Fue el silencio lo único presente en el gimnasio de la escuela, mientras que todos los presentes aún trataban de procesar lo que había sucedido hace unos segundos.
El delgado chico nuevo que a simple vista no parecía haber estado en una pelea en su vida, derrotó Nagasawa Takamaru el actual Suzaku, unas de las personas mas fuertes de toda Fuyuki y en muchas partes de la isla Kyushu, con tan solo un golpe que había incluso dañado la red del octágono.
Ciertamente el profesor de gimnasia tendría que pagar por esos daños.
Pero eso era lo de menos, porque el actual Suzaku había sido derrotado.
- Suzaku ... Fue derrotado ... -
- ¿Como es posible ... ? -
- ¿El nuevo siempre fue tan fuerte? -
- El es ... ¿El nuevo Suzaku? -
- ¡No, no lo es! - Exclamó el maestro de educación física saliendo de su estupor, su voz resonó en todo el gimnasio. El hombre se acerco a Mori con una emoción palpable a su alrededor. - ¡El es algo mas que eso, no tiene sentido clasificarlo con los demás dioses de Fuyuki! ¡Porque es alguien superior a todos ellos juntos! ¡El Dios Supremo de Fuyuki, el Quinto de los Grandes Dioses Marciales ... Kizaru, el Mono Dorado es su nombre! -
Todos los presentes miraron sorprendidos las palabras del entrenador del gimnasio, era una gran proclamación que estaba haciendo que no se podía tomar a la ligera. Una cosa era que el joven de cabellos azulados tuviera el nuevo titulo de Suzaku, pero otra era simplemente otorgarle un nuevo título como si nada, ¡Ni siquiera había enfrentado a Byakko y a Seiryu en las condiciones adecuadas como para llamar a Mori alguien superior a ellos! ¡El hombre estaba volviéndose loco!
- Ugh ... - Fue el quejido del inconsciente Takamaru lo que hizo que muchos hicieran una mueca reflexiva.
Pero si había que destacar algo, era el hecho de la facilidad con la que el Dios Caído había derrotado a su oponente, así que algunos pensaron que las palabras del instructor de educación física no estaba tan loco como pensaban.
- Ahora, bien, muchacho. - Dijo el maestro de educación física calmandose y acercándose a Mori. - Es tu momento de brillar, déjame ser tu mánager y podre llevarte lejos, ¡El mejor del mundo! ¿Que dices? -
- No, no. - Fue la sorprendente respuesta del Antiguo Rey Mono que levantó las manos en señal de negativa ante la propuesta del entrenador. - No es algo que me interese la verdad, pero ... ¿Aún estoy exento de las clases de gimnasia por el resto del año, verdad? -
El profesor no pudo responder nada ya que se quedó congelado por la negativa del joven, en serio esperaba que aceptara semejante oportunidad de oro.
- ¡E-Espera, ¿Como puedes rechazarlo?! - Exclamó el maestro de gimnasia consternado por la negativa de la estrella mundial que tenía delante.
Mori le dio una mirada de lastima. - Lo siento, pero será mejor que busque a otro, no me interesa eso para nada. Ahora si me disculpa, creo que iré a refrescarme un rato. -
Fue lo único que le dijo antes de bajar del octágono bajo la atenta, sorprendida pero silenciosa mirada de todos los presentes, los únicos que tuvieron el valor para acercarse al peli turquesa justo antes de salir del gimnasio de la escuela fueron Reikan, Neko y Taiga que lo esperaban en la salida.
- ¡Mori! Eso fue ... - Comenzó a decir el joven monje sin aliento.
- ¡Increíble! ¡No sabíamos que tenías tanta fuerza! - Dijo Neko igual de animada que su amigo.
- ¡Y pensar que ahora eres un Dios de Fuyuki! - Dijo Reikan con una sonrisa. - Aunque el título Kizaru es un poco ... Prepotente y extraoficial, supongo que podemos considerarte el nuevo Suzaku ahora. -
Mori sonrió de manera tensa. - Sinceramente es lo que menos me importa. -
Fue lo que dijo antes de notar la mirada fija de Taiga, quien sorprendentemente no había dicho nada hasta ahora. Algo sorprendente ya que él Dios Caído esperaba que ella fuera la primera en felicitarlo por su victoria y la persona mas animada por verlo luchar.
