Hola de nuevo. Tras un poco de tiempo, aquí está el siguiente episodio.
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Episodio 5. Misiones al límite
Fue en ese entonces cuando miró los ojos de la chica. Solo podía ver una expresión en ellos.
Tristeza.
Parecía a punto de querer llorar. Él comprendió el motivo.
Una espíritu inmensamente poderosa. Alguien temida por los humanos, cuyo único pensamiento era exterminarla.
No pudo hacerse una idea de todo el dolor que debía haber pasado. Ser vista como un monstruo. Sin nadie que le mostrara amabilidad. Eso habría deprimido a cualquiera.
En ese momento, ella se preparó para atacar de nuevo.
–Espera –dijo Shido con firmeza mientras extendía la palma de su mano hacia ella.
Ella le miró confundida.
–¿Qué quieres? Solo voy a matarte rápidamente.
Él suspiró.
–Lo siento, pero no puedo permitirme morir aun –le dijo–. Además, al contrario de lo que afirmas, yo no he venido a matarte.
Ella le miró con aún más extrañeza, sin bajar la guardia.
–¿Por qué vienes armado, entonces? –le preguntó, señalando la llave espada.
–Solo por precaución –le dijo–. Como he dicho, yo no quiero hacerte daño, pero hay gente que sí quiere, y he decidido plantarles cara.
–¿Por qué harías eso? –preguntó ella, con un tono que era una mezcla entre curiosidad y sospecha.
–Porque quiero mostrarles que hay otra manera –dijo tendiéndole la mano–. Yo también tengo poder, igual que tú, así que tal vez no seamos tan diferentes. Por eso quiero ayudarte, si me das la oportunidad.
En ese momento, apareció una notificación.
Afinidad: 10.
Bien, parece que había captado su atención. Aunque era pronto para cantar victoria.
Y de hecho, no tardaron en presentarse los problemas. En el cielo aparecieron hasta un total de ocho chicas volando, todas vestidas con extrañas armaduras.
Sin perder un segundo, ellas dispararon una lluvia de misiles hacia el lugar donde estaban la espíritu y Shido.
Él no perdió la calma, ya que sabía lo que iba a pasar a continuación.
Con un suspiro, la espíritu creó una barrera de la que no pasaron los misiles.
–Es inútil, ¿por qué no aprenden? –dijo.
Acto seguido ella usó su mano libre, la cual cerró, haciendo que los misiles se arrugaran y explotaran.
–La gente teme aquello que no conoce. Ellas temen por tu poder. Pero yo no lo hago.
Ella le miró extrañada.
–¿Tú no me tienes miedo? –preguntó sin perder la vista de las chicas que estaban en el aire–. ¿Por qué?
–Porque sé que en realidad no quieres hacer daño –le respondió–. Créeme, sé por lo que estás pasando. La oferta de ayudarte de antes es en serio. Y me gustaría demostrártelo.
De pronto, aparecieron dos notificaciones.
Afinidad: 15.
Misión opcional: El As de la Aviación.
Es el momento de demostrar tu valía ante una espíritu luchando contra las AST. Te enfrentas por primera vez a enemigos voladores. Consigue derribar al menos a una miembro de AST para cumplir esta misión.
Advertencia: el(los) objetivo(s) derribado(s) debe(n) permanecer con vida. En caso contrario fracasará la misión.
AST derribadas: 0/1
Recompensa de la misión: 100 XP. 20 puntos de afinidad con espíritu.
La primera era positiva. Había logrado incrementar la favorabilidad de la espíritu al ofrecerse a ayudarla. Sin embargo, la segunda notificación le dejó helado. ¿De verdad tenía que enfrentarse a las AST? La diferencia de poder era abismal. Lo bueno es que era una misión opcional, así que no estaba obligado a cumplirla. Aunque el incentivo de ganar más experiencia y afinidad con la espíritu era muy atractivo.
Entretanto, las AST no detuvieron sus ataques con misiles, a pesar de su inutilidad. La espíritu seguía bloqueándolos o saltando a destruirlos con su espada mientras suspiraba, con una expresión triste.
