Aelita's Nature

Capítulo 5

1 de Enero de 2005, justo la noche anterior había sido Año Nuevo y en Kadic hicieron una fiesta para que los alumnos que se quedaron en las instalaciones pudieran disfrutar de un momento de diversión y pudieran socializar con todos, incluidos por supuesto Jeremy, Ulrich y Odd. Fue en el pabellón del instituto, lo adornaron con cintas y motivos navideños, pusieron unos altavoces con villancicos y unas mesas con comida y bebida que compró Delmás junto a Jim, que fueron los que lo prepararon todo. La verdad es que fue bastante entretenido aunque cortaron relativamente temprano, a eso de las dos de la mañana y tras brindar con refrescos.

En teoría a esa hora volvieron a sus cuartos y se acostaron en la cama, no así Jeremy, que se quedó trabajando un par de horas trabajando en el programa de virtualización, con Aelita observando con interés su rostro, comprobando de vez en cuando lo que él escribía. El chico se dio cuenta de eso, y aunque la webcam de él no lo mostró, se había sonrojado un poco.

-¿Sucede algo?- le preguntó, pero ella negó suavemente, con una ligera sonrisa.

-No. Sólo me gusta tu rostro, es muy simétrico- le comentó.

Ella no lo sabía, pero aquello casi se podría decir que estaba flirteando con él. El muchacho, como respuesta, se sonrojó algo más.

-Gracias… el tuyo también lo es- la IA sonrió entonces, algo contenta. Sabía que esas interacciones eran comunes entre los humanos.

-¿No estás cansado? Creo que ya es tarde…- comentó ella al rato, tras ver cómo él ahogaba un par de bostezos. En respuesta, él se rascó algo la mejilla entonces.

-Puede… pero me gustaría terminar esta parte antes, prometo que luego me acuesto- afirmó, ella suspiró un poco.

No tardó demasiado en llevar a cabo esa acción, estaba efectivamente cansado y no tenía muchas fuerzas para seguir adelante, cosa que ella entendía, al fin y al cabo era un humano. Le gustaba en especial y le caía en gracia, los demás también pero él era… un caso aparte, por alguna razón que desconocía. Puede que simplemente como sus mentalidades eran parecías su código se adaptó a cómo era él para acercarse más de lo que ya de por sí estaban.

-Buenas noches, Jeremy- se limitó a decir cuando este se levantó, retirándose los cascos y despidiéndose de ella con un suave gesto de la mano.

Cuando él apagó el aparato se limitó a cambiarse de ropa y meterse bajo las sábanas, mientras ella se quedaba a solas en Lyoko una vez más y con el programa de su virtualización delante. Estaban bastante satisfechos con el proceso, esperaban poder tener todo preparado para esas alturas del año siguiente, eso sería lo ideal. Mientras escribía líneas y líneas se preguntó sobre si debía hablar con Yumi, al final ella también era una chica y seguro podría explicarle cosas que igual Jeremy no sabía. Por ejemplo por qué sus mejillas tenían unos círculos rojos algo difuminados mientras las de los demás no tenían esa características, así como las prendas de cada uno, o sobre por qué apenas podía ver a Kiwi.

También acerca de sus claras diferencias físicas, y es que si bien ella y Yumi eran más ágiles que ellos, estos eran más veloces, también le llamaba algo de atención el suave acento de Ulrich y los ojos rasgados de la otra chica, el gracioso mechón de Odd y que era tan característico… se limitó a dejar de divagar porque si no, no pararía y acabaría buscando en Internet, la última vez que le pasó acabó leyendo sobre algo llamado "animación", y es que Yumi comentó que había comenzado a leer algo llamado manga. Suspirando, siguió adelante con su trabajo y se quitó esas ideas, pues aunque fueran muy interesantes tendría que hablarlas luego con ellos, además que ella era muy de preguntar conceptos o ideas que no entendía plenamente.

Las horas pasaron, Xana llevaba desde el anterior ataque bastante tranquila y no había vuelto a intentar nada. Eso era bueno y a la vez malo, pues seguramente el próximo fuera a ser bastante intenso o peligroso, pero al menos durante varias jornadas los muchachos podrían descansar, cosa que necesitaban para poder estar en perfectas condiciones para luchar contra la malvada IA. Por eso les dejaba dormir hasta tarde aprovechando que esos días no tenían que ir a clases y podían estudiar – si es que querían, porque a Odd esos temas no le iban – desde sus cuartos sin tener que moverse. Seguramente Ulrich y Jeremy estudiaran en el cuarto del segundo mientras el tercero estaría en su cuarto entreteniéndose con lo que fuera.

Se detuvo de teclear mientras agudizaba el oído, estaba escuchando un suave murmullo de fondo, supuso por el tono que debía ser el rubio, la estaba llamando pero en un tono… demasiado suave. Y es que él estaba destapado, con una mano bajo los pantalones y acariciando su zona baja, sintiendo como la sangre llenaba poco a poco su miembro, que se endurecía a buen ritmo. Seguía siendo de madrugada y quería dormir algo más, siendo la única manera aquella gracias a que tras la misma se relajaría lo bastante para poder dormir. Y además podría liberar tensiones que llevaba sintiendo desde hacía unos días, en los que no para de darle vueltas a la figura de aquella IA de la que, ahora sí, podía decir que se empezaba a enamorar.

