Disclaimer: los personajes usados para este fic son propiedad de J.K. Rowling.
Este fic participa en el Reto #72: "Calendario de adviento" del Foro "Hogwarts a través de los años".
Oliver Wood y la cerveza de mantequilla
Era septiembre y a principios de la temporada de quidditch, la época en la que todos los equipos se rifaban, cambiaban, vendían y recibían a los jugadores que más les interesaban para poder hacer de su equipo el mejor. En esa temporada, el Puddlemere United, había recibido 3 nuevos jugadores, un buscador y un cazador suplentes y un bateador titular.
-¡Vamos! ¡Tenemos que celebrar que por fin tenemos nuevos jugadores!
-No, yo no voy.
-Pero…
-Estamos al principio de la temporada, no voy salir a emborracharme ni a dejar mal al equipo.
-Ni que fueras el capitán…
-Nunca he dicho que lo fuera, si vosotros queréis salir de fiesta a celebrar, hacerlo, yo me voy a casa.
-¡Aguafiestas!
-¿Yo? Ni que os estuviera prohibiendo las cosas, solo digo mi opinión.
Y sin más se fue del vestuario. Cada quien era libre de pensar de una manera distinta, si él no quería salir a celebrar, tendrían que comprenderlo y no meterse con él ni menospreciarlo. Encogiéndose de hombros se apareció en su casa.
Todo su recelo venía de Hogwarts, y si, de los gemelos Weasley.
Era diciembre y tenían la final de la copa de quidditch al día siguiente, era la peor tarde ya que los nervios hacían de las suyas, después de todo, un partido Gryffindor vs Slytherin era el más importantes para los alumnos y sobre todo para sus respectivas casas. Estaban todos los miembros del equipo de los nervios y de pronto uno de los gemelos exclamó.
-¡Esto es un asco! si, es la final, pero la vamos a ganar, ¡no tenemos que estar tan nerviosos!
-Sí, ¡Fred tiene razón! ¿Qué os parece si nos tomamos una cerveza de mantequilla para hacer una pre celebración de nuestra victoria?
-No sé yo… que nos conocemos…
-¡Venga! Solo una ¡no va a pasar nada por una sola!
Pero claro, con los gemelos metiéndose ahí, a una sola le siguieron otras tantas y lo que fue peor, trajeron las bebidas fuertes que se habían reservado para la victoria del día siguiente, y ahí fue cuando todo acabó por irse a pique.
A la mañana siguiente, ninguno de los integrantes del equipo de quidditch apareció en el estadio a tiempo, por lo que el árbitro, la señora Hootch, les dio una penalización y además un fuerte castigo por las formas en las que se veían.
Desde ese día, Oliver Wood, solo probaba la cerveza de mantequilla cuando la temporada de quidditch se acababa, no antes y desde luego no durante.
