NI SAILOR MOON NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN, TODO ES PROPIEDAD DE NAOKO TAKEUCHI.
La campana de la última clase había resonado minutos antes, enviando a los estudiantes directo a los pasillos en una avalancha de cuerpos que se empujan unos a otros, mientras corren hacia sus casilleros. Directos a sus trabajos después de la escuela y clubes y prácticas, después de todo son niños convirtiéndose en adultos, entrando al estresante mundo de las obligaciones tediosas. Haruka sigue a la multitud, sin ninguna prisa en particular para llegar a donde se supone que debe ir, lo cual es algo bueno, observa cuando ella y otros cincuenta niños son retenidos en una de las escaleras sin razón aparente.
—Maldición—grita Lita detrás de ella, mientras avienta a los dos pobres muchachos que la empujaron minutos antes–¿Cómo es posible que estemos tan altas y fuertes y nunca podamos pasar a toda esta gente? —
—tienes razón—Haruka acepta sin mucha preocupación. Mirando hacia todos lados, menos a Lita.
—¿buscas a alguien? — pregunta Lita desviando su rostro de la masa de gente y poniéndole atención.
—¿eh? —
Antes de Responderle a su amiga, Siente que su teléfono cobra vida en el bolsillo de su pantalón. Un mensaje acaba de llegarle. Haruka se inclina levemente esperando que Lita no se de cuenta de que no quiere que vea lo que dice su mensaje…o quien se lo manda.
"quiero verte"
Es todo... Haruka Siente que se le cae el estómago en una sensación extrañamente emocionante, como si acabara de caerse de un rascacielos sin ningún tipo de paracaídas.
Haruka escribe
"Estoy ocupada"
Un minuto pasa. Dos. Haruka reprime un suspiro e intenta apartar los ojos de su teléfono. Pero cuando se apaga de nuevo, desbloquea la pantalla demasiado rápido, avergonzándose a sí misma a pesar de que Lita es lo suficientemente discreta como para hacer cualquier comentario cerca de lo extraño que se está comportando.
"¿con quien? "
"no es asunto tuyo" Haruka responde, sonriendo para sí misma mientras imagina la cara de Michiru.
Un segundo después, le llega otro mensaje.
"Así que tanto te desagrada la escuela que estas con la masa de estúpidos recibiendo empujones. Que sorpresa, yo ya estoy en casa. Quiero que vengas."
Dios, Haruka hasta es capaz de oír su voz perfectamente recitar esas palabras. Con esa capa de superioridad petulante.
"Puedo ir a las seis"
Esta vez, recibe una respuesta solo unos segundos después. Es una palabra
"Hecho."
Todavía está mirando su teléfono, con el corazón latiendo demasiado rápido, cuando la prefecta se asoma al vestíbulo con su clásico megáfono en mano y llama con su tono odioso de costumbre.
—¿Haruka Tenoh? La directora Serenity necesita verte en su oficina. —
Haruka se muerde el labio inferior intentando tragarse la vergüenza de ser llamada con el maldito aparato. Para colmo toda la masa de estudiantes deja de empujarse y se voltean hacia ella. Siente la mano de Lita posarse en su hombro.
—casi lo consigues…a dos minutos de la salida— dice su amiga con pesar —suerte haruka—
—sí, si— refunfuña amargada, mientras se voltea para ir a la oficina de la directora.
—Hola, Haruka—Serenity la saluda mientras camina penosamente hacia la oficina y se encorva en su silla habitual directamente frente al gran escritorio de roble. Intenta respirar, solo ve a esta mujer en problemas y situaciones nada gratas. —Lamento haberte hecho venir justo a la hora de la salida. —
—No se preocupe. No es como si tuviera una vida que disfrutar o algo así, si gusta podríamos quedarnos hasta las diez y no me incomodaría, la verdad. —dice Haruka con sarcasmo, y la directora Serenity la mira con desaprobación antes de mirar los papeles apilados en su escritorio. Lo que, en lo que respecta a Haruka, significa que ganó el primer round del encontronazo.
