Durante la expedición #49, las puertas en el distrito de Trost se abrían demasiado lento para algunos soldados ansiosos por respirar el aire fuera de las murallas. La mayoría en la legión de exploración se habían unido por deseo de venganza hacia los titanes, otros porque querían ayudar a la humanidad, pero a este punto del camino se desanimaron y otros, culpaban a su estupidez.
Realmente pocos soldados estaban entusiasmados en estar en la legión exploración después de años de ver a sus amigos morir una y otra vez. Hange Zoe, una mujer que sus deseos de venganza se convirtieron en amor por estudiarlos, casi babeaba soñando despierta el atrapar un titan y estudiarlo a fondo.
· Que aburrido – Hange se quejó de la espera – ¡oye! Levi…
· La respuesta es no – inmediatamente respondió Levi.
· Ni siquiera dije nada…
· Ibas a pedirme que te ayude a atrapar a un titan – Levi sonó aburrido, esa mujer era tan predecible con su amor obsesivo que prácticamente podía escuchar sus pensamientos.
· ¿lo harás? – pregunto ilusionada.
· No, gracias. Es demasiado arriesgado.
· ¡ay! Estos hombres aburridos – reprocho Hange, estirándose encima de su caballo - ¿Y qué me dices tú, Mike?
El hombre decidió que estaba sordo ese momento, causando un pequeño mohín en ella.
Ya fuera de las murallas, todos miraban alrededor, atentos a los titanes que podían aparecer de la nada, pero Hange corría a toda velocidad, disfrutando por solo un momento ser libre de las murallas. Gritaba de gozo mientras sus manos estaban en el aire, dejando a su caballo correr a sus anchas.
· ¡eh! ¡maldita cuatro ojos! – le riño Levi a su lado - ¡toma las riendas y ponte en formación!
· ¡pero Levi…!
· ¡me importa un carajo lo que quieras! ¡vuelve a la formación y cuida tu maldito trasero!
Para cualquiera, esa reñida hubiera sido suficiente para avergonzar hasta el más veterano, pero a Hange no, solo le sonrió, sacándole la lengua, pero le hizo caso y volvió a la formación.
El escuadrón de Levi, veía temeroso a su capitán, refunfuñando enojado, sin dejar el lado de Hange para vigilarla y evitar que una de sus estupideces cobre vidas innecesariamente. Erwin Smith iba a la cabeza del movimiento a caballo, relajado de que al menos alguien vigile a esa mujer impredecible.
Iban en una misión de abastecimiento, llegando a la base militar en dos horas.
· Señora por favor, ya hablo de esto con el comandante de la legión, pero le dijo muy claramente que no – rogo Moblit, tratando de interponerse en el camino de su sargento al mando.
· Ese hombre es idiota por no ver que este asunto es de vida o muerte – dijo Hange, esquivando exitosamente a Moblit – voy a hacer que me escuche… ¡quiera o no!
Hange aparto con fuerza a Moblit y fue con paso firme a la oficina improvisada del comandante. Los susurros no se dejaron esperar mientras la ruidosa mujer pasaba por el lado de varios soldados, esos susurros no le importaban, ser la loca de los titanes no le importaba en lo absoluto. Moblit la perseguía, queriendo por milésima vez en el día ahorcar a su sargento.
Erwin ignoraba deliberadamente a Hange, con su vista fija en el informe que uno de sus hombres le daba.
· Oye Erwin, espera – exigió la mujer, golpeando la mesa con ambas manos – entiendo muy bien que la prioridad es establecer una base de suministros en el campo, pero el objetivo principal de la legión de exploración es averiguar qué son los titanes en realidad ¿no es cierto? – cuestiono Hange, cada vez más determinada pese a que Erwin la ignoraba – tú también debes estar consciente de eso.
