Hola lectores!

Me he esforzado por actualizar hoy pese a estar llena de turnos extras y sólo tener ganas de dormir ajajja. Sé como estaban esperando esta actualización y no quería decepcionarlos.

Mi página de facebook está a poco de alcanzar los 600 seguidores! Y siento que la manera mas efectiva de demostrarles lo agradecida que estoy es seguir actualizando en los tiempos prometidos. Muchas gracias por apoyarme y seguir escribiendo mensajitos adorables tanto en redes sociales como aquí en los reviews.

Muchas gracias:

- kcar: Me alegro de que te haya encantado! Probablemente este sea el primer cap donde veas un acercamiento mínimo entre ambos. Un abrazo y agradecida de siempre leerte por aqui

- Angela Inukag: Inuyasha eventualmente va a tener que tragarse todas sus palabras de odio y resignarse a usar una peluca de payaso ajajajja, espero con ansias ese momento. Muchas gracias por tu review!

- Susanisa: Me da penita Kouga, la verdad es que si Inuyasha no existiera, sería un excelente partido para Kag, siempre preocupado, siempre cuidándola... Pero weno, quedan varios caps y varias cosas por suceder aún jeje. Un abrazo!

- Rosa Taisho: Sobre eso de que suceda algo entre Sesshomaru y Kag ufff lo he pensado, he pensado mas de alguna vez en hacer un triángulo amoroso con los dos hermanos metidos, pero siento que en verdad si bien siempre he amado a Inu, escoger entre ambos para un final donde se pelean por el amor de Kag se me haría extremadamente dificil... Ambos son demasiado encantadores, aunque no me cierro a la posibilidad... quizás un beso fugaz quien sabe ajjajaj Tal y como pedías he actualizado un lunes! Espero disfrutes el cap! Un abrazo

- joiscar: Si :c esta historia tiene a una Kag empoderada y valiente, pero llena de sufrimiento y traumas, créeme, incluso si Inu intenta jugar con ella, Kagome no se la pondrá tan facil jeje, será la gracia de su acercamiento. Muchas gracias por leerme! Espero disfrutes este cap.

- YokoGH: De a poquito iremos revelando flashbacks y cosillas para explicar muy bien la historia de ambos! Se vienen caps interesantes. Un abrazo y gracias por escribir!

- Karii Taisho: Sabía que atraerlos a la historia particularmente con ese párrafo iba a dejarlas locas ajajaja, créeme, yo sólo quiero que llegue esa instancia, pero encuentro diversión tambien en este camino tortuoso de un romance que se va consumiendo de a poco, asi cuando finalmente llegue el momento espero todas esten gritando de emoción en sus casas!. Buen comienzo de semana querida Karii, nos estamos leyendo!

- Marlenis Samudio: Se viene el despertar intenso de Kag, sólo eso diré, creo que si me sucediera a mí echaria fuego por la boca de pura rabia ajajja. Gracias por tu cariño aquí y en wattpad, aún estoy aprendiendo a usar esa plataforma y siempre es agradable tener gente presente por allá tambien!. Un abrazo.

- Carli89: Me alegro de que te haya gustado el cap! Me ha costado un poco escribirlo. Espero que este te guste tanto o más! Inuyasha estará en problemas cuando despierte su odiada Russo jeje. Un abrazo!

- Ladyahomehigurashi: Bienvenida a mis historias! Me siento identificada con lo que dices, me sucedió que siempre busqué historias un poco más oscuras y cuando no las encontré o se me acabaron decidí comenzar a escribir las mías jaja. Muchas gracias por darme la oportunidad! Espero no decepcionarte y tenerte aquí por mucho más tiempo. Un abrazo!

- Kayla Lynnet: Kayla de mi corazón!, me encanta leerte por aquí, el trabajo será siempre la pesadilla de toda vida adulta :c pero bueno, nada que hacer. Muchas gracias por leerme!, has apuntado en el clavo con lo de Kouga, efectivamente está muy enamorado de Kag, aunque por ahora no muy correspondido... Aunque todo puede suceder. Espero te agrade esta actualización! Yo estoy al pendiente de escribir en tus historias, pero ya me haré un tiempito para ello. Un abrazo!

