Buenas acá ThePanoli presente, espero que les guste el capítulo, vaya los días pasan rápido y aun no desarrollo los últimos capítulos xd
Esta historia sería el inicio de la relación de Dipper y Pacifica, y cuando digo relación me refiero a de amistad, por ahora 7u7
No hay nada más que decir, ¡Disfruten!


Capitulo 02: Objeto maldito

Mierda si me atrapa Pacífica seré yo el nuevo fantasma —pensó Dipper buscando algún lugar para esconderse.

El castaño observa que una puerta está semi abierta decide entrar en ella intentando ocultarse en algún mueble que poseía aquel cuarto, estaba concentrado en ocultar su presencia que cuando sintió que Pacífica pasó de largo recién pudo apreciar su entorno, estaba lleno de telarañas y polvo como si no hubieran entrado en un buen tiempo, algunos muebles estaban tapados con sábanas otros con plásticos además habían varias cajas con cosas que parecen decoración aunque nada de lo que había en aquella habitación parecía barato al contrario si se limpiara un poco algún objeto de ese lugar podría tener un valor de miles de dólares.

Quedó sorprendido, no por las cosas de bastante valor que acumulaban polvo sino por el desperdicio y la falta de sentido común de la familia Northwest. Dipper miraba con atención el lugar que no notó que alguien lo estaba acechando desde un rincón, cuando sintió la sed de sangre ya era demasiado tarde, ya no podía escapar, fue agarrado por la espalda provocando que el castaño diera un grito.

—TE ATRAPÉ DIPPER

El corazón de Dipper dio un vuelco al escuchar la voz familiar; Pacífica lo había encontrado. Sin embargo, reaccionó lentamente, y antes de que pudiera esquivarla, la rubia estaba sobre él y en un abrir y cerrar de ojos Pacífica agarró a Dipper del cuello aplicándole una llave de lucha que dejó al pobre castaño sin opciones de escape.

—Lo siento Pacífica no quise decir eso—explicó el castaño, rindiéndose.

—No me bastan tus disculpas —replicó la rubia.

—Está bien, está bien. ¿Qué te digo o qué quieres que haga? —preguntó desesperadamente el castaño.

—Dime qué soy bonita —Exige la rubia

—¡Qué!

—¡¿Hay algún problema con eso?! —apretó un poco más fuerte el cuello del castaño.

Si bien no lograba ver a la rubia sentía que su expresión era de puro enfado y lo que exigía era en verdad, ¿en serio le afectó tanto lo que dije? Pensó Dipper.

—No, no, eres muy bonita Pacífica —logra decir el castaño que si no fuera porque su vida está en juego estaría su cara roja como tomate.

—¿La más linda de todas? —pregunta la rubia.

—Oh vamos Pacífica no me hagas decir eso —dice un avergonzado castaño

—¡Dilo! —Exigió la rubia apretando el cuello de Dipper un poco más.

—Okey, okey, eres la chica más bonita de todo Gravity Falls y de las que he conocido —logra decir antes que se le acabe el aire

—Okey te perdonaré esta vez —dice soltando a Dipper y este dando una gran bocanada de aire —.Que te sirva de lección, NUNCA le digas monstruo a una dama —dice Pacífica observando a Dipper mientras arreglaba su vestido.

—Lo tendré... —Toma otro sorbo de aire —.En cuenta, fuera de eso ¿Dónde estamos?. —mira a su alrededor.

—Este es el almacén de decoración que consideramos fuera de moda. —Pacífica responde, encendiendo las luces con un deje de desinterés en su tono.

—Parecen piratas almacenando esto. —Dipper intenta aligerar la tensión —.Vaya, hay una gran variedad de objetos. —Mira curioso una esfera en una caja y trata de tomarla.

—No toques nada. —Pacífica lo reprende, su voz transmite una mezcla de preocupación y advertencia clara.

—Mejor no, no vaya a ser que haya algún objeto maldito. —dice con sarcasmo el castaño.

Mientras exploran el lugar, la atención de Dipper parece más enfocada en los objetos que la de Pacífica. En un rincón de la habitación, descubre una caja cuyo contenido destaca por no parecer parte de la decoración habitual, entre una linterna, algunas botellas y un oso de peluche cubierto de polvo, Dipper toma el peluche con curiosidad. Pacífica observa el muñeco con atención, una sensación de familiaridad cruza por su mente al recordar que fue suyo en el pasado pero con ello también venía una nube de confusión.

—Vaya, no sabía que este peluche terminó aquí. —Pacífica mira el juguete tratando de recordar esa parte de su infancia.

