¡Hey!
Soy como un fantasma a veces. Aparezco cuando menos lo esperan, pero aparezco si o si. Cosas de la vida, ¿No?
Disclaimer: MSLN ni sus personajes me pertenecen, todo el crédito a sus respectivos autores.
Capítulo 10: Quinto Viaje
Las semanas siguientes transcurrieron en medio de una extraña calma, y Fate se maravilló al saber que le había tomado cariño a sus sesiones de ejercicio nocturnas, a pesar de que solía terminar completamente agotada después de cada entrenamiento.
Con el pasar de los días descubrió que el horario que había seleccionado para utilizar el gimnasio era el adecuado si no quería toparse con mucha gente. La gran mayoría de los trabajadores de la TSAB que ocupaban ese servicio solían preferir llegar un poco más temprano y hacer ejercicio durante las mañanas, por lo que en las noches no era un lugar tan concurrido. También, con los días se dio cuenta de que Nanoha también prefería utilizar el gimnasio en ese horario, así que terminaron coincidiendo prácticamente todos los días.
Lo que había empezado como un simple compañerismo atlético se estaba transformando en una dolorosa amistad para Fate. No tenía otro nombre capaz de describir la extraña relación que se había creado entre ellas dos. Nanoha la trataba con una familiaridad que le recordaba a su corto contacto durante la universidad, pero sin llegar a ser demasiado explícito. Parecía que la cobriza había decidido ignorar olímpicamente lo que había ocurrido entre ellas años atrás.
A veces Fate se preguntaba si era ella quién no había superado aún lo que había pasado y por eso, a pesar de que lo más lógico era que ella también le siguiera el juego a Nanoha en ignorar esa época, parecía estar esperando que en cualquier momento la mujer quisiera hablar respecto a ese tema.
Lo que era muy egoísta de su parte, considerando que estaba plenamente consciente de que Nanoha se iba a casar con el noviecito que tenía. ¿Qué ganaba intentando alborotar el avispero del pasado? No creía ser capaz de soportar el dolor del aguijonazo que seguramente recibiría si era ella quién trataba de sacar ese tema a la luz.
Aunque, cuando analizaba sus interacciones con la cobriza, le daba más la impresión de que Nanoha simplemente se estaba haciendo la tonta para no sacar a relucir esa situación. Sobre todo porque, con su nueva camaradería, entre ejercicios solían hablar de muchas cosas, y en ningún momento la cobriza le había mencionado siquiera algo alusivo a su futura boda.
Independientemente de los motivos de Nanoha, Fate en el fondo le agradecía ese voto de silencio referente a esos asuntos. A falta de viajes a la otra realidad, en donde sí había sido lo suficientemente valiente como para exponer sus sentimientos hacia Nanoha desde el inicio, en esa realidad ella seguía siendo una gallina que se llenaba de temor cada vez que la mujer le sonreía de esa manera tan luminosa como solo ella podía hacerlo.
A pesar de que las siguientes evaluaciones de Shamal transcurrieron estupendamente, y más bien la doctora se mostró tremendamente complacida con el renovado estado físico de Fate, Rein había mantenido un silencio sepulcral referente a las pruebas. Distraída con la nueva cercanía que había desarrollado con Nanoha, no había extrañado mucho su contacto con la otra realidad.
Sin embargo, un par de semanas después de continuas visitas al gimnasio, esta vez sin rastros de la cobriza, estaba empezando a ponerse un poco ansiosa. Intentó hablar de nuevos ensayos de manera sutil con Rein pero su colega, toda una experta en hacerse la desentendida cuando le convenía, cambiaba el tema rápidamente para enfocar nuevamente su atención en procesar los datos.
Lo peor de todo es que no podía presionar con el tema a Rein de manera directa. La mujer, aunque era su querida amiga, también era la jefa oficial de esa investigación, y sabía que aún tenía cierto recelo por el estado en el que había regresado del último viaje.
Por eso, Fate no pudo evitar sorprenderse al escuchar cómo Rein le pedía que se preparara para una nueva prueba, unos pocos días después.
- Creo que con esta prueba ya tendremos todos los datos que necesitamos por el momento - dijo Rein, mientras verificaba que las lecturas de las máquinas de monitoreo estuviesen correctas.
- Aún hay mucho que desconocemos Rein. Seguramente la información que tengamos de este viaje hará necesario que continuemos con las pruebas.
- Eso ya lo veremos. Toma - agregó, entregándole un vaso medidor con RF6 - Apúrate.
Fate tomó el vaso, pero miró por algunos segundos el contenido. Era prácticamente la mitad de lo que normalmente usaban en los ensayos.
- ¿Bajaste la dosis? - preguntó Fate, mirándola extrañada.
- Considéralo parte del experimento - contestó escuetamente su colega.
Sabiendo que no lograría sacarle más información a su jefa, Fate apuró el contenido del vaso. Unos segundos después, recostada en la camilla y empezando a adormecerse por culpa del sedante que Rein había empezado a administrar, su alrededor empezó a perder nitidez y, poco a poco, sus párpados se cerraron para sumergirla en la oscuridad.
