Capítulo 7: ¿Familia? Parte 1
Hinata se sentía nerviosa mientras se adentraba cada vez más en la enorme nave de Naruto, conocida como Kurama. El Viks parloteaba sin parar sobre muchas cosas, pero Hinata apenas le prestaba atención. Estaba distraída, maravillada por la avanzada tecnología que la rodeaba en ese momento. Ahora entendía por qué los Saps temían tanto los ataques de los Viks; su tecnología era totalmente obsoleta en comparación con lo que estaba viendo.
-Estabas jugando- murmuró ella de repente, interrumpiendo el monólogo del rubio. -Solo estabas jugando conmigo- Se detuvo en seco, la realidad apenas empezaba a golpearla.
― ¿De qué...? ― Naruto también se detuvo, observándola desde cierta distancia. Hinata lucía con mejor color y ya no parecía a punto de desplomarse en cualquier momento. Ni siquiera parecía adolorida a pesar de que su primer encuentro sexual había sido más brusco de lo esperado.
― En el espacio ―respondió su pregunta sin terminar―. Pudiste haber desintegrado mi nave desde la primera vez que interceptaste mi transmisor, ¿estoy en lo cierto? ―Pensar en eso hizo que las entrañas de Naruto se revolvieran. Su cuerpo entero tembló, ya que la verdad era mucho peor; él había estado monitoreando esa nave varios ciclos atrás y siempre la tuvo en la mira, todas sus armas siempre estuvieron listas para destrozarla.
― No ―Hinata merecía sinceridad―. Te tuve en la mira varios ciclos atrás, específicamente desde que la computadora central de tu nave se encargó de reanimarte.
― ¿Reanimarme? ―Su hembra parecía confundida―.
― Sí, las drogas que te administraban a menudo hacían que tu corazón se detuviera. La computadora central administraba un producto prohibido en gran parte del universo conocido para que recuperaras la conciencia. Lo hizo varias veces hasta que te despertaste ―Naruto dio unos pasos hacia ella―. Generalmente, los gusanos son más cuidadosos al movilizar su 'mercancía', pero eras un faro andante en la oscuridad absoluta; pude lograr una conexión directa con tu canal auditivo a una distancia jamás registrada. Cuando te localicé, creí que mi primer instinto sería aniquilarte y aplastarte como un pequeño insecto. ―Extendió una mano cuando ella retrocedió un paso―. Pero algo me lo impidió.
La tomó en brazos; Hinata intentó agarrarse de algo debido al repentino movimiento, y él se maldijo mil veces porque, por su culpa, lo único que consiguió fue encogerse en sí misma.
― En ese momento no sabía lo que era, pero ahora que lo sé, te prometo que jamás te volveré a lastimar.
― ¿Y qué es eso que no sabías? ―Ahora fue el turno de Naruto de mirarla lleno de confusión. ¿Acaso él no se lo había explicado?
― Que eres mi Ástminn ―dijo, como si eso lo explicara todo.
― ¿Dijiste que eso era como el término 'almas gemelas'? ―Naruto asintió, satisfecho―. ¿Y bien?
― ¿Bien qué?
― ¿Qué significa? ―Naruto la miró como si otra cabeza le hubiera crecido de repente, abriendo y cerrando la boca sin pronunciar una sola sílaba
― Yo te lo explicaré ―Tsunade apareció de la nada, vestida con las mismas ropas blancas con las que la vio la primera vez, interrumpiendo el estado de confusión de ambos―. Debes ponerla en la camilla, no tardaré mucho.
― No me dices qué hacer ―refunfuñó entre dientes. Sin embargo, caminó hasta el centro de la habitación antes de depositarla sobre una cómoda superficie―. Estaré afuera. ―Él depositó un beso suave en la comisura de sus labios―. No tardará mucho y luego los nanobots ayudarán con el proceso de sanación.
― ¿Nanobots?
― Sí, son pequeñas criaturas modificadas genéticamente capaces de regenerar cualquier tejido vivo ―esa información la desconcertó por completo―. Hay heridas tan delicadas y profundas que las unidades de reparación no son capaces de tratar correctamente. Por eso, Tsunade se encargó de crear los nanobots. ―Hinata solo se quedó con la primera parte―. Tenemos esos y también tenemos unidades de reparación. ¿Recuerdas lo que sucedió luego de que Tsunade y Kushina te interrogaron?
― No ―tenía vagos recuerdos, pero se negaba a creer que ella había golpeado a la máxima autoridad planetaria del Valhalla―.
