Las 7:55 am y llego derrapando al vestíbulo, mi madre me ve con desaprobación, pero no estoy después que los invitados así que por el momento no puede desheredarme. Blazer y zapatos azules, no he sido capaz de cambiarlos a un mejor color, pero con actitud cualquier cosa combina. Mis cabellos no tan pulcramente peinados han tomado forma mientras bajaba la escalera y espero que mis dedos sean suficientes para aplacarlos, o más tarde será una molestia.

-Al menos no vienes de negro- me dice, y un fuerte sonido de campanillas repiquetea con gran éco y la interrumpe.

-Hice lo mejor que pude madre, creo que no está mal.- Le digo mientras me echo el último vistazo en el espejo del vestíbulo y salimos al exterior. Mi madre me mira, y sé que sabe que son mentiras, pero no dirá nada estando tan cerca de nuestros invitados.

-Solo compórtate, ¿quieres?

-Sí madre. - Observamos como las puertas de la mansión se abren de par en par cuando mi varita se agita para permitirles el paso. Todos caminan a nuestro encuentro.

-¡Bienvenidos! - Dice mi madre. -Señorita Granger, que hermosa luce en ese suave todo marrón. Resalta sus ojos extraordinariamente.

-Muchas gracias Sra. Malfoy usted también luce espléndida

-Gracias niña, pero por favor llámame Narcisa. -Inmediatamente mi atención está en la conversación. Mi madre no es la persona más abierta, y ciertamente no todo el mundo tiene el privilegio de llamarla por su nombre. -Ministro, que gran honor tenerlo aquí. - Continúa ella con los parsimoniosos saludos.

-Sra. Malfoy, Joven Malfoy el honor es todo mío.- dice Shacklebolt, mientras estrechamos las manos.

-Muchas gracias a los dos por aceptar recibirnos con tan poco tiempo de anticipación - Agrega su ex profesora y actual directora del Colegio de Hogwarts - Verán, el tiempo apremia y esperamos tener un avance importante en pro de la seguridad de nuestros alumnos antes del siguiente curso. Y ahora que el Sr. Malfoy nos ha ofrecido sus maravillosos recursos para la reconstrucción de Hogwarts, esperamos cumplir las expectativas del mundo mágico antes del primero de Septiembre. Por esa razón vimos muchos motivos para acelerar esta reunión.

-Estoy al tanto Minerva querida, mi hijo ha pasado los últimos días trabajando en su propuesta y te aseguro que todo estará incluso antes de la fecha prevista. En cuanto a mí,es un honor tener compañía en el desayuno. Así podremos afinar detalles logísticos con el ministro en persona y acompañados de buenas tazas de té.

-Excelente, pues aquí me tienen- Añade Shacklebolt.

-Estaremos tomando el desayuno en la terraza Este, que tiene una espléndida vista a los jardines en esta época del año, si gustan acompañarme les muestro el camino. Querido, ayuda a la señorita Granger, sus zapatillas le dificultaran caminar sobre la gravilla.- Y sin más mi madre me abandona para liderar la comitiva, no sin antes lanzarme una rápida mirada de advertencia.

Ninguno de los dos dice nada mientras dejamos que el resto de los presentes avance unos convenientes metros de distancia discreta.

-Malfoy - Me saluda por fin- No esperaba un desayuno formal y menos en los jardines, si me esperas un segundo lo arreglaré con mi varita. - Dice mientras rebusca en su maletín.

-Granger si quieres hacer uso de mi fortuna no provoques a mi madre, toma mi brazo y sigue el protocolo. - le digo mientras le ofrezco el brazo que toma tímidamente.

-¿Y si me canso?- pregunta.

-Te cargo al hombro mientras te sobo el culo. - le digo en voz baja- Por favor, dime que ya te cansaste. - le ruego burlonamente.

-Estoy muy segura que eso no lo establece tu amado protocolo, Malfoy.