En cambio, la infame Tigre de Fuyuki se encontraba en completo silencio, ni siquiera se podían ver sus ojos ensombrecidos por su cabello, su boca formaba una línea recta.
- ¿Taiga ... ? - Dijo Mori confundido por la actitud de su amiga, preocupado por la actitud negativa que exhibía. Sinceramente, él esperaba el efecto contrario.
- Tú ... ¡¿No te emocionaste un poco, verdad?! - Exclamó la peli castaña saltandole encima al Antiguo Rey Mono, tomando a todos por sorpresa.
La joven princesa Yakuza rodeó el cuello de Mori con sus brazos, dándole así un abrazó mientras colgaba de su persona. Afortunadamente, el hijo mayor de Kiritsugu tenía una fuerza incomesurable y grandes reflejos como para sostener a la chica con facilidad.
Pero esta situación le recordaba terriblemente a su tiempo con su maestra Xuanzang durante su viaje a la India.
Era entrañable.
Era doloroso.
- ¡Estuviste tan genial! ¡No parabas de esquivar, pero al final valió la pena por ver aquel golpe devastador! ¡Sabía que lo tenías en ti! ¡Nunca perdí la esperanza ... Ciertamente ese Mori siempre estuvo ahí! - Decía Taiga con una gran emoción por todo el combate y su espectacular desenlace.
- Te ... ¿Pareció bien? - Preguntó Mori con una expresión solemne.
La actual Byakko le dio una mirada llena de seguridad. - Era justo como lo imaginé ... Por un momento pude verlo, verlo en toda su expresión, aunque fue un instante ... Fuiste mas grande que la eternidad. -
El hombre que alguna vez fu el Gran Sabio, Sosia del Cielo sonrió, con la misma sonrisa con la que había sido salvado por Shirou en aquel incendio, una sonrisa llena de alivió y sosiego prácticamente infinito. Mori sentía que un peso poco a poco era retirado de su cuerpo a pesar de que el dolor fantasmal aún permanecía, él estaba seguro de algo.
Su cuerpo no se iba a rendir, ni él tampoco.
- ¡Bien! ¡Es hora de celebrar! - Dijo la Tigre Celestial dejando de colgar de Mori, pero aún tenía un brazo alrededor de su cuello. - ¡Yo invito el almuerzo! -
- ¡Bien! - Dijeron el pequeño grupo de amigos al unísono, quiénes salieron del gimnasio bajo la mirada aún anonadada de todos los espectadores y un inconsciente Nagasawa Takamaru.
Mientras acompañaba a sus amigos a la cafetería de la Academia Homurahara, el Dios Caído no pudo evitar sonreír con nostalgia.
- 'Yo aún puedo seguir, así que no se preocupen por mí ... Daewi, Mira, Hui Mori, abuelo ... Xuanzang.' -
Pero mientras el cuarteto felizmente se retiraba, ellos no eran los únicos que tomaban su propio camino luego de semejante exhibición por parte del nuevo Suzaku de Fuyuki. Porque Seiryu se había ido hace mucho, apenas cuando vio a Mori conectar semejante ataque a su oponente. En ese momento, Kuzuki Souichirou ya sabía el resultado del combate, así que no le vio sentido permanecer en el lugar.
Tenía encontrar una forma de calmar su sed de sangre o el mismo saltaría para luchar con este supuesto "Nuevo Dios de Fuyuki", pero aún no era el momento para hacerlo.
Tenía que preparar el escenario para ello. Así que, el joven de cabellos negros se alejó lo mas posible del gimnasio de la escuela, vagando por las instalaciones desoladas hasta llegar a la azotea del edificio principal. Ahí tendría privacidad por un rato en el dado caso de que los estudiantes y profesores en el gimnasio dejarán el lugar.
Con todo el lugar despejado, Souichirou sacó un teléfono de su bolsillo. Miró el dispositivo de manera crítica, nunca había tenido uno en su vida y en el Templo Ryuudou no había objetos similares, excepto uno en caso de emergencias que solamente el sacerdote principal y sus allegados mas cercanos conocían su ubicación en aquel lugar sagrado.
