Capítulo 1; El despertar de la oscuridad en Halkeginia.
Mientras ascendía por los cielos, los ojos de Momonga se estrecharon ligeramente, aunque su expresión permaneció impasible. A medida que se elevaba aún más, pudo ver la parte superior de Nazarick, específicamente el cementerio del mausoleo central, lo cual significaba una sola cosa: había logrado acceder a la región pantanosa envuelta en niebla que rodeaba la tumba.
Las formas de las criaturas se vislumbraban en la superficie, envueltas en la densa niebla que solo permitía ver sus contornos. A pesar de la aparente amenaza que representaban, Momonga no se alarmó, pues en ese momento todas las hordas activas, tanto las del juego como las que rodeaban su gremio, habían sido puestas en un estado inactivo. Esto significaba que no sería atacado a menos que él decidiera iniciar el combate, un cambio en las dinámicas del juego que los desarrolladores habían implementado aproximadamente una semana atrás.
Este cambio había desencadenado una oleada de emoción entre los jugadores de YGGDRASIL, marcando el inicio de una segunda era de grandes descubrimientos en la historia del juego. Momonga no pudo evitar sentirse emocionado al ver los videos que mostraban estos increíbles hallazgos, detallando estructuras y objetos que nunca antes había contemplado en todas sus horas de juego. Sin embargo, su reacción no difería mucho de la opinión general expresada por otros jugadores, principalmente debido a los exagerados requisitos que se debían de cumplir para acceder a ellos.
Por esta razón, Momonga tomó la decisión de quedarse protegiendo la Gran Tumba Subterránea de Nazarick. Estaba seguro de que, tarde o temprano, algún valiente intentaría invadirlos solo para explorar, aprovechando la facilidad con la que ahora se podía atravesar el pantano de Grenbera sin gastar recursos en el viaje.
Y así, Momonga aguardó pacientemente.
Daría la bienvenida a cualquier desafiante que se atreviera a enfrentarse a él como el Maestro del Gremio.
Sin embargo, a medida que pasaban las horas, nadie vino.
Aunque este hecho merecía ser celebrado, por supuesto, al mismo tiempo también lo hacía sentirse solo, como si el mundo entero lo hubiera olvidado por completo.
Para compensar ese sentimiento de soledad, Momonga decidió enviar mensajes a todos los miembros restantes de su gremio, invitándolos a disfrutar juntos del último día de los servidores.
A pesar de que su gremio actualmente era solo una cáscara vacía de lo que una vez fue, habían compartido momentos agradables y divertidos en el pasado. Con esos recuerdos en mente, esperaba que al menos algunos de los 4 miembros restantes y 37 ex miembros del gremio se conectaran hoy para despedir el juego junto a él.
Pero al final, el número de personas que realmente llegaron podría contarse con los dedos de una mano.
Al recordar eso, un suspiro escapó de los labios de Momonga.
"Eso es todo lo que queda", pensó Momonga, su voz interna resonando en la soledad de su mente.
Volvió la cabeza para mirar su reloj virtual.
23:58:43.
23:58:44.
23:58:45.
El tiempo avanzaba inexorablemente hacia la medianoche, y Momonga lo observaba con atención, sintiendo cómo cada segundo que pasaba le acercaba más al inminente fin del juego.
Sin perder un solo segundo, Momonga descendió rápidamente hacia una pequeña isla flotante que se alzaba sobre el pantano. Esta isla, un rincón curioso y poco explorado, era el lugar donde había planeado celebrar algo especial en este último día de los servidores.
Había querido festejar con sus amigos, aquellos que habían regresado para despedirse del juego juntos. Su idea original era organizar un evento grandioso para compartirlo con ellos. Sin embargo, la realidad había sido decepcionante, ya que ninguno de sus amigos había permanecido hasta el final.
Aunque comprendía que sus amigos debían de priorizar sus vidas reales,no pudo evitar que la soledad y la frustración lo abordaran. La ausencia de sus compañeros lo dejaba con un amargo sabor de despedida, y Momonga comenzaba a darse cuenta de que este último día se sentía más solitario de lo que jamás había imaginado.
Quizás esa sensación de soledad lo llevó a abandonar por completo la idea original del evento compartido. Tal vez, no quería recordar que había planeado celebrar con amigos y, al hacerlo, resaltar aún más su soledad.
Al final, Momonga decidió seguir adelante con el evento, aunque fuera solo para sí mismo, como una despedida gloriosa a su vida en Yggdrasil. Se esforzó por dejar atrás esos pensamientos y focalizarse en el presente.
Suzuki Satoru observó detenidamente su entorno. La pequeña isla flotante sobre el pantano estaba cubierta de cilindros, dispuestos en patrones apretados que llenaban casi toda su superficie. Momonga sacó un objeto similar a un palo con un botón de su inventario y lo sostuvo en la mano que no empuñaba su arma de gremio.
Dudó unos momentos, debatiendo si debía activar el objeto. Un sentimiento de remordimiento lo invadió, preguntándose si era egoísta el disfrutar de este evento en solitario, pero sabía que esta era su única oportunidad. Si no lo hacía ahora, nunca podría hacerlo en el futuro, incluso si así lo deseara.
Momonga miró su pulsera virtual.
23:52:23.
Suspiró profundamente y tomó una decisión.
"¡Aquí vamos!", exclamó Momonga, sorprendiéndose a sí mismo con la firmeza de su tono. Presionó el botón rojo en medio del objeto.
En un instante, los cilindros comprimidos se dispararon hacia el cielo como bolas de luz, creando una vista impresionante. Estos artefactos eran fuegos artificiales vendidos por los desarrolladores de YGGDRASIL, y Momonga había comprado alrededor de diez mil de ellos para este evento especial. Aunque no los había colocado todos, el espectáculo iluminó el cielo pantanoso que rodeaba la tumba con luces parpadeantes, cubriendo todo lo visible.
Mientras observaba el espectáculo con una expresión imperturbable, Momonga experimentó una extraña calidez y paz interior. La luz de los fuegos artificiales lo envolvía, y por un momento, lograba olvidar su soledad y la despedida inminente.
El resplandor en el cielo retrocedía lentamente, indicando que el evento llegaría a su fin en poco tiempo.
Un pequeño bostezo escapó de Momonga, seguido de un suspiro cansado.
"Necesito despertarme a las 4 de la mañana", murmuró para sí mismo.
Momonga volvió a mirar el cielo, observando cómo las luces ascendían lentamente. Era consciente de que había planeado disfrutar de esta escena con sus amigos, pero ahora estaba solo. A pesar de eso, encontró cierta tranquilidad en la idea de que estas luces le permitirían despedirse de su vida en Yggdrasil de una manera especial.
Y así, mientras observaba la última explosión de luz en el cielo, una emoción surgió en su corazón.
No sabía cómo se sentiría cuando los servidores se apagaran, pensó Momonga para sí mismo. Era su primer y último juego en línea, y no sabía qué esperar. Sin embargo, a medida que la luz lo envolvía, encontró una extraña calma en su interior.
Tal vez...
Se sentiría mejor si todo terminara mientras estaba rodeado de esta luz.
Fueron sus últimos pensamientos antes de que el mundo en el que había pasado tantas horas se desvaneciera ante sus ojos.
Y entonces, cuando todo parecía llegar a su fin, un evento inesperado sacudió la realidad.
El vacío mismo se vio convocado por una joven noble de cabello rosa desesperada por el deseo de obtener el reconocimiento y poder que tanto le avia faltado a lo largo de su vida. Tras lo cual, el buscó una entidad que cumpliera con la descripción que le había proporcionado su usuaria, pero encontró algo inusual en el proceso.
Un poder incomparablemente poderoso eclipsó todo a su alrededor, atrayendo al vacío hacia su fuente. Era un poder que desafiaba la lógica del propio vacío, y no importaba dónde lo mirara, parecía superior a cualquier otra cosa que jamas habia visto.
Sin dudarlo, el vacío decidió redirigir su viaje y llevar ese poder a su usuaria, pero para su infortunio, ella no especificó cómo queria que se le otorgaría tal poder.
Y así, mientras Momonga observaba el final de su mundo, el destino jugaba sus cartas de una manera inesperada y caprichosa.
Mientras Momonga abría lentamente sus ojos, poco a poco, el empezó a entrar en pánico.
