Recuerdo ese rostro.
Incluso en medio del infierno, puedo recordar muy bien su rostro.
Tenía lágrimas en sus ojos dorados por haber salvado a alguien.
Una persona que estaba honestamente feliz desde el fondo de su corazón.
Se veía tan feliz que parecía como si él, y no yo, fuera el salvado de este infierno.
- Estoy tan ... Tan aliviado ... Estoy aliviado de que estés bien. - Esa persona había dicho en ese momento mientras sujetaba mis manos.
Y después ... Aunque estaba al borde de la muerte, el sujeto estaba tan agradecido que me hizo sentir envidia.
- Gracias por estar bien ... Gracias por vivir. - El había dicho con una gran sonrisa.
Dijo que estaba agradecido de haber salvado a alguien a la final, agradecido de haber salvado lo más importante.
Y así, el Dios Todopoderoso del Universo ...
Había sido salvado de si mismo por un niño humano.
Parecía un sueño ... Pero era realidad.
Ese había sido mi destino.
Ese había sido mi ...
Karma.
...
Luego de la tormenta viene la calma. Esa sería la mejor frase con la que se podría describir la ciudad de Fuyuki posteriormente de aquel inédito incendio devastador que cobró la vida de quinientas personas, en conjunto a los daños materiales que costarían miles de millones de yenes.
Pero eso era una historia completamente diferente a la que venimos a contar aquí, en este nuevo amanecer de un brillante día luego de aquel desastre. A la final, no importaba que adversidad golpeará, los humanos incluso si caían, encontrarían la forma de volver a levantarse una vez más y seguir hacia adelante.
Eso era la Humanidad, algo tan grande que no se podía expresar completamente en toda su extensión en insignificantes palabras.
Pero bueno, se que este tipo de cosas no les importa, pero simplemente hago esto para extender el texto. Prosigamos con la historia.
En este nuevo día para Fuyuki, el cielo de azul inmaculado sin ninguna nube blanca se extendía hacia el horizonte donde nuestra vista se pierde admirandolo, el sol se manifestaba en lo más alto del cielo otorgando luz y calidez a las plantas, animales y humanos en este precioso día.
Y ahora mismo, ese condenado astro hacia lo que más le gustaba hacer ... Despertar a las personas con un rayo de luz que se filtra milimétricamente por las cortinas blancas de cierto hospital.
- ¡¿Huh?! - Ese fue el leve quejido de molestia que salió de un cierto niño en una cama de hospital.
El niño pelirrojo parpadeó un par de veces cuando la luz del sol lo golpeó directamente en su rostro.
- 'Es demasiada luz ... ' - Se quejó el niño mentalmente por la especie de jugarreta que el sol le jugaba. Como si su vida no estuviese lo suficientemente llena de infortunios.
Era una simple luz que lo despertó al golpear en sus ojos y no deberíamos ponernos serios con eso, pero luego de tanto tiempo dormido el chico no estaba acostumbrado a ella y le tomaría unos momentos para adaptarse.
- ¿Eh? - Pero cuando los ojos del niño lograron adaptarse al fin a la luz solar y de las luces de la habitación donde se encontraba, el pequeño infante no pudo evitar quedarse sorprendido al percatarse de ciertos detalles.
¿Y cómo no estar sorprendido? Había sido despertado por un molesto y brillante sol, en una muy incómoda cama desconocida, en una habitación completamente desconocida. Aunque en esta situación singular cualquiera en su posición habría entrado en pánico, sin embargo, la habitación era tan blanca y limpia que el niño se sintió seguro.
- ¿Donde estoy ... ? - Murmuró el niño desconcertado, aunque se sentía seguro, eso no significaba que no estuviese confundido por la situación en la cual se encontraba.
El pequeño pelirrojo miró hacia los alrededores percantandose que era una recámara bastante grande y había muchas camas iguales que la que ocupaba el niño en la habitación. Ocupando aquellas camas habían personas postradas en ellas, y todos parecían estar heridos, pero no enfermos. Todos ellos eran personas que igual que el se habían salvado de aquel incendio por cualquier circunstancia. Ese hecho hizo que el niño se relajará.
Hasta que se percató de algo.
Una familiar cabellera turquesa estaba postrada en los pies de su cama, a quien le pertenecía aquel cabello singular era a aquel joven que lo había salvado del derrumbe de ese edificio.
El peli turquesa estaba sentado en una silla junto a la cama y tenía los brazos cruzados encima de la cama y su cabeza encima de ellos como si fuesen una almohada, usaba una bata de hospital igual que el pelirrojo además de llevar varias vendas por lo que el niño pudo ver.
Parecía haber estado a su lado todo este tiempo.
