Los personajes de Twilight no son míos sino de Stephenie Meyer, yo solo me divierto un poco con ellos.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ NNAM ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Capítulo 19


19 de diciembre

Solo escúchalos, Edward.

No tengo nada que hablar con ellos, tengo muy clara mi decisión.

¿Y la mía no cuenta?

¿Acaso te estoy obligando a algo?

Sabes lo que quiero decir —suspiró dirigiéndose hacia la cama—, también tengo derecho a decidir sobre lo que es mejor para ella, y creo que nosotros no lo somos.

Es increíble lo que estás diciendo, ya te lavaron el cerebro.

Solo estoy escuchando lo que ellos tienen que decir, tenemos diecinueve, con tu sueldo y el mío apenas si alcanza para lo básico.

Lo sé.

Si se la damos podemos ir a la universidad, conseguir mejores empleos y en el futuro podemos recuperarla, ella va a entender que teníamos que hacer nuestras vidas para darle una mejor vida a ella.

Miré a mi pequeña que dormía plácidamente en mis brazos, como si tan solo diez minutos atrás no hubiera estado levantando a los muertos con sus gritos.

¿Y si jamás me perdonaba?

¿Si crecía odiándome porque se crió pensando que no la quería lo suficiente?

Si se la damos jamás nos la regresarán.

Mi mamá jamás haría eso —me intentó tranquilizar—, solo la cuidarán mientras nosostros no podemos, Renée nos la regresaría en cuanto viera que podemos cuidarla, no la tendría para siempre.

Haría justamente eso —respondí—, tu madre está amargada.

No hables así de ella.

Lo está, lo sabes, lo hemos dicho infinidad de veces, Tanya, está amargada porque Aro se fijó en Carmen y no en ella —le repetí—, a Bella le encantaba molestarla con eso.

No me voy a poner a discutir la relación de mis padres contigo, no es importante en este momento.

Claro que es importante, porque entre tu madre que está amargada por no poder ser la esposa millonaria de Aro, y mi madre que es doña perfecta junto con Alice que es metomentodo, nunca van a permitir que la recuperemos, siempre va a haber un pretexto, una excusa, una razón para no permitirnos estar con ella.

Estás siendo absurdo.

No, no lo estoy siendo, estoy diciendo las cosas como son y si tú ya estás convencida de tu decisión, está bien, no te voy a presionar a irte con nosotros.

¿Qué quieres decir?

Que me marcho, Alannah y yo nos vamos a donde nadie nos va a separar.

Pensé que habías dejado esa ridícula idea, ni siquiera tienes un lugar a donde llegar.

Sí lo tengo, a eso venía aquí, a que nos acompañaras, pero ya has tomado tu decisión.

¿Te marchas hoy? Es de noche.

Estoy consciente de eso. —Di media vuelta dispuesto a salir de la habitación.

No puedes irte. —Me detuvo del brazo–. ¿Qué vas a hacer? ¿A dónde vas a ir?

Eso ya no te incumbe.

Estás siendo un idiota.

Quizas, pero eso ya no te incumbe. —Me solté de su agarre—. Que te vaya bien en la universidad.

No, espera, Edward…

Salí de su habitación y de la casa, no tenía nada que hacer ahí, y me adentré en el frío clima, en donde la nieve cubría la mayor parte del lugar.

—Edward…

Abrí los ojos para ver la cara preocupada de mi bonita esposa.

Levanté mi mano para colocarla sobre su mejilla.

—Te amo.

—Y yo a ti. —Se inclinó y me besó los labios, un pequeño beso—. ¿Pesadilla?

—Odio esta fecha —murmuré cubriéndome el rostro—, pensé que las pesadillas ya habían desaparecido.

—El estar aquí pudo ser un desencadenante —me tranquilizó—. ¿Quieres hablar o quieres que te entretenga con otra cosa?

Sonreí.

—Creí que estábamos intentando mantener a nuestro chico aún aquí adentro —acaricié su barriga—, ¿el sexo no adelantará el parto?

—Estaba ofreciendo mi boca —rodó los ojos—, pero creo que lo que quieres es hablar, ¿el mismo sueño?

—El mismo —suspiré—. No creo que pueda perdonarla, jamás.

—No tienes por qué hacerlo.

—¿Y si Alannah se da cuenta de que no me agrada?

—Creo que nuestra mariposa está a salvo, has sabido ser neutral en todo este tiempo.

—Muchas veces he querido gritarle.

—Pero te has abstenido… aunque no sé si puedas contenerte hoy que hables con ella.

—¿Por qué tengo que ser yo?

—Porque yo no soy alguien de su agrado y todavía está coladita por ti, te va a escuchar más.

—Como si eso me importara… ¿Aún está disponible tu boca?

Antes de que Bella pudiera responderme, nuestra mariposa entró corriendo a nuestra habitación.

—¡Quiero darle el beso de buenos días a mi hermanito!

Mientras mi mariposa besaba la barriga de su madre, no podía dejar de pensar que había tomado la decisión correcta, marcharme cuatro años atrás nos había llevado hasta el día de hoy.

No podía pedir más.


¿Review?