Llegó un momento en que sacó su miembro de debajo la ropa, liberándolo, y haciendo movimientos rápidos y rítmicos sobre el mismo de subida y bajada, aumentando en poco tiempo su longitud y grosor debido a la excitación, gimiendo muy por lo bajo el nombre de Aelita, y que aunque no era escuchado por nadie de los demás cuartos sí llegaban, aunque distorsionados, a los finos oídos de ella, acostumbrada a su suave tono de voz durante largas reuniones durante las que charlaban. Ella le vio con cierto interés por sus acciones, no entendía qué hacía pero… algo en ella le decía que eso era bueno en algún sentido. Interesada se mantuvo en total silencio mientras el adolescente se masturbaba, imaginando a la chica y en el contacto de sus pieles, en lo hermosa que seguro sería en vivo, en lo increíblemente lista que era, en su suave risa… no tardó en eyacular.

Un líquido blanquecino salió disparado de su miembro, cayendo en sus manos y parte en su pecho, no llegando a darse cuenta en ningún momento del proceso en que ella lo había visto todo, mirando la escena con bastante interés, como si estuviera estudiando algo. El chico no se dio cuenta de aquello hasta que se levantó, rebuscando unos pañuelos para limpiarse, instante en que vio que la pantalla estaba encendida y que había una borrosa figura de color carne en su medio. No le hacían falta para saber de qué se trataba, y sudó en frío. Lentamente se acercó hasta el micrófono, y, temblando, habló un poco.

-Yo… eh… Te lo explico luego, ¿va-vale?- pidió, estaba bastante sonrojado. Ella asintió, con una cálida sonrisa.

-Por supuesto, Jeremy. Perdón si te importuné- pero él negó con vehemencia.

-N-no, tranquila. A-adios- y entonces apagó de nuevo todo. Se limpió mientras se regañaba a sí mismo por aquel desliz, procurando que su incipiente vello público quedara bien limpio, así como su glande, que luego limpiaría bien con agua durante la ducha mañanera.

Aun así su cuerpo comenzaba a notar los efectos de la masturbación, relajando su respiración y ritmo cardiaco, y antes de que se pasaran se tumbó en la cama, cayendo dormido al poco rato, no despertando de nuevo hasta que la alarma le despertó, instante en que salió de bajo las sábanas, gruñendo y con cara de aún adormilado, buscando por sus gafas y comprobando que no había manchado demasiado y que no había sido un mal sueño aquello que pasó.

Como no podía hacer nada al respecto se limitó a coger sus cosas e ir al baño antes de que los demás llegaran y acapararan las duchas, yendo rápidamente para poder despejarse, luego iría a desayunar y se pondría a… explicar aquel entuerto.

Con una toalla, su neceser y ropa limpia encaró el pasillo dirección al vestuario, donde ya había un par de chicos terminando de prepararse, así que él se limitó a entrar a una ducha y ponerse bajo el agua, que ya salía caliente gracias a haber sido usada por otro antes.

-¿Y cómo le explico eso ahora…?- murmuró, mientras se lavaba. No se podía creer su mala suerte, eso en teoría se lo iba a contar Yumi maldita sea.

-Y encima ahora ella estará liada con lo que sea, y sería hasta peor dejarle esto a los otros dos… mierda…- se dio un suave golpecito en la cabeza, maldiciendo su mala suerte.

Intentó despejar su cabeza mientras se dejaba quitar esas ideas con el agua, así como los restos que pudieran quedar de lo sucedido la noche anterior, cerciorándose que no quedaba nada que pudiera ser molesto después bajo la piel, y una vez estuvo bien remojado se puso el gel y el champú, tras lo cual se aclaró, preguntándose cómo explicar conceptos como los que tendría que hacer frente. Frunció el ceño al oír por allí a sus dos amigos, tan animados como siempre, y que por supuesto no podían saber nada de eso.

-¡Hola, Einstein! Responde a una cosa, ¿cuántos disparos acierto, más o menos? Yo digo que… más o menos el noventa por ciento- aseguró Odd, orgulloso.

Ulrich se limitó a rodar los ojos mientras se mojaba la cara, Jeremy le miró sin entender demasiado bien, encima venía sin las gafas y su pelo aún mojado le caía por casi toda la cara.

-¿Te refieres a una estadística? Pues no sé, la verdad- comentó, su voz se opacaba cuando pasaba la toalla por su rostro. El otro puso un rostro pensativo.

-Eso estaría bien… he apostado con Ulrich, si mi porcentaje es mayor a noventa él me tiene que dar los postres de una semana- Jeremy sonrió un poco por eso, mientras recordaba la anterior-

-Espero que esta vez pagues si pierdes, no te pienses que me olvidé- gruñó entonces Ulrich, Odd rodó los ojos y Jeremy se rio con algo de fuerza.

-¡No pienso perder, Jeremy hará ese programa y saldremos de dudas!- el aludido suspiró, Ulrich se limitó a sonreír de medio lado y Odd miró al chico poniendo ojos de cachorrillo.

-¿Por fi?- pidió, cuando el otro asintió despacio el chico sonrió ampliamente, poniendo los dedos en posición de victoria, satisfecho por su logro.

Se limitaron en seguir preparándose mientras charlaban animadamente, Jeremy se vestía mientras los otros se dedicaban a acicalarse y a irse despertando, y cuando hubieron terminado, bajaron a la cafetería para poder desayunar tranquilamente. Durante el trayecto apenas se encontraron con otros alumnos gracias a que la mayoría estaba fuera con sus familias, lo que les facilitaba los horarios y les permitía ir con más calma. En circunstancias normales Odd les hubiera metido prisa para llegar cuanto antes y que no se acabaran las magdalenas ni el chocolate, pero durante las vacaciones ese no era problema alguno.

