¡Mooooo!

Momo Yaoyorozu era la vicepresidenta de la clase 1A. Era una chica lista, con un promedio entre los cinco primeros de su clase. También tenía una peculiaridad muy versátil, junto a su capacidad de planificación le valieron su recomendación a la UA.

También era una chica de una familia bien acomodada y dada al protocolo, siendo una chica elegante, educada y...

–¡Ooooh, si! ¡Izuku-kun dame más!–

Eso y mucho más se oía en las paredes de la habitación de Yaomomo, dónde la chica llacia en su enorme cama que ocupaba casi toda la habitación.

La chica estaba desnuda, mostrando su espléndido cuerpo maduro. Ella estaba en cuatro mientras una máquina, que solo podría describirse como un pistón neumático con un consolador, penetraba a una velocidad vertiginosa el coño nubil de la chica rica.

Momo era una chica lista y muy observadora, por lo que noto como varias de sus compañeras de clase empezaban a orbitar a cierto peliverde. Más allá de un grupo de estudio, como decían estos a los demás. Ella noto como Ashido y Toru, pervertidas sin remedio, cojeaban cada vez que 'estudiaban' con Midoriya; como Asui se deslizaba por las paredes a la habitación de Izuku a altas horas de la noche; y, sobre todo, fue testigo de como Ochako salía de la habitación del peliverde vistiendo nada más una camisa de Deku.

Sin embargo, la gota que colmo el vaso fue cuando una música a todo volumen no la dejaba estudiar y tras descubrir que venía del cuarto de Midoriya intento llamar, pero no fue escuchada, así que abrió levemente la puerta, solo para quedar impactada al ver a su mejor amiga, Kyoka Jiro, con la judía verde.

Yaoyorozu era una chica protegida, por lo que era muy ingenua. Que fuera tan inocente y tuviera un cuerpo tan 'maduro' hizo que sus padres insistieran en que usará control natal antes de mudarse a un internado con varios adolescentes con hormonas alborotadas.

Ver los cuerpos sudados y febriles de los adolescentes teniendo sexo. Especialmente ese Adonis de pelo verde, dominando a su amiga y elevándola como si no pesará nada mientras la usaba como un juguete para su alivio personal. Dejo una profunda marca en ella, la cuál no solo no resistió en masturbarse mientras los espiaba, llegando a tener su primera experiencia manual y orgasmo de su joven vida, sino que la llevo a querer más de 'ese mundo'.

La chica paso sus ratos libres investigando profundamente sobre el sexo. Revistas y películas porno, hentais e incluso el kamasutra. La chica experimento en los siguientes días lo que no había hecho desde que llegó a la adolescencia... y lo amo.

Por supuesto, ella no permitió que esto afectará su rendimiento académico, ni su reputación. No necesitaba comprar juguetes, su peculiaridad le permitía tener cualquier cosa que quisiera probar. La máquina que estaba usando ahora la había visto en un vídeo hentai de Lara Croft y rápidamente se volvió su nuevo juguete favorito.

Sin embargo, ninguno de estos juguetes la habían dejado en un estado similar al que vio a su amiga en las manos de Izuku. Esa cara de ahegao, como descubrió que se llamaba, no apareció en su rostro por muchos orgasmos seguidos que tuviese. Lo confirmo por el espejo que coloco en el techo de su cama.

Finalmente, Momo apagó, de mala gana, la máquina que penetraba su coño y decidió que también quería un poco de Midoriya... Y sabía con quién tenía que hablar primero.

Cuarto de Izuku

Izuku sonrió mientras esperaba que Ochako llegara a su habitación. El último par de noches habían sido increíbles, cada una de las cuales resultó en que él se follara a la chica roquera junto a Ochako. Si era honesto consigo mismo, Izuku nunca había pensado que su vida sería así, pero las cosas definitivamente habían cambiado para mejor cuando su novia se le confesó.

Al escuchar a Ochako tocar, Izuku se sentó y le dijo que entrara. Su sonrisa desapareció cuando la puerta se abrió e Izuku vio que Ochako no era el único en la puerta. Momo Yaoyoruzu, la vicepresidenta de la clase, estaba parada junto a ella, sonriendo con solo una bata de baño.