—¿Es tuyo? —pregunta Dipper, interesado.

—Sí, lo es, pero... es extraño. Siento que hay algo más en ese peluche que no logro recordar. —Pacífica frunce el ceño, tratando de desentrañar algún recuerdo perdido.

—Si resultara estar maldito, sería demasiado cliché. —Dipper se ríe con ironía—. Faltaría que cobrara vida y quisiera vengarse de ti por haberlo abandonado.

—No digas tonterías, torpe. —Pacífica se molesta mostrando una chispa de advertencia en sus ojos.

—Wow, la señorita Pacífica asustada por un peluche. —Dipper comienza a burlarse disfrutando del momento.

—Si tú dices que está maldito, quién sabe. Con la cantidad de cosas raras que te rodean, ¿no se sentirán atraídas por ti? —Pacífica responde sarcásticamente.

—Como la chica que está a mi lado, por ejemplo. —Dipper intenta devolverle la broma.

—¿Me estás llamando rara? ¿Y además insinúas que me siento atraída por ti? —Pacífica clava una mirada desafiante en Dipper, entrecerrando los ojos.

—Vamos, Pacífica, no te hagas la sorprendida. —Dipper suelta una risa ligera.

—Ja, nunca me fijaría en un pobretón como tú. —Pacífica empuja su dedo en el pecho de Dipper, apartándolo un poco —.Además, las cosas que hago son completamente normales para gente como nosotros, de clase alta. —Dice con orgullo en su voz, enderezando su postura con altivez.

—Claro, como tú digas. —Dipper responde en tono ligero, aunque su actitud parece molestar aún más a Pacífica.

Un intercambio de burlas y sarcasmos se desata entre ellos, disfrutando de ese momento de diversión. Sin embargo, esas risas pronto se desvanecerán ante la sombra de lo que está por venir.

En medio de su creciente disgusto mutuo, la inoportuna distracción de Dipper con sus cordones sueltos resultó en un tropiezo inesperado. Su caída fue estruendosa, su brazo accidentalmente aplastó al oso de peluche que reposaba en el suelo.

El crujido de algo quebrándose resonó desde el interior del maltrecho juguete. La mirada de Dipper, al alzarse, se posó en el oso que, de pronto, comenzó a temblar con una intensidad perturbadora. La habitación parecía cobrar vida por sí misma, las paredes ahora exhibían marcas, arañazos como si fueran producto de garras invisibles y un líquido extraño de color negro y espeso comenzó a emerger de aquel juguete. Un aura de opresión se adueñó del ambiente, densa como si una presencia malévola empezara a congregarse en aquel lugar.

El sentido de peligro de Dipper se disparó, su instinto le gritaba que se alejara a toda costa, sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por huir, sus movimientos carecieron de la velocidad necesaria. En su intento de escapar, sus pies resbalaron por el líquido negro que cubría el suelo provocando que se caiga de espaldas.

De pronto, desde el interior del oso, una masa de oscuridad surgió. Su presencia, espesa y amenazante, desató el caos en la habitación. Las luces del candelabro estallaron en pedazos, arrojando al entorno a una total y aterradora oscuridad. En la penumbra absoluta, el silencio se tornó ominoso, solo interrumpido por la respiración agitada y el palpitar acelerado del corazón de Dipper, quien luchaba por encontrar alguna señal de luz en esa negrura avasalladora afortunadamente la caja donde resguardaba el peluche estaba a su costado convencido de que la linterna estaría dentro, la tomó y encendió su luz, revelando una figura de aspecto demoníaco y sombrío que se alzaba en la oscuridad.

Antes de que Dipper pudiera procesar lo que veía, el grito urgente de Pacífica rompió el silencio llamándolo a levantarse. Con rapidez, ella agarró su brazo, forzándolo a ponerse de pie, mientras lo arrastraba lejos de la espeluznante criatura que se materializaba ante sus ojos. Juntos se lanzaron a correr dejando atrás la oscuridad que parecía querer envolverlos.

Mientras escapaban a toda prisa, una voz maníaca se filtró desde lo profundo de la habitación: "¿Quieren jugar conmigo?". Susurros ininteligibles invadían el ambiente, mientras manos negras emergían de las paredes, goteando un líquido negro y viscoso. El horror parecía cobrar vida en aquel macabro escenario, envolviéndolos en una pesadilla.

Las palabras resonaban incesantemente en la mente de Dipper, cada recuerdo de aquella voz desencadenaba escalofríos que se propagaban por su ser, sin embargo, en medio del horror, una peculiaridad captó su atención. Por un instante, entre los susurros siniestros, creyó detectar un tono infantil, ¿había escuchado la voz de un niño entre esa oscuridad abismal?