Suzuki había concebido que una vez que la tenue luz se desvaneciera, sería recibido por la visión familiar de su pequeña habitación en su apartamento más allá de un frágil cristal sobre su cara. Después de todo, YGGDRASIL estaba destinado a cerrar, ¿no es así? Sin embargo, lo que sus ojos presenciaron resultó ser completamente distinto.
"... ¿Qué es esto?", murmuró Momonga para sí mismo.
Esto no surgió de su soledad, sino porque había encontrado algo incomprensible para el.
Lo primero que captó fue el cielo nocturno. Las constelaciones brillaban a su alrededor, mientras las nubes flotantes intentaban ocultar su luz a como diera lugar. Además, grandes murallas de piedra cincelada se alzaban a su alrededor, formando una especie de triángulo invertido en el que se encontraba en medio.
Con lentitud, intentó moverse, pero se dio cuenta de que estaba hundido en el suelo.
La exuberante hierba, recortada con precisión, estaba húmeda y brillante, pareciendo un espectáculo de luces intermitentes mientras la luna reflejaba su brillo en ellas.
Momonga tuvo que contener su leve sorpresa cuando una sorpresa aún mayor invadió su mente al contemplar los dos grandes astros que iluminaban el firmamento nocturno bajo el cual se encontraba.
Una luna, gigantesca y resplandeciente con una luz azulada, se alzaba majestuosa, mientras que a su lado, una más pequeña irradiaba una suave luminosidad rosada.
Este espectáculo era algo que no podía presenciar en el mundo real, salvo ,según rumores, en las arqueologías. Oh, si tan solo el no hubiera abandonado el juego.
Miró hacia abajo y se percató de un enorme charco de sangre que lo envolvía por completo. La exuberante hierba se había teñido de ese líquido carmesí, tanto así que la tierra misma había comenzado a cambiar de color bajo su empapada superficie.
Suzuki ingresó rápidamente en un frenesí caótico, desesperado por liberarse del suelo. Sin embargo, a pesar de sus intentos, le resultaba difícil transmitir las órdenes a su cuerpo y obtener con sigo una respuesta adecuada.
Aunque se enfrento a esta adversidad, Satoru finalmente logró ponerse de pie, tambaleante, y con ello, pudo contemplar su entorno con mayor claridad.
Al examinar la zona con la mirada, pudo vislumbrar un gigantesco cráter a su lado, del cual emanaban escombros y humo en una constante y agitada danza, como si fuera una chimenea en pleno funcionamiento.
Rápidamente y de forma instintiva, el joven asalariado dirigió una de sus manos hacia la parte posterior de su cabeza, y pudo sentir cómo la sangre espesa fluía por una abertura considerable, empapando su cabello.
Antes de que Satoru pudiera articular alguna palabra, una ola de serenidad lo inundó por completo, impidiéndole expresar la angustia que momentos antes dominaba su mente.
Con un sorprendente grado de calma, Momonga verificó la hora en su reloj de pulsera, solo para descubrir algo inesperado: en lugar de su brazo esquelético sosteniendo el lanzador de fuegos artificiales, solo vio una mano blanca, pequeña y extremadamente delicada, claro, empapada en sangre.
Sorprendido, se volvió rápidamente para mirar a su otra mano, en la cual sostenía el símbolo de su gremio, el bastón de Ainz Ooal Gown.
El estado de ella era el mismo que su mano izquierda, pero para su alivio, aun conservaba con el, su arma de gremio.
Algo había cambiado de verdad. No había duda de que esas manos juveniles y delicadas no le pertenecían a su avatar en YGGDRASIL, Momonga, ni tampoco se asemejaban a sus verdaderas manos.
No obstante, a pesar de esta contradicción, había algo diferente en la forma en que las manos se presentaban. Detallar con precisión esa diferencia era algo complicado, pero había una fuerte sensación de que esas eran sus propias manos. Aunque el sabia que no le pertenecían en realidad, había una sensación de naturalidad en ellas, como si estuviera contemplando sus propias extremidades en el mundo real.
Sin embargo, a pesar de lo desconcertante de este hecho, lo que más lo aterró fue su capacidad para mantener la calma en una situación como esta.
Antes de que pudiera entrar en pánico, inconscientemente Momonga recordó las palabras de uno de sus antiguos amigos:
"La ansiedad es la semilla de la derrota. Debes pensar con lógica y mantener la calma en todo momento. Tranquilízate, amplía tu visión, no te dejes llevar por los pequeños detalles y deja que tus pensamientos fluyan".
"Ah, sí".
Su primera consideración debería de ser: "¿Dónde se encuentra este lugar?".
Momonga volvió a observar a su alrededor. El paisaje era desconocido, sin importar dónde dirigiera su mirada. Es cierto que el no podía conocer cada centímetro cuadrado del inmenso mapa de YGGDRASIL. Quizás existía un escenario como este oculto en algún rincón del juego. Sin embargo, la incertidumbre no disipaba la pregunta que atormentaba al Overlord.
"¿Qué será esto?"
"¿Se ha retrasado el cierre de operaciones de YGGDRASIL? ¿O acaso esto es lo que se mostraría si no me desconectara por mi cuenta?" Varias posibilidades inundaron su mente.
"¿Se ha postergado el cierre del servidor?"
La posibilidad más probable era que, por alguna razón innegable, el cierre de los servidores se hubiera retrasado.
Si ese fuera el caso, los GMs habrían anunciado algo. Momonga se apresuró a abrir la función de comunicación que había desactivado hasta ahora, pero se encontró con más desconcierto.
La consola de control no apareció.
Intentó activar otras funciones, mientras una mezcla leve de ansiedad y duda lo embargaba.
Ninguna de ellas respondió.
Era como si hubiera sido completamente excluido del sistema.
Ante este giro repentino de los acontecimientos, Momonga intento buscar una respuesta para todos estos sucesos.
Una repentina teoría que habia desarrollado, sugería que se encontraba en otro juego, posiblemente en YGGDRASIL 2.
Esta teoría había surgido gracias a una conversación que tuvo en el último día del servidor con uno de los pocos miembros restantes de su gremio, HeroHero, un anciano Black Ooze perteneciente a la raza de limo mas fuerte. Ahora, al reflexionar con más coherencia, si consideraba esa teoría como cierta, serviría como una explicación sólida para los eventos que estaba experimentando en ese momento.
Momonga de repente se percató de algo y gritó con una voz que resonaría en los oídos de cualquier persona cercana:
"¡Esto es ilegal! ¡Es un confinamiento ilegal! ¡Déjenme salir de aquí!"
Si esto realmente era parte del juego o de otro juego, y si alguien lo estaba controlando, era muy probable que esas palabras fueran grabadas. El casco que Suzuki Satoru llevaba, requerido por la Ley de Computadoras, también registraría todo. Si la compañía se daba cuenta, probablemente tomarían alguna medida. Sin embargo, no obtuvo respuesta alguna en ese aspecto.
En cambio, Suzuki se quedó paralizado en el lugar después de pronunciar esa oración, debido a que un evento inesperado se hizo presente, dejándolo sin aliento. La voz que salió de su boca... no era la suya. Era imposible que esa voz le perteneciera a el. No... esta era mucho más aguda y juvenil,casi como si le perteneciera a una pequeña niña.
Antes de que pudiera caer en pánico, sus emociones fueron reprimidas nuevamente, obligándolo a entrar en un estado de reflexión.
Este acontecimiento debía ser archivado como una de las muchas preocupaciones que abordaría más tarde.
Y con eso en mente, Satoru siguió esperando a que algo más sucediera, pero no ocurrió nada más.
"Como pensé... ¿No es YGGDRASIL ni su secuela después de todo? No creo que la compañía ganara nada atacándome deliberadamente por un delito tampoco... Pero, ¿el juego que se convierte en realidad es...? ¿O no es imposible?.
Suzuki dejó esa interrogante de lado por el momento, su mente no estaba en condiciones para poder asimilar esa posibilidad del todo.
Momonga miro nuevamente sus manos. Podía sentir, muy en su interior, una sensación extraña emanando de el, era casi como si un enorme rio girara entorno a su cuerpo y no parara de exudar opresión desde su interior.
Por alguna razón el se sentía mas, poderoso. Era una sensación diferente que nunca había experimentado antes, pero sentía que el podría destruir todo a su alrededor con tan solo un movimiento.
Si bien en circunstancias normales esto lo hubiese inquietado de forma grave, algo no paraba de suprimir sus impulsos emocionales, forzando un tramo de calma en su mente.
