La antigua orden de maestres de la Ciudadela de Oldtown que guardaban las historias de Westeros utilizaron la Conquista de Aegon como la principal fecha de referencia durante casi trece siglos, antes de que eventualmente esta fuese ligeramente modificada durante el proceso de instauración del presente Calendario Común, hoy utilizado en la mayor parte del Mundo Conocido, siendo Yi Ti, Asshai y Ulthos las más notables excepciones.

Ahora, admitidamente, los verdaderos eruditos saben que tal datación está lejos de ser precisa. La conquista de los Siete Reinos por parte de Aegon Targaryen no se llevó a cabo en un solo día, después de todo. Más de dos años transcurrieron desde el desembarco de Aegon hasta su coronación en Oldtown, e incluso entonces la Conquista permaneció incompleta, ya que Dorne admirablemente logró resistir el poder del fuego y la sangre valyria. Los intentos esporádicos de subyugar a los dornienses continuaron durante todo el reinado del rey Aegon hasta bien entrados los reinados de sus hijos, lo cual hace imposible fijar una fecha concreta para el final de las Guerras de Conquista.

Incluso la fecha de inicio es una cuestión de algún concepto erróneo. Muchos, equivocadamente, asumen que el reinado del rey Aegon I Targaryen comenzó el día en que él desembarcó en la desembocadura del Blackwater, debajo de las tres colinas donde finalmente se levantaría la futura ciudad de King's Landing. Este, sin embargo, no es el caso. Todos los reyes Targaryen y sus respectivas cortes ciertamente celebraron el día del desembarco de Aegon, pero el Conquistador en realidad fijó el día en que fue coronado y ungido en el Septo Estrellado de Oldtown por el Septón Supremo de la Fe de los Siete como la fecha del inicio de su reinado.

Con este hecho en mente, el lector debería saber que el presente volumen, publicado en la ciudad de Harrenton, en el primer día del primer mes del año 2000, con motivo de la Celebración Milenaria, busca aclarar y poner en contexto la situación de la Casa Targaryen a inicios del segundo siglo de la Conquista, antes de que la terrible guerra civil conocida como la Danza de los Dragones devastase gran parte del continente.

En la presente época, la mayoría de los eruditos y los escolares concuerdan en que los inicios de tan sangriento conflicto tuvo su origen tanto en el reinado del rey Viserys I Targaryen, como en el reinado de su abuelo e inmediato predecesor, el rey Jaehaerys I Targaryen, conocido como 'El Conciliador' o 'El Viejo Rey', y en los numerosos decendientes de éste. Por tal motivo, es apropiado hacer un breve recuento de los nacimientos y bodas regales que terminarían influyendo de manera dramática en el futuro del reino.


El rey Jaehaerys I Targaryen nació en el vigésimo día del noveno mes del año 34 de la Conquista, engendrando con su hermana-esposa, la reina Alysanne Targaryen, casi dos años menor que él, un total de trece vástagos: Aegon, nacido en el año 52; Daenerys, nacida en el año 53; Aemon, nacido en el año 55; Baelon, nacido en el año 57; Alyssa, nacida en el año 60; Maegelle, nacida en el año 62; Vaegon, nacido en el año 63; Daella, nacida en el año 64; Saera, nacida en el año 67; Viserra, nacida en el año 71; Gaemon, nacido en el año 73; Valerion, nacido en el año 77; y Gael, nacida en el año 80.


El príncipe Aegon Targaryen, el primogénito del rey y la reina, fue un bebé prematuro que murió poco tiempo después de nacer. Su madre insistió hasta sus últimos días que el príncipe habría logrado vivir si ella no hubiese sido atacada por un grupo de tres septas mientras se disponía a bañarse en las aguas de la poza de Jonquil. De ser esto cierto, el destino de la Casa Targaryen bien pudo haber sido muy diferente.


La princesa Daenerys Targaryen, la primera hija de los monarcas, fue desde una temprana edad una niña curiosa, traviesa y llena de vida, que en ocasiones solía ensuciar sus ropas con lodo y pasto, para tanto el entretenimiento como la frustración de sus padres. Su muerte en el año 60 a causa de los Escalofríos representó un duro golpe para el rey y la reina, no solamente por el hecho de perder a su única hija, sino también porque el fallecimiento de un miembro de la Casa Targaryen, herederos de la Vieja Valyria, a causa de una enfermedad ponía en duda la Doctrina del Excepcionalismo instaurada Jaehaerys I y sus más cercanos asesores.


