¡Saludos, queridos lectores!

Sí, ya han pasado quince días desde la actualización de esta historia, por lo que toca actualización y, si lo recuerdan, en el capítulo anterior les comenté que si habían al menos dos comentarios de personas que comentaban poco o no habían comentado, les daría doble actualización de esta historia. La condición acplicaba para Wattpad y fanfiction, así que... ¡Sí! Habrá doble actualización n.n

Muchas gracias por los comentarios y el apoyo que le están dando a la historia, les aseguro que leo todos, tanto en Wattpad como en fanfiction, sólo que tengo algunos problemas con ambas plataformas. Por ejemplo, en Wattpad, aunque he llegado a leer sus comentarios desde la historia, cuando me siento a contestarlos, no me aparecen en las notificaciones y no sé el por qué. En fanfiction, no me llegan las notificaciones de comentarios, sólo las notificaciones de los follows y favs, así que sólo cuando echo un vistazo a los comentarios, es cuando puedo leerlos y no puedo responderles personalmente, porque hay algunos anónimos.

A pesar de todo, quiero que sepan que, así como ustdes me leen, yo también los leo, y siempre me pone muy contenta ver las interacciones y que las historias (esta o cualquiera de las que tengo y sigan), sean de su agrado n.n

Para no hacer más larga la introducción, los dejo con el siguiente capítulo de esta historia, la cual, espero que, pese a que actualizo cada quince días, siga siendo de su agrado n.n


Sasuke se encontraba en su oficina trabajando muy centrado en lo que hacía, y aún cuando no había creído lo dicho por su hermano sobre Hyuuga, sus palabras sobre que Karin saldría con alguien en algún momento, rondaban su mente. Además, tampoco pudo quitarse de la mente que ella intentó decirle algo sobre los Hyuuga… ¿Y si intentaba decirle que salió a cenar con el varón?

No… ¿Por qué querría decírselo? Karin no tenía por qué avisarle si salía con Hyuuga o cualquier otro hombre porque no eran pareja y ella jamás había usado ninguna treta para mantenerlo cerca. Además, había sido ella la que había terminado todo.

—Adelante —Sasuke dejó pasar a quien llamaba a la puerta sin despegar la vista de la computadora. El llamado a la puerta había interrumpido sus pensamientos.

—Estoy seguro que ella se envió esas flores —Suigetsu, que fue el primero en entrar a la oficina, le decía a la persona detrás de él.

—¿Por qué haría eso? —preguntó Juugo.

—¿No es obvio? Para sentirse bien consigo misma y hacerle creer a los demás que es atractiva —respondió el albino— Pero no puede engañar a nadie con un truco tan barato. ¿No te parece, Sasuke?

—No están aquí para cotillear. Estamos trabajando —el aludido los regañó. No entendía por qué les importaban los chismes de los empleados.

—No es la primera vez que Karin recibe flores. No sé por qué te empeñas en molestarla —dijo Juugo mientras entregaba al azabache un par de carpetas que llevaba en las manos y cuando iba a hablar, Sasuke le robó la palabra sin siquiera hacer caso de los papeles.

—¿Estaban hablando de Karin?

—Sí. La muy idiota se envió un enorme arreglo de flores y dice que alguien más se las mandó. Pero ¿quién le va a creer si ni siquiera da un nombre? —acusó el albino burlón— Aunque voy a darle un poco de crédito esta vez. Las otras veces que se envió flores, actuaba como si no fueran nada, pero ahora parecía avergonzada.

—Sobre el presupuesto de…

Sasuke, sorprendido, salió de su oficina y llamó con premura a la puerta de Karin, mientras era seguido por Juugo y Suigetsu que estaban confundidos por la forma en que se fue.

—Pase —se oyó la voz de la pelirroja y el azabache entró a toda prisa, pero paró en seco cuando vio un enorme arreglo de rosas rojas en el escritorio— ¿Qué pasa?

—Creo que Sasuke vino a ver cómo hacías el ridículo enviándote flores tu misma —respondió Suigetsu riendo.

—¡No me las envié yo! —exclamó Karin enojada, pero avergonzada de la acusación que le hacían frente a Sasuke.

—¿Y por qué no nos dices quién te las envió? Eso es muy sospechoso.

—¡No tengo por qué hablarte de mi vida personal! —replicó la pelirroja— ¡Eso es sólo asunto mío y de nadie más!

—¡Eso es lo que diría una mentirosa!

—¡Eso es lo que dice alguien que no quiere que un cotilla cómo tú se meta dónde no lo llaman!