Por alguna razón ese pensamiento le provocó al pelirrojo un poco más de seguridad, y quizás un poco de euforia.
El niño volteó su vista hacia la ventana, para observar lo que había afuera. El vio el brillante cielo azul, que era increíblemente hermoso a sus ojos marrón miel, y mientras observaba afuera de la ventana se puso a reflexionar.
No le tomo mucho comprender las cosas, no en toda su extensión pero si lo esencial.
El había sobrevivido a un terrible incendio, pero el fue salvado por aquel joven de cabello turquesa y al igual que este último estaba envuelto en vendas. Oh, y sus padres habían muerto, el recordaba brevemente destellos de sus padres gritando para sacarlo de su hogar en llamas.
En conclusión, estaba solo.
Había sido un pensamiento un poco demasiado frívolo y algo pesimista, pero como no había más niños en una situación similar a la suya, no tuvo de otra que aceptar el hecho.
Pero había un problema. El hecho de que el aceptara rápidamente la situación no significa que no se preocupara por el por venir de ahora. Era un niño completamente solo ahora, su futuro ahora era incierto en este punto.
Y justo en ese momento, el había despertado. Justamente en el momento en que el pelirrojo se había comenzado a preocuparse de lo que sucedería después.
El peli turquesa despertó ruidosamente.
- ¡Wah! - El joven se levantó mientras comenzaba a estirarse. - ¡Ack! Duele ... - Se quejó el chico de dolor por sus heridas.
El niño lo miró directamente, preguntándose porque no estaba en su propia cama descansando en vez de estar en una posición tan incómoda.
Pero cuando el peli turquesa se percato de que el pelirrojo estaba igual de despierto que el, casi le saltó encima.
- ¡Estas despierto! - Exclamó el acercándose demasiado al niño.
Las pupilas doradas se habían vuelto cruces de de oro por la emoción que sentía el joven, para gran consternación del pelirrojo. El jamás había visto un fenómeno ocular tan extraño en su vida.
El joven se percató de la reacción del niño y lo aparentemente renuente que estaba de hablar, por lo tanto se separó un poco para darle espacio mientras se reía entre dientes con nervios, un sonrojo suave apareció en sus mejillas por su vergonzosa e infantil actuación.
- Lo siento, lo siento. Es que me tomaste por sorpresa, aunque los doctores dijeron que te despertarias a su debido tiempo, llevabas tanto tiempo inconsciente que no pude evitar sorprenderme. - El joven de cabello y ojos extraños había explicado, antes de mirar fijamente al niño que había salvado. - ¿Como te sientes? -
El pelirrojo tardó un poco en responder. - Bien ... Supongo. -
Esa respuesta le sacó una leve sonrisa al joven, a pesar de que su rostro tenía una expresión algo melancólica. - Eso es bueno. -
Luego la habitación había quedado en silencio, con el peli turquesa mirando al espacio de manera reflexiva mientras el pelirrojo no sabía que decir hasta que el niño miró fijamente por unos instantes a su salvador. A pesar de ser un completo desconocido para el pelirrojo, no pudo evitar sentir seguridad con él, se sentía como un extraño pero divertido hermano mayor que cuando menos te lo esperas ... Su personalidad podría voltearse ciento ochenta grados para tu mala suerte.
- ¿Quien ... Quien eres? - Le había preguntado el niño tomando por sorpresa al extraño joven al haber sido sacado de sus pensamientos sin previo aviso.
- Bueno ... Hehe ... - Se pasó una mano por la nuca algo nervioso. - Pues creo que te parecerá un poco extraño mi nombre debido a que soy extranjero, pero me llamo ... -
Dan Mori.
Ese sería el nombre de aquel sujeto que se volvió mi familia.
Luego de aquel incendio, de un día para el otro me había vuelto ... El Hermano de un Dios.
...
Pasaron los días, y tanto Shirou como Mori se habían mantenido juntos hablando con el para pasar del tiempo.
El pelirrojo se había enterado que el peli turquesa tenía diecisiete años, por lo tanto seguía siendo menor de edad al igual que el niño. Por lo tanto, ambos estaban en el mismo barco incierto donde podrían terminar en un orfanato por un tiempo aún mas incierto hasta que una improbable incierta familia adoptara a alguno de los dos.
- Escapemos del hospital. - Comenzó a decir el peli turquesa. - Vayamos al bosque, la ley nunca nos logrará atrapar ahí, ¡Ese es mi terreno! - Había dicho en broma Mori ... O al menos eso esperaba Shirou, porque la seriedad con la que el joven de ojos dorados había dicho aquello lo hizo dudar si en verdad era una simple broma.
