-La historia y los personajes no me pertenecen en lo absoluto sino que son de la completa autoría de Masashi Kishimoto más la narración y/o utilización de los hechos son de mi absoluta responsabilidad para la dramatización, sentido y cronologización de la historia :3 los eventos de este fic tienen lugar en medio de los acontecimientos del Capitulo 66 de Boruto: Next Generation y dentro de los futuros capítulos de mi otro fic "El Sentir De Un Uchiha". Les sugiero oír "Bittersweet" de Ellie Goulding para las escenas de Naruto & Hinata, "Wanting Moves" de Pantyraid para Sasuke, "Houdini" de Dua Lipa para Sakura, "A Thousand Years" de Christina Perri & Steve Kazee para Sasuke & Sakura, además de "Decode" de Paramore para el contexto del capítulo.
Suspirando sonoramente, Hinata observó el exterior a través de una de las ventanas del apartamento de Naruto y donde se habia estado quedando durante sus horas libres durante los días transcurridos, agradeciendo no tener que efectuar ningún tipo de misión de rango D ni superior, todo era calma en estos primeros días antes de que la Quinta Hokage regresara a la aldea, mas Hinata no podía percibir la misma calma sin tener a Naruto a su lado, y sí que continuaba durmiendo en su propia casa por las noches, mas de día bien podría pasarse jornadas enteras en el apartamento de su esposo y que se habia encargado de limpiar minuciosamente de arriba abajo, sonriendo cada vez que recordaba lo fácil que era para Naruto armar un desorden de la nada, mas limpiar su desorden le recordaba que él volvería en cualquier momento. Naruto corrió velozmente por las calles de Konoha, subiendo presuroso las escaleras hacia su apartamento con la única intención de abrir la puerta, cruzar el umbral y arrojar su mochila sobre la cama antes de volver a salir para dirigirse al distrito Hyuga y reunirse con su esposa, era su intención, mas lo tomó por sorpresa el ingresar, cerrando descuidadamente tras de sí, y arrojar la mochila sobre la cama, percibiendo movimiento mientras se dirigía de regreso a la puerta para salir y volviendo la mirada hacia la cocina y en cuyo umbral apareció Hinata con su encantadora sonrisa, mejorando el día de Naruto y que no dudo en correr a abrazarla, envolviendo amorosamente sus brazos a su alrededor y atrayéndola hacia sí.
—Hinata— suspiró el Uzumaki, inspirando su perfume y rompiendo lentamente el abrazo. —Te extrañe muchísimo— sonrió, acunando el rostro de ella entre sus manos.
—No sabía cuándo volverías, pero sentí que debía esperarte aquí— comentó la Hyuga bajando ligeramente la mirada con vergüenza por su propia devoción.
—¿Has estado aquí todos estos días?— se sorprendió el rubio antes de sonreír de nueva cuenta por ello, amándola aún más.
—Excepto de noche, mi padre no es tan permisivo— difirió la peliazul, pues no dejaba de ser una chica de trece años en esa línea de tiempo.
—Me alegra que así sea, porque te quiero solo para mí— asintió Naruto, completamente de acuerdo con ese proceder de parte de su suegro.
—Siempre me tendrás— obvió Hinata, viéndolo con ojos llenos de amor como siempre.
—Ojalá lo hubiera valorado desde el principio— no pudo evitar reprochar él a sí mismo. —Ahora te estoy viendo, como aquella vez en que te enfrentaste a Pain para protegerme; simplemente me quede sin habla— elogió, cada día más enamorado de ella.
—Debí ser muy hermosa para lograr ese milagro— presumió ella a modo de broma, mas interiormente conmovida por sus palabras.
—Y yo muy estúpido para hacerte esperar casi tres años hasta pedirte que nos casáramos— contrastó el Uzumaki, recordando cuan tonto habia sido entonces. —No te faltaban admiradores, dentro y fuera del clan Hyuga— era la mujer más hermosa del mundo para él.
—Pero te elegí a ti— recordó la Hyuga acercando su rostro para pegar su frente a la suya y sin dejar de observarlo.
—Y te veo igual de hermosa que entonces— declaró el Uzumaki sin apartar sus ojos de ella. —Mucho más— agregó con voz ronca, deseándola más que nunca.
Habían pasado meses desde que estaban en esa línea cronológica y, sin embargo, por temor a ofender o hacer sentir mal a su esposa, Naruto habia contenido sus deseos de besarla más allá de la forma casta o respetuosa que habia hecho hasta entonces, y por ende no habia buscado consumar ninguno de sus deseos, pero en ese momento y tras tantos días de viaje lejos de ella, todo en lo que podía pensar era en besarla y demostrarle lo mucho que la amaba, acunando delicadamente su rostro entre sus manos e inclinándose para besar sus labios, recibiendo inmediata reciprocidad de Hinata, a quien cargó en sus brazos hacia su habitación pero sin conseguir llegar a la cama, dejándola sana y salva sobre la alfombra tras la cama mientras sus lenguas bailaban una contra la otra. Besándola apasionadamente una y otra vez hasta sentir que se le acababa el aliento, teniendo sumo cuidado en la forma en que recostaba a Hinata en el suelo, él encima suyo y recargando su peso en sus brazos para no aplastarla, Naruto finalmente rompió el beso y observó intensamente a su hermosa esposa, descendiendo su tacto para acariciar sus piernas a través de la tela de sus pantalones y comenzando a bajar cuidadosamente con su otra mano el cierre de la chaqueta de su esposa, sus dedos jugando con la camiseta de red debajo mientras encontraba sus iris zafiro con los ojos perla de la Hyuga, descendiendo sus labios para besar cada trozo de piel al descubierto entre los fragmentos de la camiseta, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de su esposa a quien acercó hacia sí.
—Naruto…— susurró la peliazul con la voz temblorosa por los nervios y la emoción.
—No lo hemos hecho desde que llegamos aquí— gruñó el rubio inspirando su dulce perfume y no teniendo suficiente de ella, la deseada por completo esta vez.
—¿Y es correcto?— preguntó Hinata con la voz ligeramente temblorosa. —Nosotros somos...yo...— tenia el cuerpo de una chica de solo trece años después de todo.
—Eres mi esposa— interrumpió Naruto acunando su rostro con sus manos y viéndola a los ojos, —eso es lo único que vale para mí, eso y lo mucho que te amo— solo se sentía como un tonto por haber estado conteniéndose todo ese tiempo.
—Y yo te amo a ti, con todo mi corazón— correspondió la Hyuga esbozando una tierna sonrisa.
No se trataba de consumar o desahogar deseos que hubieran tenido a los trece años, sino que sus propios deseos de amarse el uno al otro incluso alcanzaban a ese punto en que estaban en otra línea cronológica, su amor iba más allá de cómo se veían o la edad que pudieran aparentar en ese momento y ambos ya habían pasado el burdo punto a los dieciocho años en que habían comenzado a acercarse gradualmente hasta tener sus primeras citas, admitir lo que sentían y luego comenzar una relación que habia desembocado en el matrimonio que tan felices los hacías y por el que tenían dos hijos. Teniendo esa respuesta y sonriendo a su esposa al encontrar sus ojos con los de ella, Naruto retrocedió lo suficiente para sentarse entre las piernas de su esposa a quien despojó lentamente de sus pantalones junto con su ropa interior antes de recostarse encima de ella nuevamente, llevando consigo su camiseta de red y que le quitó por encima de la cabeza, sin que sus ojos zafiro se separaran en ningún momento de los orbes perla de ella, bajando lo suficiente sus propios pantalones mientras se acomodaba entre las piernas de su esposa, que se aferró a sus hombros a través de su chaqueta naranja; el Uzumaki comenzó a penetrar lentamente en el interior de su esposa, gruñendo contra los labios de su esposa ante la sensación de su estrecho interior, dándole tiempo a acostumbrarse y recibiendo a cambio una dulce sonrisa de Hinata, quien meció sus caderas hacia las suyas de forma casi inmediata, instándolo a comenzar a moverse cuanto antes.
Por inercia, Hinata envolvió sus piernas alrededor de las caderas de su esposo, acercándolo más hacia si mientras Naruto se retiraba solo para volver a embestir con mayor profundidad, toda ella estremeciéndose ante su respiración cálida y pesada contra su rostro, su cuello y el valle entre sus pechos, que reclamó como suyos mientras se fusionaban en uno solo y que la hizo sonreír de la mayor alegría que podía sentir; uno pensaría que en ese punto de sus vidas, con más de doce años casados y dos hijos, se habrían aburrido el uno del otro, pero no era así, ella al menos seguía amando a Naruto con la misma pasión que el día que habia aceptado convertirse en su esposa, y en momentos como ese más que nunca confirmaba que Naruto sentía lo mismo, el Uzumaki deslizando sus labios desde la curvatura de su cuello al valle entre sus pechos, reteniendo sus caderas y buscando llegar tan profundamente dentro de ella como le era posible. Su matrimonio no era fácil, Hinata se habia resignado a ello desde el principio, porque se habia enamorado de un futuro Hokage desde el primer momento, Naruto vivía por algo aún más grande y hacia tanto por la aldea, por todos, era tan generoso, que Hinata no podía dejar de desear retribuir todo lo que él hacía, invirtiendo las posiciones ante lo obnubilado que veía a Naruto para que fuera él quien se encontrase sobre el suelo ahora y estando ella a horcajadas encima suyo, apoyando ambas manos sobre la chaqueta del Uzumaki y que desabrochó, palpando su torso a través de la camiseta debajo.