· Oiga, sargento Hange – dijo Moblit – recuerde su posición, no debe hablarle así al comandante…
· ¡cállate! – le interrumpió molesta, volteando su cuello para reprender a su subordinado y luego volvió a ver a Erwin, quien seguía sin apartar la vista de los informes - ¡escucha! Para averiguarlo es absolutamente necesario capturar a uno de ellos… ¡tengo muy presente que eso suena imposible! – Hange remarco – la última vez que lograron capturar a un titan, debió ser hace más de quince años y esa hazaña nos costó veinte vidas… pero si tenemos miedo a las perdidas ¿cómo podemos avanzar?
· Bien soldados sigan levantando la base – finalmente Erwin se dignó a levantar su cabeza y observo frustrado la mujer - ¿Por qué no lo entiendes? No tenemos personal para una operación de captura… incluso antes de llegar aquí hemos perdido a diez elementos.
· Si… lo comprendo bien, pero…
· Hange – dijo Erwin con voz autoritaria – ya no insistas.
Erwin y dos de sus hombres salieron de la oficina improvisada y no voltearon a los ruegos de suplicas de Hange.
· Ay bueno, era de esperarse Hange – dijo arrogantemente Auro – desde el principio sabía que no te lo iban a permitir, ¡es una tontería! No podemos malgastar vidas tan solo para atrapar a un titan…
Auro no pudo seguir hablando por que Hange lo elevo lo suficiente en el aire, molesta de que una pobre imitación de Levi le diga que es correcto.
· ¡mira, imbécil! – Hange habló entre dientes – imagina que Levi te atacara para matarte… dime ¿Qué harías? ¿crees que podrías enfrentarlo?
· No… no podría hacer nada contra él – dijo Auro con voz ahogada - ¡suéltame! Me estas ahorcando.
· ¡te equivocas, si puedes! – asevero Hange con una mirada loca - ¿quieres saber cómo?... investigándolo muy bien… si lo observas podrás saber qué comida no le gusta, qué mujeres le interesan, cuántas veces va al baño… ¡podrías darte cuenta de muchos detalles más! De esa manera encontraras su punto débil.
· Claro que sin esa información sí que estarías… perdido – continuo Hange con autosuficiencia – y te mataría.
· ¡Hange! – Petra dijo con voz suplicante.
· ¡sargento Hange! – Moblit le demando – ¡fue suficiente!
Hange chasqueo la lengua y luego soltó a Auro, dejándolo caer con fuerza en la tierra – disculpa, creo que me di a entender – y luego se fue caminando como la charla anterior no haya sido nada más que amistosa.
· Sargento Hange ¡espere! – Moblit volvió a perseguirla. La tarea principal de Moblit consistía en perseguirla y evitar que se meta en líos o meta a otros en ellos, no le iba muy bien, pero era el único que parecía soportarla en sus momentos más histéricos.
En el tejado, Mike estaba comiendo un pan seco cuando de pronto su detecto un olor peculiar, dirigió su mirada al bosque cercano y vio un árbol sacudirse fuerte, sin esperar más lanzo una bengala roja al cielo.
· ¡un titan, en el bosque! – gritó, avisando a todos que debían proteger el perímetro.
· ¡sargento! ¡no puede ir sola! – Moblit intento sin éxito que Hange se acercara a su caballo y saliera a toda velocidad por el titan.
· ¡Erwin! Deja que yo me encargue – insistió Hange, cabalgando velozmente hacia el bosque.
· ¡Levi! – Erwin llamo a los gritos, pero este ya estaba en su caballo en camino a rescatar una vez más a Hange.
· ¡idiota! – susurro Levi, persiguiendo los pasos de ella.
Hange localizo fácilmente al titan, deseándole un buen día como si no fuera a comerla si le diera la oportunidad. El titan de siete metros empezó a perseguirla, acción que hubiera conseguido pavor de los demás, pero Hange se río de felicidad.
· Oye ya que estamos paseando tranquilos ¿quieres venir a la muralla? Serás mi… - Hange cambio de carril a su caballo, escapando por segundos del agarre mortal de un titan - ¡ey, tranquilo!
El titan se dio un golpe de frente con un árbol, al intentar atraparla.