Afortunadamente para ambos menores de edad, alguien había venido para ayudarlos con eso.
Un hombre había llegado cuando la situación sobre su destino empezaba a ser más grave, el había llegado en el día que le habían retirado los vendajes y ya era capaz de comer sin la ayuda diligente y sorprendentemente cuidadosa de Mori.
- Ya veo, gracias. - Le dijo el hombre al doctor, antes de dirigirse hacia donde se encontraban Mori y Shirou.
Traía una gabardina negra arrugada encima de un traje oscuro, tenia el cabello despeinado de color negro junto unos oscuros ojos. El hombre, que era un poco más joven que el doctor, se sentía más como un hermano mayor que un padre, al igual que el peli turquesa.
- Hola, ustedes son Shirou-kun y Dan-kun, ¿No es así? - Dijo el hombre con una sonrisa que parecía fundirse con la luz del sol de aquel día. Su amigable voz lo hacía ver algo sospechoso, pero no parecía tener malas intenciones detrás.
- Ugh, Dan es mi apellido y no me gustan las formalidades. - Fue lo primero que había dicho Mori en respuesta. - Puedes llamarme Mori simplemente. -
- Oh, ¿Es así, eh? Me disculpo, hace un buen tiempo que no visitó Corea, así que olvidé algunos detalles. - Hablo el peli negro ignorando la forma tan informal con la que el joven hablaba. - Entonces, será Mori-kun, ¿Te parece? -
El susodicho sonrió. - Mucho mejor. -
Shirou a veces pensaba que su compañero era un poco demasiado despreocupado.
- Bien, chicos. Seré directo y se los preguntaré sin rodeos. ¿Que prefieren? ¿Ir a un orfanato o bien que este hombre que nunca antes han visto en su vida los adopté a ambos? - Dijo el peli negro soltando aquella sorpresa para ambos huérfanos, cosa que en verdad los había tomado por sorpresa.
¿Y cómo no sorprenderse? Como bien había dicho aquel individuo sospechoso y desconocido que quería adoptarlos, parecía un sujeto poco fiable y sin un futuro claro.
Mori no lo cuestionó para nada, pero Shirou tuvo la curiosidad de preguntarle si era pariente suyo o algo así. Pero simplemente recibió la respuesta de que era un completo extraño. Aunque debía ser preocupante, en estas circunstancias daba mucho más de lo mismo. No sabían nada de ese hombre como tampoco sabían nada del orfanato, además, se habían ahorrado el tiempo de ser adoptados.
Así que tanto el peli turquesa como el pelirrojo aceptaron ir con el sin mucho problema.
- Ya veo, eso es bueno. Entonces, prepárense rápidamente, ambos se deben acostumbrar a su nuevo hogar. - El tipo comenzó a empacar las cosas de Shirou con rapidez, mientras que Mori hacía lo mismo con las suyas.
A los ojos del pelirrojo, la manera de empacar del sujeto que los adoptaría era realmente terrible, el niño estaba casi seguro de que el podría empacar mejor. Incluso Mori, alguien despreocupado era mejor haciendo dicha tarea ... Bueno, solo un poco mejor haciéndolo.
Luego de unos minutos, después de que el hombre hiciera un desastre empacando hizo una expresión de haber recordado algo.
- Oh, me olvidé de mencionar algo importante. Tengo que decirles una última cosa antes de que vengan conmigo, ¿Les parece bien? - Anunció el hombre de cabello negro, provocando incertidumbre y algo de suspenso.
Incluso el joven de ojos dorados se ánimo a escuchar lo que el sujeto tenía que decir.
El hombre voltea a mirar a ambos con una expresión alegre. - Mi nombre es Emiya Kiritsugu, y para resumir ... Soy un mago. - Lo dijo en un tono bastante serio que rozaba la exageración.
Pero el efecto ocurrió en tan solo un instante. Como todo un niño ingenuo, Shirou creyó en sus palabras sin ninguna prueba al respecto.
- Wow, eres increíble, viejo. - Lo dijo el pelirrojo con ojos brillantes de emoción.
Kiritsugu le respondió con una sonrisa por su ingenuidad infantil antes de salir de la habitación del hospital, tenia otras cosas que hacer para terminar de adoptar a ambos jóvenes además de los procesos para que los den de alta del hospital, afortunadamente gracias a los contactos que tenia todo eso debía resolverse en pocas horas.
Así que tanto Shirou como Mori quedaron solos en la habitación con los demás pacientes en cama.
Entonces el pelirrojo volteó a ver a su nuevo "hermano" por mera curiosidad, el susodicho no había hablado mucho algo extraño por su parte. Pero cuando el niño miro al peli turquesa ... Lo encontró haciendo un puchero infantil.
