Cuando Haruka se despierta con el sonido de su alarma todavía está oscuro afuera. Sin levantar la cabeza, extiende la mano y busca en su cama su teléfono. La luz de la pantalla es cegadora mientras apaga la alarma y revisa sus mensajes, entrecerrando los ojos con los ojos hinchados por el sueño.
Mina: estaremos allí a las 5 en punto, si no estás allí a las 5:05 te dejamos.
Serena: ¡como que Darién chiba va a ir! Ese tipo es un pesado, un odioso. Solo nos arruinara todo.
Rei: ¿Qué vodka es el que les gusta? ¿el azul o el de etiqueta roja?
Michiru Kaioh: nos vemos.
Siente un extraño y enfermo aleteo en el estómago y rueda de costado, sin dejar de mirar el último mensaje. El sentimiento permanece con ella mientras se obliga a salir de la cama, mientras cruza el pasillo hasta el baño, y cuando regresa a su habitación para vestirse y agarrar su mochila.
Está pensando en la camioneta de Mina, vagamente al principio y luego con más y más claridad. Es una camioneta espectacular último modelo, Normalmente su amiga siempre deja que ella maneje porque asegura que Haruka lo hace mucho mejor y además ella prefiere mil veces estar cambiando las canciones o ir platicando o comiendo, o cualquier cosa menos manejar.
Su imaginación echa a volar ¿Qué pasaría si Michiru estuviera sentada allí como si de repente formara parte del grupo de haruka y sus amigas? ¿Qué pasaría si Mina le pidiera tomar el volante y de repente en un ataque de locura, le dijera a Michiru que fuera la copiloto? ¿Cómo sería viajar a lado de ella? mirarla de reojo mientras disfruta el paisaje ¿Qué clase de cosas se saldrían de control? ¿tomaría su mano con la suya enfrente de sus amigas?
—Me he vuelto loca—ella respira Mirando la oscuridad a su alrededor.
Cuando Mina se detiene frente a su casa a las 5:06
—Impuntual— murmura Haruka cuando ve los faros de led, dos elegantes automóviles color negro la siguen de cerca. Haruka echa un vistazo al auto más próximo mientras camina, intentando averiguar si michiru de casualidad esta por ahí, pero en la oscuridad no puede ver nada más que sombras en forma de seres humanos proyectadas por las luces. Respira hondo y abre la puerta del lado del pasajero.
Los primero que ve es a Mina bostezando sobre el volante.
—Si no estoy afuera a las 5:05 me quedo atrás—le gruñe Haruka mientras sube y mira hacia atrás, donde Serena y Rei están sentadas acurrucadas debajo de una manta.
—¡oye! — Haruka grita cuando la camioneta comienza a avanzar. —¡por lo menos déjame cerrar la puerta, Mina!— Mina solo se ríe y sigue conduciendo. Haruka mira por el espejo hacia los pasajeros. Solo están sus amigas, no hay nadie más en la camioneta. Seguro Mina les dijo a los demás que iban llenas o algo parecido. Haruka suspira Lo único bueno es que Michiru no está aquí con ellas, ya sea que este viajando con los kou o en el coche de Darién. Haruka no puede decidir si quiere que Michiru viaje con ellas o si prefiere que este junto a Darién, o tal vez está en la cama, dormida, habiendo decidido no hacer el viaje.
—Haruka ven y siéntate con nosotros— le dice Serena, sonriendo y levantando una esquina de la manta. —Tengo frío. —
—Estoy bien, gracias, cabeza de Bombón—
—déjala, en unos minutos más ella va a manejar— contesta Mina, Haruka solo sacude la cabeza y se apoya contra la ventana intentando mirar por el espejo lateral. Cierra sus ojos mientras ordena a su cerebro que deje de estar pensando si Michiru va en alguno de los carros de atrás
Estaban saliendo del escenario, toda la escuela las vitoreaba de pie, Michiru lucia radiante frente a las luces del teatro parecia un angel. Michiru tomo la mano de haruka entre las suyas y la levanto en el aire en un gesto triunfal. El auditorio enloquecio. Sin embargo la mano de michiru que aun se aferraba a ella la arrastro por los pasillos hasta llegar a los camerinos. Sin ninguna contemplacion la empujo contra la puerta una vez que estuvo cerrada...
