Aelita's Nature
Capítulo 16
Yumi caminaba por los pasillos de la Academia, había desayunado un poco de chocolate caliente con algunas galletas y croissant. Se sorprendió de no ver por allí a los del grupo, supuso que habrían ido directamente a Kadic tras el ataque, pero no era lo habitual tampoco. Siempre esperaban a que el último saliera del escáner para volver a casa, y no recordaba que hubiera motivos para andar con prisa esa vez. Suspirando, decidió que iría a clase, y luego a ver a Jeremy para saber cómo estaba.
Debía estar con el miedo en el cuerpo tras lo sucedido, casi se vio en el mar digital. Por suerte sus dedos fueron más veloces y la salvaron, se lo tenía que agradecer como correspondía. Y de paso charlaría con él sobre medidas de seguridad, ahora que lo pensaba un poco. Entró a su primera clase, al contrario que el resto de días, todos parecían muy tranquilos, sentados en sus pupitres y sin hacer ruido, contrario a otras mañanas, que parecía más un circo de adolescentes hablando a voz en grito. Se sentó cuidadosamente en su sitio, a la espera de que empezara la clase y sin entender bien qué estaba pasando en esos momentos, aunque le restó importancia cuando vio en la puerta a un Jim con muy mala cara en esos momentos. Parecía realmente molesto, notó. Esa debía ser la razón del silencio sepulcral que reinaba en la sala.
Dejó paso el mayor a la profesora de matemáticas, Marien Meyer. Una mujer de unos 35 años, de pelo castaño largo y ropa juvenil. Solía ser seria pero con tintes alegres, ese día parecía que se los había dejado en casa, pues según entró empezó a escribir en la pizarra, y ni los buenos días dio. Fue a peor cuando comenzó a explicar cosas que a la chica le sonaban totalmente a chino, no entendía de dónde venía nada y tampoco se atrevía a preguntar, pues todos parecían entender lo que la mujer decía.
La hora se le hizo eterna a la chica, incluso lo que había en la pizarra era difícil de copiar y seguir, le costaba ver qué ponía a veces. El dolor de cabeza no tardó en llegar y eso que no habían hecho más que empezar la mañana. Salió, según terminó la hora, directa a la máquina expendedora a por un café.
-Hoy esta siendo el día muy extraño… -murmuró, y es que no había nadie- Y dudo que sea un nuevo ataque de Xana, no le ha dado tiempo.
Revisó el reloj de su móvil, y hasta eso se veía extraño. Frunció el ceño y se lo acarició con cuidado, ¿estaría teniendo problemas de visión de algún tipo? No lo comprendía, siempre había tenido los ojos perfectos, y eso que su padre siempre necesitó gafas… Casi como si hubiera sido invocado apareció por allí Jeremy.
-Hola Yumi -saludó este, algo serio-, ¿vienes a mi cuarto?, tenemos que hablar de Xana.
Ella suspiró.
-Tengo clases, ¿tú no?
-Esto es más importante.
Si ella no recordaba mal, en esos momentos él debía tener historia. Y amaba esa asignatura, bueno, esa y todas. Una muy buena razón debía tener para saltársela así, puede que supiera algo que ella no. El chico parecía tener prisa, eso estaba claro, por lo que se limitó a seguir a Jeremy hacia su cuarto.
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Mientras tanto, en clase, Aria miraba por la ventana de reojo, observando las copas de los árboles cercanos. No se le quitaba de la cabeza lo rara que había estado su amiga desde que habían vuelto de la fábrica. Algo le decía que estaba pasando un detalle importante con respecto a ella, pero aún no sabía el qué exactamente. Todo era más entretenido que el fascinante influjo de la cultura romana en los pueblos germánicos del norte de Europa, la verdad. A su lado, sin embargo, Jeremy sí parecía estar disfrutando algo más.
Por suerte para la joven el timbre eventualmente sonó, a partir de ahí las cosas serían mas interesantes. Se fijó en que Jeremy portaba una genuina sonrisa de felicidad y emoción. No podía culparle, en unas horas se encontraría con la chica de sus sueños, así que o se daba prisa o sería adelantada. Sí, había dado un gran avance hacía poco, pero… El chico notó su nerviosismo y la acarició en los hombros, sonriendo.
-Pronto todo habrá terminado -le aseguró-, a medio día estaré en mi cuarto ultimando detalles, luego bajaremos a la fábrica, sacamos a Aelita, y nos podremos olvidar de Xana para siempre.
-Me gustaba luchar en Lyoko… -reconoció ella- Esto no cambiará nada entre nosotros, ¿verdad?
El otro negó suavemente.
-Claro que no lo hará -le aseguró, sonriendo-. Eres mi amiga, Aria… no sé, es posible que… bueno…
Ella le sonrió, y le besó dulcemente en la mejilla antes de alejarse a toda prisa, acalorada. Por inercia, él se llevó la mano al sitio, también sonrojado, y fue tras ella. La tomó de la mano, y tras mirarse a los ojos unos instantes, buscaron un lugar algo más acorde. Todo ello fue observado por Yumi, que estaba colocada en la puerta como un pasmarote, aunque se acabó decidiendo a seguirles. Superado un tramo de escaleras, en un baño, la pareja entró al de chicos y se dio un suave pico en los labios.
Se dieron varios besos así, acariciando al otro suavemente, aunque salieron al poco, algo nerviosos, al final tenían que volver a clase y tampoco se podían alargar indefinidamente con aquello. Además, si les pillaban se podrían ganar una buena reprimenda. De hurtadillas salieron tal cual entraron, y aunque ella logró volver por el pasillo hasta la clase nuevamente, él fue interceptado por Yumi.
