Capítulo X

Caída

O de cuando Harry supo que no podía caer más bajo

La pregunta ahora era ¿qué más iba a hacer?, porque ya se había separado un poco del abrazo que el rubio había decidido concederle, pero sentía que aún cargaba con demasiadas cosas, muchísimas pero que a la vez no quería contarle a nadie porque sentía que no valía la pena, que no importaban.

-¿Quieres decirme algo más?- preguntó al percatarse después de unos segundos la inquietud del más bajo, algo había aprendido de las personas que estaban en esa situación, no por nada había ayudado a su madre a lidiar un poco con su tío Sirius cuando esté se encontró en esa misma posición, también recordaba que su tía Andrómeda estuvo en ese grupo de "intervención" para el Black.

-... No estoy-

-Bien- interrumpió -estoy seguro que tienes muchas cosas que decir, pero si no quieres decirlas no hay ningún problema, podemos quedarnos aquí en silencio o puedes escucharme hablar, contestar mis peguntas, que prometo no serán comprometedoras y no estás obligado a contestarlas, sólo si quieres hacerlo, ¿estás de acuerdo con eso?- preguntó tomándole de la muñeca para llevarlo de nuevo al sitio donde habían estado sentados hasta hace unos momentos.

-Si... eso creo.

-Bien, también no te comas la cabeza con tus locas ideas Pot- Harry, a veces sólo tienes que dejar de pensar, presiento que tu amigo Weasley sabe de eso o podríamos tomar el ejemplo de Crabbe y Goyle, ellos también saben hacerlo.

Soltó una risa leve al escuchar eso, intentaría no perderse en sus ideas, quedarse solo en ese lugar y no dejar que su esencia se fuese a otro lugar más alejado de donde estaban. -Voy a intentarlo.

-Bien, y como sabes que no soy de los que les gusta estar en completo silencio, dime, ¿crees que el cielo es más azul o blanco hoy?, hay muchas nubes pero creo que el azul que tiene no es muy fuerte y creo que podría considerarse como muy tenue o blanco.

-¿Qué?- al escuchar la pregunta dirigió su mirada al chico, percatándose de que este observaba el cielo con total atención, no entendía a que venía esa pregunta tan trivial, ni siquiera era una que escuchase muy seguido, por eso lo había sacado de balance, -¿de verdad vas a preguntar eso?

-¿Y por qué no?, es una buena forma de iniciar una conversación, ¿no crees?, algunos incluso llegan a preguntar por la forma de las nubes. -comentó viendo ahora al otro, -y también creo que podrías contestar bien esa ¿no es así?

Suspiró de nuevo creyendo ya a lo que el rubio quería llegar, -si, eso creo...- se tomo unos segundos para poder ver el lugar que causaba tanta intriga, notando los colores que tenía, buscando nuevas tonalidades, algo que le dijese de que color era, -es un azul muy claro... en algunas zonas puede confundirse con el blanco, pero en definitiva es azul.

Asintió ante esa respuesta, -si, puede ser algo engañoso, pero si, termina siendo azul.- Comentó tomándose otro momento para poder pensar en alguna otra pregunta y ver también las reacciones del ajeno, también pensaba en lo que su tía y su madre habían hecho en ese momento. -¿Te has dado cuenta que en esta parte del jardín encuentras más flores amarillas que rojas?

De nuevo se giró a ver al chico, -Draco... haces preguntas demasiado raras.

-No son raras- contestó alzando los hombros, -son cosas sencillas de las cuales me he dado cuenta, ¿sabes? A veces estamos tan metidos en otras cosas que, las cosas sencillas pasan desapercibidas, una vez que estaba perdido en mis pensamientos me fije en las flores amarillas y por inercia comencé a contarlas, me di cuenta que hay más amarillas que rojas y realmente nadie lo nota.

-¿Te pusiste a contar las flores?- Preguntó con una risa baja.

-Sólo las de un arbusto Harry, tampoco conté todas. Pero tú podrías contar las rojas de ese- dijo señalando el que quedaba frente a ellos, -y te aseguro que serán menos que las amarillas.

-No voy a contarlas, confió totalmente en tu palabra, de verdad... también a simple vista se ve que son más amarillas que rojas.

-Pero apuesto a que nunca te habías dado cuenta de eso, ¿no?

Se tomó un momento para pensar en eso, no, en realidad no lo había hecho, últimamente sus pensamientos seguían vagando solo en la idea de querer hundirse más y más y no salir de la cama. -No, no lo había hecho.

-Era de suponer, te has estado mortificando por tantas cosas que se te ha olvidado ver lo demás. -Explicó de la manera más tranquila posible, quedándose en silencio otra vez, unos segundos. -¿Has leído algo antes de irte a dormir?