La mayor parte del tiempo Hinata no era precisamente activa en la intimidad, no es que no tuviera algo que aportar o que decir, pero desde su primera noche prefería dejar a Naruto la labor de lo que querían hacer o la posición en que querían estar, dejándose hacer, suspirando su nombre y entregándose a todo lo que él deseara, que era ella, Naruto tampoco tenía experiencia con el sexo opuesto y ella era la materialización pura de todo lo que él podría desear, y solo verla tomar la iniciativa elevó sus deseos como nunca, meciendo sus caderas contra las suyas y gruñendo al sentir el clímax a punto de llegar ante le sugerente vaivén de sus caderas contra las suyas. Apretando los dientes y cerrando forzosamente los ojos, Hinata se sintió superada por la tensión acumulándose entre sus piernas, sintiendo la forma en que Naruto embestía más rápido y profundamente, percibiendo su respiración entrecortada y ambos encontrando sus miradas, sin necesidad de articular palabra al sentir el clímax a punto de desembocar y que hizo gritar a la Hyuga, arañándole la espalda a su esposo quien se sentó y envolvió sus brazos alrededor de ella, que echó la cabeza hacia atrás al alcanzar el orgasmo, sintiendo como un instante después Naruto se derramaba en su interior, enterrando su rostro en el valle entre sus pechos así como gruñendo su nombre entre embestidas rápidas e imprecisas. Recostándose sobre la alfombra mientras recuperaban el aliento, Hinata y Naruto solo observaron a los ojos del otro y se sonrieron embelesados, enamorados de nueva cuenta el uno del otro.
Nunca perdían esa chispa, y crecía estando juntos.
Entrenar juntos era una de las actividades favoritas de Sasuke con Sakura desde antes de que se casaran…okey, la segunda actividad favorita, pero desde que había salido del hospital y apartando estar huraño o de mal humor, los únicos momentos libres que tenía era entrenando con Sakura quien además solo entonces podía pasar tiempo con él fuera de las horas que empleaban en estudiar o repasar su estrategia en la línea de tiempo en que estaban, además ambos eran muy buenos en áreas muy distintas; Sasuke era un maestro en Genjutsu y velocidad, Sakura era una experta en comprender el Genjutsu sin precisar tener un Doujutsu y era la mejor Kunoichi en Taijutsu, ambos tenían algo que hacía al otro esforzarse y pensar rápidamente. Ambos se encontraban en el campo de entrenamiento que el Equipo 7 tenía destinado para sí, Sasuke siendo brevemente desestabilizado cuando Sakura lo sorprendió por la espalda y envolviendo sus brazos alrededor de su cuello en una llave que le quito el aliento, mas el Uchiha resolvió esto envolviendo sus brazos bajo sus piernas y arrojándola al suelo para quitársela de encima; sin darse por vencida, Sakura lo pateó en el costado del cuello cuando este se inclinó presuntuosamente sobre ella para declarar su victoria, enviándolo al suelo y montándose sobre su espalda. Sakura era considerablemente ligera en comparación con su esposo, eso le permitía ser ágil y veloz, pero en ese momento supo perfectamente como utilizar su peso combinado con el suyo e impedirle levantarse por varios segundos.
—Ríndete, ya— ordenó Sakura, pues ella no iba a rendirse teniendo la victoria tan cerca.
—Eso nunca— gruñó Sasuke volviendo la mirada por sobre su hombro. —Cede— espetó en respuesta y no queriendo emplear la fuerza.
—Jamás, yo voy a ganar— negó la pelirosa, no sabiendo cuando renunciar al igual que él.
Fascinado precisamente con este espíritu combativo tan afín al suyo, que no claudicaba y que no hacia lo se esperaba de él, Sasuke usó su peso de la única manera que podía en ese momento, dándose vuelta para rodar por el suelo y arrastrando consigo a una sorprendida Sakura que sin embargo no aflojo su agarre alrededor del Uchiha, envolviendo sus piernas a sus caderas y sus brazos alrededor de su cuello, ambos en una lucha por superar al otro mientras rondaban por el suelo y ante lo que Sasuke no tardó en imitarla; sujetándole los hombros en espera de marcar las distancia y con sus pierna a cada lado de sus caderas, justo lo que Sakura estaba esperando, gateando velozmente sobre su esposo para aprisionarlo al suelo, situando sus piernas alrededor de sus hombros y concentrando su peso para que no se levantara. Estaban una línea de tiempo diferente, no en el presente donde conocían todo del cuerpo del otro y como utilizar sus debilidades—lo que solo el enemigo haría, de ahí que les fuera tan fácil entrenar juntos—, pero pronto ambos habían aprendido a familiarizarse con esta diferencia de características; las ausencia de ciertas cicatrices, el crecimiento de ciertos músculos, la dominancia de ciertos lados del cuerpo; el tan sencillo acto de hacer el amor no era tan simple para ambos, Uchiha al fin y al cabo—Sakura por matrimonio, pero lo era—, por lo que el amor era una constante lucha por dominar al otro, nunca aprendían todo, siempre había algo nuevo para descubrir y era precisamente eso lo que volvía loco a Sasuke, prendándose de nueva cuenta de su esposa.
No teniendo mucho que hacer en esa posición, Sasuke cruzó ambas piernas por delante del pecho de Sakura, sorprendiéndola y enviándola de espaldas al suelo, aun teniendo las piernas de ella alrededor de sus hombros, lo que restringía sus movimientos, pero mucho más los de ella; aquel era un enfrentamiento de fuerza de voluntad contra fuerza física; Sasuke era más fuerte que Sakura físicamente, pero Sakura tenía una actitud combativa que le impedía rendirse ante nadie y lo dejo muy claro al no aflojar el agarre de sus piernas alrededor del cuello y los hombros de Sasuke tanto como él no aflojó el agarre de sus piernas alrededor de su pecho, haciéndolos gruñir a ambos ante la dificultad que les daba al respirar, pero primero muertos que rendirse. No pudiendo más con aquello, Sakura fue la primera de los dos en aflojar el agarre de sus piernas alrededor de los hombros del Uchiha, pero no para rendirse sino para recuperar el aliento, gateando del cuerpo de él hacia una distancia más prudente, sin quitarle los ojos de encima, esbozando una sonrisa al verlo distraído en recuperar el aliento…Observando todo desde una distancia prudente, Kakashi estaba sumergido como siempre en su lectura, mas no con la atención que siempre se vería en él, sonriendo bajo su mascara tanto por tranquilidad al ver a Sasuke recuperado mental y físicamente desde que había salido del hospital, así como por orgullo al ver el compromiso y fortaleza que adquiría al igual que Sakura por sus habituales sesiones de entrenamiento y que vigilaba con el consentimiento de ambos.
—Han pasado muchos años, Kakashi— comentó una femenina voz que se situó a su lado y ante la que él se volvió, inclinando respetuosamente la cabeza al reconocerla.
—Lady Hokage— pronunció el Hatake, solo entonces levantando la mirada y viendo a la Senju sonreír con lo que parecía nostalgia. —Lamento no haberle dado la bienvenida como se debe— ella habia llegado el día anterior, pero él había estado demasiado pendiente de Sasuke y Sakura como para presentarse en su oficina y brindarle sus respetos.
—Descuida— desestimó Tsunade antes de enfocar su atención en los dos jóvenes que entrenaban acaloradamente, —me alegra ver que no has cambiado, y tienes dos razones para perder la noción del tiempo— obvió, identificando a la joven pelirosa por los comentarios del Uzumaki. —Naruto me hablo muy bien de ella; Sakura Haruno, ¿verdad?— quiso confirmar, por ello se encontraba ahí.
—Sí, mi lady— asintió Kakashi regresando su atención al entrenamiento, sonriendo bajo su mascara cuando Sakura aprovechó la distracción de Sasuke, arrojándose sobre él y envolviendo sus brazos alrededor de su cuello en una llave.
—Si mi memoria no falla, los Haruno dejaron de ser un clan ninja en tiempos de mi abuelo, el Primer Hokage, y se convirtieron en civiles ordinarios— recordó la Senju con expresión pensativa. —No tenía idea de que eso hubiera cambiado— la sorprendía, aunque no tanto teniendo en cuenta el pasado de dicho clan.
—No lo ha hecho; Kizashi y Mebuki no compartían el deseo de su hija de convertirse en ninja, y si la apoyaron fue esperando que desistiera con el tiempo— aclaró el peligris, y hasta donde sabia ambos progenitores Haruno mantenían su postura. —Pero fue una sorpresa para todos conocer el enorme talento y habilidades que Sakura posee— era joven y sin antecedentes prometedores, pero estaba labrándose un nombre propio.