Esta vez, el murmullo de muchas voces fue lo que la hizo espabilar.
Observando a su alrededor se encontró con su antiguo campus. Aunque parecía estar en una sección distinta del campus que, al menos en su realidad original, no había visitado frecuentemente mientras estudiaba, sabía que se encontraba en esa universidad porque podía reconocer la amplia explanada del sitio. Las numerosas áreas verdes de ese campus eran bastante populares entre los estudiantes, que aprovechaban el espacio para jugar a la pelota o sentarse con el resto de sus compañeros a hablar de las clases o de la próxima fiesta del fin de semana, así que durante su época estudiantil había pasado parte de su tiempo en ese lugar.
- Testarossa ¿Cómo crees que te fue en el exámen?
La voz de quién le hablaba le tomó completamente por sorpresa.
Rápidamente fijó su vista en la interlocutora: una mujer ligeramente más alta que ella, de complexión atlética y cabello pintado de rosa. Aunque su mirada celeste podía parecer severa, Fate de primera mano sabía que la mujer era una de las personas más amables y confiables que había conocido en su vida. Su actitud, gentil pero llena de seriedad, solo podía compararse con la actitud de un caballero.
Para muchas chicas, Signum era justamente un caballero, a pesar de su silueta femenina.
Fate había conocido a Signum mientras estudiaba en la universidad, en una de las tantas fiestas a las que había asistido en su época de estudiante. Ella particularmente no había tomado interés en Signum a un nivel amoroso, pero estaba consciente de que muchas de las mujeres con inclinaciones homoafectivas del campus babeaban por la atlética mujer. Su atractivo con las chicas era tanto que se había hecho bastante conocida también en otras escuelas de la misma universidad.
Habían sido buenas compañeras de fiesta, e incluso habían jugado algunos partidos de soccer en una de las canchas deportivas del campus, pero cuando los estudios de Fate incrementaron su dificultad y tuvo que dejar de ir a fiestas perdieron el contacto. Sobre todo porque Fate estudiaba en la escuela de Ciencias y Signum, si más no recordaba, estudiaba en la escuela de Administración y Negocios.
Signum no tenía ni la más remota idea de ciencias. ¿Cómo le podía preguntar por algún exámen?
Cuando los recuerdos se agolparon de golpe en su cabeza, apenas alcanzó a pestañear un par de veces para disimular su sorpresa.
Definitivamente había escogido un camino distinto esta vez.
Bajó su cabeza momentáneamente para fijar su atención en el pesado libro que cargaba en su regazo. Al darse cuenta de lo que trataba tuvo que releer el título un par de veces para asimilar que no se estaba equivocando.
"Fundamentos de Administración"
- Con esa cara todo indica que no te fue muy bien - comentó Signum, aguantando la risa.
- Si. No. Es decir - intentó explicarse Fate, ordenando sus ideas - Contesté lo que pude. Espero que me haya ido bien.
- La última vez que me dijiste eso te sacaste un sobresaliente - dijo Signum, mientras empezaba a caminar por el pasillo, con Fate siguiendo sus pasos - Sé que no te gusta alardear, pero a veces está bien no ser tan modesta.
- ¿Y a ti? - preguntó Fate, para salir del foco de atención - ¿Cómo te fue?
- Bien, creo - respondió honestamente la mujer - Alcance a contestar todas las preguntas del examen, así que tengo fe. Gracias por ayudarme a estudiar, definitivamente te debo una.
- No te preocupes, para eso estamos los amigos.
- Por cierto, ¿Cómo está Nanoha?. Los de ciencias están organizando una fiesta para este fin de semana. Será fuera del campus, así que podrías ir con ella sin problemas.
Fate estaba intentando exprimir su cerebro para buscar algún recuerdo de su situación con Nanoha cuando empezó a sentir una ligera vibración en su pierna. Al revisar en el bolsillo de su pantalón se encontró con su teléfono celular, qué en esos momentos vibraba rítmicamente mientras su pantalla se iluminaba anunciando una llamada entrante de Nanoha.
- ¡Oh! Justo está llamando - contestó alegremente Fate - Dame un segundo.
Alejándose algunos pasos de Signum, se apresuró a tomar la llamada de Nanoha.
- ¡Hola Fate! - saludó alegremente Nanoha, desde el otro lado de la línea - ¿Ya terminaste tu clase?
- ¡Hola Nanoha! Sí, justo acabo de salir.
- ¡Súper! Estoy afuera de tu universidad.
- ¿Qué? - preguntó sorprendida Fate.
- Que estoy afuera de tu universidad tontita. ¿Quieres dar un paseo?
- ¡Sí! Salgo de inmediato.
Con el corazón latiendo rápidamente en su pecho, se despidió alegremente de Signum para prácticamente correr hacia la entrada del campus. Allí, esperándola recostada de una furgoneta que definitivamente tenía unos cuantos años de lucha en las calles, estaba Nanoha. Con una amplia sonrisa plasmada en su rostro, esperó pacientemente a que Fate terminara la corta carrera que las separaba, y extendió sus brazos para recibir a su pareja entre ellos.