Para él las preguntas se estaban haciendo más y más raras y aunque estaba seguro que había una razón por la cual eran así no se sentía con toda la claridad mental para poder entenderlas o para responderlas, ¿había leído algo antes de irse a dormir?, no lo recordaba pero estaba seguro que de haberlo hecho no había sido algo realmente bueno. -No recuerdo.

-¿Has estado durmiendo? En clases, me refiero, he escuchado algunas cosas en los pasillos.

-Si y no- sabía que en ocasiones el sueño que tenía acumulado podía más con su fuerza voluntad de poder estar atento a las clases, incluso ya había pasado que hablaran a sus padres pero claro, no habían podido hacer mucho, esa pregunta ocasionó que un recuerdo especialmente doloroso apareciera en su mente y antes de poder plantear el como iba a contarlo ya estaba hablando de ello, -Vi a mi madre- empezó a decir, sabiendo que tenía la atención del rubio, -McGonagal llamó a mi madre porque no me ha estado yendo muy bien en las clases, después de casi tres semanas pude verla y fue demasiado triste, ella se veía cansada, no recuerdo nunca haberla visto así y lo más cercano era cuando peleaba con papá, se veía mal, incluso cuando nos vimos pude ver que quizá... la tristeza en ella era mayor a la que yo tengo y...- se detuvo de golpe, acababa de confirmar que se sentía triste y aunque era algo que ya sabía también era algo que no había admitido porque decirlo en voz alta era recibir otro golpe certero en su persona, sintió sus ojos arder de nuevo, ahora entendía porque las preguntas eran demasiado raras.

-Por fin lo dices, es bastante obvio que estás triste, no has ido a los entrenamientos, has dejado de jugar futbol e incluso se te ve más solo que de costumbre. -Comentó observando al chico sin tocarlo, pensando que el otro necesitaba calmarse un momento y entender que acababa de soltar algo demasiado pesado que tenía sobre él.

-Dijiste que...- comenzó a decir cubriendo sus ojos con una de sus palmas, había dejado los lentes a un lado para poder detener el torrente de emociones que comenzaba a sentir, -que ibas a esperar hasta que... estuviera listo.

-Lo hice- dijo mientras se acercaba otro poco al chico, -y también dije que podías no contestar mis preguntas, supuse que necesitabas de un pequeño empujón para lograr decir algo, me has contado lo que te ha pasado, pero no has dicho en realidad todo lo que te molesta.

-... Eres odioso- se quejó sintiendo que la garganta se le cerraba pero también siendo consciente de la cercanía del rubio, -mentiroso... manipulador...

-Para de halagarme Harry, no estás en la mejor de las posturas para soltar halagos como si nada- comentó en un vago intento de broma, -soy todo eso pero tienes que admitir que lo necesitabas.

-No tenías... que saberlo- estaba comenzando a hablar entrecortado de nuevo y no era lo que quería, había querido quedarse con todo, -nadie tenía que saberlo...

-¿Por qué?

-Porque... es molesto... es...

-¿Insignificante?- preguntó de nuevo, tomando está vez la mano libre del chico, un tacto suave que permitía al otro soltarse si así lo necesitaba.

-Soy una molestia...- dijo por fin en voz más baja. -tanta que... incluso mis padres... lo eligieron a él... por sobre mí... Hermione y Ron... lo van a hacer también... Sirius y Moony... ellos... van a hacerlo igual... y tú...

-Yo no voy a hacerlo- dijo contundente observando las manos unidas de ambos, dando roces suaves sin ningún patrón, -¿por qué lo haría?, te lo he dicho ya, antes de, ya sabes el golpe que me diste, he estado invirtiendo mucho tiempo en esto como para dejarlo de lado por un simple capricho, supongo que no conoces las reglas de los negocios de los Malfoy- comentó quedándose callado un momento en espera de que el otro dijese algo.

-¡¿Por qué demonios estoy llorando?!- preguntó en casi un grito, alzando la voz todo lo que podía, no quería llorar, ya lo había hecho y lo estaba haciendo de nuevo, sólo quería quedarse ahí, sin nada que hacer, sólo respirando aunque eso mismo le costase tanto trabajo como el simple hecho de moverse, no quería hacerlo, -¿por qué?- preguntó de nuevo, soltándose del agarre del otro, tallando sus ojos con fuerza incluso con demasiada brusquedad.

-Porque lo necesitas- dijo en voz baja observando atentamente el movimiento de hombros que el otro hacía, se le notaba tenso, y claro que los débiles sollozos que comenzaban a salir le daban a entender que eso causaba el movimiento del chico, -no tienes que guardarte todos esos pensamientos, no eres una molestia y estoy seguro que nadie va a cambiarte, mucho menos por tu nada agraciado primo, es sólo una situación que te está devorando y tú la estas dejando.