—Te llamé para que pudiéramos hablar sobre tus calificaciones—dice la mujer. No es una sorpresa, pero Haruka siente la tensión familiar en sus hombros y cuello, el apretar de sus puños. Por supuesto que son sus calificaciones. Ella nunca puede tomar un maldito descanso. —Dudo que esto vaya a ser una sorpresa para ti— continúa Serenity suavemente—pero en este momento estás reprobando tres clases y a punto de reprobar otra—
Haruka no dice nada. Ella patea el piso alfombrado y desea poder adelantar el tiempo, solo cierra los ojos y los abre de nuevo y ... ya no estará aquí…con la engreída voz de la directora Serenity diciéndole que se le dio una oportunidad única en la vida mientras recita todos sus fracasos enumerados uno por uno.
Por supuesto, lo peor es que es culpa suya. Como siempre.
—Tal como lo veo, en este momento tienes calificaciones aprobatorias en deportes e inglés. Tu desempeño en taller de lectura y redacción es extraordinario, el maestro esta asombrado contigo, pero ... –La señorita Serenity frunce los labios y deja el resto sin decir.
—Sí—Haruka acepta. ¿Qué más se supone que debe decir? —¿Ya Puedo retirarme? —
La señorita Serenity ignora su pregunta.
—estamos a principios de noviembre—le recuerda a Haruka, como si fuera tan tonta que no puede leer un calendario. —Entonces tienes tiempo para subir estas calificaciones antes de las vacaciones de invierno. Me temo que si no hay mejoras al final del semestre tendremos que llamar a tu madre para discutir qué hacer a continuación, para la señora Tenoh será un golpe recibir estas noticias —
—Ella sobrevivirá, se lo aseguro—escupe Haruka comenzando a molestarse en serio.
Serenity la mira fijamente.
—Espero que si —
—Bueno, voy a cumplir la mayoría de edad en unos meses—dice Haruka, como un desafío.
—Si. claro, los mejores años de cualquier ser humano— La directora Serenity junta los dedos y la sigue mirando con esa mirada firme cargada de compasión—Haruka, ¿tienes algún plan después de la graduación? —
—No en realidad. —
Ella se encoge de hombros Y si lo hiciera, estaba segura de que no estaría hablando de ellos aquí enfrente de la directora.
—¿Nada? — Serenity presiona. —¿No lo has pensado en absoluto? Ese día llegara antes de lo que piensas.
Haruka no dice nada durante varios segundos.
—Creo que quiero viajar— Admite finalmente.
La idea de escapar, ir a cualquier parte, hacer cualquier cosa, ya no está encadenada en esta ciudad, a este país…a esta vida, es en lo único que puede pensar en este momento.
La señorita Serenity asiente, pareciendo pensar sus palabras. Que desperdicio. Se dice haruka a si misma; Toda esta inversión en una estudiante que claramente no está destinada a nada bueno, solo a terminar siendo un montón de basura. Finalmente, la directora Serenity le dice algo que ya sabe muy bien
—No irás a ningún lado si terminas repitiendo tu último año. Atrapada aquí mientras tus amigas se van y viven sus vidas en la universidad. —
Haruka intenta ignorar el enojado calor en su estómago, la vergüenza brota desde sus ojos.
—Lo sé, ¿entiende? — ella logra decir mientras se levanta de su asiento y se dirige hacia la puerta, demasiado furiosa por estar llorando y demasiado avergonzada para quedarse enfrente de la directora para que la vea. —eso es algo que ya sé— termina dando un portazo.
Al salir, casi como un autómata echa a correr, se cansa a los veinte minutos y siente las piernas ardiendo, pero eso no importa, no necesita calmarse, no necesita pensar en nada, solo hay un lugar de todos los que conoce, donde quiere estar justo en estos momentos. Por lo que no se detiene hasta tocar vigorosamente la puerta de entrada. Se siente mareada y adolorida de las piernas. Pero todo se le olvida en cuanto escucha a alguien acercarse.
Michiru abre la puerta descalza, lo que deja a Haruka congelada en su lugar. No recuerda haber visto antes los pies descalzos de Michiru, pero ... esta en su casa. ¿Por qué eso no coincide con la imagen exquisita que tiene de ella? No es como si la chica usara tacones del once para estar en su casa, Pero luce tan ... humana. Y esto es extrañamente íntimo.