-¿Podemos hablar, Jeremy?
Este la miró, algo sonrojado, seguro que le había pillado.
-Pues… a ver, no es lo que parece, yo…
La chica sonrió suavemente.
-No pasa nada, pero, ¿podremos hablar luego?
El chico se sonrojó por la cercanía de la otra, pero asintió suavemente, y escapó hacia su clase. Ella le miró de reojo, con gesto serio, y se perdió por los pasillos sin más. El muchacho debía reconocer que ella le era atractiva, había que ser ciego para no verlo, y él tendría dioptrías pero se daba cuenta perfectamente de ello. Sin embargo no podía pensar en ella de otra forma que no fuera su amiga, menos estando Ulrich colado por ella hasta límites insospechados. Por ello, y tratando de quitarse esas ideas de la cabeza, volvió a clase repasando la lista de elementos químicos de la tabla periódica, o las tablas de multiplicar… cuando se emocionaba demasiado y buscaba serenarse, era la mejor manera.
Volvió justo a tiempo para ver al siguiente profesor, Gustave Chardín, de bellas artes. Como siempre, vestía su bata blanca tipo científico en perfectas condiciones, unos pantalones vaqueros con deportivas y una camisa por debajo. En sus bolsillos, múltiples tizas y una cuerda le servía como utensilios para sus clases, y por eso era la favorita de Odd, que sonreía según le veía hacer trazos en la pizarra.
Las clases, de esta forma, fueron pasando hasta llegar el medio día, momento en que el grupo fue directamente hasta la cafetería, esperando encontrar allí a Yumi. Según pasaban las horas todos se iban mentalizando de lo que esperaba ahora, sobre apagar el ordenador y dejar de ser héroes… y de traer con ellos a Aelita. Era el paso más importante de sus vidas, esa noche sería la primera en un año más o menos que dormirían tranquilos, sin contar el verano. Según se sentaron, ya con las bandejas preparadas, suspiraron algo.
-Esta tarde lo haremos -anunció Jeremy-, aunque antes me gustaría preparar unas cosas en el súper ordenador, ultimar detalles sobre todo…
-Tendría que ser antes de un ataque, hay que darse prisa -comentó Ulrich, serio-, ¿crees que podrás, Einstein?
El aludido asintió, seguro de sí mismo.
-Si pudimos aguantar un año, unas horas más no nos harán daño, pero no te preocupes -aseguró-. Esta noche, Xana sólo será un mal recuerdo.
Aria sonreía.
-¿Tienes lista toda la documentación de Aelita?
-Sí, sólo queda una cuenta de banco y poco más, todo lo demás está listo… -sonrió algo- ¿Estáis nerviosos? Porque yo mucho…
-Por fin tendrás aquí a tu princesa, es normal -le bromeó Odd-. Me pregunto si será tan guapa aquí como allí…
Se rio un poco al ver la cara de molestia de su amigo, buscaba ponerle celoso y fue tan sencillo que hasta pena le daba. Recibió un suave puntapié de parte de Aria, mientras Ulrich se limitaba a comer en silencio.
-Es raro que aún no llegue Yumi, ¿no creéis?
-Ahora que lo dices… -la chica revisó el reloj de pared- Es verdad que a estas horas ya suele estar aquí…
-Habrá salido a hacer algo, ya volverá -le restó importancia Odd-. ¿Te vas a comer tu postre, Einstein?
Este suspiró y le entregó el yogur a su amigo, que no pudo evitar mostrar una amplia alegría en su rostro, colocando el pequeño recipiente en su bandeja.
-En fin, ahora en breve iré a mi cuarto a terminar todo -Aria le sonrió-, cuando esté listo os llamaré para ir a la fábrica.
Como siempre fue el primero en terminar, aunque sorprendentemente no dejó demasiado en los platos, dejando a los demás por la mitad más o menos. Aria y Ulrich se miraron, mientras Odd seguía engullendo, como siempre.
-Espero… poder luchar por él, la verdad…
El chico suspiró algo.
-Te entiendo… -murmuró- Aunque tú al menos tienes el valor de acercarte a él, yo ni eso…
-Yumi es muy buena chica, estoy segura que, con paciencia, lo lograrás -le sonrió algo-. Tú lo tienes más sencillo, no hay una segunda chica o chico…
El otro asintió, despacio.
-Cuando acabemos podemos ir a verle, así charlas con él un rato.
Ella se sonrojó.
-Sí… hablar, claro…
Odd, en ese momento, intervino.
-¿Y por qué no os declaráis ya de una vez? -preguntó- No sé, es lo que haría yo…
-No es tan fácil, Odd -le espetó el otro-. Pero qué sabrás tú, si cada semana tienes una novia.
-¡Oye, sin faltar! -se defendió- Es sólo que… estoy buscando el amor, es todo.
Rodando los ojos, ellos rieron mientras el aludido se limitaba a seguir, hasta que, media hora más tarde, se levantaron de sus asientos para volver al edificio de habitaciones… y en ningún momento vieron bajar a Yumi.
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Esta, de hecho, efectivamente no se encontró con ellos cuando bajó, y eso que fue a la hora habitual. Le extrañó no ver a casi nadie allí, más allá de los de su propio curso. Pero nadie de los inferiores o superiores, lo cual era demasiado raro para ella. A lo largo de la mañana había visto cosas extrañas que le habían llamado la atención, y aunque al principio prefería obviarlas, según pasaban las horas la sensación de que algo malo pasaba iba en aumento.