- Por supuesto que lo hace, cuando quieras te lo enseño. - Le guiño un ojo y la observo menear la cabeza mientras gira los ojos con exasperación. Me muero por saber qué lleva puesto bajo ese suave y vaporoso vestido color café.

-No tienes ni idea, cierto. - interrumpe mis pensamientos. ¡Pues no!, le responde mi cabeza, pero ojalá sea una buena lencería francesa.

La observo otra vez y sé que no me sigue el pensamiento, lo peor es que ni siquiera lo está intentando. Así que no tengo otra opción que jugar al caballero

-¿De qué? De lo que tú y mi madre han acordado. No, la verdad no.

-Pensé que te lo explicaría, ¿debo suponer que no se fía de ti?. -Añade.

-No me ha dicho nada porque sea lo que sea no es real hasta que no me presentes un contrato Granger. Todos mis negocios deben tener uno. Aun aquellos en los que se te permite jugar con mis recursos sin que obtenga nada a cambio.

-Bien, eso se puede arreglar, porque justo tengo uno aquí conmigo. Un gran patrocinio social de tu parte Malfoy, y ya está firmado y revisado por el ministro. Solo falta tu visto bueno y firma.

De repente la duda de cierto asunto me asalta y siento que debo saber

- Dime algo Granger, decidiste usarme como favor sexual antes o después de este maravilloso "patrocinio social". Por qué ahora que lo pienso supongo que estaba obligado a aceptar cualquier cosa que propusiera la princesa del ministerio. Es más, nuestro pequeño acuerdo podría ser una cláusula extra de ese maravilloso contrato que guardas y seguiría obligado a firmar. - la detengo bruscamente y el tirón le provoca una torcedura en el tobillo pero no hace muecas y a mí no me importa en lo absoluto. Estoy realmente sopesando la idea de ser el cabrón que ya conoce. Ella no hace nada, sólo me mira -Y bien Granger, estoy esperando a que confieses, tranquila al menos disfrutaras de las nalgadas. - Insisto.

Sus ojos se vuelven fríos y penetrantes de pronto. Me empiezo a molestar de verdad porque de haberlo sabido antes habría podido negociar mejor con ese culo suyo. Y de pronto la muy maldita parece estarse divirtiendo. Incluso osa reírse en mi cara.

-No le veo la gracia Granger.

-Bueno Malfoy, la respuesta corta es: después. Pero ese es un trato totalmente diferente, tu reputación no se va a arreglar ni aunque decidas donar toda tu fortuna y creo que lo sabes. Este gran proyecto con el ministerio y el mundo mágico te darán un par de puntos buenos, algunas menciones en El Profeta pero no más. Se requiere un gran trabajo personal y muchas relaciones públicas para reparar lo que con tanto esfuerzo rompiste. Y por eso quiero mi recompensa y espero que sea una buena por ello. - Reanuda la caminata y ninguno de los dos decimos más, aun sigo procesando su respuesta y ya estamos a dos escasos metros de la mesa que ha preparado mi madre. La dirijo hacia la silla más cercana pero pasa de ella y toma mi lugar. Bajo la atenta mirada de mi madre le retiro la silla y la acomodo cuando está por sentarse. Sin más remedio tomo el que sería el lugar de Granger. A la mierda el protocolo entonces.

-Como le comentaba señora Malfoy, - continua el ministro extasiado- la señorita Granger se ha apresurado a tener todo el papeleo listo, contratos, permisos, requisitos, acuerdos de trabajo, acuerdos de colaboración. ¡Todo! Es simplemente maravillosa. Gracias a su insuperable profesionalismo es que la Unión Europea de Vagones Mágicos ha decidido financiar la logística para la reconstrucción acelerada de Hogwarts. ¿¡No es maravilloso!?, así evitaremos llamar la atención de los muggles y sin inconvenientes costos extras.