Pero definitivamente el sacerdote principal no le había dado un teléfono al actual Seiryu.
El susodicho desbloqueo el dispositivo y buscó el único número anotado en la agenda del teléfono, era un número desconocido y sin vacilar marcó. Escucho el tono de espera resonar un par de veces antes de que alguien contestará desde el otro lado de la línea.
- Estas hablando con Sato Kimura del Grupo Kimura, estoy muy ocupado así que sea breve. -
- Aceptó tu oferta. - Dijo Souichirou simplemente.
Al instante, la voz del hombre al otro lado de la línea se tornó tensa.
- ¡S-Seiryu-san! ¡Q-Que gusto escucharlo ... ! ¡¿Pero ha dicho que aceptaba nuestra oferta?! -
- No voy repetirlo de nuevo, aceptó su solicitud pero solamente por algo a cambio. -
- ¡Si, si! ¡Lo que sea! ¡Dinero, poder, mujeres, todo estará en bandeja de plata ... No, de oro! ¡Con la caída del Grupo Fujimura, usted puede obtener cualquier cosa, se lo prometo! -
Kuzuki Souichirou se mantuvo en silencio, poco o prácticamente nada interesado de las cosas que el líder del Grupo Sato, rivales de antaño del Grupo Fujimura, le tenía por ofrecer. Pero supuso que era las tentaciones básicas que las personas comunes venderían a su propia madre.
Pero Seiryu, el Dios mas Poderoso de Fuyuki, solo tenía un pecado por el cuál caer de los cielos.
- Solo quiero una única cosa ... -
- ¿Eh? ¿Q-Que puede ser, Seiryu-san? - Pregunto Sato Kimura, preocupado de que fuese algo imposible
- Quiero luchar contra Kizaru, el Nuevo Dios de Fuyuki. -
...
Él era el oponente que siempre estuvo esperando.
Aquel quien estaba destinado a morir en sus manos.
Incluso si fue salvado por él, aquellos ojos solo profetizaron muerte.
El Último Remanente de los Hitokiri no Akai Hasu se enfrentará al hombre que destruyó a quiénes lo crearon.
Y Kuzuki Souichirou estaba esperando ese momento mas que nada en el mundo.
...
La noticia de la victoria de Mori por encima de Nagasawa Takamaru se extendió con mucha rapidez por la ciudad.
Era natural que toda la academia Homurahara se hubiera enterado, después de todo, prácticamente todos los estudiantes y maestros habían presenciado la victoria del peli turquesa en primera fila.
Pero no costo mas de un par de horas para que toda la ciudad Fuyuki, desde Shinto hasta Miyama, conocer el tal suceso.
En la mansión europea en la sección extranjera de Miyama, Anne, la sirviente de los Tohsaka tomaba té cuando descubrió el suceso. Había terminado de atender a la señora Aoi y justo cuando estaba a punto de tomar un descanso antes de irse a buscar a Rin y Shirou, la noticia se esparció.
- Derrotó al actual Suzaku ... No era nadie destacable pero era mucho mas fuerte que el humano promedio. - Dijo la peli negra con ojos fríos. - Con un solo golpe ... Mm, ciertamente vi algo interesante en ti, Mori-kun. -
...
En una lugar mas alejado de la residencia Tohsaka, pero aún en la misma zona de Miyama, en una gran mansión japonesa, un grupo de de personas con trajes se congregó alrededor de su líder, un hombre anciano con la ferocidad de un tigre.
- ¡Jajajajaja! ¡Como se esperaba del mocoso de mi amigo! - Exclamó Raiga cuando la noticia llegó a sus puertas a través de sus redes de agentes por toda la ciudad. - El único que puede estremecer a mi querida nieta, ¡Ese muchacho es interesante! -
- Eh ... Señor. - Le llamó uno de sus hombres. - ¿No teme que Taiga-chan se enfrente a él y salga lastimada? -
El líder del Grupo Fujimura resopló. - ¡Idiota! ¡Eso es exactamente lo que mi nieta quiere! ¡Mientras fuerte y letal sea el oponente, más divertido será! ¡En los momentos desesperados no hay que preocuparse, hay que emocionarse! -
Todos los hombres del Grupo Fujimura miraban a su líder con preocupación, ciertamente entendían la filosofía que su linaje tenía, pero era difícil para ellos aceptarlo en su totalidad.