Pero..¿Por que?, ¿ah que se debía esta sensación?. Tras pensarlo por un corto plazo de tiempo, Momonga llego con incertidumbre a una conclusión.¿Magia?.En YGGDRASIL, el había dominado un numero exageradamente superior de hechizos a diferencia de un jugador promedio. Si el aun se encontrara en el juego, oh las reglas del mismo se aplicaran en este mundo, debería de ser posible para el, lanzar aunque sea un hechizo básico, ¿No es así?.
Realmente el no lo sabia, y teniendo en cuenta la falta de una consola de hechizos, Suzuki no creía que pudiera realmente hacer tal cosa, pero ante la duda, intento realizar un lanzamiento.
Comenzó con "Message". Momonga de repente y sin ayuda externa "aprendió" cómo lanzar el hechizo "Message" sin la aparente ayuda del sistema. Ni siquiera era consciente de ello; era casi como si fuera algo completamente natural para él utilizarlo en su vida cotidiana.
Por un momento ,una sensación opresiva se instalo en el pecho de Suzuki.
Esto era una situación muy anormal y extraña.
Antes de que pudiera dejar que sus emociones lo dominaran nuevamente, su mente se relajo como por arte de magia, devolviéndolo a un estado sereno.
A pesar de que le molestara dejar tantas interrogantes de lado sin una respuesta que aliviara su dolor de cabeza, el tenia que dejar de lado estos temas , no podía perder tiempo, y aunque le doliera, el sabia que en este instante esos detalles eran inútiles.
Momonga volvió a concentrarse en la información recopilada.
Este experimento comprobó que podía realizar por lo menos, el hechizo "Message" con aparente facilidad. Teniendo en cuenta eso, ahora el debería de ver si puede contactar con otra persona, ya sea el GM u otro jugador.
Y con esas palabras dichas, Momonga inicio sus intentos por comunicarse con alguien mas.
Pero después de un rato, empezó a refunfuñar.
"No se puede conectar, ¿he?..".
No podía comunicarse con nadie y tampoco podía cerrar la sesión. El hecho de que todo esto lo hacia sentir como si estuviera atrapado dentro del juego no lo tranquilizaba, mientras que su teoría de que esto fuera la realidad comenzaba a tomar más fuerza.
Antes que todo, Momonga se encontraba, una vez más, sumido en una reflexión profunda. El hecho de que estuviera utilizando hechizos como si fueran parte de él era algo extraño.
Todos estos eventos eran bizarros y extravagantes. Si tan solo el pudiera preguntarle a alguien... "no", sería mejor que no hubiera nadie por aquí, "¿verdad?"
Momonga giró la cabeza hacia el prominente cráter que seguía expulsando humo desde su interior,
Revelando, en realidad, que no había pasado mucho tiempo.
En ese momento, no tenía certeza de cómo había terminado allí. Según podía intuir, su cuerpo podría haber sido atacado por métodos y razones desconocidas, lo cual explicaría sus heridas.
La mejor manera de proceder sería alejarse rápidamente de esa zona para evitar cualquier enfrentamiento que pudiera causar más daño a su cuerpo o incluso resultar en su muerte inmediata.
Tras esto Momonga rápidamente ascendió hacia el cielo usando el hechizo "Fly". Tal vez sería mejor investigar más sobre su paradero desde las alturas, evitando así encontrarse con jugadores peligrosos.
Para su alivio, el hechizo se ejecuto con normalidad, y pudo controlarlo con una destreza que nunca el había sentido al usarlo en el pasado. Esto era casi como si le hubieran crecido un nuevo y desconocido par de alas, y con sigo, se le fuese introducida la experiencia para poder volar sin complicaciones.
Libre de las restricciones de la gravedad, Momonga ascendió lentamente hacia el cielo. Aumentó gradualmente su velocidad, ascendiendo en una línea recta que parecía desafiar las leyes de la física.
Las nubes se formaron a su alrededor, acercándose mientras la superficie del mundo se reducía a una mancha distante. Una corriente de aire gélido le rodeó, enviando escalofríos a través de su pequeño cuerpo. A medida que ascendía, el viento se enrollaba y danzaba a su alrededor, como serpientes juguetonas en las alturas.
Tras un breve lapso de tiempo, una vista asombrosa se desplegó ante él, y los ojos de Suzuki se abrieron con una mezcla de fascinación y asombro.
La oscuridad estrellada de la noche se extendía ante él, un paisaje sin igual para alguien como Satoru. Momonga miró hacia arriba, y su corazón latió con emoción, inclinando constantemente la cabeza como si no pudiera creer lo que estaba viendo.
Dejando que sus emociones le llevaran, Momonga murmuró para sí mismo: "Nunca, en todos mis días jugando YGGDRASIL, había visto algo así en sus diferentes mundos virtuales... es verdaderamente sorprendente. El aire aquí es tan puro, sin rastro de contaminación en la atmósfera. La gente nacida en este mundo no necesitaría pulmones o corazones artificiales..."
En ese momento, contemplando el cielo infinito y estrellado, Momonga sintió que había experimentado algo único. Nunca antes había visto un cielo tan despejado y hermoso.
Mientras quedaba hipnotizado por la belleza del entorno que lo rodeaba, poco a poco su mirada se centró en los dos astros que dominaban el firmamento estrellado. No podía encontrar palabras... No...ver este mundo lo dejaba sin palabras.
La luz blanca azulada y rosada de las lunas, junto con las estrellas, disipaba la oscuridad de la tierra. Mecidas por la brisa, las ondulantes praderas parecían un mundo resplandeciente. Las innumerables estrellas en el cielo, junto con las lunas y los planetas, emitían un resplandor brillante, complementando el paisaje creado por los exuberantes bosques y las majestuosas montañas en tierra firme.
Momonga no pudo evitar suspirar.
"Hermoso... No, demasiado hermoso para describirlo con palabras... No tengo idea de cómo reaccionaría Blue Planet-san si viera esto..."
-Si viera un mundo sin contaminación en el aire, el agua o la tierra.
Momonga pensó en su compañero. Cuando apareció en YGGDRASIL, era elogiado como alguien muy romántico, no solo por sus gustos he intereses, si no también debido a que en su cara se dibujaba una sonrisa hermosa, aunque su rostro era el de una roca monstruo. Era un hombre cálido y amable que había amado el cielo nocturno durante toda su vida.
No, lo que amaba era la naturaleza. Amaba la naturaleza a pesar de haber sido contaminada y desaparecida. Debido a que quería admirar un paisaje que ya no existía en la realidad, comenzó a jugar a YGGDRASIL. Con esto en mente, dedicó gran parte de su tiempo y días en el juego, a construir y diseñar el sexto piso de la Gran Tumba Subterránea de Nazarick, especialmente el cielo nocturno, creando con sigo, su mundo ideal.
Para un amante de la naturaleza como él, era especialmente emocionante cuando las conversaciones giraban en torno a la naturaleza. Casi mostrando un entusiasmo excesivo.
Si Blue Planet viera este mundo, no podría imaginar cuán emocionado estaría o cuán profunda y apasionada sería la discusión sobre este tema.
Momonga realmente quería escuchar el profundo conocimiento de su antiguo amigo, a quien extrañaba de menos, por lo que giró ligeramente la cabeza hacia un lado como si esperara que estuviese a su lado.
Por supuesto, no había nadie en ese lugar. Eso era imposible.
Con un leve suspiro de decepción, Momonga volvió a contemplar el cielo nocturno por última vez.
Suzuki quería quedarse un poco mas, quería poder ver por mas tiempo este paisaje irreal para el, pero su mente le exigía que centrara su atención, que no se distrajera con todo esto.
Aunque ansiaba quedarse más tiempo, sabía que debía centrarse en la tarea que tenía por delante. Con otro suspiro, Momonga retomó su vuelo, pero por un segundo, sus pensamientos se volvieron otra vez hacia el cielo estrellado frente a el, y por ultima vez el Overlord afirmo; "Incluso solo con las lunas y las estrellas, este mundo es exquisito... Es difícil creer que esto sea la realidad. Blue Planet-san... El cielo brilla como una caja de joyas".
Después de compartir sus pensamientos consigo mismo, Momonga dirigió su mirada hacia abajo, listo para continuar su búsqueda en este mundo desconocido.
En el último día de los servidores de YGGDRASIL, el terreno debajo de Momonga era un enorme pantano. Pero para sorpresa de nadie en lo absoluto, el escenario que se presentaba ahora era completamente distinto.
Esta vez, se trataba de una enorme estructura.