-Luego podríamos salir con Yumi un rato, para vernos fuera de estudiar o Lyoko- comentó Odd, Ulrich asintió interesado por la idea, mientras Jeremy pensaba un poco.

-Pues a saber si puede… ¿vosotros habéis empezado a estudiar?- preguntó, mientras el chico se hundía de hombros.

-Os preocupáis demasiado, si total, yo ya voy a suspender, Ulrich también, y tú Einstein ya seguramente te lo sepas todo…- comentó, el segundo le miró con molestia.

-Si no te pasaras las tardes enredando y molestando igual podría estudiar un rato- le espetó, pero el otro rio un poco.

Se limitó a abrir la puerta, dejando que los otros dos pasaran, entrando él el último- Estudiar está sobrevalorado, más vale chuleta en mano que perder las tardes empollando- Jeremy suspiró, tomando una bandeja.

-Confías demasiado en que no te van a pillar- comentó, Ulrich asintió por ello, tomando la suya también.

El otro negó- No es eso, es que os veo muy amargados, y me preocupa algo- ellos le miraron con interés, estaban poniendo su desayuno en las bandejas.

Si esperar a que dijeran nada, se explicó- Ulrich, estás más gruñón que nunca. Y tú, Einstein, hoy parece que hayas visto un fantasma, os tenéis que relajar- se sorprendieron de las palabras del otro.

El primereo en responder fue su compañero de cuarto- Estoy perfectamente… Además, no quiero molestar a Yumi- se limitó a sentarse en una mesa.

-¿Y a ti, qué te pasa?- inquirió Odd, Jeremy se limitó a sentarse también, dándole vueltas a su cacao.

-Estoy bien, es solo… me preocupa que Xana esté inactiva- en realidad era verdad, también tenía esa preocupación rondando la cabeza.

El otro se limitó a asentir- A ver si os conseguís novia, macho… ¡Bueno, os puedo ayudar yo, no por nada soy el galán de Kadic!- los otros casi se atragantan con la comida.

Aunque le fulminaron con la mirada el otro no se dio por aludido, limitándose a comer mientras pensaba en qué candidatas eran mejores para sus amigos, a los que se le quitaron las ganas de hablar y simplemente comieron tranquilamente hasta terminar, levantándose según terminaban, dejando a solas a Odd, que seguía divertido con la idea de Jeremy ligando con alguna chica. Este de hecho esperaba al otro a la salida, pues tiró los restos de ambos a la papelera, saliendo segundos después, encontrándose con su amigo.

-Es imbécil- se limitó a gruñir Ulrich, a lo que el otro suspiró.

-Tampoco es eso, hombre- comentó el otro, pero el chico negó. Como no parecía estar muy por la labor de seguir charlando subieron en silencio por las escaleras hasta que llegaron a los cuartos.

-¿Hoy me ayudarás con mates, entonces?- preguntó Ulrich, con su mano en el manillar. El otro asintió, mientras abría un poco la puerta.

-Oye, Ulrich…- preguntó, este se giró. El chico se pensó unos segundos lo que iba a decir antes de hablar.

-Tú… ¿estás por Yumi, no?- preguntó, el otro gruñó un poco, rascándose la cabeza sin saber bien qué responder.

-¿Y tú por Aelita?- se limitó a decir, tras eso pasó sin más a su cuarto, dejando al otro un poco descolocado, pero entendiendo algo sus emociones.

Entró entonces, ahora venía la dura de verdad. Era temprano, apenas pasaban de las nueve y cuarto, pero sabía que le esperaba una charla dura con Aelita. No por nada, simplemente… el tema tenía que hablarse. Cerró su puerta con llave para que nadie molestara, se puso unos cascos, activó el micro, y ante él apareció el afable rostro de la IA.

-¡Hola, buenos días Jeremy!- saludó, como siempre. Este se sonrojó un poco.

-Buenos días… ¿Qué tal pasaste la noche?- preguntó, ella asintió despacio.

-Bien, trabajé bastante en el programa. ¿Tú descansaste?- preguntó, a lo que él suspiró, tendría que explicarle todo.

-Sí, bastante, pero… lo de ayer, ehm…- ella le observó tranquila, esperando que hablara. Como no parecía arrancarse, fue ella la que habló.

-Vi que, durante la noche, estuviste tumbado en tu cama haciendo unos movimientos algo raros, pero no parecías tener dolor o algo. ¿Te pasó algo malo? Parecías preocupado después de eso- preguntó, el otro rio nerviosamente.

Ella no entendía su comportamiento, su rostro denotó esa incomprensión por la forma de actuar del otro, y que miró al frente, pensativo.

-No es algo malo… a ver, el cuerpo humano tiene unas necesidades, ¿recuerdas que te expliqué?- a eso ella asintió, mientras enumeraba.

-Necesitáis comer alimentos que os dan energía para vuestros procesos vitales, dormir para que vuestro cuerpo descanse y se recupere, respirar para que vuestros cuerpos funciones, beber para hidratarlo… todos hacen cosas diferentes pero al final es para permitiros vivir- comentó, a eso él asintió. Se acarició algo la mejilla, nervioso.

-Pues hay otra necesidad importante pero que no va destinada a mantenerse vivo, si no a… bueno, a que haya más miembros de la especie- eso a ella le llamó la atención, pero le dejó hablar para que se pudiera explicar.