–... Ochako-chan ¿como convenciste a Yaoyorozu?–

–Te he dicho que debes tener más confianza en ti mismo– Suspiro Ochako al entrar, esperó a que Momo entrara y cerró la puerta –Yo no busque a Momo-Chan... ella quiere tener sexo contigo–

El cerebro de Izuku se detuvo por un tiempo antes de volver a funcionar.

–¿Uh?– Preguntó con voz plana.

Riendo, Momo se acerco coquetamente a Izuku.

–Sé todo sobre tus pequeñas 'sesiones de estudio'... y debo decir que me impresionaste I-zu-ku-kun– Momo susurro en su oido, poniéndolo a punto por tener semejante hembra insinuándosele.

Momo continuo su juego de seductora, perdida en la emoción de lo que estaba haciendo. La heredera Yaoyorozu dejo caer su bata, mostrando sus impresionantes activos; unas piernas largas y esculturales, una cintura estrecha y caderas anchas (perfectas para tener hijos, pensó excitado Izuku) y claro sus impresionantes tetas EE+.

El punto de ruptura fue cuando Momo abrazo a Izuku. Restregando sus pechos en su cara.

–Quiero que seas mi primera vez–

Con la neblina mental que había caído sobre él al tener contacto de piel con las tetas de Momo rota por un momento. Momo se rió entre dientes de nuevo, sonando un poco más natural sin su actitud afectada de tentadora distante, aunque todavía había indicios de eso.

–Ahora, veamos con qué estamos... trabajando aquí–

Momo se acercó a los pantalones cortos de Izuku, tratando de bajarlos. Pero a diferencia de quitarse la camisa holgada de su cuerpo, sus pequeños pantalones cortos azules resultaron ser un poco difíciles de quitar; para empezar, estaban más ajustados a su cuerpo y cuando retiró los pantalones cortos, toda esa presión se liberaría de repente...

–¡Oh!–

Yaomomo parpadeó, en realidad echó la cabeza hacia atrás como si la hubieran golpeado. En cierto modo, lo había hecho, ya que algo le había golpeado la parte inferior de la barbilla en un golpe inesperado. Cuando miró lo que era, toda la expresión de Momo cambió. Su ceja se alzó tanto que corría el peligro de entrar en la línea del cabello, con sus brillantes ojos negros brillando mientras luchaban por darle sentido a lo que estaba viendo. Su mandíbula cayó, e incluso su lengua pareció a punto de deslizarse entre sus labios abiertos.

Sobresaliendo de la entrepierna de Momo estaba su pene, pero llamarlo pene no le parecía correcto a Momo, incluso dada su limitada experiencia con el sexo opuesto. Todos los hombres tenían un pene, pero ella dudaba que algún otro hombre tuviera algo como esto, de repente recordó la jerga de las pornos... definitivamente 'verga' parecía un término más adecuado que pene, aunque significará lo mismo.

En efecto ella lo había visto... o por lo menos sus bolas, así las llamaban en la pornografía. Tal como las recordaba eran enormes, mucho más grandes de lo que ella recordaba. Tan cerca, fue difícil para Momo ver toda la enorme cosa a la vez, ya que simplemente llenaba todo su rango de visión como una especie de torre enorme hecha de carne de hombre turgente. Momo sabía que tenía que tener al menos 30 centímetros de largo, tal vez más, porque incluso mientras observaba la verga de Izuku flexionarse e hincharse como el músculo más grande e impresionante de un culturista, parecía extenderse.

"¡Mis dedos no se tocan!" Pensaba ella en shock, cunado vio que la enorme punta en forma de campana que parecía hacer que el puño de Momo pareciera pertenecer a un niño pequeño en comparación. Esta punta parecía casi enojada, era de un tono púrpura oscuro, con un tinte rojizo, rodeada por un montón de piel arrugada, casi como un collar obsceno.

"Así que esto... ¡es una verdadera verga!" Momo pensó tontamente. Ella no parecía ser capaz de pensar en nada más.

