Extra: Nightfall y la realidad.


La cara de Twilight se mantuvo tranquila cuando Sylvia lo echó de su oficina después de la reunión. Agradeció con un gesto de cabeza, pero su jefe ya estaba serio de nuevo, así que se dio la vuelta y se fue.

Se sentía como otra persona, y de alguna manera, lo era. Nunca pensó que podría tener una "vida" de nuevo. Como espía, había renunciado a esas aspiraciones y a su identidad. Ahora, las había recuperado gracias a una serie inusual de eventos.

«Aunque ya tengo mi familia, no debo bajar la guardia. La operación Strix sigue en marcha».

Entonces, hizo lo que debía hacer. Como padre, verificó si podía comprar maní para su hija, y como hombre de familia, miró su reloj para ver la hora y así ir a la tintorería. No le tomaría más de media hora, y llegaría a casa a tiempo para la cena. Incluso pensó que después podría estudiar con Anya y pasar tiempo con Yor cuando sacaran a Bond en su paseo nocturno.

La sola idea de sus planes futuros lo hizo sentirse emocionado. Sin embargo, intentó no mostrar en su rostro lo contento que estaba. Le gustaba tener a su familia en mente, sin voces que le dijeran que no debía encariñarse o le recordaran cosas de su vida como espía.

Suspiró con anhelo, indicando que ansiaba regresar a casa.

—Ya es hora —susurró, y se movió por las instalaciones de WISE.

Algunas personas lo saludaron, pero estaban ocupadas con sus cosas. No era sorprendente, ya que la visita del ministro de Turismo de Westalis a Ostania estaba a punto de suceder en los próximos días. A diferencia de eventos anteriores, había más agentes para evitar problemas. Aun así, Twilight estaba atento, vigilando para detectar cualquier intento de travesura.

Fue entonces cuando vio a alguien familiar.

—Oh, Nightfall —respondió él con un gesto de cabeza, más rápido de lo usual.

—Twilight —dijo ella de repente y apretó su carpeta con fuerza. Twilight notó el gesto extraño—. ¿Hay alguna novedad sobre la operación Strix? No ha habido muchos avances —le preguntó, sin alzar la voz.

Twilight se tensó ante la pregunta. Nightfall consideraba que la forma en que dirigía la misión desde el principio era débil y poco confiable, y que eventualmente llevaría al fracaso. Sin embargo, él no compartía esas opiniones, y encontraba molesto que le aconsejara rediseñar la operación.

Por lo tanto, su falta de interés en entablar un diálogo no era una exageración.

—¿Qué estás sugiriendo? —se puso a curiosear, manteniendo cierta distancia—. Nightfall.

—Nada —respondió ella, y luego pareció parpadear durante más de un segundo—. Absolutamente nada.

Asintió y, al mirarla a los ojos, notó que ella lo despreciaba de verdad.

—¿Qué está pasando? —insistió Twilight, su tono mostrando que se sentía incómodo. Nightfall volvió a negar con la cabeza—. Bueno, si me disculpas, debo regresar con mi familia.

Cuando Twilight sintió que no había más que decir, no esperaba que ella respondiera.

—Sigues desperdiciando tu talento de esa manera.

Twilight se sorprendió por el desafío que percibía en sus palabras. Estaba demasiado cansado para discutir. Si Nightfall insistía en perder el tiempo con ese tema, así fuera, no le preocupaba.

—Y tú —respondió con un tono grave. Loid sintió cómo su corazón latía con intensidad—. No recuerdas cuál es tu posición —y contuvo la respiración antes de añadir—. No tienes ni voz ni voto en la operación Strix.

Se miraron en silencio por un rato hasta que Twilight notó que ella no dijo nada más. El pasillo alrededor de ellos se llenó de más personas, así que el espía decidió terminar la conversación y se fue sin decir nada más. Pensó que lo que Nightfall estaba insistiendo no le importaba averiguarlo.

Lo que no vio fue cómo la carpeta en las manos de Nightfall se arrugaba.

Al final y con dolor, Nightfall se dio cuenta de que tenía razón. Las emociones inapropiadas habían surgido y se cernían sobre la eficacia del espía Twilight como nubes pesadas. Esas emociones, al principio insignificantes, se volvieron mucho más imponentes y se convirtieron en una sombra.

Una sombra con la figura de Loid Forger.

Nightfall no se preguntó qué significaba eso, ni cuánto tiempo duraría. Simplemente, sostenía la carpeta entre sus manos y caminaba hacia la oficina de Sylvia. Al entrar, su jefa le hizo un gesto para que esperara mientras arreglaba la pizarra detrás de su escritorio.

—¿Hay algún problema con la operación Strix? —preguntó Nightfall. Su voz sonaba más baja de lo habitual, demasiado baja.

—Ninguno. Es una misión a largo plazo, así que tendrá sus altibajos —respondió Sylvia después de arreglar algo—. Aunque Twilight ha tenido buen progreso en los últimos días.

—¿A qué se refiere? —preguntó la otra persona presente, deteniéndose para mirar lo que su superior estaba arreglando.

Si había un destino, Nightfall sentía que se burlaba de ella mientras prestaba atención. Junto a los retratos de la familia Desmond y sus contactos, estaba el retrato de la familia Forger, y la sonrisa en el rostro de quien era Twilight parecía real.


Nota de la autora: ¿Actualización inesperada? Sí. Esto se establecía como el prólogo de la secuela, pero esa historia nunca verá la luz, sin embargo, decidí añadir los capítulos que tenía avanzados como extras.

Esperen un par de actualizaciones más como está muy pronto.

Ciao.