Buenas. Sé que algunos de ustedes pensarán que 2023 ha sido un año de mierda, y personalmente les doy toda la razón. 2023 ha sido un año de mierda en varios sentidos. Personalmente me ha tocado lidiar con varias pérdidas familiares y de personalidades por las que sentí admiración por años, cerraron repentinamente el trabajo más estable en el que he estado hasta la fecha, descendió el Santos de Brasil (los responsables de su desfalco y desmembramiento tienen asegurado un lugar en el infierno), y el etc. es un tanto largo. Pero para esta ocasión trataremos el reciente fallecimiento de Gabriel Ortiz, voz de Kenichi en Latinoamérica. A ver, conocí el anime hace varios años gracias a que vi un capítulo en la televisión cuando estaba de visita en casa de unos tíos, y si bien ese capítulo estaba en español latino, posteriormente, cuando tuve la oportunidad de ver el anime entero, me lo banqué subtitulado, por lo que no tuve demasiados roces con la versión doblada. De todos modos es lamentable que uno de sus intérpretes más importantes de este lado falleciera, y más cuando todavía era joven. Sinceramente hubiese preferido haber vuelto con otro OS lemmon, a ser posible yuri, porque aquí siempre me han salido bien los intentos, pero ni modo, que hay que hacer esta dedicatoria, y también va por esa segunda temporada que por mucho tiempo esperamos ansiosos pero que nunca llegó.
La batalla decisiva
El momento definitorio había llegado, y todos los ocupantes del dojo del Ryozanpaku estaban plenamente conscientes de ello, lo que hace que todos estén reunidos para presenciar el gran evento.
Shirahama Kenichi estaba finalmente listo para retar al superhombre invencible, Furinji Hayato, con el objetivo de ganarse la mano de su nieta en compromiso. Aquello era algo que por años muchos consideraron que era una broma para disuadir a cualquiera que no estuviese lo suficientemente comprometido como para tomarse en serio una relación con Miu, y es que sencillamente no era realista considerar que Miu debe esperar a que alguien consiga superar a su abuelo para finalmente casarse. Pero ahí estaban, viendo que aquello se estaba convirtiendo finalmente en una realidad.
Como invitados al evento estaban Nijima, Honoka, Kisara y Renka, todos bastante expectantes ante lo que podría aguardar el combate. Todo parecía indicar que Hayato tenía las de ganar, pero Kenichi no iba a rendirse sin dar la que sería sin duda la mayor pelea de toda su vida.
─ ¿Estás listo, Ken-chan? ─ dice Hayato relajado y cruzado de brazos mientras estaba sentado en el suelo.
─ Sí, estoy listo para enfrentar la prueba ─ responde Kenichi luego de haber hecho unas cuantas respiraciones para relajar el cuerpo y prevenir cualquier tensión ─. Lo daré todo para ganar y poder casarme con Miu-san.
─ Me gusta que respondas de esa manera, Ken-chan. Ese es el espíritu ─ Hayato se pone de pie y se pone en pose de combate ─. Tanto yo como los demás maestros del Ryozanpaku hemos dado lo mejor de nosotros para entrenarte y llevarte a límites que tiempo atrás tú mismo considerabas inalcanzables. Tengo fe en que serás un oponente digno.
─ Haré mi mejor esfuerzo para cumplir con sus expectativas.
─ Voy a tener que encargarme de decretar el inicio del combate ─ Ma Kensei se posiciona al centro de la arena ─. Vamos a dar inicio al combate entre Shirahama Kenichi, estudiante del Ryozanpaku, y Furinji Hayato, conocido por muchos años como el superhombre invencible ¿Se mantendrá el impoluto estatus del anciano, o será que nuestro joven retador logre el hito y tome en matrimonio la mano de Miu-chan?
─ Kenichi-san… ─ Miu se lleva ambas manos al pecho, sintiendo los nervios a flor de piel por el combate.