-No puedo hacer nada... si ellos lo hicieron... ellos lo hicieron... es sólo... cuestión de tiempo... para que...

-¿Para qué los demás lo hagamos?, de verdad Harry, a veces eres un idiota- completó poniendo una mano en el hombro del chico -te lo diré sólo una vez y más vale que lo entiendas Harry, no estuve batallando con tres rivales que podían ser bastante problemáticos para que ahora me digas que te dejaré de lado, ¡Dioses!, si incluso estuve a nada de tener que chantajear a Diggory para que te dejara en paz.

No podía dejar de llorar pero tuvo que admitir que ese último comentario causó que un intento de risa saliera de su garganta, -¿ibas a hacerlo?

-Si, iba a hacerlo, tengo mis métodos para eso, pero el punto es que... no te infravalores tanto.

Soltó un suspiro levantando la cabeza pero aún con los ojos cerrados, sintiendo que las lágrimas aún caían, -no puedo... aceptarlo- estaba tratando de mantenerse tranquilo pero no podía, aún sentía como su garganta quería sacar todo aquello que él se esmeraba en tragarse, aunque cerrara los ojos con fuerza estos se negaban a detenerse en cuanto a que las lágrimas salieran y la comisura de sus labios no querían apoyarlo en esta ocasión. -sólo...- estaba derrotado, estaba hundido.

-¿Qué es lo que has estado haciendo estos últimos días?- preguntó de nuevo, tomándole de la mano una vez más tratando de obligarle a que centrara toda su atención en él.

-...-

-De acuerdo, no quieres contestar, entiendo eso- contestó al ver la nula respuesta del chico, ya sabía que al abrir una puerta a la fuerza las demás se cerrarían a cal y canto, -pero cuando estés listo puedes contarme todo si no quieres decirle nada a nadie más.

-...- De nuevo silencio, no porque no quisiera decir nada, si no porque si lo hacía sabía que no iba a poder contenerse y no estaba del todo listo para contar todo lo que estaba sintiendo.

-Supongo que hemos tenido demasiada charla el día de hoy, es bastante justo- comentó al momento que sacaba su teléfono mandando de nuevo un mensaje. -Voy a contactar a mi madre,- comenzó a decir, - pidiéndole que llame a Sirius, no es buena idea que te quedes aquí lo que resta del día, no debería de tardar mucho. También es comprensible que quieras estar tranquilo, acabas de soltar muchas cosas y eso puede dejar cansado a cualquiera, además de la tormenta de emociones que seguramente tienes. - Se detuvo un momento al ver la expresión de sorpresa del otro, - sería bueno que te desahogaras en casa, aquí no puedes hacerlo con la libertad que necesitas y tampoco quieres hacerlo del todo... yo no puedo ir contigo, pero si quieres seguir charlando bien puedes llamarme o mandarme mensajes, ¿de acuerdo?, contestaré lo más pronto posible.

-... ¿por qué?

-Bueno- comentó alzando los hombros, -ya he escuchado gran parte de tu relato, puedes llamarlo curiosidad si quieres, pero también es importante que te encuentres bien, no es como que quiera un novio todo depresivo y llorón.- dijo con un guiñó incluido.

-No soy tu novio.

-No aún, porque no estás en las mejores condiciones para una relación, por eso, primero relájate un poco y, no sé, podrías escribir algo, todo lo que sientes y puede que eso te ayude a calmarte, al menos eso es lo que recuerdo que le dijo ese amigo de tus padres a Sirius cuando Remus se fue.

-... ¿Peter?

-Si, ese, le dijo que escribiera o que buscara una forma de mantener su atención enfocada en algo, claro que Sirius se decidió por las motocicletas y el boxeo... por eso creo que también podrías hablar con él. Tú estás parado en una fina línea divisoria de la tristeza y la depresión Harry, él también lo estuvo así que podría entenderte mejor que yo, pero oye, no me dejes de lado. ¿Vale?

-... De verdad que me sorprende aún que seas así conmigo.

-Algo me dice que tendré que hacerlo muy seguido, así que lo mejor es irme acostumbrando y saber que cosas tengo que hacer. – se quedó callado un momento viendo de nuevo al chico quien al parecer ya había logrado calmarse un poco, -no tienes que cargar con todo tú solo y lo sabes, a veces tienes que dejar que los demás te apoyen, no eres un súper hombre ni nada por el estilo, eres sólo un chico de 15 años que no está pasando por su mejor momento, pero es eso, no tienes que pasarlo solo. ¿Queda claro?

-... ¿tengo que tomar eso como una especie de regaño?- preguntó con una risa cruda.

-Tal vez, si así te funciona o tómalo solo como un consejo. Pero lo importante es eso, que lo tomes y que dejes de ser tan cabezota con algunas cosas, acabo de sacrificar mis preciadas horas de clase para estar contigo, así que ni se te ocurra dejarme de lado de nuevo y mucho menos golpearme de nuevo, porque está vez ten por seguro que te regresaré el golpe.