Esto sobrecogió a Shido. Ya sabía por la novela y el anime que ella estaba casi a punto de llorar. Ella se volvió a mirarle. Sin embargo esta vez, a pesar de que su expresión seguía siendo triste, no era a tal nivel. ¿Tendría que ver con la mano que le había tendido?
No podía pararse ahora a meditar eso. Tenía que pensar cómo cumplir la misión opcional. Iba a ser difícil atacar a enemigos voladores sin poder volar él también. Atacar desde tierra era arriesgado, aunque si tenía una llave espada, había un par de técnicas que se le estaban ocurriendo y podría probar. Aparte de eso, recordaba del anime que las unidades CR, las que operaban aquellas chicas, les proporcionaban una barrera muy resistente, que llamaban "territorio". Una espíritu como Princess podría romperlo sin demasiada dificultad, pero él no tenía tanto poder. ¿Cómo podría hacerlo?
En medio de sus pensamientos, la espíritu se preparó.
–¡Desapareced de una vez! –gritó furiosa.
Agitó la espada, formando una equis con dos cortes, la cual salió volando hacia el cielo. Las AST la esquivaron.
Desde otra dirección fue disparado un potente rayo de luz hacia la espíritu. Pero ella siguió protegiéndose, sin recibir daño.
Entonces una de las AST voló hacia la espíritu, provista de una arma de cañón largo, disparando a continuación.
Pero una vez más, la espíritu tendió su mano tomando el cañón del arma, logrando arrebatársela a su propietaria y tirarla a un lado.
La AST se sorprendió, mientras que la espíritu tomó su espada y atacó.
Su oponente echó a volar hacia atrás, pero uno de los ataques logró cortar una de las alas de su traje. Esto sin embargo no pareció afectar a su capacidad de vuelo.
La AST saltó hacia atrás, y tras hacer unos gestos con sus manos, la mayoría de su equipo se desprendió de ella, quedándose para encarar a la espíritu en el suelo.
Shido ya sabía de quien se trataba. Ante ellos estaba Origami, pero vestida con su uniforme AST.
Una de las cosas que le gustaron del anime eran el tema de las armaduras de combate, pero siempre le pareció que la ropa era un poco escasa.
Ella le miró.
–¿Itsuka Shido? –preguntó sin mudar el gesto.
–Tobiichi Origami –respondió él.
–¿Qué estás haciendo aquí? –le preguntó.
–Igual que tú, he venido por la espíritu, pero yo no he venido a hacerle daño.
Ella no respondió ante esas palabras. No lo hizo por falta de tiempo, ya que la espíritu volvió a atacar con la espada, provocando una onda expansiva que Origami esquivó de un salto acrobático.
A continuación sacó una espada de luz y comenzó un combate de espadas entre ambas.
Shido retrocedió. Ya sabía que no debía intervenir, ya que ninguna de las dos terminaría mal de esto. Pero tenía que hacer algo con el resto de las AST. Todas permanecieron en el cielo, observando la batalla. Imaginó que ninguna dispararía misiles, ya que podrían dañar a Origami.
En ese momento, ocurrió algo que alteró por completo la situación. Aparecieron una docena de sincorazón. Nueve de ellos eran sombras, tal como los que derrotó junto a Rinne al comienzo de aquel día, pero los otros tres eran distintos. Flotaban en el aire y tenían el cuerpo amarillo, con el símbolo de los sincorazón en el centro. Su cabeza negra y redonda con brillantes ojos amarillos estaba coronada por un largo sombrero puntiagudo cuya punta acababa en espiral, de un tono anaranjado. No tenía brazos, pero unas piernas que se asemejaban a las patas de un ave le asomaban por debajo.
–¿Son los ópera amarilla? –preguntó sorprendido. Sabía que estos tipos podrían ser difíciles de manejar, ya que atacaban usando la magia trueno.
–Shido. Los escáneres detectan una alta concentración de energía de esas criaturas que acaban de aparecer. Pero no es energía espiritual. Más bien es algo más… oscuro. ¿Qué está ocurriendo?
