01.

Una hermosa mañana de primavera empezaba, el verano estaba a la vuelta de la esquina y esto se podía apreciar en los ánimos de los estudiantes, la mayoría estaban ansiosos de que tan esperadas y merecidas vacaciones empezaran por fin.

Los ojos de una figura se abrían lentamente al sentir los primeros rayos del sol en su rostro, su vista empezó a explorar la habitación, como solía hacer todas las mañanas. Se sentó en el borde de la cama y estiró su adormecido cuerpo. Miró hacia la mesita de noche y comprobó la fecha: era lunes. Soltó una maldición por lo bajo y se levantó de su cama con la intención de prepararse para el día.

Una vez todo listo bajó a la sala donde su madre y alguno de los criados le estaban esperando. Debido a que aún seguía medio dormido no se dio cuenta de que una figura se acercaba rápida y sigilosamente hacia él. El chico sintió sintió cómo unos brazos se enrrollaban en torno a su cuello y le atraían hacia el cuerpo de la figura.

-¡Pero si es mi chico! -exclamó el hombre mientras que con su mano libre revolvía el cabello de su hijo.

-¡P-Papá...!-exclamó asombrado el chico-. ¿Cuándo has vuelto?

-Justo esta mañana-dijo y liberó el agarre-. ¿Cómo te has portado en mi ausencia? -preguntó y antes de que pudiera contestar algo una voz femenina les interrumpió.

-Oh Maki, al fin te despiertas-dijo su madre mientras se incorporaba a su marido e hijo-. Pensé que no te ibas a despertar.

-B-Bueno... Eso es porque no dormí bien anoche -dijo con su rostro ligeramente rojo.

-¿Y eso? ¿Acaso no te sientes bien? -preguntó su padre preocupado.

-Nada de eso-dijo su madre con tono burlón-. Lo que pasa es que está frustrado porque esa linda senpai de su escuela siga sin prestarle atención -dijo y una sonrisa que el pelirrojo conocía bien se hizo presente en el rostro de su madre. La misma sonrisa apareció en el rostro de su padre.

-¡Y-Yo no quiero la atención de Nico-chan! -gritó el pelirrojo y tapó su boca con sus manos.

-Oh-dijo su madre curiosa-. Así que su nombre se llama Nico, interesante.

El pelirrojo llegó al límite de su paciencia. Sin mirar atrás se despidió de sus padres y salió d su mansión.

-''Estúpidos mamá y papá-iba pensando el pelirrojo a medida que avanzaba por las calles-. ¿Cómo se les ocurre decir que estoy frustrado porque Nico-chan no me presta atención? Sí que últimamente intento hablar más con ella pero eso no quiere decir que quiera su atención. Además de que da igual lo que haga ella sigue tratándome de la misma manera... Y con Rin siempre suele ser tan apegada y en cambio conmigo siempre discute...¡A-Aunque no es como si me importara...! A mi me da igual cómo trate a los demás esa tonta, adorable y hermosa enana... ¡No Maki! ¡Contrólate! ¡Todo es culpa tuya Nico!''

Sintió un peso extra en su espalda, aunque al principio se asustó no le tomó mucho deducir quién era el responsable de aquello. Se giró a toda velocidad asustado y se encontró con que el responsable de esto era nada más y nada menos que su amigo Rin, quien venía acompañado de su amiga Hanayo.

-¡Por dios Rin! Te he dicho que no hagas eso -le recriminó el pelirrojo a su amigo.

-¿Qué pasa Maki? ¿Venías demasiado concentrado pensando en Nico-senpai nya? -dijo el chico con su típica mirada felina.

Maki estuvo a punto de responderle a Rin aquellas palabras pero Hanayo habló primero.

-R-Rin-chan... Será mejor que no molestes a Maki tan temprano, ya sabes cómo se pone cuando le hablan de Nico-senpai -dijo Hanayo con un ligero rubor en sus mejillas.

-¿En serio...?-dijo Rin con tono sugerente-. Entonces no te importaría que la invitara a salir, ¿verd... -Rin no pudo terminar su frase debido a que el pelirrojo agarro el cuello del uniforme del chico gato y lo levantó del suelo.

-Tú... tú quieres morir, ¿verdad? -dijo Maki con una sonrisa que aterró al chico gato.

-¡Lo siento!-exclamo Rin aterrado-. ¡No volveré a bromear con Nico-senpai!

-¿Lo juras? -preguntó Maki mirándole directamente a los ojos.

-¡Lo juro nya! -exclamó Rin.

El pelirrojo bajó lentamente a su amigo y lo colocó donde estaba. A continuación empezó a jugar con un mechón de su pelo mientras que un ligero rubor se esparcía por sus mejillas.

-Será mejor que nos demos prisa -dijo Maki y empezó a caminar.

Rin quedó allí plantado con la mano en su pecho y su respiración a toda velocidad por culpa del terror que había sentido antes al ver los ojos que Maki tenía en ese momento.