-Ya me he disculpado por eso.

-Y aún así yo no dejaré de recriminártelo.

-Me lo imagine... gracias Draco.

-Sin más melodramas Harry, lo mejor será que te vayas, supongo que lo mejor es que vayas por tus cosas y, no sé ir a ver al director o algo así, si no es que te llaman primero... y espero verte mañana, en el entrenamiento, pediré que me permitan entrenar, el agua podría ayudarte, algo de ejercicio te ayudaría bastante y no acepto un no por respuesta- comentó mientras se ponía de pie.

-No creo que sea una buena idea que vaya y...- un golpe suave en la cabeza le cortó la idea, -¡oye!

-Si vas, quien sabe, podría haber otro beso después del entrenamiento.

-¿Ahora me chantajeas?

-¿Funciona?

-... quizá. -contestó sintiendo que su rostro se ponía un poco más rojo de lo que ya estaba por el llanto anterior.

Soltó una risa ante esa respuesta. -Te veo mañana Harry, ni se te ocurra faltar.- dijo finalmente para poder tomar camino a las clases que aún iba a poder asistir.

Tenía que admitirlo, aún se sentía mal, con demasiadas cosas en su interior, pero al menos algo del peso que llevaba consigo había desaparecido, no demasiado, pero si lo justo para notar que ya no estaba.

Casa de los Black

Después de que Draco lo hubiese dejado solo y él había tenido que ir a la oficina del director suponiendo que Sirius ya se encontraba ella tuvo que enfrentarse a uno de los mayores interrogatorios por parte de su padrino, recordaba las preguntas "¿qué te hicieron?, ¿qué te pasó?, ¿a quién tengo que matar?" y las amenazas de "encontraré al culpable y le haré pagar por hacerte llorar" no funcionó tampoco que dijera que no había pasado nada porque bueno, el aspecto que llevaba no era del todo tranquilizador y su padrino lo estaba dejando bastante claro, por ello cuando ya los dos estaban en el camino a casa de los Black, en la motocicleta que al parecer su padrino había encontrado más útil que un auto en el cual él podría haber ido en la parte de atrás ignorando todo, aún podía escuchar las amenazas del mayor, porque aunque el casco y el viento podía evitar que algunos comentarios no llegaran a sus oídos la mayoría lo hacían aunque fuesen dichos entre dientes.

-Harry Potter- llamó una vez ambos estuvieron dentro de la casa y cerraba la puerta, se había percatado de que el chico estaba buscando huir de nuevo y eso en definitiva era algo que no iba a permitir, necesitaban hablar y maldecía por no tener a Remus consigo en ese momento, pero tenía que hacerlo solo, ¡también era como su padre!, así que tenía todo el derecho del mundo para interrogarlo, -¿me dirás porqué razón tuve que ir por ti a la escuela y porque estás de esa manera?

Se detuvo con eso, estaba caminando hacía las escaleras, se sentía más tranquilo, pero sabía que si quería y recordaba la misma sensación que había tenido con el rubio iba a ser demasiado fácil llorar de nuevo y eso era lo que quería, sacar todo lo que aún se guardaba. -no es nada.

-Si lo es, - comentó mientras se acercaba al chico, poniendo una de sus manos en la cabeza del menor para tratar de impedir que se fuera, -Harry tienes que hablar con nosotros o conmigo si quieres, necesitamos saber cómo te sientes y que es lo que te pasa para poder ayudarte, si no nos dices nada...-se tomó un momento para poder continuar, -escucha, Remus y yo tenemos miedo de lo que podría pasarte, no sabemos qué tan mal estás y no quieres decírnoslo y eso nos preocupa... ¿Cómo vamos a saber que ya has llegado a tu límite si no nos comentas nada? Harry, no somos magos, no podemos leer la mente ni saber lo que sientes si no nos dices nada, nos importas.

Tuvo que morderse el labio para no decir nada, sabía que en cuanto una sola de sus ideas guardadas tan celosamente saliera a la luz las demás comenzarían a salir sin poder detenerlas y lo había logrado con el rubio, detenerse solo un poco, pero él ya había dado la entrada a todos los demás y por eso ahora sentía que todo lo que guardaba quería salir como si no hubiera un mañana y esa sensación le asustó un poco, porque quizá si no había un mañana. -No es verdad- y ahí empezaba, incluso estaba sintiendo como su labio empezaba a quejarse por la forma en que clavaba su colmillo -no, no... no es nada, enserio sólo fue... una especie de arranque de sentimentalismo.