― Bueno, saltaste por la ventana y corriste por el segundo bosque más frío del planeta. ―Naruto se detuvo un segundo para mirarla a los ojos―. Te rompiste el tobillo y todos los ligamentos de tus rodillas. Tragó saliva―. Me desesperé porque no reaccionabas y le ordené a Tsunade que te metiera en la unidad de reparación de nuestra nave. Sin embargo, usarlas en ti podía significar un problema porque, aunque nuestros cuerpos son similares, tu consistencia es diferente a cualquiera que Tsunade hubiera visto antes. Ella tenía miedo de que tus huesos y ligamentos quedaran totalmente calcificados en lugar de sanar correctamente. Es un miedo real, por lo que solo permití que te quedaras adentro la mitad del tiempo que le tomaría a un guerrero curar esas heridas. - ¿Entonces t-todavía están rotos? –
― Claro que no. Te quedaste dormida y los nanobots de Tsunade completaron el trabajo.
― ¿A-aún están dentro? ―Después de estar invadida toda la vida por chips, la simple idea de tener algo artificial en su interior la enfermó―. S-sácalos ―susurró tan bajito que Naruto no alcanzó a oírla.
― Te pusiste pálida. ―Ella respiró profundamente. La parte lógica de su cerebro le decía que Naruto no tenía dobles intenciones, parecía genuinamente preocupado por su bienestar, sin embargo, esa parte irracional oculta en lo más profundo de su cabeza le pedía a gritos salir de allí y ocultarse en un planeta deshabitado―.
― Yo solo… no quiero t-tener nada e-extraño en mi interior. ―Por un instante creyó que Naruto se enojaría con ella por, de alguna u otra manera, despreciar sus cuidados o incluso que se burlaría, pero él le dedicó una mirada cargada de ¿cariño? ―. Es ilógico, yo sé. Me has ayudado más que cualquier otro ser, e-e-n este punto si q-quisieras lastimarme ya lo hubieras hecho, p-pero… ―rompió el contacto visual, sintiéndose incapaz de mirarlo a los ojos―.
― ¿Te pone enferma tener objetos extraños en tu cuerpo? ―Le sorprendió que él pudiera interpretar su silencio tan bien, como si pudiera leer todos sus pensamientos―.
― Sí. ―Naruto la tomó del mentón, obligándola con su toque a mirarlo directamente. El rojo fusionado con el azul no dejaría de fascinarla nunca―.
― Es normal, mi amor. ―Él se inclinó para depositar un beso un poco más intenso que el anterior―. No te preocupes, le diré a Tsunade que prefieres la unidad de reparación, ningún nanobot volverá a tocarte. ―Hinata quedó totalmente sorprendida ¿Así de fácil? ¿De verdad había accedido sin ningún problema a sus deseos? ―. Tu bienestar es lo más importante para mí, los nanobots son de gran ayuda, pero si te causan incomodidad no los tendrás cerca. ―Otra vez era como si le hubiera leído la mente ¿Acaso los Viks tenían esa habilidad? ―. No puedo leerte la mente ―comentó con una sonrisa pícara en su rostro―. Es solo que tu rostro es demasiado expresivo. ― ¿Se estaba burlando de ella?―. Claro que no, jamás me reiría de ti.
― ¡Me estás asustando! ―Naruto estalló en carcajadas―. ¡Basta!
― Perdón. ―De repente se puso serio, mirando a Tsunade, quien acababa de entrar. Hinata podía sentir la tensión de sus músculos. Incluso sus enormes cuernos se crisparon y volvieron al mismo estado de tensión que antes―. ¿Ya es hora? ―La sanadora afirmó con un firme movimiento de su cabeza―. No tengas miedo, será un procedimiento indoloro.
―Naruto tiene razón – Concordó Tsunade – Los nanobots harán todo el trabajo una vez que una tus manos a tu cuerpo.
― Hinata se recuperará en la unidad de reparación de Kurama.
― Creo que… -
― A Hinata no le gustan tus nanobots, se recuperará en la unidad de reparación. Kurama se encargará de sacarla de allí cuando esté totalmente lista.
― Fuiste tú. ―Refutó Tsunade entre dientes―. Tú la pusiste en contra de mi preciado invento… nunca te han gustado.
― Nada de nanobots. ―El tono de voz de Naruto, oscuro y vicioso, hizo que Tsunade bajara la cabeza de manera sumisa―. Estaré afuera esperándote. ―Le dio un beso―.