–Izuku… ¿cómo es esto posible? ¿Cómo puede ser tu pene tan... tan grande?– Dijo Momo, sintiendo un calor creciendo dentro de las regiones inferiores de su cuerpo como nunca antes había sentido.

–¿Vas a verlo todo el día?– dijo una castaña desnuda algo exasperada –¿O vas a usar esas ubres para algo más que sufrir de dolor de espalda?–

Eso saco a Momo de su trance y pronto esa carne de hombre quedó alojada entre sus tetas. Ella gritó cuando sintió lo caliente que se sentiría en su piel, o de lo extrañamente bueno y satisfactorio que se sentía tener sus tetas separadas y aún así selladas alrededor de una columna viril como esta.

–¡Oh, Dios! Momo, tus tetas se sienten increíbles alrededor de mi verga!– Gritó Izuku, al disfrutar del par de tetas más maravilloso que jamás había visto, pertenecientes a quizás la chica más hermosa de la escuela, eran varios sueños hechos realidad.

–Ah... sí... Izuku, tu… verga se siente increíble. Es tan pesado y duro contra mi piel. Dios, casi se siente como un brazo entero ¡Es tan grande... y larga!– Momo seguía abrumada por el apéndice de su compañero de clases. Todas las frases obscenas que habia preparado quedaron en el olvido.

–¡Oh, Izuku-kun, no puedo creer que hayas tenido una verga tan grande todo este tiempo! Ojalá hubiera tenido en mis manos esta cosa maravillosa hace mucho tiempo– Momo no podía creer que estuviera pensando esas cosas, y que realmente las dijera, pero sabía, sin siquiera cuestionarse, que era verdad. Su rostro todavía tenía esa expresión de asombro, aunque ahora estaba acompañada en igual parte por alegría, y su boca se había cerrado... un poco. Ella todavía seguía dejando caer pequeños hilos de baba de sus labios que comenzaron a lubricar el valle de su escote y mantener la verga de Izuku húmeda y suave.

A pesar de que la verga más grande de la que jamás había oído hablar estaba follándose las tetas como si fueran un coño apretado y húmedo. Las manos de ambos se juntaron para apretar sus tetas, sintiendo el suave contacto de sus dedos uno contra el otro, firme y agarrando apasionadamente, incapaz de encontrar un agarre firme al principio debido a cómo su cuerpo empujaba contra su verga, se sentía como la cosa más íntima que habían hecho.

–¿Te… te sientan bien mis pechos grandes y llenos, Izuku-kun?– preguntó Momo, logrando sólo la mitad de evocar una especie de tono seductor persuasivo. Más que el tipo de acariciamiento del ego que las chicas solían hacer a los chicos preguntándoles qué tan sexys o placenteros eran sus cuerpos, estaba claro que Momo estaba genuinamente interesada en asegurarse de que sus tetas fueran utilizadas como una buena y feliz ayuda masturbatoria para Deku.

–Si.. tus... tus tetas también son fantásticas, Momo-Chan, realmente no puedo creer que me estoy follando las tetas de la vicepresidenta– dijo Izuku alagando a la pelinegra, quién podria sentir que sus bragas se humedecían, si las estuviera usando, oyendolo decir cosas tan pervertidas de ella, mientras empujaba sus tetas hacia arriba y abajo de su enorme poste de carne.

La cama no era grande para los estándares de nadie, y con ellos dos en ella, cuerpo con cuerpo, se sentía más apretada que nunca, las sábanas enredadas y pegajosas por el sudor debajo de sus cuerpos. Las piernas de Momo seguían chocando contra la pared cercana, e Issei se encontró apoyando su espalda contra la cabecera para mantener sus embestidas largas, suaves y poderosas, balanceando todo el cuerpo de Izuku con cada golpe de su polla. El presemen de su verga estaba escurriendo y frotando su piel de porcelana, manchándola, marcándola y ensuciándola de una manera que debería haber escandalizado a Momo, pero en lugar de eso inflamaba su mente e hacía que sus fosas nasales se dilataran de lujuria, inhalando más del innegablemente varonil almizcle de Deku.