-¡Bravo! Ha estado muy ocupada señorita Granger.- Mi madre está verdaderamente admirada y sé que la profesora McGonagall quiere gritar ¡500 puntos para Gryffindor! Pero la aludida ha optado por ser la recatada y sonrojada chica que no sabe qué decir.

-Es sin duda un plan maravilloso Sr. Ministro, estamos absolutamente complacidos de poder colaborar con ustedes. - le aseguro- la minas de la familia Black y Malfoy, producen juntas una cantidad anual sobrada para la reconstrucción de Hogwarts, estoy seguro que podrá destinar recursos al ala dañada de St. Mungo, la fachada de Gringotts y algunas reparaciones menores a calles y callejones del mundo mágico este mismo año.

-Valla joven Malfoy, veo que la señorita Granger no exageraba cuando decía que usted era el más adecuado para dirigir este proyecto. Sin duda conoce sus recursos y ya los está invirtiendo en proyectos importantes. Si no tiene inconveniente, me gustaría concretar una reunión con usted tan pronto le sea posible para discutir a fondo cada detalle. De ser posible esta misma semana, ¿qué le parece?

Estaré haciendo una inspección los siguientes días, si le parece bien podemos vernos el viernes a mediodía para discutir a detalle cada proyecto.

Es un hecho, lo veo en mi oficina del ministerio.

Compalcida con mi intervención, mi madre toca la mesa con la punta de su varita y una taza de humeante té negro y frutos rojos apareció frente a Granger, té negro frente a todos los demás. La conversación no cesa y el desayuno tiene lugar entre política, economía, planes de salud y educación de los que se beneficiará el mundo mágico.

Pasada una hora el ministro anuncia que pese a su interés por continuar la conversación tiene otra reunión que atender, Granger se excusa debido a documentos importantes que debe discutir conmigo y el ministro se marcha solo.

La profesora MaGonagall ha sido invitada por mi madre a pasear por los jardines, al parecer quiere mostrarle una amplia colección de plantas curativas y otras rarezas que podría estar ofreciéndole a la profesora Sprout muy pronto.

-Madre, profesora MaGonagall, debo despedirme y llevar a la señorita Granger al despacho para continuar nuestra reunión.

-¡Claro hijo, mientras más pronto mejor!.-

-Hasta pronto Sr. Malfoy.- se despide la directora- Por cierto no había tenido la oportunidad de darle mis condolencias por la muerte de tu padre el verano pasado. De verdad lo siento mucho, pero veo que lo llevas bien y espero que así continúe.

Asiento, pero me he quedado tenso y sin saber qué decir. Miro a mi madre de pie al otro lado de la mesa igual de tensa.

-Gracias directora, no recibimos muchas condolencias. Le agradezco los buenos deseos.

-Hijo, porque no diriges a la señorita Granger de vuelta por la entrada principal, no pienso que el salón esté listo para visitas todavía. Debes disculparnos niña, aún estamos remodelando.- Le dice Narcisa a la chica que le sonríe de vuelta.

-No será necesario, de camino acá se ha torcido un tobillo.- Camino hacia Granger, la tomo de la cintura con excesiva confianza y pego su menudo cuerpo al mío. Me ve con los ojos como platos- Hasta pronto directora, madre. - me despido sin prestarles atención. - Agarrate fuerte Granger, no querrás sufrir dispartición.

Un suave "puft" y estamos en un abrir y cerrar de ojos en el despacho. La escucho expulsar el aire y siento su puño contra mi pecho.

- Auch! - sí que tiene fuerza.

-Pero qué te pasa, ¿te has dado cuenta de cómo nos han visto?

- Oh lo siento, ¿se supone que debo mantener en secreto el hecho de que tenemos favores sexuales?

-¡Pero por supuesto que sí! Todos dirán que te he conseguido este trato a cambio de sexo, y eso podría ser una mancha en mi expediente pero a tí te llamarán "oportunista". ¿Y dime, cómo le afecta eso a tu preciada reputación? Ah sí, se me olvidaba que no tienes…

Jamás la he visto realmente molesta y menos siendo cruel, no le va. Es como ver un gatito intentando matarte, como dije, simplemente no va.