- ¿Como se atreve ... ? - Murmuró entre dientes. - Emocionar tanto a mi Shirou-kun ... ¡Esto no se quedará así! -
El susodicho tenia una gota de sudor cayendo por su frente por el actuar algo infantil del joven de extraños de ojos dorados. Cuando este último se percató que era observado por su nuevo hermano menor le sonrio.
- Al parecer somos familia ahora, ¿Eh? - Dijo Mori con una expresión un tanto nostálgica, como si recordara momentos del pasado. Pero al poco tiempo sacudió esos pensamientos y se acercó a Shirou con algo en sus manos, dicho objeto lo colocó encima de la cabeza del pelirrojo tomándolo un poco con la guardia baja. - Digamos que este es ... Un pequeño regalo para conmemorar la ocasión con mi querido y nuevo otouto. - Una gran sonrisa se hizo presente en su juvenil rostro, haciendo visible sus grandes colmillos. - ¡Oh, y una cosa más, yo soy un dios! -
El niño pelirrojo se desconcertó ante la acción como también las extrañas palabras de su nuevo hermano, al parecer se sintió celoso de Kiritsugu cuando Shirou lo admiro por ser un mago, así que al parecer el peli turquesa decidió no quedarse atrás ... ¿Aunque era necesario auto plocamarse un dios? Eso era un poco demasiado exagerado. Pero el niño decidió no cuestionar a su salvador, más que todo para no hacerlo sentir mal, así sin molestarse por ello miró hacia la ventana donde podía ver medianamente su reflejo y de esta manera descubrir lo que Mori le había entregado como un presente de unión fraternal.
Shirou abrió ligeramente los ojos en reconocimiento. - Wow, esto es ... -
El peli turquesa le sonrio de manera frívola. - Cuídalo bien, es una de mis posesiones más preciadas. -
Un antifaz, un antifaz verde oscuro estaba encima de la cabeza del pelirrojo, un poco más arriba de su frente, en su cabello. Era el antifaz que Shirou había visto caer de la cabeza de Mori cuando lo había salvado de aquel edificio que se derrumbaba.
La posesión más preciada de aquel que alguna vez fue Jin Mori.
- Es increíble, gracias pero ... ¿Y tú? ¿Que usarás para dormir? - Le pregunto el niño por curiosidad a su nuevo hermano. No lo mal entiendan, el en realidad se sentía agradecido por aquel regalo pero no quería que Mori se deshiciera de algo tan preciado por él.
El susodicho se sobresaltó por aquella pregunta, eso lo había tomado por sorpresa. Pero finalmente respondió levantando su mano derecha, donde en su muñeca se encontraba una tela verde atada en ella, cosa que sorprendió un poco al pelirrojo ya que no se había percatado de dicha tela con anterioridad hasta ahora.
- Ahora no necesito dormir. - Mori hizo un puño con su mano mientras sus ojos dorados se volvían cruces brillantes. - Solo seguir hacia adelante. -
Esa respuesta simplemente confundió mucho más al niño, pero no cuestionó mucho más a su nuevo hermano mayor.
- ¡Bien! - El peli turquesa se estiró y de un salto se puso de pie desde su silla, como se podía ver el joven estaba completamente curado y de seguro no habría problema alguno para ser dado de alta cuando volviera Kiritsugu en unas pocas horas. Tiempo suficiente para darle al joven cierto márgen de tiempo para pensar y reflexionar referentes a ciertas cosas. Cosas que su nuevo hermanito no podía saber ... Al menos no por ahora. - Ahora si me disculpas, saldré un momento a la azotea. Necesito aire fresco, estos muros blancos me están asfixiando. Asegúrate de tener tus cosas listas cuando llegue el viejo. - Con eso dicho, el joven extraño de singulares y brillantes ojos dejó la habitación hacia su destino antes mencionado.
Shirou dejo salir un suspiró algo exasperado estando aún en su cama. - Es fácil para ti decirlo, tu no tienes nada que guardar. -
...
Cuando por fin Mori llegó a la solitaria azotea del hospital se apoyó con los brazos en la baranda. Se dedicó a mirar la gran extensión del cielo azul y el basto bosque de concreto en que se encontraba situado el hospital, la ciudad de Fuyuki, parecida e inherentemente diferente a Seul.
Y bastante parecido a su mundo.
Sep, el peli turquesa se había percatado de que se encontraba en otro mundo. A pesar de que no era el mono más inteligente del reino sabio incluso cuando portaba el magnífico título del Gran Sabio, Sosia del Cielo (Título auto proclamado obviamente), luego de haber pasado por tantas batallas, la pérdida de su abuelo y aquel incendio donde salvó al pequeño Shirou y había conocido a Kiritsugu por primera vez, le dio suficiente tiempo para reflexionar cada día hasta llegar a la conclusión de que ... Este no era su mundo.