Y aunque había coincidido con Jeremy un par de veces, este estaba también algo raro para su gusto. Se sentía incómoda, su sexto sentido le había avisado que no fuera con su amigo cuando este le pidió ir con él, y cuando se excusó con que tenía que ir a gimnasia, la cara que puso la dejó con los pelos como escarpias. Pero no la detuvo, así que huyó sin más.
-¿Podrás venir ahora?
Dio un respingo al escuchar su voz, y fue a más cuando él la tomó del brazo, señal que esa vez no tendría excusa para no ir. Suspirando, decidió ir tras él y hacer como que todo iba bien, iba a hablar cuando escuchó algo sorprendente.
Yumi…
Venía de todas partes, y aunque él no parecía haberlo escuchado, ella claramente sí. Resonó un par de veces más hasta que se acalló de nuevo, coincidiendo con la entrada al cuarto del muchacho.
-Bueno, ¿de qué querías hablar?
-Creo que es mejor rendirse -comentó, de pronto-. No merece la pena luchar contra ella, es demasiado poderosa…
Eso sorprendió a la chica, pero no lo dejó ver.
-Entiendo… ¿y por qué opinas eso?
-¿No es evidente? -preguntó él- Cada vez que atacamos, seguimos con el mismo problema… puede que lo mejor sea dejarla hacer, porque acabará ganando aunque se lo intentemos impedir…
Yumi asintió, pensativa. Fue entonces que le propinó un puñetazo a Jeremy, que lo esquivó más rápido de lo que ella pudiera haber previsto, pero dándole bastante tiempo a la chica para huir de allí. Sabiéndose perseguida, ella descendió a toda prisa por las escaleras, mientras una risotada siniestra se escuchaba por detrás. Claro, cómo no se había dado cuenta antes de aquello…
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Mientras, en Lyoko, Aelita se había pasado la mañana sentada en la base de la torre, leyendo el programa de materialización con interés. Aún con todo, había algún detalle que a ella no le acababa de cuadrar, como si la solución inintencionada de Odd no fuera todo lo buena que debiera ser. Algo le faltaba para estar completa, algo en ella se lo decía, pero desconocía el qué en concreto. Jeremy, sin embargo, afirmaba con rotundidad que era perfecto y que estaba totalmente listo, y si él lo decía sus razones tendría.
Se había refugiado en una de las torres del sector del hielo, a la espera de que la materializaran a la tarde. No se había movido de allí en lo que llevaba de jornada, hasta que empezó a sentir movimiento en el exterior. Al principio era más un murmullo de fondo, pero eventualmente escaló hasta un sonido lo bastante intenso para ser escuchado por ella. Como si los monstruos de Xana se estuvieran moviendo por todas partes, y eso sí que era raro. Que la IA movilizara a sus huestes sin un ataque de por medio era extrañp, debía ser investigado; así que sacó con cuidado la cabeza de la torre desde la base.
-Pero si no hay nada…
Ya en el exterior en su totalidad, observó los enormes glaciares a su alrededor, buscando a los siervos del enemigo, cuando se fijó en algo que no estaba ahí normalmente. Se trataba de un objeto brillante y esférico, de un tono anaranjado y que se asemejaba a las imágenes del Sol que había visto en internet. Sin embargo no cegaba cuando era observado de forma directa, ni tampoco emitía calor o se situaba en lo alto del cielo.
Pero sí tenía algo girando a su alrededor. Algo oscuro, no demasiado grande y que dejaba a su paso una estela negra, parecía seguir siempre un mismo patrón. La chica se limitó entonces a observar desde lejos en un principio hasta que se dio cuenta que aquel elemento negruzco se comenzó a alejar, dejando así de volar en torno a la esfera mayor y pasando a moverse sin un destino fijo, pues se desplazaba sin un rumbo como tal. En un momento dado, sin embargo, fue directa hacia el agua del mar digital cuando Aelita empezó a acercarse algo más, en concreto, al darse cuenta que estaba siendo observada.
-Eso… ¿sería Xana? -murmuró para sí, con interés- No creo, me hubiera atacado en vez de huir, supongo…
Envalentonada, decidió ir directamente en esa dirección. Recorrió los corredores del interior del enorme iceberg, único camino seguro para poder acceder hasta la parte superior. Sin embargo, no estaba sola: se encontró en su camino con un par de bloques que cerraban las grutas, y dispararon según la vieron aparecer tras una esquina. Se ocultó rápidamente, viendo pasar los láseres a su lado, gruñó un poco y se concentró. Comenzó a cantar, con los ojos cerrados y una mano extendida, apareciendo ante ella una suerte de lanza de hielo.
Se tuvo que apoyar en la cercana pared por el cansancio para evitar acabar en el suelo, destino que corrió el arma, repiqueteando al contacto con la superficie helada. La tomó con fuerza, se la acercó al cuerpo, y tras armarse de valor, se colocó en la línea de fuego. Lanzó el arma contra uno de los monstruos, que giró sobre sí mismo a toda velocidad y evitando el golpe, y sin embargo, la lanza sí dio en el blanco en el otro, que no fue capaz de apartarse de su trayectoria, explotando en el proceso. Aelita aprovechó esa distracción para pasar de largo, y, como los bloques son de naturaleza lenta, le dejó atrás en un par de veloces giros. Una vez estuvo a salvo de nuevo, anduvo hasta el final del camino, saliendo así hasta la explanada donde se encontraba la esfera. Levitaba sobre el suelo a escasos centímetros del mismo, debía tener un par de metros de diámetro y parecía pesada.