—Eso veo, posee una excelente técnica para ser tan joven, no cualquiera hace frente a un Uchiha— asintió Tsunade, satisfecha de comprobar que las palabras de Naruto sobre esa joven eran ciertas. —Mi abuela, lady Mito, siempre se expresó bien de su fallecida amiga Aratani Haruno, la bisabuela de tu alumna— Aratani habia sido responsable de la creación del hospital de Konoha y habia ayudado en la administración de la recién creada aldea en sus primeros años. —Si no es un problema, quisiera ofrecerle la posibilidad de tomarla bajo mi tutela, tiene las cualidades perfectas para ser una excelente Ninja Médico— planteó al Hatake, responsable de la joven Haruno.
—Sera un inmenso honor, mi lady— apreció Kakashi inclinando respetuosamente la cabeza, —pero me temó que es Sakura quien debe aceptar, y espero que lo haga, sé que puede llegar muy lejos— él podía entrenarla, mas ella merecía lo mejor disponible.
—Yo también lo creo— asintió la Quinta Hokage, sonriendo al regresar su mirada a la sesión del entrenamiento de ambos jóvenes. —Los estaré esperando— se despidió, intercambiando una última mirada con Kakashi.
La ahora Quinta Hokage y él provenían de generaciones completamente distintas, Tsunade Senju habia nacido durante los últimos años del Primer Hokage y Kakashi durante el mandato del Tercer Hokage, por lo que el Hatake no estaba tan al tanto del pasado del clan Haruno como ella, de hecho muchos en Konoha debían pensar que no podía ser considerado un clan al haber ahora solo tres de sus integrantes con el mismo apellido y esto había sido así desde la era del Primer Hokage; Aratani Haruno, la abuela de Sakura, habia sido una huérfana durante la Era de Guerra Entre Clanes, creciendo protegida por el clan Senju a quien los Haruno habían sido cercanos, y ya antes de que el Primer Hokage asumiera dicho título, Aratani se habia casado con un hombre que servía a lady Mito Uzumaki y habia llegado a la aldea con ella, teniendo una única hija llamada Haruka y esta una hija; Mebuki, quien se habia casado con un hombre sin clan que habia llegado a Konoha y tomado su apellido al casarse; Kizashi. Despidiéndose de la Quinta Hokage, Kakashi regresó su mirada al entrenamiento de ambos jóvenes para ver como Sasuke se quitaba a Sakura de encima con un impulso de fuerza, enviándola al suelo, a la par que ella lo enviaba a él al suelo con una seca patada en la parte trasera de las rodillas cuando él le ofreció la mano para ayudarla a levantarse, ambos ahora tumbados sobre el suelo y jadeando para recuperar el aliento, sonriéndose a su manera; Sakura riendo de emoción por el triunfo y Sasuke sonriendo ladinamente, asumiendo la derrota...
Luego de que la jornada de entrenamiento hubiese terminado y tras que ambos jóvenes de trece años recuperaran lo suficiente el aliento, Kakashi les hubo informado y en especial a Sakura de la visita de la ahora Quinta Hokage al campo de entrenamiento, lo que sorprendió a los dos jóvenes, mas no causó otra reacción, ni aún mientras el Hatake les explicaba que la ahora Hokage deseaba hablar personalmente con la Haruno, citándola en su oficina. Kakashi esperaba mayor sorpresa de su joven alumna, quizá incredulidad o nerviosismo, pero admirablemente Sakura inhaló aire y mantuvo la frente en alto antes de asentir como se esperaría de una Kunoichi mayor de lo que ella era, permitiendo que el Hatake guiase a sus dos alumnos hacia la torre Hokage, pareciendo despreocupado al tener las manos en los bolsillos, mas conteniéndose para no inflar el pecho de orgullo por la oportunidad que le había sido dada a su alumna, quien llamó a la puerta de la oficina tras detenerse ante la puerta e ingresando en solitario, Kakashi lo eligió así. Podría haber entrado en la oficina junto a Sakura, pero Sasuke eligió permanecer fuera y aguardando junto a Kakashi, este era el momento de su esposa y él ya tendría ocasión de felicitarla por su cuenta, disimulando la sonrisa ladina de orgullo que deseó esbozar por solo pensar en lo feliz que estaría Sakura por volver a tener a la Quinta Hokage cerca y entrenar con ella, y lo que hiciera feliz a su esposa también lo hacía feliz a él; mas nada de ello lo distraía de la inquisitiva mirada de Kakashi, haciéndole saber que había un tema que tratar.
—Sasuke, quiero hablar contigo de algo— inició el Hatake haciendo que su alumno volviese la mirada en su dirección, —se trata de tu venganza— aclaró, yendo directo al punto.
—Así que por fin se interesó por ello— comentó el Uchiha únicamente a modo de respuesta.
—Me ha interesado desde el principio, pero no quería intentar sermonearte, y me figure que no te sentarías a escuchar— puntualizó el peligris desde el principio, teniendo satisfactoriamente la atención de su alumno. —Olvídate de eso, hablo en serio; he conocido a muchos como tú y que por seguir el camino de la venganza se han convertido en una sombra de quienes fueron, lo han perdido todo, y no quiero que eso te suceda a ti— advirtió sinceramente, dándole un consejo básicamente paterno. —Solo te alejaras del mundo, y aunque consigas tu objetivo, luego no tendrás que hacer con tu vida, te sentirás vacío— nadie debería pasar por eso.
Ya había escuchado esas palabras una vez, exactamente a los trece años y tras intentar vencer a Naruto en la azotea del hospital, Kakashi simplemente había tenido que intervenir para separarlos a ambos y, aun tras hablar con él, Sasuke había tomado la decisión definitiva de dejar la aldea luego de que llegasen los Cuatro Ninja del Sonido para convencerlo de irse en busca de poder, quizás se habría quedado solo por el sermón de Kakashi, pero su odio y deseo de poder había sido más grande entonces que su comprensión de todo lo que tenía en Konoha y que había dado tontamente por sentado…había tenido trece años en ese momento, pero sin saberlo el peso de sus decisiones había sido propio de un adulto y aún hoy lidiaba con las consecuencias. Hoy podía ver lo erradas que habían sido sus decisiones, las advertencias de Kakashi eran precisas, le estaba anunciando el destino que inevitablemente padecería de seguir el camino de la venganza y que había vivido en su línea de tiempo; su hermano había muerto, luego había odiado y acabado con Danzo a quien deseaba eliminar en esta línea de tiempo, pero luego su odio se había centrado en Konoha y aquello que su hermano había buscado proteger, había dado la espalda a Naruto, a Kakashi y a Sakura a quien había humillado de tal modo que Sasuke constantemente vivía esperando que ella lo odiase por haber herido sus sentimientos de forma tan despiadada…pero ella no lo hacía, ella siempre estaba incondicionalmente a su lado, su amiga, su esposa, su amante, su todo en el mundo y él no iba a abandonarla otra vez sin importar que sucediera, jamás.
—Conoció a mi hermano, ¿verdad? Ambos fueron parte de AMBU— mencionó el Uchiha tras un prolongado silencio y viendo asentir a su Sensei. —¿Puedo ser honesto?— preguntó, deseando poder contarle su objetivo a alguien más, y quería confiar en Kakashi.
—Desde luego— confirmó el Hatake de inmediato y prestándole su absoluta atención.
—Mi venganza no es contra él, porque mi hermano solo cumplió órdenes de otros para que yo viviera— admitió Sasuke, sintiéndose más tranquilo por afirmarlo de viva voz. —Mi objetivo es un pez más grande; Danzo Shimura— ahora no podía enfrentarlo, era solo un Genin de trece años, pero el momento llegaría en los próximos años.
—¿El líder de AMBU Raíz?— aquella información desconcertó a Kakashi enormemente.
—Él estuvo detrás de la Masacre de mi clan y manipuló a mi hermano para perpetrarla, -dándole una falsa sensación de seguridad para incriminarlo de todo— condenó el pelinegro, exculpando de responsabilidad a su hermano en todo momento. —Entiendo si no me cree…— agregó apartando la mirada, pues ello sería pedir demasiado.
—Te creo, no solo porque veo la verdad en tus ojos, sino porque nunca he confiado en Danzo ni en sus métodos— sosegó el peligris, sorprendiendo a su alumno y que volvió la mirada en su dirección. —Aunque tengas tus razones, solo quiero que tengas cuidado; he vivido más años que tú y por ende he tenido mis propios problemas, perdí a todos quienes me significaron algo…y sé como te sientes, de verdad— Sasuke necesitaba comprensión como nunca y él podía dársela. —Ambos no hemos sido exactamente felices, pero hemos tenido suerte al encontrar amigos con quienes llenar las perdidas. Sé que Sakura y tu tienen algo, y me alegra, lo apoyo en serio, pero no quiero que le hagas daño si caes en un pozo profundo y luego no quieres salir sin importar cuanta ayuda te ofrezcan— cada uno de sus alumnos le era importante y no quería que ninguno saliera herido.