–Por ahora solo puedo decirte que son criaturas muy peligrosas y hay que eliminarlas de inmediato, Kotori –dijo al auricular–. Si dispones de algo que pueda ayudarme, te lo agradeceré.
–Veré qué podemos hacer –dijo Kotori–. ¿Podrás aguantar hasta entonces?
–Creo que sí.
Miró su medidor de vida. Su energía había subido hasta 30. Probablemente se debiera a la habilidad [Curación acelerada]. Aun así, no sabía si sería suficiente, pero tenía que intentarlo.
Preparó su llave espada y encaró a los sincorazón.
Los primeros en atacar fueron los sombras. Dos de ellos fueron a atacarle.
Pero esta vez estaba preparado. Saltó a un lado para esquivar al primero, y usando la habilidad [Bloqueo] logró parar al segundo, al que asestó un golpe que le destruyó.
–¿Lo he destruido de un golpe? –se preguntó–. Debe ser por el aumento de poder de esta llave espada. ¡Bien, sigamos!
El sombra sobreviviente, junto con otros dos, se mimetizó con el suelo y los tres empezaron a dar vueltas alrededor de Shido. Este corrió hacia para alejarse, ya que no iba a poder bloquear a todos al mismo tiempo.
Vio a uno de los ópera amarilla, cuya punta del sombrero estaba brillando. Entonces se le ocurrió una idea al recordar las habilidades que tenía ahora con su llave espada.
–Voy a probar esto. Fire!
Apuntando con la llave espada al sincorazón, logró enviar una pequeña bola de fuego, que acertó a su objetivo, haciéndolo desaparecer.
–¡Sí! ¡Sabía que podía usar la magia Pyro! Gracias a que esta llave espada aumenta un punto la magia. Pero todavía no puedo cantar victoria. Me quedan unos cuantos más que derrotar.
Entonces vio como uno de los otros ópera amarilla se elevó en el aire y fue directo hacia las AST. Todas le apuntaron con sus armas.
–¡Oye, tú! –gritó una de las AST, la que probablemente tenía el rango más alto después de Origami–. ¿Quién eres? ¡Identifícate!
Por toda respuesta, el extremo del sombrero del ópera amarilla comenzó a brillar.
–¡Apartaos! ¡Os va a atacar! –gritó Shido, aunque a la altura a la que se encontraban, no pudieron oírle.
El ópera amarilla se lanzó hacia ellas para embestirlas con el extremo del sombrero cubierto por lo que parecía una esfera de electricidad.
Al igual que con el ataque de la espíritu, las AST lo esquivaron volando hacia los lados. Pero el ópera amarilla logró pasar cerca del escudo de una de ellas. Shido pudo ver como pareció distorsionarse un poco.
–Así que esos territorios pueden verse afectados por la electricidad –observó–. Tomo nota.
Pero no tenía tiempo de eso. Decidió encarar al resto de sincorazón. Si los dejaba sueltos, podrían ser un peligro para los civiles. Bueno era que estos se hallasen ahora mismo a salvo en los refugios.
Corrió hacia los sombras que estaban moviéndose por el suelo. Aun no habían salido para atacarle. Necesitaba una buena estrategia para que no le quitaran más puntos de salud. Ya habían subido hasta 40. Al menos podría aguantar un par de golpes.
Empezó situándose entre ellos y pegó un salto en el aire, sorprendiéndose de la ligereza que ahora sentía en su cuerpo, a diferencia de su mundo.
Los sombras vieron la oportunidad y emergieron, dispuestos a atacarle.
Fue entonces cuando Shido atacó a dos de ellos, los cuales logró destruir, aunque no pudo evitar recibir un zarpazo del tercero.
Gracias a [Recuperación aérea] dio una voltereta en el aire y contraatacó a ese sombra, acabando con él también.
Miró delante suyo. Quedaban seis sombras y dos ópera amarilla, uno de los cuales estaba luchando contra las AST.
–Esto va a ser complicado.
Pero entonces aparecieron junto a él dos drones, que se lanzaron a atacar a los sombras con ataques láser y pequeños misiles.
–¿Eh? ¿Qué es esto?