–¡Moh, Momo, te ves tan sexy con mi enorme verga entre tus tetas!– decía Ochako, justo detrás de ella –¡Me dan ganas de... hacer esto!– exclamo Ochako, agarrando su suave y sedoso cabello oscuro de Momo con brusquedad.

Momo gimió un poco de incomodidad por el tirón de su cabello, aunque eso hizo que sus rodillas temblaran de una manera extrañamente instintiva y sumisa ¿A ella, alguien tan respetada y temida por tantos, realmente le gustaba que alguien la tratara de una manera tan grosera e indiferente?

–¡Ah! Uraraka, no tan áspero, ¡mi cabello es sensi-¡mmmmpf!–

–¡Gaaah!– gimió Deku, sintiendo su verga extender los labios de Momo hasta el punto en que ella se sintió succionada por el vacío alrededor de la punta de su verga.

Toda la enorme cabeza se sentó en su boca como si estuviera realizando un acto de circo, almacenando más en su boca de lo que debería haber sido humanamente posible. Momo sintió que su mandíbula podría dislocarse en cualquier momento, pero el sabor de la verga de Izuku era en realidad menos desagradable de lo que esperaba. Descansaba pesadamente en su boca, y en realidad tuvo que esforzarse para mantener la cabeza en alto, con la lengua aplastada contra el fondo de su boca incluso mientras Ochako continuaba forzando su cabeza en el regazo de su novio, empujando un poco más profundamente.

–¡Ah-huuwwrk!– Momo se atragantó, sintiendo la punta de su verga abrir la entrada al fondo de su garganta como si fuera la cosa más fácil del mundo. Estaba chupando esta gran y gorda verga... ¡y se sentía tan bien!

Momo sabía un poco sobre chupar vergas, en teoría. Se suponía que debía mantener la boca bien abierta, lo cual hizo, abriendo las fauces en una forma de 'o' grande y distorsionada, sintiendo que su boca se llenaba de saliva mientras su cuerpo luchaba por adaptarse a este nuevo gran invasor. Momo mantuvo sus labios firmemente envueltos alrededor del casco, succionando débilmente pero con entusiasmo, su lengua moviéndose tanto como pudo enterrada bajo el peso de tanta verga, incluso cuando su garganta, de forma natural pero incontrolable, hacía movimientos seductores y húmedos para tragar.

Izuku, sin embargo, decidió tomar las riendas y con sus manos firmemente envueltas en el hermoso cabello azabache de Momo, comenzó a follar sus caderas hacia arriba, tratando de enterrar la mayor cantidad posible de su pene en el cráneo de Yaoyorozu. Su verga se hundió en su garganta en un frenesí brutal, haciéndola toser y escupir a su alrededor. Los sonidos de arcadas de Momo se unieron a los ruidos húmedos y carnosos de su garganta expandiéndose en una materia obscena, su cuello parecía hincharse a más del doble de su grosor normal. Por encima de eso estaba la letanía de cosas vulgares que Izuku decía, apenas consciente de que las palabras salían de sus labios.

–¡Oh, si! ¡Chúpa esa verga! Así es, mételo hasta el fondo de tu garganta, Yaomomo, ¡Puedes hacerlo!– alentaba Ochako, desde fuera del campo de visión de Momo, pero podría jurar que se estaba masturbando viéndola atragantarse con la verga de su novio.

Su cuerpo continuó intentando tragar, ordeñando servilmente el de Izuku como si fuera solo una vaca de cria para extraer semillas viriles de un toro semental. Esa descripción ciertamente era mucho más cercana a cómo se sentía Momo en ese momento que a una heroína de la Academia UA como normalmente la trataban, y le encantó.

Izuku y Momo no tenían idea de cuánto tiempo duró esto. Izuku estaba perdido en el placer del coño-garganta apretado que estaba golpeando, y Momo hizo todo lo que pudo para no ahogarse y ahogarse en su propia saliva espumosa mezclada con el presemen. Pero cuando Izuku sintió que sus bolas se apretaban, el esperma se precipitaba hacia los conductos de su verga listo para descargarse como una manguera contra incendios bien preparada. Mientras que Momo tenía el cabello se había enredado y desordenado, su rostro enrojecido y sus manos estaban flojas, y flácidas sobre los muslos de Izuku. En algún momento, se le había metido en la cabeza tratar de mantener un sentido de equilibrio en este trabajo de garganta, evitar que él fuera demasiado rápido cuando necesitaba respirar, o simplemente intentar pensar.