—¿Haruka? —
Excelente, Michiru ya tenia su boca contra la suya. La sensacion era adictiva y justo ahora Alguien está tratando de hablar con ella del otro lado de la puerta.
—Haruka, despierta—.
es Armand.
—Vete—, murmura Haruka. Armand no se va, se acerca y sacude a Haruka por el hombro.
—carajo ¿Qué quieres? —le espeta Haruka, levantando la cabeza y mirándolo encolerizada. La acababa de despertar cuando el maldito sueño se estaba poniendo mas intenso—¿No ves que estoy durmiendo? —
Armand parece mortificado al verla, pero Mina solo pone los ojos en blanco y patea a Haruka lo suficientemente fuerte como para lastimarla.
—No seas una perra. Ya llegamos. Armand no quería dejarte en la camioneta —
Haruka los mira, todavía tratando de procesar. Armand se mueve incómodo
—Tienes un poco ...—. Hace un gesto hacia su barbilla, mira a Mina en busca de ayuda.
—Baba—dice Mina riéndose.
Haruka se limpia rapidamente mientras se aleja de ellos. Si tan solo pudiera seguir sintiendo los labios de Michiru encima de ella. Sin embargo lo único que le da consuelo es saber que ese no era un simple sueño, sino un recuerdo de la presentación de su estúpido proyecto de música. La sensación de decenas aplaudiéndole, de la mano de Micihiru sobre la suya y su sesión de besos en el camerino donde nadie pudiera alcanzarla. Eso fue real, si sucedió.
Mina tenia razón, su casa era pequeña comparada con las enormes mansiones del costado. Sin embargo tenia su encanto y cada espacio estaba bien aprovechado. Era una casita de maderas blancas de dos pisos con el techo a dos aguas. En el patio se encontraba el jardín con camastros y sombrillas para observar el mar y a unos metros mas ...el muelle privado y . Tenia una especie de cochera donde estaba el yate. Encima de la cochera el mismo techo servia como terraza y estaba conectado por un puente. Con la casa principal. Tenia patio tanto adelante como atrás y en ambos habían unas pequeñas terrazas con mesitas para tomar el té y disfrutar la brisa.
—lindo— dice Haruka sin pensar.
—cierto.— contesta una profunda voz a su lado. Haruka hizo un esfuerzo por no saltar asustada. Setsuna estaba prácticamente a un lado de ella y la miraba con una discreta sonrisa. — Los padres de Mina tienen buen gusto—
—¿Meioh?—
Setsuna tuvo la decencia de parecer apenada.
—se que es una descortesía haber aceptado la invitación de Mina por que casi no hablamos pero ¿quien puede negarse a pasar un par de noches en la playa? Muchas gracias por habernos invitado—
Haruka asintió no queriendo romper las ilusiones de setsuna revelándole que su abusivo grupo de amigos se habían auto invitado de forma violenta que no le dejaron a Mina otra opción. En cambio solo sonrió.
—Es bueno que vinieran, es una oportunidad para estrechar la amistad—
—opino lo mismo— por alguna razón los ojos de setsuna brillaron con su comentario.
—Entonces— dice Taiki mientras baja de su cajuela unas tremendas cajas con licores —¿qué tipo de cosas hacen aquí?— suena lo suficientemente amigable mientras deposita las cajas en la entrada de la casa.
—Bueno, pasamos la mayor parte del primer día bebiendo— dice Lita haciendo que Taiki suelte por fin una sonrisa. Haruka lo mira sin podérselo creer. ¿Cómo es posible que un chico tan inteligente y serio como el, sea en el fondo todo un alcohólico? —Y luego al día siguiente ...—
—nos tiramos en la playa a recuperarnos de la cruda—dice Haruka.
—y comiendo algunos mariscos o chucherías— agrega Serena apoyando su barbilla en su mano
—¡Oh! — Yaten se acerca y haruka le da el crédito de que entre sus hermanos es el que suena más sincero—Eso suena interesante.— dice sin lucir impresionado en lo absoluto.
