¡Saludos, queridos lectores!
Lamento muchísimo no haber podido actualizar la semana pasada ninguna de mis historias. Por desgracia, estuve ocupada y aunque si avancé en algunas historias, no pude terminar ningún capítulo completo. Sin embargo, me alegra comunicarles que hoy actualizaré tres historias: Inexperiencia, Difícil relación y, por petición de sesshuome que me dejó alrededor de cien comentarios en Wattpad suplicándome actualización, El fantasma de la novia.
Espero que las actualizaciones de esta semana sean de su agrado y espero el próximo fin de semana poder actualizar Dimensión espejo, cuyo capítulo estoy a muy poco de terminarlo.
Sin más por el momento, los dejo con la continuación de esta historia n.n
Karin tardó un poco en contestar, porque aunque ella ya se había detenido a pensar en todo lo que estaba ocurriendo, aún no había llegado a una conclusión que considerara útil.
—Yo pienso que tú y tu hermano no nos están diciendo algo, porque Suigetsu y Juugo tuvieron que distraerlo para yo poder venir a verte —contestó acusadoramente— También pienso que hay alguien que está enredando las cosas a propósito, pero aún no estoy segura con qué fin. La teoría de Suigetsu es plausible, pero hay algo que no me cuadra —dijo pensativa y Sasuke la miró a la expectativa— Todos los rumores que se han hecho y están causando alboroto, son por asuntos tuyos del corazón, no con la empresa directamente.
—Ya no habrá nada que se pueda usar al respecto. Terminé con Sakura, esa actriz no la he vuelto a ver desde hace un año y no pienso volver a involucrarme con nadie.
—¿Y si esa persona tiene algo de nosotros? —preguntó Karin con timidez y sin mirarlo a los ojos.
Sasuke, por el contrario, intentó buscar la mirada de ella, pero sólo pudo ver su rostro agachado que parecía preocupado. Sin duda, ella debía sentirse inquieta de que algo de esos días saliera a la luz y arruinara su compromiso.
—No debería tener nada.
—Usamos el trabajo como excusa para acercarnos sin levantar sospechas, pero incluso si sólo hubiésemos trabajado, una foto de nosotros hablando hasta tarde, puede desencadenar más rumores en esta situación.
—Hyuuga no es del tipo de personas que se deje llevar por rumores, no debes preocuparte —él quiso consolarla.
—Lo sé, pero…
—Me voy a encargar de eso lo antes posible. No quiero que sigan inventando estupideces en torno a mí ni que sigan metiéndose en mi vida privada —Sasuke de verdad quería tranquilizarla— Sigue trabajando como hasta ahora y que esto no te impida seguir con los arreglos de tu boda. Incluso, quizá Itachi ya lo tenga solucionado.
Había sido difícil decir la palabra "boda", y aunque ya no sintió las arcadas, su corazón aún se estrujaba con la misma intensidad.
—Ni siquiera puedo decir que haya empezado a arreglar algo —ella respondió suspirando.
—¿No encontraste un vestido de novia que te gustara? —Sasuke se atrevió a preguntar teniendo la misma sensación que al articular la palabra "boda".
—¿Un vestido? ¡Ah! ¿Lo dices por la boutique? —ella al principio se vio confundida— Lamento que se haya arruinado su plan. Itachi-san me pidió que atrasara la búsqueda del vestido y lo cumplí, pero ese día en la boutique, la prima de Neji que se va a casar, encimó las citas de la prueba del vestido con un examen médico y como somos más o menos de la misma talla, me pidió hacer la prueba del vestido por ella —explicaba la pelirroja— Ahora todo mundo piensa que ya estoy eligiendo mi vestido, pero ni siquiera he podido sentarme a hojear las sugerencias que las diseñadoras de Hyuuga Corp. me enviaron —dijo en tono cansino— Iba a empezar hoy, pero estábamos preocupados por ti.
—Deberías volver y atender ese asunto. Yo estoy bien.
—¿Estás seguro? Sasuke, si Sakura realmente te rechazó y tienes el corazón roto, no lograrás superarlo si…
—Tu misma lo has dicho, los rumores de internet no son confiables. Nunca pensé en pedirle matrimonio a Sakura, terminé con ella y mi malestar sólo fue casualidad.
—Sasuke…
El aludido se levantó de la cama y caminó hasta la puerta para abrirla.
—Estoy mejor. Mañana volveré al trabajo. Tu deberías volver a casa.
Karin iba a protestar, pero de antemano sabía que si él ya estaba decidido a no hablar, simplemente no lo haría. Además, era tarde y ya estaba cansada, por lo que se levantó de la silla y caminó a la salida. Sin embargo, unos pasos antes de llegar al marco de la puerta, ella notó, gracias a la luz del pasillo, que había un papel arrugado en el piso y se agachó a recogerlo.