- ¡Incluso si así lo quieren ... A ese pequeño bastardo le daré la bendición de matarla de ser necesario, lo que sea por mi querida nieta! -
Pero fue ahí donde se dieron cuenta que Fujimura Raiga ya estaba senil.
...
Mucho mas alejados de Miyama esta vez, en el gran templo de la ciudad, el sacerdote principal se encerró en su habitación luego de saber la noticia de un Nuevo Dios en Fuyuki por parte de otros monjes del templo.
El hombre suspiró antes de orar. - Oh, Buda, protégenos de lo que esta por venir. -
Pero el Iluminado no respondió a la oración.
...
En la emblemática iglesia de la ciudad, cerca del cementerio de extranjeros de Fuyuki, el Magnánimo Rey de los Héroes en una forma infantil incluso era consciente de la gran noticia que asalta la ciudad.
Gilgamesh no pudo evitar resoplar ante el acontecimiento, simplemente pensó que los humanos eran simples mandriles que se emocionaban por cualquier cosa.
Aunque gano cierto interés al reconocer aquel que había ganado el título de Suzaku, a pesar de que había un cierto grupo que apoyaba la aprobación de un quinto y mas grande título, ya que reconoció al sujeto que optaba por ser "el mas fuerte de Fuyuki".
El hermano mayor de su adversario predestinado, un dios. Uno de los pocos Espíritus Divinos que rondaban por la tierra como un mero perro por su casa.
Si no fuese por el cometido que este Espíritu Divino degradado tenía que cumplir, el Rey Dorado lo hubiese exterminado hace mucho. Pero no, este "Nuevo Dios" tenía un papel importante por cumplir para este mundo.
Criar al siguiente Guardián del Mundo.
- Y solo espero lo mejor de lo mejor. -
...
En un lugar mas lejano, pero aún ubicado en Shinto, un individuo de cabellos y ojos rojos carmesí tomaba su té con calma, escuchando las noticias de un Nuevo Suzaku justamente en la hora del almuerzo.
Era una información que no podría importarle menos, después de todo, estaba en la ciudad por un mero compromiso laboral, por lo tanto tenía un objetivo el cuál ubicar ... Y eliminar.
Pero cuando ya las noticias locales empezaron a transmitir un video grabado del combate entre el anterior y el ahora nuevo Suzaku, no pudo evitar ganar un gran interés por la estrella del momento.
No porque fuera el objetivo que estaba buscando, a pesar de ello, de manera sutil podía sentir cierta familiaridad entré el joven de cabellos azulados y su objetivo. Pero en realidad había otra razón de su interés ...
- Así que, aquí estabas, monito. - El individuo sonrió levemente antes de levantarse e irse del lugar dejando su paga junto la propina en su mesa.
Pero justamente cuando atravesó el umbral de la tienda, su apariencia cambio por completo. Ya no parecía un hombre adulto a mediados de los treinta, sino una mujer joven con los mismos rasgos pero claramente femeninos al comienzo de sus veinte.
- Y pensar que tendría ganas de verte luego de todos estos milenios, mi querido aprendiz. - Dijo la ahora mujer pelirroja antes de desaparecer entre el multitud, en busca de un nuevo objetivo.
Y darle solo una pequeña lección como en los viejos tiempos.
...
- ¿Mori-nii es el nuevo Suzaku? - Dijo Shirou confundido.
El niño de cabello rojo se encontraba en la salida de la escuela junto a Rin en la espera de Anne, cuando habían escuchado la gran noticia sobre el Dios Caído hace poco. Era un evento que incluso los niños como ellos se emocionaban, ya que algunos aspiraban ser alguno de los Cuatro Dioses de Fuyuki.
Los niños normales jugaban a ser superhéroes, pero en esta ciudad jugaban a ser artista marciales maniacos del combate.