—Eso no pasara, tiene mi palabra— aseguró Sasuke con asombrosa convicción. —El Chidori que usted me enseño es un arma, pero una que uso para proteger a mis amigos y eso no cambiara jamás— el Chidori se había vuelto un arma contra sus enemigos desde que había entrado en razón y perdido con Naruto en el Valle del Fin.
—Bien, me dejas más tranquilo— asintió Kakashi enormemente tranquilo al oírlo. —Fin del sermón— declaró, no teniendo más para decirle.
No se trataba de que Sakura fuera mujer, eso solo la ponía al mismo nivel de los demás, Kakashi sabia de sobra de su gran fuerza, su voluntad férrea y un talento perfeccionado en base al entrenamiento constante—lo que, podía enorgullecerse, la hacía mejor que la alumna de su amigo Gai, Tenten—, pero en el fondo y tras ese exterior femenino, delicado y cargado de belleza se encontraba un corazón dulce, tierno, lleno de bondad y que no albergaba malos sentimientos hacia nadie que no lo mereciera, y al verla Kakashi se encontraba recordando continuamente a su fallecida compañera de equipo Rin Nohara, en quien continuaba pesando a día de hoy, y por ende el Hatake no se perdonaría si su joven alumna saliera lastimada de alguna forma, incluso si el responsable directo o indirecto de ello fuera Sasuke, quien también le era muy preciado como su alumno, tanto como el mismo Naruto y que ahora estaba entrenando con el Maestro Jiraiya. Debido a las perdidas experimentadas a lo largo de su vida y los extremos a los que había tenido que llegar, Sasuke no se consideraba inocente en absoluto, sino que creía haber perdido esta cualidad a los doce o trece años, cuando había decidido dejar Konoha, pero sin importar cuantos limites cruzara como Shinobi, dañar a Sakura no estaba en la lista ni lo estaría jamás, ella era lo más preciado que tenía en la vida y nada ni nadie lo convencería de volver a lastimarla, estaría perdido por tan siquiera una lagrima que fuese derramada por ella, por lo que Sasuke se reservó a aguardar fuera de la oficina junto a Kakashi.
Su esposa era su todo en el mundo.
Un buen Shinobi, sin importar su género, era capaz de adaptarse a cualquier situación y lograr aquello que se esperaba que hiciera; recolectar información, realizar espionaje, ocultarse, robar documentos, etc. y en su línea de tiempo Sakura había formado parte del Departamento de Investigación e Infiltración de la Aldea de la Hoja desde los quince a los veinte años, mientras había entrenado bajo la tutela de la Quinta Hokage y que no había sido para nada suave con ella, cabe añadir, por lo que adaptarse era algo que Sakura sabía hacer en demasía y más entrenando con Sasuke, así como viajando con él antes y después de casarse. Con todos esos antecedentes, Sakura no se sorprendió ni demostró particular emoción al momento de ingresar en la oficina de la Quinta Hokage, manteniendo las manos a cada lado de su cuerpo y escuchando atentamente aquello que la poderosa Senju tuvo a bien decirle; que estaba interesada en sus habilidades, mencionadas de antemano por Naruto—y cuya intercesión Sakura prometió agradecer y honrar lo mejor posible apenas pudiera—e indiscutible talento prometedor como Ninja Médico, escuchando con especial atención la forma en que la Quinta Hokage le ofrecía tomarla bajo su tutela para no solo potenciar y fortalecer sus puntos débiles, sino también para convertirla en una Ninja Médico, si la pelirosa lo aceptaba; y sí que lo hacía, Sakura estaba literalmente brincando de emoción en su interior, pero en su exterior se mantuvo imperturbable y perfectamente tranquila, sabiendo cómo comportarse apropiadamente.
—¿Entiendes lo que te estoy ofreciendo?— preguntó Tsunade tras dar tiempo a la joven de procesar sus palabras.
—Sí, mi lady, y me honra profundamente— asintió Sakura inclinando respetuosamente la cabeza.
—Bien, pero te advierto que no ser fácil, puede que quieras rendirte desde la primera prueba, pero te garantizo que valdrá la pena, si pones tu voluntad en ello— sonrió la Senju, complacida al no ver dudas o titubeos en la joven.
—No dude que mi compromiso es indisoluble; y no necesito que sea fácil, solo que sea posible— confirmó la Haruno, menos siendo ese su elemento.
—Bien— decirse complacida era un eufemismo para la rubia, —nos veremos todos los días, búscame en tus momentos libres a partir de mañana— instruyó, recibiendo completa obediencia de la joven. —Dile a Kakashi y tu compañero que entren— agregó teniendo algo que hablar con ellos presentes en este caso.
Asintiendo e inclinando respetuosamente la cabeza, ya cumpliendo de antemano cualquier orden que la Quinta Hokage le diese en su calidad de maestra, Sakura retrocedió sus pasos hacia la puerta, cabizbaja pero sin darle la espalda a la Hokage, abriendo la puerta y volviendo la mirada mientras indicaba tanto a Sasuke como a Kakashi Sensei que ingresaran, y quienes no tardaron en hacerlo, siendo el Hatake el ultimo y quien se encargó de cerrar la puerta tras de sí, ahora los integrantes del Equipo 7—en ausencia de Naruto obviamente—se acercaron hasta detenerse a un par de pasos del escritorio de la Quinta Hokage, que los observó atentamente. La resolución de Tsunade con respecto a Sakura ya estaba clara y no solo porque su fallecido Sensei, el Tercer Hokage, ya hubiera decidido promoverla a Chunin sino también porque la había visto entrenar con el Uchiha mano a mano, sin chakra, sin habilidades y visto que tenía todas las características que se esperaban de una Chunin; el caso de Sasuke Uchiha era muy distinto, hasta donde Tsunade estaba informada su combate contra Kankuro de la Aldea de la Arena había sido el último justo antes de que comenzase la invasión por parte de Orochimaru, mas pese a no haber llegado a una conclusión oficial, el Tercer Hokage había celebrado la habilidad, fiereza y talento del joven Uchiha, era el único Genin a quien había reconocido fuera de a Shikamaru Nara, y Sakura pero fuera de los Exámenes Chunin. Además, Tsunade había conocido a Fugaku, el padre de Sasuke, y sabía de antemano el gran poder que el chico tenía que ofrecer a Konoha que era lo importante, y ahí debía estar su lealtad.
—Sasuke Uchiha, Sakura Haruno— reconoció la Quinta Hokage intercalando su mirada entre ambos jóvenes, que permanecieron con la frente en alto. —Debido a la suspensión del Examen Final, muchos opinaban que ningun Genin debía aprobar el examen, pero según me informaron, el Tercer Hokage hizo los mejores comentarios del combate de Sasuke y ya había autorizado la promoción de Sakura, lo que yo confirmó. Felicidades a ambos, desde este momento ambos son Chunin— declaró informándolos a ambos de sus nuevos rangos y que los sorprendió visiblemente. —El único otro Genin que será promovido será Shikamaru Nara, pero quiero evaluar su caso más detenidamente— agregó, instándolos a ambos a mantener el secreto hasta que ella tomara una decisión.
—Gracias, lady Hokage— respondieron tanto el Uchiha como la Haruno, bajando respetuosamente la cabeza.
—Agradézcanse ustedes, y sigan progresando— animó la Senju, no teniendo mucho para decirles de cara al futuro.
Genin prometedores había muchos en Konoha, partiendo por Naruto Uzumaki y a quien sin embargo habría de exigirle más que a cualquier otro, no solo por estar lejanamente emparentados—él como Uzumaki, y su fallecida abuela a quien tanto había admirado, Mito Uzumaki, también lo había sido—sino también porque el joven rubio era hijo del Cuarto Hokage y alumno de Jiraiya, por lo que debía exigirle lo mismo que se le exigiría a un Hokage para promoverlo y eso era precisamente lo que haría, nada de trato suave. Pero también había otros grandes prodigios, entre los que estaba Sasuke Uchiha y que, Tsunade estaba informada, era el más reciente foco de atención por parte de Orochimaru; conocía a su antiguo compañero de equipo, mas ya no aquello de lo que era capaz, no desde que había sido responsable de la muerte del Tercer Hokage, e interiormente le asustaba los extremos a los que Orochimaru pudiera llegar para conseguirlo y que el chico Uchiha pudiera ser una víctima fácil de atraer con el incentivo apropiado, por lo que promover a Sasuke a Chunin era un premio a la par que un ofrecimiento directo a Orochimaru para probar hasta donde podía llegar, después de todo el Uchiha no era un corderito indefenso y a su edad debería comenzar a probar donde estaba su lealtad. Inclinando respetuosamente la cabeza ante la Hokage y no teniendo más que hacer ahí, el Equipo 7 procedió a retirarse, Kakashi cerrando la puerta tras de sí y no tardando en sonreír bajo la máscara cuando Sakura corrió y brincó de emoción por el pasillo, con Sasuke siguiéndola tranquilamente con las manos en los bolsillos. Tenían mucho que celebrar…
Respirar tanta paz y quietud en Konoha en ese momento era como observa run lago en calma, podía ser contraproducente porque no se sabía aquello que se encontraba en las profundidades, pero buscar la quinta pata al gato era incierto y escabroso teniendo en cuenta las grandes amenazas que habia en el fondo y por las que se estaba esperando—partiendo por los Akatsuki, aunque ello tomaría tiempo—, pero Naruto no quería pensar en nada de eso, concentrándose únicamente en su esposa mientras recorrían las calles de Konoha juntos, envolviendo uno de sus brazos alrededor de los hombros de ella. En los últimos días, desde la llegada de la Quinta Hokage a la villa, ambos eran prácticamente inseparables al redescubrir la intimidad de su matrimonio en esa línea cronológica, literalmente y fuera de las misiones que debían separarlos como Shinobis y a las que estaban volviendo a acostumbrarse—pues Hinata se dedicaba a ser esposa del Hokage, madre y ama de casa por deseo propio—, podían llamar a lo que estaban viviendo una segunda Luna de Miel y en que no debían pensar en sus hijos, sabiéndolos a salvo según condicionaba el jutsu, separando sus realidades y paralizando aquella de la que venían. Ambos literalmente no dejaban de sonreírse el uno al otro y suspirar plenos mientras caminaban, hablando de todo y de nada, solo disfrutando de estar juntos en tanto les fuera posible, no sabiendo cuando habrían de volver a separarse y no queriendo pensar en nada de eso para nada o solo arruinaría la felicidad que tanto valoraban.
