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3ª . CAPITULO.
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Hacía el dojo va un Ryoga ...
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Había sido largo el camino, pero después de más de un mes fuera de Nerima, el chico volvió. Había estado en Hiroshima, y en un sitio donde había una torre parecida a la torre de Tokyo, pero hablaban en francés. Y en un sitio donde se estaba construyendo una catedral desde hacía más de cien años. Y también en Venecia. Y en New York.
No sabía como llegó a esos sitios, pero recordaba que había llegado. Un mes fuera, podía ser que Akane ahora fuera la mujer de Ranma
-¡Imposible!, Akane no se casaría con ese idiota. Es muy inteligente para aceptar semejante patán.
Levantó la vista y vio las puertas del dojo Tendo. Ryoga sonrió, el cielo lo quería, y mucho. Algún dios guio sus pasos hacía allí. Decidió entrar.
Como en el cuento de la lechera empezó a imaginar su futuro con Akane, le daría los regalos que le había comprado, ella se pondría muy contenta. Como agradecimiento lo invitaría a tener una cita. Ranma se moriría de celos, pero se tendría que aguantar. Con el tiempo Akane y él se casarían y Ranma… se casaría con una de las otras hermanas y heredaría el dojo. Ryoga bufó incluso en sus sueños Ranma vencía.
Ryoga recordó lo que le dijo Nabiki, el dojo sería para la hermana que se casará con Ranma. En ese caso retaría a Ranma y cuando venciera… En la mente de Ryoga apareció un Ranma pequeño.
-¡Olvidarlo Ryo-chan!, eso no pasará- Ese Ranma de su mente se burlaba de él- yo me quedaré con el dojo y con Akane.- y al lado de ese Ranma imaginario apareció una Akane y se abrazó a Ranma y se besaron
Ryoga destrozó esa imagen gritando. No era posible, incluso en su imaginación siempre perdía contra Ranma. De mil veces que se había imaginado a él con Akane, las mil veces había aparecido Ranma y las mil veces la Akane de su imaginación se había ido con él.0
Entró en el dojo y saludó.
-Buenos días, y vengo de visita. Me gustaría ver a Akane, le traigo algunos regalos y luchar contra Ranma y enseñarle lo mucho que he mejorado.
Vio salir a Kasumi y a la madre de Ranma, en sus caras vio que no era un buen momento para hacer visita. Algo pasaba en el dojo, el notaba que había peligro en ese lugar, que corría un riesgo no mortal, pero muy dañino.
-Hola Ryoga es un placer verte- Kasumi lo cogió amigablemente del hombro, lo giró y lo llevó hacía la salida- ahora no están Ranma y Akane ha ido al… cine, eso al cine- se notaba que la chica mentía- después irán…
-A cenar- continuó Nodoka- Yo soy Nodoka Saotome, la madre de Ranma, no nos conocíamos, ¿verdad? – si se conocían, fue hacia seis meses, cuando se fueron a China por el asunto de Saffron- eres el rival que quieres quitarle la novia a mi hijo- se rió- muy mal hecho tienes novia y persigues a las de los demás.
-Yo...- el joven se quedó sin palabras. No comprendía el comportamiento de las dos mujeres, parecía que querían que se fuese de dojo.
-Yo y tía Nodoka vamos de compras, podemos acompañarte una parte del camino.
Iban a salir
-Mamá, muy mal hecho, tenemos visita y no nos dejáis verla.
-Y encima es Ryo- chan.
Ryoga se giró y vio dos niños, supo al instante que las dos mujeres querían alejarlo de esos dos niños y que él iba a tener problemas.
-Hola Ryoga hace tiempo que no te vemos, desde que Akane te dio una paliza ¿ Recuerdas?
Fue cuando Akane descubrió quien era P-chan.
-¿Cómo sabes eso?- Ryoga miró al niño y descubrió la verdad-¿Ranma?, ¿vuelves a ser niño?- se rió con maldad- ahora te daré la paliza que te mereces y después invitaré a Akane.