—No quieras jugar a hacerte la misteriosa porque no te va —replicó Suigetsu con una enorme sonrisa— Además, no es como que seas muy guapa o simpática como para…

—¡Deja de decir tantas estupideces sobre mí! —gritó Karin enojada dándole una bofetada al albino con todas sus fuerzas— ¡Si no vas a hablar de trabajo, lárgate de mi oficina!

—No son…

—Te necesito en mi oficina para terminar lo de Kiri —Sasuke interrumpió a Suigetsu que se sobaba la mejilla. Su tono no era nada amigable.

—De acuerdo, pero pudiste haber usado el teléfono para llamarme. No tenían que venir todos aquí —respondió la pelirroja cerrando su sesión en la computadora antes de salir.

—¡¿Las flores te las mandó Hyuuga Neji?! —se oyó la voz sorprendida de Suigetsu, quien había visto la tarjeta de las flores dentro del arreglo y aprovechó la distracción de todos para leerla.

—¡Deja mis cosas! —gritó Karin furiosa y sonrojada, corriendo a arrebatarle la tarjeta.

—¡Estás saliendo con la competencia! —reclamó el albino.

—¿En serio estás saliendo con él? —preguntó Juugo sorprendido, pero también había una pizca de reproche en su voz.

—¡Eso no les incumbe!

—¡Nos incumbe si estás saliendo con la competencia! ¡¿Has pensado que podría estar seduciéndote para buscar secretos corporativos?! —regañó el albino— Sabía que eras una idiota, pero no tan idiota. No puedes andar en brazos de ese imbécil sólo porque no puedes controlar tu calentura.

—Suigetsu puede tener razón sobre sus intenciones al acercarse a ti —apoyó Juugo, pues era desconfiado, especialmente de la gente que no conocía y que tenía razones para hacer tretas— Deberías rechazarlo de inmediato, antes de que comprometas los…

—¡Basta! ¡No acepto que me digan con quién puedo o no salir! ¡Sé lo que estoy haciendo!

—Sasuke, dile algo antes de que nos traiga problemas —dijo Suigetsu dándole un golpe en el hombro, pues el azabache había quedado pasmado al oír el nombre del remitente.

—Karin…

—¡No! ¡Ni se te vaya a ocurrir apoyarlos, porque te juro que… !

—Terminemos el proyecto ahora —Sasuke la interrumpió apretando los dientes.

—Pero…

—Hablaré contigo después —el azabache interrumpió al albino, pero se había dirigido a la pelirroja.

—No tengo que hablar con nadie de con quién salgo —respondió Karin enojada. Ella apagó su pantalla y salió de su oficina para entrar en la de Sasuke y comenzar con el trabajo.

Aún cuando Juugo y Suigetsu siguieron insistiendo con el mismo tema, Sasuke les ordenó ponerse a trabajar y sólo cedieron porque pensaban que él hablaría con Karin para ordenarle que no hiciera estupideces. Sin embargo, él ni siquiera estaba seguro de qué pensar al respecto.

—Señor Uchiha, el CEO de Seven acaba de llegar al edificio para su junta de las cinco —la asistente de Sasuke había avisado después de que el equipo llevara algunas horas trabajando.

—Gracias. Estaré allí en cinco minutos —respondió el azabache dando un suspiro pesado.

—¿Vas a necesitarnos en esa junta? —preguntó Suigetsu descontento. Ya estaba cansado del trabajo.

—Sólo a Juugo. Ustedes sigan con esto.

El equipo se separó y Sasuke entró a la sala de juntas junto a su compañero. Ahí, visualizó a cinco personas que conocía, pero que de entre todas, dos de ellas no se suponía que debían estar allí y de entre esas dos, una era la que menos quería ver en ese momento.

—¡Sasuke! ¡Al fin! —un chico rubio se acercó al aludido dándole algunas palmadas en la espalda.

—Ustedes fueron los que llegaron tarde —señaló el azabache irritado, pues la junta era a las cinco y eran las cinco y veinte.

—Que gusto verte, Sasuke-kun. Hacía un tiempo que no nos veíamos —saludó una pelirrosada.

—Buenas tardes —saludaron los otros tres, agregando el nombre o el apellido del aludido y saludando a Juugo de la misma forma.

—Pensé que tendríamos una junta para la propuesta que tenían de su empresa a la mía —comentó Sasuke mirando de reojo a los dos invitados de ojos perlados.

—Nos hemos hecho socios de Hyuuga Corp., así que vienen con nosotros a presentar la propuesta —explicó el rubio sonriendo.

No, no estaba contento de ver a ese hombre justo en ese momento y tener a sus viejos compañeros suplicándole una vez más que volviera con ellos, no mejoraba su humor, aún cuando le habían asegurado que esta vez tenían una propuesta única para asociarse. Sin embargo, no podía oponerse porque Itachi era el de mayor cargo en la empresa y le había pedido que revisara el acuerdo, así que sólo le quedaba mantenerse dentro del trabajo y terminar con la junta lo antes posible.