- ¡Eso es increíble! - Exclamó Rin con emoción al recibir confirmación de varios adultos que pasaban. - ¡Y pensar que Dan-nii fuese tan fuerte! -
Aunque las artes marciales no fuesen algo que su familia incentivará activamente, ciertamente a lo largo de la línea Tohsaka las artes marciales de China han influenciado bastante sus costumbres debido a su origen. Tohsaka Nagato, quien había cedido sus tierras para sus compañeros magus, se decía que era tan peligroso en el magecraft como también en combate desarmado, su hija, Tohsaka Reiko, era literalmente una genio.
Según las historias que le contaba su sirvienta, Reiko era lo que se le conocía una santa japonesa, una niña sagrada capaz de provocar misterios con sus artes marciales y con un ingenio superior al de muchos Lores de la Torre del Reloj. Tuvo posesión de los dos estilos mas grandes del magecraft, el oriental y occidental, normalmente incompatibles entre sí, había rumores que ella había sido la única en poder mezclarlos a la perfección.
"Si tuviese que compararla con alguien ... La famosa Tigre de Fuyuki sería un mero gatito en comparación a Reiko-sama en sus primeros diez años de vida."
Una comparación casi inimaginable para quiénes conocían el poder devastador y técnica mortal de la actual Byakko, pero para la heredera Tohsaka era totalmente cierto y con mucho sentido. Después de todo, Reiko era una Tohsaka, lo cuál según la lógica de Rin inculcada por su padre, eran el pináculo de la elegancia y capacidad en todas las artes. Otro factor era el conocimiento mágico que poseía su ancestro, algo que claramente la ponía en otra liga en comparación a Fujimura Taiga, quien desconocía por completo el mundo de la magia. Por lo tanto, la niña siempre aspiraría ser como Tohsaka Reiko ... La Reina del Santuario de las Raíces Nevadas.
De hecho, incluso su padre, Tohsaka Tokiomi tenía una buena trayectoria con las artes marciales, a pesar de que solo las seguía por tradición familiar, era una buena forma de mantenerse en forma y una herramienta en el peor de los casos cuando las joyas y todo lo demás fallaba.
Kirei, a pesar de no ser parte de la familia exactamente, siendo un aprendiz de su padre y ahora uno de loa maestros de Rin, ella tenía que tomarlo en cuenta. Sus habilidades mágicas en comparación a ella eran mediocres, pero ciertamente nunca quería luchar cuerpo a cuerpo contra aquel demonio ... Y lo decía tanto de manera metafórica como literal, porque aquel sacerdote falso podría ser en realidad una bestia del combate que incluso los magus mas experimentados tendrían pavor de enfrentar.
Y por último pero nunca menos importante, Anne-san, quién había vivido la mayor parte de su vida en China, aprendiendo todo tipo de artes en la rama familiar china de los Tohsaka, primos bastantes lejanos que no tenían mucha comunicación, pero ciertamente estaban ahí para apoyarse ... Solamente en casos extremos.
Uno de esos casos fue la muerte de Tokiomi y sin un maestro adecuado para la crianza de la siguiente heredera de la familia Tohsaka, no tuvieron otra opción que mandar a la persona mas perfecta para el trabajo y esa era Anne, su sirvienta.
La susodicha no parecía féliz de volver al lugar que alguna vez fue su hogar hace décadas, pero pareció complacida cuando notó que Tokiomi había pasado la Cresta Mágica de la familia a su hija antes de morir.
"Ese hermano mío, al menos fue precavido."
Esa fue la primera y última vez que la pequeña Tohsaka había escuchado a Anne referirse a su padre como "hermano". Y aunque trato de referirse a ella como "tía" como era debido, la mujer rechazó el gesto cordial pero firmemente y se dedicó a cubrir los huecos en su educación que tanto Tokiomi y su Kirei habían dejado con dedicación y esfuerzo.
Después de todo, esa era su misión, criar a la mejor heredera para la familia Tohsaka para un futuro en que Rin tome las riendas de su vida. Pero por ahora, su prioridad era simplemente guiarla como una buena figura materna, algo que Anne no estaba para nada acostumbrada pero poco a poco iba aprendiendo como criar a una niña como Rin.