"¡Mantente cuerdo! Si Midoriya o Uraraka saben que puede reducirme a una tonta vaca de tetas gordas con sólo meter su gorda verga en mi garganta, nunca lo olvidaran ¡Incluso si sabe tan bien! Puedo sentir su presemen corriendo por mi garganta, ¡es tan caliente y pegajoso! Oh Dios, sólo... mantente... cuerdo"

Todo fue en vano. Porque mientras Izuku continuaba golpeando su cara con brusquedad, se escuchó un sonido húmedo y enfermizo cuando su verga finalmente se hundió completamente en su garganta en este ángulo extraño. Las manos de Momo se agitaron débilmente una última vez, e incluso sus pies se levantaron del borde de la cama, pero no pudo desalojar la poderosa verga de Izuku.

–Oh, Dios ¡Voy a venir!– gruñó Izuku antes de soltar un torrente pegajoso en la garganta de la pelinegra.

Los ojos de Momo se pusieron en blanco cuando su suministro de aire fue realmente cortado por el diluvio de semen pegajoso y espeso que comenzó a estallar en su garganta. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando los chorros audibles llenaron la habitación, acompañados por el colchón ligeramente chirriante mientras Izuku continuaba sosteniendo dos puñados de cabello de Momo y golpeando su cara contra su verga.

–¡Glup... Glup... Glup... Glup!–

Con la poca fuerza que le quedaba, las manos de Momo encontraron las enormes y agitadas bolas de Izuku, sintiendo lo apretadas que estaban debido a la presión de todo el esperma que contenían. Mientras su garganta tragaba continuamente, sin un final a la vista, sus manos apretaron y trabajaron en las pelotas de Izuku. Deku soltó la cabeza de Momo y con un pop humedo ella cayó hacia atrás de su verga, dejando un último hilo de esperma corriendo por sus rasgos como si alguien hubiera volcado una lata de pintura en su cara.

–Oh... Uff... Dios... Uff– Momo apenas dijo, hebras de esperma espesas y pegajosas pegadas a sus labios, mientras sentía la pansa llena con litros de semen caliente.

Pero a pesar de su leve fatiga, ninguno de los dos iba a tener un descanso en el corto plazo. Incluso si Momo hubiera querido detenerse, Izuku no lo escucharia. Momo sabía, con toda certeza, que la iban a joder, bien y verdaderamente esa noche... y ella no quería esperar más. Así que Momo trepaba encima de él, con su suave mano izquierda en su hombro mientras abria los labios de su coño con la otra mano.

–Oh, Izuku-kun– murmuró con una voz gruesa, por cómo le jodieron la garganta –¿Crees que encajará?– preguntó, lo más inocente que pudo.

–¡Oh, claro! Solo ve despacio– dijo asertivo.

Sintió que su coño era una verdadera Espada de Damocles a punto de hundirse. Lentamente, dolorosamente, los labios de su coño comenzaron a extenderse, su cuerpo empujándose a límites inauditos para tomar esta verga colosal literalmente sobrehumana. Nunca en su vida Momo pensó que el mayor desafío que jamás había enfrentado en su vida vendría de una enorme verga rompe perras.

–Ah, eso es todo– dijo Izuku, mientras sentía que el apretado coño virgen de Momo comenzaba a abrirse para él, muy lentamente.

Momo se mordió el labio, el sudor le corría por la cara, incapaz de lavarla tan fácilmente. Las manos de Izuku de repente tomaron las caderas de Momo, deteniéndola en su lugar.

–Oh, no te preocupes– dijo Izuku, perdido en la lujuria.

–E-Espera ¡uh-waaaaaaah!– Momo grito ondulantemente cuando sus piernas de repente cedieron, desmoronándose ante los brazos de Izuku que la tiraban hacia abajo. Al mismo tiempo, empujó hacia arriba como si estuviera tratando de enterrar su verga en ella tan profundamente que ni siquiera él sería capaz de sacarla después.