—¿Qué estas esperando? —Michiru le pregunta en voz baja y molesta—Pareces una idiota. ¿Por qué llegaste tan temprano? Creí que vendrías a las seis. —
—¿y tu papá? —
—Está trabajando. —
—ah, bien. — Haruka deja caer su mochila al piso de madera en la entrada. —Bien. —
—¿Bien? — Michiru le pregunta con voz notoriamente divertida.
—quiero decir…— Su teléfono comienza a vibrar en su bolsillo otra vez. Mierda. Podría ser su madre. Furiosa por que la directora le pudo haber marcado, la sola idea le provoca temblores.. —Lo siento, espera, tengo que contestar—
Michiru no dice nada, y Haruka la pierde de vista mientras saca el teléfono de su bolsillo y mira de reojo la pantalla rota: Mina
—¿sí? —
—Haru, ¿dónde estás? — ella pregunta en una voz suplicante. —He estado dando vueltas afuera de tu casa como cuarenta minutos—.
—¿Qué? ¿Por qué? —
—Se supone que debemos ir a buscar a Armand, ¿recuerdas? — Mina suspira ruidosamente. —No me digas que te olvidaste—
—Bueno, yo no soy la que se lo quiere devorar— argumenta Haruka. —Mira, estoy ocupada. Tendrás que hacer esto por tu cuenta. —
—¿Es en serio? — Mina dice lastimeramente. —Solo dile al vándalo de tu amigo que esto es importante—
—No estoy en casa de Rubeus— baja la voz intentando que michiru no escuche. —Estoy en casa de Kaioh—
—¿Michiru Kaioh? — Mina suena confundida.
—Sí, es por el proyecto, ya sabes— dice Haruka con su voz tan baja que es una maravilla que Mina pueda entender lo que está diciendo. Puede sentir la mirada furiosa de Michiru escociéndole en la parte posterior de su cabeza como un par de rayos láser.
Mina se queda callada unos segundos.
—¿Qué clase de proyecto? Últimamente Has estado trabajando en casa de Michiru todos los días durante todo el mes.
—Eh….Mira lo siento mucho. Te ayudaré en otro momento, ¿sí? Tenemos que ensayar, necesito que todo me salga bien en el estúpido festival de invierno—
—por favor, ¡estamos hablando del maestro de música! Aprueba a todos en su clase, no es como si estuvieras preparándote para entrar a la sinfónica nacional. —
—De verdad, es importante para mí— dice haruka.
—¿Sí? — Mina suspira de nuevo —está Bien—
—Nos vemos. — Haruka cuelga el teléfono y cierra los ojos. Todo esto de tener un noviazgo en la clandestinidad le provocara migrañas
—Haruka—Michiru llama desde el fondo de las escaleras, impaciente. —¿Vas a venir? —
—voy— dice haruka mientras sube las escaleras para el cuarto.
En la puerta está el gatito Siamés peleando con el pie de Michiru, que intenta sacarlo de su cuarto con la cara fastidiada.
—¡Buenas tardes, guapetón! — dice haruka en tono alegre hacia el minino. El gatito voltea a verla, haruka se agacha y agita su mano, el pequeño cachorro se acerca dispuesto a jugar. Haruka sonríe.
—¿quieres dejar a esa cosa y meterte de una vez al cuarto? —
—ay michiru no seas así con tu mascota—
—no es mío, es de mi padre. —
—como sea, vive aquí. Es parte de tu familia. Trátalo bien —
Michiru emite un sonido de incredulidad. Haruka toma al gatito en sus brazos y se lo acerca.
—aléjalo de mi—
—ay que cruel eres con el gatito, el solo quiere un poco de amor. De seguro se siente solito en esta gran casa— dice haruka acariciando la frente del gato con cariño — y tu no le haces la vida más fácil con tu frialdad—
—si tanto quieres a esa bola de pelo, te lo regalo—
—que más quisiera— haruka sonríe mientras le da unos golpecitos con la yema de sus dedos en la naricita, el gato intenta atacarla con sus patitas y haruka Ríe — pero mi madre odia las mascotas, teníamos un gato en nuestra casa de Rumania, pero….—
Haruka suelta al gatito quien se restriega en su pierna.