—¿Qué es esto? —se preguntó, pues aunque al principio podría parecer basura, notó la letra del azabache y despertó su curiosidad.
"...muchas noches te escuché llorar, y me angustiaba oírte sufrir, pero…"
—Nos vemos en la oficina —Sasuke le había arrebatado el papel, la tomó de la muñeca y la llevó hasta la salida de la mansión.
—Más lento —ella protestaba tratando de seguirle el paso, pero en algún momento se tropezó por la premura, y Sasuke, cuyo cuerpo aún estaba débil, fue arrastrado por ella.
Ambos cayeron uno al lado del otro y mientras Karin buscaba sus lentes tanteando el piso, Sasuke soltó un bufido.
—Eres un idiota. Antes no tropecé en las escaleras —Karin lo regañó sin poder hallar sus anteojos.
—Lo soy —admitió Sasuke que se había sentado en el suelo y le entregaba los lentes a la pelirroja.
La joven se sintió confundida de que el hombre aceptara sus palabras, usualmente se quedaba callado si le daba la razón o protestaba si ella se equivocaba.
—Sasuke, en serio, si quieres hablar con alguien sabes que puedes contar conmigo. ¿Verdad? —su voz era suave y comprensiva, porque ella no dudó ni un momento en que esa carta era para esa chica de la que él estaba enamorado— No te lo guardes todo. Recuerda que la gente que estamos a tu alrededor, estamos para apoyarte.
Desde que ella había llegado preocupada por cómo estaba, él se había sentido animado de saber que aún era importante para ella y aunque sintió pánico al ver que ella leyera esa estúpida carta que también había caído al suelo, ahora que la veía frente a él preocupada y brindándole su apoyo como siempre lo había hecho, quería que ella supiera lo que había escrito.
Sí, claro que sabía que hacerlo en ese momento cuando ella estaba preparando su boda con otro podría lastimarla y enfadarla, pero si al menos le decía la verdad, ya no estaría preocupada por él y ella podría seguir con su vida. ¿Verdad?
—Sí hay algo que quiero decirte —espetó el varón tomando la carta. Una parte de él quería leérsela, otra quería entregársela, pero su orgullo, aquél que le había impedido abrirse a ella, le exigía que se lo dijera mirándola a los ojos y con el corazón en la mano.
—Te escucho.
Ambos estaban sentados en el suelo en medio de la sala, a unos metros de la salida. Estaban solos porque aunque el ama de llaves y otros sirvientes habían oído el escándalo de la caída, Itachi les había dado instrucciones a los trabajadores que si veían a esos dos juntos, los dejaran solos.
Claro, eso último Sasuke lo desconocía, pero era evidente que el espacio era de ambos para hablar.
—Sé que estás contenta con Hyuuga y que no te casarías con él si no lo amaras, también sé que este no es el mejor momento para decirte esto, pero…
La puerta de la entrada se abrió, lo que hizo voltear al par hacia el ruido. Ahí, Itachi recién llegaba de la oficina y aunque no dijo nada y quiso fingir que no vio nada, retroceder y cerrar la puerta, el celular de Karin comenzó a sonar.
—Continúa —pidió la pelirroja mirando al azabache.
—Deberías contestar —él desvió la mirada, porque si sólo hubiese sonado el teléfono habría seguido con su confesión, pero le incomodaba saber que su hermano pudiera estar escuchando afuera.
—Quiero oírte.
—Hablemos luego.
—Pero…
—Te prometo que un día te lo diré, pero sólo cuando llegue el mejor momento —le acomodó un mechón detrás de la oreja mientras la miraba.
El mejor momento… ese ya lo había dejado pasar en muchas ocasiones cuando aún habían habido muchas oportunidades de hacer las cosas bien y quién sabe si alguna vez volvería a haber una ocasión para ello, pero esperaba que al menos con esas palabras, pudiera darse cuenta que confiaba en ella, que aún si no lo había mostrado antes, ella era importante para él y que si no podía decirle la verdad, era porque aún no estaba preparado.
Quizá lo mejor no era decirle todo lo que había en esa carta en ese momento, pero al menos debería evidenciarle lo que no había hecho antes: mostrarle afecto y consideración.
—De acuerdo, te escucharé cuando estés listo —ella suspiró resignada, pero parecía aliviada.
Por segunda ocasión, el celular de Karin comenzó a sonar y en esta ocasión ella contestó.
—Sí, él está bien. Sólo fue un malestar estomacal y sí, Itachi-san ya llegó —Karin respondió la llamada. Seguramente eran Juugo o Suigetsu queriendo saber si había podido verlo— ¡Por supuesto que es Sasuke! ¿Por qué crees que no lo reconocería, idiota?
