ENTRE PROMESAS ROTAS
¡Hola! Al fin nuevo cap. :D
- Rosa. Taisho: ¡Hola! :D Me alegra mucho que estés emocionada por el nuevo capítulo ¡Y sí! Inuyasha está llevándonos a todos por un camino bastante enredado ¿verdad? Jaja, Pero en este capítulo quise describir un poco lo que está pasando por su cabeza y todo lo que genera esta situación en él. Por otra parte, Kagome está pasando por un lío emocional, ¡eso seguro! Y sobre el malestar... ¡ya lo descubrirás! El misterio se mantiene, ;) aunque la mayoría ya se dio cuenta de lo que le está pasando jaja solo queda esperar la gran revelación. ¡Gracias por leer y seguir las actualizaciones!
- Susanisa: ¡Hola! Jaja parece que compartes la misma frustración que muchos de nosotros con Inuyasha :D Iremos viendo cómo se va a desarrollar la historia de a poquitos ¡Y sí! Ten por seguro que Kag no se quedará sin hacer nada ;) ¡Gracias por leer!¡Nos vemos en la siguiente entrega!
- joiscar: ¡Hola! ¡Me alegra que hayas llegado hasta aquí y que estés disfrutando de la historia! Que, por cierto, esta trama estará llena de giros inesperados, así que prepárate para un viaje emocional jaja ¡Gracias por seguir y darle una oportunidad a la historia! :) ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
- Lin Lu Lo Li: ¡Hola! Que alegría leerte de nuevo. Me emociona saber que estás disfrutando de la historia y que cada detalle te está atrapando. La relación entre Inuyasha y Kagome está tomando caminos inesperados, lo sé ¡Y Naraku está añadiendo su toque peculiar al drama! ;) Ya que cada personaje tiene su propia historia y su papel importante en este enredo. Ya se irá viendo cómo se va a desarrollar la historia poco a poco. Estoy emocionada por lo que se viene y espero que sigas disfrutando de cada actualización ¡Nos vemos en el próximo capítulo y gracias por leer!
- Rocio K. Echeverria: ¡Hola! :) jaja lamento haberte dejado aún más confundida, pero qué bueno que estás poniéndote al día y me alegra que estés disfrutando de la historia. Sobre Inuyasha, ¡ah, el eterno dilema! :D ¿Confundido, orgulloso o simplemente en su propio mundo? ¡Quién sabe! jaja La incertidumbre es parte de, ¿verdad? Y sobre la idea de que durmieran juntos... ;) ¡esos momentos siempre generan expectación! Lástima que no sucediera, pero se vienen más capítulos, veremos qué pasa con este par ¡Gracias por tus saludos! :) ¡Espero que disfrutes de este cap. y que la historia te siga sorprendiendo! ¡Hasta la próxima lectura! ¡Saludos!
- Cindy osorio: ¡Hola! ¡Gracias por darle una oportunidad a la historia y me encanta que la estés disfrutando! :D La incertidumbre sobre el bebé siempre añade ese toque intrigante jaja ¿Será o no será? Aunque ya es obvio la espera puede ser desesperante pero también emocionante :) ¡Espero que disfrutes de los próximos capítulos y que la trama siga sorprendiéndote! ¡Nos leemos pronto! :]
- Annie Perez: ¡Hola! Me llena de alegría saber que te está encantando la historia. ¡Por supuesto que seguiré con ella! :D Estoy emocionada de que la estés disfrutando y espero que los próximos capítulos te sigan atrapando. ¡Gracias por ser parte! ¡Nos leemos en el próximo capítulo! :)
¡Al fin! Una nueva actualización y disculpen la demora, hoy no fue un buen día para mí, pero escribir siempre me relaja y hace que me desconecte un poco de todo.