-Maki de verdad que da miedo cuando se trata de Nico-senpai nya... -dijo Rin mientras intentaba que su respiración volviera a la normalidad.

-Te lo tienes merecido -dijo Hanayo molesta y empezó a caminar.

-¡¿T-Tú también Kayochin? ¡E-Espera! ¡Lo de Nico-senpai sólo era una broma! ¡Tú eres la única para mí! ¡Kayochiiiiiin! -exclamó Rin mientras perseguía a Hanayo.

...

La primera parte de la jornada había pasado, y como era normal, para todos los estudiantes aquellas horas se hicieron eternas, por eso, cuando la campana que anunciaba la hora del almuerzo se hizo escuchar los estudiantes no pudieron evitar soltar exclamaciones de alegría al verse liberados por un rato de las tediosas clases. Sobretodo cierta pelinegra con coletas que prefería estar en cualquier parte que en vez de estar allí.

Se estiró sobre su mesa mientras que dejaba escapar un suspiro de cansancio. Sus dos mejores amigos notaron esto y no pudieron evitar reírse ante la falta de interés de Nico por las clases. La primera en levantarse fue Nozomi, quien cogiendo la silla de la mesa que estaba delante de Nico se sentó frente a ella. El que lo hizo después fue Eli, quien repitió la misma acción que la chica pero con su silla.

-¿No has traído almuerzo Nicocchi? -preguntó Nozomi al no observar nada sobre la mesa de su amiga.

-Hoy me desperté un poco más tarde y no pude prepararme nada. Tendré que ir a la cafetería -dijo resignada mientras se levantaba.

-¿Quieres que te acompañe? -preguntó Eli mientras imitaba la acción de su amiga.

-No es necesario. No quiero que Nozomi me haga nada por haberme robado a su compañero -dijo con una sonrisa dándole énfasis a la última palabra.

-Ara~ , al parecer quieres que te dé una lección, ¿eh Nicocchi? -dijo Nozomi con doble intención mientras que abría y cerraba las manos en el aire.

Nico se cubrió sus pequeños pechos con temor a la vez que sentía que un sudor frío se hacía presente en su frente, si había aprendido algo después de todo este tiempo era a no hacer enfadar a su amiga.

-C-Como sea-dijo tratando de cambiar el tema-, será mejor que me dé prisa -dijo y salió de la clase.

-¿A qué se refería con lo e compañero, Nozomi? -preguntó el rubio cuando la chica de las coletas se marchó.

Nozomi se quedó mirando directamente al rubio con una mirada de incredulidad en su rostro al ver que aquel tonto ruso no había captado semejante indirecta.

-''Creo que mejor te hubieras ido con Nicocchi, Ericchi...'' -pensó Nozomi ante la ingenuidad de su amigo.

...

Nico había conseguido por muy poco conseguir algo de comida, un poco más tarde y no habría logrado comprar nada. Aunque lo que tenía no se comparaba en nada con sus almuerzos caseros, pero peor era nada. Ahora lo único que tenía que hacer era regresar a su clase donde Nozomi y Eli le estaban esperando y...-

-¡Yazawa Nico! -exclamó una voz masculina atrayendo la atención de todos los presentes.

-''Ugh... No hoy por favor...'' -pensó Nico-. ¿Se te ofrece algo, Kousaka-san? -preguntó Nico.

El chico en cuestión, Kousaka Honoka, actual presidente del club de investigación de idols, se acercó a toda velocidad a la pelinegra hasta colocarse delante de ella a escasos centímetros de su rostro.

-Te he dicho que me digas Honoka, Nico-chan -dijo con una sonrisa.

-D-De acuerdo... Dime, ¿se te ofrece algo, Honoka-chan? -dijo el nombre del chico con especial énfasis.

-¡Es verdad!-exclamó al recordar la razón de estar hablando con Nico-. ¡Hoy será el día en que te unas a mi club! -dijo y la pelinegra pudo notar como unas llamas surgían de sus ojos.

Aquel chico, Honoka, había estado insistiéndole en que se uniera al club de investigación de idols después de ver a la pelinegra cantar en el festival de hace un año. A pesar de que la pelinegra se había negado a cantar en el festival terminó cediendo al ser presionada por la clase entera. Aunque seguía sin saber cómo había averiguado su clase el que ella pudiera cantar, aunque tenía una idea de cómo podían saberlo, y esa ide tenía el pelo púrpura, grandes pechos y era aficionada al tarot.

-Creo que ya hemos tenido esta conversación antes -dijo Nico mientras retrocedía unos pasos.

-¡Lo sé! ¡Pero eso no quiere decir que vaya a rendirme! -exclamó Honoka emocionado.

-Pero es que ya estoy en un club... -dijo Nico empezando a ceder.

-¡Por favor, por favor, por favor, por favor! -repitió Honoka mientras hacía una reverencia.

-Ugh... Vosotros dos, ¿acaso no vais a ayudarme? -preguntó dirigiéndose a Umi y a Kotori, quiénes habían estado viendo todo aquello desde lejos.