─ ¡Tú puedes, Kenichi-san! ─ lo apoya Renka alzando los puños una y otra vez.
─ Esta va a ser una pelea que vale la pena ver ─ Shio se cruza de brazos bastante contento de ver a Kenichi siendo capaz de retar a Hayato.
─ Apachai tiene puestas todas sus esperanzas en que Kenichi salga bien librado ─ dice el tailandés por su lado, aunque se notaba bastante ansioso.
─ Kenichi nos va a mostrar cuánto ha crecido en el tiempo que ha estado… con nosotros ─ Shigure tampoco podía esconder bien lo mucho que le emocionaba el combate.
─ Incluso poniendo en práctica todo lo que le hemos enseñado no va a ser sencillo en absoluto que logre aguantar al menos los primeros golpes del anciano. Kenichi-kun necesita asimilar todo lo aprendido y llevarlo más allá por su cuenta ─ analiza Akisame antes de que Kensei diese la orden para que empiece la pelea.
Hayato no tarda nada en mostrar su fuerza y velocidad que excedían por mucho la capacidad humana ordinara, y Kenichi se lanza con todo a hacerle frente. Incluso para los grandes maestros del Ryozanpaku resultaba bastante complicado contemplar a detalle los golpes que los dos adversarios estaban intercambiando, y ni qué decir de Miu, Renka y Kisara, y la cosa iba todavía peor para Nijima y Honoka, los cuales no estaban acostumbrados a presenciar combates así de veloces.
─ ¿Qué pasó con onii-chan y el anciano? ─ Honoka apenas conseguía ver de vez en cuando algunos borrones que parecían ser Kenichi y Hayato.
─ ¿D-de verdad eso es un verdadero combate entre artistas marciales? ─ Nijima tragaba con dificultad al ver (o mejor dicho no ver) lo que estaba pasando ─ ¡Kenichi de verdad ha alcanzado el nivel de los monstruos que le enseñan!
─ ¡Cuidado con lo que dices, mocoso! ─ lo reprende Shio, a lo que Nijima reacciona protegiéndose con los brazos, como si el karateka fuera a golpearlo.
─ Shirahama no se está conformando solamente con alcanzar a sus maestros ─ dice Kisara muy seria ─. Ese no debe ser jamás el objetivo de un discípulo, pues eso implica conformismo. Como herederos de las artes marciales, nuestro deber es esforzarnos para procurar llevar nuestras enseñanzas a un nuevo nivel, evolucionarlas y dar nacimiento a una nueva etapa de los mismos con nuestras propias manos.
─ Es bueno ver que eres consciente de eso. Esa es la mentalidad ─ dice Akisame complacido.
Kenichi y Hayato siguen con su intercambio de golpes sin detenerse un solo instante. El chico no conseguía encajar ningún golpe en el anciano, pero por lo menos conseguía prevenir cualquier daño que este le pudiese hacer con sus poderosos golpes. Ningún luchador en los últimos años había sido capaz de aguantar por tanto tiempo los salvajes embates del superhombre invencible, y por ello lo que hace no solo era un logro ordinario, sino que se podía considerar un hito en sí mismo. Ninguno de los dos da su brazo a torcer, daban hasta lo último de su esfuerzo para superar en combate a su rival. Para los maestros el combate resultaba absolutamente emocionante, mientras que para el resto, al obviamente esperar lo mejor para Kenichi, no podían evitar sentirse bastante nerviosos, y más cuando el combate resultaba virtualmente invisible para ellos debido a la alta velocidad en que se movían Kenichi y Hayato. Sólo podían esperar que a Kenichi le fuese bien y que ambos volviesen a ser visibles para comprobar el resultado final del enfrentamiento. Algún que otro destello podían ver, o bien podían tratar de seguir el sonido de las pisadas, o las ondas que dejaban los impactos, si bien eso no ayudaba realmente a ver en tiempo real el combate, aunque también dejaba ver que, por más enzarzados que estén en combate, tenían cuidado de no dañar nada ni a nadie por accidente.