Mori había nacido en el reino sabio, llegó al Rascacielos y descendió por todos los reinos celestiales, el había estado en el mundo humano antes de descubrir su verdadera identidad como Sun Wukong, y ahora que se percataba no se sentía igual. El aire, las personas ... El mundo en general era diferente a lo que recordaba.
Uno de los primeros indicios fue el hecho de que la fecha difería mucho con el de su mundo donde era 2012, mientras que aquí era 1994, una diferencia de casi dos décadas. Además, cuando tenia tiempo miraba las noticias internacionales y cuando hablaban de Corea del Sur, no había ninguna noticia al respecto al Ragnarok. En si, este mundo parecía casi pacífico.
Palabra clave, casi.
Aunque no haya pasado un Ragnarok, había ocurrido algo de menor magnitud pero igual de caótico que había provocado aquel incendio. Mori estaba bastante seguro de eso, pero aquella maldad y oscuridad ... No era nada del mundo humano, por lo tanto eso significaba que posiblemente había un lado oculto del mundo como en su propio mundo con prestatarios de poder, seres que trascendían a la humanidad y tipos locos.
El antiguo Rey Mono suspiró con cansancio antes de mirar la tela verde en su muñeca, accesorio que alguna vez había utilizado Hui Mori, su clon, la persona más original de todo el mundo entero.
- ¿Así te sentiste cuando nos separamos? Cuando tuviste que tomar mi lugar acompañando a Daewi y Mira ... - Hablaba con tristeza y empatía el dios caído, como si al fin pudo comprender y apreciar al clon que lo había ayudado en su combate contra Satanás. - Te sentías tan ... ¿Perdido? -
Perdió una guerra por su arrogancia y sus deseos de lucha contra el reino celestial. Había perdido a la persona que amaba a manos del Dios Supremo. Había muerto al cumplir su venganza. Aunque encontró una nueva familia y amigos con quienes contar, los había dejado a su suerte además de hacer sufrir a su clon al hacerlo esforzarse demasiado. Para posteriormente donde creyó que resolvió todo y había salvado al mundo del Ragnarok ... Todo se le fue arrebatado.
Sus cosas, sus amigos, su familia, Xuanzang ... Incluso fue desechado de su propio mundo a otro distinto, quizás obra del Santo Grial utilizado por Mubong Park.
Las manos de Mori apretaron con fuerza la baranda ante el pensamiento de aquel humano tan traicionero. A pesar de todo lo que hizo por el ... Pero a ese hombre solo le interesaba un mundo humano de humanos para humanos y para el bien de la Humanidad, un lugar donde por obvias razones el Rey Mono no pertenecía a los ojos aquel miembro de The Six.
Pero había algo que destacar, ahora mismo Jin Mori estaba muerto y solo quedó Dan Mori, un nombre que se le había ocurrido al dios caído para asi pasar página y representar lo que ahora era ...
El Rey Mono más Humano.
Si, el había perdido la mayor parte de sus poderes y tesoros divinos tanto por los efectos secundarios como consecuencias de su combate combate contra Satanás, la traición de Mubong y como también su arribó a este nuevo mundo para Mori.
Su Yeoui estaba roto y solo poseía una copia guardada en el interior de su oreja y con su peso más bajo posible. Los demás fragmentos y mitades del bastón que lo hacía tan temido por el reino celestial estaban dispersados en quien sabe donde.
Yongpyo, su gran armadura que lo hacía casi invencible ante cualquier amenaza había desparecido. El recordaba muy bien el porqué, el espíritu dentro de la armadura del Rey Dragón ya no lo consideraba digno de su protección.
Cuando llamaba al Geundoowun, la gran nube que podía cruzar mundos con facilidad para responder a su llamado no respondía para nada. Era como si hubiese perdido completa conexión con ella.
El Gourd, su calabaza mágica la había roto en miles de pedazos al enfrentar a Satanás.
Y finalmente el Círculo, el Núcleo de vida del anterior maestro del Séptimo Reino Celestial ... Estaba con Shirou.
Mori lo sabía, aquel extraño objeto esférico había viajado con él a este mundo ocultándose en su antifaz el cual se lo había entregado a Shirou. Pero a pesar de eso, aquella arma estaba completamente inactiva y no salía de su antifaz para nada aunque el ex Rey Mono pudiera sentir levemente su presencia ahí.
En pocas palabras ... Estaba perdido.
Pero no solo.
