Nada de Katekyo Hitman Reborn o Harry Potter me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparecerán más adelante en la historia.


Future's Games

Capítulo 4

-... idea? - Cuando Tsu-chan se enterara, no sería bonito. Y es que se iba a enterar, lo quisieran o no.

Más de una persona giró a ver a quién había abierto la boca como si hubiera dicho una estupidez.

- Incluso con las ilusiones para simular crecimiento y todo eso, Tsunayoshi es altamente reconocible. - Traducción: "tan pronto lo vean no habrá duda de quién es y van a intentar matarlo".

Bueno, si lo ponían desde ese punto de vista… Lo último que quería era que lo lastimarán e intentarán matarlo… y mucho menos que lo lograran.

- Bien. - Pero no estaba de acuerdo con dejarlo así, desinformado.

Tsu-chan tampoco estaba muy amigable, según Hayato. Y hablando del fumador, el chico tenía rabia en general o simplemente quería que todos supieran que estaba molesto con ellos. No era el típico mal humor de siempre con todos menos el vampiro por razones obvias.

O tal vez eran los rasguños y las manchas de sangre que cargaba encima, le había advertido claramente que mejor dejara a Tsu-chan tranquilo al menos unas horas.

Bueno, al menos esto sería divertido.

En otro lugar, estaba un chico durmiendo en un montón de mantas, todo cortesía de un fumador con pelo gris horas antes. No había sido fácil, pero Hayato había creído que una siesta sería lo mejor para su jefe, en especial cuando venían de golpe tras golpe… Y mejor que su jefe no pensará mucho en el hecho de que no iba a poder salir, y en cómo buscaría si cena y todo eso. No, mejor no.

Desgraciadamente para Hayato, esa siesta en verdad fue una siesta y por tanto no duró mucho. Gracias a eso y aún al malhumor de todo, cierto vampiro procedió a recorrer los alrededores para ver si conseguía algún entrenamiento. No creía conseguir nada, no con lo monótono que parecía todo, pero quería ver si en verdad esperaban que fuera a quedarse allí más de un día si no había ni siquiera un televisor.

Había televisión, genial. ¿El show?, el show…

En otro lugar, Hayato decía cosas no muy lindas por lo bajo mientras veía qué demonios hacía lo que le dejó su yo futuro por accidente antes de que las cosas pasaran a peor, cuando las risas de su enemigo se cortaron… abruptamente.

Pestañeo varias veces, una dinámica en mano a duras penas, y pues el enemigo siguió allí. Luego, lentamente, la cabeza comenzó a… irse de lado.

Cuando la cabeza golpeó el suelo y el cuerpo se desestabilizó y todo eso, Hayato solo podía pestañear sin procesar lo que estaba viendo.

- No, no-

Cualquier diversión que estaba teniendo Yamamoto, por su lado, no llegó lejos al ver las señales que indicaban que alguien no estaba feliz, había salido, y bueno, habría masacre. Eso no quería decir que le dio tiempo de algo, porque justo en ese momento hubo humo rosa y un chico con las manos llenas de comida apareció, quedando extrañado ante el repentino cambio de atmósfera para luego tener que defenderse con el pobre cuchillo de cocina con el que había venido… y adiós comida.

No es que duro mucho.

- ¡Hey Tsuna!, ¿en donde te habías metido? - Takeshi no notó las miradas de horror de los otros, quienes no llegaron a poder decirle nada porque el humo rosa también los invadió. - Te guardamos tu favorito. Ah, ¿amigo tuyo? - Se refería al infeliz que buscaba matarlo, pero había quedado en shock al dar con el "mocoso".

- El Décimo… - Las risas estaban demás.

El "Décimo" estaba mirando todo desde la sombra de un edificio, queriendo ver que haría el idiota de Takeshi del futuro.

- Ah… - No, amigo no era. - ¿Sabes cuánto me costará limpiar la ropa ahora? - Lo que en verdad Takeshi quería preguntar era que le paso a la paciencia de su amigo y si en verdad hacía falta que vieran como degollaba a alguien en fracción de segundo.

Y el tipo tan seguro de que tocar a su mejor amigo iba a ser como robarle un dulce a un bebé.

En otro lugar, a los minutos…

- Tsu-chan… - Murmuró la mujer que había creído que jamás volvería a ver al vampiro, ignorando completamente al cadáver de la esquina.

El vampiro en cuestión estaba molesto, era visible, solo la cola lo decía por si sola. La mala cara, el silencio, y hasta la postura eran sólo anexos a eso. Sería-¡puff!

- ¡Tsu-chan! - Iba llegando y se fijaba era en el vampiro y no en la sangre ni el desastre ni el cadáver ni nada. - Onii-chan y yo te hemos estado buscando por todos lados, ¿estás herido?