—Estás muy feliz— apreció Naruto, sin perder detalle de la sonrisa de su esposa.
—Tengo muchas razones— asintió Hinata, solo sonriendo aún más. —Tú estás muy tranquilo— notó, lo que la hacía sentirse ineludiblemente feliz.
—Con la abuela Tsunade aquí siento que puedo relajarme un tiempo— admitió el Uzumaki, pudiendo bajar momentáneamente la guardia, —confió en que todo estará mejor...hasta que tenga que irme— ni siquiera quería pensar en eso.
—Me duele pensar en eso— suspiró la Hyuga, apesadumbrada con la sola idea. —¿Seguro que no puedo acompañarte? No seré una carga, lo prometo— obvió deteniendo sus pasos y volteando a verlo, esperando poder convencerlo.
—Sabes que no se trata de eso, sino de la real amenaza que son los Akatsuki en este punto— difirió el rubio solo para empezar, —y si bien confió ciegamente en tu fuerza, no me perdonaría si te pasara algo— aclaró cuando ella apartó la mirada, pues claramente no era lo que ella quería oír. —Te prometo que el tiempo pasara volando y luego ya no me apartaré de tu lado— aseguró entrelazando una de sus manos con la suya.
—Te tomo la palabra— asintió la peliazul, prometiendo esforzarse y ser paciente.
No es que quisiera irse, eso jamás y menos si habría de involucrar tanto tiempo lejos de su esposa de quien no deseaba separarse, la llevaría consigo de ser posible…pero no lo era; Sakura ya lo habia dicho, habia pasos que no podían saltarse en esa línea cronológica y uno de esos pasos seria su prolongada ausencia de dos años y medio entrenando con el Maestro Jiraiya, viajando y preparándose para enfrentar a los Akatsuki y que esperaba no fuera tan complicado de hacer con toda la preparación que ya tenía en ese cuerpo de trece años, y recordando las debilidades de los miembros a los que habia enfrentado en su línea cronológica original, mas no tenía ninguna forma de cerciorarse de nada de eso. Prometiendo dar todo de si para honrar la confianza que Naruto depositaba en ella y que involucraba ayudar a mantener la aldea a salvo si sucedía cualquier amenaza fuera de lo previsto—o si es que los Akatsuki decidían atacar antes de tiempo, lo que era muy posible—, una labor que obviamente también encomendaría a Sasuke y Sakura, pero a ellos no se los pediría de la manera en que estaba haciendo con ella, sin palabras y dejando todo en sus manos, con una confianza sólida y que le recordó lo importante que era para él como su esposa e irreemplazable. Aunque observando a su esposa completamente embelesado, nada impidió que Naruto sintiera una firma de chakra muy particular, oscuro, no podía definirlo con palabras o identificar a la persona en concreto, pero le era familiar y estaba convencido de que habia sentido ese chakra antes.
—¿Qué pasa?— Hinata advirtió la duda en ojos de su esposo, por lo que activó su Byakugan, detectando un chakra oscuro a lo lejos, en los campos de entrenamiento.
—Conozco ese chakra— fue todo lo que Naruto pudo decir, intentando entender de quien se trataba y abriendo los ojos como plato en el proceso. —¡Son los Ninja del Sonido!— comprendió finalmente entre con un jadeo y un grito de sorpresa.
—Démonos prisa— apremió la Hyuga de inmediato, temiendo lo que pudiera pasar.
Mentalmente Naruto intentó convencerse de que aquello debía tratarse de un error, ni siquiera los habían seleccionado para la misión a la Tierra del Té como en su línea cronológica original, Kakashi Sensei aún estaba en la aldea y la Abuela Tsunade solo llevaba unas semanas en Konoha, ¿Cómo es que Orochimaru habia decidido enviar a sus esbirros a Konoha en ese momento? Las cosas se estaban adelantando y en ese momento Naruto no supo interpretar si aquello era algo bueno o algo malo, corriendo velozmente por la calle en dirección hacia el campo de entrenamiento que usaba el equipo 7, sin necesidad de voltear y comprobar que Hinata lo seguía y más cuando ella alcanzó su ritmo sin problema, manteniendo el Byakugan activado y siendo que marcara el camino a seguir. No es que desconfiaran de las capacidades de Sasuke y Sakura, todo lo contrario, sabían bien de lo que ambos eran capaces, pero no podían ignorar que esos cuatro sujetos eran esbirros de Orochimaru y que tenían consigo la Marca de Maldición, en esa línea cronológica Naruto, Hinata, Sasuke y Sakura tenían deficiencias insondables por los cuerpos en que estaban y que deberían ir transgrediendo lentamente, lo que llevaría más tiempo, por lo que el temor del matrimonio Uzumaki era justificado. En medio de su veloz carrera, Naruto realizó la posición de manos del jutsu de invocación, haciendo que un pequeño sapito apareciera en sus manos y al que indicó buscar a Kakashi Sensei e informarle de lo que estaba pasando, tras lo que el sapito se alejó brincando.
No podían perder tiempo.
Todo habia comenzado muy bien esa mañana; Sasuke se habia colado brevemente en casa de sus suegros y dejado una nota sobre la mesa de noche de su esposa mientras Sakura dormía, invitándola a entrenar después del desayuno, la Haruno obviamente habia visto la nota al despertar y, luego de desayunar con sus padres y Karin, no habia tardado en unirse a él en el habitual campo de entrenamiento del Equipo 7, ambos entrenando sin chakra y tratando de superar físicamente al otro…mas habia algo extraño en el ambiente, ya hacían varias semanas desde que la Quinta Hokage estaba en la aldea, solo se respiraba calma y aunque todos estuvieran a gusto con ello, tanto Sasuke como Sakura sabían que no debían confiarse, la calma no estaba hecha para durar y finalmente ese día entendieron por qué, manteniendo la guardia alta mientras entrenaban, sintiendo finalmente como unos chakras desconocidos se acercaban y esforzaban por ocultarse, mas nada podía ocultar la tensión de saberse observados. Orochimaru no se daría por vencido, no tan rápido, ni aun cuando el mismo Itachi fuera quien lo amenazara y Sasuke ya lo sabía de antemano, interrumpiendo el entrenamiento tras intercambiar una mirada con su esposa y volviendo la mirada hacia la espesura del bosque y donde sabia se encontraban los Cuatro Ninja del Sonido; Kidomaru, Sakon, Tayuya y Jirobo…puede que todo estuviera sucediendo de manera diferente en esa línea cronológica, pero ni Sasuke ni Sakura habían olvidado que debían esperar por la llegada de esos sujetos, sin inmutarse por su presencia.
—El día parecía muy prometedor, pero tenían que aparecer— suspiró Sasuke con voz evidentemente molesta y observándolos duramente.
—No parecen sorprendidos de vernos— notó Sakon con una confiada sonrisa ladina.
—Estábamos esperando que aparecieran— confesó Sakura sonriendo sínicamente.
—Les advierto que no estoy de humor y que no me hago responsable de lo que vaya a pasar— previno el Uchiha, despreciándolos enormemente.
—Lo mismo digo— respaldó la Haruno, para nada a gusto con la presencia de esos tipos, —¿Dos y dos?— consultó observando a su esposo por el rabillo del ojo.
—Juguemos a la gallina con estos imbéciles— concordó el pelinegro de inmediato. —No te contengas— advirtió a su esposa, conociendo bien a estos sujetos.
—Tampoco tú— secundó la pelirosa con una disimulada sonrisa ladina.