-¿Tuviste un ataque de ansiedad?, ¿un ataque de pánico?, ¿un ataque de tristeza?, ¿de felicidad?, tienes que ser más específico en cuanto a un arranque de sentimentalismo, porque con eso me das a entender que es un ataque de algo y necesito saber de qué.

-Sirius, no es nada, de verdad... no importa.

-Importa si te está pasando, ¡claro que importa!, -dijo comenzando a gritar un poco, estaba desesperándose también, Remus y él había intentado todo para poder hablar con el chico y nada parecía funcionar. -¿Por qué nos dejas fuera de todo?, no somos tus padres, pero es casi como si lo fuéramos, te queremos igual que ellos te quieren a ti, entonces ¿por qué dejarnos de lado?

-Sirius- llamó usando el tono de voz más tranquilo que pudo encontrar en su repertorio y que su garganta pudo usar en ese momento. -Si mis padres me dejaron, ¿qué puedo esperar de los demás?

Eso había dolido de tantas maneras, incluso cuando sabía que en realidad el golpe no iba directo hacía él, pero había dolido tan profundamente que pensó en que si James y Lily lo escuchaban iban a terminar destrozados. -Harry,- llamó girando un poco al chico para poner ambas manos en los hombros ajenos buscando obtener la atención del menor, -¿alguna vez te he dado alguna razón para que dudes de mí?, ¿Remus te ha dicho algo para que pienses que él te va a dejar?, a veces Harry, tienes que recurrir a los adultos para que te ayudemos... más porque ya hemos experimentado varias cosas y tenemos experiencia en lo que tú apenas estás sintiendo... habla conmigo Harry, cuéntame que te pasa.

Lo observó por un momento, quería decirlo, sabía que tenía que decirlo pero una parte de él aún no estaba del todo convencido de que era lo mejor que podía hacer, por eso fue que sólo dio un par de pasos hacía atrás, negando con la cabeza, un movimiento suave. -Dame... dame un momento nada más, tiempo y... les contaré a ambos lo que me pasa.- dijo por fin dándole una especie de sonrisa al mayor, porque eso necesitaba, tiempo para arreglar sus ideas, elegir que podía contar y que no, -esperemos a que Moony llegue y... les contaré a ambos, ¿sí?- era lo único que pedía sólo un poco más de tiempo porque necesitaba prepararse para el golpe emocional que iba a recibir.

Tuvo que conformarse con eso, porque al menos era un gran paso a comparación de los pocos que había estado dando hasta ese momento, por lo que solo asintió, - de acuerdo, hasta que Remus llegue, voy a esperar hasta ese momento entonces.- Dijo por fin dejando que el chico subiera ya a su habitación, lo cual era bueno porque él necesitaba calmarse de alguna forma o de lo contrario dejaría que sus impulsos lo guiarán de nuevo y podría crear un retroceso en todo el avance que ya había logrado.

No dijo nada más, comenzó a subir a su habitación lo más disimulado posible, no quería dejar ver que necesitaba estar solo con urgencia, no con Sirius viéndole tan fijamente, porque ya lo sabía, ya sabía que su padrino sabía que ocultaba muchas cosas. Por eso apenas entrar cerró la puerta lo más rápido posible lanzando la mochila a algún rincón olvidado de la habitación, pensando en si era mejor dejarse caer en la cama o en el piso.

Se decidió por la segunda.

Así que Harry estaba tumbado en el pequeño tapete que tenía su habitación por alguna razón, observando el techo sin ningún pensamiento en mente, sólo un poco de tregua que pensó era mejor darse antes de que todas las imágenes de lo que acababa de pasar volviesen de golpe a su cabeza, cuestión que sucedió segundos después, pensando en que podría haber dicho, pensando en que iba a poder decir, sintiendo de la nada que caía, era como si su cuerpo comenzase a caer de forma precipitada de algún sitio demasiado alto y se imagino saltando del techo de esa casa que estaba siendo su hogar por casi un mes, sintió el brinco característico que da el cuerpo para recordarle que se encontraba en el piso sin riesgo alguno de caer de un sitio demasiado alto, sintiendo los ojos pesados y que el pecho comenzaba a contraerse y un grito que quería salir desde lo más profundo de su ser, lo sentía listo, incluso sentía que la garganta se preparaba y sólo pudo apretar los dientes sabiendo que después se quejaría por el dolor de la mandíbula ante ese acto pero no importaba en ese momento no importaba. Los ojos de nuevo ardían y sentía de igual forma que la comisura de sus labios volvía a traicionarlo, estaba cansado, cansado de todo, quería volver a casa, quería estar de nuevo con sus padres y quería que su primo volviese al lugar que él llamaba infierno, porque estar con sus tíos era lo peor que podría pasarle.