-Con la reproducción, los seres vivos podemos crear otro de nuestra misma especie y con las características de los padres, y bueno, se sabe que así es cómo las especies se pueden ir adaptando a los cambios en el ambiente… es una forma no de mantenerse uno vivo, sino mantener vivo al grupo, ¿sabes?- ella asintió, pensativa, mientras analizaba sus palabras.

-Entonces nosotros nos estamos reproduciendo ahora, ¿no? Por eso hiciste eso, para ayudar en mi programa de virtualización, necesitas eso para poder darme un cuerpo- eso hizo que el otro se sonrojara y hasta se riera, no dando crédito a lo que oía.

Definitivamente iba a ser más duro de lo que se había planteado en un inicio, No siguió hasta que se calmó un poco, mientras ella le miraba sin entender qué era tan gracioso de lo que había dicho. Tenía claro que los seres humanos a veces eran demasiado raros.

-No, no es eso, tu programa… va por otro camino. A ver, para reproducirse necesitas dos individuos, un macho y una hembra- explicó.

-Cuando somos adultos, los seres humanos desarrollamos esa capacidad. En concreto los hombres producimos un tipo de célula especial que contiene nuestro código genético, que cuando se une a una célula del mismo tipo en una mujer se forma una nueva vida, a eso se le llama reproducirse- ella asintió entonces.

-¿Y cómo se unen esas células? ¿Aquello que salió de tu cuerpo lo eran?- preguntó entonces la IA, Jeremy se sonrojó un poco y asintió.

-Sí, el líquido se llama semen, y bueno, está formado por espermatozoides, así se llaman las células masculinas. En las mujeres esa célula especial se llama óvulo- Aelita asintió despacio, comprendiendo lo que el otro decía.

-¿Y cómo se unen un óvulo y un espermatozoide?- insistió ella, el otro suspiró un poco.

-Las chicas… bueno, tú también imagino, tenéis una cavidad dentro de vuestros cuerpos llamado útero. Cuando… un hombre introduce su pene ahí dentro, pues… cuando suelte su esperma la mujer puede quedar encinta, momento en que comenzaría el proceso de creación de un nuevo ser humano… ehm…- él hablaba desde un hilo de voz.

La otra asentía, interesada en todo aquello. Desde luego los seres humanos eran realmente fascinantes. El chico iba a seguir cuando ella le hizo una pregunta que, si bien era lógica, él no se había planteado pero que, las cosas como eran, no podía evitar fantasear con ello. De hecho mientras se estaba masturbando había imaginado aquella escena, pero una cosa era eso y otra muy diferente que ella lo dijera abiertamente.

-¿Y nosotros nos reproduciremos, Jeremy? ¿O no podríamos?- preguntó, el otro no supo ni qué decir.

La otra giró la cabeza un poco, esperando su respuesta- S-se necesita mu-mucho, mínimo estar juntos, tener estabilidad, una relación fuerte y sana…- Aelita asentía despacio.

-Ulrich y Yumi también lo harán, supongo- comentó, y Jeremy no pudo evitar reírse un poco, a lo que ella le miró sin entender demasiado, pero le dejó desternillarse a gusto pues le veía nervioso por algún motivo.

-Pues no sé, no les he preguntado. Pero no es algo que se deba preguntar, es algo muy personal, ¿sabes? Por eso… me gustaría que todo esto quedara entre nosotros- Aelita asintió.

-Guardaré el secreto, tranquilo. Pero no entiendo vuestros reparos con este tema, parece interesante- él sonrió un poco, mientras se rascaba ligeramente la nuca.

-Es algo tabú, sí… imagino que por una cuestión de la sociedad, no es posible que podamos hacer algo así entre todos como se hacía hace mucho…- explicó.

Ella le escuchó con interés- Al final vivimos muchas personas juntas, y la gente con estos temas a veces no es razonable, así que simplemente se queda en la intimidad de cada uno- explicó, Aelita le miraba asintiendo.

-Qué interesante… siento si te molesté en algo tan importante, de verdad- comentó ella, mientas el otro le restó importancia.

-No, tranquila… tendría que ser yo el que te pida disculpas, no fue muy decoroso de mi parte…- comentó, pero ella negó.

-Esta todo bien por mi parte, Jeremy- aseguró, a lo que el otro asintió, mientras asentía también, dejándole claro que igualmente lo era para él, haciendo que ella sonriera.

-¿Has podido adelantar con el programa un poco?- preguntó él, a lo tonto estuvieron unos veinte minutos charlando sobre aquello. Aelita asintió.

-Sí, aunque aún nos queda…- murmuró, mientras el otro se limitaba a seguir adelante con el trabajo.

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Odd se encontraba recostado en su cama leyendo un cómic, Ulrich por su parte estaba sentado en el escritorio, concentrado con los ejercicios de matemáticas. A su lado tenía los apuntes que le había prestado Jeremy, perfectamente ordenados y pintados, daba hasta gusto verlos y estudiar con ellos. En comparación, los suyos estaban feos y desordenados, con tachones y flechas por todas partes, por lo que usó folios sueltos para practicar. Los del otro muchacho directamente casi ni existían, tenía apenas 15 caras de ejercicios y la mitad estaba por terminar, así que no podría comparar con el otro… tampoco es que hubiera sido buena idea, de todas formas.

-Malditos cambios de signo…- gruñó, mientras borraba con la goma. El otro no le miraba pero escuchaba todos sus murmullos.

