PRUEBA POSITIVA
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Historia hecha sin fines de lucro.
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Ranma abrió con desgane la puerta del dojo, había tenido un largo día de dimes y diretes, pues hoy era el último día de clases antes de las vacaciones de invierno y no había tenido buenos resultados en sus últimos exámenes, de hecho, Akane había tenido que abogar por él para pasar tres materias y ahora le debía tres grandes favores.
Suspiró quitándose los zapatos al ver la nota pegada en la zapatera.
"Akane y Ranma.
Lo siento, tuve que salir de emergencia a la clínica de Tofu y tía Nodoka tuvo que salir a hacer un pendiente, así que no hay comida preparada. Por favor encarguen comida a domicilio, les dejé dinero suficiente en el cajón de la cocina.
Papá y tío Genma se fueron desde temprano huyendo del maestro y Nabiki no viene a comer.
Los quiere, Kasumi."
Casi media hora después, el chico Saotome se acomodó en la cama de Akane con una charola de las grandes de yakitori, las brochetas aún humeaban y se dio el lujo de cubrirse con las cobijas ante el frio que tenía, encendió la televisión que recientemente habían instalado en el cuarto luego de que Nabiki se la heredase al comprar una de mejor tecnología, y finalmente, se dispuso a obtener el merecido descanso que necesitaba después de tantas presiones.
Akane había salido con sus amigas y no regresaría hasta tarde, por lo que Ranma se había apropiado de la habitación como últimamente ocurría, la televisión era más grande que la de la sala y la cama le daba más comodidad que el viejo tatami.
En las siguientes dos horas Ranma estuvo viendo la televisión al tiempo que hacía y deshacía en el cuarto de su prometida, al fin y al cabo, mientas dejara todo ordenado a ella no le importaba, ¿que si tenía manos resecas? La crema de Akane está en el tocador. ¿Que si le dio frío en los pies descalzos? Akane tiene calcetines afelpados y anchos en su closet. ¿Que si su trenza estaba desordenada? La haré nuevamente, el cepillo de Akane está en su cajón.
- ¿Cómo puedes hacerme esto? - Gritaba el hombre del drama en la televisión mientras Ranma se tomaba la misión de cambiar el orden de las fotografías en una estructura de siete fotos tamaño infantil de madera, un regalo de una de las amigas de Akane. - ¡¿Dímelo ahora?! ¡El hijo que esperas es mío o de ese infeliz?! - El muchacho dejó su tarea pausada mientras esperaba la respuesta de la protagonista femenina. - ¡No! ¡No es tuyo! - Saotome tuvo que recoger del suelo la foto que dejó caer al suelo donde salían Akane y él antes de reposicionarla en el marco central del adorno.
- Que chica tan tonta... ¿cómo pudo embarazarse? ni que el protagonista fuera tan buen partido... - Dijo un poco receloso, Akane había dicho en varias ocasiones que era guapo.
Estaba tratando de acomodar las fotografías en el resto de los marcos cuando por accidente, rompió por la mitad la última.
- ¡Mierda! - Exclamó al ver que precisamente era la foto donde aparecía con Yuka, quien le había hecho el regalo. - Bien... - Intentó tranquilizarse. - Puedo arreglarlo.
Se levantó de la cama y abrió el cajón correspondiente, donde su prometida guardaba cosas como hojas en blanco, cuadernos nuevos, paquetes de marcadores entre otras cosas, esperando encontrar ahí la cinta adhesiva; al revolver el contenido encontró lo que buscaba, sin embargo, también encontró hasta el fondo, como si hubiera querido esconderlo, un sobre que se veía fuera de lugar para el orden que le gustaba tener a la muchacha, al tomarlo, vio el claro membrete de una conocida clínica de la ciudad y con curiosidad, lo abrió.
"Estudios Clínicos Tachibana"
Solo el encabezado lo dejó helado.
- ¿Estará enferma? - Su corazón se detuvo ante el horrible pensamiento.
Continuó leyendo sin meditarlo.
"PRUEBA SEROLÓGICA
NOMBRE: TENDO AKANE
PRUEBA DE EMBARAZO: POSITIVA"
Las piernas se le doblaron y fue a parar hasta el suelo, su cerebro en blanco ni siquiera queriendo procesar aquello, su corazón despostillándose poco a poco.
- ¿Sabes qué? ¡No me importa! ¡Aceptaré a ese bebé como si fuese mío! - Se escuchó el grito del hombre rogando en la televisión.