En serio, iba llegando y estaba ignorando la sangre, el cadáver, la cabeza rodando, el desastre, y las señales de que alguien estaba sumamente molesto. Muy, muy molesto.

- ¡Tengo chocolate! - Palabras mágicas.

- ¿Chocolate? - El malhumor pasó a un mejor lugar, y el vampiro estaba frente a la chica en un dos por tres.

Desgraciadamente el chocolate no era suficiente como para que el mal humor no volviera cuando regresaron, cuando lo regañaron por salir, y todo lo demás.

Afortunadamente o desafortunadamente, la noticia de que el Décimo Vongola de hace 10 años estaba aquí estaba circulando. A pesar de no dejar testigos, técnicamente.

-... mejor lugar, solo hay que mover las cosas aquí.

- Si, es lo más grande, y lo más cerca.

- Sería lo más-

- Si saben que hay una habitación especial para el Décimo en casos como estos, ¿no? - Interrumpió el mecánico a los dos chicos debatiendo cuál lugar era la mejor habitación para su amigo.

Ambos chicos de inmediato lo miraron como si hubiera dicho algo extraño antes de que uno cediera y preguntará:

- ¿Y cuál sería esta habitación…?

- Por aquí. - Diez años o no, nada había cambiado en este aspecto. Nada.

La mano derecha del Décimo Vongola había sido… brutal, en demandar esta alteración en todas las bases de Vongola. Varia, desafortunadamente, no escapaba esto por el simple hecho de que eran los más cercanos y conocían perfectamente bien que tan peligroso era el vampiro y que tan "molestos" eran sus guardianes. Nadie que los conociera chillaba ante esta clase de acomodaciones. Nadie que los conociera decía ni pío.

Abrió la puerta, se hizo a un lado y esperó pacientemente.

- Aquí hubo amenazas a morir, ¿no es así? - Alguien murmuró para sí.

- Temía que hubiera un ataúd de cama y muchos murciélagos pegados en las paredes. - Comentó otro, con voz seca.

Quién inventó eso no terminó bien parado una vez que el Décimo comprendió que no era una broma y que era específicamente para él. No, solo alguien que quería morir intentaría tal cosa a estás alturas de la vida.

- Es muy lindo. - Por supuesto, a pesar de que el Décimo tenía más de 20 años seguía siendo un chico.

- Haru pensaba que iba a persistir el tema del búnker, desu. - No deseaba morir joven y menos a manos de los guardianes del Décimo. El vampiro al menos lo haría rápido. - Haru no sabía que iban a meter el penhouse en todo el medio, desu. - ¿Ah?, ¿perdón?

- Es una habitación relativamente normal. - Aclaró, sin querer mirar. - El Décimo no duerme mucho, y prefiere pasar su tiempo con ustedes si así se lo permiten. - No sabía los detalles ni iba a preguntar. No quería morir. - Este modelo de habitación fue diseñado por la mano derecha del Décimo con las opiniones de los demás guardianes a través de los años. - En pocas palabras: - Es un requerimiento que haya una de estas habitaciones en su último diseño en cada base. - Bunker o no.

Como decía: no quería morir, y menos a manos de los guardianes del Décimo. Por tanto, estaba al día con este tipo de peculiaridades.

- Eso no quiere decir que a Juudaime le vaya a gustar. Está a 10 años de sus gustos actuales. - Esa fue una simple observación.

Una observación que lo mató internamente.

- Solo hay una manera de saberlo. Sino haremos arreglos. - Prosiguió otro, ya dando por hecho que tenían libertad de hacer lo que quisieran. - No quiero seguir viendo a Tsu-chan con cara de pocos amigos.

"Cara de pocos amigos". Dios, el Décimo andaba intratable y no sabía cómo esta gente podía simplemente venir y decir que solo andaba de mal humor.

Aún no sabía cómo iba a reparar las paredes, esas garras eran un problema y temía siquiera sugerir revisar esas garras a ver si había daño aún o no.

Y esta gente de lo más casual venía a referirse al humor homicida como simplemente "cara de pocos amigos". Sabía que esta gente no le tenía miedo a nada, pero creyó que era algo adquirido, no que vinieran así de fábrica.

- En lugar de estar en esta estupidez deberían de estar entrenando. - Ah. Mejor se iba, pero ya.

No quería estar allí ya sea para que descuartizaran a los… "bien intencionados", o al menos lo intentarán porque no creía que fueran a lograrlo, o que concordaran. No iban a concordar de buenas a primeras.

- Ciaosu. - El único listo de los "adultos". Uno que debía de saber de lo que había huido como alma que lleva el diablo.

- Perdona la demora, ¿café? - Lo que sea para olvidarse de lo que ya todos deberían de saber. Al menos los de esta época.

