Capítulo 4: La primera noche de Elvira en Hogwarts.
Tras llegar a la puerta que llevaba al despacho de Dumbledore, Elvira se dió cuenta que no le preguntó a Albus cual era la contraseña de la gárgola, por suerte no estaba sola. Severus dijo, o más bien murmuró:
-Bocaditos de limón.
Elvira lo miró extrañada cuando la gárgola les dejó paso.
-Desde que acabó la guerra le gusta poner ese tipo de contraseñas para obligarme a decir estupideces sin ton ni son… fue peor cuando puso como contraseña "cachorrito mimoso" me llamaba a su despacho y me esperaba con un hechizo de invisibilidad junto a la puerta sólo para oírme decirlo, entonces terminaba el hechizo y se echaba a reír… qué te voy a contar, lo conoces, a veces es peor que un niño.
Elvira se echó a reír imaginando a Severus cabreado como una mona y maldiciendo por hacerle perder su precioso tiempo.
-Bueno, vamos a subir antes de que baje a buscarnos.
Dijo Severus y subieron al despacho.
Cuando llegaron Albus estaba enterrado en papeleo, lo habitual dos semanas antes del comienzo del curso escolar.
-Me alegro de que estéis aquí, tenía ganas de tomarme un descanso, me gusta este trabajo pero odio la maldita burocracia… menos mal que mañana vuelve Minerva para que me eche una mano, ella es mucho más organizada y eficiente que yo con estas cosas…
Se acercó a la puerta de su sala de estar privada.
-Como estamos solos en el castillo he pensado que mejor cenaremos aquí mismo, hoy estoy cansado, cuando llegue el resto del personal ya cenaremos en el comedor principal.
Severus y Elvira asintieron y caminaron tras él.
Elvira se detuvo un momento para volver a saludar a Fawkes, le encantaba ese pájaro. -Hola, amiguito.
Dijo mientras le acariciaba la cabeza con ternura, el pájaro arrulló y voló de su percha posándose delicadamente en el hombro de la mujer y empezó a acariciar su cabeza contra su sien.
-Viejo sinvergüenza… conmigo hace años que no hace algo así y con otra gente aún más.
Severus lo miro con una mueca sarcástica. -Albus, mírate a ti mismo y mírala a ella, es natural que prefiera ser así de cariñoso con ella, es mucho más guapa que tú.
Elvira contestó:
-Gracias por el piropo Severus.
Severus se quedó un poco en shock, se le había escapado.
-Vivir para ver, Severus piropeando a alguien. Apostilló Albus.
-Muy bien he dicho que es guapa, lo que salta a la vista… pero lo he dicho sólo para llamarte feo a ti… por si no te has dado cuenta viejo.
-Touché… bueno será mejor que vayamos ya a mi sala de estar, los elfos deben estar a punto de servir la cena, Fawkes, amigo vuelve a tu percha, después volverá Elvira y si te portas bien te daré una galletita.
Dijo Albus y el pájaro acarició por última Elvira, que le devolvió la caricia, y volvió a posarse en su percha. Elvira observó que Severus se mantenía alejado del fénix y ese detalle le llamó la atención.
-Sé lo que piensas, no me acerco a ese pajarraco desde que un día me dió un picotazo cuando le di una galleta para intentar robarle una pluma que se le había caído, sólo la quería para usarla como ingrediente, son útiles para algunas pociones difíciles, además de escasas y caras… casi me arranca el dedo, ese maldito pollo.
Fawkes graznó enfadado.
-Ves, nuestro odio es recíproco.
Elvira y Albus empezaron a reír con ganas.
-Bueno no nos entretengamos más, pasa Elvira.
Elvira pasó a la sala de estar de Albus seguida de éste y Severus.
Albus llamó a su elfo doméstico:
-¡Dobby!
Apareció un elfo con su habitual túnica y unas zapatillas de deporte un poco llamativas.
-¿Qué puede hacer Dobby por el señor director y sus invitados?
-Dobby, ya conoces al profesor Snape, ésta es Elvira, es su nueva ayudante, Elvira éste es Dobby, es un elfo libre, me atiende sólo a mi, yo mismo le pago un sueldo justo por su trabajo y por eso no va descalzo y en invierno lleva ropa de abrigo.
Elvira estaba impresionada, tendiéndole la mano a Dobby dijo:
-Me alegra mucho conocerte, seguro que seremos amigos.
-Gracias señorita Elvira, Dobby también se alegra mucho de conocerla.
La miró con sincero cariño en sus enormes ojos verdes. Elvira sonrió y le dio un beso en la coronilla. Dobby parecía que se iba a desmayar de la emoción.
Albus dijo:
-Siento interrumpir una escena tan tierna, pero Dobby quería preguntarte si puedes traernos la cena a los tres y servirla aquí mismo.
Dobby le dedicó una enorme sonrisa.
-Por supuesto señor director, Dobby servirá la cena, no tardará nada en estar todo listo.
Con un chasquido desapareció.
-Bueno Elvira, creo que te has ganado a Dobby, y en cuanto llegue a las cocinas y les hable de ti a los demás te convertirás en su persona favorita.
Severus le dijo a Albus.
-Hablando de elfos domésticos, cada profesor tiene uno asignado para las tareas de limpieza y esas cosas, Elvira es mi ayudante y como no hay más "asistentes de profesor", por decirlo así, ¿tendrá un elfo doméstico asignado o la atenderá el mío? Creo que Tuky podría hacer el trabajo, de todas formas yo no le doy mucho trabajo y Elvira tampoco creo que sea de las que se pasan el día llamando a los elfos.