Aunque estaba última también estaba interesada en el magecraft de la sirviente, esperando poder aprenderlo también, la mujer mayor la había rechazado brutalmente.
"Nuestros estilos de magecraft son completamente incompatibles, no solo en los resultados sino también a la forma de llegar a ellos ... Pero quizás alguna vez te enseñaré algo, si tienes la voluntad suficiente."
Habían sido las palabras de Anne, como una forma de motivarlo, incluso una forma de molestarla, pero ciertamente eran palabras de una promesa que ella estaba dispuesta a cumplir.
Y Tohsaka Rin estaba mas que dispuesta a demostrarle de lo que estaba hecha y al final alzarse como la mejor líder de su familia que ella pudiera ser.
- Mori-nii ... ¿Uso artes marciales? -
Sin embargo, mas que estar féliz o sorprendido por la victoria de su hermano ante uno de los mejores artistas marciales de Fuyuki, Shirou estaba interesado en el porque Mori había por fin utilizado artes marciales para enfrentar a alguien.
Pero lo peor de todo era posiblemente que el pelirrojo se había perdido aquella oportunidad única de ver a su hermano mayor utilizar aquellas tan esperadas artes marciales que tanto esperaba por ver y en algún futuro, preferiblemente cercano, de aprender. Solo esperaba que al llegar a casa la oportunidad de que Mori le pudiera al menos enseñar algunos movimientos, simplemente como demostración y sin ninguna intención de intentar reproducirlos con imprudencia.
- Pues tuvo que hacerlo. - Le dijo Rin con obviedad mientras cruzaba sus brazos. - De alguna forma debió derrotar a aquel perdedor, el punto es que lo suficientemente habilidoso como para hacerlo. -
Shirou asintió ante las palabras de su amiga, aunque algo críticas para su gusto, tenían su lógica. Pero la verdadera respuesta solamente la tenían aquellos que habían estado presentes en el enfrentamiento de su hermano y el anterior Suzaku, pero aún así el hijo menor de Kiritsugu estaba mas que ansioso para descubrir aquella respuesta por mérito propio.
- Oh, mira es Anne-san. - Dijo la joven peli negra señalando a la mujer mayor que se acercaba a ellos a un paso calmado.
Los dos niños se aproximaron a la sirviente Tohsaka, quién les saludó de manera cordial como era usual en ella.
- Veo cierto entusiasmo provenir de ustedes dos. - Comentó Anne con un ojo perspicaz, capaz de ver a través de ambos niños con suma facilidad. - ¿Que podrá ser la fuente de esta alegría? -
- ¡Mori-nii/Dan-nii derrotó a Suzaku y se volvió un nuevo Dios de Fuyuki! - Dijeron ambos niños al unísono, con claramente emoción en su voz y expresiones.
La sirviente Tohsaka sonrió, aunque no era una expresión que llegará por completo a sus ojos, si era algo que Shirou podría señalar. Por otro lado, trato de denotar una emoción de felicidad y sorpresa ante la noticia, a pesar de las preguntas que le generaba.
- Oh, así que ya saben la noticia, esperaba poder darles una sorpresa. - Dijo Anne antes de mostrar una expresión pensativa. - ¿Saben que? ¿Por que no compramos algo de helado para celebrar? Shirou-kun podrá llevarse algo de helado extra para su casa para celebrar con su hermano, después de todo, él es protagonista de la noticia. -
Los dos niños se emocionaron bastante por la palabras de la peli negra mayor, por parte de Rin porque no era seguido este tipo de lujos, ni siquiera cuando su padre estaba vivo, este tipo de recompensas se limitaban cuando lograba un gran avance en sus estudios tanto mundanos como mágicos y su actual tutora era incluso mas estricta que su padre y Kirei juntos, pero de alguna forma se había vuelto mas flexible desde que se hizo amiga de Shirou, algo que haría infinitas veces incluso sin la promesa de helado ilimitado.