El príncipe Aemon Targaryen, el primer vástago del rey y la reina en alcanzar la adultez, fue considerado por muchos como el heredero al Trono de Hierro durante casi cuarenta años, desde su nacimiento hasta su trágica y llorada muerte en el año 92 (aunque, oficialmente, él no fue nombrado Príncipe de Dragonstone sino hasta cumplir los siete años de edad).

A lo largo de su vida adulta, el príncipe demostró ser tanto un capaz administrador y un buen maestro de leyes como un brillante caballero y un más que competente líder. Desafortunadamente para él, su matrimonio con Lady Jocelyn Baratheon, su media-tía, aunque fuerte y amoroso, solamente produjo un único vástago: la princesa Rhaenys Targaryen.


El príncipe Baelon Targaryen, conocido por muchos como Baelon el Valiente o el Príncipe de la Primavera, fue el segundo vástago de los monarcas en vivir lo suficiente para convertirse en un adulto. Desde pequeño, muchos notaron su carácter temerario y voluntarioso, el cual sería una de las principales razones de su popular reputación con los nobles y el pueblo llano.

Al igual que su hermano mayor, el príncipe Baelon era un caballero galante y habilidoso, siendo su especialidad las justas. Si bien la inclinación marcial del príncipe era su mayor fortaleza, no hay evidencia alguna de que este hecho haya limitado su capacidad para la administración, como algunas fuentes posteriores a su muerte llegaron a afirmar.

En el año 75, el príncipe contrajo matrimonio con su igualmente tenaz e impetuosa hermana, la princesa Alyssa, quien le daría tres hijos: los príncipes Viserys, Daemon y Aegon.

Después de ayudar a repeler la invasión myriense de Tarth y de vengar la muerte de su hermano, el príncipe Baelon fue nombrado por su padre Príncipe de Dragonstone a mediados del año 92.


La princesa Alyssa Targaryen fue siempre muy cercana a su hermano Baelon, quien en un principio la consideró molesta e impertinente. Con el pasar de los años, sin embargo, ambos comenzaron a sentirse atraídos mutuamente, según la mayoría de los registros contemporáneos disponibles.

A sus quince años, con la aprobación y el consetimiento de sus padres, la princesa se casó con su querido hermano, siendo su matrimonio fuente de escandalosos rumores acerca de su aparentemente innagotable atracción carnal y sus incesantes activades nocturnas.

Dos años después de consumar su unión, ella dio a luz a un alegre, robusto y saludable bebé: el príncipe Viserys Targaryen, futuro rey de Westeros. En el año 81, la princesa volvió a entrar en labor de parto, siendo el resultado de su agotadora experiencia el príncipe Daemon Targaryen, quien llegaría a ser conocido por muchos como el Príncipe Rebelde. Tres años después, la princesa Alyssa trajo al mundo a otro niño por tercera y última vez en su corta vida: el príncipe Aegon Targaryen, apodado por algunos Aegon el Mayor, Aegon el Lujurioso o Aegon el Hacedor de Reyes, dependiendo de las fuentes que sean consultadas.

Lamentablemente, el nacimiento de su tercer hijo dejó a la alguna vez aventurera princesa en una condición sumamente débil de la cual ella nunca pudo recuperarse, muriendo ese mismo año en compañía de su sollozante hermano-esposo.


La princesa Maegelle Targaryen fue una brillante y estudiosa niña, con un corazón cálido y gentil, que solía leer de la Estrella de Siete Puntas cada noche antes de dormir.

En el año 73, en un gesto de agradecimiento a la Madre por parte de la reina Alysanne, la princesa fue ofrecida como una novicia a la Fe de los Siete (hecho que parecío deleitar a ambas partes, si hemos de creer en las fuentes contemporáneas).

Con el pasar de los años, la princesa Maegelle desmostró su piedad y devoción, abandonando su título regal y las comodidades que éste conllevaba, y dedicandose en su lugar a atender a los enfermos y a los necesitados como lo haría una septa más. Ella, además, ayudó al rey y a la reina a enfrentar y a superar algunos de los capítulos más difíciles de sus vidas como monarcas y como padres, demostrando poseer un cierto talento para reconciliar a individuos enfrentados.