—…el que lo cuidaba era mi padre, así que cuando él fue internado… mi madre lo echo de la casa—
—mi madre también odia las mascotas, ella nunca permitió que tuviéramos una. Hasta ahora que mis padres están divorciados es cuando padre me regala una. No es como si me llamen la atención. —
—son criaturas fascinantes, vamos de seguro te morías de ganas de tener uno cuando eras pequeña—
Michiru le lanzo una mirada y haruka solo sonríe mientras entendía que Michiru no se derretiría por una mascota aun en su época de niña.
—en fin, ojala aprendas a llevarte bien con el gatito. Son mascotas fascinantes y cariñosas. Además, es un Siamés, yo siempre quise uno—
—ya— dice michiru abriendo la puerta de su cuarto, sin fingir su desinterés. —¿y vas a estar parada en el pasillo todo el día preocupándote por mi relación con esa bola de pelos?... o entraras a mi habitación para que pueda comenzar a besarte—
Haruka dejo al gato en el suelo.
–no lo tomes personal; Felino. Pero ella besa muy bien, aun así, tú eres más lindo. —
Michiru suspiro fastidiada cerrando la puerta de su habitación, Haruka se sentó en la primera silla que encontró. Sus botas crujieron. Michiru respiró profundamente por la nariz.
—Debo admitir…— dijo ella. —…que esas horribles botas de alguna forma te quedan bien—.
—¿Te gustan? — haruka sonrió. –son de mi papá, de cuando era militar. –
—Ven, acércate— pidió Michiru, pero fue ella quien extendió la mano, ahuecó la cara de Haruka y la atrajo hacia ella. Haruka deslizó sus brazos alrededor de la cintura de Michiru.
Ella comenzó gentil, como siempre lo hacía. Y como siempre, sintió que la cara y el cuerpo de Michiru se calentaban contra los suyos, el leve temblor que recorría su columna. Y cuando terminó el primer beso, le dio a Michiru otro. Y luego otro. Y otro. Luego perdió el rastro y el mundo dejo de importarle…solo pensó en la boca increíblemente suave de la aguamarina y la forma en que le devolvía los besos de forma desesperada.
De repente, Michiru se echó hacia atrás, jadeando, con el rostro rojo brillante. El corazón de Haruka cayó, pero Michiru no se retiró ni la apartó. En cambio, ella dijo
—Por favor—.
¿Por favor qué? Haruka no lo sabía, pero ella no se detuvo a pensarlo. Realmente no podía pensar en absoluto mientras se doblaba y besaba en los ángulos de la barbilla de Michiru, mordisqueando el lugar donde la mandíbula se encontraba con su garganta. Michiru jadeó en su oído; Haruka suspiró y se movió hacia abajo, boqueando y besando su garganta, y Michiru clavó las uñas en los hombros de Haruka mientras se ponía rígida y arqueada.
—sigue—susurró.
—¿sigo? — Haruka preguntó, respirando profundamente, su cabeza giraba por el perfume de la aguamarina y, debajo, el olor muy humano de su piel.
—no pares-—
Y Haruka no se detuvo. Acarició la piel de Michiru como si estuviera en un sueño, sintiendo que el pulso se aceleraba y se acercaba a su boca. Se dio cuenta de que sus manos se habían congelado en su lugar, aferrándose a la espalda, y deliberadamente aflojó su agarre y las deslizó hacia arriba y hacia abajo, presionando a Michiru aún más cerca de ella.
—¡Oh!— Michiru exhalo de placer, y levantó una de sus manos para excavar en el cabello de Haruka. — está bien, tú…— Ella soltó una risa repentina y triste. —Tú ganaste..—
—¿qué?— Haruka dijo, y antes de que Michiru pudiera responder, la besó de nuevo: un beso largo donde al final Kaioh prácticamente se retorcía.
—Me estás volviendo loca—gimió cuando Haruka se detuvo. —Lo has estado haciendo casi desde el día que nos conocimos...—
—¿YO? Yo nunca hice nada—dijo Haruka, dejando que la indignación se apoderara de su excitación por un momento. —Tú eres quien, se la ha pasado provocándome con tu actitud—Ante esas palabras, los ojos de Michiru cambiaron; parecían tristes La irritación de Haruka desapareció sin dejar rastro.
—¿entonces?¿te gustaba desde hace tiempo?—
—¿Tu qué crees?— jadeó Michiru, Sus ojos se cerraron.