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Akane regresó a casa completamente exhausta, había estado todo el día en el centro comercial caminando de un lado a otro y sentía los pies pesados después de tanto.
Después de descalzarse, subió a su habitación pensando en la cara que pondría el glotón de Ranma al entregarle el paquetito de galletas navideñas que le había comprado en la repostería del conglomerado comercial, en cierto modo era una clase de disculpa pues sabía que a su prometido le gustaba ver en secreto el drama de moda y sin ella no se atrevía a verlo, pero según veía, si la familia no estaba tal vez hubiera tomado valor para verlo solo.
Entró a su habitación y no pudo evitar un gruñido tan pronto vio alrededor.
- Ranma... - Masculló, olía a comida, la cama estaba destendida, el marco de fotos que le habían regalado hace poco estaba sobre la cama al igual que una foto rota, el cajón del escritorio estaba abierto y la televisión estaba encendida, estaba bastante segura de lo que había pasado allí. - Ese tonto, le he dicho que tiene que ordenar cuando se vaya.
Arrojó la mochila sin rumbo, aún sostenía las galletas en la mano izquierda y se encaminó furiosa a la habitación de Ranma... él no estaba.
Caminó a la planta baja y a paso rápido llegó al dojo, dentro, las luces estaban apagadas, pero si él no estaba en su cuarto ni en el suyo, seguro estaba allí. Al abrir la puerta apenas pudo distinguir una silueta que estaba de rodillas y encorvada al centro del lugar.
El enojo de Akane desapareció al sentir el aura oscura de Ranma, al momento se acercó preocupada.
- ¿Qué pasó? - Se dejó caer junto a él poniendo su mano en la espalda masculina. - Ranma, ¿qué tienes? - Dijo tratando de no imaginarse lo peor.
El muchacho levantó lentamente la vista, sus ojos estaban vacíos.
- Estás embarazada... - Dijo sin titubear, a este punto, ¿qué caso tenía andarse por las ramas? Perder a Akane era el punto final de todo, no había nada más allá, nada tenía sentido.
- ¿Q.. qué? ¿de... de qué hablas? - Se notaba nerviosa. En algún punto Ranma había tenido la esperanza que ella negara, pero viéndola así, con la cara más pálida de lo normal, un ligero sudor frío y la mirada agachada, supo que no había retorno.
- Sabes muy bien de lo que hablo. - Sentenció fríamente levantándose del suelo, en esta última hora había pasado del shock a la negación, después a la tristeza y la decepción y finalizar en la furia, luego, cayendo de nuevo en una depresión; ahora sentía que la furia volvía a subir desde su estómago y le recorría la garganta como si fuese lava.
Akane viendo desde el piso como sus ojos cambiaban a la más pura ira tragó saliva, sabía que no tenía muchas opciones.
- Estuviste revisando mis cosas... - Aseguró en una especie de murmullo, hubiera deseado que saliera en un enojado reclamo, pero simplemente era imposible.
- ¿Y qué? - Descaradamente admitió y perdiendo la paciencia se agachó para tomarla de los brazos, levantando a la chica con fuerza, poniéndola así de pie; la bolsilla de galletas cayó al piso, rompiendo el postre como el corazón de Ranma.
- Ra... Ranma... - Habló sorprendida, el agarre era fuerte. Él al comprender que la dañaba la soltó, estaba seguro de que terminaría por perder el control y no quería hacerlo con ella, quería hacerlo con otra persona.
- ¿Quién es?
- ¿Quién qué... - Ranma no dejó que terminara de hablar.
- ¡¿Quién?! ¡Dime quien es el maldito bastardo que osó tocarte! - Le gritó a la cara tomándola con fuerza de la cintura pegándola a su cuerpo, la cólera no era buena consejera.
- Ranma, escucha... es que... yo... - Posó sus manos en el pecho de él, pero no lo empujaba, era solo como si quisiera calmarlo.
- ¡No! ¡¿No lo entiendes?! ¡Primero voy a matarlo por meterse con mi prometida! - La apretó más fuerte. - ¡Y después... - Cerró los ojos tratando de controlarse. - Después... - Repitió sin gritar, pero no menos escalofriante. - Después ajustaré cuentas contigo. - La soltó, pero Akane sorprendentemente se lanzó sobre él abrazándolo por el cuello, repegando su pequeño cuerpo al de él.
- Ranma, nadie me ha tocado. - Le juró al oído, jamás lo había visto tan enojado.