- Rocio K Echeverria: Te había extrañado montones! Me encanta que leas el cap tantas veces como yo, de hecho entre la post edición y revisión yo creo que termino leyendo mis escritos al menos 10 veces, cuidando la ortografía y la redacción jaja. Sesshomaru es todo lo que necesitamos en la vida, un tipo increiblemente guapo y maduro que resuelve por sí solo ajjaja, a ratos pienso que tambien es todo lo que Kag necesita, pero mi amor por el InuxKag es mas fuerte. Con respecto a tu otro punto, efectivamente Kagome no tiene mucha experiencia, digamos que Naraku la ha mantenido en una cajita de cristal para mantenerla limpia y casta hasta que él lo necesite... desgraciado, se merece todo el odio del mundo. Sango efectivamente amará a Kag y formarán una amistad hermosa, pero primero veremos como se odian un poquito. Eventualmente toda esa soledad con la que carga Kagome quedará en el pasado y todos seremos felices! Ajajja. Un abrazo enorme y mucho amorcito para ti! Nos leemos pronto.

- Cbt1996: Es lo que mas amo escribir! Una Kagome que se defiende a si misma jiji. Muchas gracias por darte una vueltita por aquí, no me he olvidado de ti y he leido cada cap de tus historias, sólo que no he tenido tiempo de escribirte. Pero ya lo haré cuando menos lo esperes! Jaja. Un abrazo

- AmyCat45: UFF Kouga definitivamente hará enfadar a Inuyasha, créeme, se viene intensisimo, probablemente le ayude a despabilar un poco de todas formas y quitarse ese rencor injusto contra Kag. Sesshomaru es el maduro de los hermanos, siempre compuesto y pacífico, aunque eventualmente veremos tal y como dices que es más peligroso de lo que aparenta. Me alegro de leerte por aquí y espero verte en el proximo cap! Un abrazo.

Mi intención es actualizar en cap 5 el lunes 25 como regalo de navidad, aunque con todo el caos navideño de ese finde veremos si es posible lograrlo! Lo intentaré con todas mis fuerzas.

Nos seguimos leyendo en una semanita si todo sale bien! Un abrazo

Frani


Capítulo 4.- Has despertado mi interés.

'

Inuyasha

– ¿Quién es esta mujer? ¿No te quedarás tú con ella?

– No, me niego a ser su salvavidas todo el tiempo. - Exclamé molesto.

– ¡Soy tu mejor amiga idiota, no la persona que soluciona tus problemas de mierda sin mayor información! - Gritó enojada. - ¿Por qué te importa tanto que viva? - Su mirada inquisidora era potente, lo suficiente como para dejarme en claro que no se quedaría tranquila sin una respuesta.

– La chica a la que sujetas de la mano es Kagome… Russo. - En efecto reflejo soltó la mano de la azabache como si quemara. - No puede morir, al menos no aquí en nuestro club e idealmente tampoco fuera de este, sabes que Sesshomaru está demasiado empeñado en hacer una alianza temporal, si eso se jode va a matarnos a todos.


Vaya, genuinamente acabas de hacerme cómplice en una situación de mierda, gracias amigo. - Exclamó sarcástica mientras continuaba con sus intentos de despertar a la chica.

Vamos, no es tan terrible… - Suspiró y la miró con atención.

Cuando me hablaste de Kagome Russo esta tarde jamás la imaginé así.

¿Así como?

No se parece en nada a Naraku, parte de mí esperaba que sus ojos fueran rojos o algo por el estilo.

Sólo cuando se enoja. - Sango me sonrió.

¿El sujeto de la barra intentó drogarla?

El sujeto de la barra ya no existe en este plano terrenal y por lo tanto no perderemos el tiempo en hablar más de él, pero sí, creo que algo metió en su bebida, ni idea de qué compuesto exactamente. - La respiración de Kagome se detuvo de pronto y nuestras miradas viajaron rápidamente a su torso, esperando a que volviera a moverse, lo que sucedió luego de una apnea demasiado larga para dejarme tranquilo. - Sácala de aquí ahora.

¡Ni en broma! ¡Me van a matar junto a ella si me ven ayudándole!

Nadie va a matarte, yo te seguiré enseguida, sólo tengo que hacer una llamada primero.

Pero…

¡SOLO SACA EL MALDITO PROBLEMA DE AQUÍ! - Exclamé molesto y Sango se sobresaltó en su posición para luego asentir.

Pasé mis manos por mi cabello al borde de un colapso. Saqué mi teléfono del bolsillo de mi pantalón y marqué rápidamente el número de mi hermano, quien tardó apenas un par de segundos en contestar.

¿Inuyasha?

Alguien drogó a tu mascota Russo en el bar. - Solté de golpe y recibí sólo silencio como respuesta.

¿Alguien? - El cambio en su tono de voz a uno más grave fue señal suficiente de que estaba molesto.

Uno de los baristas, ya me encargué de él.

¡¿CÓMO PERMITISTE QUE ESO SUCEDIERA?! - Gritó y alejé el teléfono de mi oído en reacción refleja.

Alto ahí, ¿Por qué es mi responsabilidad? ¡Tú decidiste traerla aquí en primer lugar! - Me defendí.