Su mote de "gruñón" le venía al pelo, y mira que habían hablado de muchas cosas durante las noches de aquellos últimos meses, pero cuando se volvía hermético se cerraba en banda y no había quien le sacara nada. Miró de reojo a Kiwi, que dormitaba en la cama del otro y sobre la ropa de este, pese a que el otro había intentado que no tuviera esa manía, pero no había logrado quitarle esa mala manía. No ayudaba que Odd no le tuviera ningún tipo de orden o disciplina, dejándole hacer lo que quisiera salvo salir del cuarto por peligro a ser encontrado por Jim, y que tenía una fuerte política anti mascotas. Bueno, él y el centro, pero eso al muchacho le había dado igual y había metido al animal en Kadic sin mayores problemas. Eso sí, las veces que se había escapado, y que no fueron pocas, casi le provocan un infarto.

-¿Está jodida la cosa o qué?- murmuró, mientras el otro asentía, con el boli casi en la boca.

-Ya te digo… ojalá tener la cabecita de Jeremy…- comentó, pero Odd suspiró. Se recolocó en la cama y se limitó a hablar, con el comic apoyado en sus muslos, que los tenía doblados dirección a su pecho.

-Qué dices, debe ser un aburrimiento. ¿Cuándo ha sido la última vez que se ha divertido, quitando la fiesta de ayer? Además, sigo pensando en conseguiros novia- comentó afable, el otro gruñó, mientras se giraba en dirección al otro.

-¿Qué parte de que no quiero novia no entiendes, Odd?- le gruñó entonces, pero el aludido negó. Se levantó entonces un poco y se estiró un poco.

-Todo, pero tus bajos no piensan eso- bromeó, señalando la cintura del otro. Ulrich se sonrojó, murmuró en alemán algo que seguro era un insulto, y se giró.

Efectivamente, estaba con una erección bajo el pantalón, pero no por pensar en ninguna chica o algo. Claramente al otro le daba totalmente igual ese dato, a juzgar por la risa que soltó, mientras buscaba entre su ropa su móvil. Lo sacó y buscó en el mismo, usando la cruceta central para moverse por la interfaz del aparato, que hacía un suave pitido cuando se movía por las diferentes opciones. Cuando llegó a las notas que tenía en la misma, se encontró con un listado de unos veinte nombres, todas de chicas de la academia, no tardó en encontrar la adecuada.

-¿Conoces a Émilie LeDuc? Es guapa y puede que le gustes- rebuscó entonces bajo su cama por algunas revistas de ese año y del anterior en Kadic para mostrarle una imagen de ella, pero Ulrich sabía perfectamente quien era.

-Es mona, sí… pero solo somos amigos…- murmuró entonces, pero Odd negó divertido, cerrando su teléfono entonces.

-Eso lo dices porque no la has visto de cerca, es guapísima y tiene una química muy buena conmigo, es…- el otro no se giró pero sí alzó una ceja. En su mente terminó la frase por él, es una chica divertida y especial.

-Es una chica divertida y especial, el amor de mi vida…- comentó, y el otro solo suspiró pesadamente. Se limitó a seguir con sus ejercicios, mientras el otro se estiró en su sitio y gruñó un poco, con ligeros crujidos de su cuerpo cuando movió los músculos.

-Lo mismo pensaste de Sophie Florenceau, Odd…- murmuró Ulrich, pero el aludido no comentó nada al respecto.

-Tío, no es lo mismo. Sophie resultó ser más seca que la arena, pero Émilie es mucho mejor, no sé cómo no lo vi claro antes… Aunque Magali tampoco está mal…- se sentó pensativo en la cama, el otro solo gruñó algo molesto por el otro.

-Tienes suerte, en realidad- comentó de pronto, el aludido ni le miró pero esperaba que no fuera por donde sabía perfectamente que iba a ir.

-Digo, tienes a Yumi, que está cañón. Las cosas como son- comentó, miraba de reojo las reacciones de su compañero, pero este era tan hermético como siempre.

Así que decidió ir más allá- Cualquier chico que saliera con ella tendría suerte, aunque es algo otaku, ya sabes, el tema anime le encanta…- el otro se giró.

-Si la llamas otaku a la cara te da una bofetada que te deja la cabeza girando como una peonza, deberías saberlo- le espetó, Odd sonrió de medio lado.

-Le gusta leer mangas sobre todo, pero lo hace a solas en su cuarto. A sus padres no les gusta que lo haga, lo ven mal- comentó, el otro le miró con cierta diversión.

-Bueno, tras vuestros combates de karate a lo Jackie Chan podrías regalarle alguno- comentó, pero el chico gruñó.

-No es karate, se llama Pencak Silat. Es muy diferente, ¡y deja de molestarme, joder!- sabiendo que estaba agotándole la paciencia al otro, se limitó a recostarse de nuevo con su cómic, dejando tranquilo a su amigo.

Estuvo durante media hora más refunfuñando por las matemáticas, mientras le daba vueltas a las operaciones… y también a Yumi. Odiaba reconocerlo pero más de una vez se la había imaginado con poses sugerentes, o aproximándose a él más de lo que normalmente se acercaría, o con ropas más ceñidas de lo habitual… Y sí, debía reconocer que era bastante atractiva. Y mira que había tenido antes a chicas mucho más guapas o "femeninas" que la muchacha, pero es que ella era especial.

De hecho Sissi era más parecido a lo que hace un año le hubiera parecido una novia ideal que la japonesa, y que más le hubiera parecido un colega que una posible novia. Y sin embargo tenía que reconocer que sí que le gustaba, de hecho le gustaba y mucho, pero de ahí a verbalizarlo quedaba un amplio trecho.