Lo único que lo ayudó a sentirse más tranquilo, fue saber que Karin estaría encerrada en su oficina con Suigetsu trabajando, por lo que no la vería en la misma habitación que Hyuuga.

Pasó el tiempo mientras se daba la junta y estaba saliendo tan bien como Sasuke esperaría con respecto al carácter de sus viejos compañeros que parecían no haber cambiado nada. En cuanto al nuevo, Sai, era más directo al hablar y los Hyuuga, si bien no permanecían mudos, parecían enteramente de acuerdo a lo que Naruto y Sakura le planteaban.

Cuando la junta terminó, la respuesta que Sasuke les dió, fue que tendrían que analizarlo y aunque Naruto parecía no querer irse sin una respuesta, el resto le recordó que Sasuke no tenía la última palabra en la empresa y que era normal que tuviera que plantearlo con el resto de los accionistas.

Tuvo que pasar otro rato para hacer que Naruto accediera a irse, pues después de la junta, el rubio reiteró que lo recibirían en la empresa si decidía dejar su puesto ahí y cuando él se negó, le propuso una salida en compañía de Sakura y Sai para ponerse al corriente. Algo a lo que Sasuke se negó diciéndole lo ocupado que estaba y que le estaba quitando el tiempo.

—¿Estás bien? —Juugo le preguntó a Sasuke cuando lo vio agarrarse el puente de la nariz después de que el rubio saliera de la sala de juntas.

—Sí, es sólo que siempre termino aturdido de hablar con Naruto por lo ruidoso que es.

—Deberías tomarte un descanso. Hemos estado trabajando de corrido las últimas horas.

—Volvamos a mi oficina, veamos qué falta y quizá salgamos temprano hoy.

Juugo asintió y le hizo una señal al asistente del azabache para que se llevara los documentos que las personas de Seven habían llevado. Se tomaron unos instantes antes de salir de la sala de juntas y al dirigirse a la oficina de Sasuke, se encontraron con Karin que hablaba con los Hyuuga.

—Le agradezco mucho el arreglo, es hermoso —alcanzaron a escuchar de la pelirroja que sonreía.

—Espero que ello ayude a convencerla de que no estaba bromeando en la cena —respondió Neji sonriendo.

—Sí, lo admito, ya le creo.

—Me satisface saberlo, especialmente porque me gustaría invitarla a salir de nuevo, si es que está disponible.

—Karin, tenemos que volver al trabajo —se oyó la voz de Sasuke que había intervenido en la conversación impulsivamente.

—Estaré allí en un minuto —respondió la pelirroja.

—Podemos ponernos de acuerdo por mensaje, si le parece. No quiero meterla en problemas —respondió Neji con amabilidad.

—Vamos —insistió el azabache y Juugo, aunque tenía dudas sobre las intenciones del hombre hacia su compañera, entró a la oficina.

—Sí quiero salir de nuevo —dijo Karin después de haber hecho un gesto con la mano para rechazar la insistencia del azabache.

—Maravilloso —tomó su mano y le besó el dorso con delicadeza— Me hace muy feliz.

—Karin…

—Ya no tardo —respondió la aludida sin voltearlo a ver, porque ella miraba a Hyuuga con un evidente sonrojo que a Sasuke no le gustó para nada, pero tampoco sabía qué hacer o decir.

—No quiero meterla en problemas. Le escribiré más tarde —respondió Neji volviendo a besar el dorso de su mano— Anhelo el momento en que nos volvamos a ver.

—Estaré esperando su mensaje —respondió ella, a lo que Neji hizo una reverencia y se marchó. Hinata se despidió con una sonrisa.

Sasuke estaba allí, parado, viendo con incredulidad cómo la fémina parecía movida por las palabras y acciones de Hyuuga cuando anteriormente, ella sólo había actuado así con él. Ni siquiera lo había hecho con otros hombres que la habían cortejado antes.

—¿Qué haces allí? ¿No te apremiaba volver al trabajo? Vamos que no quiero salir tarde de trabajar.

Aturdido, Sasuke siguió a Karin dentro de la oficina, porque todos los sentimientos que tenía en el pecho eran tan nuevos, que ni siquiera estaba seguro si eran sentimientos o le estaba dando un infarto porque sentía que se le estrujaba el corazón.

—¡Dijiste que ibas a cagar! ¡¿Por qué te tardaste tanto?! —reclamó Suigetsu a la pelirroja— ¡Sólo fue una excusa para dejarme solo con todo el trabajo!