¿Comprendes que todo se ha ido a la mierda no? Cuando Kagome despierte y espero que así sea por tu bien… Lo poco que habíamos avanzado quedará hecho cenizas.

No me import…

Debería importarte, Kagome es la única persona que puede ayudarnos a encontrar a quien nos está intentando joder, ¿Cuándo vas a madurar y ver los asuntos más allá de tus propios intereses?

Apreté los puños, no merecía ese sermón, no esta vez.

Sango la llevará a tu departamento. - Respondí, controlando mis ganas de lanzar el teléfono a la muralla más cercana.

Okey, primero; no estoy en el departamento, llévala al tuyo, y segundo; tú te harás cargo de ella, no Sango. - Exclamó severo.

¿Por qué tengo que hacerme cargo yo? Ella es tu jodida invitada en este bar, trae tu trasero aquí y soluciónalo tú.

El silencio antes de su respuesta aumentó mi ansiedad.

Oh no te preocupes, yo voy en camino, pero mientras eso sucede quiero dejar algo en claro hermano: Si Kagome Russo muere, nuestra tregua se va a la mierda y todo explota. Si despierta y no hay nadie allí para controlar su furia, nuestra tregua se va a la mierda y todo explota. No tienes nada que hacer que sea más relevante que evitar eso mientras yo los alcanzo. Encárgate tú, es una orden. - Y colgó.

Fantástico.

Apreté el puente de mi nariz intentando controlar los impulsos de destruir todo a mi alrededor y caminé hacia el estacionamiento. Busqué mi motocicleta y coloqué el casco negro en mi cabeza antes de encender el motor y acelerar, sabiendo exactamente la ruta que tomaría Sango de regreso a casa. Me tomó apenas un par de minutos alcanzarlas y me mantuve tras su auto, vigilando que ningun idiota creativo decidiera intentar asesinar a mi odioso problema una vez mas.

Treinta minutos mas tarde el edificio donde nos hospedábamos apareció en el horizonte. La vi conducir hasta el estacionamiento bajo tierra, bajar la velocidad y apagar el motor. Yo la imité segundos después.

¿Me ayudarás a subirla al departamento de Sesshomaru antes de irte? - Preguntó al bajarse del auto.

Cambio de planes, lamentablemente se queda en mi departamento. - Respondí mientras quitaba el casco negro de mi cabeza y pasaba una de mis manos por mi cabello suelto para peinarlo.

¿No es peligroso traer a tu peor enemiga a la entrada de tu casa?

Esas son las grandes ideas que se le ocurren a Sesshomaru, sabes lo brillante que puede llegar a ser. - Exclamé sarcástico.

Abrí la puerta del copiloto de golpe, donde Sango la había acomodado y donde seguía para mi sorpresa inconsciente.

No la muevas tan bruscamente, eso puede empeorar tod…

Cállate, por favor.

Pasé una de mis manos por su espalda alta y la otra por debajo de sus rodillas para levantarla y sacarla, una parte de mí, la más estúpida, no pudo evitar admirar la suavidad de su piel bajo mi toque.

Mientras subíamos en el ascensor su cabeza buscó un escondite en mi pecho y sus manos se aferraron a mi camisa con fuerza; la miré incrédulo, la chica era fuego imponente cuando estaba despierta, sin embargo allí acurrucada en mi pecho parecía increíblemente pequeña y frágil. Sango me miró en silencio, con una sonrisa apenas disimulada.

¿Qué es lo que te causa tanta gracia en una situación de mierda como esta? - Pregunté.

Nada, solo pienso en la ironía de que jamás llevas mujeres al lugar donde vives y ahora que sucede por primera vez es por obligación. Al menos ella se ve mucho más cómoda entre tus brazos.

Suspiré hastiado y di un paso para bajar cuando las puertas se abrieron. Era apenas media noche, para entonces yo podría haber estado involucrado en algo mucho más entretenido, probablemente bebiendo whisky en algún bar desconocido hasta perder la lucidez o en la cama de la chica rubia del bar… Cuyo nombre ni siquiera era capaz de recordar.

La llevé a la habitación de invitados y la solté sobre la cama con poca delicadeza. Su cabello suelto se desparramó como una enredadera oscura sobre el edredón blanco marfil y sobre su rostro.

¿Y ahora qué? - Musitó Sango mientras yo me apoyaba en la pared.

Nada, me quedo con ella hasta que vuelva a despertar.

¿Y si no lo hace?

Lo hará.

Pero…

Que descanses Sango, gracias por todo. - Comprendió el mensaje como una clara despedida y asintió antes de darse la vuelta y desaparecer.