-¿A que me vas a invitar?-Ryoga miró ala niña y su ojos se abrieron mucho a ver quien era- yo no voy a ir a ningún sitio contigo, tienes la cara de ser un pervertido. Si no va Ranma, yo tampoco voy, ¡cerdo!
-¡Ranmaaa!- gritó Ryoga enfurecido- ¿Cómo has podido obligar a Akane a volverse niña?
-No iba dejar que Ranma fuese el único en disfrutar de una segunda niñez.- Ryoga miró a Akane pasmado, sabia que después de la boda fallida los dos chicos se habían hecho más cercanos de lo mucho que ya estaban… -¿Por qué has dejado que Ranma te vuelva niña?
-Fueron las brujas de Cologne, Shampoo y Ukyo. De esa cocinera aún no nos hemos encargado, pero las otras dos…- Akane se relamió pensando que aún le quedaban dulces que le compró Shampoo.
-Han huido- acabó Ranma- y ahora llega tú- lo miró y sonrió-ahora nos toca jugar contigo.
-¿Tú?, ¿jugar conmigo?, ¿pero no te has visto?, ¡eres un niño!- cogió al niño por el cuello y lo levantó ahora te daré la paliza que te debía haber dado la primera vez que me dejaste en ridículo.
Lo echó a suelo y lo pisó.
-No está bien pegarle a un niño.
-¡No es un niño!, ¡es Ranma y…- El rival de Ranma estaba dispuesto a darle una lección a su rival.
¡Deja a Ranma!, ¡no te dejaré que le hagas daño a mi prometido!-Akane miró al a veces amigo, a veces rival de Ranma con furia.- ¡ Suéltalo o te daré una paliza!, ¡Pega niños!, ¡Abusón!, ¡cerdo!- y muchos más insultos infantiles salieron por la boca de la niña.
-¡No voy a soltarlo!, ¡hay que educarlo bien!, ¡Yo le enseñaré la educación que no le ha dado nadie! - Ryoga había olvidado que estaba hablando con una niña, se olvidó que estaba delante de la madre de Ranma, y se olvidó que estaba en una casa que no era suya. Se había ganado el odio de las cuatro personas que estaban con él.
Vio como la niña echa una furia se lanzaba contra él, la vio saltar, fotograma a fotograma vio como la niña se acercaba a él como un misil a su destino.
Sintió un dolor inmenso, la niña misil dio en su objetivo, la entrepierna del joven que sujetaba a su amigo.
El grito del joven se escuchó en todo el barrio, ese chico fue cambiando de color de cara, rojo, verde, azul, mientras se retorcía de dolor.
Ranma ya libre, le mordió en la pierna, y Akane hizo lo mismo en la cintura. Lo pellizcaron, le golpearon.
Ahora ya sabía por qué la madre de Akane y Kasumi le pidieron que se fuese, pero ya era tarde, sabía que no iba a poder huir.
-Vamos Ryoga levántate, que tú y nosotros aún tenemos que jugar.
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Ryoga estaba en su forma de cerdo, lo tenía cogido Ranma. A unos cogiendo un bate, los dos niños jugaban a béisbol, y él… era la pelota.
-Niños dejar ya al pobre bichos, ya lo habéis torturado mucho.
-¡Pero maná!- el tono de Ranma era el de un niño que le cortaban en mitad de un juego, un tono suplicante, casi un puchero. Ryoga miró al niño, ese ton, esa dulzura al hablar era sincera. No había maldad en ese niño al hablar con su madre, y conociendo a Ranma, ese dulzura, le hacía tener escalofríos. Ranma se dirigió a su madre en un tono muy infantil- mamí, no hemos jugado bastante. Hemos hecho varios hit, pero ni Akane ni yo hemos hecho un home run.
-¡Lanza Ranma! Que se hace tarde.
-No le daría a la pelota.
-Eso lo veremos.
El niño lanzó la pelo… el cerdito, este voló, la niña movió el bate para darle a la supuesta pelota. A medió movimiento se dio cuenta que iba a fallar que sería otro strike, el tercero y seria eliminada. Cambió de dirección y. El bate fue directo al cerdito.