Trágicamente, fue esta misma personalidad amorosa y compasiva la que probablemente la haya llevado a una muerte temprana. En el año 94, mientras cuidaba de niños huérfanos afligidos con escamagris, la septa Maegelle contrajo esa terrible enfermedad, pereciendo dos años después, mientras se encontraba bajo el ciudado de sus hermanas de la Fe.


El príncipe Vaegon Targaryen, a diferencia de sus hermanos mayores, nunca pareció sentir afinidad por las prácticas marciales o las destrezas bélicas, a pesar de los esfuerzos del príncipe Baelon por instruirlo en éstas. En su lugar, él prefería leer extensos libros y contemplar antiguos textos antes que blandir espadas o empuñar lanzas. Incluso el sexo opuesto no representaba nada más que una distracción para el príncipe, quien en ocasiones incluso parecía repudiar la compañía de sus hermanas o de las diversas damas provenientes de antiguas y respetables familias que frecuentemente visitaban King's Landing.

La decisión del rey Jaehaerys de enviarlo a la Ciudadela en el año 78, aunque poco ortodoxa, no obstante demostró ser un gesto satisfactorio para el príncipe Vaegon, quien muchos años después, al momento de escribir su crónica personal, afirmaría que su vida en la orden de los maestres le había traído más paz y gozo que su niñez en el Torreón Rojo.


La princesa Daella Targaryen fue una chica dulce, gentil y dueña de un tierno corazón, aunque sumamente tímida, asustadiza y emocionalmente delicada. Los registros indican que la princesa era de baja estatura y su apariencia, si bien bonita, poseía un cierto aspecto infantil que nunca se desvaneció por completo, ni siquiera cuando ella llegó a florecer.

A pesar de que sus padres regales originalemente tenían pensado comprometerla con su hermano mayor, el príncipe Vaegon, sus personalidades demostraron ser demasiado diferentes para que tal unión tuviese lugar.

En el año 80, después de largos meses buscando infructuosamente un marido adecuado para su hija, la reina Alysanne le presentó a la princesa tres prometedores candidatos: Lord Boremund Baratheon de Storm's End, considerado por muchos contemporáneos como la mejor opción en vista de su relación sanguínea; Lord Tyland Lannister de Casterly Rock, el pretendiente más cercano en edad a la princesa Daella, así como el más rico y el más apuesto; y Lord Rodrik Arryn del Eyrie, el candidato de mayor edad y el menos atractivo, según las crónicas.

Para sorpresa de muchos, apreciando su sabio y amable carácter, la princesa elegió a este último como su futuro esposo, casándose con él antes de que el año llegase a su fin en el sept de Dragonstone, en una ceremonia relativamente privada. El alegre matrimonio no tardó en dar su fruto, pues en el año 82 la princesa Daella dio a luz en el Eyrie a su único vástago: Lady Aemma Arryn.

Trágicamente, la princesa no sobrevivió a la experiencia, muriendo poco tiempo después del parto a los dieciocho años de edad.


La princesa Saera Targaryen siempre fue la más voluntariosa y la más problemática de las hijas del rey Jaehaerys y la reina Alysanne. Desde temprana edad, ella demostró una disposición fuerte, demandadora y desobediente, además de una enorme necesidad de atención y de una impropia costumbre de jugarle bromas y travesuras pesadas a su hermana mayor, la princesa Della, y al tonto de la corte, Tom Turnip.

La conducta de la princesa Saera simplemente pareció empeorar con el pasar de los años, hasta culminar en un terrible y vergonzoso escándalo de naturaleza sexual en el año 84, el cual no solamente involucró a la princesa, sino también a sus dos mejores amigas, Lady Perianne Moore y Lady Alys Turnberry, y a sus tres favoritos: Lord Roy Connington de Griffin's Roost, Ser Jonah Mooton de Maidenpool y Ser Braxton Beesbury de Honeyholt.

Las consuencias de tan ignominioso altercado dejaron a Ser Braxton Beesbury muerto a manos del rey, a Lord Roy Connington en el exilio, a Ser Johan Mooton humillado y a las damas Perianne y Alys en deshonra (además de preñada, en el caso de esta última). La princesa Saera, por su parte, fue enviada a Oldtown con la intención de que ella sirviese como novicia en la orden de las Hermanas Silenciosas, confiando su regal padre en que tal castigo la hiciese reflexionar acerca de su comportamiento.