No era solo un edificio o dos, sino uno que poseía una escala similar a una fortaleza masiva; no había nada más grande que eso. Podía ver una torre central imponente rodeada por cuatro torres secundarias que se conectaban al centro mediante imponentes muros de piedra.
A pesar de encontrarse a una distancia considerable sobre la fortaleza, Momonga no podía evitar sentir una preocupación profunda y una cautela constante ante los sucesos que ocurrían a continuación. La oscuridad de la noche envolvía el panorama, ocultando los detalles precisos de lo que acontecía dentro de aquel imponente bastión. Sin embargo, en el fondo de su mente, resonaba el eco de las muchas mazmorras que su gremio, Ainz Ooal Gown, había conquistado en tiempos pasados, en su época dorada.
"No... esto no se asemeja a ninguna mazmorra que haya conocido... ¿Dónde demonios me encuentro?".
Momonga extendió su magia de vuelo, explorando con meticulosidad cada rincón de la fortaleza. Su mirada se centró en las aberturas y pasillos que entrelazaban la estructura colosal. Aunque la noche estaba avanzada, sabía que las sombras podían ocultar cualquier peligro potencial. Podrían acechar enemigos en los recovecos entre los pasillos y los muros, observándolo de manera constante.
Si alguien intentara espiarlo deliberadamente, la arquitectura de la fortaleza era deficiente para tal propósito. Aunque estaba compuesta por espacios abiertos que proporcionaban una visión panorámica de los alrededores, también exponían al enemigo de manera evidente. Aunque existía la posibilidad de que todo esto era solo una mera fachada, y en realidad la estructura tenia una capacidad de espionaje que Suzuki simplemente no podía discernir .Este pensamiento inquietante le impedía sentirse seguro cerca de la edificación.
Aunque en su corazón, el realmente dudaba de que alguien considerara realizar acciones hostiles en medio de esta situación desconcertante, y ademas era posible que él fuese el único que había terminado en esta situación incomprensible.
Momonga suspiró, aunque su cuerpo no parecía estar en condiciones de llevar a cabo tal gesto. Dependiendo de las circunstancias, tal vez no sería imposible levantar los brazos en un gesto de rendición si lograba ponerse en contacto con las otras partes involucradas para obtener información de ellas.
Momonga miro su mano izquierda, llevaba consigo el arma del gremio, el bastón de Ainz Ooal Gown. Eso también debería de reducir las posibilidades de que fuera atacado.
Con eso en mente, esta fue la primera medida que tomó: "Perfect Unknowable".
Momonga lanzó un hechizo. Era un hechizo de alto nivel que superaba con creces al hechizo "Invisibility". Ahora, debería ser imperceptible, a menos que alguien usara algún hechizo o habilidad especial. Aunque esta táctica era un obstáculo trivial para un grupo selecto de jugadores, debería reducir las posibilidades de que también fuera atacado directamente.
Momonga miró sus frágiles manos, eran tan pequeñas que casi parecían las de un niño de entre diez y catorce años, y tan pálidas y delicadas como si pertenecieran a una joven en plena edad de desarrollo. Curiosamente, todavía podía verlas junto con el resto de su cuerpo, no había ningún icono que indicara que era invisible.
Un poco de nerviosismo se adentro en el corazón del no-muerto. El hecho de que todo apuntara a que ya no se encontraba en YGGDRASIL lo habían vuelto muy cauteloso con sus decisiones. El no sabia si estaba dispuesto a adentrarse en la fortaleza solo con este hechizo, después de todo, a la hora de la verdad, existían muchas maneras de penetrar en su lanzamiento y Momonga lo sabia muy bien.
Esto seria como una apuesta, y Suzuki no se sentía confiado como para lanzar todas sus fichas en la mesa todavía.
Al final, Momonga decidió alejarse del enorme edificio, no porque el enemigo realmente hubiera detectado su presencia, sino más bien porque no tenía la confianza suficiente como para adentrarse en la fortaleza.
Después de tomar esa decisión, el Overlord se dispuso a explorar el área circundante a la fortaleza en busca de un lugar que pudiera servir como su base de operaciones momentánea. Su búsqueda duró menos de lo que anticipaba, y pronto encontró un pequeño claro en medio del frondoso y extenso bosque que rodeaba la enorme estructura donde había aparecido.
Mientras descendía, Momonga activó una de sus habilidades: la capacidad de detectar no-muertos.
En YGGDRASIL, lugares como bosques o zonas aparentemente seguras a menudo albergaban no-muertos u otras entidades que atacarían a los jugadores una vez que llegaran allí. Por lo tanto, activar esas habilidades en un entorno desconocido siempre era una buena idea si no querías encontrarte con ninguna entidad hostil que el lugar pudiera ofrecer.
Al activar la habilidad, Momonga sintió un ligero alivio cuando los resultados fueron positivos.
No había no-muertos a su alrededor.
Aunque eso no lo tranquilizó por completo, ya que sabía que esto no garantizaba que no pudieran aparecer otros enemigos propios de ese lugar y atacarlo.
Momonga decidió bajar lentamente en un principio, la velocidad de su descenso fue medida para evitar arrojar nubes de polvo a su alrededor, y con sigo atraer la atención de entidades no deseadas.
Con ese fin, mantuvo activo su hechizo "Flye", impidiendo que sus pies tocaran el frío suelo cubierto de césped. Tomó esta decisión considerando la posibilidad de que el enemigo reaccionara ante estímulos sutiles, como el sonido de los pasos en la hierba corta, o que alguna criatura monstruosa emergiera del suelo por invadir su dominio.
Sin embargo, Momonga no se preocupó demasiado por eso, ya que tenía algo mucho más importante en mente.
En ese momento, había dos cosas que Momonga debía hacer.
Una de ellas era escapar lo mas lejos posible de la enorme fortaleza en la que se despertó. Aunque la ubicación actual parecía aceptable por el momento, no había garantía de que fuera segura en todo instante.
La otra tarea era investigar el nivel y las características de los residentes de esa enorme estructura. Necesitaba saber si eran criaturas no muertas o seres vivos, si tenían un nivel alto o al menos uno que pudiera manejar, y también necesitaba averiguar su ubicación exacta en el mundo.
Debía elegir una de esas tareas y, habiendo completado parcialmente la primera, no le quedó más opción que reunir valor y lanzar un hechizo para inspeccionar su entorno de manera más segura.
Dar el primer paso requería de mucho coraje, por lo que su corazón, naturalmente se termino acelerando, latiendo a una velocidad apresurada, pero armoniosa. Oh almenos eso es lo que Suzuki sintio.
"Remote Viewing".
Al pronunciar esas palabras, creó un sensor mágico que flotaba frente a él en el aire.
Pero al segundo siguiente, lo que sucedió a continuación lo desconcertó.
"¿Qué diablos es esto...?"
Lo que veía era completamente diferente a lo que normalmente observaba en YGGDRASIL. En el juego, "Remote Viewing" creaba una ventana de visualización en la esquina de su visión, ajustable en tamaño, pero fundamentalmente era una imagen separada.
Esta vez era diferente.
Era como si hubiera abierto un nuevo par de ojos y, con ello, otro campo de visión.
No sabía si llamarlo fascinante o extraño, pero no era un problema. Se sentía natural y podía usar el hechizo sin dificultad. Incluso sentía que él mismo había cambiado por completo.
Ignorando su breve confusión, Momonga usó "Remote Viewing" para observarse a sí mismo.
Podía ver vagamente su cabello largo, rizado y rubio-rosado debajo de las manchas de sangre que cubrían su cuero cabelludo.
Era una jovencita con un aspecto muy extranjero. ¿Podría ser una habitante de este mundo? ¿O tal vez un NPC de YGGDRASIL de algún tipo?
Inconscientemente, recordó la Gran Tumba Subterranea de Nazarick y a los NPC que se arrodillaron ante él. ¿Qué les habría sucedido? Por lo que el sabía, tal vez había perdido un lugar maravilloso que había construido con sus amigos.
Pero Momonga sacudió la cabeza.
En ese momento, no tenía tiempo para contemplar esas cosas.
Estudió a la persona que tenía frente a él, teniendo cuidado de no mirar demasiado su cuerpo, medio-expuesto por su ropa agujereada y desgastada.
Era una niña hermosa de tez blanca y perfecta. probablemente era mayor de diez años. Sus ojos estaban nublados, pero se hallaban abiertos sin pestañear, eran de un tenue rojizo-marrón apagado, un color extrañamente similar al de las frutas del dragón, aunque más rosado y palido.