En ese momento apareció Dobby sirvió la cena y les dijo que avisaran si querían algo más antes de desaparecer.
Albus dijo:
-Veamos lo que ha traído Dobby…
Era una gran cena, todo tenía un aspecto delicioso.
-Ummm cenemos y nos relajamos un rato, después hablaremos de trabajo.
Propuso Albus. Durante la cena charlaron de lo que recordaba Elvira de su anterior estancia en Hogwarts y de lo mucho que le habían gustado sus nuevas habitaciones y que apenas había cambiado nada, tan solo necesitaba un par de banquetas para transformarlas en un tocador adecuado con espejo y una silla a juego. No sería necesario, los elfos le llevarían un tocador con su silla, los tendría ya allí al despertarse, estaban antes en ese dormitorio pero como el anterior inquilino fue Víctor Krum lo quitaron de allí porque no lo necesitaba y quería ese espacio para poner sus pesas…así que estaba en un almacén, cuando lo limpiaran todo a fondo lo devolverían a su sitio. Cuando terminaron el postre y Dobby se fue tras desearles buenas noches, Albus le dijo a Elvira que iba a asignar un elfo para que la atendiera a ella, una pequeña elfa muy eficiente llamada Polly, se la presentaría en el desayuno, ya era tarde y, lo cierto es que había sido un día agotador. Además al día siguiente llegaría el resto del personal, a Dumbledore le esperaba un día ocupado, vendría un nuevo profesor de estudios muggles y dos nuevos aprendices, uno de herbología y otro de transformaciones. Elvira les dijo a Severus y Albus que al día siguiente empezaría a usar su nueva ropa de trabajo, aunque sólo fuera de su habitación, les dijo que cuando no hiciera mucho frío se dedicaría al nudismo en su habitación… Severus tragó saliva y Albus se rió…aunque ambos sabían que no mentía.
-Hablando de otra cosa Severus, ¿le has enseñado a Elvira el aula de pociones, tu almacén y tu laboratorio privado?
-Aún no, como te hemos dicho antes, hemos pasado casi toda la tarde charlando y poniéndonos al día, había pensado hacerlo mañana después de desayunar mientras Minerva y tú acomodáis al personal recién llegado.
-Muy bien Severus, perfecto.
Los acompañó a la puerta de su despacho, Fawkes ya estaba dormido.
-Buenas noches, Severus, querida, mañana nos vemos, descansad.
Severus dijo:
-Buenas noches Albus, gracias de nuevo por contratar a Elvira, espero que no me arrepienta de haber aceptado.
Elvira dijo:
-¡Vaya! Gracias por la confianza. ¡No sé cómo me gustas tanto con lo antipático que eres a veces!
Al ver a Severus volver a ruborizarse se echó a reír.
-Tranquilo que estoy de broma, me encantas a pesar de tus múltiples defectos.
Le guiñó un ojo a Severus y dijo:
-Bueno Albus, estoy feliz por haber vuelto, gracias, sé que no te arrepentirás de haberme contratado, que descanses, cariño.
Le dio un ligero beso en la mejilla a Albus y se apresuró a decir:
-Lo sé, Albus, estas confianzas que me tomo contigo, sólo en privado, nada delante del resto de personal ni de los alumnos, ¡hasta mañana!
Salieron del despacho y se dirigieron a las mazmorras. Severus siempre caballeroso la acompañó hasta su puerta, Elvira antes de entrar cambió sus protecciones, las normales no eran demasiado seguras y no quería que algún crío o miembro del personal entrara sin permiso. Puso una contraseña, le dijo a Severus que quería que fuera el único que la supiera…no se fiaba de nadie más que de él. Se sintió muy alagado y se sorprendió cuando escuchó que era "Stoker", cuando se conocieron, ella le prestó algunas de sus novelas muggles favoritas, una de ellas fue Drácula. Elvira dijo:
-Bueno Severus, ya está todo listo por esta noche, ya mañana me cuentas cuales serán mis deberes, estoy tan contenta por verte de nuevo, te he echado mucho de menos, nos vemos, cariño.
Sin dejarle tiempo a reaccionar a sus palabras, Elvira agarró a Severus por su túnica y se puso de puntillas para acercarse más y le dio un beso en la mejilla, pero desviándose para besar la comisura de su boca y un poco más intensamente… cuando Elvira se apartó, Severus sólo acertó a decir un "buenas noches" susurrado y se fue corriendo a su habitación. Elvira se quedó mirándolo con una sonrisa, entró a sus habitaciones, fue directamente a su baño, se dio una ducha rápida, se puso unas braguitas cómodas para dormir, se aseguró de dejar en las perchas de su baño junto a su albornoz, uno de los conjuntos de bata y camisón que había comprado por si los necesitara para el día siguiente. Puso una alarma que la avisaría a las 6:30 de la mañana y se fue a la cama…le encantaba la sensación de esas suaves sábanas en su cuerpo prácticamente desnudo…también le encantó la sensación de la piel de Severus en sus labios… El hombre que ocupaba las habitaciones contiguas tampoco podía olvidar la sensación de sus labios tan cerca de su boca…apenas dormiría esa noche tan sólo recordando ese beso…