Me acerqué un poco más y observé a la chica por unos instantes. Mis dedos se movieron hacia aquellos mechones ondulados color azabache que escondían su rostro y al moverlos un sentimiento extraño me invadió por un instante.

Estaba tan acostumbrado a ver sus ojos desconfiados y despectivos en la vigilia, que su rostro sereno y pacífico fue algo inesperado para mí. Cada rasgo que normalmente me irritaba ahora parecía suavizarse en el silencio de su pérdida de conciencia. Pude notar lo largas que eran sus pestañas y lo respingada y pequeña que era su nariz, las pecas desordenadas que cubrían parte de ella y sus mejillas y al bajar por la curva de su cuello pude ver algunas otras manchando su blanca piel de forma aleatoria. La única heredera de Naraku era una piedrecilla molesta en el zapato, pero debía admitir que era una piedrecilla increíblemente hermosa.

Me agradas mucho más cuando estás dormida. - Musité bajo y sonreí cuando se movió en el sueño sólo para darme la espalda.

Luego de comprobar que siguiera con vida salí de allí en dirección a mi habitación, mi ropa olía tanto a su aroma dulce que comenzaba a dolerme la cabeza. Quité las prendas una a una desesperado cuando me encerré en y caminé hacia el baño. El agua tibia cayó sobre mi cuerpo cansado, relajando músculos que ni siquiera sabía había estado tensando y no pude evitar un gemido ahogado por lo agradable de la sensación. El vapor y las sombras danzaron en sincronía con la luz tenue, y yo me sumergí en un mar de pensamientos tumultuosos. Las gotas resbalaron por mi piel, arrastrando el aroma desagradable y los restos de sangre seca, sin embargo mi mente permaneció hecha un caos, tal y como había sido desde hace un par de días, desde que ella había aparecido.

La ira volvió a invadirme y golpeé la cerámica más cercana con mis puños, trizándola al instante. La verdad es que todo habría sido mucho más sencillo si hubiera decidido asesinarla en Japón, probablemente habría traído un poco de caos temporal entre las familias, pero podría haber alegado defensa propia y las cosas se habrían enfriado poco a poco, pues ella había entrado en nuestro hogar, ella me había amenazado primero. De haber tomado esa decisión jamás habríamos tenido que viajar a Italia, Sesshomaru no habría buscado formar una alianza de mierda para encontrar unos putos archivos inútiles y yo seguiría mi vida tranquilo. Por el contrario ahora no solo tenía que soportar ver su rostro todo el tiempo, uno que me recordaba al hombre que más odiaba en el planeta, si no también cumplir la labor de niñero, salvándola no solo una, sino dos veces en menos de una semana.

Estrujé mi cabello al terminar y apenas alcancé a ponerme un pantalón holgado cuando un ruido estruendoso se escuchó en la habitación contigua. Corrí hasta allí y la encontré en el suelo, apretando su cabeza con fuerza entre sus manos mientras un quejido ahogado y lleno de dolor escapaba de sus labios.

No tuve tiempo de pensar demasiado, probablemente porque su aspecto indefenso había lavado un poco mi cerebro momentáneamente o porque sabía que si no hacía algo mi hermano iba a matarme. Cualquiera fuera el motivo me agaché frente a ella, mordí mi muñeca y la pegué a sus labios. Ella ni siquiera me miró, su instinto de supervivencia la llevó a morder y aferrarse con su vida a mi brazo. Dejé ir un suspiro de alivio cuando sentí la succión y los movimientos lentos y rítmicos de su lengua contra mi piel. Al mismo tiempo tuve que esforzarme bastante para ignorar el escalofrío que me recorrió de la cabeza a los pies con la situación.

Sus ojos rojizos aparecieron de pronto cuando los entreabrió y su primera reacción innata fue lanzar un ataque rápido contra mí, utilizando sus garras como arma. Salté hacia atrás en acto reflejo, sin embargo mi rapidez no fue suficiente, pues sentí el corte en mi mejilla arder. Llevé una de mis manos a la zona y observé mi propia sangre escurrir por mis dedos. Sonreí.

Hmm, al parecer he recogido un gato montés. - Exclamé burlón.

Otra de mis tantas malas decisiones, pues al segundo siguiente la tenía sobre mí y tristemente no en un modo divertido, si no con sus muslos apretando con fuerza contra mi cuello, ejerciendo presión suficiente para privarme de oxígeno. Intenté quitarla con mis manos, sin embargo enterró sus garras profundamente en mis muñecas haciéndome gruñir.

"Eres libre de quedarte el tiempo que desees en el bar, nadie va a molestarte" - Exclamó citando a mi hermano. Tosí bajo su agarre y ella sólo me sonrió. - Nota mental: No volver a confiar en los Taisho, simplemente destruirlos.