─ Incluso mis sentidos especialmente desarrollados no son capaces de seguirlos ─ Nijima sudaba frío ─. Kenichi de verdad está a otro nivel. No cabe duda de que sea ha superado por mucho en comparación a como era al principio.
─ Es el resultado de años de entrenamiento exhaustivo ─ responde Miu con una sonrisa de esperanza ─. Kenichi-san no es alguien que se rinda fácilmente, y eso lo ha llevado a ser el luchador que es, e incluso le está sosteniendo un combate a mi abuelo cuando eso es algo que en otras condiciones cualquiera consideraría imposible.
─ Onii-chan de verdad ha crecido una barbaridad ─ Honoka se cruza de brazos ─. Nuestros padres enloquecerían de alegría si viesen qué tan fuerte es ahora.
Kenichi sigue dando lo mejor en su combate. El esfuerzo físico empezaba a hacer sentir su exigencia, y eso que Hayato lucía fresco como una lechuga. Era el superhombre invencible, al fin y al cabo. Por más hábil que se haya vuelto el chico, estaba claro que necesitaría todavía más para hacer sudar al anciano.
─ A ver si eres capaz de detener estos golpes, Ken-chan ─ Hayato lanza una serie de golpes a tan alta velocidad que los puños, incluso ante los ojos de Kenichi y los maestros, parecían multiplicarse varias veces mientras eran lanzados.
─ No voy a perder todavía ─ Kenichi bloquea los puños como puede, y aunque algunos golpes llegan a alcanzarlo, consigue evadir la mayor parte del daño, lo que le permite mantenerse en pie un poco más.
Esta vez todos los espectadores podían ver a Hayato y Kenichi, puesto que ambos se habían detenido unos cuantos segundos. Hayato estaba como si nada, dando la impresión de que ni siquiera había empezado a pelear, mientras que Kenichi empieza a mostrar signos de agotamiento, hincando una rodilla en el suelo y llevándose una mano al costado, pues era por ahí que había recibido la mayor parte del daño que no pudo evitar.
─ ¡Kenichi-san! ─ Miu se lleva las manos a la boca, claramente preocupada por el estado del castaño.
─ ¿Realmente ese anciano es humano? ─ Kisara contemplaba el gesto tranquilo de Hayato.
─ ¿Puedes seguir peleando, Ken-chan? ─ Hayato se lleva las manos a las caderas, esperando a que el chico finalmente reaccione ─ Si realmente te importa la mano de mi nieta, estoy seguro de que querrás intentarlo un poco más.
─ Y no se equivoca. Todavía es temprano para rendirme ─ Kenichi se levanta como puede, manteniendo un porte fuerte y fiero, generando admiración en Miu, Renka, Kisara, Nijima y Honoka ─. Todavía puedo seguir, maestro. Luchemos un poco más.
─ Realmente has demostrado lo que vales, Ken-chan. Hasta el momento no he conocido a nadie que fuese tan digno como tú para dejarle la mano de mi nieta ─ Hayato sonríe complacido, sentimiento que se contagia a Kenichi y Miu.
─ ¿De verdad, abuelo? ─ Miu no cabía en sí de la sorpresa y la alegría.
─ ¿O sea que me permite casarme con Miu-san? ─ Kenichi por un par de segundos se olvida del dolor.
─ Viendo el esfuerzo que has mostrado en estos años y tu espíritu en combate, considero que te has ganado ese derecho.
─ ¡Felicidades, Ken-chan! ─ Kensei alza el pulgar a su pupilo.
─ ¡Habrá boda! ¡Apachai verá la boda entre Kenichi y Miu! ─ Apachai se pone a celebrar.
─ Muchas gracias, maestro ─ Kenichi sentía que iba a pegar brincos de alegría en cualquier momento ─. Que usted diga eso significa mucho para mí.