Haruka acercó a Michiru para otro beso. Y esta vez, por primera vez, mordisqueó y besó hasta que Michiru separó los labios y la dejó entrar.
Cuando finalmente se separaron, Michiru gimió. Al oírlo, Haruka también lo hizo, y luego la besó de nuevo, deslizando su mano hacia arriba y hacia abajo de la espalda de Michiru, sintiendo el calor de ella a través de su blusa. Si tan solo pudiera arrancar los botones para…
Entonces, en lugar de tratar de arrancarle la ropa a Michiru, Haruka comenzó a ponerse de nuevo en su garganta, y esta vez no dudó en usar sus dientes. Nada fuerte, áspero, no quería dejar una marca: solo pequeños mordiscos entre besos más suaves mientras Michiru temblaba y gemía un poco más. Cuando Haruka empujó su blusa a un lado para que pudiera llegar a más de su hombro,
—Haruka— suspiro Michiru y se frotó la nariz con el cabello de Haruka. Eso fue más que suficiente para llevar a Haruka de vuelta a su boca, y al final de este beso se estaban agarrando y jadeando por aire, y Haruka había deslizado una mano debajo de la blusa de Michiru para tocar su piel suave y cálida.
Michiru gimió, y tiró de Haruka para otro beso. Haruka se frotó la mano hacia arriba y hacia abajo con el cosquilleo de las yemas de los dedos, porque todavía no estaba acostumbrada a tocar a Michiru, ciertamente no así, y se preguntó si alguna vez se acostumbraría. Se preguntó si esperaba que Michiru sintiera lo mismo.
—Te sientes bien—murmuró contra la boca de Michiru. —a ti ...— Besó el hombro de Michiru de nuevo, sintió que Michiru se estremecía. —¿Te gusta esto?—
—si, me gusta mucho— Deslizó su mano hacia abajo, ahuecó la cadera de Haruka y besó a Haruka solo por la oreja. El roce de los labios de Michiru en su mejilla hizo que Haruka pensara en su primer beso, en el patio de la casa de Darién en una fiesta de la que tuvo que huir.
Nada de Darién esta noche. Ni Rubeus. No drogas que pudieran ser confiscadas. Nadie más que ellas, nada que les impida ...
Michiru gimió , arqueándose ante el toque de Haruka, lo cual fue algo bueno porque Haruka le había agarrado el pecho sin siquiera pensarlo. Y ahora no podía parar, no podía dejar de frotar y acariciar ese extraño y suave peso en su palma, anhelando sentirlo sin todas las capas en el camino. No creía que Michiru se opondría; ella inclinó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos mientras trataba de respirar.
—¿Te gusta esto?— Haruka volvió a jadear, sintiendo que se estaba derritiendo entre sus propios muslos, que tenía tanto calor que toda su ropa se iba a quemar. Podía sentir el pezón de Michiru incluso a través de todas las capas de ropa, y lo frotó suavemente con el pulgar.
—Sí—jadeó Michiru, y besó a Haruka nuevamente, gimiendo en su boca cuando Haruka siguió moviendo su pulgar.
Haruka decidió que toda la prudencia se fuera al demonio, y buscó a tientas los botones en la parte superior de Michiru. Michiru jadeó de nuevo, pero no la detuvo; en cambio, dejó que su boca volviera a la mejilla de Haruka, luego la frente de Haruka, y luego su sien, como si nunca quisiera dejar de besarla.
Después de unos segundos interminables más, los dedos de Haruka terminaron su trabajo, y la parte superior de Michiru se abrió. Llevaba un sujetador blanco suave que parecía costar más de cien dólares. Se enganchó al frente
—Por favor— mientras se frotaba el pulgar de nuevo, ya aturdida por la forma en cómo se veía Michiru con su blusa eliminada. Tocó el cierre entre los senos de Michiru, y la respiración de Michiru se aceleró aún más. —Déjame— rogó.
—SÍ—, fue todo lo que Michiru pudo decir, pero Haruka decidió tomarlo como un permiso, y ella abrió el cierre. Luego se apartó: no muy lejos, lo suficiente para ver. Debajo de su blusa, la piel de Michiru era tan suave y perfecta como el resto de ella, y sus pezones eran tan rosados y apretados como los capullos de rosa. Haruka frotó su pulgar sobre uno de ellos, se dio cuenta de que no era suficiente y agachó la cabeza para que pudiera probarlo.