Este nuevo cap. Trae un poco de todo, más sentimientos encontrados y dudas en Inu y Kag. Pero valdrá la pena si queremos que ambos tomen una buena decición. ¡Estén atentos a las próximas actualizaciones ya que si me da tiempo lo subo un día entre semana! Miestras tanto, hasta el próximo domingo :D
P.D. Un agradecimiento especial a Rosa. Taisho y a Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma por las recomendaciones de la historia en sus páginas de Facebook. ¡Y gracias a todos por sus Reviews! No saben lo feliz y agradecida que estoy :]
Atte. XideVill
Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.
CAPÍTULO 5.
INUYASHA
No tenía completa certeza sobre el origen de mi irritación. Ni del por qué mi enojo.
Cerré la puerta del auto como si esta fuera de piedra, los impulsos de golpear el volante no los pude controlar hasta al menos haber soltado un par en él.
¿Por qué me enojaba tanto que Kagome hubiera preferido su privacidad a cambio de mi compañía? Si al final ya no manteníamos una relación de pareja, o al menos no según mi percepción de lo que implicaba ser una.
Estaba perdiendo la razón; tenerla cerca de alguna manera revivía algo del Inuyasha adolescente e impulsivo en mí. Y Kag no merecía sufrir por eso. El divorcio era inevitable y revertir esa decisión podría implicar más inconvenientes que soluciones, y al parecer Kagome parecía estar muy segura de esta decisión, entonces, no hay forma de dar marcha atrás.
KAGOME
Desperté con la esperanza de sentir su cuerpo junto al mío y cuando no fue así, un sentimiento de culpa me recorrió por todo el cuerpo.
Detestaba levantarme tan temprano, pero no pude conciliar el sueño durante toda la noche preocupándome por si algo le hubiera sucedido a Inuyasha.
Me puse un abrigo y bajé las escaleras. Por lo visto mamá aún dormía y todo estaba silencioso. Fui a la sala y al no ver a Inuyasha en el sofá la culpa se hizo más grande. Recorrí toda la casa, lo busqué en todas partes, incluso en el cuarto desocupado de mi hermano Sota, pero nada.
Hasta que un recuerdo descabellado vino a mi mente cuando recordé una de nuestras peleas más tontas, y es que esa noche Inuyasha había jurado no volver a poner un pie en nuestra casa si yo no aceptaba cambiar el tapiz de nuestro dormitorio, y como yo no quería dar mi brazo a torcer por una semana se mantuvo durmiendo en el auto.
Salí de la casa y me dirigí al auto, y sí, ahí estaba. Toqué un par de veces la ventana en donde tenía apoyada la cabeza y cuando lo hice esperé que él abriera la puerta, pero no lo hizo. Solo se me quedó mirando como si esperara algo.
–Inuyasha, ¿no crees que ya estamos muy grandes para estas cosas? –No respondió. Imploré paciencia– Baja por favor.
–¿Ahora me quieres cerca? ¿Qué pasó con tu ansiada privacidad?
–Bien, no debí tratarte así anoche.
–Qué bueno lo sepas.
–Baja por favor.
–No lo haré hasta que lo digas.
Suspiré y muy a mi pesar me tuve que tragar el orgullo.
–Sé que actué mal y lo siento. Enserio perdóname.
Escuché el seguro del auto al instante. Abrí la puerta y lo miré como una mamá mira a su hijo después de haber hecho una travesura.
–¿Acaso te has vuelto loco? ¿Sabes lo peligroso que es dormir en el auto?
–No tenía a dónde más ir –dijo bajándose de el y caminando hacia la casa– Olvidé mi billetera.
Lo seguí de cerca y cuando entró al cuarto que compartíamos fue directo a la cama y se tapó con todas las mantas.
–Creí que moriría congelado.
–¿De qué hablas? –cuestioné mientras me sentaba sobre la cama y ponía una de mis manos sobre su mejilla – En serio estás loco –le dije molesta– Estás muy frío.
Acomodé las mantas sobre su cuerpo mientras frotaba su espalda con suavidad tratando de generar un poco de calor.
–¿Sabes lo que funcionaría mejor? –Lo miré– Que me abrazaras para que entre en calor.
–Sabía que dirías algo así, pero ni lo sueñes –Solté sosteniendo su mirada– Tú fuiste el de la estupenda idea de dormir en el auto.