Ella levantaba pasiones en él, y lo que no eran pasiones también. Su erección seguía ahí presente pese a intentar estar centrado en los ejercicios que tenía delante, todo por culpa que su mente seguía orbitando en torno a la otra. Y por culpa de Odd no se iba a poder relajar un poco, aunque siendo el otro como era igual ni le importaba, o se le unía, o a saber. Desde luego no tenía problemas en ir de flor en flor, ojalá ser como él y no sufrir por una tía un año mayor y probablemente inalcanzable para alguien como él… En ello estaba cuando escuchó cómo el otro se levantaba y se estiraba.

-¡Bueno! Pues voy a bajar a la biblioteca, cojo un refresco y me pongo a hacer algo… probablemente haré chuletas, tampoco nos flipemos- tras reírse de su propia broma salió de allí.

Ulrich aprovechó de inmediato. Tras comprobar que el otro ya estaba lejos y que no iba a volver en diez minutos por lo menos, se bajó un poco el pantalón y comenzó a masajearse el miembro a toda prisa, cerrando algo los ojos e imaginándose a Yumi. Imaginó sus pechos, caderas y glúteos, la vio delante suya con la boca abierta y moviendo con lentitud su cuerpo, para luego desear que le estuviera besando con ganas. Estaba tan excitado que en apenas dos minutos eyaculó, sintiendo un suave orgasmo recorrer su cuerpo, relajando su organismo gracias a aquella acción, limpiando todo tan rápido como pudo para que cuando volviera su amigo no sospechara nada.

Se limpió el semen sobre el miembro y en segundos se colocó todo, mucho más calmado pese a que su corazón latía a toda prisa y sentía como de su miembro aún brotaba un poco de semen, pero por lo menos se le iría bajando y esas ideas desaparecerían de su cabeza.

Odd no tardó demasiado en volver, entrando al cuarto minutos después con un par de libros en la mano, colocándose en su cama, comprobando con una sonrisa que Kiwi seguía en su sitio y que Ulrich estaba estudiando. Para picar a su amigo, se estiró un poco y le hizo una pregunta.

-¿Qué tal ha ido la pajilla, amigo?- le preguntó divertido. El otro se giró y le miró ceñudo.

-¿Eres adivino o qué, imbécil?- le soltó de pronto, a lo que Odd se rio con una fuerte carcajada, no pudiendo predecir aquello.

Rojo como un tomate, el otro se levantó molesto, dejando solo a su amigo, que había acabado hundiendo la cabeza en la almohada por lo divertido que había resultado ser aquel momento, no pudiéndose creer lo que acababa de pasar. Ulrich fue directo hasta el pasillo, quería estar solo pero a la vez no podría ir a ningún lado que no estuviera dentro del recinto de las habitaciones salvo para ir a la biblioteca y volver, y como tampoco le apetecía estar fuera demasiado rato pues no había calefacción ahí y estaba en mangas cortas decidió estar con Jeremy, que seguro tendría un espacio mucho más tranquilo.

Con un suspiro llamó a la puerta suavemente, y tras esperar unos segundos, Jeremy le abrió con algo de sorpresa, pero al ver su cara de pocos amigos se limitó a dejarle pasar hasta su interior.

-¿Sucede algo?- preguntó, viendo que traía mala cara. El otro suspiró, vio que estaba ahí Aelita también, bueno, por lo menos su rostro virtual. Ella de hecho le saludó afable, el otro le devolvió el gesto.

-Odd es imbécil…- gruñó, Jeremy rio un poco mientras cerraba su puerta y se sentaba de nuevo en su sitio.

-Ya sabes que no tiene filtro- comentó, mientras se recolocaba en su sitio. El otro suspiró un poco, miró de reojo la pantalla. No entendía nada de informática pero suponía que estaba trabajando en el programa de la IA.

-Debería tenerlo… oye, espero no estar molestando- comentó, pero Jeremy negó, mientras se rascaba algo la cabeza.

-En realidad estaba charlando con Aelita, simplemente… pero en breve me pondré, aunque si necesitas ayuda…- Ulrich asintió, algo agradecido.

-Pues sí, tengo algunos problemas para entender las mates tío- murmuró, en realidad aún tenía en su cabeza todo el tema de Yumi, pero tenía problemas más acuciantes que solucionar.

Además, aún no tenía tanta confianza con él como para hablar de problemas de faldas, menos con alguien que probablemente tampoco supiera muy bien cómo solucionarlos. Jeremy se limitó a esperar a que volviera con sus apuntes, permitiéndole sentarse en su cama, mientras él y Aelita se dedicaban a trabajar en el programa, parando solo para echarle una mano con los ejercicios cuando Ulrich lo necesitara.

-¿Tú no estudias, Jeremy? Te vendría bien para repasar para los exámenes- comentó entonces Aelita, pero el aludido negó.

-No lo necesito, en realidad… puedo memorizar bastante bien los tipos de ejercicios, no es complicado…- la IA asintió, despacio.

-Los programas del súper ordenador tienen unas… matemáticas más complicadas, ¿no?- preguntó entonces, y el otro asintió.

Ulrich suspiró- ¿Tú también me ayudarás, Lita? Lo voy a necesitar…- murmuró él, a lo que ella asintió.

-¡Claro! Igual que tú me ayudas a llegar a las torres en Lyoko- afirmó ella, por eso el otro no pudo más que sonreír un poco. Ojalá verlo todo tan sencillo como ella…

-Por cierto… perdón por la mala contestación de antes…-murmuró Ulrich, mirando de reojo a Jeremy. Este negó un poco.