Una vez que han descargado todo y antes de que Mina les asigne las habitaciones, lita saca los bocadillos que había preparado para el almuerzo. Incluso los kou se ven interesados en probar los alimentos que despiden tan exquisito aroma.
Haruka por su parte está de mucho mejor humor ahora que hay comida frente a ella y, lo que es más importante, café. Por alguna razón Michiru está a su lado pero ninguna de las dos da señales de querer hablarle a la otra. Casi comienza a pensar que este fin de semana será muy normal y ni siquiera se dirigirán la palabra.
—podemos esta vez salir a pasear en el bote de Mina— propone haruka. —aunque no si se esté lo suficientemente bien para poder manejarlo. —
Por primera vez Michiru le habla directamente.
—¿Acaso necesitas más tiempo para recuperarte de la resaca, Haruka? ¿pues no que muy experimentada?— La comisura de su boca está curvada en una media sonrisa.
Haruka no está segura de si debe fruncir el ceño o reír, por lo que hace una extraña combinación de ambos. ¿Michiru Kaioh bromeando con ella, como un ser humano normal? A su lado, la risa entrecortada de Serena estalla.
—Sí—dice Mina—Haruka necesita mucho tiempo de recuperación. Ella no puede aguantar el alcohol como el resto de nosotras—
—¡sabes que eso no es verdad! —Haruka protesta. Todavía está sonriendo, pero debajo de la mesa, puede sentir que sus dedos comienzan a triturar su servilleta en pequeñas tiras delgadas, un gesto inquieto para tratar de calmar adrenalina que bombea a través de su cuerpo.
El pie de alguien empuja el suyo debajo de la mesa. Ella levanta la vista de la servilleta, sorprendida. Michiru todavía la está mirando, todavía con esa media sonrisa. Haruka se aclara la garganta y retrocede, ligeramente. Michiru levanta una ceja y, aparentemente satisfecha, se da vuelta para platicar con Darién.
Haruka vuelve a triturar su servilleta.
Mina y Serena comienzan a arrojarse arena la una a la otra en el patio de la casa que da directo a la playa privada de los Aino. Haruka pasa junto a ellas y se queda cerca, respirando el olor a brisa marina y sal. Mina cruza el camino de madera mientras observa el muelle privado, saca su cajetilla y se voltea hacia ellos con el cigarrillo asomando de sus labios.
—Esto es lo que va a pasar—dice. —Vamos a necesitar suministros, ya saben gasolina para la lancha y un poco de leña para hacer una fogata–
Mina se voltea hacia el grupo de Darién y los hermanos kou mientras una sonrisa surca su rostro.
–aquí a dos calles se encuentra el almacén donde venden el combustible, y para la leña, en el muelle que parece cochera, que esta allá…– dice mientras señala la construcción que da a la playa– ahí hay sierra eléctrica y hachas para que vayan al bosque que están a dos kilómetros –
–¿esperas que cortemos un árbol entero? – dijo Yaten mirándola con cara de desagrado.
Seiya, es el único que parece entusiasmado ante la perspectiva de salir a explorar. Prácticamente corre hacia la cochera de donde saca unas hachas, dándole el aspecto de un asesino en serie de películas de terror. No es que Haruka lo esté juzgando ni nada.
—Nosotros somos los que estamos obligados a ir— dice Yaten con tono pomposo —Las chicas arreglan la casa mientras que los chicos van de excursión—
–¿tienes algo que decirme? –
—Eso es muy sexista de tu parte—dice Taiki mirándola con una sonrisa sardónica. De forma automática Mina se acerca a el con las manos en las caderas. Parece enojada, Haruka no puede culparla exactamente.
–juntar unas ramitas no creo que sea un problema–
—¿Quieres ir a buscar leña, Aino?— Yaten pregunta con una voz melosa y balsa, copiando sus movimientos y poniendo sus propias manos en sus caderas.
Mina lo mira dudosa.
—Obvio que no —admite. Junto a ella, Rei pone los ojos en blanco, pero su sonrisa es cariñosa.