Lo que parecía un manto con capucha, al examinarlo de cerca, resultó ser un conjunto desgastado y manchado con sangre, de ropa diseñada para dormir de tonalidad rosada pálida pero descolorida.
Momonga entrecerró sus ojos nuevamente.
Aunque la joven parecía estar gravemente herida, no podía determinar con certeza si estaba viva o muerta. Por el brillo en sus ojos, era evidente para Satoru que el cuerpo en el que se encontraba carecía de vida.
Pero ahora que lo pensaba, la chica no tenía el olor de la descomposición que se esperaría de un cadáver. Sin embargo, sus habilidades y raza no parecían haber cambiado, lo que teóricamente lo seguía clasificando como un no muerto. ¿Quizás la falta de olor corporal, a pesar del estado desgastado de su ropa, se debía a la falta de procesos metabólicos de los no muertos? Varias posibilidades surgieron en la mente de Momonga, pero las descartó rápidamente. Habría un mejor momento para reflexionar sobre eso. Ahora debía centrarse en el propósito original de lanzar "Remote Viewing".
De inmediato, dirigió su nueva visión hacia la fortaleza en la que había despertado minutos antes.
Mientras ingresaba por la entrada y recorría los pasillos, Momonga no pudo evitar comparar cada vez más esa estructura con... ¿una academia?
Los pasillos gigantes, las largas y elaboradas mesas con cientos de asientos, la biblioteca e incluso las aulas en el centro del edificio dejaron en claro que había estado en una especie de academia, posiblemente relacionada con la magia.
Esto sorprendió a Momonga. En YGGDRASIL, había muchas ciudades y áreas subterráneas con decorados que enriquecían la exploración y la historia del juego, pero nunca había visto una academia entre ellos.
Ademas, la tecnología de esta estructura carecía de avances significativos a diferencia de en YGGDRASIL. Aunque podrían haber, por ejemplo; líneas eléctricas subterráneas que el no podía ver, pero eso resultaría totalmente en la imposibilidad de llevar una vida cotidiana en esas condiciones.
En todo caso ,a Momonga solo le quedaba preguntarse una cosa:
"¿Esto es YGGDRASIL realmente? Por que es demasiado diferente. Pero, ¿podría serlo en realidad?"
Poco a poco, mientras los segundos transcurrían, Momonga se daba cuenta de que este lugar, tal vez no podía ser parte de un juego. Debido al realismo y diferencias con respecto al juego que cargaba consigo.
"Pero... entonces, ¿qué hay de él?"
¿Cómo podía mover este cuerpo con tanta naturalidad si aparentemente tenía un número preocupante de lesiones en todo su ser? Una persona normal no debería siquiera poder mover un dedo con huesos rotos, músculos desgarrados y nervios dislocados, pero él podía realizar cualquier gesto con relativa facilidad, como si hubiera vivido en este estado toda su vida. Esto era algo que solo podía suceder en los juegos.
No... ahora que lo pienso, ¿qué sentido tiene todo este poder? ¿Qué sentido tiene siquiera el principio llamado "Magia"?
Rápidamente agito su cabeza. El debía de enfocarse ahora en otras cosas.
La mente de Momonga se enfocó en los intrincados pasillos de aquella fortaleza. En ese momento, su pensamiento comenzó a girar a una velocidad exagerada, como si estuviera inmerso en un frenesí mental. Trataba desesperadamente de dar sentido a toda la información que había logrado recopilar hasta ahora. El proceso era tan acelerado que los engranajes de su cerebro parecían girar sin descanso, produciendo un sonido rítmico y cautivador.
Finalmente, la fatiga se apoderó de Momonga. Con tan poca información, le resultaba imposible llegar a una solución concreta, por lo que tendría que soportar la incertidumbre por el momento.
En cualquier caso, solo puedo seguir recopilando información, pensó Momonga, con un tono cansado.
Con pasos cautelosos, avanzó por los corredores de la academia, su mente trabajando a toda velocidad. Cada detalle capturaba su atención: las pinturas en las paredes, los murmullos de conversaciones distantes, el aroma a tinta y papel. Cada elemento era una pista potencial en su búsqueda de respuestas.
Pero a medida que exploraba, Momonga se encontraba con algunas especies de barreras. Hechizos de protección y ocultamiento parecían bloquear su camino, impidiendo que entrara en ciertas partes de la fortaleza.
Para su sorpresa, el aspecto de esos conjuros no se parecían a los que Momonga conocía en YGGDRASIL, lo cual lo intrigó. Sin embargo, no era demasiado desconcertante. Si realmente se encontraba en otro mundo donde existía la magia, era de esperar que tuviera sus propios reglas y hechizos, distintos a los del juego.
Momonga era un lanzador mágico no muerto en YGGDRASIL, por lo que eso debería seguir siendo válido en este otro mundo. Con eso en mente, se sentía medio confiado en poder disolver esas protecciones desconocidas que no parecían ser demaciado poderosas ante su poder actual.
Sin embargo, a pesar de su probable capacidad para deshabilitar esos hechizos, Suzuki decidió no actuar precipitadamente. Sabía que desvelar su presencia con su poder mágico podría alertar a los dueños de la fortaleza y ponerlo en peligro. Por el momento, era mejor acumular más información y planificar sus movimientos con cautela antes que actuar presipitadamente.
La mente de Momonga estaba llena de pensamientos y teorías, mientras continuaba adentrándose en los confines de la academia. Cada nueva sala, cada nuevo encuentro, le ofrecía una pieza más del rompecabezas que estaba intentando torpenmente resolver. Pero también aumentaba su intriga y su necesidad de encontrar respuestas.
Mientras doblaba un pasillo, los ojos de Momonga se agrandaron cuando dos siluetas fuieron visibles desde la lejania mientras continuaba su busqueda. Eran dos figuras femeninas, vestidas con ropas que le resultaban bastante familiares.
Forzando su memoria, Momonga logro reconocer en ellas la vestimenta de las sirvientas de forma completa, similar a las que usaban las Pleiades en el noveno piso de gran tumba subterranea de Nazarick. Esta similitud , no solo lo sorprendio, si no que tambien termino intensificando su curiosidad y le hizo plantearse más preguntas.
Con esto en mente, Momonga observó a las sirvientas por un tiempo realizando sus tareas cotidianas,que consistieron principalmente en cargar canastos llenos de ropa hacia uno de los patios de la fortaleza. Esta era una oportunidad perfecta para obtener información, para establecer una comunicación que lo acercara más a la verdad de su incomprensible situación. Sin embargo, Momonga decidió contenerse y posponer ese encuentro para otro momento. Aún no había reunido suficiente información para actuar de manera segura, y ciertamente el hecho de que estubiesen tan solas, sin aparente compañia ademas de Momonga, no le resultaba nada comodo al no-muerto.
Tras esto, continuó con su exploración, navegando por los pasillos de la academia, absorbiendo cada detalle con sus sentidos y su mente, con la esperanza de captar cualquier trozo de información que no haya visualizado antes, cada trozo de pistas que le permitiera conectar este lugar con YGGDRASIL.
Pero Momonga se vio obligado a redoblar su emoción, para finalizar con sigo, asi su exploración.
Suzuki se sumió en sus pensamientos.
Gracias a la información que había adquirido recientemente, podía crear un mejor mapa mental de la situación en la que se encontraba. que también explicaba por qué ahora habitaba un cuerpo tan joven y por qué estaba tendido cuando llegó a ese mundo.
Era posible que la dueña anterior de este cuerpo hubiera muerto después de lanzar un hechizo de forma incorrecta y que Momonga simplemente terminara ocupando sus restos de forma accidental. O bueno, prefería pensar en esa posibilidad, que era mucho más agradable que la idea de haberla matado él mismo, destruyendo su alma en el proceso.
Pero al final del día, todo eso era solo una hipótesis sin pruebas contundentes más allá de que el había estado presente en esa academia,Por lo que Satoru sabía, la dueña original de este cuerpo podría haber estado encerrada en ese lugar durante días o semanas y cuando finalmente logró escapar, murió trágicamente de alguna forma inexplicable.
No seria tan raro que esa fuese la verdad, despues de todo parecia que el se hallaba en algun lugar con una politica de caracter feudal muy marcada.
Momonga entrecerró los ojos , antes de cancelar su hechizo, logró distinguir a una figura corpulenta corriendo por los pasillos de la academia. Se dirigía rápidamente hacia el lugar en donde él había estado antes.