Por otro lado, el pelirrojo dudó un poco ante la sugerencia, ciertamente le gustaba el helado como a cualquier persona, especialmente como un niño. Aunque prefería el helado de Escocia. Pero la excusa de comer helado siempre era buena, sin embargo, quería volver a casa lo antes posible y ver a su hermano mayor, principalmente para pedirle, no, exigirle que le mostrara las artes marciales con las que derrotó al antiguo Suzaku.
Y para ver si por fin le enseñaba algo mas que ejercicios básicos y meditación. Aunque era relajante y ayudaban bastantes con las pesadillas sobre el incendio de hace un mes.
Pero sin importar lo entusiasmado que estuviera, tenía que pensar con cierta lógica, aún era muy temprano para ver a su hermano, aún faltaría unas cuantas horas hasta que Mori saliera de la academia Homurahara, eso sin contar si tuviera que hacer otras cosas de por medio por ser el Nuevo Suzaku de Fuyuki.
Así que, sin ninguna restricción acepto la oferta de la mujer.
La sirviente Tohsaka sonrió y tomó la manos de ambos niños, como si fuese una madre. - Entonces, andando. -
- ¡Yei! - Dijeron tanto Shirou como Rin emocionados.
...
- ¿Un nuevo Suzaku? - Dijo Waver confundido ante las palabras de su jefe.
Su jefe asintió con seriedad. - Si, al parecer un chico derrotó al anterior Suzaku hoy mismo, sin tener que pasar por ti. No se si alegrarme por ti o preocuparme por el resto de los dioses de Fuyuki, después de todo, nadie había sido capaz de algo semejante desde el actual Seiryu hace unos años. -
El magus londinense frunció el ceño ante sus palabras, no consideraba tan problemático a estos "artistas marciales" pero cada vez que alguien mencionaba a Seiryu, no podía evitar sentir un escalofrío.
- Ahh ... - Bostezó Sun Tzao a unas mesas de distancia, literalmente tendida como un mantel sobre una mesa.
Parecía un gato durmiendo, pero lo mas gracioso o deplorable según la perspectiva, era el hecho de que Waver era el único que podía verla. Por lo tanto, era víctima de este tipo de escenarios irreverentes mientras que los demás vivían su día a día de manera normal y pacífica.
El peli negro suspiró mientras limpiaba una mesa. - 'Yo solo quería un turno tranquilo.' -
Luego de todos los problemas que conllevó el arreglar la Calabaza Mágica del Rey Mono y estar atrapado en un espacio semejante de Números Imaginarios con un montón de criaturas mágicas del pasado y un demonio ancestral, ¿Era mucho pedir un día tranquilo luego de tremenda odisea? Pues al parecer a Dios, Akasha, el Karma o lo que sea que dictamine el futuro le pareció demasiado y le mandó aquella noticia del surgir de un Nuevo Dios de Fuyuki.
Y para este punto no sabía si eso eran buenas o malas noticias, porque lo quiera o no, Waver estaba intrínsecamente relacionado a este grupo desde que derrotó a aquel idiota hace varias noches y probablemente siga así hasta el día que pueda ceder el titulo a alguien razonable o hasta que se vaya de Japón.
Intentó rechazar el título, devolverlo e incluso tratar de delegarlo a otra persona, pero las reglas de Fuyuki de los Cuatro Dioses eran estrictas con respecto a quién recibía o era digno de semejante puesto, por lo tanto, la única manera de obtenerlo era durante un combate. Así que, el magus londinense tendría que esperar a que un idiota lo desafíe y derroté ... Naturalmente, su plan era dejarse vencer.
¡Para que luego resulte que un maníaco del combate derrotará de una vez a Suzaku, dejando a Genbu en el olvidado!
Waver intento con todas sus fuerzas no sentirse indignado, pero Japón se lo estaba poniendo muy difícil con cada día que pasaba.
- ¿Mm? - Murmuró Sun Tzao levantándo la vista, dejando su siesta en segundo plano.
Dicha acción llamó la atención del peli negro fuera de su trabajo, provocando que su vista se desviara a la hermana de Sun Wukong. Ya que, desde que llegaron al Copenhague, Sun Tzao se había limitado a dormir o actuar somnolienta a cada momento a pesar de que había sido su idea de acompañar a Waver. Pero en ese instante, algo parecía llamar suficientemente la atención de la demonio ancestral como para dejar de lado su siesta.