Al sentir la calidez del cuerpo de Nanoha pegado al suyo, Fate no pudo evitar soltar un pequeño suspiro de felicidad. Entre sus recuerdos difusos tenía una certeza absoluta. Habían pasado algunos años, seguían juntas. Nanoha era su pareja.
Y había cumplido su sueño de ser florista. En esa realidad, Fate estaba estudiando otra carrera para poder apoyar a su pareja más adelante. Aunque no podían verse a diario por los estudios de Fate, Nanoha siempre encontraba la manera de ir a verla cada vez que podía.
- Te extrañé mucho estos días - susurró Nanoha, sin soltarla.
- Yo también te extrañé muchísimo - murmuró sinceramente Fate.
- ¿Ya almorzaste? - preguntó Nanoha, mientras le abría la puerta para que pudiese subirse a la furgoneta - ¡Yo invito!
Según las cuentas que estaba sacando mentalmente, era muy probable que ya hubiesen pasado al menos un par de años desde el último momento que había visto en esa realidad. Esa información era tan curiosa como importante. Sería la primera vez que tenía un salto temporal tan grande entre los viajes que había hecho. Nanoha también se veía ligeramente mayor. El cambio no parecía ser tan solo a nivel físico. La cobriza, de pronto, había adquirido un nuevo nivel de confianza que la hacía recordar muchísimo a cómo era la Nanoha de su realidad original cuando ambas iban a la universidad.
Cuando la cobriza le tendió una mano, Fate la tomó cariñosamente, entrelazando sus dedos en el proceso.
Estaba segura de que cualquier persona se sentiría abrumada por el cambio tan drástico que un solo acto había desencadenado en el desenvolvimiento de una realidad. Sin embargo, con Nanoha tomando su mano en ese momento, en el estacionamiento medio vacío de una hamburguesería, en su corazón no había espacio para el miedo.
- Por cierto Fate ¿A qué no adivinas? - preguntó alegremente Nanoha.
- ¿Qué sucede? - inquirió con interés.
- Mi papá me avisó que recibió una notificación del banco. ¡Nos aprobaron el crédito! - exclamó la cobriza, visiblemente emocionada - ¡Vamos a poder montar la floristería!
Fate estaba a punto de decirle que esa noticia era maravillosa cuando sintió que era arrancada abruptamente de esa realidad.
Fue una sensación tan abrupta que, con los ojos abiertos de par en par, intentó levantar su cabeza de la camilla pero todo a su alrededor empezó a darle vueltas. Un segundo intento la dejó con unas náuseas infernales.
- Rein - murmuró lastimeramente - Creo que voy a vomitar.
- ¡Espera! - pidió Rein, mientras retiraba hábilmente los electrodos que tenía a su alcance - ¡Dame un segundo!
Dejando escapar un quejido, Fate intentó respirar profundamente mientras mantenía los ojos cerrados, tratando de esa manera que el mundo parara de girar a su alrededor. Los pasos apresurados de Rein le aseguraron que su colega ya estaba a su lado y, al abrir los ojos, se dio cuenta de que la mujer estaba sosteniendo el cesto de basura frente a ella, completamente a su disposición.
Al intentar incorporarse agradeció profundamente esa acción, porque el movimiento solo hizo que su cuerpo dejara salir, entre arcadas, todo lo que su triste estómago contenía.
- Con calma - susurró Rein.
- No me sien… - intentó decir Fate - ¡Urgh!
- No intentes hablar - le indicó su colega, ayudándole a sostener su cabello - Deja que salga.
No supo cuánto tiempo más pasó en esa posición, prácticamente abrazando el balde de basura que tenía en su regazo mientras Rein palmeaba ligeramente su espalda, y se preocupaba de que su cabello quedara completamente fuera del alcance de la amenaza que estaba expulsando. Solo sabía que el mundo aún no paraba de girar, y que cada contracción de su diafragma la dejaba cada vez más y más agotada.
Por eso, ni siquiera tuvo fuerzas para negarse cuando Rein le dijo que irían al hospital, mientras prácticamente la tomaba en brazos.
Nadaoriginal: Y parece que físicamente se pone peor. Como dirían en mis terruños orientales "le cayo ... al ventilador". Pero bueno, la vista que tuvo en el capítulo anterior valió la pena al final, no? Como diría la gran filósofa Nathy Peluso: Eso es natural, no plastic. Siempre un gusto leerte! Qué tengas una excelente semana
Gui: Es que mira... Algunos dicen que la casualidad no existe. En este caso podría estar muy de acuerdo con esa aseveración. Por cierto! En el capítulo anterior lo había olvidado pero: Muchas gracias por el review en la otra historia! Me alegra mucho saber que esa historia te gusto, y tus palabras me dejaron el corazón contento! jajaja. Espero que tengas una muy buena semana tu también!
Thelostname: Le tocó ver la fruta prohibida que no se puede comer. ¡Cosas de la vida! Pero bueno, Nanoha siendo la patrona, que digo, Nanoha siendo Nanoha! Lo cierto es que Fate últimamente está pareciendo un espiral descendiente. Qué tengas un bonito domingo!
Nos leemos pronto!
