Yuzu nunca había pensado en la oportunidad de ser la única testigo de un milagro. Eso fue lindo, era demasiado encantador para admirarlo. La gata mágica incluso suspiró y sonrió, no pudo evitarlo. ¿Qué estaba mirando con una sonrisa tan grande en su rostro?
Maki estaba profundamente dormida sobre la mesa del kotatsu en su habitación. A su alrededor, notas y libros esparcidos, latas de bebida energetica por el suelo y sus gafas casi se le caen de la cara. La pelirroja estaba junto a la ventana, sus brazos le habían servido de almohadas y su respiración era tranquila y pacífica. La doctora parecía un ángel.
Las actividades en el Santuario terminaron más tarde de lo habitual y Yuzu buscó a alguna de sus amantes después de sus labores como Caballero de Athena. En el momento en que la encontró, la colombiana sonrió y entró silenciosamente al cuarto. No había nadie más en el apartamento. Maki tomando una siesta era realmente algo raro. Era la primera vez que Yuzu la vio durmiendo.
"Debes estar cansada", pensó la pelilila con una sonrisa.
La gata mágica no quería despertarla.
Incluso si Maki se veía muy linda durmiendo así, Yuzu era consciente de que su amante estaba cansada después de la larga semana. El hecho de que Maki fuera sucesora de la familia Nishikino y era líder de una unidad le dio suficiente trabajo extra, gran parte de su energía la gastó en operaciones, cirugías y un sinfín de cosas y el poco tiempo libre que tenía se lo dio a sus amigos más cercanos.
Pero a pesar de ello, la joven doctora siempre le ha dedicado tiempo y mucha atención a Yuzu todos los días.
-Eres tan adicta al trabajo como tus padres, Maki- dijo Yuzu con una sonrisa y en voz baja.
Se sentó a su lado y la miró a la cara. El hermoso rostro de su reina escarlata. La gata mágica tragó saliva y se sonrojó, no pudo evitarlo. Maki se veía tan hermosa. ¿Quién más ha tenido la oportunidad de descubrir otras caras en la pelirroja? Otras caras además de su educada sonrisa y su entusiasmo por aprender cosas nuevas. Yuzu fue la elegida, la única persona en este mundo que sabía todo sobre Maki, aparte de sus otras amantes pero ese no es el punto.
La gata mágica se sentó a su lado, no queriendo despertarla, también usó sus brazos como almohada y siguió mirando a su pelirroja con una sonrisa en los labios.
"Hermosa... Eres tan hermosa que no puedo creerlo".
La pelilila suspiró de nuevo. Maki era tan hermosa en su estado de sueño y era la única capaz de verla así. Tan hermosa. La colombiana no pudo evitar cepillar el cabello de su reina con sus dedos. Como siempre, estaba agradecida a Athena y demás dioses de ser una afortunada, quizás Maki estaba en lo mismo.
Ambas merecían de por sí a la mejor y más guapa persona por algo más que su apariencia.
Yuzu era fantástica, una gran persona, de alguna manera loca pero divertida. Un desastre andante que de alguna manera daba sus dotes de creatividad que hasta alguien diría que era una cursi, quizás una persona absurda y llegando a rayar en que era una persona rara pero... ¡Que importa! A pesar de ello, era su mejor encanto.
"¿Por qué alguien como tú estás con alguien como yo? ¿Por qué de entre todos me eliges a mí? ¿O quizás yo te elegí a ti entre todos?", Yuzu se preguntó y luego frunció el ceño al recordar cada vez que una persona la invitaba a salir y Maki los rechazaba para ir con ella
De acuerdo, eran por cuestiones laborales pero eso en ocasiones la molestaba,
-Quiero decir... ¿Por qué me elegiste si pudiste tener a quien quieras? Querías a Nico y ella a tí, tenían un futuro prometedor pero...- La gata mágica preguntó en voz baja tratando de no despertar a su querida reina escarlata- Nah, no me importa, ella ya tiene a alguien y es importante. Ambas estamos juntos y me alegro, eres de las cosas que yo amo en este mundo y eso me hace feliz, pero... ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Debería decirle? Maki no estaba segura de cuál fue el hilo de pensamiento que llevó a Yuzu a hacer esa pregunta, pero la respuesta era fácil de decir. Si pudiera responderle ahora mismo, la pelirroja le diría que fue porque la amaba y en parte por su forma de ser.