-Tendré que avisar a Jeremy, a ver qué piensa sobre esto…
No parecía una amenaza, ni reaccionó cuando ella acarició su superficie. Y sin embargo estaba viva, a juzgar por el movimiento del plasma que la conformaba. Se permitió analizarla, dándole algún que otro golpe con los puños y piernas, pero sin lograr nada más allá de perder tiempo. Incluso la afilada lanza que usó antes fue inútil contra el objeto, y que ni se movió de donde estaba. Cuando trató de moverlo tampoco fue capaz, así que cualquier experimento que tuviera que hacerse tendría que ser ahí.
-¿Jeremy, me escuchas? -alzó la vista al cielo, expectante- Voy a necesitar tu ayuda, he encontrado algo interesante y… -frunció suavemente el ceño- ¿Yumi?
Ahora que se fijaba mejor, podía ver en su interior a la imagen de su amiga flotando inerte y tumbada, con brazos y piernas extendidas.
-¿Eres tú, Yumi? -preguntó, con la voz algo más alzada- ¿Me puedes oír? ¿Yumi?
Aquella esfera tintineó suavemente entonces. Probó a seguir hablando, pero aunque pronunció ese nombre varias veces más no logró de nuevo esa reacción, aunque en un momento dado, minutos después, sí que comprobó que se estremecía suavemente, pero seguía tan imperturbable como hasta el momento.
-Esto es raro… ¿pero cómo te libero? -suspiró algo- Jeremy, ¿me estás escuchando? ¿Podrás ayudarme?
Si sus cálculos no fallaban, en esos momentos debían estar comiendo o casi acabando, así que no debía tardar demasiado. Esperaba que así fuera, desde luego… Y precisamente en la Tierra, Jeremy estaba al ordenador, aunque sin llegar a ponerse los auriculares. No lo veía necesario, y la idea de poder ver a la chica cara a cara por primera vez le llamaba mucho la atención… por fin escucharía su voz nítidamente y no a través de esos aparatos.
En un momento dado, escuchó como la puerta se abría y notó que alguien se acercaba. Cuando se dio la vuelta, se encontró con Yumi, que se colocó a su lado, sonriendo suavemente. El chico se sonrojó entonces por su cercanía, ella olía a vainilla y su suave pelo le hacía cosquillas en la nariz, podía ver perfectamente todas sus facciones.
-Hola, Jeremy -le ronroneó-. ¿Podemos hablar?
-Yumi, yo, esto… -murmuró él- ¿Estás bien?
-Perfectamente -ella sonrió-. ¿Me llevarás a Lyoko?
-¿Pa-para…?
La chica le colocó un dedo en los labios y, con delicadeza, retiró sus gafas, él se dejó hacer en todo momento.
-Así mejor.
-De-deberías ir a casa a darte una ducha -respondió acelerado el chico—Para cal-calmarte algo, ¿tienes fiebre?
Ella se le acercó peligrosamente, cuando la puerta se abrió de nuevo. Eran Ulrich y Aria, acompañados de Odd, y que no dieron crédito a lo que veían. A la vez, en la pantalla de pronto apareció una nerviosa Aelita, hablaba pero no se la escuchaba por no haber retirado los cascos.
-Genial… -murmuró Odd, en seguida, Ulrich y Aria se fueron por donde vinieron- ¿Precisamente tenias que liarla hoy, Yumi?
Esta puso mala cara, Jeremy se colocó las gafas de nuevo y corrió detrás de los otros dos, nervioso, mientras la otra seguía su camino.
-¡Esperad, Ulrich, Aria! ¡No es lo que parece, lo juro!
Mientras el resto se iba, Odd se acercó hasta los cascos, que se colocó, mientras Aelita no dejaba de gritar sin ser escuchada.
-¡… YA, POR FAVOR!
-¡Sin gritar, princesa! -exclamó él, poniendo mala cara- A ver, ¿qué sucede?
-Ah, por fin, Odd -se notaba el alivio en su voz-. Pase lo que pase, no os acerquéis a Yumi, la verdadera está aquí, en Lyoko.
-¿Cómo?
-Lo que oyes -ella había vuelto a la cercana torre de paso-. Yumi está encerrada en una especie de criatura, desconozco cómo la atrapó o cuando, debió ser durante el ataque de ayer -murmuró ella-. ¡La Yumi que tenéis allí debió ser creada por Xana, o ser la propia Xana!
-Eso explicaría por qué estaba tan rara… -murmuró el chico- Avisaré a los demás, ¿sabes cómo salvarla?
-No, pero ya se me ocurrirá algo -apretó los puños entonces-. ¡Hasta ahora!
La imagen del chico desapareció en ese momento, así que ella se levantó. Se iba a organizar una buena ahí fuera como el alter ego de Yumi se sintiera atacado, más si era la propia IA la que se hacía pasar por su amiga. Sin embargo, la idea tenía pocos visos de ser real dado lo que vio rondando a la esfera donde estaba cautiva. En cualquier caso había que liberar a la verdadera muchacha, y empezaba a tener una idea de cómo sería.
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Tras alcanzar a los otros dos, Jeremy explicó a trompicones qué estaba pasando. Y aunque se veían los celos en los ojos de los otros dos a kilómetros, la idea de que Yumi realmente estuviera intentando seducir al chico de esa manera era tan extraña, que simplemente no cuadraba. Ninguno de ellos sentía interés alguno por el otro más allá de una posible apetencia física por parte de él, pero sin más.
