El hanyo ingresó a la habitación, encontrándose con la tierna sonrisa de la joven.
- Inuyasha - murmuró, mirándolo, tratando se sentarse.
- No te muevas - se arrodilló a su lado - Debes cuidar tus heridas.
- Lo sé, pero... necesito recuperar mi movilidad - se elevo un poco y, con la ayuda del peliplata, logró sentarse, mientras él se posicionaba a su lado, sin soltarla.
Sus miradas se encontraron, mientras ella exploraba la expresión de él, encontrándose con una mezcla de ira y tristeza.
- ¿Qué te sucede? Pareces más adolorido que yo - sonrió.
- Yo... lamento no haber estado ahí para protegerte - desvió la mirada - No debí.. dejar que te marcharas.
- Inuyasha - tomó su rostro entre sus manos - No tenías forma de saberlo, ni siquiera yo podía adivinar que él iba a ir a buscarme.
- Esa noche, mi padre dijo que habías ido a ese lugar, porque tu espada quería mostrarte algo - ella asintió - ¿Qué era?
- Sakura... me llevó hasta allí, porque... quería mostrarme, la manera en la que tu abuelo fue asesinado.
- ¿Qué?
- No logré ver mucho, pero... recuerdo a Kiyomeru... caminando entre las llamas, mientras Inu No Goku estaba en el suelo... esa... esa fue la última vez que se vieron - sus ojos se llenaron de lágrimas - Por un momento sentí... que te estaba perdiendo a ti, Inuyasha.
- Kagome - murmuró, abrazándola delicadamente, mientras el rostro de ella se refugiaba en su pecho - Fui yo, el que casi te pierde a ti - cerró sus ojos - Pero, no volverá a pasar, porque no volveré a dejarte.
- Inuyasha.
- ¿Mm?
- Hay mucho más, de lo que nosotros sabemos... hay un lazo oscuro, que atravesó a cada uno de nuestros familiares.
En ese momento, el hanyo recordó la secuencia que Tessaiga le había mostrado la noche de la batalla, en la que logró ver a los dueños de las espadas, luchando contra Jinsei.
- Creo... que debemos hablar con Rin y Sesshomaru... sólo si nos unimos, podremos averiguar la verdad detrás del enfrentamiento de nuestras armas y lo que verdaderamente les ocurrió a ellos - ella lo miró, sonriendo - ¿Qué?
- Es... lindo escucharte hablar de unión.
- Keh... sólo lo hago, porque mi arma está unida a la tuya, de lo contrario, la dejaría en su pedestal.
- Sé que no lo haces por eso - se acurrucó en su pecho, mientras él la sostenía.
Es verdad... en realidad, lo hago sólo para protegerte, Kagome.
Un adiós que vaticina el mañana
Regresó al jardín, contemplando nuevamente las estrellas, mientras esperaba el llamado de su padre, para buscar su arma. Cerró los ojos, al percibir la dulce fragancia de ella, parada detrás de él.
- ¿Qué quieres? - preguntó en un tono hostil.
- Mis hermanas y yo, partiremos al amanecer - se acercó - Y... no sé, cuando volveré a verte.
- ¿Y qué es lo importante?
- Sólo, quería agradecerte - sonrió - Si tu no hubieras llegado, Kagome no estaría con nosotros.
Abrió sus ojos ligeramente al sentir las manos de la joven rodeándolo, al mismo tiempo en que su rostro se apoyaba en su pecho. Su aroma, aquella dulce fragancia que supo aplacar su energía demoníaca, ya no poseía la misma calidez, ya no lo reconfortaba, por el contrario, provocaba que su pecho se apretara y los recuerdos se convirtieran en algo que ya no quería recordar, sin embargo, era necesario, al menos una última vez.
Se encontraba al frente de la cascada, contemplando el atardecer, esperando su llegada, la cual era anunciada con su dulce perfume, el mismo que siempre estaba rondando su ser.
- ¡Sesshomaru!
Volteó, encontrándose con su cautivante sonrisa y su largo y perfecto cabello, el cual se bamboleaba al compas de sus pasos, los cuales tenían prisa por perderse en sus brazos.
La acogió en ellos, aferrándose fuertemente a su cuerpo, como en cada encuentro, sin embargo, esta vez era diferente, ya que, sólo segundos después, se separaron, mirándose a los ojos, al mismo tiempo en que sus rostros se acercaban, como atraídos por una especie de energía, que culminó con sus labios uniéndose en su primer beso.
Colocó sus manos sobre las de ella, ante aquel recuerdo, el cual, rápidamente, fue reemplazado por uno más intenso.
El sonido del agua cayendo había sido la encargada de musicalizar aquel inolvidable momento, aquel en que sus cuerpos se habían unido en uno solo, mientras su caricias y besos profesaban promesas implícitas que, en ese entonces, parecían acompañar sus sentimientos por la eternidad.
Alejó sus manos, entrecerrando sus ojos y apretando un poco sus puños, confundido del porque sus mentes había decidido viajar a través de los momentos cruciales del vinculo que supo unirlo con la sacerdotisa.
El atardecer se había hecho presente, en el mismo lugar en el que los mejores y peores momentos, habían atravesado sus vidas.
- Aquí estoy - pronunció seriamente, mientras ella se acercaba lentamente, con su mirada en el suelo.
- Sesshomaru - entrecerró sus ojos ante el tono de su voz - Yo... he venido, a despedirme.
- ¿Es por él? - fue lo único que pudo pronunciar.
Ella desvió su mirada, colocando ambas manos en su pecho, al mismo tiempo en que cerraba sus ojos.
- Nosotros... no estamos destinados a estar juntos... no podemos... volver a vernos - sus ojos se llenaron de lágrimas.
Cerró sus ojos ante sus palabras, sin embargo, no respondió, sólo se limitó a elevarse y alejarse, dispuesto a dejarla atrás.
Sabía que ella había avanzado y superado aquel vínculo y, aunque él lo sufrió en silencio y por más tiempo, estaba listo para dejar ir aquel sentimiento y seguir con su vida.
- Te agradezco, por permitir que estemos aquí... y, sólo espero... que algún día, dejes de odiarme.
- Hm... no te odio - hizo una pausa - Jamás, podría odiarte.
Sonrió ante aquel comentario, sintiendo que aquel circulo inconcluso, encontraba su fin. Alejó sus manos, con la intención del regresar al interior del castillo, sin embargo, se sorprendió cuando él volteó, abrazándola cálidamente.
- Sesshomaru - murmuró, uniendo sus manos en su espalda - Gracias.
Adiós, Kikyo.
Cerró sus ojos, despidiéndose internamente de aquel sentimiento que lo había unido a la primera mujer, que le había importado.
Por fin he regresado jajaja lamento no haber actualizado en tanto tiempo, trataré de tener más regularidad.
Quienes me siguen en mi página de Facebook (Cin-Fanfics) sabrán que he tenido un percance con mi computadora y un colapso mental con tantas historias, motivo por el que me había quedado sólo con una (Desconocida) sin embargo, trataré de retomar el ritmo de las demás.
Mañana es el turno de Destino :)
Muchas gracias por la paciencia y por seguir leyendo mis fics :D