Aún con un poco de conciencia la observé desde mi posición. Podía ver desde allí varias cosas: El arma cromada adosada a uno de sus muslos fue lo que más destacó; si seguía subiendo mis ojos encontraban su centro, apenas a escasos centímetros de mi rostro. Su figura pequeña se veía increíblemente imponente desde allí, atrapado justo entre sus piernas. Si no fuera porque en realidad estaba intentando asesinarme, podría haberme quedado allí a voluntad, con la vista sutil de sus bragas de encaje oscuro bajo el vestido.

¡Suéltalo! - La voz de Sango nos distrajo a ambos.

Con mi visión un poco borrosa pude ver a mi mejor amiga a unos cuantos metros, apuntando directamente contra mi atacante con un arma de fuego. Kagome sólo sonrió, apretando más fuerte contra mí.

¿Y tú eres?…

No voy a repetirlo otra vez Russo, suelta a Inuyasha ahora. - Kagome suspiró y tomó el arma de su muslo derecho, apuntando a Sango sin mirar mientras sus ojos rojos se clavaban sobre los míos.

Inténtalo, veamos quien dispara primero. - Exclamó desafiante mientras con su mano libre tomaba mi barbilla y me obligaba a mirarla. - No quieres perderte esto Taisho, no te atrevas a cerrar los ojos.

Miré a Sango, rogándole con la mirada que no disparara, sin embargo ví su dedo apretar el gatillo prácticamente en cámara lenta. Todo lo demás sucedió en menos de un segundo, la chica sobre mí esquivó con facilidad la bala y en respuesta inmediata dos disparos iluminaron su cañón y alcanzaron las piernas de su objetivo, enviándola al suelo de un sólo movimiento. Kagome ni siquiera había tenido que apuntar… Simplemente lo había logrado sin quitarme los ojos de encima.

Yep, definitivamente la había subestimado con creces.

Sal de aquí o mi próxima bala va a tu cabeza. - Amenazó a Sango sin mirarla.

¡¿Cómo hago eso si me has disparado en ambas piernas araña de mierda?! - Gritó Sango y eso sólo la hizo sonreír más ampliamente mientras se encogía de hombros.

Que se yo, puedes intentar arrastrarte.

Doblé una de mis piernas con poca fuerza para golpear su espalda, el golpe más torpe que había dado en mi vida, pero suficientemente efectivo para distraerla. Apenas su agarre se hizo más flojo la tomé para girarla y dejarla bajo mi cuerpo. Atrapé sus manos por sobre su cabeza con una de mis manos y con la otra quité su arma y la pegué a su sien, listo para utilizarla en su contra.

No quieres perderte esto Russo, no te atrevas a cerrar los ojos. - Sonreí al robar su frase y ella me miró con odio.

Una sola misión… Controlar daños. - La voz de Sesshomaru nos distrajo a ambos cuando intervino en aquella caótica escena. - Ni siquiera eso has podido hacer bien, Inuyasha. - Nos miró con su cabeza ladeada desde su posición. - ¿Interrumpo algo?

Sango se mantuvo en silencio en el suelo, quitando las balas de sus piernas con sus propias garras sin efectuar ningún sonido, pero asesinando a la intrusa con la mirada.

Entiendo que estás molesta, pero podemos discutirlo, ¿no? - Continuó Sesshomaru. La respiración entrecortada de la chica atrapada bajo mi cuerpo me demostró que aún estaba débil. - Somos personas adultas, Russo, y puedo escuchar tu corazón desde aquí, podría apostar a que estás a segundos de desmayarte una vez más.

No te preocupes, tengo energía suficiente para acabar con ustedes tres antes de que eso suceda. - Respondió la azabache aun en desventaja.

La miré con atención desde mi posición, noté su respiración forzada y como poco a poco su lucha por escapar de mi agarre se hizo más débil. Lo último que ví fueron sus ojos mirarme fijamente antes de cambiar a chocolate al perder la fuerza y luego nada, había vuelto a desmayarse.

Me puse de pie con dificultad cuando la adrenalina abandonó mi cuerpo, la garganta me ardía en conjunto con las marcas de sus garras en mis antebrazos. Sesshomaru se agachó para tomarla en brazos y dejarla sobre la cama.

Lleva a Sango a su departamento y vuelve aquí apenas puedas. - Ordenó y asentí.

Corrí a mi habitación a buscar una camiseta y al volver tomé a mi mejor amiga en brazos. Caminé con ella a través del pasillo para alcanzar el ascensor. Las puertas se cerraron y el cubículo rápidamente comenzó a bajar.