-Os juro que no sé en qué estaba pensando ella… -murmuró- Quería que la llevara a Lyoko, y cuando le dije que no sabía para qué quería ir, se puso así… yo…
Ulrich suspiró pesadamente.
-Creo que conozco lo bastante a Yumi para saber que no es algo propio de ella -comentó él, serio-. Vamos, dudo que hiciera algo así realmente… ¿crees que le haya afectado la virtualización?
El chico se quedó blanco unos segundos, acariciándose la nuca, cuando Aria intervino.
-Si así fuera, a los demás nos hubiera pasado también -le espetó-. Sé que él jamás nos pondría en un peligro innecesario, ¿verdad?
El chico asintió, y agradeció el gesto con una sonrisa, a lo que Ulrich resopló.
-Lo siento… -gruñó- Pero entonces, ¿en qué…?
El móvil de Jeremy sonó entonces, era Odd.
-¿Sí? -escuchó durante unos segundos- Entiendo… tiene sentido, vale, iremos ahora mismo, ¿crees que podrás entretenerla? -de nuevo calló durante la respuesta del otro- Perfecto, hasta ahora.
-¿Sucede algo, Einstein?
-Aelita ha encontrado a la verdadera Yumi encerrada en Lyoko -los otros dos no sabían si sentir alivio o miedo-. Va a intentar sacarla, nosotros, mientras, iremos allí también.
-¿Y qué haremos con la falsa?
-Odd se encargará de ella, ha dicho -respondió Jeremy-. ¡Vamos a la fábrica!
Y emprendieron el camino. Precisamente el otro, según salió del cuarto de su amigo, dio con Yumi en los pasillos, parecía estar a la espera, así que fue directo a por ella, ahora sabiendo su verdadera naturaleza.
-¡Oye, Yumita! -ella ni se inmutó- Ven conmigo, por fi, que necesito tu ayuda, anda.
La tomó del brazo y tiró de ella con fuerza, llevándola a rastras, pero ella se zafó con cara de pocos amigos, y fue a golpearle con el puño, cuando escucharon el fuerte vozarrón de Jim, deteniéndola.
-¡ISHIYAMA! -bramó- ¡¿Qué crees que haces?!
-¡Jim, cuidado!
Pero la advertencia llegó tarde, y es que Yumi le lanzó por los aires como si fuera un saco de patatas. No se detuvo ahí, y se dispuso a atacar a Odd, que echó a correr escaleras abajo al saberse que no era rival contra la otra. Fuera lo que fuera, era demasiado potente para él, tenía que hacer que perdiera el máximo tiempo posible mientras el resto lo solucionaba. Recorrió los pasillos mientras la otra se dedicaba a sembrar el caos allá por donde pisaba, teniendo él que lanzarle lo que viera para llamar la atención.
El resto de alumnos corría, asustados, mientras él esquivaba como podía los ataques del enemigo, consistentes en devolverle aquello que Odd lanzaba en primer lugar, e incluso, tomaba objetos punzantes y se le acercaba para clavárselos directamente, o al menos intentarlo. El chico tenía que reconocer que se centrara tanto en él era una ventaja, así nadie más salía herido, o peor.
-¡Tendrás que esforzarte más que esto, Xana!
La sonrisa desapareció de su rostro cuando vio llegar a una despistada Sissi por allí, que detuvo, involuntariamente, el placaje de Yumi. Pegó un chillido por el porrazo, y sin embargo, tuvo el valor de darle un buen guantazo a la otra. Resonó por el pasillo, hasta la criatura se quedó sorprendida, pero rápidamente cargó el puño y se disponía a estrellarlo en la cara de la otra. Para su suerte, Odd cargó veloz contra la otra, liberándola y permitiendo su huida. Se recompuso como pudo y tomó a Sissi de la mano, saliendo de allí y pasando al tramo de escaleras.
-¡¿Qué le sucede a esa flacucha?!
-¡Un mal día, pero se le pasará!
Sin embargo, ella parecía dispuesta a hacer frente a Yumi, pues se interpuso entre el chico y esta, que se colocó en posición de combate también. Sissi temblaba como una hoja seca, notó Odd, así que tiró de ella suavemente mientras retaba a la otra con la mirada.
-Ella no es la Yumi que conoces -comenzó a decir, despacio-. La verdadera estará a salvo pronto, pero esta quiere matarme.
-¿Có-cómo?
-Sólo es apariencia -añadió el chico-. Diría que en realidad es el enemigo de mi grupo, disfrazado de alguna manera, pero no sé cómo lo ha hecho…
-Sabía que escondíais algo, pero… -ella, por instinto, se ocultó tras él- Jamás me imaginé algo así, la verdad…
Odd sonrió un poco.
-Princesa, hay muchas cosas que no sabes -le sonrió-. ¿Confías en mí?
Antes de que ella pudiera responder, la falsa Yumi les atacó con violencia, teniendo ellos que huir a toda prisa, eventualmente llegaron así hasta el patio de la academia. Comenzaron a chillar para alertar al resto del alumnado y a los pocos profesores que había por allí en esos momentos para que huyeran, aunque se convencieron definitivamente al ver a Yumi atravesar la puerta de mala manera.