–¿Shido? –preguntó la voz de Kotori por el auricular–. Acabo de enviarte algo de ayuda. Estos drones de Ratatoskr te ayudarán a atacar a esas cosas.
Shido sonrió. No recordaba haber visto estos en el anime, pero agradeció su presencia.
–Gracias, Kotori. Ahora me siento más seguro gracias a ti.
–So… Solo acaba con ellos para que me puedas dar explicaciones –tartamudeó ella, que aunque no podía verla, estaba seguro que debía estar sonrojada.
Así pues, cada dron atacó a un sombra, mientras que Shido fue por otros dos. Uno de ellos saltó para darle un zarpazo, pero gracias a [Bloqueo], paró el ataque y le dio un golpe para destruirlo.
Iba a atacar a los tres sombras, pero ante él apareció el ópera amarilla. Este empezó a concentrarse, iluminando el extremo de su sombrero.
Shido iba a ir a atacarlo, pero entonces los tres sombras le atacaron. Este fue moviéndose rápidamente, incapaz de bloquear a todos.
De repente, un rayo cayó sobre él.
–¡Aaaaaaaaaaaagh! –gritó.
Alguna vez en su infancia había recibido un calambrazo en la mano por tocar aparatos eléctricos, pero esto era mil veces peor. Sintió dolores por todo su sistema nervioso.
De repente, empezaron a aparecer notificaciones.
Salud: 22
Por efecto de [Defensor] el daño se ha reducido a la mitad.
¡Tu energía está en zona roja! [Límite] activado.
Por contacto de la llave espada con electricidad, Magia Electro LV1 desbloqueada.
Este último aviso sorprendió a Shido. Acababa de recibir una nueva magia. A lo mejor no había sido tan mala idea el recibir ese ataque. Pero no era el momento de pensar en eso.
–Gracias, chicos, me habéis dado una nueva magia –dijo preparándose–. Voy a daros las gracias ahora mismo.
Gracias a [Límite] empezó a concentrarse. Y al segundo siguiente, atacó repetidamente a los cuatro sincorazón (tres sombras y un ópera amarilla), destruyéndolos en segundos.
Cuando lo hizo, vio que los drones enviados por Kotori terminaron de destruir a los dos sombras contra los que estaban luchando. Verdaderamente, Ratatoskr tenía buenas armas a su disposición.
–Esto está hecho. Es hora de que te recojamos, Shido –dijo la voz de Kotori por el auricular. Sonaba ligeramente distorsionada. El ataque eléctrico recibido debía haber afectado también al dispositivo.
–Todavía no. Aún tengo algo más que hacer –dijo mirando al sitio donde seguía luchando Origami con la espíritu.
–Está bien, supongo que no puedo detenerte –dijo Kotori con un suspiro–. Ya me explicarás luego todo.
Los drones se elevaron en el aire, perdiéndose de vista.
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Mientras tanto, las AST lograron por fin aniquilar al ópera amarilla gracias a una combinación de misiles y disparos láser, que no le dejaron hueco para esquivar.
Una de las AST, la misma que antes había advertido a esa criatura, se fijó en la pelea entre Origami y la espíritu. Llegó un momento en que el cruce de espadas hizo que cada una saliese despedida hacia un lado. Esta era una ocasión de oro. Si conseguía distraer a la espíritu con misiles, Origami podría aprovechar para eliminarla.
No lo pensó y disparó cuatro misiles dirigidos hacia la espíritu.
Pero entonces vio como los misiles eran destruidos por potentes disparos láser.
Cuando cesaron las explosiones, vio que tenía ante sí a un chico con uniforme escolar armado con el arma láser de una AST en las manos y una extraña espada de madera en la espalda. No detectaba en él ninguna energía espiritual. ¿Qué era esto?
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Shido suspiró de alivio. Había tenido que acudir corriendo a proteger a la espíritu de esa AST. Sabía que seguramente los misiles no la habrían dañado apenas, pero quería tener una excusa para que una AST le atacara. Además, atacar por la espalda era algo cobarde e indigno, aun de un ejército como este. Así que ya lo había decidido. Ella iba a ser quien derribara.