No obstante, después de casi dos años cumpliendo penitencia, la princesa escapó de su casa madre, dejando Westeros en una nave con destino a la Ciudad Libre de Lys, donde ella infamemente permanecería varios años ofreciendo sus servicios en un jardín del placer antes de partir con rumbo a Volantis en el año 94. Fue ahí donde, gracias a su cuerpo y a su astucia, la princesa Saera lograría asentarse hasta el final de sus días, convirtiéndose en la pudiente propietaria de una famosa casa del placer.


La princesa Viserra Targaryen fue la hija más hermosa y más agraciada de sus padres regales, con facciones finas, un cabello rubio plateado, brillantes ojos púrpuras, y una inmaculada piel blanca. Tal belleza y tal encanto, sin embargo, fomentaron un considerable sentido de vanidad en la princesa, quien en algún momento llegó a considerarse tan llamativa y elegante como una diosa.

A pesar de que muchos consideraban que un compromiso con su hermano menor, el príncipe Valerion, era una fuerte posibilidad, su madre parecía tener dudas al respecto. La actitud fría y burlona que la princesa Viserra mostraba por su sensible y enfermizo hermano, así como su expreso deseo de casarse en su lugar con su recién enviudado hermano mayor, el príncipe Baelon, habían perturbado enormemente a la reina Alysanne.

Decidida a controlar la ambición y la arrogancia de su hija, la reina decidió comprometerla con el anciano Lord Theomore Manderly de White Harbor.

El arreglo, predeciblemente, no fue del agrado de la princesa, quien no dudó en expresar vigorosamente su inconformidad, y ni siquiera los argumentos que su madre le presentó a favor del compromiso la hicieron cambiar de opinión.

Días después de intentar infructuosamente de convencer a su padre de anular el compromiso y de tratar vanamente de seducir a su hermano Baelon con la intención de que él tomase su virtud, ella decidió escapar discretamente del Torreón Rojo para así disfrutar unos últimos momentos de diversión y de libertad antes de partir al gélido Norte.

Esa fatídica noche del año 87, mientras cabalgaba ebria a gran velocidad por las oscuras calles de King's Landing, la princesa Viserra sufrió un terrible accidente cuando su palafrén colisionó con el de uno de los caballeros que la acompañaban, siendo expulsada violentamente de su silla de montar hacia un muro cercano.

La princesa resultó gravemente herida, sufriendo profundas heridas y laceraciones en su rostro, incluyendo la fractura de su nariz y sus pómulos, la dislocación su mandíbula, y la lamentable pérdida de algunos de sus dientes, lo cual, a pesar de los comendables esfuerzos del gran maestre Elysar por evitarlo, terminaría por desfigurar permanentemente su bella apariencia.

Como consecuencia del incidente, el rey Jaehaerys y la reina Alysanne decidieron hablar con su hija y reconfortarla mientras ella todavía se encontraba en cama recuperándose del horrible suceso. Fue en ese momento cuando, según fuentes como el septon Barth, la mismísima Mano del Rey, la princesa Viserra rompió en llanto y les rogó a sus padres que no la enviasen a congelarse al desolado Norte solamente para ser la yegua de cría de un gordo anciano.

A mediados del año 87, mientras la princesa todavía seguía recobrando sus fuerzas, y como consecuencia de largas y acaloradas discusiones, donde los gritos, los reclamos, las acusaciones y las lágrimas fueron los principales argumentos intercambiados, ambas partes llegaron a un acuerdo: el rey y la reina accederían de mala gana a romper el compromiso de su hija con Lord Manderly, manchando para siempre la palabra y la reputación del Trono de Hierro; a cambio, la princesa no presentaría objeción alguna a su siguiente prospecto de matrimonio, quien quiera que fuese, o de lo contrario ella sería enviada como novicia a la Fe para hacerle compañía a su hermana Maegelle.

La princesa Viserra aceptó vacilantemente dicha condición y fue así que meses después, a principios del año 88, para su inmediata sorpresa y consternación, ella terminó comprometida con su medio-primo: Borros Baratheon de Storm's End, trece años menor que ella.


El príncipe Gaemon Targaryen nació prematuramente después de una larga y complicada labor de parto que dejó a su madre sumamente débil.

Para alarma de todos, el príncipe resultó ser una criatura diminuta y delicada, con apenas la fuerza suficiente para llorar o alimentarse. Por tal motivo, su temprana muerte casi tres meses después resultó poco sorpresiva para algunos. No obstante, tal hecho no evitó que sus padres regales sufrieran y lloraran profundamente su pérdida.