Shirou, aquel niño que había salvado, pero que en realidad el pelirrojo lo había salvado a él. Ese niño le enseño que no importaba que tan desesperada sea la situación, que tan oscuro fuese el camino, no importaba si había o no esperanzas o si quiera algún milagro divino ... Mientras no se rindiera al final todo habría valido la pena.
Quizás ahora ... Debía poner en práctica las palabras de Xuanzang y su abuelo Taejin. Amarse aunque sea un poco a sí mismo y no odiar a los humanos, después de todo, aquel pequeño niño humano lo había salvado de la auto destrucción al haber perdido sus ganas de vivir.
Así que seguiría adelante junto a el hasta el final.
Aunque personalmente no había querido que aquel hombre conocido como Emiya Kiritsugu se involucrará, pero eso era para menos. A pesar de que le recordaba un poco a Mubong Park, personas que consideraban que el fin justificaba los medios, si no hubiese sido por aquel hombre y aquel Tesoro Nacional tan poderosamente sagrado en sus manos, las heridas del pequeño Shirou hubiesen sido mucho más grave y hubiera tomado hasta meses recuperarse como a los demás sobrevivientes del incendio que apenas mostraban mejoras en su recuperación, mientras que el pelirrojo solo le tomó casi dos semanas recuperarse por completo.
Las rápidas recuperaciones de tanto Shirou como Mori habían dejado boquiabiertos a los doctores. Mori a pesar de que había perdido su poder y su cuerpo se encontraba aún devastado por haber utilizado el removedor de límite por doscientos cincuenta mil, aún tenia una mejor constitución física que la de cualquier humano en la tierra y había sanado con rapidez. Pero en el caso de Shirou era otra cosa, aquel Tesoro Nacional que aún seguía dentro de él seguía trabajando en su recuperación, ahora más lento pero seguía siendo igual de constante.
En pocas palabras, tanto Mori como Kiritsugu habían salvado la vida de Shirou, aunque el peli turquesa quiera o no reconocer aquel hecho, así que le debía una ... Y también había otra razón por la que había dejado que aquel hombre desconocido los adoptara a ambos.
Aunque fuese por un momento, aunque el se negara ... Mori había visto un reflejo de si mismo en Kiritsugu.
Alguien que a pesar de todo lo que hacía por los demás ... Terminaba perdiendo lo más importante.
Vio la pérdida, vio la frustración, vio la ira, vio la tristeza ... Vio los mismos deseos de morir reflejándose en aquellos ojos sin luz ni vida.
Se compadeció realmente del hombre, y cuando Shirou y Mori habían aceptado ir con el ... La gran sonrisa llena de euforia que había puesto no podía ser falsa, en ese momento Kiritsugu pareció ser el hombre más feliz del mundo ... Era una sonrisa que el recordó demasiado a Xuanzang y a Taejin cuando murieron.
Que a pesar de estar al borde de la muerte, ellos aún tenían algo que los hacía sentir vivos. Para Kiritsugu ese ancla de vida eran Mori y Shirou ... Mientras que para el dios caído ese ancla era solamente el pelirrojo. Por lo tanto ...
El antiguo rey mono suspiró antes de mirar el amplio cielo azul y levantar su mano hacia aquella extensión de color azul. Antes el era el Dios Todopoderoso de su mundo y ahora parecía simplemente un humano más en este nuevo mundo, pero ese pensamiento no lo desanimó simplemente lo alentó.
- Y aquí vamos otra vez. -
Mori dejó la azotea luego de terminar sus reflexiones, iba a volver con Shirou para acompañarlo mientras llegaba Kiritsugu listo para adoptarlos. Pero justamente algo le llamó la atención, una televisión que estaba transmitiendo el canal de noticias algo bastante interesante. Los pacientes y personal médico que miraban las noticias murmuraban o veían asombrados la TV, pero nadie estaba más perplejo que el propio ex Rey Mono.
- No ... No ... ¡No me jodas! -
- ¡Y en otras noticias! Pasamos con Hinata-san que se encuentra sobrevolando el mar de Japón, donde un pilar de piedra misterioso cayó hace unas semanas. -
- Gracias, Daiki-san. Ahora mismo sobre volamos el mar alrededor del pilar que cayó hace unas semanas. Los investigadores no han hablado mucho al respecto, pero al parecer esta compuesto de un mineral que no pertenece a ninguno de la tabla periódica. Además, los buzos nos han informado que el pilar ... ¡Literalmente se extiende hasta tocar el fondo del mar! -
- Vaya, eso es ... Wow. Muchas gracias por tu informe, Hinata-san. ¿Que será este extraño pilar que apareció de la nada? ¿Algo de la antigüedad que salió de nuevo a la superficie? ¿Será algo de origen extraterrestre? ¡Sintonicenos para más información! -
Al menos Mori ya sabía donde se encontraba uno de los dos extremos rotos de su Yeoui.