-Lo siento mucho senpai-dijo el arquero-, pero esta vez estoy con Honoka.

-Y-Yo también estoy con él-dijo Kotori tímidamente-. ¡Lo siento mucho!

Nico les dedicó una mirada molesta a ambos y luego volvió a clavar sus ojos en Honoka, quien seguía viéndole suplicante. La pelinegra soltó un largo suspiro y al final dijo:

-¡De acuerdo! ¡De acuerdo! Lo haré -dijo y acasi a continuación Honoka se le lanzó encima y le dio un abrazo.

El rostro de Nico se iluminó vivamente al sentir a un chico encima de ella, después de todo seguía siendo la pura e inocente Nico.

-¡H-Honoka! ¡No hagas cosas tan desvergonzadas frente a todos! -exclamó Umi con el rostro rojo mientras que Kotori los veía con una sonrisa imaginando todas las posibilidades.

-''No estaría nada mal aquello...'' -pensó la diseñadora al ver a Honoka y a Nico.

-¡D-De acuerdo!-exclamó Nico sonrojada-. ¡Ya puedes soltarme!

-Ups-dijo Honoka y se rascó la parte trasera de su cabeza-. Me dejé llevar-dijo y miró su reloj-. ¡Qué tarde es! ¡Lo siento senpai, debo irme! ¡Adiós! -se despidió y se marchó seguido de sus dos amigos.

-''¿En qué me he metido?'' -pensó Nico al observar alejarse a aquellos tres alumnos de tercero.

...

Maki había salido de su clase dejando atrás a Rin y Hanayo, quienes conversaban de algo que a él no le interesaba en lo más mínimo. Había decidido que para iniciar aquella semana no había nada mejor que tocar un poco el piano, por lo que se dirigía ahora al salón de música, donde estaba aquel instrumento . Abrió la puerta de la clase y al entrar vio algo que no se esperaba.

Allí estaba ella.

Nico.

La pelinegra estaba en el salón de música con lo que parecían dos cajitas de batido de fresas mientras miraba con interés de arriba a abajo. Notó que la puerta se había abierto y desvió la mirada topándose con los ojos del pelirrojo.

-¡Oh!-dijo Nico de repente-, eres tú, niño prodigio.

-¿Qué haces aquí? -preguntó Maki de manera mas brusca de lo que en realidad quería.

-Vamos, vamos. ¿Es esa la forma de hablarle a tu senpai? -dijo y se sentó frente al piano.

-¿Q-Qué crees que haces? -preguntó le pelirrojo al observar a su senpai sentarse.

-¿A ti qué te parece? Voy a tocarlo-dijo y miró las teclas del instrumento-. Nunca sabré cómo funciona este aparato... -dijo con el ceño fruncido.

Sintió una presencia a su lado y, para su sorpresa, descubrió que era Maki, quién se había sentado a su lado mientras que su rostro lo adornaba un tierno sonrojo.

-¿Qué haces tú ahora? -preguntó Nico divertida.

-¿A-A ti qué te parece? Voy a tocarlo -dijo y empezó a tocar una antigua pieza de un viejo compositor europeo que había aprendido hacía mucho tiempo.

Sin darse cuenta, Nico apoyó su cabeza en el hombro del pelirrojo al empezar a escuchar aquella música tan relajante. Maki se tensionó un poco al sentir a su senpai tan cerca, pero como todo buen músico no perdió la concentración por algo como eso. Terminó la pieza y soltó un suspiro de satisfacción al acabar.

-Ha sido maravilloso... -murmuró Nico aún apoyada en el hombro del pelirrojo y con los ojos cerrados.

-G-Gracias... -fue lo único que Maki pudo contestar.

Se quedaron así un rato, Nico porque se sentía cómoda estando así apoyada y Maki porque no quería romper el contacto con la pelinegra que tantos suspiros le había arrancado. Después de un buen rato la campana que marcaba el final del almuerzo se hizo escuchar. Nico se levantó rápidamente y antes de marcharse le ofreció uno de los batidos de fresa que tenía.

-Tenía pensado guardarlo para más tarde pero te lo has ganado.

Maki agarró aquel regalo sorprendido, ya que era la primera vez que Nico le daba algo.

-Tengo que irme-dijo e hizo el amago de marcharse pero frenó en el último momento-. ¡Es verdad! Aún no sé tu nombre.

El pelirrojo se quedó viéndola fijamente durante varios segundos mientras que procesaba sus palabras. Volvió a la realidad, sacudió su cabeza y con todo el autocontrol que tenía dijo:

-Maki, Nishikino Maki -dijo el pelirrojo lentamente.

-Yo soy Yazawa Nico, un placer. ¡Nos vemos Maki-chan! -dijo y salió de la clase.

-Nos vemos Nico-chan... -contestó casi susurrando el pelirrojo.

Apretó aún más el batido contra su pecho y salió de la clase con una sonrisa plasmada en su rostro.

Sí, había sido un inicio de semana excelente.