kusuri dejó olvidado algo que hizo que los gases se extendieran a todos lados empezando a desmayar a todos.

—¡Rápido, tomen esto ahora!—les dijo la pelirroja muy apurada.

Los demás hicieron lo que ella les pidió y aunque los gases tóxicos llegaron, no les hizo efecto. Rentauro vio que todos estaban noqueados y Kusuri notó que los efectos pasarían en varias horas, por lo que era increíblemente oportuno.

—Ya no puedo más—jadeó Hakari y ella comenzó a besar salvajemente a Rentauro.

—¡Oye, no hagas eso, maldita oportunista!—reclamó Karane furiosa.

—Un beso, un beso—decía Shizuka en su mente y quería hacerlo, pero su timidez era bastante fuerte.

—Rápido a las regaderas, ahora—los llevó Kusuri a los vestidores.

—Ya entiendo, quieres que nos demos un baño de agua fría. Eso si es eficiente para los síntomas—declaró Nano aguantando apenas las ganas de aliviar la tensión.

—No, las regaderas apenas van a ayudar con esto. El virus no va a ceder hasta que hayamos hecho el mufufu—alegó Kusuri empezando a sonrojarse.

—¡¿Qué?!—exclamó Karane pero sentía que su entrepierna se mojaba más.

—¡Todos a los vestidores ahora!—.

Para fortuna de todos, nadie las estaba viendo y las chicas estaban bañándose juntas con un Rentauro todo avergonzado. Hakari ya había perdido la cordura y besaba en el cuello a su crush, mientras que Nano empezaba a tener bugs en su sistema operativo.

—Rentauro Aijou, tenemos que hacerlo ahora. Es lo más eficiente para volver a la normalidad—.

—Pero…—.

En ese momento, ella se arrodilló y empezó a lamer su miembro de tal forma que este empezó a sentir la lengua húmeda de la chica tan bien que apenas aguantaba. Shizuka estaba con los ojos abiertos y notaba que el señor elefante, como ella denominaba al miembro erecto de Rentauro, estaba palpitando.

—¡Aaaaaah!—chilló Hakari al sentir las manos de Karane en sus tetas.

—No es que no quiera salir de esto. Rentauro, tienes que calmar a esta loca ahora—le dijo la tsundere yendo duro contra la chica.

—Ella tiene razón, la única forma es sacar esa tensión de nuestro cuerpo—alegó Kusuri.

—Kusuri Yakuzen, cambio de lugar. Veo que Shizuka Yoshimoto de mi clase está nerviosa, tengo que calmarla—sugirió Nano.

—Sipi—.

Nano dejó lo suyo para ir tras Shizuka y ella sintió como es que la lengua de Nano recorría su pequeño cuerpo.

—Estas muy tensa, deja que te haga sentir bien. Estamos entre mujeres, es lo más adecuado y eficiente ahora—.

La chica abrió los ojos y sintió como es que su entrepierna era lamida por la hermosa chica y empezó a sostener su cabeza plateada mientras se retorcía del placer.

—¡Aaaaaah, Karane, no soy lesbiana, pero me gusta!—jadeaba Hakari llena de corazones en sus ojos.

—Cállate, puta—.

—Ay si, dime más cosas sucias—.

—¿Acaso eres masoquista?—.

Rentauro miraba como es que las chicas se daban placer frente a él y estaba más prendido qué antes, pero lo mejor era que Kusuri le daba una paizuru muy buena.

—¿Ya estas a punto de eyacular? Hazlo sobre los pechos de Kusuri—.

Rentauro no pudo más y su semilla cayó ante la cara y pechos de la pelirroja qué quedó manchada por la descarga blanca.

—Guau, a pesar de todo sigues duro. La droga es muy fuerte—pensaba Kusuri aun que todo era efecto de la dichosa droga.

—¡Aaaaaaaaah, Karane, ya no puedo más!—.

Hakari sintió el verdadero extasis y cayó rendida en la pared del baño, mientras que su cara tenía la mayor satisfacción posible. Por su parte, Shizuka lloraba porque se sentía tan bien que pensaba que era un fanfic erótico de su libro favorito.

—Aaaaah—solo gimió ella antes de sentir un profundo placer qué la dejó sin fuerzas.

Nano puso a Shizuka a lado de Hakari mientras las dos se abrazaban dormidas, mientras que las que aún quedaban seguían calientes.

—Oigan chicas, tengo una idea para acabar esto rápido. Espero que no tengan problemas con eso—les dijo Rentauro sabiendo que esto era inevitable.