El príncipe Valerion Targaryen nació después de un problemático parto que dejó a su madre tendida en cama por seis meses enteros. Al igual que su hermano Gaemon, el príncipe Valerion resultó ser una criatura pequeña y frágil, con una complexión pálida y un llanto preocupantemente débil. A pesar de que, por órdenes del rey y la reina, el príncipe fue atendido por una docena de nodrizas y sirvientas, muchos eran de la opinión que él no sobreviviría para ver su primer onomástico.

No obstante, en lo que algunos consideraron un milagro y otros eventualmente llegarían a llamar una catástrofe, el príncipe Valerion logró vivir y superar su etapa de infante pese a todo pronóstico o expectativa. Aun así, similar al caso de su hermano Vaegon, él nunca llegaría a convertirse en un hombre alto, fuerte o particularmente atractivo, al menos no en comparación con otros varones de su Casa.

Desde una temprana edad, muchos asumieron que el príncipe sería comprometido con su hermana Viserra o quizás con su hermana Gael, siguiendo la tradición valyria. Algunos incluso llegaron a pensar que el príncipe Valerion podría ser designado como el prometido de su sobrina, la hermosa y decidida princesa Rhaenys.

Ninguna de estos escenarios, sin embargo, llegó a materializarse. El penoso incidente que involucró a la princesa Viserra forzó a sus padres a compensar a la Casa Manderly por el compromiso roto. Esperando aplacar el descontento del Norte, la reina Alysanne decidió hacer un intercambio a finales del año 87: ella le prometió a Lord Theomore que el menor de sus hijos se casaría con su nieta, Lady Marla Manderly, apenas ambos cumpliesen la mayoría de edad. Sumado a esto, Lady Marla sería hecha una importante pupila de la Corona y una destacada dama de compañía de la reina.

El gesto pareció complacer al anciano y corpulento señor de White Harbor, quien no tardó en enviar un mensaje a King's Landing aceptando la propuesta.

Así, en el año 93, el príncipe Valerion de la Casa Targaryen y Lady Marla de la Casa Manderly se casaron en el sept regal de King's Landing frente a una enorme y ruidosa multitud, siendo algunos de los asistentes prominentes nobles norteños.


La princesa Gael Targaryen fue la séptima hija y el decimotercer y último vástago del rey Jaehaerys y la reina Alysanne, concebida cuando ambos ya se encontraban en una edad avanzada. Como consecuencia de esto, la princesa era lo suficientemente joven para ser la hija de la mayoría de sus hermanos y hermanas, hecho que fue graciosamente notado por muchos miembros de la corte.

La princesa Gael vino al mundo siendo una bebé pálida y pequeña (similar en apariencia a su hermano Valerion), aunque ella eventualmente crecería para convertirse en una dulce, amable y amorosa niña, si bien algo tímida, delicada y extremadamente ingenua. Ciertamente, fueron estas últimas características las que llevaron a algunos individuos dentro la corte a considerarla, usando términos modernos, una chica mentalmente limitada.

Al florecer, el asunto de quién sería su esposo comenzó a tornarse en un tema de conversación cada vez más común dentro de los largos pasillos del Torreón Rojo, a pesar de que la princesa parecía estar más interesada en hacerle compañía a su ya anciana madre, siguiéndola a todas partes como si fuese una constante sombra, que en caminar hacia un altar e intercambiar votos de amor y de fidelidad.

El príncipe Valerion y el príncipe Viserys habían sido descartados como posibles opciones meses atrás debido a sus matrimonios con Lady Marla Manderly y con Lady Aemma Arryn, respectivamente. Esto, según los breves escritos del gran maestre Elysar, solamente dejaba a dos candidatos adecuados: el príncipe Daemon Targaryen y su hermano menor, el príncipe Aegon.

Muchos esperaban que el rey y la reina eligiesen al primero de estos para casarse con su hija, citando el favorable hecho de que sus edades eran similares. No obstante, a principios del año 96, contra toda expectativa, la reina Alysanne le informó a la corte que el príncipe Daemon se casaría el año siguiente con Lady Rhea Royce, la heredera de Lord Yorbert Royce de Runestone.

Consecuentemente, la princesa Gael terminó siendo comprometida con el príncipe Aegon Targaryen, su joven sobrino.


Fue así, mediante la expansión sin precedentes de la Casa Targaryen, que las semillas de unos de los conflictos más terribles y devastadores de la historia del continente fueron sembradas.