—Deja de fingir que no estás escuchando nada y entra a la casa —Sasuke se dirigió a su hermano mientras se levantaba del suelo y Karin seguía hablando con el que ahora, estaba seguro que era Suigetsu.
—Me alegra saber que estás mejor —comentó Itachi echando una mirada a la pelirroja, para insinuarle a su hermano que se refería a que no estaba vomitando al hablar con ella.
—Hablaremos luego.
—Claro. Por cierto, ¿ya comiste algo? Vamos a…
—¡Deja de decir estupideces! —Karin levantó la voz muy enojada y aunque colgó el teléfono, estaba peleando consigo misma para no aventarlo por el enojo que el albino le había provocado.
—Ignora lo que te haya dicho Suigetsu, ¿ya cenaste algo? ¿Por qué no nos acompañas a Sasuke y a mí a comer? Estoy seguro que a Sasuke le encantará tenerte aquí —Itachi invitó a la pelirroja, provocando un gruñido por parte del aludido— Además, Sasuke no ha comido nada desde hace algunas horas y tú puedes atestiguar que come bien para dejar tranquilos a Juugo y Suigetsu. Sé que los tres estaban muy preocupados.
—No necesito que me vigilen —el menor de los Uchiha protestó, pero el celular de Karin volvió a sonar.
Antes de que la pelirroja pudiera contestar nada, Itachi le hizo una señal para invitarla a contestar el teléfono y aunque ella iba a colgar pensando que era Suigetsu tratando de joderla de nuevo, vio en la pantalla el nombre de su novio.
—¿Si? Diga —respondió ella más tranquila— No, ya no estoy ahí. Salí un poco temprano y vine a casa de Sasuke a ver cómo estaba —ambos Uchiha notaron cómo la cara de Karin cambió con lo que fuera que la persona del otro lado de la línea le hubiese dicho— ¿Hablas enserio?
—Debe ser Hyuuga —Sasuke murmuró frunciendo el ceño.
—No voy a discutir esto por teléfono. Nos vemos después —dijo con voz firme.
—¿Todo bien? —Itachi se atrevió a preguntar.
—Sí. Me quedaré a cenar —la pelirroja sonrió.
No hubo nada inusual en la cena y la mayor parte de ella, Karin fue la que se llevó la plática con anécdotas sobre la universidad e Itachi hizo algunas intervenciones con anécdotas vergonzosas sobre él cuando era niño.
Si era sincero consigo mismo, aún si Itachi se esforzaba en avergonzarlo, la cena lo había hecho feliz. Era como si las cosas entre ellos siguieran como antes de que ella terminara el trato que tenían, especialmente porque ella ni siquiera mencionó nada sobre Neji, su relación o la boda.
¿Por qué a veces se sentía como si la recuperara y a veces como si se alejara cada vez más? Quizá todo estaba en su cabeza.
—¿Qué hiciste? —preguntó Itachi después de que Karin se fuera.
—No sé de qué hablas.
—Ya no pareces tener problemas para tocar el tema de la boda, así que algo debiste haber hecho —señaló el mayor— Por lo que oí, no te le declaraste, así que debiste haber hecho algo más y la verdad tengo mucha curiosidad.
—No te incumbe.
—No preguntaré más a fondo, pero me alegra saber que estés más tranquilo —le dió unas palmadas en la espalda.
Transcurrieron cuatro meses, en los que Sasuke pudo mantenerse cerca de Karin aún si la veía con Neji, si alguien le mencionaba el compromiso o si él mismo tenía que mencionar el evento.
Ya no había reacciones físicas, tampoco nada que se le pareciera y aunque Itachi de vez en cuando le decía que parecía que lo estaba superando, el que ya no tuviera ninguna reacción, no significaba que no sintiera nada. De hecho, aquello que lo ayudaba a mantenerse calmado, era leer la carta que le había escrito a ella.
No sabía explicar con exactitud el motivo de que la carta lo ayudara, quizá sólo era un recordatorio de que él la había cagado o quizá porque el papel contenía sus sentimientos y no se desbordaban de su corazón sino en el papel, pero tras aquella boda en la familia de los Hyuuga, se dió a conocer una noticia que volvió a desbordar sus emociones.
—¡¿Te vas a casar en cuatro meses y no nos lo dijiste?! —llegó Suigetsu con el celular en mano muy enojado, interrumpiendo una videoconferencia que Sasuke y Karin estaban teniendo con algunos ejecutivos en Suna.
—Como decía, entendemos que las propuestas hechas por Hyuuga Corp o Seven, sean atractivas, pero nosotros hemos demostrado el cumplimiento de los cronogramas, algo que, principalmente Seven, tiende a no cumplir —hablaba Sasuke— Además, la calidad también viene garantizada. El ejemplo que les hemos presentado debería ser una prueba contundente de nuestro trabajo. Si nos dan el contrato, el proyecto quedará a cargo de la señorita Uzumaki.