Su cuerpo comenzó a hormiguear, sentía la necesidad de mover las manos, sentía como las piernas y los brazos brincaban y eso le hizo levantarse, quedarse sentado observando a su alrededor, la respiración se le entrecortaba y la desesperación que estaba empezando a manifestarse no la entendía, estaba tratando de no pensar en anda y de repente las ganas de gritar se intensificaron, sus manos las apretó tanto en puño que sentía que las uñas se le enterraban en la palma, estaba temblando, se estaba sintiendo en un sitio que no conocía, cerró los ojos, llevó las manos a su cabeza tratando de mantener la fuerza en las mismas, era como si sus pensamientos se fuesen desbordando, se estaba sintiendo mareado, no quería moverse porque sabía que si lo hacía se iría de un lado a otro, se tambaleaba, con cuidado se acercó a la cama sin levantarse del piso, quedando recargado en la base de madera que está tenía, el aire que tomaba no llegaba a los pulmones, no le alcanzaba, lloraba de nuevo y lo único que pudo pensar fue que tenía que regresar, tenía que retomar de nuevo el control de su cuerpo y lo único que pensó fue en provocarse algo tan fuerte para poder hacerlo, sus manos se entrelazaron, se movieron en un acto que pedía ayuda y que era su única solución. Comenzó a tronar sus dedos, eso no funcionaba, sólo sentía que la desesperación crecía, que las piernas y brazos aún brincaban, que su espalda le daba las señales de los escalofrío que comenzaban a aparecer y supo que tenía que cambiar la técnica, dejó sus dedos y comenzó a pellizcarse el dorso de la mano, de manera rápida, sin descanso, dejaba las uñas marcadas pero necesitaba más, no podía recobrar el control, se mordió el labio mientras las manos seguía con las marcas entre ellas, la mordida no servía, no en el labio al menos así que tuvo que optar por algo más, comenzó a morderse la lengua, los bordes, los sitios donde sentía que podía conseguir lo que estaba buscando tan desesperadamente y aunque llegó a sentir el sabor de la sangre no servía, las piernas comenzaron a moverse mostrando la ansiedad de la que estaba siendo víctima, las manos bajaron de nuevo y los golpes a sus muslos se hicieron presentes. -Cálmate- no había pasado por eso, no en ese nivel, era algo nuevo y no sabía cómo controlarlo, ¿cómo controlas una ansiedad y desesperación que hasta ese momento es nueva para ti?, el llanto se incrementó quería dejar todo, quería estar bien, quería sentirse bien y no lo estaba consiguiendo, trató de pensar claramente, pero nada llegaba a su mente, nada, estaba en blanco y sentía miedo.

Necesitaba salir, necesitaba aire, necesitaba algo que le trajera de regreso, incluso la noción del tiempo se había perdido y mientras seguía con los golpes, con las mordidas y con los temblores unas manos más grandes que las suyas tomaron las propias, diciendo su nombre.

-¡Harry!- y la escuchaba, la escuchaba tan audible pero no sabía que hacer, no quería abrir los ojos, no quería detenerse. -Harry, escúchame, abre los ojos por favor.

Y se forzó a hacerlo, su cuerpo se seguía moviendo de una manera demasiado constante y le estaba costando trabajo centrarse en algo, pudo ver el rostro de Moony pero no había nada que decir, no había algo que pudiese decir.

-Harry, dime cinco cosas que veas. -Pidió aún con su expresión seria, viendo de reojo a Sirius para decirle que le tomara las manos mientras él trataba de enforcar la atención del chico. Cuando el otro lo hizo sintió otro par de manos posarse en sus mejillas. -Dime cinco cosas que puedas ver Harry.

-Pero...

-Cinco cosas Harry, ¿qué ves?, sólo dime cinco, sé que puedes.

-Yo...- se esforzó de nuevo, viendo alrededor, buscando algo que captara su atención, -el tapete.

-Bien, ¿qué más?

-La... la puerta.

-Bien, bien, otras tres, vamos que más.

-Tu... tu anillo..., las cortinas... la... mi mochila.

-Bien, bien Harry, ahora cuatro cosas que puedas escuchar. -Le animó a seguir con eso, aún había movimiento en el cuerpo del chico pero ya podía centrarse en algo.

-Los... los autos pasando.

-Bien, ¿qué más?

-Las aves... del árbol- tomó otro segundo pensando en eso, -mi... mi respiración... tu voz.

-De acuerdo, de acuerdo, ahora dime tres cosas que puedas sentir- cuando dijo eso le pidió a Sirius que le soltara las manos, -¿qué puedes sentir Harry?

-La... la base de la cama. -vio que el otro asentía y continuó con eso, por lo que movió su mano, -la, la tela de mi pantalón y... el tapete...

-Perfecto, ahora dime dos cosas que huelas, puedes hacerlo, -sentía que sonaba un poco desesperado pero necesitaba que el chico se relajara de a poco, al menos lo suficiente para poder hablar mejor con él.