—¿Qué cosa?—.

Dos minutos después, se veía que Kusuri disfrutaba del sexo oral mientras que Nano y Karane le manoseaban un poco. A las otras dos chicas las estaba masturbando con una mano a cada uno y la misma Kusuri rozaba su dedo con sus nalgas para así darles también más placer.

—¡No es que me vaya a venir ahora!—alegó Karane en las últimas.

—No sabía que el placer era tan poco eficiente y me está gustando—jadeaba Nano sin poder pensar bien.

—¡Kusuri se va a venir!—.

Las tres sintieron un orgasmo simultáneo qué las dejó noqueadas y llenas de satisfacción, a lo que Rentauro notó que ese deseo impuro había desaparecido por completo solo por estos momentos.

—Mis bellas chicas, lo siento por todo. Hice lo que pude por mantener su pureza, voy a hacerlas felices y a darles una familia. Lo juro por mi vida de que no quedarán impuras en vano, serás amadas por siempre por mi—declaró el hombre muy serio y abrazando a sus amadas desnudas mientras les daba un beso qué las hizo sonreír.

Pasaron algunos días y la situación se puso de color de hormiga y es que después de ese día tan erótico, ninguno podía dejar de pensar en lo que había pasado, en especial Hakari que era la más hipersexual de las chicas. Rentauro tenía que actuar ahora o sería muy difícil que las pudiera convencer a todas.

En el salón de clases, las chicas recibieron una nota de que todas se reunieran en la azotea de la escuela después de las clases. El sujeto esperó ahí y la primera en llegar fue Hakari qué se adelantó astutamente para confesarse primero.

—Hakari, hola—saludó este pero fue recibido por un beso de la chica.

—Hola Rentauro, lo de hace unos días fue maravilloso. Espero volver a repetirlo—le dijo ella con una mirada seductora.

—¡Espera, apenas estoy procesando lo que nos pasó!—exclamó el joven avergonzado.

—Rentauro, quiero salir contigo. No me importa si es o no un virus. Lo que siento por ti es real y quiero estar contigo, quiero ser tu novia—se confesó ella al hombre.

—¡Aaaaaaaaah!—se oyó el grito de horror de Karane qué dejó caer unos chocolates en forma de corazón.

—Karane—voltearon a ver ellos dos.

—¡Gata ladrona, sabía que te adelantarías! ¡Eres una zorra arrastrada! ¡¿Por qué te adelantaste?!—reclamó ella furiosa a la rosada.

—Le pregunté a mis ovarios y me dijeron que Simón—se excusó ella.

—¡Yo amo a Rentauro, no interfieras en mis planes, rosadita!—dijo Karane pero se dio cuenta de que se confesó sin querer y se avergonzó—¡No, no quise decir eso, te odio, te odio!—.

—Demasiado tarde, ya te confesaste—.

En ese instante, se vio llegar a Shizuka muy tímidamente pero todos vieron que Nano parecía ida y la cabeza me echaba humo.

—¡¿Qué fue lo que le pasó?!—exclamó Rentauro al verla.

—Sistema Nano.exe ha dejado de funcionar—decía la chica toda ida.

Shizuka toda nerviosa empezaba a anotar lo que pasaba ya que no podía expresarse bien y todas leyeron la situación.

—Desde hace unas horas está así, no se que hacer. Es como una laptop con virus—leyeron ellos la nota de la chica.

—¿Alguien tiene una idea de que hacer?—preguntó Rentauro alarmado.

—Sí Nano es como una computadora, entonces debes bajar la temperatura—sugirió Karane qué era la más lógica de ahí.

Rentauro se le ocurrió una única cosa y le dio un beso a la chica IA, lo cual hizo qué la temperatura disminuyera de golpe y el programa Nano.exe se reinició.

—¿Eh? ¿Cómo llegué acá?—decía ella toda desorientada.

Nano estaba sonrojada aún y era cuestión de tiempo de que volviera a fallar, así que hizo la opción más lógica posible.

—Rentauro, quiero que salgas conmigo. No se que pasa conmigo, estoy enferma y quiero que me cures. Si debo depender de ti, que así sea. Quiero ser tu novia—se declaró ella.

—¡No lo hagas sonar como una enfermedad crónica!—.

Shizuka veía que al parecer ya se le estaban confesando a su amor y sabía que no tenía posibilidades de ganar, por lo que se iba y fue detenida por el mismo Rentauro.