Estaban huyendo de esa malformación y de las manos que emergían de las paredes sin embargo una de ellas atrapó a Pacífica, rápidamente fue Dipper a ayudarla, pero ambos fueron arrastrados dentro de la pared.

No lograban ver nada, parecía que estaban en un espacio oscuro que solo duró unos instantes hasta que cayeron al piso. Al abrir los ojos el lugar donde se encontraban parecía envuelto en una niebla de vacío, sumergiendo a Pacífica y a Dipper en una atmósfera opresiva y lúgubre. Estaban dentro de la mansión, pero a la vez no.

—¿Pacífica, dónde estamos? —inquirió Dipper con su mirada recorriendo cada rincón con ansiedad.

—No lo sé... todo se siente tan... vacío... Si seguimos de frente creo que llegaremos al salón de fiesta —respondió Pacífica, su voz temblaba mientras intentaba discernir su ubicación en la vastedad de la mansión

Los dos jóvenes caminaron hacia la sala donde debería estar la fiesta, pero la mansión estaba muy silenciosa que se podía escuchar los pasos de este par de jóvenes resonando en los oscuros pasillos de la mansión. No se oía música ni el traqueteo de los sirvientes yendo y viniendo entre la cocina y el salón.

Al abrir la puerta de la sala de fiestas, se encontraron con el asombro de que no había nadie. Las personas que antes estaban allí habían desaparecido, como si hubieran entrado en otro mundo o tal vez ellos fueron a otro mundo. La única vida de ese lugar era la de estos dos jóvenes, que se miraron con confusión y algo de temor.

El lugar donde debería haber risas y alegría, la habitación resonaba con un silencio inquietante. Se enfrentaban a la desconcertante realidad de ser los únicos testigos de un misterio que se desarrollaba en la mansión desierta.

La idea de que podrían ser los únicos en ese extraño espacio, junto con la preocupación de enfrentarse a algo monstruoso provoca que la calma poco a poco se desvaneciera.

—¿Cómo diablos saldremos de aquí? ¿No hay algo en ese estúpido diario tuyo que nos pueda ayudar?

—Pacífica, mantén la calma. Intentaré averiguarlo mientras sigamos explorando, quizás podamos obtener más información —Dipper se sumió en una búsqueda rápida en el diario, revisando cada página en busca de alguna pista sobre espectros o artefactos malditos—. Demonios, no hay ni una sola mención sobre demonios u objetos malditos con forma de juguete.

La incertidumbre pesaba en el aire, envolviendo a los jóvenes en un manto de inquietud y temor.

—¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó Pacífica con su voz temblando de miedo.

—Tendremos que averiguar una manera de volver a sellarlo y regresar a nuestro "mundo" —respondió Dipper, con un deje de disgusto en su tono.

Las palabras de Dipper desencadenaron la ira y el miedo latente en Pacífica.

—¡Maldita sea! ¡¿No pudiste quedarte quieto?! Ahora estamos atrapados con un ser retorcido —gritó Pacífica, desesperada y furiosa.

—Lo siento, Pacífica. Es mi culpa... Pero confía en mí, te sacaré de aquí —respondió Dipper, intentando calmarla, aunque su voz reflejaba su pesar por haberla puesto en peligro. —Llévame a los vestidores ahí está mi mochila, tengo algunas cosas que servirán de ayuda.

Los jóvenes se dirigieron hacia los vestidores que estaba en el otro piso, siendo Dipper guiado por Pacífica. Afortunadamente, las escaleras que llevaban al segundo piso estaban en el mismo salón, facilitando su camino.

Tengo agua bendita en mi mochila y otras cosas, no sé si será suficiente, pero al menos nos dará más tiempo. Pensó Dipper recordando el casillero dónde dejó su mochila.

El silencio envolvía la estancia, el ambiente se sentía pesado no solo por la situación en la que se encontraban sino también por las palabras dichas por la rubia. Pacífica, consciente de la rudeza de sus palabras, luchaba por deshacer el nudo de angustia que se aferraba a su garganta, consciente de que su reacción fue muy agresiva.

—Lo siento, Dipper... —logra decir la rubia, temerosa de empeorar las cosas.

Dipper, sorprendido por la sinceridad de Pacífica, trató de disminuir la carga de culpabilidad que ella parecía llevar. Una mezcla de comprensión y preocupación ante la angustia de Pacífica.