¿Por qué no te fuiste? - Pregunté.

Si lo hice, pero al acostarme a dormir noté que había dejado mi celular en tu mesa de la entrada, así que volví y escuché todo el caos.

No intentes salvarme de nuevo, no si eso te pone en peligro. - Musité. - Puedo defenderme solo.

La vi mirar mi cuello con atención, donde probablemente tenía las marcas del agarre de Kagome.

Esa chica va a convertirse en la perdición de ambos. - Exclamó. - Más te vale hacer recapacitar a tu hermano antes de que sea demasiado tarde.

Guardé silencio, consciente de lo real que era esa posibilidad y que tal vez ya era demasiado tarde.

Cuando las puertas se abrieron nuevamente avancé a través del departamento de ella, la dejé recostada en el sofá de la sala de estar y me senté a su lado.

Voy a destruirla. - Musité sin mirarla, perdido en un punto del vacío frente a mí. - Mi hermano puede ser un idiota, pero al final del día yo me encargaré de salvar a nuestra familia del veneno de los Russo.

Vi por el rabillo del ojo como Sango me miraba con atención para luego asentir.

Tienes todo mi apoyo, pero vas a tener que ser muy inteligente esta vez y tener un poco de paciencia. Gánate su confianza, o no tendrás oportunidad de tocarle un pelo.

Sonreí, admitiendo en mi interior que Sango tenía un punto importante. Después de todo, así funcionaban las mujeres, con un escudo impenetrable a su alrededor hasta que alguien lograba romperlo.

La opción era atacar desde adentro.

¿Todo bien con tus piernas? - Las miró y suspiró.

Si, pese a utilizar balas de plata en realidad no ha dañado nada importante y ya han comenzado a cicatrizar. Eso he estado meditando… No sé si pensar que ha fallado por su estado drogado o a propósito sólo para no matarme.

Me quedé con ella al menos unos treinta minutos adicionales, probablemente porque una parte de mí se sentía culpable y la otra no tenía energías suficientes para enfrentar a mi hermano una vez más. Cuando finalmente se quedó dormida me arrastré a mi mismo a mi departamento al no poder sobreextender el momento, encontrando a Sesshomaru sentado a un lado de la azabache, aún inconsciente.

Me apoyé en una de las paredes cercanas de brazos cruzados, con cero deseos de discutir, mirando fijamente a la chica sobre la cama.

Hablé con nuestro padre de camino aquí. - Exclamó de pronto Sesshomaru. - Quería saber que tanto habíamos avanzado con el plan.

¿Qué le has dicho?

La verdad, que la heredera de Naraku estaba inconsciente por un descuido de los dos y que creía que todo se había ido a la mierda. - Suspiré. - Quiere que volvamos a Japón mañana.

No, yo no regresaría a Japón sin cumplir con mi objetivo.

El celular de mi hermano sonó y suspiró al ver quien llamaba.

Tengo que contestar esto, ¿Te quedas aquí un segundo? - Asentí sin moverme de mi posición.

La miré allí, indefensa, lista para ser sacrificada sin siquiera darse por enterada. Era el método más sencillo…Y sin embargo el más aburrido.

Quería eliminar su existencia de la faz de la tierra, pero primero quería divertirme con ello y para eso la necesitaba atenta y consciente. Intenté convencerme a mí mismo de que esa era la única razón por la que le había dado de mi sangre sin pensar cuando la había visto empeorar, aún sabiendo que en ese instante una parte de mí la había querido viva. Apreté mis puños, superado por mis reacciones poco consecuentes.

Finalmente la vi abrir sus ojos, esta vez en un color chocolate claro. Intentó incorporarse, sin embargo falló miserablemente.

No te recomiendo hacer movimientos bruscos. - Mi voz frunció su ceño automáticamente. - Ya has visto que no ha funcionado muy bien previamente.

¿Qué hora es? - Miré el reloj en mi muñeca.

Casi las tres de la mañana.

La vi ponerse de pie de forma abrupta y perder el equilibrio cuando sus piernas no respondieron lo suficientemente rápido. Me acerqué en un reflejo hacia ella y la sujeté por los hombros, sin embargo no pude evitar la colisión de su pequeño cuerpo contra mi pecho. Desde su altura me miró y por primera vez vi el miedo reflejado en sus ojos. Algo la asustaba en demasía.

¿Sucede algo?

Necesito volver a mi casa, ahora.

No creo que sea posible en ese estado.

No lo entiendes, van a matar a Kouga si no aparezco allí antes del amanecer.

¿El novio sobreprotector? - No podía importarme menos.