-Bien entonces ¿por qué no empiezas por explicarme he?, Tienes dos asuntos qué exponer y si me permites una sugerencia, en este momento me importa más saber por qué te quieres acostar conmigo que la reconstrucción del mundo mágico.

Me mira como si quisiera lanzar un Avada. Me separo de ella con sutileza solo para comprobar que no lleva la varita en la mano. Podrá ser una gatita enfurruñada, pero es una muy capaz… Le doy espacio y ella se queda estoicamente sopesando sus opciones. Aprovecho para darle la espalda y rescatar mi varita del interior de mi blazer, es mejor estar preparado en caso de duelo.

No hace, ni dice nada. Esto se vuelve extraño, camino hacia el bar y tomo la botella del fondo que padre nunca me dejó tocar. Me sirvo un poco y tomo un sorbo. Valla excelente Whisky Irlandés, me sirvo un poco más y una rápida mano delgaducha de uñas rosadas me roba el trago. Me giro para observarla, esta vez sí que lleva varita en mano y mientras traga todo el líquido ambarino su varita danza al son de hechizos que cierran la puerta, corren las cortinas y encienden luces. Cuando se lo termina se relame los labios y extiende el brazo pidiendo más.

-Es un whisky Irlandés que ya no se produce Granger, tiene al menos 150 años de guarda, sería bueno que lo bebieras más despacio.

-Callate y dame más. - Le sirvo un cuarto de copa a la que enseguida le da un sorbo. Aprovecho para tomar otra copa y servirme yo mismo.

-Dime Malfoy ¿Con cuantas mujeres has estado?

La pregunta me sorprende. ¿De verdad espera que me acuerde?

-¿Qué es esto Granger? ¿Ahora buscas referencias?

-¿Decenas, veintenas, cientos, miles a caso? Lo cierto es que no me importa en lo más mínimo. - Se quita las zapatillas y comienza a caminar descalza sobre la alfombra, me retiro a mi escritorio para ver a esa leona enjaulada desde una distancia segura. - Ahora pregúntame ¿con cuántos me he acostado antes de ti?

-No estoy seguro de querer saber la respuesta…

-¡Uno! ¡UNO! Un patético hombre al que si pudiera calificar, le daría una "T" de Troll!

-Déjame adivinar, ¿Ron Comadreja Weasley? - Ante la mención de su nombre se enfurece y grita sin contenerse. Vaya, realmente lo echaste a perder pobretón…

-Soy una ávida lectora Malfoy, sé lo que le sucede al cuerpo de una mujer cuando obtiene un orgasmo, sé lo que pasa cuando se vuelve multiorgasmica, lo que no sé es cómo se siente. Y no estoy hablando de esas escenas cursis que encuentras en las novelas rosas, o no. Yo lo quiero todo, lo quiero de verdad y lo quiero siempre, no estoy dispuesta a menos y tampoco estoy dispuesta a salir con alguien para obtenerlo.

-Ah, supongo que esa es la señal para mi entrada al escenario. ¿No? Si no te molesta que pregunte, ¿cuál es mi calificación? - Las ansias me tienen al borde de mi silla, la curiosidad es un morbo inutil pero bien justificado en casos como este.

-¿Te he dicho un montón de cosas y sólo preguntas eso? - Pone los ojos en blancos y menea la cabeza, después de un trago largo por fin dice.- Aceptable, supongo…

-¿Disculpa?... osea ¿ni un "supera las expectativas"?- Me paro de mi asiento como un rayo y ambas manos golpean el escritorio de indignación.

- No está mal Malfoy, pero no es lo que busco. Quiero saber qué es el placer, en dónde lo siento, como lo consigo y de qué forma me gusta recibirlo de alguien más. De inicio estuvo… Bien, lo disfruté, en serio. Pero seguro que si seguimos practicando lo haremos mejor.