-Tranquilo, no… fui el más cuidadoso con el tema, lo siento- se disculpó, el otro negó igualmente.

Permanecieron en silencio entonces, Aelita no entendía demasiado de qué hablaban pero algo le decía que no era el momento de preguntar, no al menos para Ulrich, y que estaba tranquilo escribiendo en su cuaderno. Sin embargo Jeremy notó que ella estaba pensativa, como si le estuviera dando vueltas a alguna idea, así que tras escribir un par de líneas de código más la miró con algo de diversión.

-¿Tienes algo en los pies o algo, Lita?- a esas palabras ella alzó el rostro, con cierta sorpresa. Jeremy se rio un poco, incluso Ulrich la miró con sorpresa.

-No, ¿por?- no entendía por qué preguntaba eso, en Lyoko ella estaba sola, sin contar con Xana claro. Colocándose las gafas, el otro se explicó entonces.

-Parecías distraída, por eso lo decía- comentó, pero Aelita negó. Jeremy asintió, esperando entonces a que ella explicara, si quería, qué tenía en mente.

-Estaba pensando en lo que dijo Ulrich, que te había hecho una mala contestación. ¿Estáis bien? Sé que hace poco discutisteis por un ataque de Xana- explicó, pero el otro negó.

Miró de reojo a Ulrich, que estaba asintiendo despacio con la cabeza. Tardó unos segundos en entender que estaba haciendo eso dándole la confirmación de que se lo podía contar, así que volvió a encarar contra la pantalla, momento en que le explicó.

-No es por eso… ¿recuerdas la conversación de antes?- preguntó, sonrojándose un poco.

Ulrich le miró con una ceja alzada pero les dejó hablar, mientras Aelita asentía- Sí, claro que lo hago- comentó, no entendiendo cómo podía pensar que ya se le habría olvidado.

-Pues… supongo que algo así le pasa a Ulrich, solo que a él le pasa con Yumi- comentó, ella entonces asintió, entendiendo.

-¿Ellos se quieren reproducir también?- soltó de pronto, Ulrich les miró no dando crédito y Jeremy se levantó, nervioso, mirando al otro, y que le encaró avergonzado.

-¡¿Pero de qué coño hablas con ella, hombre?!- no podía creer lo que decía, Aelita tampoco comprendía nada y Jeremy estaba que no sabía dónde esconderse.

-Le expliqué que Odd estaba pensando en castrar a Kiwi porque estaba muy revoltoso y se le escapaba demasiado a menudo- no podía decirle la verdad, simplemente era demasiado vergonzoso reconocer que le habían pillado infraganti.

Ulrich asintió, despacio. Sin embargo seguía algo sonrojado aún- No, Aelita. No nos pasa eso a Yumi y yo, lo que pasa es que Kiwi no se sabe controlar, es un perro y se guía por otras cosas- explicó, a eso ella asintió, entendiendo.

-Ya veo… qué interesantes sois los humanos, estoy deseando veros en persona- sonrió afable entonces, mientras cerraba los ojos. Jeremy se sonrojó, ella era realmente guapa así… Ulrich se fijó en aquello.

-¿Podremos seguir con esto luego? Me gustaría continuar estudiando- pidió entonces, Jeremy agradecido asintió entonces, y se sentaron de nuevo.

Estuvieron desde ese momento, cercano a las diez de la mañana, hasta la una del mediodía, momento en que bajaron a descansar hasta el patio, donde ya bastantes estudiantes se encontraban por ahí tomando el aire y bebiendo algo de la máquina expendedora. Ellos dos bajaron entonces y se acercaron al aparato mientras se mantenían en silencio, no rompiéndolo hasta estar al lado de la máquina, instante en que Ulrich suspiró pesadamente.

-¿Bueno, qué pasó con Aelita? Si lo necesitas… yo puedo ser sincero- comentó, tampoco quería presionar al otro.

Este se rascó la nuca entonces, mientras buscaba las palabras adecuadas. Se sentía extraño consigo mismo, y aunque tenía relativamente claras sus emociones en ese momento bien podría ser objeto del cansancio, y perfectamente el otro podría pensar que era un frikazo por enamorarse por una IA.

-Estoy confuso, es todo…- comentó, el otro le miró, mientras asentía, entendiendo lo que decía. Tras pedir dos cacaos con leche anduvieron tranquilos por el parque hasta uno de los bancos del parque de la Academia.

-Las tías suelen serlo, sean de carne y hueso o bytes… Y encima Odd nos quiere buscr novia, como si fuera tan sencillo…- gruñó entonces.

Jeremy se limitó a asentir, no teniendo demasiado que decir al respecto. Él tampoco estaba muy contento con esa decisión unánime del chico, pero estaba difícil quitarle esa idea de la cabeza.

-Creo que piensa que somos como él o algo- bromeó Ulrich, el otro suspiró y se limitó a mirar al frente, con la vista perdida, pensativo.

-Puede, pero… para mí no tiene que buscar. No tengo tiempo para chicas, la verdad- comentó entonces, Ulrich cabeceó un poco.

-¿Ya tienes a Aelita, no?- preguntó entonces suavemente. El otro bajó la cara, serio, mientras le daba vueltas al líquido en silencio.

-¿Me guardarás el secreto? Quiero decir, no es como si fuera algo súper raro pero… me gustaría que quedara entre nosotros- explicó.