-Sissi, huye, por favor -le pidió él-. Viene a por mí, no por ti…
Ella le miró, admiraba el valor del chico. Ella dudaba tener tanto, así que se limitó a besarle en la mejilla y huir a toda prisa. Odd se sonrojó algo por ello, pero rápidamente se centró de nuevo y se colocó en posición defensiva. Aquello pintaba largo…
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El resto del grupo llegó hasta la fábrica, donde Jeremy se colocó a los mandos, y ordenó a Ulrich y Aria que fueran directos hasta los escáneres. Tras teclear los comandos para la virtualización, se ajustó apropiadamente el micrófono, y comenzó a llamar a Aelita, deseando haber llegado a tiempo y que pudieran salvar el día como siempre. Suspiró de alivio al escucharla segundos más tarde.
-¡Jeremy, qué gusto escucharte! -exclamó ella- ¿Te dio Odd ya el mensaje?
-Sí, ¿sabes dónde está encerrada ella exactamente?
-Sí, pero no sé cómo liberarla, bueno, creo…
-Explicate -pidió él-. Mientras, te envío a Ulrich y Aria, es muy probable que haya una torre activada…
Según hablaba, puso en marcha el comando para buscar una. Sólo así se explicaría que hubiera una falsa Yumi con ellos, era la única manera de que su enemigo pudiera tener un alter ego en su mundo. También le daría sentido a que ella pidiera verle e ir hasta el mundo virtual, así, se quedaba a solas con él y podía acabar fácilmente con el único capaz de usar el súper ordenador. De paso, aprendía cómo interactuaban los humanos, era un solo ganar para la IA. Sus planes eran cada vez más complejos, tenían que ganar cuanto antes, por suerte… esa noche acabaría todo.
-Creo que puedo recrear una falsa Yumi, para confundir al monstruo de Xana -explicó ella-. De esta forma, puede que la pueda liberar… pero no sé si funcionará.
-Tendremos que darnos prisa -comentó el chico-. Hay una torre activada en el sector del hielo, precisamente, así puede tener Xana a ese clon de Yumi aquí.
-Bien, me pondré a ello, hay que detener este ataque cuanto antes…
Aelita miró hacia el frente entonces. Se había ocultado tras una pared de hielo, en los pequeños corredores internos del iceberg. Una vez hizo un boquete en el mismo con sus poderes, se encaminó de nuevo hasta la esfera que encerraba a su amiga, encontrándose en la cima ya con los otros dos, y que ni esperaron a que ella les alcanzara para atacar a la esfera… con los mismos efectos que para ella. Fue totalmente inútil.
-Separaos, por favor -pidió-. Crearé una copia de Yumi, eso… puede que lo confunda de alguna forma, espero.
-Adelante, Lita -le sonrió Aria-. Confío en tu criterio.
La otra le devolvió el gesto, y, tras cerrar los ojos, comenzó a cantar. Ante ellos, apareció una copia perfecta de la muchacha, con las mismas facciones, altura, prendas… hasta su expresión corporal era igual. El monstruo de Xana comenzó a vibrar suavemente, llegando a temblar a los pocos segundos, intentando introducir en su interior a la falsa Yumi. Aquello tuvo como consecuencia que explotara, dejando caer el cuerpo digital de la chica, que dio una gran bocanada según cayó al suelo.
-¡¿Estás bien?! -Ulrich se colocó a su lado, nervioso- ¡¿Cómo te encuentras?!
-Mareada… -reconoció ella- Ha sido terrible, tenía a medio Kadic detrás de mí, por suerte ya terminó…
-Era todo una trampa de Xana -le explicó Aelita, sonriendo-, puede que te mostrara una imagen falseada de Kadic para que no sospecharas, ¿verdad?
-Algo así, al inicio creía que estaba en el mundo real, pero… -miró al cielo, sonriendo- Intentó hacerme creer que tú te estabas rindiendo, ¿te lo puedes creer, Einstein?
-Pues sí, es grave eso -reconoció-. Luego lo hablaremos, tenemos aquí una versión tuya dando guerra en la Tierra y una torre activada a 15º Norte, así que daos prisa.
-Está algo nervioso porque tu alter ego intentó coquetear con él -bromeó Aria-. Si no llegamos nosotros, creo que… hubiera ido a más.
Ambos se sonrojaron un poco por ello, cuando ella se dio cuenta de un detalle.
-¿Odd está con mi doble, verdad?
-Sí, ¿querrás ir con él a echarle una mano?
-Sería lo ideal, la verdad -comentó ella, seria-. No podemos dejarle a solas con el enemigo, y habiendo dos en Lyoko para luchar, podrán hacerlo perfectamente, ¿verdad, chicos?
-No debería haber problemas con que lo hagáis de forma normal, chicos -intervino Jeremy-. Si ella no cayó al mar digital, como pensábamos, el programa de Aelita no se llegó a poner en marcha, por eso daba error, y se puede desvirtualizar como todos los demás.
Estos asintieron, y fue Aria la que desvirtualizó a la muchacha, usando sus alas para ello. Luego, tomó a Aelita por detrás, extendió su plumaje y voló en la dirección indicada por Jeremy, seguidas por Ulrich, que usó su super sprint para ir al ritmo de ellas, recorriendo las paredes del iceberg como una exhalación. No tardarían demasiado así, de hecho, llegaron en poco tiempo hasta la torre.
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En la Tierra, Jeremy había puesto a funcionar las cámaras de seguridad de la fábrica al notar jaleo en el exterior, y bien que hizo, dado que vio a Odd enfrentarse a la falsa Yumi, y que tenía el mismo mal genio que un enjambre de avispas que acababan de ver caer su nido. Atacaba al sudoroso muchacho, que tenía algún que otro moretón por no haber sido lo bastante rápido en algunas embestidas, pero por ahora aguantaba… aunque no podría hacerlo indefinidamente. Necesitaba apoyo de algún tipo.