Ambos tomaron caminos separados; Sakura intercambiando una última mirada con su esposo por el rabillo del ojo antes de alejar sus pasos a una distancia más que prudente para que cada uno tuviera su espacio y de igual forma los Cuatro del Sonido no tardaron en dividirse en lo que creían una distribución adecuada, dejando a Kidomaru y Jirobo para enfrentar al Uchiha, con Tayuya y Sakon para encargarse de la pelirosa por considerarla automáticamente inferior. Comportándose como haría un león al juzgar críticamente a un oponente o amenaza, Sasuke se quedó inmóvil en su lugar y esperando el primer ataque de ambos Ninja del Sonido y que lo rondaron como alimañas, cerrando los ojos un momento tanto para brindar una falsa sensación de seguridad como para mantener su mente serena y así concentrarse, oportunidad que obviamente Jirobo no dudo en aprovechar, arrojándose directamente contra él, algo que no extrañó en nada al Uchiha conociendo lo arrogante que este era, por lo que no tardó en dar una voltereta en el aire para evadir a este cuando pretendió atacarlo, aterrizando sobre su espalda y enviándolo de golpe al suelo con él encima, y sin una gota de misericordia ni mostrando titubeo alguno, Sasuke le arrancó ambos brazos antes de romperle el cuello con un seco movimiento, alzando la mirada entonces hacia Kidomaru a modo de silente amenaza y porque el enfrentamiento que viniera ahora sería solo entre ellos. Sin lamentar la muerte de su compañero ni inmutándose por ello, el Ninja del Sonido únicamente alzó las cejas al observar al Uchiha que aterrizó junto al cadáver de Jirobo sin apartar la mirada.
—Creo que lord Orochimaru se equivocó contigo, pequeño debilucho, que juega a ser un ninja en esta aldea mediocre— condenó Kidomaru sosteniendo la mirada al Uchiha.
—No, creo que yo me equivoque con él— difirió Sasuke teniendo su propia opinión. —Te dolerá mucho ser vencido por un mediocre— corrigió manteniendo su sonrisa ladina.
Aunque no creyera que ese niño mereciera su tiempo para usar la Marca de Maldición, Kidomaru activó su Jutsu de Oro Pegajoso de Araña, segregando un líquido metálico color dorado que se endurecía rápidamente en contacto con el oxígeno y que usó a modo de arma, creando una serie de lanzas con que atacó al Uchiha, que no tuvo problema en enfrentarlo, evadiéndolo velozmente cuando Kidomaru se arrojó contra él, no queriendo usar ningún arma, agradeciendo más que nunca su entrenamiento que Sakura y que mucho lo habia preparado para ese momento, evadiendo ataque tras ataque con su velocidad y no necesitando de la Marca de Maldición esta vez, y lo agradeció más que nunca. Percibiendo movimiento tras su espalda, Sasuke se volvió justo cuando Kidomaru pretendía atacarlo, por lo que él le arrebato una de las lanzas de las manos, actuando velozmente y enterrando está en el centro de su pecho a la altura del corazón, tomándolo por sorpresa una fracción de segundos antes de arrebatarle una segunda lanza, cortándole la yugular y no bajando la guardia hasta verlo caer. Desligado completamente de su esposa hasta ese momento, Sasuke por fin volvió la mirada solo para comprobar que ella no necesitaba ayuda; los cuerpos de los ahora muertos Sakon y Ukon estaban a un lado y en una dolorosa posición tras romperles la espina dorsal, y la pelirosa peleando actualmente con Tayuya, a quien habia desestabilizado con un golpe por la espalda y teniendo ahora sus brazos alrededor de su cuello en una llave, dándole una última oportunidad:
—Dame una razón para no romperte el cuello— amenazó Sakura forcejando con la pelirroja para no oprimirle el cuello más de la cuenta.
—No te atreverías, niña cobarde— gruñó Tayuya sin creerla capaz, aunque si sorprendida de su habilidad.
—No soy una cobarde— respondió la Haruno, tomando su decisión con esa sola respuesta.
Como Ninja Médico, era el principal deber de Sakura conocer de memoria y a la perfección todos los puntos débiles o sensibles del cuerpo, las arterias principales y donde cortar o suturar, los músculos y sus puntos tanto débiles como fuertes, así como los huesos y donde dañar o tocar para causar o reparar algún daño de ser posible, eso habia sido lo principal a aprender luego de a restaurar la vida de criaturas menores en sus primeros días de entrenamiento, pero Sakura no encontraba satisfacción en conocer nada de esto, cerrando los ojos un momento y dejando libre un suspiro antes de usar su fuerza maximizada con su control de chakra, rompiendo el cuello de Tayuya como tanto habia amenazado y arrancándole la cabeza rápidamente al no ser lo primero una muerte segura para cualquiera, alejándose del cuerpo y que dejo caer al suelo mientras observaba la cabeza rodar hasta detenerse contra una roca, con una expresión vacía en los ojos y que aseguraba su muerte. Al margen de todo hasta ese momento, Sasuke se acercó lentamente a su esposa por la espalda, anunciando su presencia con el eco de sus pasos antes de situar una de sus manos sobre los hombros de ella en señal de apoyo pues sabía que tomar una vida no era satisfactorio para Sakura en grado alguno, para ninguno de los dos y por lo que la atrajo en un abrazo y así permanecieron ambos hasta que un Jonin finalmente llego al lugar, alertado por los chakras desconocidos y tras lo que no tardaron en llegar también Naruto y Hinata, ante lo que el jonin corrió a avisar de lo ocurrido, mas ni aun así Sasuke dejo de abrazar a Sakura, apoyando su mentón sobre su cabeza…
Observando el exterior de brazos cruzados y a través de los amplios ventanales de su oficina, Tsunade por un lado se sentía plena ante la serenidad que se percibía en la aldea y que habia aprendido a amar como no recordaba haber hecho en los años en que habia vivido ahí; tenía una casa muy cómoda que se encontraba muy cerca y donde vivía con su discípula Shizune—la misma en que habia vivido y que era herencia de su fallecido padre—, pero gran parte de su jornada diaria estaba programada por adelantado y en la Torre Hokage, tratando de librarse constantemente de mucho trabajo administrativo y papeleo con que Shizune intentaba ayudarla. Podía con el papeleo, habia sido Ninja Medico desde su juventud y perfeccionado su propio sistema de clasificación, de hecho estar tan atareada era bueno ya que le recordaba a su amado Dan, él le habia enseñado su método de clasificación y ella lo habia perfeccionado con el paso de los años, además ser Hokage le daba tranquilidad ya que así lo recordaba constantemente y se veía haciendo todo lo que él habría hecho de haber cumplido su sueño o su adorado hermano Kawaki; cumplir los sueños de otros le daba sentido a su vida y dormir poco por el trabajo de Hokage la ayudaba a sentirse útil. Pero nada en ese momento la distrajo de la hora y que comprobó del reloj sobre su escritorio, Sakura llegaba treinta minutos tarde de lo usual para su sesión de entrenamiento y se caracterizaba por ser puntual, Tsunade habia despejado su jornada de trabajo por las próximas horas por lo mismo.
—¿Está nerviosa, mi lady?— preguntó Shizune situándose a su lado y cargando a Tonton.
—Sakura ya debería haber llegado— suspiró Tsunade únicamente y sin saber que pensar.
—Quizás su entrenamiento con Sasuke duró más de lo previsto, pero confió en que llegara pronto— intentó sosegar la pelinegra, confiando en la pelirosa.
—No lo sé, tengo un presentimiento extraño— fue todo lo que la rubia pudo responder antes de que llamaran a la puerta. —Adelante— consintió en voz alta, pero no fue Sakura quien ingresó en la oficina. —Kotetsu— reconoció invitándolo a hablar.
—Debo reportar una situación, lady Hokage— inició el Hagane recibiendo el consentimiento de la Senju. —Sasuke Uchiha y Sakura Haruno acaban de ser atacados por cuatro Ninja del Sonido— comunicó finalmente, impactando a ambas mujeres.
—¿Qué?— aquello tomó por completa sorpresa a Tsunade, que habia estado observando por la ventana. —¿Cómo están?— preguntó temiendo que hubiera ocurrido lo peor.
—Asombrosamente ilesos, salvo por uno que otro golpe— contestó Kotetsu igualmente sorprendido que las mujeres al escucharlo, —Kakashi se dirige hacia aquí con ellos ahora— agregó, omitiendo que la heredera Hyuga también se encontraba con ellos.