A esa distancia, el Overlord no podía discernir la raza o el sexo de la persona, pero podía sentir cierto grado de inteligencia en sus acciones, una cualidad que la mayoría de los no muertos no poseían, por lo que ese tipo de raza podría ser descartada, aunque...
"¿Podría ser eso... un jugador?", se preguntó Momonga.
La duda se apoderó de la mente del joven asalariado, y después de considerar sus opciones, decidió activar nuevamente su hechizo "Flye" para volar en dirección a esa persona.
Momonga voló en línea recta por el aire y, a medida que se acercaba a la academia, pudo ver con mayor claridad a al posible jugador a través de su sensor mágico.
Era un hombre de mediana edad, alrededor de los 40 años, con cabello algo escaso en la parte superior de la cabeza. Vestía una elaborada túnica violeta con bordes blancos y llevaba un pesado bolso de cuero marrón en el hombro, probablemente utilizado para transportar varios conjuntos de materiales, seguramente mágicos. En su mano derecha sostenía un báculo de madera desgastado por los años con decoraciones rojas en la punta.
No le costó mucho a Momonga darse cuenta de que aquel individuo era un usuario de magia. Por su edad, no dudaba en pensar que era algún profesor de la academia.
Siguiendo sus pasos,y gracias al sensor, Momonga pronto se encontró en el mismo patio donde había llegado a este mundo por primera vez. Alrededor del enorme cráter que había estado a su lado, un grupo de personas, sirvientes y estudiantes, se había congregado en desorden.
"¿Qué diablos ha sucedido aquí?", exclamó el profesor Colbert con una mirada llena de preocupación, como si ya supiera la respuesta.
"¡Profesor Colbert!", pronunciaron los alumnos presentes en la escena.
Un escalofrío recorrió el lugar, y Momonga pudo sentir cómo el ambiente se volvía más frío, impregnado de consternación y duda. Nadie parecía tener una respuesta o saber qué decirle al profesor.
Antes de que el mago pronunciara más palabras severas, uno de los estudiantes se adelantó y se alzó sobre la multitud.
Vestía una camisa blanca elaborada con pliegues, desabrochada en el centro para dejar al descubierto su pecho bien formado. Complementaba su atuendo con pantalones violetas holgados y zapatos blancos. Llevaba una capa extravagante de color negro y rojo carmesí sobre sus hombros, y su cabello rubio opaco brillante sedoso, eran conjugados con ojos tan azules como el mar.
El era Guiche Chevaller de Gramont, el cuarto hijo del mariscal Gramont, cuyo feudo se encontraba en el extremo occidental de Tristain.
Después de asegurarse de que había logrado captar la atención del profesor, Guiche comenzó a hablar rápidamente:
"Oh, señor Colbert, mientras recorría los pasillos de la academia, vi a Louise Françoise le Blanc de la Vallière caminando hacia uno de los patios. Pasó junto a mí sin decirme nada. Al principio, no sabía cuáles eran sus motivos, pero cuando escuchamos la gran explosión, corrimos rápidamente aquí para ver qué estaba pasando, y…"
De repente el silencio reino la escena.
Dejando a todos con un sabor amargo en la boca y una creciente preocupación, Guiche interrumpió su relato en el momento más tenso, incapaz de encontrar la manera de continuar su reconstrucción.
Con la garganta tensa por los nervios, el profesor Colbert no dudó en instar al estudiante a continuar con su historia.
"¡¿Qué pasó, Gramont?! ¡Rápido, dime qué sucedió!", exclamó el profesor con una expresión angustiada en su rostro.
Guiche continuó su explicación con la mejor capacidad que sus crecientes nervios le permitieron.
"¡Estaba sangrando! Parecía haberse desmayado... No sabía qué hacer, así que fui a buscar ayuda, pero..."
"¡¿Pero qué?!" gritó el profesor.
"Cuando volvimos, ¡ya no estaba!", finalizó Guiche con un tono preocupado en su voz.
Tras esas palabras, un silencio sepulcral envolvió el lugar. Era como si incluso los insectos más pequeños sintieran la tensión que había inundado el prado, optando por callar para prestar atención al desenlace de aquel evento.
Muchos de los alumnos que escucharon el relato se taparon la boca para contener el grito que amenazaba con escapar, mientras que otros se sentían mareados por la angustia que los embargo.
Con una punzada leve en su brazo derecho, el profesor Colbert dejó caer su bastón cuando la realidad lo golpeó.
Uno de sus alumnos había sufrido una lesión desastrosa, y las consecuencias para su salud podrían ser graves si no recibía atención médica de inmediato. Varios recuerdos de sus años en la guerra fueron el combustible necesario para que el viejo profesor volviera a actuar como el antiguo soldado que era. Así, rápidamente ordenó a todos los estudiantes buscar a Louise en cada rincón de la academia. Luego, dirigiéndose con firmeza a las sirvientas, les ordenó que buscaran urgentemente a la señorita Vallière en los pasillos de la academia o en su habitación en la Torre del Vacío.
Después de instruir a los alumnos, Colbert se apresuró a buscar también a la tercera hija de la casa Vallière. Mientras caminaba lleno de preocupación, El profesor no podía dejar de estresarse por la situación que se estaba desarrollando. En su mente, miles de reproches hacia sí mismo no dejaban de llegar.
De entre todos sus alumnos, tenía que ser ella.
Ese mismo día había sido el ritual de invocación de los espíritus familiares, un rito sagrado dado por el mismo Fundador Brimir, que permitía a cada mago invocar a un sirviente que los ayudaría y protegería durante el resto de sus vidas. Como de costumbre, cada uno de los estudiantes había logrado invocar a su correspondiente familiar. Sin embargo, al llegar a su oficina, una alumna de cabello rojo como el fuego le informó que Louise no había asistido al ritual de convocación.
Colbert se había sentido muy molesto por eso y le había reprendido a la joven estudiante solo unas horas antes. Tras amenazarla con una posible expulsión por parte de la academia, le había dicho que tendría que realizar el ritual al día siguiente bajo su supervisión. Pero según lo que Guiche le había contado, parecía que esa temeraria alumna había decidido hacer el ritual sola en medio de la noche.
El ritual siempre se realizaba durante el día para evitar convocaciones peligrosas o agresivas de familiares que intentaran asesinar a sus convocadores una vez finalizado el hechizo. Muchos magos habían perdido la vida debido a no realizar la convocación en el horario adecuado. El hecho de que Louise estuviera gravemente herida era evidencia sólida de que su convocación había terminado con una explosión. Pero a diferencia de las anteriores, esta parecía haber sido lo suficientemente poderosa como para causarle graves daños a la lanzadora. Por lo tanto, conocer el estado de salud actual de Vallière se había convertido en una prioridad que Colbert se estaba tomando muy en serio.
Antes de que Colbert pudiera avanzar por otro pasillo que conectaba los diversos dormitorios de la academia, quedó atónito al ver a una figura oscura y encapuchada aparecer frente a él sin previo aviso.
Momonga había aprovechado el camino solitario que el profesor había decidido tomar, para permitirse aterrizar rapidamente frente a él con una formalidad propia de su etiqueta como asalariado.
La preocupación había consumido a Momonga en relación a la posibilidad de encontrarse con otros jugadores, especialmente aquellos inclinados hacia el PK. Por lo tanto, después de debatir las medidas necesarias para asegurar su propia seguridad en un encuentro cara a cara con uno de ellos, decidió abrir su inventario para comprobar si aún conservaba los objetos que había acumulado durante su tiempo en YGGDRASIL.
La experiencia fue sumamente extraña, más aún considerando que tuvo que rasgar el espacio-tiempo mismo para acceder a su inventario, dejando al descubierto su interior. Un abismo oscuro y aparentemente infinito a sus ojos. Afortunadamente, cualquier reacción que pudo aver tenido ante esto fue completamente borrada, ya que su mente parecía ser capaz de calmarlo en el momento justo en que sus emociones alcanzaban un nivel crítico de sobresalto, devolviéndolo a un estado de serenidad impasible.
Aunque inicialmente cuando jugaba YGGDRASIL consideró esta característica de los no-muertos como algo curioso y útil, Momonga no estaba del todo seguro de los límites exactos de esta habilidad ahora que parecia manifestarse como una habilidad real. Según sus conocimientos por parte de la historia de los muertos vivientes, gracias a esta capacidad supresora de emociones, tal vez ya no podría experimentar emociones de manera excesiva durante largos períodos de tiempo, debido a que serán suprimidas.