Me ignoró y me alejó de un empujón suave. La vi sacar su celular de un bolsillo de sus caderas y desbloquear la pantalla. Rápidamente dio unos cuantos pasos para alejarse de mí, mostrándome su espalda descubierta y apoyándose en una de las paredes con todo el cuerpo para mantener el equilibrio. Pude escuchar sutilmente el tono de llamada desde mi distancia.

Hola. - Exclamó luego de unos segundos. - Estoy bien, no, no estoy en casa. - Otro silencio mientras escuchaba la respuesta de la persona del otro lado. - No voy a decirte nada, te he llamado para informarte que estoy bien porque te respeto, pero no estoy dispuesta a aceptar que tus guardaespaldas controlen mi vida en tu ausencia, suficiente tengo con tener que soportarte a ti. - Fruncí mi ceño al comprender que era su padre el motivo de su pánico.

No era muy bueno con las palabras, y eso me había obligado a fortalecer mis dotes para leer el lenguaje corporal a través de los años. Noté algunos detalles sutiles en su postura incómoda, como por ejemplo el como rasguñaba su propio antebrazo por los nervios y como su corazón latía más rápido, preparado para rendir lo suficiente si es que ella quisiera huir de un monstruo que ni siquiera estaba cerca, el único que probablemente generaba ese efecto en ella.

Cuando colgó algunos minutos más tarde se abrazó a sí misma, aún dándome la espalda. Me miró por sobre su hombro y sus ojos apagados me provocaron lástima y unas ansias repentinas de sacarla de allí, de rescatarla de las garras de su padre.

Te llevaré a casa si eso es lo que necesitas. - Exclamé.

Me miró en silencio por unos segundos y asintió.

Sesshomaru regresó cuando íbamos camino al ascensor.

¿Ya te vas?

Yo la llevaré. - Exclamé y mi hermano me miró lleno de dudas en sus ojos, sin embargo sonrió y asintió.

He de asumir que nuestra alianza queda rota…

Asumes bien. - Respondió Kag. - No pudiste cumplir con la seguridad que me prometiste.

Mi hermano asintió y vi sus manos apretarse en puños de forma sutil, frustrado internamente por la situación sin dejarlo en evidencia en su rostro.

Que descanses heredera. - Exclamó antes de darse la vuelta y perderse en la cocina.

Las puertas del ascensor se cerraron ante nosotros y nuevamente el silencio se hizo protagonista.

¿Cuál es tu plan ahora que has rechazado la ayuda de mi hermano? - Pregunté y ella sonrió sin mirarme.

No necesito la ayuda de nadie para encontrar lo que estoy buscando. - Suspiré y asentí.

¿No te cansas de mostrar esa faceta desagradable todo el tiempo?

Es la faceta que me ha mantenido viva todos estos años. - Musitó.


'

Kagome

Me miró fijamente, consumiéndome en el dorado por escasos segundos, con una emoción reflejada que se asemejaba a la lástima. Permanecimos en completo silencio hasta alcanzar el subterráneo, donde apretó el botón de su llavero para desactivar la alarma de uno de los 3 autos de lujo con vidrios polarizados que estaban estacionados. Pude ver una motocicleta negra con detalles cromados estacionada en una esquina.

Me senté en el asiento de copiloto mientras él encendía el motor y cerré los ojos, comenzando a sentir una jaqueca horrible.

¿Te sientes un poco mejor? - Preguntó y lo miré incrédula. - ¿Qué?

¿Ahora resulta que nos llevamos bien? - Sonrió y suspiró.

Esta es la última vez que tendré que soportar tu compañía y eso me hace extremadamente feliz, dada la ocasión especial puedo intentar hacerlo un poco más ameno para ambos, ¿No crees?

Lo miré fijo, buscando algún indicio de broma en su rostro, sin embargo no encontré ninguno.

Mis pulmones arden, mi cuerpo hormiguea, mi cabeza duele y tengo unas ganas horribles de vomitar… Supongo que he estado mejor. - Una risa ronca abandonó sus labios.

Y has disparado a Sango sin mirar y sintiéndote así de mal…

Instinto de supervivencia, supongo. - Asintió. - ¿Quién es Sango?

Guardó silencio y mantuvo su concentración en la carretera.

¿Quién es Kouga? - Una sonrisa torcida invadió sus labios.

¿Aún no lo superas? Yo pregunté primero.

Le tomó algunos segundos responder, probablemente los necesarios para meditar si valía la pena hacerlo.

Mi mejor amiga. - Musitó. - Vive con nosotros desde que tengo memoria, su madre es parte de la servidumbre en nuestra casa en Japón.

¿Y qué hace aquí en Italia? - Suspiró al girar el volante para doblar por una de las calles.