—¿No es usted la prometida del señor Neji? —una joven rubia se dirigió a Karin.
—Sí, lo soy. ¿Requiere saber eso para evaluar mi trabajo?
—Ya hemos tenido algunas malas experiencias a causa de relaciones interpersonales —comentó un joven castaño.
—No dejo que mi vida personal interfiera en mi trabajo —respondió Karin ofendida.
—Ella es mi mejor elemento y muy profesional, pero si les causa preocupación, tengo otro candidato —comentó Sasuke y dió una mirada a Suigetsu que se había quedado mudo al darse cuenta de la conferencia— En cualquier caso, Tenpin Juugo es igual de capaz que la señorita Uzumaki y aseguramos el mismo resultado.
El más joven de los tres en pantalla miró a sus compañeros antes de responderle a Sasuke.
—Les asignaremos el proyecto y confiaremos en su criterio para elegir al encargado, pero considere que si sabemos de interferencias personales, cancelaremos el trato.
—Por supuesto —respondió el azabache y después de las despedidas formales y terminar la junta, el varón soltó un suspiro pesado.
—¡¿Te das cuenta de cómo nos hiciste ver con tu entrada escandalosa?! —Karin le gritó al albino, aunque estaba más enojada con la advertencia del presidente de Suna.
—¡¿Y yo cómo carajos iba a saber que estaban en conferencia?! —Suigetsu se defendió.
—¡Estamos en una maldita oficina! ¡No puedes entrar a dónde te venga en gana gritando de esa forma hablando no sé qué estupideces! —la pelirroja lo seguía regañando— Además, sabes que después del rompimiento de Sasuke y Sakura, y que aún no sabemos quién filtró la foto con la actriz, estamos en la cuerda floja en el mercado.
—¡Tu tienes la culpa por ponerle fecha a tu estúpida boda y ni siquiera decirnos! ¡¿O es que acaso no piensas invitarnos?! —Hozuki recordó el motivo por el que había entrado al lugar— Entiendo que no invites a Sasuke si esa mujer va a estar invitada por parte de tu novio, pero ¿qué hay de mí? Yo…
—¿Cómo que elegí la fecha de mi boda? —Karin salió del pasmo que las palabras del albino le habían causado.
—Deja de hacerte la inocente. Todo está en línea.
El albino había sacado su teléfono para mostrarle las noticias que estaban en redes y la pelirroja tomó el celular para verificarlo. Acto seguido, ella sacó su celular buscando algún mensaje o llamada de su prometido, esperando que le hubiese mandado algo antes de que se publicara la noticia y que ella, al estar en aquella junta que había durado casi dos horas, no había podido ver. Sin embargo, no había nada.
Karin se veía confundida, enojada e inquieta, por lo que tardó un poco más antes de reaccionar y volverse a su jefe.
—Sasuke…
Uchiha asintió y ella, tras ir a su oficina a tomar su bolsa, fue directo en busca de su prometido.
—¿Qué cara…?
—Los Hyuuga debieron elegir la fecha sin decirle —aclaró Sasuke, que sabía que las familias viejas tendían a elegir ese tipo de eventos a conveniencia. Es decir, el hecho de que la boda de la prima de Hyuuga fuera el sábado pasado, coincidía para que las fotos de la boda sirvieran de publicidad a su nueva diseñadora Ino Yamanka, justo un mes antes del concurso de moda que organizaba el país del Arroz.
Con lo anterior en cuenta y que el hecho de que Hyuuga se casara con una mujer "común", a Sasuke no le extrañaba que el patriarca de la familia quisiera aprovechar esa boda mucho más que la de su sobrina.
Si sus padres estuviesen vivos, él estaba seguro que también habrían influido en su relación con Sakura, aunque teniendo en cuenta ciertos aspectos, quizá su padre no habría estado de acuerdo con esa relación aun si al principio era buena publicidad, pues él habría previsto que habría repercusiones cuando rompieran, porque no, su padre jamás habría permitido que se casara con alguien de bajo estatus.
¿Y le habría permitido estar con Karin?
¿Karin sospechará de lo que Sasuke estaba a punto de decirle? ¿Creen que ella leyó más de esa carta? ¿Por qué creen que Neji no consultó a Karin sobre la fecha de la boda ni le avisó al respecto de la decisión de su familia? ¿Neji tendrá una buena razón? ¿Esta situación será suficiente para que la relación de Karin y Neji termine? ¿Qué otras preguntas les han nacido al leer el capítulo?
Me encantará leer sus teorías y preguntas en los comentarios n.n
Espero que la historia les haya gustado, y si están esperando la actualización de alguna de las historias que mencioné al principio, por favor sean pacientes, las iré subiendo en algunos minutos n.n
¡Hasta la próxima actualización!