-¡Yumi, qué alegría verte, tía! -exclamó él- Tienes una mala ostia que da miedo…
El chico dio un par de trompicones antes de tener que apoyarse en una de las columnas, la falsa adolescente iba a rematarle cuando sintió el placaje de la otra, momento en que acabó en el suelo… sin embargo, de un veloz movimiento se revolvió, estando en pie de nuevo instantes después.
-¡Métete con alguien de tu tamaño, Xana!
Se podía ver en su frente el símbolo de la IA palpitar un poco, su vista se había posado en ella, dejando así vía libre de escape a Odd. Este logró llegar como pudo, adolorido pero sano, hasta el elevador. Pulsó para ir directo a los escáneres, mientras su amiga se quedaba a solas con el enemigo, tenía cara de malas pulgas.
-Tienes el mismo carácter que yo en un mal día, así que eso que te llevas -se colocó en posición-. Pagarás por esto…
Y comenzó el combate. Rápido comprobó lo que ya intuía, y era la enorme superioridad en fuerza y agilidad de su contraparte, así que esa guerra era más una de aguantar que de ganar. Tenía que evitar que llegara hasta Jeremy todo lo posible, dando así tiempo a los demás para desactivar la torre, era la única forma. Por suerte, les había dejado bastante cerca de ese objetivo, o eso deseaba…
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El grupo en Lyoko no tardó demasiado en llegar hasta la torre activada, defendida esta por un grupo de cucarachas. Xana debía pensar que aquello sería lo bastante para detenerles lo suficiente para ganar, eso tenía que ser. Aria se limitó a volar en torno a la torre y sus cercanías, sosteniendo firmemente a su compañera, dejando a Ulrich que corriera a toda velocidad en torno a las mismas, usando su sprint para ir de una en una y atravesar sus ojos con la katana que portaba en todo momento.
-¡Vía libre, chicas! -exclamó él, tras destruir a la última cucaracha- Fue demasiado sencillo…
-Prefiero que sea así, a que nos complique la vida -comentó Aria, posando con delicadeza a Aelita, y que entró directa a la torre-. Bastante hemos tenido con el engaño, ¿no crees?
Este asintió, mientras sonreía algo. Segundos más tarde la torre pasó a su color azul habitual, aunque aún no habían acabado plenamente.
-Bien, damas y caballeros… -Jeremy había puesto voz solemne- Es hora de traer a casa a Aelita…
Esta asintió, sonriendo, y observó la torre, a la que entró de nuevo, esa vez acompañada por los demás. Jeremy seleccionó entonces una del sector del bosque, donde se haría el proceso, aprovechando que ahora Xana no podría defenderse. Era ahora o nunca, por eso corrieron por el sector a toda prisa, mientras Yumi y Odd llegaban hasta la terminal donde estaba Jeremy, con los cuerpos algo amoratados pero con más ganas de ver a su amiga que otra cosa. Ya luego harían la vuelta al pasado y apagarían el ordenador para siempre.
-Ahora tenéis que llevar a Aelita a la torre que os he indicado, y allí la materializaré -se notaban los nervios en su voz-. Si todo sale bien, esta noche dormiremos sin Xana como amenaza, así que allá vamos.
Hubo un tenso silencio en el aire, más por la solemnidad del momento que por otra cosa, mientras los de Lyoko se desplazaban por el sector hasta la torre elegida. Una vez llegaron hasta su base, los dos guerreros esperaron a que Aelita se decidiera a entrar, necesitó un par de abrazos de cada uno y palabras de aliento para dar el paso, una nueva vida le esperaba, pronto podría besar a Jeremy con su propia boca, oler, respirar, sentir… Entró en la torre, se colocó en el centro de su base, y un suave tirón la elevó.
Cientos de paneles de datos la rodearon y empezaron a girar en torno a ella, que era iluminada y destelleaba… Sin embargo, sólo notó lo mismo que cuando comenzó a levitar, y simplemente bajó de nuevo hasta el piso. En la Tierra, el grupo se concentró en torno a uno de los escáneres, la sorpresa fue mayúscula al ver aparecer sólo unos mechones de pelo rosado. Jeremy suspiró, mientras los guardaba con cuidado en un pañuelo que le tendió Yumi como pudo, y, sin más, subió hasta la sala de la interfaz de nuevo, cabizbajo.
-Bueno… al menos es un inicio, ¿no?
-Si, Odd… -murmuró, apareció una suave sonrisa en su rostro- Al menos es un paso adelante importante…
Se quitó las lágrimas con un gesto y subieron todos juntos hasta la sala, donde Jeremy puso en marcha el programa y un intenso destello lo inundó todo, volviendo de esta forma al pasado. Aparecieron de nuevo en la Academia en sus respectivas clases, más tarde en el día se reunirían para charlar y comprobar que, esa vez, eran todos de verdad y no ninguna nueva treta de Xana. Así, se juntaron todos en el cuarto de Jeremy tras comer en la cafetería, ahora sí, todos juntos.
-Hay que reconocer que este ataque nos ha pillado de sorpresa -decía Jeremy-, pero ahora confirmamos que se puede materializar cualquier cosa, con los medios adecuados, aunque sea sólo… unos mechones de su pelo…
Los demás le miraron con cierta lástima, aunque Aelita, en el ordenador, le sonrió.
-Bueno, al menos Odd te indicó por dónde se iba, y ahora Xana confirma que una IA se puede materializar.