Sango tuvo una idea increíblemente errónea de que toda esta situación de mierda eran vacaciones en Europa. - Me reí y él sólo sonrió.

20 minutos mas tarde reconocí la calle de mi hogar y por un momento un sentimiento de tristeza me embargó cuando se detuvo frente a la casa, listo para dejarme ir.

Kouga es mi guardaespaldas. - Respondí y mi respuesta pareció relajarlo por algún motivo.

Uno que claramente debería ser expulsado de sus servicios. - Sonreí.

Lleva a Sango a conocer la ciudad de Florencia, tiene un montón de arquitectura turística. - Me miró sorprendido, pero asintió con una sonrisa. - Y dile que lo siento por dispararle. - Hice una mueca y otra risa ronca salida de sus labios me nubló

Lo superará. - Asentí y me di la vuelta para bajar. - Russo… Deberías usar ese mismo instinto de supervivencia para alejarte de tu padre. - Exclamó de pronto y la sonrisa se borró de mis labios. - Ese es el consejo que te doy como despedida.

Miré mis manos y suspiré.

Gracias, supongo.

Nada de gracias, esta noche volví a salvarte la vida contra mi voluntad, me las debes, no voy a olvidarlo.

Cerré la puerta del auto al bajarme y caminé a paso lento, sin ánimos de poner a prueba mi equilibrio en tacones y aún bajo efecto de las drogas. Quién salió a mi encuentro en el portón de entrada fue Kouga, quien me abrazó en un impulso.

Estás bien. - Susurró contra mi cabello y apretándome con fuerza, dejando ir todas sus preocupaciones.

Lo empujé con debilidad para liberarme, sin embargo no me dejó ir.

Suéltame. - Ordené. - Todos los guardaespaldas están mirando.

No me importa.

Pues a mi si. - Exclamé antes de volver a empujarlo, esta vez con un poco más de fuerza para lograr mi objetivo.

Sentí el sonido del motor del auto a mis espaldas al acelerar y perderse en el horizonte.

¿Quién te ha traído? - Preguntó y yo sólo avancé hacia la mansión.

Al llegar a la sala de estar de inmediato fui rodeada por un círculo de guardaespaldas.

Gracias por tan calurosa bienvenida. Estoy bien, sólo déjenme en paz por favor, confío en que informaran a mi padre de mi regreso.

Avancé por el pasillo y los pasos de Kouga me siguieron de cerca.

No hemos terminado de conversar. - Exclamó a mis espaldas.

Yo he decidido que sí. - Respondí sin darme la vuelta.

Una de sus manos me atajó por la muñeca para hacerme girar.

¿Te das cuenta del caos que has generado? Tu padre está furioso conmigo.

Porque has hecho pésimo tu trabajo. - Su ceño se frunció. - Ya lo he llamado, no hay problema.

¿Tan poco te importa mi vida, Kagome? ¿Tan poco te importa todo lo que suceda a tu alrededor?

¿Por qué siento que esta discusión se ha transformado en una de novios? - Pregunté dando un tirón para soltarme de su agarre. - Tú eres mi empleado, no tienes derecho a cuestionar ni dirigir mis acciones, tu deberías aprender a reconocer cuál es tu lugar.

¡Me preocupo porque te quiero! - Gritó y el sonido hizo eco en la enorme estructura de la casa. Me miró fijo y el azul en sus ojos pareció más brillante que nunca. Esa era la primera vez que me decía algo así y pareció darse cuenta de sus palabras demasiado tarde. - Lo sient…

Como dije, aprende a reconocer tu lugar. - Musité y me di la vuelta, sin ningún remordimiento por romperle el corazón.

Me encerré en mi habitación y caí de bruces sobre la cama. Justo cuando estaba comenzando a quedarme dormida una notificación hizo vibrar mi celular.

Papá (3:25 AM): Estaré fuera algunos días más, te pido encarecidamente que te comportes como la heredera decente que eres. Mañana por la mañana te enviaré información sobre una situación que necesito que resuelvas. Que descanses.

Gemí contra la cama, harta de cumplir con sus órdenes.

Kagome Russo (3:26 AM): Ok.

Bloqueé la pantalla y volví a cerrar los ojos, sin embargo una nueva notificación volvió a llamar mi atención. Lista para recibir un sermón por mi respuesta escueta desbloqueé el teléfono, sintiendo mi corazón latir un poco más fuerte por la sorpresa.

Número desconocido (3:30 AM):Cuando bajaste del auto decidí que no estoy listo para dejar de verte, aún necesito hacerte la vida imposible un poco más mientras siga en Italia. Estamos en contacto, Russo.

Por algún motivo sonreí, perdida en una emoción que no supe descifrar.