Michiru se derritió contra la cama, hundiéndose en los cojines mientras gritaba. Sus uñas se clavaron en la espalda y los hombros de Haruka, pero Haruka realmente no estaba prestando atención porque la textura del pezón de Michiru era perfecta contra su lengua. Suave y áspero a la vez, y había estado soñando con esto, y no quería perderse un solo detalle o dejar una sola pulgada sin descubrir.
Lamió solo la punta, una y otra vez, antes de tomarla entre los dientes y tirar suavemente; el pezón se hizo aún más duro en su boca. Sensible. Lo lamió de nuevo, se dio cuenta de que tampoco era suficiente y comenzó a chuparlo, alternando la suavidad de su lengua con el borde de sus dientes.
Michiru suspiro y Haruka sintió que una de las manos que había estado cavando en sus hombros se movía hacia arriba para frotar su cabello. Sintiendo que acababa de sacarla de un trance, Haruka levantó la cabeza y vio a Michiru mirándola con ojos vidriosos y salvajes.
—¿Qué?—, comenzó Michiru, su voz apenas reconocible, —no, no te detengas, oh, por favor, no ...—
¿Detener? Haruka nunca iba a parar. Ella iba a hacer esto por el resto de su vida. Sin embargo, en lugar de perder el aliento diciéndolo, empujó hasta que la espalda de Michiru se apoyó contra la cabecera de la cama, hasta que estuvo a punto de acostarse, para que Haruka pudiera alcanzar su otro pecho y prestarle la misma atención. Debajo de ella, Michiru volvió a sollozar, se arqueó, la agarró por los hombros.
Haruka levantó la cabeza otra vez, dándole al pezón mojado y enrojecido una lamida final
—Más—exclamó Michiru— Necesito…más—
y Haruka se acercó para complacerla, obteniendo un gemido de agradecimiento. Y luego de vuelta otra vez. De ida y vuelta, entre los senos de Michiru, una y otra vez, durante lo que parecieron horas, mientras Michiru se retorcía y rogaba como si no pudiera tener suficiente. Su cabeza se sacudió contra la cabecera de la cama, y parecía completamente sorprendida por la fuerza de su reacción, como si nunca hubiera estado tan caliente en su vida.
—Oh, Dios mío—jadeó— Haruka— y luego Haruka comenzó a pellizcar y acariciar su otro pezón al mismo tiempo que su boca, lo que hizo que Michiru se quedara sin aliento incluso para gemir.
¿Cómo podría esto no ser suficiente? ¿Cómo podría Haruka querer aún más, aún querer devorar cada centímetro de ella? Jadeó impotente contra el pecho de Michiru y dijo
—Quiero hacerte todo. Todo ...— Se inclinó y chupó de nuevo, largo y duro, que provocó un nuevo y maullido ruido en la garganta de Michiru. —Quiero hacerte sentir tan bien, haré lo que quieras, lo que quieras—
—Oh yo…— dijo Michiru —yo solo…—
Ella presionó la cabeza de Haruka hacia abajo otra vez, sacudiéndola tan fuerte que era un milagro que ambas estuvieran todavía en la cama.
—Por favor, p-por favor ...—
Haruka lamió.
—¡Ah! Oh, eso es ...—
Haruka mordió.
—Dios, estoy, estoy—
Haruka lamió de nuevo. —¡Para!—
Haruka hizo una pausa, seguro de que ella debió haber escuchado mal, pero Michiru, de hecho, estaba empujando débilmente sus hombros, alejándola.
—No puedo— Michiru gimió—No puedo ... no más ... por favor, detente ...—
Con la sangre palpitando en sus oídos, Haruka levantó la cabeza. Michiru estaba recostada contra el colchón , con los ojos cerrados, con la blusa y el sujetador abiertos y la falda levantada en sus caderas, hecha un desastre por la forma en que habían estado acostadas. Estaba jadeando; Tenía los senos mojados por la saliva de Haruka. Se veía tan eróticamente hermosa.
—Oh—, susurró Michiru, y levantó una mano temblorosa para quitarse el pelo de la cara antes de cubrirse los ojos con la mano. —Oh carajo.— Todavía estaba temblando, pero ahora menos violentamente, y de hecho, parecía estar relajándose en la cama.