─ No tienes que agradecerme nada ─ Hayato se ríe ─. Pero hay algo que no debes descuidar nunca, y especialmente ahora.
─ ¿Ah, sí? ¿Y qué…? ─ Kenichi ve que el puño del anciano había chocado con su estómago.
─ La pelea todavía no ha terminado, Ken-chan. Nunca bajes los brazos antes de que la misma termine.
Kenichi termina volando hasta chocar contra la pared, aunque afortunadamente no la perfora. El chico de esa forma cae derrotado, a lo que Miu, Nijima, Kisara, Honoka y Renka van a socorrerlo, mientras que los maestros se reúnen con Hayato.
─ ¿No fue un poco repentino todo esto? ─ cuestiona Akisame.
─ Tal vez, pero es que no iba a darle a Ken-chan la noticia después de caer desmayado ─ responde Hayato tranquilamente.
─ Ha sido un buen combate. Kenichi-kun cuenta con muy buenas… aptitudes ─ dice Shigure con una ligera sonrisa por el desempeño del chico.
─ Y con esto debemos determinar que ya no tenemos nada que le podamos enseñar ─ dice Shio con claro fastidio ─. Vamos de vuelta a los días aburridos.
─ No lo creo ─ dice Kensei acomodándose el sombrero ─. Ken-chan puede que haya alcanzado nuestro nivel, pero eso no significa que no podamos dar más como maestros. Siempre tenemos enseñanzas que debemos legar, así que con el tiempo tendremos que acoger a alguien más como discípulo.
─ Eso suena divertido ─ dice Apachai emocionado.
─ Puede que con Kenichi hiciera una excepción, pero ahora no lo tendrán tan fácil para convencerme de acoger a un nuevo discípulo ─ responde Shio tajante antes de servirse su infaltable cerveza.
─ ¿Estás bien, Kenichi-san? ─ Miu alzaba la cabeza del chico, el cual se despierta y puede ver sonriente el rostro de la rubia.
─ Pues se nota que tan mal no ha quedado ─ dice Kisara con una media sonrisa.
─ Ha sido un combate realmente admirable ─ dice Renka emocionada.
─ Ha sido una demostración magnífica de habilidad y destreza. Los demás habrían estado felices de ver tu combate ─ Nijima se muestra sereno y hasta sabio, aunque la presencia de sus antenas daba a entender que tenía algunas ideas un tanto extrañas después de todo eso.
─ ¡Felicidades, onii-chan! ─ Honoka se abraza a Kenichi.
─ Miu-san… Finalmente vamos a casarnos ─ dice Kenichi con una suave sonrisa mientras pasa una mano por la cabeza de su hermana.
─ Sí, Kenichi-san. Definitivamente nos casaremos.
Kenichi sonríe satisfecho. Puede que no fuera capaz de arrebatarle a Hayato su reputación como el superhombre invencible, pero eso era lo de menos cuando obtenía lo que verdaderamente deseaba. Sabía que su vida iba a incluir una serie de aventuras relacionadas con los combates que jamás terminarían. Es lo que tiene elegir este camino, pero Kenichi estaba conforme con ello, si además estar con la persona que ama, también es capaz de proteger al débil y tener a su lado amigos bastante valiosos como los que ha hecho dentro de la alianza Shinpaku (aunque no lo admitiese, era algo que debía agradecerle a Nijima). No era el final, sólo era el comienzo de una nueva etapa para Shirahama Kenichi.
Fin
Y sha está. De cara a una de las Navidades más grises que haya conocido, supongo que este OS sirve para destensar un poco las cosas, que ahora mucha falta viene haciendo mientras esperamos que el 2024 no resulte en una serie de golpes tan bajos como los que ha sabido dar este año. Ya se verá. Pero de momento los tengo que dejar. Tengo muchas cosas que quiero hacer para la Navidad, y quiero ver cuántos de esos proyectos soy capaz de terminar a tiempo.
Hasta otra