Volviéndose hacia la ventana otra vez y como si quisiera corroborar que la paz que proyectaba la aldea era solo un espejismo, y más con todas las amenazas que aún estaban rondando por causa de su antiguo compañero de equipo pese a no ser el único, Tsunade enterró brevemente el rostro entre sus manos, buscando pensar, pero siéndole enormemente mantener la cabeza fría en ese momento, ¿Cómo hacerlo? Por un lado, estaba Orochimaru, que ella sabía tenía sus ojos puestos en el Sharingan del clan Uchiha y no era una novedad, no sería el primer ni el ultimo criminal del Mundo Shinobi en fijarse en algo tan preciado y cada vez más escaso—habia solo dos Uchiha en el mundo Shinobi, hasta donde se sabía, ambos hermanos—, y de los cuales solo uno era teóricamente "accesible", pues el otro estaba en Akatsuki y acercarse era básicamente imposible o peligroso en extremo. ¿Qué hacer?, ¿Qué hacer? Tsunade no dejo de repetírselo una y otra vez, intentando pensar y cubriendo distraídamente sus labios con una de sus manos al momento de volverse hacia su escritorio, disimulando lo mejor posible sus emociones y que se repitió mentalmente que era lo que un Hokage debía hacer, su abuela Mito se lo habia enseñado y ella habia sido esposa y cuñada de Hokages. Le asustaba no poder anticiparse a los peligros a la par que saber que su ahora alumna, a la que se habia vuelto muy apegada en poco tiempo, inevitablemente se vería vinculada a ello por estar en lo que parecía ser una discreta relación romántica con el ultimo Uchiha.
—Esa alimaña de Orochimaru, no espero ni un momento— gruñó Tsunade estampando con medida fuerza sus manos sobre su escritorio.
—Debimos esperar que hiciera algo como esto— consideró Shizune única e igualmente sorprendida.
—Nos confiamos— asintió la Senju antes de esbozar una sonrisa ante la idea que se le ocurrió. —Creo que tengo la idea perfecta para mantener a los dos tortolos vigilados a la par que evitar que algo como esto vuelva a pasar— mencionó en voz alta volviendo brevemente la mirada hacia Shizune, quien la observó con confusión. —Retírate, Kotetsu— despidió al jonin, agradeciendo su información.
—Sí, mi lady— asintió el Hagane inclinando la cabeza antes de volverse y abrir la puerta. —Llegaron— anunció a la Quinta Hokage, volviendo la mirada por sobre su hombro.
—Que pasen— consintió la Senju manteniendo una expresión estoica en su bello rostro mientras tomaba asiento ante su escritorio.
Volviendo a inclinar ceremoniosamente la cabeza ante la Quinta Hokage a modo de despedida, Kotetsu abrió la puerta e invitó pasar al Equipo 7 antes de proceder a retirarse, cerrando la puerta tras de sí; el primero en ingresar fue Kakashi al frente del grupo y básicamente a su lado ingresaron Sasuke quien envolvía uno de sus brazos alrededor de los hombros de Sakura, y tras ellos Naruto junto a Hinata que inclinó respetuosamente la cabeza ante la Hokage. Serio y calmado como siempre, Sasuke únicamente alzó la mirada una vez hacia el escritorio de Hokage, inclinando la mirada, pero sin alejar su atención de Sakura con una actitud protectora que Tsunade nunca habia visto, perfectamente tranquilo, casi demasiado y lo que la hizo verlo más maduro de lo que era, pues un chico de trece años como él quizás debería estar algo nervioso, pero a él ni siquiera le temblaba el pulso; Sakura por otra parte se veía muy afectada aunque no de modo infantil sino como quien presenciaba batallas y no estaba a gusto con ello, puede que hubiera salido ilesa del combate—no tenía siquiera polvo o cortadas y eso era mucho que decir teniendo en cuenta que se habia enfrentado a esbirros de Orochimaru—, pero se mostraba cabizbaja y nada orgullosa de lo que habia hecho, como si hubiera tenido que hacer algo nada agradable para su conciencia y por un momento Tsunade deseó tener los detalles de cómo habían salido heridos los Ninja del Sonido, mas dispuso mentalmente hablar del tema con ella cuando fuese posible y la Haruno accediera a abrirse al tema.
—La noticia que me dieron me sorprendió enormemente— admitió Tsunade, observando al grupo desde su escritorio, —pero debo confesar que ya barajaba que esto sucedería; teniendo en cuenta sus ambiciones, es de esperar que Orochimaru esté interesado en el Sharingan de los Uchiha— mas ahora era evidente que toda precaución era poca.
—Pues no los tendrá— refutó Sasuke de inmediato y sin duda en su voz, —estos ojos son únicamente míos, y no estarán a su servicio— solo para proteger a su esposa, y por ende de Konoha si es lo que ella quería.
—Sasuke, vives solo en tu apartamento, ¿No es así?— preguntó la Senju con una sonrisa de satisfacción al verlo asentir. —Sakura, he decido que te mudaras con Sasuke indefinidamente a partir de hoy— anunció y ante lo que la mirada de la Haruno se iluminó. —No podemos bajar la guardia con ninguno de los dos, no después de lo que pudo suceder hoy. Entiendo si les es abrupto, mas es necesario— justificó tanto a ambos jóvenes como para Kakashi y Naruto como parte del Equipo 7.
—Entendemos, lady Hokage— sosegó Sakura esbozando por primera vez una sonrisa.
Habia visto muchas escenas escabrosas durante la Cuarta Gran Guerra Shinobi como Ninja Medico, esperar lo contrario sería tonto de su parte y por lo que pronto se habia vuelto insensible al valor de la vida humana, al menos en ese tiempo, ya luego habia venido la paz tras sellar a Kaguya, el establecimiento de su Clínica de Salud Mental, su matrimonio con Sasuke, tener que dirigir el Hospital de Konoha y criar a una hija, ello la habia suavizado o la habia obligado a transmitir los mejores valores e ideales posibles para su hija, a la par que transmitir la mejor imagen de si al exterior como actual Matriarca del Clan Uchiha, por lo que hacía años que no tenía que ser tan brutal en una pelea y la asustó lo mucho que podía disfrutarlo. Otros podrían asustarse con algo así, pero no Sasuke, él sabía que se habia casado con una Kunoichi consumada, una Sannin como él y la única que conocía lo peor de él sin pensar en salir corriendo en el proceso, ¿Qué clase de imbécil seria él si le temblase el pulso al respecto? Estaba orgulloso de Sakura, de lo fuerte y capaz que era, así como de confirmar que no debía mirar por sobre su hombro estando en una pelea, porque ella siempre las ganaría todas, pero en ese momento fue él quien ganó la mayor pelea y debió hacer un enorme esfuerzo para no sonreír ladinamente al saber que por fin las pesadillas se esfumarían indefinidamente hasta que regresasen a su línea de tiempo, porque volvería a tener a su esposa en sus brazos y sin que nadie objetase nada, ni Kakashi con su actitud sobreprotectora, ni sus suegros con sus normales aprensiones.
Ambos volverían a compartir el mismo techo y la misma cama.
Tener que informar de la decisión de lady Tsunade a sus padres habia sido más fácil de lo que Sakura hubiera creído, y le fue relativamente fácil disimular la gran alegría que sentía por la sola idea de volver a compartir indefinidamente el mismo techo, mesa y cama que Sasuke en esa línea de tiempo; no habia usado la situación en su beneficio, en absoluto, realmente le pesaba haber tomado la vida de los Ninja del Sonido y más la forma en que se habia librado de ellos, pelear una guerra a la joven edad de dieciséis años en su línea cronológica tenía sus consecuencias y ella, como todos, aún debía aprender a vivir con ello. Sus padres lo tomaron sorprendentemente con calma, asintiendo tan pronto como ella resumió todos los acontecimientos que habían tenido lugar ese día hasta ese punto, disimulando una sonrisa en el momento en que sus padres casi saltaron al escuchar su relato del enfrentamiento con los Cuatro Ninja del Sonido, lo que hizo que los ojos de sus padres se dirigieran hacia Sasuke, un paso tras suyo y con las manos en los bolsillo, aparentemente despreocupado, mas ella podía palpar su nerviosismo ante la idea de no ser del agrado de sus suegros en esta ocasión, pero como siempre sabia como ocultarlo bajo su habitual fachada de indiferencia. Una nueva integrante de la familia Haruno a esas alturas, Karin intercaló su sorprendida mirada entre Sakura, a quien agradecía ver ilesa, y Sasuke a quien observó impresionada por superar todo lo que ya se sabía de él, mas no pudiendo evitar sentir aprensión porque Sakura tuviera que irse de casa.
—Te extrañaremos mucho— susurró Mebuki atrayendo a su hija en un afectuoso abrazo por la sola idea de tener que dejarla ir.
—Mi pequeña niña era una inocente Genin hace solo unos meses, luego se convirtió en Chunin y ahora se ira de nuestro lado para vivir con un muchacho— se lamentó Kizashi visiblemente apesadumbrado, no queriendo admitir que su hija estaba creciendo.
—Los chicos crecen apenas nos damos la vuelta— corroboró la matriarca Haruno al romper lentamente el abrazo, sonriendo a su hija. —Entendemos las órdenes de la Hokage, mas hemos de admitir que nos tomó por sorpresa— aclaró ante la mirada de culpa que su hija les dirigió y no querían que se hiciera una idea equivocada.
—También a nosotros— secundó Sasuke interviniendo finalmente, —pero tienen mi palabra de que Sakura estará a salvo, no dejare que le suceda nada— era una promesa incondicional de su parte y que no dudo en verbalizar en ese momento.
—Ni yo a él— respaldó Sakura volviendo la mirada hacia su esposo por sobre su hombro.