Ryoga volvió a ver todo a cámara lenta. El impacto contra el bate, su cara distorsionada, la saliva saliendo por lo labios, los ojos sabiéndose de sus cuencas.
El impulsado en una dirección, vio desaparecer el dojo Tendo en segundos, dejó una estela tras de él. Ver como se acercaba el suelo. El impacto, él dolor del golpe, salir del cráter.
Pensar donde estaría, conocía ese lugar.
Oír alguien llamarlo
-¡Charlotte!- Ryoga supo porqué conocía esa casa, allí vivía la cleptómana que lo secuestró. No pudo escapar.
Volvería al dojo Tendo y se vengaría de Ranma, por dejar que Akane hiciera un home run con él.
...•...
En el dojo Tendo los dos niños vieron como el cerdito que usaban de pelota desapareció.
-Ha sido un home run.
-Si, un buen batazo, les dado en toda la cara, se ha debido quedar sin diente.
-Si, pero hemos perdido la pelota, ya no podemos seguir jugando.
Los dos chicos se miraron.
-¿Le pedimos a tu madre que nos lleve al parque a montarnos en los columpios?
Ranma miró a la chica ilusionado
-¡Si, vamos! Ella estará contenta de llevarnos.
Los dos niños buscaron a la mujer y la encontraron en la cocina con Kasumi.
-Mamá nos podías llevar al parque, Akane y yo queremos subir a los columpios.
-Ranma, ya tenéis edad de ir solos. No sé porqué queréis que os acompañe.
-Nos gustaría ir contigo. Nunca he ido a unos columpios contigo, me gustaría que me llevases tú.
Nodoka miró a su hijo, ella también deseaba disfrutar de su hijo, Gemma no le dejó hacerlo al llevárselo, ahora tenía una segunda oportunidad. Vio que los niños la miraban ilusionados.
-Ir a cambiaros, yo os espero en la puerta.
Los dos niños saltaron de alegría.
-Estaremos antes que tú-,Ranma miró a su madre- y nos tendrás que invitar a pasteles.
-Acepto el desafío-la mujer se puso sería- un Saotome no dice que no a un desafío. Os ganaré y para año nuevo os pondréis el kimono que yo elija.
Los dos niños se cogieron de la mano y salieron corriendo hacía sus habitaciones.
-Lo siento Kasumi, te dejo sola. Pero debo cuidar de esos dos demonios.
-No pasa nada tía Nodoka, ve con ellos y disfruta, sé que estás deseando estar con tu hijo.
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Habían salido del dojo, llevaban ropa de abrigo, hacía frío, pero a los niños o kes importaba, Iban camino del parque, los dos niños iban cogidos de la mano, estaban contentos. Nodoka iba detrás de ellos y los miraba ilusionada. No lo había visto a su hijo crecer, durante años soñó que si hijo volvía y lo criada, pero eso sólo fue un sueño, que Gemma no dejó que se cumpliera. Ahora tenía una segunda oportunidad y no la desaprovecharía.
Ranma se giró y se acercó.
-Mamá ¿puedo cogerte de la mano?
Nodoka sintió una emoción muy grande, siempre deseó lo que le pidió su hijo.
-Si, desde luego.
Y el niño emocionado se agarró a su madre
Akane sintió envidia, se acercó a la madre de su amigo.
-Tía Nodoka- preguntó con 1timidez-¿puedo yo…?
-¡Noo!, ¡Es mi madre!, ¡búscate otra mamá!- Ranma se mostró celoso, no dejaría su madre a nadie, ni siquiera a su mejor amiga.
Akane se quedó helada, empezó a hipar y después a llorar desconsoladamente.
-Yo.. no tengo mamá. No tengo a mi mami que me de la mano. ¡Quiero a mi mami! ¡Quiero que me de la mano! que me lleve al parque, que me cuente cuentos, ¿Por qué no tengo mamá?- y su llanto se hizo más fuerte.