― Bien… ―Aunque casi le rogó que se quedara cuando el enorme cuerpo del Viks atravesó la salida―.
― Sentirás un pequeño pinchazo en la parte posterior de tu cuello. Te explicaré lo que sucederá rápidamente. ―Tsunade se acercó con dos bolsas traslúcidas―. Son tus manos. ―Movió las bolsas― Las uniré a tu cuerpo con ayuda de la unidad médica de Kurama. Luego de eso, te llevaré a la unidad de reparación y finalmente iremos a la playa Gold donde están enterradas las cápsulas.
― P-Pero… al ingresar en la atmósfera mis manos se carbonizaron. Naruto las cortó, ¿verdad?
― Sí, pero tuve un equipo completo de científicos reconstruyéndolas. Se tardaron un poco debido a que las huellas en las puntas de tus dedos son únicas. ―Hinata asintió casi que por inercia. Su mente se había quedado en blanco a tecnología médica y de combate de los gusanos no podía compararse en nada con la de los Viks… entonces, ¿por qué los habían dejado libres? ¿Por qué no los habían exterminado si eran enemigos naturales? Para los Viks sería como aplastar un insecto, literalmente. ― ¿Te sientes bien? ―No… no estaba bien, pero terminó asintiendo―. Lamento hacer esto tan pronto, pero si no actuamos con rapidez puede convertirse en una tragedia en cuestión de horas.
- ¿Te refieres a los machos que están peleando en la playa? – De repente sintió un pequeño pinchazo en la base de atrás de su cuello –
-Tranquila, no vas a estar inconsciente, solo dormiré de tu cuello hacia abajo – Le disgustaba la sensación de letargo total que se apodero de sus extremidades, sin embargo, lo soportaría si eso significaba tener sus manos de regreso – ¿Kurama? ¿Puedes ubicar una pantalla de entretenimiento cerca de su rostro? –
- No yo… - Trago salivo, sintiéndose inquieta de repente – O-Odio los programas de entretenimiento –
- ¿Te trae malos recuerdos? –
- En ocasiones ponían esas pantallas frente a mi rostro durante ciclos completos, odio las pantallas. A veces creo que lo hacían solo para disgustarme –
- Deberías aprender a apreciarlas, sino lo haces, Naruto se encargará de mantenerte ocupada de otra manera – Tsunade se rio del chiste interno que solo ella entendió – ¿Sabes? En una época tuvimos tanta sobrepoblación que fue necesaria la creación de centros de entretenimiento porque lo único que hacíamos era reproducirnos sin control –
- ¿Entonces, sino aprecio los programas de entretenimiento, Naruto me mantendrá ocupada reproduciéndonos a cada hora del día? - Se sentía como si su cuerpo flotara en la inmensidad del espacio exterior –
- Es una preocupación seria – Los sonidos metálicos de los instrumentos que estaba utilizando Tsunade terminaron de relajarla – Naruto hará lo que sea para que seas feliz y estes a gusto con él. Incluso si eso implica reducir a cenizas el Valhalla para conseguirlo – Seguro era una exageración muy grande – Por algo te llamo de esa manera –
-Ástminn – Repito, acariciando cada silaba con la punta de su lengua – Creo que estas dramatizando Tsunade, el macho Viks casi me destruye cuando yo solo intentaba acariciar un poco de libertad con mis manos – Ni siquiera sabía de donde habían salido esas palabras – y ahora ni siquiera tengo manos – Tsunade no se rio, sin embargo, ella si soltó una corta carcajada –
- La clave está en esa palabra "casi" – Un sonido viscoso inundo el lugar – El instinto de Naruto le impido destruirte, si no fueras su Ástminn te hubiera desintegrado en cuanto localizó tu nave. Por eso es el guerrero más feroz del Valhalla; las historias de todas las batallas que ha ganado seguro entraran en el libro sagrado dentro de poco – Una sonrisa involuntaria se escapó de sus labios, lo que fuera que estuviera en su sistema, le estaba ayudando a descubrir un sentido del humor que no sabía que tenía – ¿Qué te parece gracioso? –
- No lo sé… tal vez está el hecho de haberle entregado mi cuerpo al ser más mortífero del planeta más poderoso conocido - Su respuesta era incoherente, pero parecía como si alguien le hubiera quitado un filtro que le impedía decir todo lo que se atravesaba por su mente – También encuentro gracioso que tienes la tecnología más avanzada del universo al alcance de tus manos y, aun así, parece que crees en escrituras sagradas y espíritus que guían el alma por el mas allá –