- Akane... - Trató de apartarla empujando su cuerpo de la misma cintura, pero mientras más intentaba, era como si el toque de ella lo sedara hasta querer tenerla abrazada de por vida. Akane por su lado no se dejó alejar.
- Escúchame... no puedo decirte nada... por ahora, ¡pero te juro que no estoy embarazada! ¡debes creerme!
- ¡Quiero saberlo todo ahora! - Entonces si la retiró de sí para mirarla a los ojos. - ¡O me lo dices todo ahora mismo o te juro Akane que yo...
- ¡Ya te dije que no puedo! - Le tomó del rostro. - ¡Pero no es lo que piensas!
- ¿Te das cuenta de lo que me estás pidiendo? - Comenzó a hacerla retroceder hasta que la acorraló contra una pared.
- Si. - Admitió de inmediato. - Sé que es hasta risible que me creas sin más, pero también sé que confiamos el uno en el otro, sé que puedes darme tu voto de confianza por ahora... por favor. - Intentó levantar sus manos para ponerlas en su cara, necesitaba que le creyera, Ranma no la dejó, la tomó de las muñecas y las aprisionó también contra la madera haciendo con eso que sus cuerpos quedaran pegados completamente, nunca había estado tan cerca de ella, mucho menos con otras intenciones que no fueran protegerla, y ahora mismo, se percibía a sí mismo como si dentro de él hubiera un demonio intentando reclamar su propiedad.
- No. - Dijo tajante. - No sin una prueba, quiero una prueba.
- Ra... Ranma... ¿qué... - Su respiración se agitó al sentir como el bajaba la cabeza y le olfateaba el cuello, además ya no solo estaban juntos... él estaba moviéndose contra ella como si...
- ¿Hasta dónde llegan tus ganas de que te crea? Dime Akane... Porque no pienso perder la oportunidad. No cuando heriste mi ego... - Ella abrió los ojos desmesuradamente al sentir como le mordía el lóbulo de la oreja, su prometido a duras penas le había tomado de la mano, ¿dónde estaba ese mismo chico tímido que casi se había vuelto "amnésico" después de abrazarla la navidad pasada? - Heriste mis sentimientos... - Confesó soltándole las manos, tomándola de la cintura y levantarla contra la pared, repegándose aún más.
- Ra...nma... - Musitó, no sabía si estaba más asustada que nerviosa, si había comenzado a temblar del miedo o de otra cosa. - Solo... solo... te estoy... pi-pidiendo que... ¡Ranma! - Sus orejas humearon perdiendo el hilo de sus pensamientos cuando él la tomó de las posaderas bajando hasta recorrerle los muslos y obligarla a rodearle la cintura.
- ¿Qué? ¿Quieres que me contenga cuando tengo la duda de que te acostaste con un idiota y peor aún que llevas a su bebé? - Le dijo rabioso, enseguida recibió una potente cachetada, no la soltó, apretó más el agarre. - ¡Convénceme maldita sea! ¡Convénceme!
- ¡Yo no hice tal cosa! - Le gritó mientras comenzaba a llorar. - ¡¿Por qué no puedes creerme!?
Ranma la soltó poco a poco, aún con las palabras poco amables que acababa de decirle, ella se mantenía pidiendo que le creyera.
- Es que... - Dudó él, el enfado se había diluido de nuevo dando paso a la tristeza. - ¿Por qué no solo me dices la verdad? - Dijo compungido, ya fuera verdad o falso, solo quería la verdad, ¿por qué tanto misterio? ¿no se supone que se contaban todo?
- Prometo que cuando sea el momento sabrás la verdad.
- ¿Cuándo sea el momento? - Casi soltó una carcajada, ¿acaso ella no era consciente de como se le estaba yendo la vida ante la incertidumbre? volvió el enojo tan espontaneo como se había ido, le puso la mano a Akane sobre el área de las clavículas y terminó por retenerla contra la pared, no la dañaba, eso nunca lo haría, pero... - No... no puedo... - Declaró por fin. Se dio la vuelta esperando salir rápido, si esperaba un poco más era capaz de ponerse a llorar a los pies de la joven y eso jamás se lo iba a mostrar.
- Ranma... - Oyó que lo llamaba. - Ranma. - El tono en su voz se elevó cuando salió por la puerta del dojo. - ¡Ranma! - Le gritó y lo siguiente que supo Saotome fue que ella se había tirado sobre su espalda.