Decir que estoy indignado es poco, en toda mi vida ninguna inexperta se había referido a mí, Draco Malfoy, con un simple "estuvo bien". Me esperaban en las esquinas de los pasillos y las aulas vacías solo para robarme un beso que podía llevarlas a orgaslandia.

-Bien, ¡arreglemoslo entonces! - la copa se le resbala de las manos manchando de whisky la alfombra cuando la tomo del cabello y con fuerza la beso. - Muy bien Granger,- le digo a su boca abierta a escasos centímetros de la mía- hoy sabrás el verdadero significado de dejarse comer.

Su boca sabe a caramelo y madera, deliciosa persistencia la de ese Whisky en su boca. Le mordisqueó los labios y me ronronea de placer, valla que está necesitada, y ocupo una cama para poder comerla mejor. Caminamos ciegamente entre besos, ella de espaldas y yo dirigiéndola contra lo que espero sea mi escritorio. Su cuerpo toca al borde de la madera acaobada, tomo su cintura y la hago girar. Sus nalgas me quedan a la altura perfecta, rozándose contra mi entrepierna. Si me inclino un poco esa curvatura de su cuello será toda para mia.

Le recorro con la lengua el cuello, el nacimiento del cabello, tras las orejas y bajo hasta sus hombros y regreso. La chupo, la muerdo, la beso y la marco mientras mis manos juegan con sus pechos. Puedo sentir a través de la ropa sus pezones duros, oh cuánto me gustaría morderlos también, tenerlos en la boca junto con un pequeño cubo de hielo.

Su culo se frota mas y mas contra mí, sé lo que quiere pero no se lo puedo dar, no aún. Desabrocho su vestido y cae a mis pies, un sujetador sin tirantes y una prenda que en la vida he visto me hacen por poco perder el control.

-¿Te gusta la lencería muggle? Se llama "tanga" Malfoy. - Se ríe como boba mientras me curvea la espalda y me levanta las nalgas. Sí que sabe provocar.

La giro de nuevo y otra vez está frente a mí- Empiezan a caerme bien esos muggles.- le aseguro, mientras la beso en la boca, el cuello, masajeo sus nalgas desnudas con ambas manos y un dedo índice persigue esa delgada prenda que se pierde en su interior. Oh cómo quisiera hacerle tantas cosas. La siento sobre el escritorio y la empujo mucho más lejos del borde. -Recuéstate, cierra los ojos y concéntrate en lo que vas a sentir.

Me obedece, valla esta nueva Granger me gusta. Con suavidad abro sus piernas, las acaricio desde el interior de sus pantorrillas y subo hacia sus rodillas. En un involuntario movimiento pudoroso intenta cerrarlas. Sigo con las caricias y me inclino para besar su entrepierna a escasos centímetros de su sexo. Puedo sentirla agitarse de nerviosismo pero aun no de placer.

-Tranquila Granger, tienes un cuerpo hermoso y deseable. Si no me crees solo debes ver mi adolorida entrepierna. - No dice nada, se tapa los ojos con las manos y sacude la cabeza. - Por ahora te dejaremos esta increíble prenda interior porque bueno, no te cubre casi nada. - Con un dedo jalo el borde de su "tanga" y logro hacerlo a un lado sin problemas, descubriendo un sexo limpio y mojado. Totalmente expuesto y listo para mí.

Me tomo el tiempo para acomodarme sin perder de vista a la chica en mi escritorio que estoy por tomar, me desabrocho el pantalón y me deshago de él con todo y boxers. Oh cuánto control se requiere el estar aquí frente a la entrada de su húmeda vajina, tan duro y sin poder entrar. Me acarició el pene, algún consuelo debo darme para poder aguantar. Al sentarme de nuevo acaricio sus piernas, bajo su atenta mirada las subo una a una, a mis hombros y entonces la tomo de las caderas y acerco su sexo a mi boca.