-... El... -no encontraba nada, estaba respirando lo más profundo que podía pero no encontraba nada.

-Se que puedes, anda dime dos cosas que puedas oler. -Dijo mientras sacaba algo de la bolsa de su saco.

-El... tu loción, puedo olerla y... y chocolate.

-Eso, siempre huelo a chocolate, ¿no?- preguntó mientras mostraba una barra del mismo, sonriendo ahora un poco al menor. – Ahora dime una sola cosa que puedas saborear, solo una.

Esa no tuvo que pensarla porque ya la sabía, ya la sentía y el haberse relajado un poco le dio la respuesta inmediata, -sangre...

No era la respuesta que esperaba pero funcionaba de cualquier forma porque al menos el chico ya no temblaba, seguía respirando entrecortado y seguía llorando pero ya había parado un poco, -bien, lo hiciste- dijo para después abrazarlo, un abrazo suave pero que le sirvió para confirmar que el menor ya había retomado el control.

-Gracias... Moony...- contestó agarrando al mayor también, buscando ocultarse un poco en el pecho ajeno escuchando la respiración ajena y tratando de imitarla.

-Así Harry, trata de calmarte, imítame inhala- empezó a decir sintiendo que el chico tomaba aire igual que él, -exhala, justo así.

Se quedó así unos minutos, calmándose sintiendo el cuerpo demasiado cansado después de eso, -¿qué fue eso?- preguntó por fin mientras se separaba del otro.

-Un ataque de ansiedad Harry, eso fue, has estado guardando muchas cosas, ¿cierto?

Y lo era, por eso sólo un muy bajo "si" dirigido a Moony fue su respuesta.

-Anda, come esto y después, charlamos un poco, ¿sí?- dijo tendiéndole la barra de chocolate, porque el chico iba a necesitarlo.

No dijo nada, solo la tomo, con eso lo había decidido, iba a tener que contar todo.

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Bonus

O de cuando se hizo la intervención Black

Ser un Black tenía muchas ventajas, eso lo sabía todo el mundo, tenías muchos contactos, muchas opciones de trabajo, casi incluso que tenías la oportunidad de no trabajar en toda tu vida porque está técnicamente estaba resuelta. Si, ser un Black tenía muchas ventajas, pero había algunas desventajas demasiado fuertes, muchas que en realidad no tenían por qué preocupar a la mayoría de los integrantes de la basta familia, porque todos habían logrado controlar esas desventajas, habían logrado entenderlas hasta el punto en que ya no representaban demasiada amenaza para la forma en que llevaban sus vidas. O al menos eso era lo que se esperaba de todos los Black, sobra decir que uno falló en comprender como lidiar con esa desventaja.

Sirius Black.

Sirius no había logrado comprender en primera instancia porque se hacía demasiado alboroto por algo que él consideraba y que Peter en su momento le había dicho, era normal. Era normal el querer cuidar a la persona que más querías, era normal querer que estuviese contigo en los momentos importantes, era normal ponerte celoso en algún punto, sin llegar a ser demasiado tóxico, si veías que alguien se acercaba con otras intenciones, porque eran reacciones humanas que siempre tenían que controlarse y pensar siempre con la cabeza fría, eso era lo que le habían enseñado y había logrado llevarlo a cabo, porque podía sentir ese arranque de celos pero siempre buscaba pensar con la cabeza fría y se controlaba, los apagaba, los dejaba de lado, porque confiaba en su pareja, confiaba en Remus.

Pero Remus se había ido.

Pasaron dos semanas y Remus simplemente seguía desaparecido, se había ido, se había ido de su lado y él no lo entendía, ¿qué había pasado?, ¿había hecho algo mal?, ¿había demostrado quizá demasiado?, ¿o era que las consecuencias de las desventajas de los Black se hacían presente?

Los Black eran demasiado sobreprotectores con su pareja.

Había hablado con James, con Peter, con Lily, incluso sintió la ferviente necesidad de hablar con el pequeño Harry, que era bastante obvio que no iba a saber nada y también corría el riesgo de que si le preguntaba iba a asustarlo, porque no solo se había ido el amor de su vida sino que también se había ido el amor platónico de Harry, si, era en su etapa de enamoramiento por Remus. Pero eso ni impidió que siguiera buscando, con la poca familia que le quedaba a Moony, con sus parientes que aunque no tan cercanos al menos podían tener una idea de donde podría estar o si lo habían visto.

Pero nadie sabía de Remus.

Remus se había ido y Sirius no sabía porqué, -¿hice algo mal?- preguntó una vez a Peter, después de un mes de no saber nada del castaño.

-No lo creo, se les veía bien juntos, se veía que la relación iba bien.