Su virginidad fue tomada, aunque ya había perdido su himen por sus juguetes, sus entrañas fueron repentinamente forzadas a nuevas proporciones. Todo el interior de Momo reorganizado por esa monstruosa e inflexible verga.

–¡Oh, sí!– gruñó Izuku, sintiendo el increíble calor del coño de Momo extendido sobre su eje.

Las piernas de la chica se tambaleaban como gelatina mientras continuaba gritando, gimiendo y chillando con esa verga desgarrándole las entrañas. Izuku continuó abriéndose camino hacia adentro sin delicadeza pero con mucha energía y fuerza. Había un bulto obvio en forma de pene en su cuerpo que marcaba su progreso; su pene ya estaba asomando detrás de su ombligo, y estaba a menos de la mitad del interior.

"I-zuku... yo... ¡ah!... ¡ahh, ya voy!– Momo gritó, sintiendo un orgasmo explotar.

–¡No pares, montame ahora!– Izuku exigió, mientras le golpeó el trasero con fuerza, dejando una huella brillante en la mano mientras Momo hacía todo lo posible por obedecer.

Ella estaba agachada sobre él, esas enormes tetas colgando en su cara. Izuku aprovechó la oportunidad para manosearlos a su gusto, chupando, lamiendo, acariciando. De repente, Deku sintió algo salir de los pechos de Yaoyorozu.

–¡Momo-chan, estás lactando!– preguntó sorprendido.

–Si-si... Mmnnn... Yo... Es un efecto... ¡Ah, que rico! ... ¡un efecto secundario de mi peculiaridad!– gemia mientras seguia brincando como podía en el regazo de Izuku –Y-yo... Espero que no te moles-¡Kyaaa!–

Ella se aferró a su espalda para salvar su vida mientras Deku se aferraba a beber de sus pezones como un recién nacido. Momo comenzaba a acelerar en sus brincos, sintiendo un débil eco de un pensamiento que ahora parecía muy distante en su mente.

–¡Oh-aaaaaah!– Momo gritó de nuevo, otro orgasmo siguió inmediatamente al primero.

Los dos se estaban apareando como animales salvajes en una especie de frenesí químico artificial, sus cuerpos reconocían naturalmente lo que se suponía que debían hacer y se surcaban con una fuerza que ningún pensamiento o sentimiento podría jamás igualar, sólo bases crudas desatadas por la lujuria.

"¡Estoy perdiendo la puta cabeza! ¡Se siente tan jodidamente bien!" A pesar de sus pensamientos salvajes ardiendo de lujuria, Momo apenas podía vocalizar, dejando escapar sólo una serie de gemidos bajos y ululares con ocasionales chillidos mientras su rostro mostraba esa expresión ahegao que tanto buscaba.

Momo se corrió más veces de las que pensaba que una mujer podría tener orgasmos, incluso cuando Deku apartó brevemente su rostro de sus tetas, dejan escurrir leche al pezón del que estaba bebiendo. En lugar de eso, enterró su rostro en su cuello, dándole un mordisco de amor mientras sus bolas se tensaban nuevamente.

–¡Oh, Izuku-kun, vente dentro de mí! ¡Lo necesito tanto! ¡No me importa que me uses como tú vaca de cria, solo quiero que llenes lo profundo de mi útero!– gritaba Momo, como una ramera buscando arreglar su vida quedando en estado con el primer hombre rico con el se cruzo. Ignorando que no podía estar en estado, aunque su cuerpo lo exigía.

Sus uñas dejaron surcos superficiales en la piel de Izuku incluso cuando él la marcó a su vez, dejándola con un chupetón para que todos vieran con qué entusiasmo había sido utilizada en medio de una pasión indescriptible. Momo apenas podía mantenerse consciente cuando Deku comenzó a correrse dentro de ella nuevamente.