—Pero vengan de visita— condicionó Mebuki, no queriendo perder el contacto total con su hija, pero respetando la autonomía que estaba adquiriendo.
—La casa se sentirá muy grande— asintió Kizashi esperando conmover a su hija y que no dudo en acercarse a abrazarlo.
—Lo prometo— aseguró la pelirosa disfrutando lo más posible de la protectora sensación de los brazos de su padre a su alrededor. —Por cierto, Karin ocupara mi habitación desde ahora— condicionó al separarse de su padre y acercándose a la pelirroja. —Si no te molesta— obvió entrelazando sus manos con las suyas y viéndola asentir emocionada.
—Desearía que no tuvieras que irte, pero lo entiendo— asintió la Uzumaki antes de atraerla en un efusivo abrazo que hizo sonreír a la pelirosa. —Cuídate mucho— deseó, confiando en que estaría a salvo con Sasuke.
—Lo haré— sonrió la Haruno en medio del abrazo, dando todo de si para que su amiga fuese feliz en esta oportunidad.
La despedida habia sido emotiva y Sasuke no pudo evitar apreciarlo, le reconfortaba el corazón cuando estaba ausente de Konoha saber que habia mucha gente pensando y preocupándose por Sakura cuando él solo podía manifestarse mediante cartas o recuerdos de sus momentos juntos, lo que le permitió contener su sentir egoísta y dejar que su esposa disfrutase la despedida antes de abandonar su hogar en dirección a su apartamento. Como toda chica de trece años y pese a que mentalmente en ese punto fuera veinte años mayor, Sakura no disponía precisamente de pocas cosas que llamar propias y ello se mantenía hasta su propia línea de tiempo; habia solo un contado número de blusas, vestidos, pantalones, zapatos que usaba habitualmente, y tenía muchas más desde que Sasuke la habia acompañado a ir de compras y habia pagado por ella, por lo que el equipaje a cargar hasta el apartamento del Uchiha no fue poco, Sakura cargando sin esfuerzo un pesado bolso atestado de ropa y Sasuke caminando dos pasos por delante de ella con dos bolsos idénticos, uno en cada mano, por lo que Sakura debió abrir la puerta para permitirle ingresar, cerrando la puerta tras de sí con una risa infantil a modo de disculpa por todas las molestias que él estaba aceptando para volver a vivir juntos. Lidiar con el peso del equipaje de su esposa no era en absoluto un problema para él, desde el punto de vista exterior tenía justificación pues habia sido decisión de la Quinta Hokage, pero interiormente y en verdad estaba feliz por volver a tenerla a su lado.
—Admítelo, esto es lo que querías— comentó Sakura dejando el bolso sobre uno de los sofás de la sala mientras lo observaba con una sonrisa.
—Sí, lo quería, pero no de este modo— confirmó Sasuke dejando los bolsos también sobre el sofá y encontrando su mirada con la de su esposa. —Al menos aproveche de hablar con tus padres y causar una buena primera impresión— y les habia asegurado que protegería a Sakura sin importar lo que pasara, y él se tomaba muy en serio esa responsabilidad.
—La mejor— aseguró la Haruno, acercándose para envolver sus brazos alrededor de su cuello. —Pero estoy feliz, así nos veremos todos los días hasta que uno de los dos se aburra— sonrió, pues sería como volver a experimentar sus primeros años casados.
—Eso no pasara— obvió el Uchiha rozando su nariz contra la suya, sintiéndose pleno y en calma por primera vez en mucho tiempo.
—Acomodaré mis cosas— se excusó la pelirosa cargando sin esfuerzo con los tres bolsos del sofá, —espero que tengas espacio en tu armario— comentó dirigiéndose a la habitación de su esposo y que ahora seria de los dos.
—Sabes que vivo ligero y eso nunca ha cambiado— recordó el azabache siguiéndola calmadamente. —Además, estaba esperando que vinieras pronto— agregó haciendo que su esposa volviese la mirada por sobre su hombro, conmovida.
Si lo que Sakura hubiera querido al momento de casarse hubiera sido a un hombre romántico, que la hiciera reír todo el día, que tuviera el más mínimo de los gestos tiernos y que siempre estuviera suspirando por ella como una diosa…se habría casado con Arsen Fukuda, su mejor amigo y que en su línea cronológica era jefe del Departamento de Investigación e Infiltración de la Aldea de la Hoja, el único hombre además de Sasuke cuyos sentimientos habia correspondido, hasta cierto punto, pero a quien no podía ver ni jamás vería de la misma forma que a Sasuke, quien insistió en ayudarla a desempacar al llegar a la habitación, abriendo los bolsos y procediendo a entregarle ropa, que ella ubicó al interior del espacioso armario y preparado de antemano para ella. Sasuke no era el hombre más romántico del mundo, no le decía que la amaba las veinticuatro horas del día, no escribía poesía, pero era evidente para Sakura que su esposo la amaba y muchísimo, se lo demostraba con acciones, con una veneración y un respeto que ningún otro hombre depositaria en una mujer a quien no amara, no podía concebir la existencia sin ella y se lo habia dicho al momento de su noche de bodas, le era incondicionalmente leal y únicamente era feliz de verdad cuando ambos estaban juntos, además, sabia como ser hermosa y asombrosamente tierno, a su manera, y se lo demostró en ese momento, fingiendo tenderle una nueva prenda que ella recibió por inercia, halándola del brazo y atrayéndola así si en un abrazo, ambos cayendo sobre la cama y entre risas…
PD: Saludos mis amores, me disculpo por la demora pero apenas tuve tiempo en estos días debido a mi trabajo, pero heme aquí finalmente por ustedes y como siempre esperando poder cumplir con lo que ustedes esperan de mi, agradeciendo su apoyo y deseando siempre que mi trabajo sea de su agrado :3 Las próximas actualizaciones serán "El Sentir de Un Uchiha", luego "A Través de las Estrellas" y finalmente "El Rey de Konoha" :3 Esta historia esta dedicada a mi queridísima amiga y lectora DULCECITO311 (dedicándole cada una de mis historias como siempre, disculpándome por tardar en actualizar), a mi hermosa Ali-chan1996 (adorando sus hermosos comentarios y dedicándole esta y todas mis demás historias por su amabilidad), a Guest (a quien dedico este fic de todo corazón por ser quien aprobó la historia en primer lugar) a abrilfrijo03gma (agradeciendo su aprobación y dedicándole esta historia), IxSpaceCadetxl (dedicándole esta historia como siempre y esperando que cada nueva actualización sea de su agrado), mei24 (agradeciendo que la historia sea de su agrado y dedicándole esta historia), a manu (prometiendo realizar fics o capítulos así más adelante, no tengas duda), a lari5 (disculpándome por tardar tanto en actualizar), a Nina Lee (agradeciendo su apoyo, y esperando que este nuevo capitulo sea de su agrado), a carlos29 (agradeciendo su amabilidad y dedicándole este capitulo), thaliacdr324 (esperando que la actualización sea de su agrado), Rouss (dedicándole este capitulo por su amabilidad), a Lucy.H2 (agradeciendo que el Sasuke que representó sea de su entero agrado), a Marcela2761 (esperando haber cumplido con sus expectativas y aceptando cualquier idea que tenga a bien aportar), a Arantxa Gallegos (agradeciendo contar con su aprobación), y a Ermac18 (esperando poder cumplir con sus expectativas y dedidcandole esta historia por lo mismo), a todos quienes siguen, leen o comentan todas mis historias :3 Como siempre, besitos, abrazos y hasta la próxima.
Romance NaruHina, Entrenamiento con Tsunade & Los Cuatro del Sonido: parto el capítulo hablando de la conexión especial entre Naruto y Hinata y que es de mi autoría, así como la pasión entre ambos y que permanece más oculta, es algo más tierno e inocente, muy diferente de lo que vimos en Naruto The Last—que no es viable para mí, por lo que no la adaptare en este fic, sino que relatare los acontecimientos como me hubiera gustado que sucedieran—y luego en Boruto donde tienen pocos momentos juntos. Luego de llegar a Konoha y asumiendo su rol de Quinta Hokage, la atención de Tsunade se focaliza en Sakura a quien convierte en su estudiante, apreciando sus veloces progresos y confirmando su promoción a Chunin y que no era oficial al momento de la muerte del Tercer Hokage, además promoviendo a Sasuke a Chunin también al reconocer sus habilidades y esperando probar su lealtad para con la aldea, que es sólida en comparación a la línea de tiempo original. También adelante el enfrentamiento con los Ninja del Sonido enviados por Orochimaru y que no murieron al momento de la invasión, sino que huyeron tras ser atacados, pero que como esbirros de Orochimaru ahora regresan con intención de llevarse a Sasuke y quien evidentemente no hace fáciles las cosas, volviendo a sacar ese lado tan cruel y brutal que tanto nos gusta de él, pero a quien también se une Sakura para enfrentar a los Cuatro del Sonido, aprovechando la instancia para tratar las consecuencias de la Cuarta Gran Guerra Shinobi en ella.
También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), y una posible adaptación alternativa de "Crepúsculo" que he comenzado a desarrollar :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3