Nunca, nunca, meterse entre los guardianes y su vampiro. En general, nunca meterse con el vampiro. Si el vampiro no te mataba, quedaban 6 personas más que decidirían. Por separado. Luego los más cercanos, que podría ser grupal si tenían suerte.

El punto es que nadie con buena cabeza se metería con…

- Bien cargado, gracias. - Reborn, el Arcobaleno del Sol, pidió haciendo caso omiso y encontrando divertido seguramente su reacción al ver al futuro Décimo viendo Pokémon en una de las computadoras principales.

En otro lugar y tiempo…

-... y este sería tu nivel de maldad. - De los ojos para arriba era blanco. Lo demás era rojo. Vaya. - Es sorprendentemente alto para alguien de tu tamaño. - Y le decía quién era más pequeña qué él, qué ironía.

El alien azul lo miro, luego miro a la niña, y finalmente se llevó las manos a los ojos en un gesto inconfundible.

Como que ya alguien había vivido esto.

- Genial, estaba preocupado de que fuera muy bajo. - El alien se detuvo, subiendo la mirada con la expresión de: "¿perdón?"

La niña, por el otro lado, quedó en silencio por un momento, antes de cuidadosamente decir:

- ¿Quieres ser malo? - Solo por el tono tal idea nunca se le hubiera ocurrido.

- No realmente. - Pero había un detalle: - En mi línea de trabajo, me temo que debo ser… despiadado, por múltiples razones. Un nivel de maldad elevado es una gran ayuda, ¿sabes? - Estaba rompiendo el mundo de estos dos. Qué divertido. - Dejando las bromas, te recomendaría no hacer… - ¿Cómo decirlo? - esto y llamarlo nivel de maldad. Si esto fuera cierto, no hubieras llegado a completar el dibujo en la mayoría de los casos. Tal vez, si quieres ser más realista, esto sería mi nivel de ira. - Y francamente: - No me gusta que se metan con mis cosas o con mi entretenimiento, y esa ballena gigante tocó ambas. Mucho es que no haya hecho más que amenazarlo…

Lo que provocaba era pedirle a Takeshi que lo hiciera sushi. Sería de pescado alienígena, pero igual debía de saber bien. No sería la primera vez que comieran algo… exótico. Y más que sobraría, porque era una ballena alienígena. Una ballena. De eso debía salir como un camión de sushi, más o menos.

- No creo que puedas contra Gantu… - ¿Ah no?

- Hay muchas maneras de hacerle la vida triste a alguien. - Sin llegar a homicidio. - ¿Tienes idea de cuántas leyes se están rompiendo aquí solo por esta vista? - Señaló al alien azul, quién no apreció mucho eso. - Será mejor que se comporte, porque conozco quienes estallarán si llegan a saber de esta… peculiar situación. - Y dado que la ballena alienígena era policía intergaláctica o algo así…

¿Iría a prisión por el resto de sus días o peor?

Extra

- Llegas justo a tiempo para la cena, Sanji preparó tu plato favorito. - No había llegado bien al Sunny cuando le salían con esto.

No lloraba porque-

- ¡SEBASTIÁN! - Aún no había subido al Sunny. Aún. - ¿Trajiste carne? - Esta vez no, lo siento Luffy.

- También me alegro de verte Luffy, y a ustedes también chicos. - Verse en abrazos y hasta revisado por brazos de goma ya era tan normal que no le sorprendía. - Conseguí un par de libros de cocina, un pergamino raro, algo para Ussop, solo Ussop Luffy, y especias. - No trajo más nada porque no lo logró.

Esperaba que el viejo no fuera a tener un ataque porque se llevará uno de esos pergaminos acumulando polvo en dónde decía "prohibido". Si es que se daba cuenta, había un montón.

- Awwww… - Lo siento Luffy.

- Quizás la próxima vez. - Ojalá no hubiera una próxima vez, quería ir a casa. - Ussop.

- ¿Calcomanías? - Eh, no. - Sellos, buenísima idea por si-

- Explosivos. - El ambiente quedó en silencio abruptamente.

- ¡¿Trajiste explosivos al Sunny?!

- Son sellos explosivos. Aparentemente solo se usó un poco de "chakra" y explotan. De resto no hacen nada. Usopp puede que le saque provecho, y no es culpa mía que los dejaran por ahí botados.

En la aldea de Konoha, un chico despertó por un momento, recordó que tenía algo que se supone que debía recoger, y luego cerró los ojos y procedió a seguir durmiendo porque era muy problemático irlo a buscar. Los otros podían hacerlo si en verdad hacía falta.

- No sé en dónde demonios te metes Sebastián, pero sigue en eso, sigue en eso… - El cocinero estaba enfrascado en sus nuevos libros. Ya había ocultado las nuevas especias con llave y todo.

Nunca se podía estar tan seguro con Luffy.