Aunque estaba sucediendo en lo profundo de su lugar más preciados. La punta de la Diku, abriendo su cuello uterino como un condón viviente, en forma de garrote destrozando su útero y reorganizando su camara de bebés incluso cuando cantidades inimaginables de esperma comenzaron a salir. Sus óvulos protegidos sin duda no serían fertilizados, y el potencial de Momo Yaoyorozu, heredera de la fortuna de su familia, siendo la vaca reproductora de alguien, algo por lo que miles de personas verdaderamente poderosas habrían matado por el derecho a tener, había sido reservado solo y únicamente para esta judía verde de Adonis que resultó ser su tímido compañero de clase.

Una parte de ella había pensado que quedaría embarazada aún con la protección, pensando que la verga bestial que se abría paso a través de ella superado la débil pastilla que evitaba cumplir su papel como hembra reproductora.

"¡Oh, escandaloso sería! ¡La vicepresidenta de la clase de héroes de la UA y heredera de una importante familia queda embarazada!" Pensaba tontamente, mientras las bolas de Izuku se agitaron y Momo podía sentir que la bombeaban tan llena que se hinchada, el sabor de su esperma aún fresco en el fondo de su boca incluso cuando estaba llena de el otro extremo la hacía sentir como un honaloe, un juguete sexual recién usado.

–I-Izuku– murmuró suavemente, con los ojos en forma de corazones mientras se frotaba distraídamente una mano sobre su vientre, que ahora estaba completamente lleno de esperma además de los galones que había tragado antes –Te amo... casémonos y tengamos muchos niñ-¡Kya!–

Izuku, al juzgar por lo dura que volvía a ponerse su miembro aún dentro de ella, estaba decidido a responder. Pero, sin saberlo, una presencia misteriosa se había colado en su espalda y había violado su último agujero virgen.

–Oh, Yaomomo si que es atrevida– dijo la inconfundible voz de Kyoka, luego sintió su aliento calido en su oido –No nos gusta las acaparadoras... creo que te mereces un castigo–

Le dio a Momo suficiente tiempo para asegurarse de que todavía estuviera consciente y luego se movió, sacando su arnes hasta la punta y volverlo a meter. No queriendo estar fuera de ese culo burbujeante por más tiempo del necesario, Kyoka se aferró al cuerpo de Momo por detras, creando un sándwich entre los tres.

–¡Tu trasero se ve increíble Yaomomo!– susurro Kyoka y se sumergió de nuevo en su culo, sus embestidas obligaron a su cabeza a rebotar y temblar como un muñeco maltratado –¡Vamos, mujer como la maldita vaca lechera que eres!–

–¡Mooooooooooo!– mugio Momo, incapaz de unir más de dos palabras en este punto.

Al día siguiente, cocina de los dormitorios.

Yaoyorozu se las había arreglado para cojear hasta la cocina. Tuvo que pedir el alta médica hoy, por no poder sentir las piernas hasta hace poco. Ella se estaba preparando algo de te, cuando sintió que la abrazaron por la espalda... ella reconoció esos fuertes brazos.

–Izuku-kun– gimio entre alegre y sorprendida.

–¿Me darías algo de te?– preguntó roncamente en su oido, haciéndola estremecer.

–Cla-claro, esposo mi-digo Izuku-kun– decía sirviéndose una tasa... Hasta que sintió que levantaba su abrigo cuello de tortuga, revelando sus tetas sin sostén –I-zuku-kun... nuestros amigos están justo ahí– dijo débilmente, señalando a la sala de estar.

–Yo solo quiero mi te con leche– decía masajeando los pechos-ubres de Momo, que habían empezado a brotar leche por su excitación.

–Ah...Moooo...– gemía y mugía patéticamente mientras era ordeñada como una vaca.

Luego de ordeñar a Momo lo suficiente, tomo su tasa de te y la dejo ahí, inclinada en el mesón de la cocina, con los senos al aire libre y una mirada de ahegao perdida. Es eso llego Mina con Toru.

–¡Oh, así te quería agarrar Yao-vaca-puerca!– apunto Mina cómicamente, antes de reír –No, enserio, Kyoka-chan y Ochako-chan nos dijeron de tu 'leche de primera calidad' y queremos probarla–

–No creo que te moleste ¿O si?– dijo burlonamente Toru, quien sacó dos vasos de la repisa.