- ¡¿Qué demonios haces?! - Frustrado preguntó luego de llevarse la peor parte de la caída provocada por la fuerza bruta que la muchacha había ejercido.
Rodaron por el terroso suelo y Akane sin pensárselo demasiado le hizo una llave de judo que él no esperaba, lo dejó bajo su cuerpo y sin más lo besó.
- A... Akane... - Susurró cuando ella dejó de presionar sus labios.
- Solo dame unos días, prometo que tendrás la explicación que quieres. - Sus mejillas estaban rojas, pero no se echó atrás, no estaba dispuesta a perder a su prometido.
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- Es un bonito día, ¿no? - Preguntó Nodoka sentándose al lado de su hijo.
- Si vienes a intentar que "mejore mi actitud" con Akane, perdona madre, pero esto no es asunto tuyo. - Desde hace tres días los prometidos no se hablaban, era como si estuvieran en una especie de guerra fría ya que Akane no le había aclarado nada.
- Ya veo... - Suspiró resignada a que Ranma no iba a ceder.
- Se que quieres a Akane como una hija, pero... - Trató de corregir la forma tan brusca con la que le había hablado. - Es... es algo delicado...
- ¿Delicado? - Preguntó levantando una ceja. -
- Mucho... por favor mamá... no intentes siquiera tomar partido... solo déjanos resolverlo por nuestra cuenta... - Agachó la cabeza, sentía que el cerebro le iba a reventar, ¿cual era el maldito misterio? y aunque lo hubiera, Akane siempre le contaba todo, eso era lo que más le hacía dudar de ella, que no le quisiera decir la verdad.
- Ella me... dijo lo que pasó... - Masculló con cuidado la señora.
- ¿Ah sí? - Eso lo enfureció, ¿acaso estaba intentando que su madre lo "ablandara"? - ¿Y te dijo la verdad? ¿te dijo lo que hizo?
- Algo... algo así... - Titubeó agachando la cabeza.
- ¡Ja! Por tu expresión lo dudo. - Se burló. - Al diablo con todo, al diablo con Akane, ¡al diablo conmigo mismo! - Se levantó del suelo con ganas de salir corriendo, dejar atrás el dojo y Nerima, olvidar a Akane y arrancarse él mismo el corazón.
- Es mía... - Pronunció lentamente.
Ranma al principio ni siquiera le prestó atención, pero conforme la inercia física lo alejó un par de pasos de la sala, tuvo que regresar y preguntar.
- ¿Qué? - Asomó la cabeza para ver a su madre. Ella seguía sentada en la duela, ahora con la mirada perdida en el horizonte y apretando la tela de su vestimenta tradicional.
- E... estoy... aterrada... - Ranma se quedó mudo, en completa conmoción. - No se lo dije a nadie y no sabía que hacer... Akane... Akane solo... ella me encontró llorando en el baño con la prueba en la mano. Me insistió a corroborarlo en un laboratorio, pero no tuve valor de ir siquiera, ella tuvo que acompañarme y yo entré en pánico cuando la enfermera comenzó a preguntar por los datos de la paciente... ¿qué iba a pensar de mí? - Se frotó con insistencia los brazos como si quisiera entrar en calor. - Como solo eran los datos de identificación Akane dio los suyos y dentro me tomaron la muestra a mí, los empleados del laboratorio ni lo notaron.
- Pero... - Se volvió a sentar junto a la mujer muy lentamente, como si no terminara de comprender lo que decía. - Es... es que no... no entiendo...
- ¿Qué voy a hacer con un bebé a mi edad Ranma? - Ella arrugó su gesto con frustración. - Voy a parecer su abuela, ya no soy una chiquilla. Y pasar por todas esas cosas a mi edad... va a ser un embarazo de riesgo... - Dijo ya con poca voz. - Y si... - se quedó por la mitad.
- ¿Y sí? - Preguntó poniendo su mano sobre la de ella al notar que estaba temblando.
- ¿Y si Genma se lo quiere llevar de nuevo?
- ¡No! ¡Eso no! - Respondió de inmediato. Ranma no iba a ser tan hipócrita diciendo que esos años de arduo entrenamiento no le habían servido, pero permitir que un inocente sufriera lo que él... no... esta vez no lo permitiría. - No, sobre mi cadáver.
Pensó que su madre levantaría la cabeza y tomaría valor al oírlo declarar su protección, pero no fue así, al contrario, tembló más y comenzó a lagrimear.
- Y peor aún... - Dijo hipando. - ¿Qué... qué vas a pensar tú de mí? - Entonces soltó el llanto.