—Espera, tú y yo tenemos que hablar—.

Ella se volteó muy tímida y sonrojada, a lo que Rentauro quedó a su altura para verla a los ojos.

—¿Tienes problemas para hablar, verdad? ¿Por qué me evitas? ¿Te gusto?—preguntó el chico.

Todas vieron sorprendidas aunque ya se esperaban ese resultado, todas aquí querían a Rentauro de forma romántica y debían solucionar ese problema ahora.

—Me… me gustas—susurró ella tan bajo pero el joven la alcanzo a escuchar y la abrazó.

—Gracias por decirme tus sentimientos. Espera que llegue Kusuri y voy a decirles mi respuesta—.

En ese momento, Kusuri llegó hecha un desastre y parecía que echaba humo porque una sustancia química no le salió muy bien.

—¡Al fin tengo la droga para dejar de sentir ese cosquilleo en el trasero!—exclamó ella qué parecía desvelada.

—¡Deja de citar referencias del Bananero!—reclamó Karane qué misteriosamente vio ese video a pesar de estar en Japón.

—Al fin, esta droga eliminará estas sensaciones raras. Ya la probé en mi y puedo asegurar que es 100% efectiva—declaró ella muy segura de su éxito.

En ese instante, ella vio a Rentauro abrazado de Shizuka y dejó caer la formula, a la vez que se enfadó mucho.

—¡Nooooo, yo quería confesarme!—exclamó ella llorando.

—Tu formula fue todo un fracaso, señorita científica loca—murmuró Karane al fondo.

—¡Aaaaaah, no funcionó!—exclamó ella dándose cuenta de eso.

—Al fin se dio cuenta—murmuró ahora Hakari viendo a la pelirroja darse cuenta de lo obvio.

—Kusuri, ¿te encuentras bien?—preguntó Rentauro a Kusuri.

—No, Kusuri no está bien. Pensé que realmente era un efecto de la droga besucona. Quería suprimir el efecto de la droga con otra droga más poderosa y aun así no funcionó. Entonces eso significa que yo te amo, me gustas y eso no me gusta. No quiero lastimarte, no soportaría tu rechazo por mis hobbies, pero es que no puedo evitar amarte—se confesó la pelirroja a su modo.

—Rentauro, tienes que decirte por una de nosotras—declaró Karane poniendo las cartas en el asunto.

—¡¿A quien vas a elegir?!—dijeron todas menos Shizuka pero su expresión decía lo mismo sin hablar.

El joven sabía que esto pasaría y sacó de sus cosas unas 5 flores de 4 pétalos para cada una de ellas y además había una pancarta qué decía "Las amo a las 5, salgan conmigo".

—¡Ustedes 5 me gustan tanto que no me puedo decidir! ¡Quiero ser su novio y prometo hacerlas felices!—exclamó Rentauro a todo pulmón.

—¡¿Estás loco?! ¡Ni creas que voy a aceptar eso, no pienso andar en una relación de ese tipo!—exclamó Karane enojada.

—¡Acepto ser tu novia, Rentauro!—fue a abrazar Hakari al joven.

—¡¿Qué?!—voltearon a ver las cuatro nerviosas.

—Voy a salir contigo, tendremos citas y luego mucho, mucho mufufu. ¿Quién se anima? Yo ya soy la primera—declaró la rosada en señal de triunfo.

—¡Tramposa, yo ya iba a decir que si! ¡No es que prefiera compartir a quedarme sola!—reclamó Karane enojada.

Shizuka no sabía que decir y es que ella era la que debía tomar una decisión. Quedarse en una relación poliamorosa o rechazar a Rentauro, pero solo pensar en eso último le provocó un profundo dolor cardíaco.

—¿Shizuka, qué tienes?—fue a ver Rentauro qué ella empezaba a tener un enorme ataque de pánico.

Este la abrazó y ella se comenzó a sentir mejor, su sola presencia la hacia sentir tan segura y olvidaba todos sus problemas.

—Te… amo, me… gustas—dijo ella con todo su valor hasta que su voluntad se quebró y le devolvió el abrazo.

—Voy a ser el mejor novio para ti, te amo—le respondió este y ella simplemente asintió dejándose llevar por esa fiebre del amor.

Por su parte, Nano ya había tomado su decisión y miro a Kusuri qué solo quería asegurarse de algo.

—A mi me parece eficiente controlar estos sentimientos ilógicos saliendo contigo, Rentauro Aijou. Seré tu novia—declaró la albina sin muchos rodeos.