–Sí, pero fue porque cierta persona quería su privacidad y me tildó de poco hombre.
–¡Claro que no! En ningún momento dije eso. Solo dije que no eras un hombre de palabra.
–Es lo mismo y si quieres que me vaya para demostrarte lo contrario lo haré.
Detuve sus intenciones de levantarse de la cama.
–Ya te pedí perdón, ¿no puedes simplemente aceptarlas?
–Pues disculpas aceptadas.
–Gracias.
–Solo si me abrazas.
Tomé una de las almohadas para ponerla sobre su cara y reí al escucharlo balbucear sobre esta.
–¿Qué dices? No logro escucharte –me burlé al tener el control de la situación.
Pero no conté con que una de sus manos se liberara alcanzando la mía en un gesto inesperado. Lanzó la almohada al piso y la sorpresa se reflejó en mi rostro mientras nuestras miradas se encontraron en un silencio compartido, alterando el curso de ese momento.
–Hijos, el desayuno está listo –Tuvo que ser mi madre quien se encargara de regresarme a la realidad.
–Vamos en seguida Yukiyo –contestó Inuyasha mientras yo me ponía de pie.
–No tarden o se enfriará.
Con aquel último comentario de mi madre me acomodé el cabello y fui directo al baño, en donde permanecí sintiéndome sobrepasa.
–Kag, estaré abajo, no tardes.
–Voy en seguida, solo me daré una ducha rápida.
–Bien.
Y así fue, al menos fue una ducha rápida y con agua bien helada lo que me hizo despertar de aquel transe en el que me habían sumergido sus ojos.
INUYASHA
Había terminado de desayunar cuando ella apareció luciendo un vestido de tirantes adornado con pequeñas flores moradas.
–Ya vamos tarde –dijo acomodando su cabello aún mojado.
–¿Tarde para qué? – cuestioné viéndola de espaldas mientras se servía el desayuno.
Sus delicados bucles empezaban a formarse y daban forma a su delineada figura.
–¿Ya lo olvidaste? –Volteó para mirarme– Hoy es la prueba de vestidos.
–Claro –balbuceé recordándolo– Y supongo que también tengo que ir.
Kagome miró la ventana mientras se llevaba la cuchara a la boca.
–Si quieres puedes quedarte, estoy segura de que mamá tiene muchas que necesitan ser arregladas, como el baño de su habitación o la de Sota.
–Termina de desayunar tranquila, yo iré a ducharme y bajo rápido –solté de inmediato poniéndome de pie.
La vi esconder una sonrisa tras su cabello.
–Apresúrate o me iré sin ti.
–No puedes, las llaves del auto están…
Levantó la mano para mostrarme las dichosas llaves.
–Mierda…—maldije subiendo rápido a la habitación.
Una vez listo entré al auto, donde Kagome ya me esperaba sentada y con una gran sonrisa en el rostro.
–Eres manipuladora ¿Lo sabes?
Escuché su suave risa hacer eco en mis oídos.
–Solo cuando quiero conseguir algo.
–Eso es todo el tiempo –aclaré y volvió a reír.
–Mejor enciende el auto que enserio vamos tarde.
–A sus órdenes señora Taisho.
Su sonrisa se apagó y recién entonces fui consciente de la magnitud de mis palabras. La costumbre esta vez me jugó en contra y me odié por eso. Arranqué antes de que la incomodidad se adueñara de todo.
Cuando entramos al local todo estaba repleto de mujeres yendo de un lado al otro, excepto por una zona en donde solo había hombres sentados. Pobres, seguramente venían con ellas.
–¡Kag!
Miramos a Sango quien venía entusiasmada a recibirla.
–Yo también existo por si no lo notaste –recalqué.
–Inuyasha, también me alegra verte –dijo con sarcasmo mientras tomaba del brazo a Kagome y se la llevaba a los cambiadores.