· ¡ouch! Oye ¿estas bien? – se preocupó Hange. El titan rápidamente se puso de pie y volvió a la carrera en perseguirla - ¡eso, muy bien! ¡sígueme!
Una bengala roja distrajo al titan que quería Hange, Levi ahora era el foco de atención del titan.
· ¡por aquí! Estúpido – llamo Levi.
Él y su escuadrón redirigían la atención del titan para salvar a Hange.
· ¿Qué haces? ¡no interfieras! – Hange gruño, volviendo a captar la atención del titan – sí, eso es, ven por aquí – le insto con cariño al titan.
Detuvo su caballo cuando se dio cuenta que el titan se dio la vuelta repentinamente, internándose en el bosque.
· ¡oye! Pero no te vayas – Hange perseguía al titan, sin que este de señal de querer comerla - ¡oye! ¿a dónde vas?
Levi y su escuadrón la seguían de cerca, con cuchillas en mano. Hange perseguía al titan.
"¿ está buscando algún lugar?" – cuestiono Hange en su mente – "eso es extraño, incluso para un anormal"
En la persecución, llegaron a un claro. El titan se dirigió al árbol que estaba en medio del claro y de la nada, comenzó a darle cabezazos.
· ¿Qué? – Hange se bajó del caballo y se acercó al titan - ¿Qué te pasa? ¿para qué viniste aquí?
El titan volteo a verla, furioso y quiso atraparla, Hange tuvo segundos para activar su equipo tridimensional y aterrizar en una rama más alta que el titan.
Hange jadeo de sorpresa – por poco – dijo, ya en la rama.
Hange salto en frente del titan a unos cuatro metros de distancia y lo observo con curiosidad.
· Oye, ¿Qué te pasa? – le preguntó, avanzando pasos cortos – cuéntame sí.
Un cable se insertó en el cuello del titan.
· ¡lo tengo! – celebro Auro en el aire, apuntando sus cuchillas hacia el cuello del titan.
· ¡Auro, espera! – le rogo Hange, distrayéndolo por un segundo.
Segundo que fue suficiente para que el titan lo agarrara y estuviera a punto de quitarte la cabeza de un mordisco. De repente el brazo que agarraba a Auro fue cercenado, Levi era tan rápido que no se le vio de donde venían sus ataques hasta que el titan estuvo en pedazos en el suelo.
Toda esperanza de Hange de llevarlo a cerca de Trost y estudiar a ese hermoso espécimen se rompieron mientras cada miembro de su cuerpo era cercenado.
Hange jadeo con dolor al ver el titan a sus pies. Auro aún estaba en la mano del titan, con ojos llorosos.
· ¿está bien? – Levi le pregunto a Auro mientras limpiaba enérgicamente sus cuchillas.
· Capitán – sollozo Auro – ya casi me llevaba.
Hange perdió la fuerza en las piernas y se lamentó en llanto por la pérdida de su sujeto de prueba.
· Mi sujeto de prueba – Hange observaba triste al titan que se iba desvaneciendo - ¡pobrecito! Me lo mataron… si lo hubiéramos capturado, la humanidad podría haber tenido un adelanto sin precedente.
Levi gruño al escuchar cómo se lamentaba por que haya matado a su titan, y la vida de su soldado le no hacia ni cosquillas a la culpa. Camino a pasos largos hacia esa mujer tan despreciable por el momento y la atrajo por la solapa de la camisa con fuerza, terminando cara a cara con Hange, quien no lucia para nada asustada.
· Idiota cuatro ojos, si quieres convertirte en excremento de titan no me importa – Levi escupió en su cara - ¡muérete si quieres! Pero no dejes que tus subordinados corran peligro por tu estupidez.
Hange, aun sostenida por Levi, lo observo como si hubiera dicho algo tonto y corrigió – ay, bueno, pero los titanes no defecan – Levi la observaba atónito – no tienen órganos digestivos.
Levi chasqueo la lengua, furioso y la empujo con fuerza hacia el suelo.
· Oiga, capitán – Petra llamo la atención de Levi, con sorpresa en su voz.