—Está bien, entiendo. Tienes todo el derecho de estar asustada y molesta. No quería causarte más problemas. —sus palabras salieron con cuidado, tratando de calmar el torbellino emocional que rodeaba a la joven rubia.

El gesto amable de Dipper aumentó la pesadez en el pecho de Pacífica. Su intento por aliviar la situación parecía empeorarla, pero sabía que era necesario aclarar las cosas para no distanciarse más.

—No, no fue tu culpa. Yo te grité sin pensar. —sus ojos azules buscaban los de Dipper intentando transmitir esa certeza.

Entonces, Pacífica tomó la mano de Dipper, buscando una conexión más fuerte entre ellos ante la situación que están enfrentando los dos.

—Estamos los dos en esto, hagamos lo que sea necesario para salir adelante, juntos. —dijo con seguridad intentando transmitir valentía mientras buscaba apoyo en la mirada del chico.

Sus miradas se encontraron en un instante de complicidad y esperanza en medio de la confusión y el miedo, ambos sin saberlo se ruborizaron un poco, trataron de disimularlo con una sonrisa, pero antes de que pudieran encontrar consuelo en ese breve momento, una voz siniestra resonó, como un eco escalofriante que rompió la frágil calma de la habitación.

Un susurro sibilante se deslizó por el aire "¿Dónde estaaaaan?", resonó en los oídos de Dipper y Pacífica. El castaño luchaba contra el miedo que le oprimía el pecho. Sabía que no podía demostrar su temor, especialmente con Pacífica temblando en su abrazo. El recuerdo de haberse librado de un fantasma solo intensificó la angustia de Dipper. "Maldita sea, nos libramos de uno para que aparezca otro", pensó, mientras la oscuridad parecía cerrarse a su alrededor.

La pregunta martilleaba en su mente, ¿Por qué había vuelto? ¿Qué entidad se cernía sobre ellos ahora? Dipper, con los nervios crispados, recordó con amargura que pensaba que la amenaza se había ido.

Siguieron recorriendo los pasillos del segundo piso con el objetivo de llegar a los vestidores, pero al llegar ahí vieron que aquel ser estaba por ese pasillo. Dipper, en un intento por mantener la compostura, se preguntó en silencio cómo podrían enfrentarse a esta nueva manifestación de lo desconocido hasta que pensó en un plan arriesgado.

—Pacífica, mantén el silencio —susurra Dipper —.Tranquilízate, superaremos esto. Escúchame, ve directo a la puerta del vestidor cuando te avise, enciérrate y busca mi mochila, hay cosas benditas que te protegerán —dijo Dipper con seriedad a Pacífica. —.Ocúltate en alguna parte del vestidor. Iré a buscar algo que tal vez nos ayude. Cuando lo consiga, regresaré y daré 6 toques a la puerta. Si no escuchas los 6 toques, no abras por nada en el mundo.

Al ver la distracción de aquella malformidad, Dipper aprovechó y le ordenó a Pacífica que corriera. —Ahora, corre—Le pidió con urgencia.

Al ver que la rubia entró al vestidor, Dipper lanzó una lámpara para distraer al monstruo y escapar. Corrió sin descanso para evadirlo, desapareciendo en la oscuridad y dejando a Pacífica inquieta. A pesar de su preocupación, ella siguió las órdenes de Dipper y se escondió. Mientras esperaba el regreso del joven, sus pensamientos comenzaron a jugarle malas pasadas, dando inicio a su propio tormento psicológico.


ThePanoli:
Y listo, acá está el segundo capítulo, supongo que se está volviendo más interesante.

Bueno al parecer al actualizar un capítulo en wattpad o cualquier plataforma trae su maldición, el bendito desarrollo de personaje, vaya me toco pasar por dos cosas que considero importante...
Y me fue mal en el examen, en fin, me puedo recuperar. Creo. Espero. Dios debo ponerme las pilas.

Bueno la vida sigue igual que esta historia.

El siguiente capitulo se estrenará la siguiente ¿semana? siendo más exactos el 10/12/2023.
Tengo la intención de que se actualice cada domingo igual cualquier cosa aviso y daré fechas exactas ya que casi está terminada solo debo corregir si es que... no se me vaya a ocurrir una idea que ME OBLIGUE A CAMBIAR COSAS Y CORREGIR MÁS, pero no creo. Espero. Por favor ya quiero terminar esta historia.

Disculpa porque acá lo actualice un día tarde porque tengo mala memoria y me olvide que cree esta cuenta, ¡Discúlpenme!

Sin nada más que decir, ¡Nos vemoooos!. en pocos dias.