...
Kiritsugu había vuelto en un par de horas con todos los trámites listos y los adoptó cuando el hospital los dio a ambos de alta en ese mismo día. Desde entonces eran familia.
Emiya Kiritsugu.
Emiya Shirou.
Y Dan "Emiya" Mori.
Debido a su nombre coreano, el peli turquesa prefirió llevar aquel nombre como apodo que otra cosa. Y ya con eso listo, la nueva familia de tres salieron del hospital con unas ropas que Kiritsugu había comprado para ellos, sorprendentemente eran de las tallas adecuadas.
Mori tenía una camisa blanca con una chaqueta verde con bordes naranja, unos vaqueros azules y zapatos deportivos. La diadema de tela que había tenido Hui Mori, estaba aún firmemente atada en la muñeca del peli turquesa.
Por otro lado, Shirou tenía una camisa negra con una chaqueta roja con detalles y bordes amarillos. Pantalones negros y zapatos deportivos al igual que su nuevo hermano mayor. Encima de su cabeza cargaba el antifaz verde que Mori que había regalado con anterioridad.
Los tres fueron a buscar un taxi a su nuevo hogar, además de acostumbrarse a el, también tenían que ayudar a terminar las remodelaciones del lugar para que sea más habitable. Kiritsugu había aclarado que el había vivido temporalmente en otra parte de la ciudad por unos negocios y que se dedicaba a hacer trabajos alrededor del mundo, pero debido a ciertos sucesos que Mori supuso que se involucraban con el gran incendio, ahora se había dedicado a hacer unos pequeños negocios para comprar una casa nueva en Fuyuki y establecerse ahí definitivamente, además de dejar de lado un poco su trabajo en el extranjero.
Pero mientras buscaban un taxi, Mori pasó junto a un trío que el llamó la atención.
Parecían ser una pareja con su hija. Un hombre con cabello despeinado de color castaño junto a una mujer de largo cabello rojo, ambos sujetaban las manos de una niña de la misma edad que Shirou de cabello castaño oscuro que estaba entre ambos.
Parecían una familia común y corriente, pero ...
- 'Esa forma de caminar ... No desperdicia nada de energía.' - Analizó Mori con sus ojos a aquel hombre. - '¿Quien ... ?' -
- ¡Mori-nii! - Pero el llamado de Shirou sacó al susodicho de sus pensamientos.
Cuando el peli turquesa volteó cuando lo llamaron pudo ver al pelirrojo queriendo llamar su atención, con Kiritsugu a su lado con un rostro impasible. Al lado de ambos había un taxi, solamente esperaban por el.
Mori se volteó, pero no volvió a ver a aquel hombre con un caminar tan perfecto ni a la mujer, ni su aparente hija pequeña.
El ex Rey Mono se encogió de hombros antes de ir al taxi donde los llevaría a su nuevo destino.
- 'Al parecer este mundo tiene sus propios secretos también, ¿Eh?' - No pudo evitar pensar Mori con cierta emoción. Antes de ir directamente hacia el taxi donde lo esperaban.
Este sería un nuevo comienzo.
...
Habían pasado pocos minutos para que llegaran al lugar donde sería su nuevo hogar a partir de ahora.
La casa ... O mejor dicho mansión estilo japonés se encontraba ubicada en la zona Miyama de Fuyuki, donde se encontraban construidas casas viejas y edificios tradicionales como la nueva residencia Emiya. Ellos estaban específicamente en la sección de casas japonesas antiguas que tenían una montaña detrás por lo tanto hacia más frío, en la otra sección habían casas de estilo occidental donde extranjeros se asentaron alguna vez para un nuevo comienzo y son los hogares donde sus descendientes ahora morán.
Y cuando llegaron a su nuevo hogar ... Pues tanto Mori como Shirou se percataron de que había mucho trabajo por hacer.
El césped estaba descontrolado, la pintura se había caído, eran necesarias nuevas tejas para el techo, algunos pilares como muros parecían muy viejos entre otros detalles, lo único relativamente en buen estado era el cobertizo que estaba hecho de concreto.
Afortunadamente Kiritsugu ya tenia preparado un equipo de obreros que habían llegado a los pocos minutos del arribó de la nueva familia Emiya.
Y así comenzó el trabajo, y tanto el pelirrojo como el peli turquesa ayudaban. Mientras que los obreros se encargaban de todo el tema de construir y reparar cosas, Shirou se dedicaba a organizar cosas mientras Mori ayudaba a todos en general, moviendo cosas, cortando el césped, como también martillar ... Aunque debía medir mucho su fuerza porque en su primer intento agrieto la pared. Mientras el que sería el patriarca de la familia, Kiritsugu se encontraba sentado al frente de la casa supervisando todo el proceso mientras parecía reflexionar sobre algunas cosas.