· ¿Qué pasa?
· ¿eso es algo que hizo el titan? – Petra tenía la mirada clavada en el árbol en medio del claro - ¿no verdad? ¿cómo… es que podría hacerlo?
· ¿Qué? – Levi miro a su subordinada confundido - ¿de qué estás hablando?
Petra, casi petrificada, señalo el árbol en medio del claro. Su mano temblaba mucho.
Dentro del tronco del árbol se podía ver un cadáver en los huesos, sin cabeza, con el uniforme de la legión de exploración. Auro aulló del miedo.
Hange se acercó al tronco y trepo sin problema hasta llegar al hueco que el titan había creado minutos antes.
· Un brazalete de la expedición 34 – dijo mientras observaba con cuidado el brazo – este soldado murió hace un año, su nombre era… - observo con más cuidado, pero le costó leer – Il.…se Lannarc – Hange soltó el aire que contenía sin querer – es increíble ¿Por qué habría hecho esto el titan? – pregunto, mirando directamente a Levi.
Levi, escaneo el lugar, hallando en pocos segundos una libreta que le dan a todos los soldados para escribir lo que pasa durante las misiones, lo tomo entre las manos y abrió con delicadeza.
· Levi… ¿Qué es eso? – le pregunto Hange.
· Estos son… los apuntes de Ilse Lannarc – Levi dijo son sorpresa – es su diario.
Volvieron a la base en construcción y dieron el informe de lo que paso dentro del bosque, del shock por la acción inusual del titan, ni siquiera le intereso si Hange haría otra estupidez. De vuelta en la ciudad de Trost, no vio ni el rastro de la loca de los titanes. Tener paz por una semana fue relajante, ya que ella era la única que se atrevía a molestarlo.
Estaba viendo con una sonrisa una escoba nueva cuando distinguió sus pisadas, esas pisadas que ahuyentaban su paz interior, sin embargo, no fueron hacia él, si no que siguió calle adelante y se perdió en la esquina.
Cuando termino la compra de sus nuevos artículos de limpieza, y se dirigía al cuartel general, Auro le pidió permiso de hablar con Hange, Petra también quería hablar con ella, con un resoplido frustrado, Levi accedió.
La esperaron por un callejón que sabía que ella pasaría.
Se hicieron presentes los sonidos de pasos, Levi no necesito ver quien era, ya lo sabía.
· Hola comandante – Auro saludo con voz quebrada por la vergüenza.
· Hola, que milagro – Hange puso sus manos en su cadera - ¿Qué acaso quieres seguir bajo mis ordenes?
· Quisiera disculparme – dijo Auro – por lo que pasó… si no hubiera metido la pata hubiéramos capturado a ese titan… eso hubiera sido más útil para la humanidad, en comparación mi vida no vale nada, así que yo…
Hange de un movimiento lo agarro con fuerza del morrillo que cargaba, respirando cerca del rostro sorprendido de Auro. Ella bajo la vista apenada y no pudo mirarlo más a los ojos.
· No, soy yo quien te debe una disculpa – dijo Hange – casi te matan por mi imprudencia… lo siento mucho, te pido por favor que no vuelvas a decir que tu vida no vale – Hange levanto la vista - ¿entendido?
Abrió los ojos en shock cuando se dio cuenta que no midió su fuerza y sin querer le dejaba sin aire. Lo soltó en un segundo y este cayo de espaldas.
· Ay, ay – Hange jadeo aprensiva – ay no, eh… eh ¿estas bien?
· ¡Auro! ¡reacciona por favor! – pidió Petra.
Una sonrisa estaba tirando de los labios de Levi. Esa mujer casi nunca conseguía controlar su fuerza.
· Por cierto – Levi le informo mientras caminaban hacia el cuartel – Erwin aprobó tu proyecto.
Levi miraba con aburrimiento hacia el frente, cuando sintió los brazos de Hange, abrazándolo mientras aullaba de felicidad. Se la saco de encima de inmediato, pero eso no cambio el buen humor de Hange.