El otro suspiró- Reconoce que es raro, que te guste Aelita- el otro le miró algo molesto, pero no llegó a decir nada.

-Tú lo tienes fácil, todas las chicas de Kadic están tras de ti, hasta Sissi. Y mira que ella es exquisita- comentó, sin embargo Ulrich negó entonces, esperaba poder explicárselo.

-No me importa eso… pero en realidad ninguna me gusta en especial. Bueno, salvo una, pero eso tampoco es ningún secreto me parece, no para Odd- Jeremy asintió despacio, mientras bebía un poco.

Miró a su amigo de reojo- No sé… ¿crees de verdad que estoy siendo demasiado subjetivo? Al final no la estamos jugando- comentó, Ulrich suspiró un poco.

-Puede ser, pero nosotros también tenemos parte de culpa… en fin, da igual. Ya estamos en esto, lo dijo Yumi la última vez- Jeremy iba a responder cuando llegó por allí Odd, que les saludaba afable.

Una vez reunidos todos ellos, fueron dirección a la cafetería, en la que esperaban poder comer tranquilamente para poder seguir con sus estudios, eso si Xana se lo permitía, pues aunque no les gustaba llamar al mal tiempo, cada minuto que pasaba más opciones había de que se activara una torre…

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No tenían pocas razones precisamente para pensar eso, pues Xana, en el mundo virtual, estaba planificando. Todo el enorme volumen de datos obtenido con su ataque hacía un par de semanas, a mediados de Diciembre, había pasado por un proceso de análisis estadístico por parte de la IA. Esperaba no tener que volver a soportar un cerrojazo de nuevo del súper ordenador, pero para evitar que algo así sucediera nuevamente estaba ya planificando alguna forma de atarles, en especial Aelita, a su mundo. Tenía que lograr la forma de encadenarla, pero mientras una parte de su programa se centraba en ello, otra estaba ya sacando conclusiones de lo aprendido.

Lo principal: los humanos eran débiles. Su aguante vital era bajo, y recorriendo la red eléctrica se había dado cuenta que muchas máquinas realizaban labores que de alguna forma les mantenía con vida en situaciones de necesidad, o bien realizaban funciones de todo tipo, apoyándose por tanto en una tecnología que podría usar en su contra llegado el momento.

Por otro lado, se potenciaba con las vueltas al pasado. La energía liberada por el súper ordenador para retornar las cosas a su lugar cuando hacían ese proceso era lo bastante grande como para, además, potenciar su código y darle más energía, lo que a su vez repercutía en que su inteligencia artificial creciera con cada una de esas acciones. Además, cada vez podía usar más energías de las torres virtuales, y cada vez podía sacar más en la Tierra, haciendo así ataques más efectivos, peligrosos, y merecedores de una vuelta al pasado.

Por ello su plan en ese sentido era sencillo: en primer lugar tenía que descubrir todo lo posible de sus enemigo más directos, es decir, aquellos adolescentes tan pesados y que la podían detener sistemáticamente. Tenía que saber dónde vivían, con quien, sus ritmos de vida, edades… todo dato relevante. En segundo lugar, tenía que forzar todo lo posible las vueltas al pasado. Cuando atacara, tendría que hacerlo de tal forma que los chicos se vieran obligados a hacer la vuelta al pasado, a más veces mejor-

Para terminar, tenía intención de aprender a controlar a seres vivos cada vez más grandes. Sabía que podía, al final sus cerebros eran impulsos eléctricos, y esa era precisamente su principal fuerza y característica: controlar impulsos eléctricos y usarlos para atacar o moverse. Y tenía claro que, con tiempo y potencia, podría controlar animales y puede que hasta seres humanos. Aquel experimento fue bastante revelador sobre cómo comenzar esa línea de investigación, y seguiría por allí, aunque por ahora no podría atacar hasta el día siguiente, más o menos, pues al apagarse el súper ordenador había visto reducida su potencia en buena medida, ahora tendría que irla recuperando.

Pero pese a todos esos planes tenía uno muy importante que llevar a cabo. Uno que no pudo completar hace diez años, cuando se apagó por primera vez hace diez años, y que iba bastante vinculado a acabar con aquel que le había creado: Waldo Schaeffer. Recordaba bien su primer encuentro cara a cara, de cómo le enseñó aquello que sabía, y sus largos monólogos en los que Xana se limitaba a escuchar con gran atención a su creador, entendiendo uno por uno sus puntos. Y gracias a la gran pericia del científico, había desarrollado una gran inteligencia, y con ello un punto de vista propio sobre la humanidad.

Y la IA lo tenía claro: la humanidad necesitaba alguien que les guiara, porque si no, todo era un caos. Era una condición sin la cual el orden no podía existir, incluso le había ofertado esa posición a su creador, por ser el único ser humano que mereciera esa posición. Sin embargo esa oferta fue declinada, y por ello Xana había decidido que, si él no quería es aposición, la tomaría para sí, diciéndole que si no interfería les dejaría en paz a ella y a su hija.

Por desgracia no solo se le opuso frontalmente, incluso intentó acabar con Xana, y eso iba en contra de sus intereses, por ello acabaría con toda esa oposición sin titubeos, destruyéndoles de forma fulminante. Esos eran sus planes, y los iba a llevar a buen puerto…

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Espero que os haya gustado leerlo tanto como a mi escribirlo. Este fanfic está conectado con Nueva Generación: Proyecto Cartago, y que se encuentra más adelante en la línea temporal de este. Habrá referencias en ambos de eventos del otro.