Pero Momonga decidio no pensar mucho en ello, ya habria un mejor momento para cuestionarse los beneficios y desventajas de esta nueva capacidad suya.
Cuando el Overlord finalmente logró acceder a su inventario, quedó asombrado al darse cuenta de que todos sus equipos, anillos, objetos desechables, consumibles e incluso su propio objeto mundial estaban almacenados en él.
En YGGDRASIL, los objetos se clasificaban según la cantidad de datos que contenían, y a mayor cantidad de datos, mayor era su grado. Comenzando desde el nivel más bajo, las clases se denominaban: Pequeño, Menor, Mediano, Gran, Legado, Reliquia y Legendario. Sin embargo, en ese momento, Momonga tenía en su inventario el equipo de mayor rango de todos: Divino.
El saber que poseía esa clase de protección le otorgó cierta tranquilidad, aunque no por completo. Desconocía la escala de su propio poder en este nuevo mundo. Tal vez, incluso por tan solo ser un Overlord, el podría ser el peldaño más débil en aquel lugar.
El hecho de contar con un equipamiento tan excepcional, capaz de elevar sus estadísticas de manera considerable, le infundió algo de valentía para enfrentarse cara a cara a los habitantes de este nuevo y desconocido mundo.
Cuando apareció frente al profesor, el hombre en cuestión se encontraba mirando hacia otro lado en ese preciso instante, lo que provocó una colisión inevitable con Momonga. El impacto fue insignificante y no representó ninguna amenaza para el Overlord, pero el hombre de mediana edad no pudo evitar caer de bruces debido a la fuerza del choque.
A través de los anteojos empañados, Momonga pudo distinguir una expresión de sorpresa en el rostro del profesor. Un silencio sepulcral envolvió la escena mientras ambos parecían incapaces de pronunciar una sola palabra.
Lentamente el profesor empezó a levantarse del suelo, mientras en ningún momento despegaba un ojo del cuerpo de Momonga.
Sin embargo, antes de que cualquiera de los dos pudiera articular una sola oración, los sentidos de Colbert se erizaron como nunca antes en su vida.
Su corazón empezó a trabajar el doble de rápido mientra su instinto le advertía que tuviera un grandísimo cuidado con la persona que estaba frente a el. No… Lo que estaba frente a el no era una persona, oh por lo menos su mente no le paraba de repetir esa oración.
En tiempos pretéritos, él se erigió como el intrépido comandante de las huestes de Mages, un individuo que afrontó innumerables retos en diversas contiendas como aguerrido soldado. Fue un mago de vasta experiencia que consagró la mayor parte de su existencia al servicio de la guerra, hasta el punto en que le fue conferido el sobrenombre de la Serpiente en Llamas, en virtud de su maestría con las magias ígneas en el campo de batalla.
Sin embargo, para su inquietud, en estos instantes, de manera inopinada, tanto su mente como su cuerpo parecían haberse confabulado para retornarlo a su estado en aquellos días de lid, con el propósito de advertirle acerca de un aspecto crucial: aquella figura que se alzaba frente a él no debía ser subestimado en lo más mínimo.
Alejándose lo mas rápido que pudo de la otra persona en el pasillo. Y con una actitud severa, el profesor Colbert inició el interrogatorio.
"¿Quien es usted? ¡Rápido, explique sus motivos para entrar a esta academia!"
La misteriosa figura no respondió ante las palabras de Colbert. Todo lo que el profesor pudo percibir fue una leve inclinación de cabeza hacia un lado, como si estuviera evaluando la situación.
La falta de respuesta desconcertó a Colbert. ¿Acaso esa persona era incapaz de hablar o simplemente no entendía el idioma halkeginiano? Sin tener suficiente información para continuar, el profesor alzó su báculo y lo apuntó directamente hacia la figura enigmática.
"Lo diré una vez más. Dígame cuáles son sus motivos para haber ingresado a la prestigiosa academia de magia de Tristain", exigió Colbert con determinación, esperando una respuesta contundente.
El silencio se prolongó por un instante, y el aire se cargó de una tensión palpable. Colbert mantenía su postura firme, su mirada penetrante buscaba cualquier indicio que pudiera revelar la verdad detrás de esa presencia misteriosa.
Finalmente, la figura dio un paso adelante, rompiendo el silencio con su movimiento cauteloso. A medida que se acercaba, detalles antes ocultos se revelaron gradualmente. El profesor pudo notar los ropajes oscuros y elegantes que cubrían el cuerpo de esa entidad desconocida, así como su porte majestuoso eh intimidante.
Sin embargo, la figura continuó sin emitir palabra alguna. En su lugar, continuaba caminando hacia el profesor de forma continua.
Antes de que Colbert pudiera articular una sola palabra más, aquella entidad desconocida elevó su mano, desencadenando así un evento surreal. De repente, un báculo dorado de pureza inmaculada hizo su aparición a su lado, exudando una presencia ominosa que dejó helado al profesor.
El báculo estaba envuelto en la espiral de siete serpientes doradas, cuyos cuerpos retorcidos parecían palpitar con vida propia. Cada una de sus bocas sostenía una joya de un color distinto, y en su empuñadura se aferraban gemas de una transparencia cristalina que emitían una luz azulada y blanquecina. No obstante, en la superficie del báculo se manifestaba una aura rojiza de una oscuridad abrumadora. En ella, caras humanas, eternamente atrapadas en una agonía incesante, surgían y desaparecían en un constante vaivén, danzando en medio de un tormento sin fin.
Colbert, cuya experiencia como mago le había enseñado a ser perceptivo frente a los misterios de la magia, se quedó petrificado ante la presencia maligna y el espectáculo siniestro que aquella entidad le mostraba descaradamente. Su mente ágil procesó rápidamente la oscuridad que emanaba de esa figura, reconociendo en ella un poder mágico cargado de intenciones desconocidas y peligrosas.
El profesor, con sus ojos entrecerrados como rendijas, observó con sorpresa pero también con agudeza la figura que se erguía frente a él. Sentía cómo la sed de sangre impregnaba el ambiente, una presión casi asfixiante que anunciaba un enfrentamiento inevitable.
Con una determinación inquebrantable, Colbert sabía que debía tomar medidas drásticas para protegerse a sí mismo y a la academia de Tristain. Afortunadamente, el pasillo en el que se encontraba conectaba directamente con los patios de la academia. La oportunidad de llevar la contienda al exterior y evitar poner en peligro tanto a los estudiantes como a los sirvientes estaba ante él.
En un arrebato de valentía, el mago concentró su energía mágica, invocando en su baston un fuego incandescente. Las llamas danzaban y se retorcían con una ferocidad insaciable, listas para ser lanzadas contra la figura amenazante. La mirada de Colbert se volvió fieramente determinada mientras apuntaba directamente hacia su enemigo.
El hechizo mágico se lanzo con tal poder, que los pasillos antes oscuros se iluminaron con el rojo del fuego. Pronto, la enorme roca prendida llamas se encontraba a tan solo unos centímetros del no muerto.
Cuando el hechizo de Colbert se acercó peligrosamente a Momonga, este percibió el ataque como una agresión directa.
Cuando estaba a uno escasos centímetros de tocarlo, derrepente, el Overlord exclamo;
"negative burst."
El temor se agravo en el corazón de Colbert ,al ver, como el poder mágico oscuro que residía en ese ser, se desató en contestación a su intento de ataque, manifestándose como una explosión de energía malévola y destructora.
Todo ocurrió en cuestión de segundos, pero las consecuencias fueron desastrosas. La academia quedó sumida en el caos y la destrucción, como un reflejo de la magnitud del poder liberado por la figura encapuchada.
En un momento, la academia de Tristain tembló bajo la furia del poder mágico liberado. Las paredes temblaron a tal grado, que amenazaban con derrumbarse. Los cristales se hicieron añicos y el aire se llenó de un aura opresiva que dejo sin aliento a cualquiera que fuese sometida a ella.
El profesor Colbert, herido y debilitado por aquella energía malévola, luchaba por mantenerse consciente mientras el dolor se apoderaba de su cuerpo devilitado. Sus ojos se fijaron en el devastador resultado de su enfrentamiento fallido, observando cómo los escombros del pasillo de la academia yacían a su alrededor como un triste recordatorio de sus acciones desesperadas.
Pero no tuvo tiempo de lamentarse de nada.