—Mira, no me importa quién vaya o si no quieren ir —dice Mina. —Simplemente no fastidien alguien quiere hacer una fogata en la noche o si quieren salir a pasear y el bote nos deja en medio del mar—
Haruka se acerca mientras mira con desdén a los chicos que están comenzando a hacerle montón a su amiga
–yo Iré—
—¿Ya ven?, aquí una representante de las mujeres les va a ayudar. Ya no molesten…– dice Mina, y le arroja las llaves de su camioneta a Haruka, que logra atraparlas por instinto. —Estás a cargo de estos patanes. No quemes el bosque por favor—
Haruka tira de la sabana mientras termina de tender la cama del cuarto que ella y serena siempre comparten. Es pequeño, pero está bien decorado y es bonito. El padre de Mina disfruta tanto de la pesca y el mar que cada año rediseña su pequeña casa de playa. Este año la decoración es sencilla y demasiado vintage, incluso diría que es demasiado juvenil. Sin embargo, a ella le gusta la pequeña habitación. Es cálido, acogedor. El cuarto es demasiado bonito.
Se da vuelta para regresar a la planta de abajo, pero se detiene cuando ve a Michiru en la puerta y la mira.
—¿Qué?— se las arregla, odiando lo insegura que suena.
—Nada—dice Michiru, todavía inclinada en la puerta. —Pensé que vería cómo va tu búsqueda de habitación—.
—¿De verdad? — Haruka levanta una ceja. —Si estás buscando un compañero de piso, no tienes suerte. Estoy compartiendo con Serena. Siempre Mina nos pone juntas de todos modos.
—¿ah si? – dice Michiru –que interesante. Nunca pensé que alguien como Aino albergara dentro de ella a toda una maldita perra–
Haruka soltó una carcajada
–Por los menos nos dejo a setsuna y a mi dormir dentro de la casa– Michiru se miro las uñas plateadas con aburrimiento– es eso o dormir con los chicos en la arena–
–¿no te gusta lo bohemio? –
–¿dormir en la arena? – dijo michiru con cara de asco.
Haruka no puede evitar sentirse un poco mal por Michiru quedándose en la sala como una invitada no deseada. Por supuesto, Michiru podría haber evitado esto al no venir al viaje en primer lugar, pero eso no es asunto suyo, ¿verdad?
—Mil veces la sala—dice finalmente. —Los kou no son de fiar, en especial seiya se ve que es un asqueroso–
—¿Estás preocupada?— Michiru pregunta, divertida, y Haruka no se deja responder. Después de un momento, Michiru continúa—No será un problema, lo he rechazado mil y un veces desde que llegue aquí–
—Bueno. — Haruka desabrocha su mochila de lona solo para tener algo que ver con sus manos. El silencio vuelve a caer, roto solo por el sonido de pasos en el piso de abajo. Finalmente, Haruka pregunta —¿Por qué viniste, de todos modos? No pensé que esto te emocionara. Ni siquiera te caemos bien. –
Michiru no pone los ojos en blanco, no del todo. Pero Haruka detecta el más mínimo movimiento, una sugerencia de un giro de los ojos abortado en el último segundo. —Pensé que podría ser interesante—dice Michiru. —Poder verte con tus amigas—
Una electricidad cálida sube por el estómago de Haruka y entra en su pecho.
—Pensé que siempre tenias muchas cosas que hacer—.
—A veces, sí—Michiru está de acuerdo. —Pero no siempre. No cuando algo me interesa mas—
Michiru se acerca a ella, su mano acaricia su mejilla.
–haruka ayúdame con esto–
Ambas saltan al escuchar la chillona voz de serena entrando en la habitacion.
Hola. muchas gracias por sus palabras de aliento y sus reviews.
tengo una buena noticia que compartirles.
para aquellos que estan esperando la continuacion y el final del "amor es una pelicula"...me complace decirles que estoy escribiendo los ultimos versos.
esta historia tambien ya tiene un bosquejo de su final. asi que me vendran seguido.
les mando un abrazo. dejenme saber que opinan de este capitulo, me encanta leerlos.