-Humm hueles bien Granger, - le digo comenzando la lección- esta es tu vulva,- rápido y suavemente lamo todo su sexo. - Estos pliegues son tus labios vaginales- y los marco con la punta de la lengua. - Esta de acá es la entrada a tu vagina,- y le doy un suave beso de lengua - pero este Granger es tu mejor amigo, y se llama clítoris.- la vi tragar aire antes de perderme en su interior y comenzar a besar su punto más sensible. Sentí sus piernas ponerse tensas, su manos jalar mi cabello y sus caderas comenzar a sacudirse contra mí. Oh lo estoy disfrutando tanto, sus jugos escurren de su vajina directo a mi boca y huelen a sexo, me inundan las fosas nasales como si fuera un perfume exótico que no puedes dejar oler.

La siento ponerse cada vez más tensa mientra chupo su clítoris, lo beso y lo acaricio incansablemente con la lengua, sus caderas se sacuden con más fuerza y su respiración se vuelve más entrecortada, la escucho gemir y Merlín cómo la quiero follar. Gime de veras, tan fuerte y tan intenso que me provoca un escalofrío de placer al escucharla. La siento tomar mi cabello con ambas manos, jalarlo y sostenerme mientras se restriega sobre mi boca, gime. Pura y exquisitamente de placer.

Oh Granger, te encanta el sexo, y a mí tenerlo contigo. Sus nalgas están tan apretadas y sus piernas tan tensas que siento el momento exacto en el que estalla de placer. De a poco su cuerpo se relaja y suelta su agarre. Sonrojada y agitada, me mira pidiendo más con esos ojos marrones llenos de deseo. Y quién soy yo para negárselo -Eso Granger, se llama orgasmo- y ahora tú me debes uno.

Sonriendo se incorpora del escritorio.

-Siéntate en la silla- ordena. Y se monta sobre mi. De frente y como toda una domadora, clava su vagina sobre mi pene sensible a punto de estallar. -¡Oh! - es mi turno de gemir, sus paredes son tan estrechas y está tan caliente, no puedo creer que me este cogiendo a la infame Hermione Granger, la sabelotodo, la sangre sucia, la, la… o Merlín que fuerza, y que ritmo ya estoy empezando a ver luces y a perder el control. - Escucho entonces su voz, suave y susurrante diciéndome palabras mágicas al oido.

- ¿sabes que soy muy buena en hechizos?, me he puesto uno anticonceptivo esta mañana.-

-¡Oh rayos!. El control absoluto se ha ido, ¡quiero esa vagina llena de mi semen! Si yo me he bebido sus jugos es justo que ella tome los mío. Me dejo ir a su ritmo, con su fuerza, con su agarre y en unos segundos ya me estoy retorciendo de placer. Otros más y me estoy corriendo dentro de ella. Me aprieta con sus paredes vaginales y eso hace que me estremezca y me sacuda involuntariamente. Cierro y abro los ojos para controlar el montón de sensaciones que mi cuerpo experimenta ahora. ¿Son acaso líneas de colores? Un desfile de líneas moradas y azules desfilan tras mis ojos. Y cuando intento abrirlos, éstos se vuelven pesados y somnolientos. Es seguro que puedo llegar a dormirme con la calidez de su cuerpo sobre el mío

-Deberíamos cambiarnos, a tu madre puede darle curiosidad por ver que hacemos y querrá venir.

- Oh sí que vendrá. Al menos para comprobar que no lo he echado a perder.

La siento separarse de mí e inmediatamente tengo frío. Igual que la otra noche se estira y toma sus cosas acomodandolas rápidamente. Se arregla el vestido y con la varita alisa arrugas y desaparece el tacón de sus zapatillas. Trabaja en su peinado y para cuando voltea a verme está lista. Como si nunca hubiera estado sobre mi escritorio.

-Apresúrate Malfoy, aún nos queda un asunto pendiente por discutir. ¿Tienes más whisky?