Haruka sonrió de forma incrédula. Era la primera vez que veía algo tan hermoso. Y ella era la autora.
—¿Qué paso?— Haruka logró decir —¿te hice llegar al orgasmo?...— exclamo sin podérselo creer.
Michiru asintió y luego levantó la mano, mirando a Haruka con ojos aturdidos. Ella tragó saliva.
—Si, creo que si….— dijo con voz áspera.
Haruka la miró fijamente. Michiru extendió la mano. Extendió sus brazos. Y Haruka se inclinó, la besó y se sintió tan fuerte al primer toque de la lengua de Michiru que ella gritó contra su boca.
—¿Estás bien?— Haruka dijo cuándo había pasado ese momento.
—si—dijo Michiru, respiró hondo una vez más.
—Por favor, dime que podemos hacer eso de nuevo—.
Haruka casi esperaba que Michiru dijera algo inteligente, o tal vez ni siquiera respondiera; en cambio ella solo dijo, débilmente
—Está bien—. Y ella acarició nuevamente el muslo revestido de cuero de Haruka.
Mientras tanto, sin embargo, Michiru parecía estar volviendo a sí misma, y la alegría de Haruka comenzaba a hacerla sentir un poco tonta.
—Correcto— dijo Haruka, sintiéndose repentinamente débil de alivio. —¿Algo más? —
—Sí—, dijo Michiru. —Prefiero dormir solo—.
Haruka, que había estado a punto de levantarse, se congeló nuevamente. Michiru se incorporó lentamente y volvió a abrocharse el sujetador, sin apartar los ojos de la cara de Haruka.
—Oh—, dijo Haruka, y tragó la amarga decepción en su garganta. —Bueno, claro. Quiero decir ... no quise decir ...—
—Pero eso no significa…—, dijo Michiru —que quiera que te vayas—
—... oh—dijo Haruka de nuevo, y sus labios se curvearon al mismo tiempo que los de Michiru.
Todavía no está del todo cómoda acostada en la cama de Michiru, hundiéndose en el colchón, rodeada de mantas blancas de lino que huelen a Michiru y almohadas caras que huelen a Michiru y, bueno, a Michiru misma. Todo es abrumador, y ella nunca está segura de cómo sentirse, pero está trabajando en eso de la forma en que siempre trabaja en cosas que la abruman, cuando no está huyendo de ellas, que es haciendo como si no le molestara, como si ella se sientiera completamente a gusto.
Cada vez es más fácil fingirlo. Está segura de que Michiru asimila todo, desde la forma en que los músculos de las piernas de Haruka se tensan un poco cuando los dedos de Michiru los acarician, los pequeños movimientos en su garganta seca mientras traga, la forma en que sus ojos se mueven de un punto a otro demasiado rápido. mareos, hasta que se ve obligada a cerrarlos por completo.
En este momento, los dos están acostadas una al lado de la otra, con una de las piernas de Michiru presionada entre las de Haruka, con la ropa puesta.
Es lo más casto que Haruka ha estado en la cama con alguien desde que tuvo sexo por primera vez a los catorce años, pero de alguna manera siente que está al borde de algo que nunca había sentido. Es emocionante y aterrador y no está segura de cuál siente más, pero no quiere detenerse.
—Mi padre estará en casa pronto— dice Michiru después de que haya pasado un tiempo, y Haruka vuelve a sí misma como si despertara de un sueño, como si viniera de algún tipo de droga nueva. Las dos se desconectan abruptamente mientras se levantan y Michiru no la mira a los ojos.
Haruka detesta tener que salir de la cama y caminar hacia su casa en la oscuridad, el aire frío le muerde la cara y le arranca cada sentimiento cálido, pero no le preguntará a Michiru si puede quedarse a cenar. Ella no ha caído tan baja…aun.
—¿Puedo preguntarte algo? — pregunta, deteniéndose por el tiempo mientras se pone la chaqueta.
Michiru ya se ha movido de la cama y está sentada frente a su espejo, abriendo una botella de esmalte plateado. Ella no levanta la vista, pero se detiene al retirar el cepillo de la botella.
—Puedes— dice ella, y Haruka se traga un comentario sobre cómo no sabía que Michiru ponía uñas, además de ser una perra.