—¿Qué hay de ti, Kusuri?—preguntó ahora el joven a la pelirroja.

—Hay muchas cosas de Kusuri qué odiarías, ¿estás segura de que me amarás tal como es Kusuri?—preguntó la chica insegura.

—Claro, ya tengo una novia tsundere y una bomba de feromonas muy hermosa—.

—¡Oye!—reclamaron ellas enojadas, pero no podían rebatir esa afirmación.

—Entonces si aceptó, gracias por aceptar a Kusuri tal como es—lo abrazó ella y en ese momento ella se envolvió en humo para convertirse en una niña.

—¡¿Pero que?!—exclamaron algunas de las novias al verla.

—Ups, olvidé hablarles de mi condición especial—declaró ella sobre la droga de la inmortalidad y sus efectos.

—Esto ya no me sorprende—murmuró Karane sobre eso.

—Entonces ya que me aceptaron como su novio, voy a hacerles una promesa. ¡Haré todo lo posible para hacerlas felices y moveré cielo, mar y tierra para que algún día todos nosotros podamos casarnos sin impedimentos de la ley! ¡Nada me va a detener si puedo estar con ustedes, incluso si me tengo que enfrentar a sus padres, organizaciones malvadas, príncipes malvados o los mismos dioses!—.

—¡Oye, no me agredas!—reclamó el dios del amor fuera de pantalla.

La mirada decidida de Rentauro conmovió a las 5 chicas y ellas habían decidido entregar su corazón a su alma gemela.

—No creas que me conmoviste con tu discurso barato, pero te voy a seguir la corriente—declaró Karane sin poder ocultar las lágrimas de amor.

—Mejor no digas nada que te estas humillando solita—le advirtió Hakari.

En ese momento, Rentauro les enseñó la flor de cuatro pétalos una para cada una de ellas y les dijo algo muy importante.

—Yo sé que esto no es correcto, pero tampoco quiero lastimarlas eligiendo a solo a una de ustedes. Permítanme hacerlas felices a las dos por igual, les prometo que haré lo posible para que se sientan amadas, me gustan tanto que mi corazón no cabe tanto amor hacia ustedes—declaró fervientemente el joven.

—¡Estas loco! ¡¿Qué vamos a hacer si todos se enteran de esto?! ¡Tendríamos que irnos todos muy lejos!—reclamó Karane pensando en las consecuencias.

—Karane, ¿Qué dice tu corazón ahora mismo?—preguntó el chico muy serio.

—Que estamos todos locos, esto es aberrante pero me duele pensar en esto. Sé que lo que pasó en el baño está mal, me sentí tan bien ese día. No solo fue sentir tus manos en mi interior, sino el beso de Hakari y como tocar su cuerpo. Ver como es que nosotras nos tocábamos frente a ti. ¡No es que me este gustando todo esto! ¡No es que quiera sentirme bien así, pero no sé qué hacer antes estos sentimientos!—.

—Karane, te entiendo bien. Sé que esto no es eficiente, no debería tener estos sentimientos que ahora estoy desarrollando. Pero quiero llegar hasta las últimas consecuencias, sin llegar a tener arrepentimientos. Cuando le di placer a Rentauro y a Shizuka me di cuenta de que me gustó ver como es que mi amor llegó a ellos—.

Shizuka se sonrojó y le tocó la mano a Nano porque parecía estar de acuerdo en que esa primera vez no estuvo mal si era ella la que le dio esa sensación.

—Yo tengo miedo, miedo de que algo pueda ocurrirles. Todas ustedes son increíbles personas, me siento muy bien con ustedes, no quiero que esto termine. Me siento como una familia feliz, las amo a todas—se sinceró Hakari con ellas.

—Ja, supongo que tendré que aceptar eso—declaró Karane pero lloraba de lo conmovida qué estaba.

—Yo también las amo, chicas. Ustedes será siempre lo mejor que me ha pasado y las voy a hacer felices o me haré seppuku—se juró Rentauro muy decidido.

—¿Crees que te voy a dejar morir? Te hoy a echar a patadas de más allá si lo haces—se oyó al escritor en la mente del estudiante.

—Entonces Kusuri también los ama a todos como una familia—.

—Suena bien ese nombre, la familia Rentauro—comentó el prota y ellas asintieron sonrojadas.

Primer paso completado: Enamorar a las primeras 5 novias de golpe. ¿Qué pasará con el resto? ¿El dios del amor saldrá más seguido? ¿Acaso el Cruz Azul será campeón algún día?