Por suerte le dio tiempo a recoger el arma láser de Origami que había caído cerca. Aunque pesaba un poco, fue capaz de levantarla y usarla para hacer varios disparos con los que detonar los misiles.
El límite de antes le había costado ejecutarlo tras haber recibido un ataque eléctrico. Por suerte, gracias a su habilidad de curación, los dolores habían cesado y ya podía moverse libremente.
Además, ese acto tuvo un incentivo.
Afinidad: 25.
Sin duda, la espíritu habría visto sus acciones, lo que le había valido puntos a su favor. Ya estaba a mitad de camino de cumplir una de las misiones. Pero no podía distraerse.
La AST voló hasta descender cerca suyo, sin aterrizar en el suelo.
–¡Eh, tú! –le gritó ella–. ¿Qué hace un civil como tú aquí? ¿Quién eres?
Shido la miró bien. Debía tener dos o tres años más que él. Pelo castaño oscuro suelto y ojos marrones. Si no fuera porque había atacado a la espíritu, incluso la hubiese encontrado atractiva. Pero no era eso lo que pensaba en ese momento.
–Soy alguien que quiere impedir que acabes con una persona inocente.
Ella le miró, perpleja.
–¿Una persona inocente, dices? –se mofó soltando una risotada–. ¿Tienes idea de lo que hacen esas monstruosidades? ¡Son las responsables de que se hayan perdido muchas vidas en este mundo!
–Soy plenamente consciente –respondió Shido sin ceder–. Sé que tienen un poder abrumador, pero no han provocado esos desastres voluntariamente. Acabar con ellas no es la solución. ¿Te has parado a pensar cómo se sienten?
–¿Cómo… se sienten? ¡Wajajajaja! –la AST rio a carcajadas, cosa que molestó a Shido–. No son más que bestias salvajes sin capacidad de sentir o razonar. Déjame hacer mi trabajo y hazte a un lado.
Este gesto le irritó más. Así que los de DEM no eran los únicos despreciables.
–No quiero –dijo tirando el arma láser y preparándose con la llave espada–. Si quieres atacarla, tendrás que pasar sobre mi cadáver.
Saltó una nueva notificación.
Afinidad: 30.
Parecía que la espíritu había sido capaz de escucharle. Ya estaba más cerca de lograr el objetivo.
La respuesta de Shido dejó perpleja a la AST. Seguramente no se esperaba una resistencia así de un civil.
–No me dejas elección –dijo sacando una espada láser como la de Origami–. Te dejaré fuera de combate y te llevaré a nuestros cuarteles, donde serás interrogado y procesado por traición.
–O… lo intentarás –le dijo desafiante.
–Shido, ¿¡qué estás haciendo!? –le preguntó alarmada Kotori–. ¿¡Te has vuelto loco!? ¡No puedes ganarle a una AST!
Shido se encontraba algo nervioso. Sabía que desafiar a lo que en ese mundo era una miembro del ejército era una locura, pero la misión que debía cumplir así lo exigía. Interiormente se encontraba muy nervioso, pues era probable que no terminara bien este combate. Pero no podía abandonar a la espíritu. Juntó todo el valor que pudo para hablar sin mostrar miedo.
–Sé lo que hago, Kotori –dijo susurrando para que no le oyese su enemiga–. En lugar de gritarme, dime de qué manera puedo desactivar el territorio de su unidad CR.
–¿De… desactivarlo? –preguntó Kotori asombrada–. Eso es casi imposible. Depende de la capacidad mental de la persona que lo usa. A menos que consiguieras sobrecargar su mente golpeándolo muchas veces seguidas…
–¡Gran consejo! –exclamó Shido preparándose–. Te has ganado un almuerzo de lujo infantil en ese restaurante.
–¡Déjate de bromas, hablo en serio! –exclamó Kotori–. ¡Es imposible que ganes!
–Pues entonces lograré lo imposible –dijo Shido lanzándose al ataque.
El chico corrió a atacar a la AST, quien a su vez se lanzó con su espada.
Ambos intercambiaron choques de espada uno tras otro. Pese a que la llave espada de Shido era de madera, no pareció romperse ni astillarse al chocar con la espada láser, cosa que sorprendió a la AST.