Mori suspiró luego de mover varias tablas de madera. - Sabia que iba haber trabajo, pero no creí tanto. - Murmuró para sí mismo el joven mientras miraba a los obreros trabajar y a un Shirou organizando en donde estaría cada cosa.
De repente, escucha a alguien tocando la puerta de entrada al patio de la casa.
El antiguo rey mono miró a Kiritsugu. - Yo abro, no te preocupes. -
El hombre de cabello negro asintió en respuesta.
Así que de esta manera el dios caído camino hacia la entrada y procedió a abrir la puerta. Y se encontró con la vista de una chica al otro lado.
La chica era un poco más baja que Mori, de cabello castaño atado en una cola de caballo alta que le llegaba hasta el cuello. Tenia la piel ligeramente bronceada y ojos castaños claros. Ella parecía usar un uniforme escolar de alguna escuela cercana, que consistía en una camisa blanca manga larga con un chaleco marrón sin mangas, falta negra, medias blancas y zapatos negros. Lo más singular de la chica era que llevaba un shinai con un colgante de tigre en la empuñadura.
- Uh ... Hola. - Dijo Mori no esperando para nada que una estudiante tocara su puerta. - Soy Dan Mori, ¿Que se te ofrece? -
La chica miró al joven de pupilas doradas frente a él de arriba a abajo como si lo analizara, luego de unos segundos se dignó a responder.
- Soy Fujimura Taiga, vengo de parte de mi abuelo Raiga que quiere hablar con Kiritsugu-san por unos negocios. - Se presentó la chica ahora conocida como Taiga, además de expresar sus intenciones y la razón por la que estaba aquí.
- Oh, ya veo. Entonces, ven, pasa. Le diré ahora mismo al viejo. - Fue la respuesta frívola que el dios caído le dio antes de darse la vuelta para caminar rumbo hacia el peli negro y dejar que Taiga pasara.
Pero luego de unos metros, Mori siente una intensión hostil detrás de él mientras sus pupilas se volvían cruces doradas. Al instante con su pie levanta una escoba que estaba en el suelo para darse vuelta y bloquear un ataque entrante ... ¡Que le pertenecía a la propia Taiga que había atacado con su shinai!
El altercado llamó la atención de todos, haciéndolos el centro de atención.
- Mori-nii ... - Murmuró Shirou con una caja llena de cosas en sus manos mientras observaba desde lejos.
Kiritsugu volteó su mirada también hacia ambos jóvenes, aunque no parecía alarmado por la situación si se demostraba algo curioso por la actuación de la princesa Yakuza.
- ¡Hey, ¿Por qué hiciste eso?! - Exclamó Mori utilizando la escoba como bastón improvisado para detener el ataque de la chica.
Pero en vez de una respuesta, el peli turquesa recibió una sonrisa de la Tai ... No, en ese momento dejó de ser Fujimura Taiga, la princesa Yakuza ... Ella ahora era la Tigre de Fuyuki, la mejor espadachina de todo Fuyuki y todos los alrededores de la ciudad.
El ex rey mono no pudo evitarlo, pero vio algo de su amiga Mira en Taiga ... Y eso lo aterraba en verdad.
- Puedo verlo ... Puedo verlo muy bien. - Murmuró Taiga por lo bajo, poniendo nervioso al joven de ojos singulares. - ¡Tu eres un maestro de artes marciales! -
Esa declaración hizo ganar el interés de varios, pero especialmente del pelirrojo y el peli negro Emiya.
- ¿Qu ... ? - Apenas puro vociferar el antiguo gran sabio antes de que Taiga volviera hablar.
- Esa postura ... Esa forma de caminar ... ¡Incluso tú respiración! ¡No gastas energía innecesaria en ninguna cosa mundana! ¡Ese es otro nivel de artes marciales! - Exclamó Taiga apretando su agarre en la empuñadura de su shinai y dando un paso al frente haciendo que Mori retroceda. - ¡Esto me emociona! ¡Luchemos! -
Dan Mori solo llevaba al menos dos semanas en este nuevo mundo y apenas salío del hospital los problemas parecían esperar por encontrarlo.
Lo que no sabía es que esta sería la punta del iceberg.
El Dios Caído Sun Wukong tenia un largo camino lleno de baches por recorrer ahora ... Al menos no estaba solo, una fiel espada lo acompañaba en esta intensa travesía.
Este era ...
Su viaje destinado.
...