La pelirroja despertó, pero no abrió los ojos, cuando sintió algo en su cabello y un olor familiar cerca de ella. Estaba a punto de despertar de todos modos, así que la colombiana no la molestó en absoluto.
"Debo despertar o la asustaré", pensó la doctora y estaba lista para hacerlo, pero Yuzu siguió hablando en voz baja.
La pelirroja intentó con todas sus fuerzas resistir el deseo de escuchar los pensamientos secretos de su gatita mágica, pero no pudo evitarlo. Ella se quedó quieta.
-Me hiciste feliz cuando me elegiste...- dijo la pelilila con una pequeña sonrisa en sus labios, incluso se sonrojó- Pero a pesar de eso, a menudo siento que no te merezco, como si te hubiera arrebatado de Nico y te habría dado algo que quizás no querías.
"Soy yo la que piensa que no te merezco" respondió Maki en silencio. Ella casi se sonrojó también.
-Tus labios son bonitos- dijo Yuzu con la voz perdida, estaba bastante perdida en sus pensamientos y en el hermoso rostro de su amiga.
La pelirroja entró en pánico.
"¡Por favor no me hagas esto o yo...!"
Maki pudo sentir un suave toque en los labios y no necesitó ver nada más para darse cuenta de que era el pulgar de Yuzu. La doctora sintió un escalofrío en todo el cuerpo pero aguantó.
-Soy una afortunada en tener a alguien como tú. Si no estuvieras con Nico pero estarías con otra persona, ¿Que sería de tí?- dijo la gata mágica con un profundo sonrojo en todo su rostro, volvió a bajar de voz- Si fuera un chico o quizás en otros universos o dimensiones, ¿Saldrías conmigo?- La pelilila bajó sus orejas- Bah, de que estoy hablando, tú y yo solo seríamos un caso de entre un millón.
Maki casi respondió 'sí', pero el momento mágico se rompería y Yuzu seguramente no podría decirle nada más. Mentalmente la chica le rogó a la gata mágica que detuviera esta tortura, ella sí quería 'despertar' y besarla tan fuerte como siempre quiso. La pelirroja resistió la tentación como una campeona.
"Tus labios se ven tan suaves. Quiero sentirlos", pensó la colombiana y pudo evitarlo, su rostro se acercó al de su reina pelirroja.- "Me pregunto si podría..."
El corazón de Maki se volvió loco cuando sintió el aliento de Yuzu sobre ella. Tan cerca. La pelirroja estaba lista para darse por vencida y besar a su querida gata mágica sin sentido.
Por otro lado, la pelilila estaba lista para besarla.
En eso una canción comenzó a sonar en la lejanía mientras ambas estaban con sus rostros unidos como si hubieran detenido el tiempo quizás por ese instante, instante que compartían hasta el final de sus vidas.
(...)
TRES DORITOS DESPUÉS...
Maki comenzó a moverse de su asiento mientras Yuzu estaba precisamente de pie ante ella. La pelilila había aprovechado para recoger y ordenar los papeles, tirar las latas a la basura y dejar los lentes sobre la mesa del kotatsu.
Yuzu estaba sonriendo al ver a su reina escarlata descansar luego de un duro día de trabajo. Maki pudo bostezar y miró a su gata mágica. Ella también estaba sonriendo. Ninguna de los dos dijo nada al respecto.
-¿Yuzu? ¿Qué pasó?
-Jajaja...- La colombiana se rascó nerviosamente la parte posterior de su cabello- Perdón, no quería despertarte pero es que te hice de cenar.
-¿Ya es de noche?- La pelirroja miró la hora en su teléfono y asintió con la cabeza a su pareja. Podía sonreírle y poner todas sus cosas dentro de su bolso- ¿Sabes? Quiero tomarme un sancocho.
-Me alegro que lo preguntaras. Justamente estoy haciendo eso.
La pelirroja sintió su rubor calentando sus mejillas pero no importaba, no había equivocación en estar con alguien como Yuzu.
-¿Quien te ayudó?
-Homura. La cena corre por su cuenta- le respondió con una sonrisa.
Hablar de comida fue suficiente para levantar el ánimo de Maki. El humor habitual de Yuzu devolvió sus energías perdidas.
-¿Qué estamos esperando? ¡Vamos!
La doctora tomó la mano de su gata mágica quien la llevó al comedor y corrieron juntas. Ambas chicas sonrieron.
"Que eso sea así por siempre", pensaron ambas chicas y sonrieron aún más.