–No eres malo manejando una espada, aunque sea de madera –dijo ella–. ¡Pero no conseguirás vencerme!
Ella fue a darle otro mandoble, pero Shido de repente sintió algo, como si pudiera esquivar ese ataque. Entonces siguió su instinto e hizo una finta, con la que logró esquivar el golpe, colocándose detrás de la AST.
Acababa de ejecutar un comando de reacción, como los de Kingdom Hearts II. Esto podría venirle bien en algunas ocasiones.
Pero no tuvo tiempo para pensar en eso. Atacó con su llave espada.
El golpe se estrelló contra una barrera esférica que envolvía a la AST.
–Es imposible que me golpees –dijo ella volviéndose–. Mi territorio es imposible de atravesar. Como te dije, no podrás vencerme.
–Encontraré una manera –le dijo–. Es verdad que los territorios son muy resistentes, pero no infalibles.
Shido atacó otra vez. Pero en está ocasión, la AST logró golpearlo con la espada, lo que le hizo un corte en la ropa, por suerte superficial.
Salud: 16
Por efecto de [Defensor] el daño se ha reducido a la mitad.
¡Tu energía está en zona roja! [Límite] activado.
Desde el último límite, su energía había subido gracias a la curación, así que necesitaba ser golpeado de nuevo. Por eso se dejó dar a propósito. Por suerte, ella no le atacó tan fuerte como para que perdiera toda su energía. Tal vez se estaba conteniendo al pelear contra un civil.
Gracias a esto, podía usar el [Límite] de nuevo. Volvió a concentrarse. Ella le miró extrañada.
Al momento siguiente, Shido atacó repetidamente a la AST, la cual quedó sorprendida por la velocidad de su contrincante, que le hizo imposible parar los golpes. Al estar protegida por su territorio, no recibió daños, pero empezó a sentir dolor de cabeza por mantenerlo.
Shido atacó con todo lo que pudo. Sabía que Origami, e incluso la capitana del AST tendrían una gran capacidad mental, pero probablemente el resto de miembros de AST de rango inferior solo tendrían una capacidad ligeramente superior a la del ser humano promedio. Así que solo tenía que esforzarse por golpear todo lo que pudiera.
Cuando el efecto del [Límite] cesó, ella estaba temblando ligeramente. El territorio seguía firme, pero le estaba costando aguantar.
–No sé cómo has hecho eso, pero no te servirá –le dijo algo cansada–. Da igual cuanto golpees mi territorio, no lograrás romperlo.
–Cierto. Pero tengo algo que sí lo hará –respondió él, que también estaba algo cansado.
Acto seguido levantó la llave espada, apuntándola al cielo.
–Thunder! –gritó.
Un rayo cayó justo sobre el territorio de la AST, sobrecargándolo y logrando desactivarlo.
Desde que lanzó la bola de fuego de antes, había pasado un buen rato, suficiente para que su escaso punto de poder mágico se regenerara. Eso le permitió estrenar su nuevo hechizo con éxito.
El impacto había sido lo bastante potente para sobrecargar también la mente de aquella soldado, quien incapaz de mantener la concentración, terminó perdiendo el conocimiento.
Su equipo pesado se desprendió de ella y empezó a caer. Por suerte, Shido la atrapó con sus brazos en el aire y la depositó con cuidado en el suelo.
–Espero que esto haya sido suficiente para cumplir la misión opcional.
Empezaron a aparecer notificaciones. Pero Shido no tuvo tiempo de mirarlas, ya que el otro combate estaba llegando a su fin. De repente se produjo un choque entre las espadas de Origami y la espíritu, generándose una potente onda expansiva que inundó todo con una intensa luz.
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Hola a todos. Esta vez es un capítulo un poco más extenso de lo habitual, pero había muchas cosas que quería incluir antes del siguiente.
No sé si la forma que he descrito de desactivar un territorio es la correcta. Si está equivocada, hacédmelo saber y lo cambiaré.
Nos veremos en el siguiente episodio. Gracias por seguir esta historia.