-¡Ranma mira lo que has hecho!- Nodoka miró a su hijo furiosa-¡Poderle perdón, o te mando castigado al dojo y me voy con Akane!, y estarás castigado mucho tiempo.
-Yo… yo lo siento Akane, perdóname, he tenido celos, creí que me quitarías a mi madre.
-¡Idiota!, ¡Tonto!-Akane seguía llorando- sólo quería que me la dejará un poquito.
Ranma se enfadó por los insultos de su amiga. Pero tenía ganas de ir al parque y si se peleaban su madre los llevaría de vuelta al dojo.
-Si, soy tonto. Pero este tonto te quiere, y no le gusta que llores. Puedes ir de la mano de mi madre- miró a la mujer- si ella quiere.
-Si quiero- Nodoka tendió sus manos. Los dos niños se agarraron a la mujer, y continuaron el viaje hacía el parque.
Unos momentos después los dos niños se pusieron a cantat un villancico. Nodoka no supo quién empezó de los dos, y cual lo continuó. La mujer miró a los niños, que poco se parecían a sus versión de adolescentes, esos dos jóvenes siempre peleándose, siempre discutiendo, sin ser capaces de decir lo que realmente sentían. Todo lo contrario que los dos niños.
-Sólo les tengo que quitar esa nueva costumbre de cambiarse junto, no es normal que se desnuden juntos sin sentir vergüenza. Tampoco deberían bañarse juntos. Si al menos fueran dos niñas o dos niños…- entonces Nodoka se quedó quieta. Desde que Ranma se transformó en niño, su maldición había desaparecido.
Llegaron al parque y los dos niños se soltaron de Nodoka, fueron directamente a los columpios, se montaron cada uno y Nodoka los empujó. La mujer oyó la risa de los dos niños. Sintió pena y alegría. Pena al pensar que los dos adolescentes que fueron esos dos niños casi habían desaparecido, si seguían siendo niños pronto serían por completo unos niños como los otros. Y alegría por que los dos niños podían disfrutar de la infancia como no lo hicieron la primera vez que fuero pequeños. Y ella podía disfrutar de su hijo.
Eso le llevó a pensar en… que ahora ya no podían ir al instituto deberían llevarlos al jardín de infancia o a primaria. Pero no eran unos niños normales, no habían olvidado que sabían leer y escribir. Tampoco habían olvidado lo que sabían artes marciales.
¿Artes marciales? Seguro que Gemma estaba pensando en volvérselo a llevar de viaje de entrenamiento.
-¡No dejaré que ese tonto me lo quite por segunda vez!- todos se giraron ante el grito de la mujer, la miraron asustados, nadie sabía porque se había enfadado la mujer.
-Mamá, ¿ hemos hecho yo o Akane algo malo?- el hijo de la mujer estaba asustado, se temía un castigo- no nos castigues, seremos buenos.
-No cielo, no estoy enfadada con vosotros. Es con tu padre, cuando llegue a casa lis castigaré.
-Tía Nodoka, ¿te podemos ayudar a castigar a tío Gemma?
-Por favor mamá, dejarnos castigarlo contigo.
La mujer rió por la ocurrencia de los dos niños.
-Yo puedo sola, y solamente lo castigaré si es malo y prepara una travesura que ya me hizo hace años- cuando se llevó a Ranma de viaje de entrenamiento.- ir a jugar, después podemos ir a tomar un chocolate caliente- vio que los niños le iban a pedir otra cosa- helado no, hace frío y os podéis constipar. Y para Navidad Kasumi hará una cena muy buena, ¿os la queráis perder?
Los dos niños negaron con la cabeza, y salieron corriendo a los columpios.
Mientras los dos niños hablaban con Nodoka, unos niños mayores que ellos se apoderaron del parte de parque, apartaron los columpios y utilizaron el armazón como portería. Esos niños tenían atemorizados a los demás niños.
Ranma vieron como esos niños asustaban a los demás y se ponían a jugar a fútbol.