Me tocó ser uno de los pobres hombres sentados esperando a que su pareja decidiera salir al fin. Para mi buena suerte la cortina se abrió dentro de poco, dejándome ver a Kagome lucir un vestido ceñido pero elegante de color marrón que apenas rozaba el suelo.
No podía despegar mis ojos de aquella imagen tan perfecta, definitivamente el cuerpo de la Kagome frente a mí no era el mismo que el de una adolescente de hace varios años atrás. Su bien formada figura destaca aún más bajo ese vestido. Mis ojos viajaron peligrosamente hasta el nacimiento de sus pechos ¿desde cuándo eran tan…?
–¡Inuyasha!
Aquel llamado me hizo reaccionar de inmediato.
–¿Y bien? –dijo Sango– ¿Qué te parece?
–Es perfecta… –escuché el comentario de uno de los hombres sentado junto a mí.
Me aclaré la garganta antes de ponerme de pie e ir junto a ella.
–¿Qué puedo decir? Mi esposa siempre lucirá bien se ponga lo que se ponga.
Sentí la intensa mirada de Kagome a través del espejo que la reflejaba frente a nosotros. Miré a los hombres que aún tenían puestas sus miradas curiosas sobre ella y decidí cerrar la cortina.
–Mucho mejor.
–Inuyasha, cortas la luz –protestó Sango.
–Para qué queremos luz, si con Kagome basta —Le sonreí en cuanto nuestras miradas se conectaron– Estás hermosa –le susurré.
–Gracias.
–Entonces quítatelo –exclamó Sango a nuestras espaldas.
–¿Qué? ¿Por qué? –Kag parecía confundida.
–Porque si así reaccionaron todos cuando te vieron no quiero ni imaginar cómo será el día de mi boda. Me robarás el protagonismo y eso es algo que no pienso permitir.
El silencio que se instaló me hizo mirarla con molestia. Hasta que ambas empezaron a reír con ganas.
–¿Qué? –dije sin entender nada.
–Es broma Inu. Sango solo está bromeando –me dijo Kag aún entre risas.
–Debiste de ver tu cara Taisho, por poco y me matas con eso ojos –afirmó la mujer mientras se dirigía a la salida – Bueno, yo ya hice mi parte. Ahora te toca a ti hacer el resto. Los dejo solos.
–¿Qué? Sango, no te vayas –Kag rogó disimuladamente.
–Tranquila, estaré hablando con mi diseñadora. Aquí tienes a Inuyasha, quien con mucho gusto te ayudará a quitarte ese vestido. ¿Verdad?
Sango me miró.
–Bueno…
–Los dejo.
Y salió sin más. Miré a través del espejo y nuevamente quedé encantado con la imagen frente a mí. Y es que no podía existir algo más perfecto que lo que mis ojos estaban viendo.
–¿Quieres que llame a alguien para que te ayude? –ofrecí.
–Y arriesgarnos a que Sango se dé cuenta. No gracias.
–¿Entonces cuál es tu plan?
–Bueno, lo haré yo sola. Tú sólo puedes mirar hacia otro lado.
Sonreí.
–Por dios Kag, no hay nada que no haya visto ya.
–Aun así, me sentiré más cómoda si solo concentrar tus ojos en las cortinas y no en mí.
Reí mientras giraba y cumplía sus deseos.
No tardó mucho en soltar una exclamación de frustración.
–¿Quieres mi ayuda?
–Puedo sola –se mantuvo firme.
Sonreí al escuchar otra maldición salir de sus labios.
–Kag no importa lo que digas voy a voltear.
Y entonces no dijo nada. Tomé eso como una autorización y lo hice. La vi sufriendo con el cierre de su vestido, al parecer ese era el que le estaba dando problemas ya que lo tenía en la espalda.
–Solo es el cierre –me dijo tratando de hacerme entender que si no fuera por eso ella hubiera podido sola.
Asentí mientras me acercaba y peinaba su cabello a un lado, dejándome ver por completo su cuello desnudo y toda su espalda.
Deslicé mis manos al nacimiento de su columna y me detuve ahí, reconociendo ese lugar como tantas veces lo había hecho.