-Íbamos a mudarnos juntos, ya lo habíamos decidido. - Comentó tomando de la cerveza que para ese momento se había convertido en la mejor de sus amantes.

-No puedes seguir de esa manera Sirius. Estás solo todo el tiempo, ¿cuándo fue la última vez que limpiaste está casa? - preguntó James haciendo a un lado la poca pero aún así notable basura que podía verse. Vale, que también James era un exagerado y en realidad la casa no se encontraba tan sucia, algunos platos abandonados quizás y algunas botellas dejadas por algunos lugares medio escondidos que ocasionaban se olvidaran, pero no, Sirius no había dejado abandonado su hogar, porque tenía la esperanza de que Remus volviera y si lo hacía, iba a regañarlo tanto por descuidarse.

-Ayer la limpié – dijo recargándose mejor en el sillón, tomando el resto de su cerveza, - y lo sabes, estuviste aquí ayer, y anteayer y el día anterior y el anterior y hace una semana... han estado aquí diario desde hace dos semanas.

-Estamos preocupados por ti – dijo Peter después de tomarse un momento, - no has salido mucho.

-Tienes que ir a trabajar - comentó James inclinándose hacia el frente para poner más énfasis en su petición.

-Que te jodan James, no me he tomado vacaciones desde hace tres años, son todas las que me debes y sé que aún tendré días para gastar. - amenazó, incluso levantando el dedo del medio. - O si no, ¿qué?, ¿vas a despedirme?, ¿a mí?, ¿a un Black?

Y sabía, James sabía que lo había agarrado del mejor lugar posible. Porque no podía hacerlo, no podía despedirlo, porque si lo hacía el resto de los Black se sentirían ofendidos y lo atacarían y era probable que incluso lo degradaran, si bien le iba y no lo liquidaban.

-Te tengo de los huevos y lo sabes - comentó poniéndose de pie para ir en dirección a la cocina, con toda la intención de ir por otra cerveza, porque esa iba a ser su rutina, una y otra y otra y otra cerveza, hasta que estuviera seguro que aún podía subir las escaleras sin caerse a pesar del aparente tambaleo que iba a conseguir, porque no quería que Remus lo encontrara borracho, no iba a ser una buena impresión. Tanto estaba pensando en eso que o escuchó bien cuando sus dos invitados se fueron, ya era hora, ya necesitaba estar solo pero a la vez no quería estarlo, quería a su Remus.

Pero Remus no aparecía.

Aunque si apareció la Artillería pesada dos semanas después.

La familia Black tiene una desventaja muy grande y cada miembro tiene que aprender a lidiar con las consecuencias de esa desventaja, la mayoría lo hace, Sirius no pudo, por ello se hizo la intervención Black, los padres de Sirius se ahorraron el problema, no asistieron, para ellos, si su hijo no podía lidiar con eso solo entonces no valía mucho que llevara su apellido. Su hermano se pasó un par de veces por la casa del mayor, solo escuchando, nunca juzgando, solo para escuchar lo que su hermano tenía que decir, si no estaba del todo borracho. Su prima Bellatrix solo fue una vez y eso a petición de Narcisa quien estaba un poco más interesada por la situación de su primo, junto con Andromeda, después de eso el grupo de intervención quedó solo en tres personas, cuatro si cuentas a Peter. Tres Black y un externo.

Si alguien le preguntara a Sirius sobre esa etapa de su vida sabría que no fue la mejor, tampoco la peor pero casi llega a ese punto, Sirius fue alguien completamente distinto, él diría que casi iba a desaparecer, la comida dejó de importar, la bebida se convirtió en la mejor amiga, el sol en el enemigo natural de su piel, el agua o bien la ducha en alguien que visitaba solo de vez en tanto, así que si, las dos mujeres Black, su hermano y Peter tuvieron que poner manos a la obra, lidiar con sus ataques de depresión, de ira incluso. Draco estuvo presente en algunos y su tío sabía que era algo que el rubio siempre iba a recordar y algo que Lucius siempre le iba a reprochar, pero eso ayudo.

Por eso, mientras Sirius recordaba todo lo que había vivido mientras veía el ataque de ansiedad de Harry supo que no estaría solo por completo, supo que Draco pondría en práctica lo que había aprendido y también sus padres, Remus, Peter y él estarían dispuestos a apoyar al más chico.

Remus regresó esa vez dos meses después, alegando perfectamente que Sirius Black era un idiota dramático e infantil porque él le había dejado bien en claro que se tomaría un tiempo para arreglar algunas situaciones familiares que se habían salido de control y que no era culpa suya si su entonces marido no le prestaba atención a la hora de hablar y simplemente decidía ignorarlo.

Desde entonces Sirius prestaba más atención a lo que decía su esposo, solo para ya no pensar erróneamente después que lo había abandonado.

Ese era solo otra de las desventajas de los Black.