-Estábamos jugando nosotros con los columpios- Akane no estaba dispuesta a dejar de jugar- ¡apartados de ahí!.
-Pues ahora estamos nosotros y no nos moveremos.
-Tenéis el descampado de la esquina.
-Aquí podemos utilizar los columpios como portería.
Sólo hablaba uno de los niños, debía ser el que se consideraba el líder.
-Tus amigos sólo te hacen caso por que eres el más fuerte, te tienen miedo.
Uno del grupo de matones se acercó a Akane y la empujó.
-¡Cállate!, sólo eres una niña, y más pequeña que nosotros, debes callarte.- y la empujó, la niña cayó al suelo.
Ese grupo se rió al verla caer. Eso provocó que tres personas se enfadasen. Nodoka se movió para castigar al insolente, pero antes de dar u paso, entre Ranma y Akane, que se levantó al instante, mandaron al tonto que empujó a la niña a las nubes, los demás gamberros quisieron vengar a su amigo, pero todos fueron vencidos por dos niños aparentemente más jóvenes que ellos.
Una vez acabada con la refriega, los dos más jóvenes del dojo Tendo se subieron a los columpios y siguieron jugando como si no hubiera pasado nada.
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Pasada una horas, y después de que Nodoka, hubiera puesto en fuga a ka insoportable madre del niño gamberro, iban a la cafetería a tomarse un chocolate caliente, iban catando la madre de Ranma se unió a ellos en sus canciones sin sentir vergüenza.
De repente apareció Ukyo acompañada de Konatsu, Kotetsu. , este chico iba cargado con paquetes y bolsas, era la bestia de carga de Ukyo. Se acercó a Nodoka.
-Buenos días señora Saotone- la joven se mostró muy educada-¿está usted bien?
La mujer notó que los dos niños se ponían en tensión.
-Si, estoy bien. – a la madre de Ranma le costó mostrase educada frente esa joven- veo que haces la compra Navideña, ¿piensas pasarlo con tu camarero?
-¡No!- el despreció e la voz de esa joven fue evidente, el joven que vivía con ella sólo era su empleado, al que no pagaba, al que hacía trabajar más de lo necesario- Konatsu, sólo es un empleado. Espero que Ranma me invite. Seguro que no pasará la Nochebuena con Akane, ella sólo es su amiga.
Akane niña, estuvo a punto de saltar sobre esa chica, Nodoka le apretó la mano a la niña y a Ranma que también estaba furioso. Eso los detuvo, pero Nodoka supo que no lograría detenerlos mucho tiempo.
-No te he presentado a restos niños. Él es mi sobrino, su nombre es Rampo Saotome, es el hijo de mi hermana. Ella es Akami Tendo, es prima de Akane.
-Se parecen a…- Ukyo miró a los niños que la miraban con rabia- no sé pero parece que me odian.
-!Imaginaciones tuyas!- contestó Nodoka mientras apretaba las manos de los niños, controlaba la furia de los dos niños apretándoles las manos, allí no podían vengarse de la joven, no era el lugar y la hora.
-¿Qué hacen aquí?'- preguntó la cocinera.
-Han venido a pasar la Navidad. Se querían ver, también están prometidos, y aunque son tan niños si aceptan ser prometidos, se quieren mucho, y han jurado que nadie lo separará. Ya han acabado con varios de sus rivales.
-Nadie podrá con nosotros, quien se atreva a intentar separarnos tendrá problemas- el falso Rampo estaba avisando a la chica que se defenderían si intentaban algo.
Ukyo miró a los niños, como no los reconoció, no supo ver que la estaban amenazando, pero no pudo evitar tener un escalofrío, esos dos niños le estaban produciendo un sentimiento de... ¡Terror!. ¡Si, terror, u sentimiento de miedo, de terror que no podía controlar.
-Me tengo que ir, debo preparar la cena de Navidad.-se giró a Konatsu, Kotetsu.- vamos, y que no se te caiga nada, o lo tendrá que pagar.