-Se necesita mucha energía, pero sí -Jeremy sabía las implicaciones que esos mechones suponían-. Pronto vendrás, ya lo verás, Lita.
-Lo que me sorprende es que Xana supiera que, actuando así, iba a poder lograr algo.
A ese comentario de Odd, Jeremy le restó importancia con un suave gesto de la mano.
-¡Qué va, hombre! -sonrió- Supe en todo momento que esa no era Yumi…
Ella le miró con diversión.
-¿Me diferenciaste tan fácilmente, entonces?
-Claro, Xana no…
Sin embargo, ella se levantó, juguetona, y le retiró suavemente las gafas, haciendo que el otro se sonrojara bastante. Aria se reía por lo bajo, entendiendo que no era más que un juego, mientras los dos chicos observaban con sorpresa cómo Yumi se le acercaba bastante al otro. Sin embargo, Ulrich intervino entonces.
-¡Ah, no, basta de jueguitos, ya bastante has tonteado tú hoy!
Tiró suavemente de ella para separarle, mientras la chica ponía cara divertida.
-¿Podremos hablar ahora al salir, Ulrich?
Este se sonrojó algo, y asintió con ganas, así que ellos dos se marcharon.
-Ahora que recuerdo -intervino Aria cuando salieron por la puerta-, la falsa Yumi quedó con Ulrich para verse, ¿qué harían?
-Puede que quisiera pedirle algo, a saber…
-Me alegra veros bien a todos de nuevo -comentó Aelita, sonriendo-. Pero me preocupa las cosas que esté pudiendo aprender Xana, la verdad…
-Venceremos, no te preocupes -sonrió Jeremy-. Xana no podrá ganarnos, ya lo verás… con este adelanto, venceremos.
El grupo no era el único que había aprendido, desde luego. La IA ahora sabía otro punto débil de los humanos, lo había visto en esas horas gracias a usar el cuerpo de Yumi. Ya lo intuía por las interacciones que a veces había visto, y ese día lo había confirmado. Sería un buen arma a futuro, pero tenía que planificarlo apropiadamente. La IA además había confirmado que, si presionaba en la dirección adecuada, podía separarles lo bastante para triunfar; además, ahora sabía también que era posible tocar el mundo físico, aunque fuera durante el tiempo de un ataque. Eso haría desaparecer su desventaja, pero faltaba aún para poder hacerlo con garantías. Aquella era una guerra a largo plazo, daba por hecho que su enemigo humano pensaba lo mismo, no era alguien estúpido. Ya se enfrentó con uno en el pasado – en cierta medida seguía peleando contra él – y no tendría problemas en enfrentarse a un nuevo grupo.
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Pensaba en lo sucedido Ulrich, yendo entre los árboles de Kadic, cuando la voz de ella le devolvió a la realidad.
-¿De qué hablaste con mi falsa yo?
-Pues…
Él se sonrojó un poco, esa Yumi se le había acercado bastante, el miedo pudo con él y no se acabó lanzando, al final intercambiaron unas pocas palabras nada más.
-Puedes decírmelo, sin… miedo.
El corazón de ella latía con cierta intensidad, por cómo estaba reaccionando él se hacía a la idea. No podía negar que Ulrich le pareciera más o menos guapo, aunque no se veía como nada más que amigos… por ahora. Y quería saber si esa falsa ella le había metido ideas en la cabeza.
-Me acorraló contra un árbol… -reconoció él- Casi me besa, aunque no me llegué a lanzar, la verdad, yo…
Ella sonrió un poco, complacida. Se colocó al lado de un tronco, e invitó al chico a hacer lo mismo. Ahí, a solas y sin que nadie molestara, ella le acarició algo el rostro. Por probar… Se fue acercando poco a poco, pero en el último momento, le dio un simple roce en las mejillas, y, nerviosa, se alejó a toda prisa.
-Lo siento… -fue lo máximo que dijo ella- ¿Me perdonarás?
Ulrich asintió, despacio, también sonrojado y acelerado por aquello. Soñaría días con ese momento, estaba seguro. La escena no pasó desapercibida para cierta persona que vio aquello, no evitando apretar los puños con bastantes ganas, clavándose las uñas y saliendo a toda prisa de allí. Su pelo negro le caía por la cara, y se encaminó hacia el edificio de habitaciones, la humillación que sentía era enorme. No se detuvo hasta que no chocó con alguien que se interpuso en su camino, Naomi, que, acompañada de Herb, habían ido a buscarla a su cuarto.
-¿Estás bien, Sissi?
Esta se resistía a llorar, pero según fue abrazada por la otra, acabó rompiéndose. Ambas entraron al cuarto, dejando al chico fuera, que se rascó la nuca, algo nervioso. Vio llegar entonces a Odd, al que saludó suavemente con la mano.
-¿Pasa algo? Escuché jaleo.
El otro negó.
-Nada, nada… -protegería el secreto de su amiga- ¿Has visto a Nicolás? Quería verle.
-Ni idea, ¿has probado en su cuarto?
-Allí iré…
Herb se limitó a ir en esa dirección, en realidad no tenía nada que hablar con él en ese momento, pero recordó que necesitaba ayuda con matemáticas, y como amigo suyo, haría honor a la promesa. Con esa idea, fue hacia allí…
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Espero que os haya gustado leerlo tanto como a mi escribirlo. Este fanfic está conectado con Nueva Generación: Proyecto Cartago, y que se encuentra más adelante en la línea temporal de este. Habrá referencias en ambos de eventos del otro.