–¿Todo bien? –dijo ella girando levemente la cabeza para mirarme.
–Sí, sólo se atascó –mentí vilmente queriendo que esto durara un poco más, pero no fue así— Listo –le dije cuando subí el cierre por completo.
–Gracias.
–Ya vengo –dije deslizando las cortinas.
–¿A dónde vas?
–Tengo algo que hacer.
–Inu…
Y ya no pude escucharla más. Salí de aquel lugar como un completo cobarde, como un completo idiota y sin autocontrol.
KAGOME
–¿Qué pasó? –dijo Sango abriendo las cortinas y viéndome confundida– ¿Por qué Inuyasha se fue? Ni siquiera respondió cuando lo llamé.
–Dijo que tenía algo que hacer.
–¿Trabajo?
Solté un suspiro.
–Probablemente.
–Bueno, vamos a comer algo. ¿Qué se te antoja?
–Ahora mismo un gran trozo de lasaña.
–Entonces vamos, yo invito.
–No esperaba menos.
Sonreí genuinamente.
El arrepentimiento llegó a mí antes de lo esperado cuando probé la primera cuchara de lasaña. Me llevé una mano a la boca del estómago.
–Esto sabe mal.
–¿Qué dices?
Sango probó de mi plato y negó.
–Esto sabe bien Kag ¿Por qué no te gusta?
–No lo sé. Su textura está algo pastosa.
–Exageras, anda dale otro bocado, seguro no fue nada.
Y así lo hice, pero esta vez tuve que correr en busca del baño. Cuando lo encontré devolví todo lo que había desayunado esta mañana. Esto es malo, me dije. En serio me estaba enfermando ¿O era algo peor?
Tomé mi celular y busqué un contacto en específico.
–Hola linda –saludó del otro lado.
–Naraku ¿ya tienes mis resultados?
–Justo estoy en eso. Tardaron un poco más porque los volví a analizar.
–¿Por qué? ¿Ocurre algo malo? –dije sintiendo el ácido en mi estómago.
–Nada de lo que puedas preocuparte, pero apenas los tenga te los envío a tu correo.
–¿Y eso cuándo será?
–Esta misma noche.
–Ok, gracias.
–Oye Kag –me llamó antes de que colgara– ¿Cómo va todo por allá? ¿Taisho te trata bien?
–Él siempre me trata bien –respondí confundida.
–Sí, es solo que…
–¿Kag? ¿Estás bien?
–Tengo que cortar –le dije a Naraku al escuchar la voz de Sango en la puerta– Hablamos luego, adiós.
–¿Kag?
–Sí Sango, salgo en un momento.
–Está bien, te estaré esperando en la mesa. No tardes.
Me mojé la cara antes de salir, mi palidez me hacía lucir como un fantasma y para mi sorpresa, al llegar a la mesa, Sango no estaba sola.
–¿Qué haces aquí? –cuestioné tomando mi lugar.
–Oye, ¿así es como recibes a tu querido esposo? –cuestionó Inuyasha fingiendo dolor.
–Bueno, así es como recibo al hombre que me dejó sola en la tienda.
–No estuviste sola, Sango estaba contigo.
Lo miré molesta y luego Sango se rio.
–Bien. Solo me fui por unas cosas –Se justificó.
–¿Así? ¿Qué cosas? –dije cruzándome de brazos.
–Por esto –confesó alcanzándome una pequeña caja aterciopelada.
–¿Y qué es eso?
–Ábrelo y velo por ti misma.
Abrí la cajita y miré sorprendida el collar dentro de ella.
–Cuando te ayudaba con el cierre del vestido, me di cuenta de que no tenías un collar puesto –Señaló lo que tenía en las manos– No es cualquier collar. Se llama Perla de Shikon y al verla detrás de ese mostrador, supe de inmediato que luciría perfecta en ti.
Sostuve su mirada deseando no sentirme tan atraída a ella. Pero fallé enormemente al comprobar que mi corazón latía con fuerza ante su presencia, revelando una conexión que no pude negar.
Continuará...