—¡En primer lugar, yo dije que iba al sanitario! ¡No seas vulgar! ¡En segundo lugar, tú no eres mi jefe! ¡Y en tercer lugar, no me tardé!

—¡¿Le llamas ir al baño el estar coqueteando con el enemigo?! —replicó el albino, pues Juugo ya le había dicho lo que ocurría afuera y le impidió ir al cotilleo— ¡¿O es que acaso allí es donde te cogió para sacarte información?!

—¡¿Pero qué…?!

—¡Lárgate! —Sasuke corría a Suigetsu.

—Pero…

El azabache tenía tal mirada de disgusto, que Hozuki no se atrevió a seguir replicando aún cuando no entendía por qué estaba siendo echado. Tal mirada, también la dirigió a Juugo, quien no dudó en obedecer, no sin antes asegurarse de que su compañero saliera primero de allí.

Tras el reproche de Suigetsu, Karin se enfureció, pero ahora que Sasuke echaba a todo mundo, estaba todavía más enojada porque estaba segura que él estaba respaldando a esos dos con sus ideas estúpidas de que la estaban seduciendo sólo por interés.

—¡Si vas a echarme la bronca porque crees en las estupideces de esos dos, yo…!

Uchiha había estado tratando de entender y manejar los sentimientos que la situación le habían provocado, pero por algún motivo explotó cuando Suigetsu señaló la posibilidad, aunque prácticamente nula con una cita, de que Hyuuga y Karin hubiesen intimado. Sin embargo, ahora que se habían quedado solos, por muy enojado que estuviera, se dio cuenta que no tenía nada que decir al respecto.

Al notarlo, él se dió la media vuelta sujetándose el puente de la nariz tratando de acomodar sus ideas caminando de un lado a otro y fue precisamente esa acción la que dejó muda a la pelirroja, porque no era lo que ella esperaba.

—Salte tú también —ordenó sin mirarla después de un rato y antes de que ella pudiera decir algo, y a pesar de ser menos duro que con los otros dos, seguía oyéndose muy autoritario.

—¿Te sientes bien? —preguntó la pelirroja preocupada, pensando que quizá se equivocó al creer que él podría ser tan imbécil como los otros dos como para creerla capaz de decir cosas a la competencia, sólo porque la estaban cortejando.

—Vayan a descansar. Nos veremos en media hora para seguir con esto.

—Sasuke, si te sientes mal…

—Necesito silencio. Sólo vete.

Sasuke no volteó hasta que oyó la puerta cerrarse, y sólo en ese momento sintió como si volviera a respirar. Aún así, seguía inquieto por lo que estaba pasando y fue a dejarse caer en su silla para tratar de ordenar sus pensamientos o por lo menos, dominarlos para antes de que su equipo regresara.

Apenas era martes y se sentía más estresado que cualquier otro día y ni siquiera era por el trabajo.

Para cuando los chicos volvieron, él pudo centrar su mente en el trabajo, pero cada que notaba que Karin recibía y enviaba mensajes cada tanto, sentía como si todas esas emociones y pensamientos quisieran salir de nuevo.

Que Suigetsu la señalara y le recordara que esos mensajes podrían ser de Neji, tampoco ayudaban. Sin embargo, lograba tranquilizarse lo suficiente para que no notaran su molestia por ese tema en particular, pero fue motivo para que ese día y el resto de la semana, los obligara a salir del trabajo hasta tarde por la más mínima nimiedad o buscando cualquiera excusa.

Por supuesto, el día en que más se empeñó en llenarlos de trabajo, fue el viernes y cuando lo hizo, le irritó que su mente le recordara las palabras de su hermano que le señalaban que sólo podía estar haciendo ese tipo de tretas para evitar que ella saliera con alguien… en este caso particular, con Neji.

Con lo anterior en mente, no era de extrañar que él se tensara con cada mensaje, o con la posibilidad de salir a la hora usual del trabajo, pero el peor día de todos fue el sábado por la noche, porque sin importar cuánto pensara en una excusa, no había motivo para evitar que Karin se encontrara con Hyuuga.


¿Sasuke hará algo fuera de lo común para evitar que Karin salga con Neji? ¿Karin está siendo conquistada por Neji? ¿Este será el empujón que Sasuke necesita para aceptar sus sentimientos? ¿Qué otras dudas les han surgido?

Me encantará leer sus preguntas y teorías en los comentarios n.n

Tan pronto como me sea posible, ya que hago algunas cosas para preparar el capítulo antes de subirlo, estarán viendo el segundo capítulo que les he preparado para este fin de semana n.n

¡Hasta la próxima actualización!