—¿Tienes planes? — ella pregunta, y Michiru finalmente levanta la vista. Ella no se da vuelta, y las dos se miran en el espejo hasta que Michiru se encoge de hombros y vuelve a mirar sus uñas.
—¿Planes? — hace eco secamente después de que el silencio se ha prolongado lo suficiente como para sentirse incómoda.
—Para después de la graduación—dice Haruka. —Universidad, o trabajo, o lo que sea. Sólo estoy curiosa. —
El labio de Michiru se curva en una sonrisa, como si pensara que la pregunta es divertida. Astuto, piensa Haruka, como si supiera exactamente por qué Haruka le preguntó. —Por supuesto que tengo planes —dice, y finalmente se gira en su silla para mirar a Haruka.
—Oh—se escucha decir. —Bueno, ¿Cómo cuáles? —
—Voy a ir a Oxford— dice Michiru, sonando casi aburrida. —es la universidad donde se graduaron mis padres—
—La Universidad de Oxford, eso es. — exclama haruka.
— Envié mi solicitud poco después de mudarnos aquí. tendré mi entrevista el próximo mes —.
—Quieren entrevistarte, ¿eh? — Haruka pregunta, sintiéndose enferma, no está segura de qué. ¿Celos?
Michiru suspira por la nariz.
—Recibir una entrevista no es nada especial. Cualquiera que no sea un completo imbécil llega a ese punto —.
—¿Estás nerviosa? —
—No—dice Michiru, tan claramente que Haruka tiene que creer que está diciendo la verdad. —Voy a ser admitida—
Ella baja la cabeza, evaluando el esmalte en sus uñas, antes de preguntar con una voz demasiado informal para ser otra cosa que astucia
—¿Por qué preguntas? — Ella sabe perfectamente bien por qué Haruka preguntó, y el hecho de que haya caído directamente en otra de las trampas de Michiru ( otra vez , como si no tuviera suficiente la primera vez, como si le gustara este juego extraño) hace que Haruka quiera golpear una pared
Debe ser agradable que Michiru espere ser admitida en la Universidad de Oxford. Probablemente su vida se haya dirigido allí desde el momento en que comenzó a caminar y hablar. No como Haruka, que pasó sus primeros ocho años siendo metida en un barril lleno de agua por su propio padre enloquecido que alucinaba que ella era un demonio, o el intento de ahorcarla pocos después de que su padre llegara de la guerra, o escucho mil veces el llanto de su madre todas las noches después de que le dijeran que su marido estaba completamente perdido y termino descargando todas las frustraciones en su hija mayor mientras le recriminaba hasta su propia existencia y la odiaba en silencio por el parecido que tenía con su padre. Vamos, una lindura de vida.
—No hay razón— dice con voz de acero, y empuja la puerta del dormitorio antes de que Michiru pueda decir algo más. —Nos vemos. —
Mientras camina hacia su casa, el aire de la noche frío y frío contra su cara y manos, Haruka decide que tiene que resolver este desastre de vida. Ella tiene que dejar su mayor problema, y su mayor problema en este momento es Rubeus y su facilidad para ofrecerle drogas. Ella no es lo suficientemente estúpida como para creer que dejar su compañía resolverá todos sus problemas, pero es un comienzo, ¿no? Sin él en su vida, ella podrá concentrarse en cosas más importantes, como salvar sus terribles calificaciones, como finalmente tratar de arreglar las cosas en su vida. Tal vez incluso mejorar la relación con su madre, hablar con ella…pedirle perdón por todo.
Tal vez ser alguien útil por fin y no el fracaso espantoso y llorón que era. Tal vez alguien lo suficientemente digno para salir con alguien de Oxford.
CONTINUARA….
NA: hola, quiero agradecer a todas por su paciencia. El trabajo y la monotonía te come el tiempo y además las ganas para crear. Lamentablemente eso me paso, sin inspiración por casi tres meses.
Además que me aferre a que quiero escenas de sexo en ambas historias, y digamos que no soy la mejor escribiendo ese tipo de contenido. No se por que pero casi no me sale jajajajajajjaa
En fin, los dejo mandándoles un saludo y un gran abrazo a todos.
YA SE ACERCA NAVIDAD!
Y CON ELLO UNA SORPRESITA.