Ranma no comprendió a lo que se refería, ¿acaso creía que la iba a juzgar o algo así?
- ¿Yo?
- No... no quiero que me veas siendo... siendo... - Lloró más fuerte y Ranma la rodeó con sus brazos intentando contenerla. - Siendo lo que no pude ser contigo, ¡no quiero que termines odiándome al ver todo lo que no te di!
- Mamá... - Susurró al comprender.
Fueron largos los minutos que estuvieron abrazados en silencio, por fin después de un rato, el joven habló.
- Fue muy difícil no tenerte en mi vida... pero no te culpo, mucho menos te guardo rencor. Si voy a tener un hermano por supuesto que quiero que tenga lo que yo no tuve, y quiero darle yo mismo lo que sea que necesite.
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- ¿Cómo les fue? ¿qué les dijeron? - Akane emocionada los recibió en la puerta.
Hace unas semanas, cuando se destapó el asunto del nuevo bebé habían tenido que esperar varios días para que Nodoka se armara de valor y se lo contara a su esposo, quien inmediatamente hizo planes que se vieron truncados de tajo por su hijo mayor con una buena golpiza.
La primera cita con el obstetra había sido esa misma tarde e increíblemente Genma había querido acompañar a su mujer a la revisión, Ranma había ido con ellos por si acaso.
- Tengo dos meses. - Declaró Nodoka quien parecía ser escoltada por su esposo e hijo. - Todo está bien, pero por mi edad, como ya sabíamos, tengo que estar en constante revisión porque no será tan fácil.
- Dijo la doctora que probablemente nacerá los últimos de julio. - Declaró orgulloso Genma, luego se quedó pensando y de pronto corrió al comedor. - ¡Oiga Tendo! - Se le oyó decir a lo lejos. - ¿De casualidad no conocerá usted a alguien con hijos pequeños cuyo apoyo sea benéfico para nosotros? Desde ahora debo ir asegurando el futuro de mi segundo hijo con un buen compromiso.
- ¡Papá! - Ranma se tronó los dedos antes de ir a pelear con el señor del turbante.
- Me alegro de que todo esté yendo bien tía. - Le dijo Akane tomándola por el brazo conduciéndola a su dormitorio.
- ¿Como van las cosas con Ranma? - Preguntó con una sonrisa algo pícara.
- Bien... es... un poco extraño... aún no hemos terminado ni el instituto y no pensé que en menos de un mes hubiéramos terminado casados. - Un sonrojo adornó su cara. - Mucho menos después de que todo se aclaró con respecto a la prueba de embarazo.
- ¡Oh bueno! Supongo que quería asegurar su relación después de tan extremo susto. - Nodoka se sentó en la cama que su esposo le había comprado con su primer salario como maestro en el mismo dojo Tendo. - De nuevo, te pido disculpas Akane, casi hago que mi hijo se desquitara contigo por mi culpa.
- No te preocupes tía... supongo que al final... tu embarazo fue una prueba para todos, tú matrimonio, mi relación, la familia en general... pero no cabe duda de que fue una prueba positiva, ¿cierto? - Dijo con una sonrisa recordando el día en que les habían entregado los resultados de laboratorio.
- Definitivamente, una prueba positiva. - Afirmó recordando lo atento y responsable que se había vuelto su esposo, la confirmación del matrimonio de los más jóvenes y el apoyo incondicional de toda la familia.
FIN
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ACLARACIONES
-. Por si se lo preguntan según leí por ahí, la edad de Nodoka es de alrededor de los 39/40 años, yo pienso que tiene menos, ya que se ve mucho menor que Genma que también tiene esa edad. Un embarazo pudiera ocurrir cerca de los cuarenta y con más razón si es más joven; ¿imaginan a Ranma de hermano mayor?
N/A
Algo sencillo para el 05 de diciembre.
Hoy estuve muy ocupada y pensé en no publicar hoy, pero decidí esforzarme como lo prometí, sobre todo por ustedes que son tan amables en sus comentarios, muchísimas gracias a todos por su apoyo.
Mención especial para:
· Benani0125
· EroLadyLawliet
· gatopicaro831
· Picoro
· Vero,Guti
· Kris de Andromeda
· Nita-chan84
· Vane
· Akai27
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· Juany Nodoka
· Rowenstar,art
· D-Infinity
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· Pao Vedder
· Guest
· Lina23
Gracias de nuevo, de este lado del internet, AkaneMiiya.