Konatsu miró al suelo con tristeza, esa mujer era una negrera, sólo lo tenía para que fuese su esclavo, no podía irse del Uchan' s, no tenía donde ir. Ukyo lo sabía, y se aprovechaba de ello.
Cuando la joven se iba Nodoka la detuvo, debía contarle algo.
-Si piensas pasar la Navidad con Ranma, olvidarlo, eso no sucederá-Nodoka lo dijo sin aparente maldad, con naturalidad- mi hijo y su prometida han partido. Han ido a casa de mi hermano, no tiez1%nen programada la vuelta cercana. Pueden permanecer allí años.
-¿Dónde están?- preguntó exaltada Ukyo, no podía tolerar que Akane estuviese con Ran-chan. Si permanecían muchos años juntos… podían tener la mala idea de casarse, y ella no podría evitarlo.
-Me debo ir, tengo que hacer mucho- y esa chica salió corriendo, como si tuviese prisa..
Nodoka supo que esa joven iría ha hacerle una visita a Nabiki, para sacarle información, pero la madre de Ranma ya había advertido a la hermana de Akane lo que le pasaría si hablaba de lo sucedido a los dos más jóvenes de la familia. Nabiki tuvo que prometer que guardaría silencio,
Los dos niños vieron como se iba esa chica, se miraron durante un segundo, y sonrieron con traviesa maldad, debían escarmentar a esa chica.
-No me gusta Ukyo, es una mala amiga-Akane temblaba de rabia- por culpa de ella, ahora somos niños.
-Pero si no hubiera sido por ella, podíamos estar peor, eso no quita que le demos una lección por lo que hizo.
Nodoka se quedó helada, los dos niños volvían a tener mentalidad de adolescente,no duraría mucho, enseguida volverían a su yo de niños.
-Le podíamos poner una rana en la comida.
-Con la comida no se juega, Akane- Ranma se puso a imaginar- podíamos…
-¡Niños!-los llamó un personaje.- queréis jugar conmigo.
-¡King!- exclamaron los dos niños.
Los dos se acercaron a él. Nodoka también lo hizo, ese hombre no le gustó, parecía un tahúr.
-Os propongo un juego- ese hombre cartas en mano quería volverles a timar.
-De acuerdo- Akane aceptó- pero no con las cartas- jugaremos a un combate de sumo, si no acepta diremos que tima a los niños para robar a los padres.
Tres minutos después la mujer y los dos niños volvían al dojo satisfechos, habían acabado con los manejes de ese timador, que fue vencido por dos niños de unos siete años. No sólo lo dejaron sin un yen, si no que lo lesionaron, y le quitaron las ganas de volver por ese barrio.
Volvían a cantar, querían pedir el aguinaldo a sus padres, seguro que esos dos viejos les querían dar galletas y caramelos, pero ellos no aceptarían eso querían dinero, y molestarían a sus padres hasta que cedieran.
Nada más entrar fueron a cambiarse y cogieron unos tambores que eran de las hermanas Tendo de niñas , y se dirigieron a donde estaban los padres jugando al shōgi.
-¿Qué queréis niños?, ¿Queréis que Nodoka os castigue de nuevo?- Soun habló a los niños, sin apartar la vista del tablero de juego- estamos ocupado y mirar la tele, están haciendo un programa infantil.
-¡Queremos el aguinaldo!- reclamó Akane.
-¡Y lo queremos ya!- exigió Ranma.
-Aún no es Navidad. Y sois vosotros los que nos daréis el aguinaldo.
-¡Queremos el aguinaldo!, ¡Queremos el aguinaldo!, ¡Queremos el aguinaldo!- los dos niños se plantaron y empezaron a cantar villancicos.
-¡Podéis cantar lo que queráis, no va haber el aguinaldo ese!, los japoneses no damos aguinaldo.
Antes la tacañería de Gemma… y de Soun, los niños montaron una manifestación de dos personas exigiendo el aguinaldo.
-¡El aguinaldo!, ¡El aguinaldo!, ¡Queremos el aguinaldo!.