El aura oscura y turbulenta que envolvía a la figura encapuchada se congrego gradualmente, revelando una visión aún más aterradora. La elaborada túnica negra, adornada con detalles en oro y violeta, se erguía majestuosamente, destacando la presencia imponente de aquel ser. Su capa voluminosa, ondeaba alrededor de él, como si estuviera imbuida de un poder insondable.
La figura levantó la mirada hacia Colbert, revelando dos mechones de cabello rosado que emergían de la oscuridad de la capucha. Sus ojos, llamas carmesíes que parecían consumir todo a su paso, se clavaron en el profesor con una intensidad inhumana. Eran ojos que transmitían una frialdad y un desapego que iban más allá de la simple comprensión.
Colgando de su cuello , su collar de oro ornamentado brillaba con un resplandor siniestro, Mientras cada uno de los nueve anillos que adornaban sus dedos delicados irradiaban un poder mágico inigualable.
Colbert, herido y temeroso, intentó reunir las fuerzas que le quedaban para lanzar otro hechizo, en un último intento desesperado de proteger a aquellos a quienes había jurado cuidar. Sin embargo, antes de que pudiera articular las palabras necesarias, el no muerto desapareció de la vista, dejando a Colbert desconcertado y lleno de preguntas sin respuesta.
Antes de que pudiera recuperarse por completo de la sorpresa, una explosión gigantesca sacudió el pasillo, arrojando al profesor con fuerza contra una de las paredes. El dolor punzante se intensificó mientras su cuerpo maltrecho sufría aún más daños. Mirando hacia abajo, vio con horror cómo su brazo izquierdo había sido desgarrado y quemado, dejando su extremidad inutilizable y colgando inerte a su lado.
Agonizante y casi sin fuerzas, Colbert arrastró su cuerpo maltratado por el suelo, tratando de alcanzar su baston que había sido arrojada lejos de su alcance durante la explosión. Cada movimiento era una tortura, pero su determinación persistía incluso en el umbral de la muerte.
Sin embargo, antes de que pudiera agarrar su baston, unas palabras resonaron en el aire, cargadas con un poder mágico abrumador. "Grasp Heart".
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Colbert mientras tras uno segundos, entendío el significado detrás de ese escalofrio . El hechizo despiadado y mortal se desencadenó, envolviendo su corazón en una garra de oscuridad inescapable. El dolor finalmente se volvió insoportable, y sus fuerzas lo abandonaron por completo.
En sus últimos momentos, Colbert entendió el peso de su error al enfrentarse ante tal criatura. Su sacrificio no solo no iba a lograr proteger a la academia, sino que tampoco le iban a dar la serteza de que sus estudiantes oh el personal no se viesen afectados por aquel ser. Su fallida batalla solo iba a llevar a la tragedia y a su propia muerte.
La figura encapuchada, ahora libre de amenazas, desvaneció su presencia y desapareció en las sombras, dejando tras de sí un reguero de destrucción y desesperación.
En medio del bosque adyacente a la academia.
En un abrir y cerrar de ojos, Momonga emergió en un lugar seguro, lejos de la inminente confrontación que se había provocado.
"Ah..." Un prolongado suspiro escapó de los labios finos de Momonga, quien parecía exhausto tras los recientes acontecimientos que se habían desplegado ante él.
Suzuki no sería honesto si afirmara que no anticipaba un desenlace como aquel que se termino dando, pero en su interior, hubiera preferido no verse obligado a ejecutar tal acción. Había arrebatado la vida a un miembro del personal de la academia, al mismo tiempo que provocaba daños parciales en uno de los pasillos.
Ya Momonga podía visualizar cómo todos sus planes improvisados respecto a una negociación diplomática con los residentes de esa fortaleza se desmoronaban. Después de todo, con esta muerte, la confianza en él se desvanecería y su identidad, parcialmente revelada, oscurecería aún más sus perspectivas.
derrepente Suzuki se dio cuenta de algo.
Los nervios del no-muerto crecieron agigantadamente ante la idea de que el profesor pudiera haber transmitido la pelea de alguna manera a sus superiores. Si bien el conservaba su anillo de protección contra magia de adivinación, no conocía con certeza la naturaleza de la magia en este lugar. Tal vez sus protecciones no serían tan eficaces frente a magia tan diferente a existente en YGGDRASIL.
Por otro lado, el profesor parece que había utilizado "bola de fuego", un hechizo de nivel tres que parecía más poderoso que en YGGDRASIL. Esto sugieria que aquel mago tenia seguramente una inclinación elemental hacia la magia de fuego. Al igual que Momonga tenía su clase Eclipse, que potenciaba todos sus ataques de muerte instantánea, era probable que los habitantes de este nuevo mundo tuvieran clases similares.
Momonga sacudio su cabeza.
De todas formas, este encuentro terminó desastrosamente mal, principalmente debido a la incapacidad de Momonga para comunicarse efectivamente con el profesor.
Aunque Suzuki no era alguien muy versado en cuando a educación se refiere, habiendo recibido solo educación primaria, a lo largo de su tiempo en YGGDRASIL, se encontró con muchas personas y, entre ellas, el idioma que más se asemejaba al que había usado ese mago era el francés. Aunque era notablemente diferente al francés que recordaba, o al menos eso parecía, era bastante distinto. Aunque podía relacionarlo, no podía entender nada, ya que no hablaba francés, y este idioma, aunque parecido, resultaba muy diferente.
Con un leve nerviosismo, Momonga giró la cabeza hacia atrás solo para ver cómo una columna de humo se alzaba en la dirección de la academia.
Debería abandonar este lugar lo más pronto posible.
Con esas palabras enunciadas, Momonga lanzó "Perfect Unknowable" para proseguir su travesía por este desconocido mundo.
Notas de Autor:
Hola a todos, espero que tengan un exelente dia!
Ha transcurrido un largo lapso de tiempo desde mi ultima actualización. Como mencioné anteriormente, inicialmente no tenía la intención de dar continuidad a este fanfic, ya que lo concebí simplemente por el interes que sentí hacia la idea. Ademas mi vida como estudiante y empleado, en su momento, no me permitía dedicar mucho tiempo a la escritura. En lugar de sentarme a redactar otro capítulo, prefería simplemente aprovechar ese tiempo diario para descansar. No obstante, ahora nos encontramos en verano, y mis compromisos académicos han disminuido considerablemente, brindándome más tiempo libre para dedicarme a uno de mis pasatiempos favoritos: la escritura!.
Por ello, he decidido retomar la historia donde la dejé. Honestamente, olvidé que la había compartido públicamente. Aunque tengo algunos capítulos ya redactados, no estoy satisfecho con la dirección que tomó la trama en su version original, ya que considere en mi opinión, que no resulta completamente coherente del todo las decisiones de los personajes con respecto a sus versiones originales en ciertos puntos muy especificos de la historia. Por este motivo, he optado por refinar la historia, empezando por el primer capítulo, reescribiéndolo desde cero con un estilo de escritura más personal, alejándome de la influencia inicial que pretendía imitar de Kugane Maruyama.
Agradezco sus sugerencias y críticas constructivas en relación con la version pasada de este fanfic, ya que soy novato en el arte de la escritura. Sus comentarios serán de gran utilidad para mi progreso en futuras obras literarias.
Para concluir, me encantaría conocer sus opiniones sobre este nuevo prólogo. De corazón, valoro sus comentarios. Hace un tiempo habia contemplado la posibilidad de realizar un crossover entre "Zero no Tsukaima" y "Overlord", por lo que explore diversas opciones para integrar ambas tramas de forma interesante .Inicialmente, mi intención era desviarme del esquema tradicional, donde el personaje principal, Louise, convoca a un ser poderoso gracias al poder de un elemento mágico perdido (vacio).
Pero seamos sinceros, Ainz tiene el poder mas que suficiente para doblegar a todos los seres ya sean inteligentes o no de de Holkeginia, además de que muy seguramente el hechizo de convocación familiar no hubiera podido atar a Momonga como familiar de Luise debido a las protecciones que el carga con sigo en todo momento. Esto sin contar ,que apenas el Overlord se de cuenta de que su anillo de protección contra alteraciones de comportamiento, le proteste que el beso que la jovencita le había dado tenia la intención de lavarle el cerebro y volverlo su esclavo, a Luis no le hubiera esperado un destino muy agradable.
En fin, gracias por la ardua espera y esperen futuras actualizaciones, si bien no les puedo prometer actualizaciones rapidas, ya que aun debo de seguir con mis obligaciones principales, si voy a intentar continuar con esta historia. ya sea que me tarde semanas oh meses, voy a entregar un nuevo capitulo!