El joven magus intento divisar lo que sea que llamará la atención de Sun Tzao, incluso había utilizado un poco de Refuerzo para mejorar su vista, pero no lograba avistar algo que pudiera llamar la atención de un ser tan mítico como el Rey Mono. De hecho, Waver estaba dispuesto a preguntarle de manera discreta a su nueva compañera de aventuras, pero el llamado de su jefe se lo impidió.
- ¡Oí, Genbu! - Le llamó el hombre de mediana edad. - Se que estas preocupado por el nuevo Suzaku, ¡Pero este nuevo vodka no se va a guardar solo! -
El peli negro suspiró con exasperación. - Enseguida, jefe. -
Fue lo que dijo el joven olvidándose por completo de Sun Tzao para cumplir la tarea que le había dado el hombre mayor. Lo cual no le permitió percatarse como la expresión de una de las hijas mas poderosas y peligrosas de Gaia se tornaba mas seria a cada segundo.
- Si que estuve demasiado tiempo dentro de Gourd ... - Decía Sun Tzao con irritación. - Tanto tiempo que mis sentidos siguen embobados, ¿Que clase de lugar es este que tiene a tantos monstruos como yo? -
Podía sentirlos, poco a poco su conciencia se expandía hasta abarcar toda la ciudad, reconociendo un cierto número de seres interesantes en el perímetro. Había magus con mayores aptitudes que su contratista, pero eso era lo de menos. Habían niños santos semejantes a los antiguos sabios de la Era de los Dioses, un ser perteneciente a dicha época, una existencia horrenda, una reliquia milenaria esperando despertar y ciertamente existencias demasiado familiares que Sun Tzao nunca podría olvidar incluso al final de los tiempos.
- Esto que siento ... ¿Son mis hermanos? -
...
Las nuevas responsabilidades como un Nuevo Dios de Fuyuki no fueron tan complicadas para acatar, teniendo a una diosa veterana como Taiga y a alguien responsable y familiar de otro dios como Reikan, las cosas fueron sencillas para Mori.
Aunque le resultaba incómodo el como la noticia se había esparcido como la pólvora, había derrotado a Nagasawa Takamaru en la mañana de aquel día, y ya para la hora de salida de la academia Homurahara toda la ciudad era consciente de su nuevo estatus como Suzaku.
Sin embargo, había un cierto número bastante selecto, como el profesor de gimnasia incluido, que lo consideraba un nuevo dios aparte de los cuatro originales, Kizaru, el Mono Dorado.
Un poco irónico tomando en cuenta que alguna vez fue el Rey Mono, pero sería un chiste interno que Mori prefería conservar para si mismo.
Ahora mismo el peli turquesa se dirigía a su hogar, se había separado de sus amigos quiénes querían celebrar si ascenso como Dios de Fuyuki, pero Mori quiso postergarlo para otro momento, por ahora quería volver a casa y asegurar el bienestar de Shirou ...
Y tratar de explicarle todo lo que había pasado, porque parecía imposible que el pelirrojo no se percatara de la noticia para este punto.
Miedo.
Un Miedo Primordial.
Sin embargo, todo proceso de pensamiento del Dios Caído se detuvo al instante al escalofrío que recorrió su columna vertebral. Sintió como un miedo primordial lo invadía provocándole nada mas que ganas de huir o luchar.
Se decía que Sun Wukong era una bestia sin sentimientos en busca de gloria, pero pocos eran conscientes de su inteligencia emocional que pocas veces hacia acto de presencia.
El miedo era algo que el Rey Mono conocía bastante bien, porque solo lo había sentido en muy pocas pero críticas situaciones.
El primero durante su reinado como un joven mono, al ver uno de sus amigos morir de vejez, la aprensión lo invadió. No le tenía miedo a morir, sino el olvidó, Mori no quería morir como un simple rey que había encontrado un lugar óptimo para su gente, así que salió en busca de extender su vida útil hasta alcanzar la inmortalidad.
Y como resultado encontró su segundo miedo mas grande ...
- Y pensar que te encontraría aquí, mi querido discípulo ... Sun Wukong. -
...