A los dos patriarcas se le acabó el juego, con sus hijos gritando y cantando no se podían concertar.
Después de medía hora de canciones Navideñas, de gritos, de reivindicaciones infantiles. De dos niños pasando por encima de tablero. De decir a uno de los jugadores de que movimientos debía hacer uno de los jugadores para vencer al otro.
-Si os vais os castigaremos- los dos hombres estaban furiosos.
Los dos niños viendo que no recibían el consabido regalo monetario navideño, se sentaron en el suelo y dejaron de cantar.
-Ranma!, te acuerdas de algunas de tus aventuras, de tus entrenamientos cuando viajabas con tu padre.
-Si, ahora te cuento, pero podíamos llamar a mi madre, a ella le gustaría saberlas también.
Y cuando el niño iba a buscar a su madre.
Lo llamó su padre.
Gemma oyó hablar a Akane, oyó como le pedía al niño que le contase sus vivienda, de niño. Oyó a Ranma que se las contaría a ella… y a su madre.
Lo entendió al instante, esos dos niños habían cambiado de estrategia para conseguir esa estúpida costumbre extranjera de dar aguinaldo. Lo pensó un segundo, debía evitar que Nodoka supiera lo que le hizo a su hijo.
-¡Ranma te daremos el aguinaldo!- dijo Gemma resinado, no iban a vencer, esos dos niños no se paraban ante nada. Echo de menos a lis Ranma y Akane adolescentes, debían encontrar pronto la cura y que los dos volviesen a ser los jóvenes tímidos de antes.
Los dos patriarcas oyeron lo que pedían los niños, no querían caramelos, querían dinero. Los dos hombres regatear a la baja con los niños, los niños lo hicieron a la alta, y al final eso dos críos vaciaron las carteras de los viejos.
-Ha sido un placer jugar con vosotros- ese niño era muy irónico.- espero que mañana nos deis el aguinaldo antes.
-¿Mañana? Eso sólo se da una vez, en Navidad- Soun se asustó, al día siguiente le pedirían más dinero.
-Si, mañana, y pasado mañana- le pareció divertido la cara de terror que pusieron los dos hombres. Akane estaba disfrutando.
-Akane tiene razón. Lo pediremos en varias veces. Y si se pide para Navidad, pero nos los dais poco a poco, cada día un poco, no os dolerá tanto.
Se giraron y se alejaron.
-Tengo un poco de gana, vamos que Kasumi nos de unas galletas.
-Tu siempre hambriento Ranma- para vergüenza de la chica le gruñeron las tripas, se sonrojó- yo también tengo hambre. Vamos que Kasumi nos de esas galletas que a ti y a mi nos gustan tanto.
-Me gustaría que esta noche, mi madre nos contase un cuento para dormirnos, nunca me han contado un cuento de buenas noches. Ni me han dado un beso antes de dormirme.
-Yo también quiero un cuento de buenas noches, te ayudaré a pedirle a tía Nodoka que nos lo cuente. Pero antes debemos pedirle a Nabiki el aguinaldo.
-Es muy tacaña no nos lo dará.
- Y tanto que nos los dará- Akane sonrió. Y los dos niños cogidos de la mano fueron en busca de sus galletas preferidas
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Notas del autor:
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HOLA:
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Este es mi atípico relato Navideño. No será el tipico relato de Navidad. Como es típico en mi no será la típica historia de Navidad de paz y amor. La historia no acabará con la Navidad. Empecé la historia a finales de Noviembre y no le veo fin.
Por razones que no conozco no puedo subir la historia como yo quiero. Tal vez deba utilizar el ordenador en lugar del móvil. Intentaré averiguar que pasa, creo es a causa del Word que utilizo, por que con otros capitules, ya subidos no me pasa, ni me pasa en la cuenta secundaria, en catalán. Si me sigue pasando utilizaré esa cuenta hasta que logré que está me funcione como quiero. Ahora la debo subir como archivo, en lugar de historia o docx, me sale error en la solicitud.
Los títulos de algunos capítulos se basan en Villancicos.
