El sol brillaba aunque las nubes del horizonte presagiaban tormenta. Por tanto si quería aprovechar los primeros y seguramente únicos rayos del sol del día tendría que darse prisa. No quería llegar muy lejos, solo a la pequeña colina situada en los límites de la hacienda. No era muy alta, pero desde allí podía vislumbrar los campos de cultivo, la granja, las pequeñas casas de los inquilinos y el riachuelo que delimitaba la zona oeste de la propiedad.
Si quería ayudar a su padre, lo primero que tendría que hacer era comenzar a comprender el funcionamiento de todos aquellos bienes que hasta ahora les había facilitado el sustento. Cada libra ahorrada podría suponer un tesoro en el futuro.
-Padre ¿cómo se encuentra hoy? - le preguntó Lizzy cuando se instalaron en el despacho tras el desayuno en familia.
-Elizabeth, algunos días estaré mas cansado, otros no notaré ningún síntoma, pero no quiero que la enfermedad se convierta en el debate del día. Entiendo que puedas estar preocupada pero por favor, permíteme que en al menos esto pueda seguir mis viejas costumbres. Seré yo quien te diga si no me apetece hacer algo o prefiero quedarme en mi habitación, pero no me obligues a darte explicaciones de cada paso que doy cada día de mi vida – solicitó el Sr. Bennet
-Está bien-contestó la joven- Unicamente lo haré una vez por semana- añadió con una mueca algo burlona. Quería respetar la decisión de su padre y suponía, conociendo su carácter, lo difícil que podría ser para él ese interés inusitado en su persona.
-Acepto el trato, Lizzy- le contestó dando por zanjada la cuestión.
Y ahora vamos por partes -continuó el caballero - Tu tío ha contestado a vuelta de correo. Tal y como te comenté, me apena descubrir que de la dote de tu madre, son pocos los intereses generados disponibles. En estos momentos tendríais 7750 libras.
-Al menos es algo mas de lo que madre nos ha dicho durante todos estos años- intervino Elizabeth tratando de animar, aunque en el fondo sabía que aunque fuese una cantidad mayor, difícilmente llegarían mínimamente a mantenerse dentro del circulo social que estaban acostumbradas.
-Asimismo me habla de un par de inversiones de importación por si quiero invertir algún capital. Me comenta que son empresas ya arraigadas que quieren ampliar su gama de productos y que pueden llegar a ofrecer a sus inversores retornos del 20%. Existen riesgos de que los barcos sufran percances, hundimiento o saqueo pero que al diversificar entre diferentes pecios, ve una posibilidad buena de inversión siempre que no confiemos mas allá de 1000 libras. Parece ser que tu tío tiene derechos en estas empresas desde hace unos años.
-Padre, como bien sabe yo no tengo conocimientos de negocios, pero siempre he considerado a nuestro tío como una persona responsable, amante de su trabajo y confío en su criterio. Además, estoy segura de que nunca le propondría algo así, si no creyese en el éxito de la empresa- le respondió la muchacha, confiando ciegamente en el Sr. Gardiner. Era consciente de que se había labrado un nombre en el mundo del comercio por un lado y que por el otro, la familia era un pilar fundamental en su vida. Eso le hacía ser un hombre juicioso en asuntos monetarios, invirtiendo pero sin especular, algo muy de moda en los últimos años.
-Por eso mismo Lizzy, vas a tener que cambiar tus lecturas y compañías en los próximos meses. Diarios, pero no la selección de chismes y vestidos, y algunos libros de agricultura. Hodge antes de jubilarse, intentó que modificáramos algunos de los cultivos de la finca, pero la verdad es que nunca le hice mucho caso. Pero siempre sintió debilidad por la niña que nos interrumpía en las reuniones, así que le escribiré para ver si puede recibirte – comenzó a comentarle su padre.
-Pero ¿qué se yo de todo eso? Puedo llevarle las cuentas, puedo intentar hacer economía en la casa, pero ¿escoger cultivos? -protestó la muchacha.
-Economía en el hogar puede hacerlo casi cualquiera que se lo proponga, siempre que tenga suficiente sentido común-comentó el Sr. Bennet quizás acordándose de su esposa- Jane, con la ayuda de Mary si la espabilamos un poco, lo logrará-
-Mary no es tonta, padre, simplemente tiene gustos distintos pero estoy segura de que si le solicitamos ayuda colaborará gustosamente- comentó intentando que su padre diera un margen de confianza a su hermana.
-Pues tu tampoco lo eres, y además tienes energía y ganas. Sabes lo que está en juego y confío plenamente en tu capacidad. Así que simplemente tienes que aceptar toda la carga que estoy depositando sobre tus hombros. Se que no es poca, pero cuanto antes empecemos, hay mas probabilidades de que tu y tus hermanas tengáis un futuro mejor- terminó el caballero sabiendo que iba a ser difícil para la joven, pero lamentablemente no veía una salida mejor a todos los años de despilfarro.
Ante todo daros las gracias a los que estáis siguiendo esta historia. Y sí, Darcy aparecerá, pero a su debido tiempo. Tened en cuenta que acaba de regresar de Kent. Ahora solo me queda desearos que paséis unas felices fiestas. Hasta pronto, imaginandohistorias