- Una cosa no tiene que ver con la otra; lo que está escrito en las escrituras sagradas es la verdad absoluta de todo. Son el origen de todo, del principio y del fin. Gracias a ellas pasamos de ser seres totalmente primitivos a lo que somos hoy en día – Tsunade no parecía disgustada por su indiscreción – ¿Naruto no te ha explicado nada de nuestra especie? –
- Dijo algo de… estar destinados a batallas hasta que encuentran a su Ástminn – Era un mal resumen– ¿Estoy en lo correcto? ¿Siempre ha sido así? –
- Bueno, hace muchos millones de ciclos, nuestra especie simplemente se mataba entre sí; éramos seres plenamente sanguinarios y salvajes. Nos reproducíamos a la fuerza, incluso entre madres e hijos, padres e hijas. Estábamos destinados a la destrucción, era solo un planeta lleno de sangre. Hay rastro de canibalismo entre nuestros antepasados, rastros de violaciones. Un desastre total – A Hinata esa historia le parecía muy similar a lo que era actualmente pasaba en Terra 64 – Al ver esto, los dioses se apiadaron de nosotros y nos dieron un poco de sentido común. Sin embargo, nos tomó muchísimos llegar hasta aquí, y, aun así, todavía persisten rastros de nuestros orígenes –
- ¿Cuándo dices sentido común…? –
- Me refiero a eso, según las sagradas escrituras, de un momento para otro, los ojos de los primeros Viks se abrieron y fueron conscientes de su entorno, de su crueldad. Desde ese instante empezó la verdadera evolución y, en la actualidad, son pocos los vestigios de esa violencia que todavía persisten entre nosotros –
-Como tus cuernos – Soltó una risita cuando Tsunade dio un pequeño brinco – Naruto también reacciona de esa manera cuando los menciono
-Sí, como nuestros cuernos – Hinata notó cómo se trasladaba hacia su otra extremidad – En la antigüedad permanecían erguidos, llenos de veneno, eran un arma mortal. Ahora son la prueba inequívoca de que has encontrado a tu Ástminn; permanecen asentados en la base del cráneo hasta que te topas con tu alma gemela. Desde entonces y hasta que te unes en cuerpo y alma con tu Ástminn, se vuelven como una evidencia muy obvia del estado de ánimo en el que nos encontramos.
-¿Entonces, si no te unes a tu Ástminn, tus cuernos permanecen erectos?
-Bueno, no es simplemente la unión de cuerpos a la que me refiero. Es verdad que el sexo ayuda a aliviar un poco la tensión, pero esta solo desaparece hasta que se concibe una nueva vida juntos.
-¿Un hijo? – Esa idea debería haberla asustado, sin embargo, el simple pensamiento de tener una familia propia hizo que su corazón brincara entre su pecho.
-O varios – Tsunade se asomó y le sonrió mostrándole una imagen de ella junto a un Viks de cabello largo y gris que sostenía dos pequeños bultos rosados – Digamos que solo entonces nuestros cuerpos entienden que estaremos unidos para toda la eternidad con nuestra otra mitad.
-¿Y qué sucede si nunca alcanzas ese nivel de unión? – El semblante de Tsunade se puso sombrío de la nada.
-Volvemos a nuestro estado primitivo, perdemos el sentido común y nos convertimos en seres irracionales que solo buscan sangre, muerte y destrucción.
-¿Cómo los Viks en la playa Gold?
-¿Los viste? – Asintió – En realidad, es muchísimo peor. Esos machos solo se encuentran descontrolados porque tienen a su Ástminn atrapadas en esas cápsulas. Una vez las liberes se tranquilizarán.
-¿Las van a obligar a unirse con esos machos? Si es así, prefiero cortarme las manos de nuevo –
-¡Nunca! – La vehemencia con la que lo dijo solo podía significar que no mentía – Permanecerán seguras y protegidas hasta que ellas mismas decidan que es hora de estar con sus respectivas parejas; los machos se calmarán una vez estén a salvo. Ha sido así por muchos ciclos –
-Bien – Esas palabras la tranquilizaron – Siempre es importante poder elegir –
-Sí – Sus ojos empezaron a cerrarse justo en el instante en el que la unidad médica empezaba a teñirse de luces rojas y sonoras alarmas – Dormirás mientras estés en la unidad de reparación. Tienes que permanecer inmóvil mientras te recuperas por completo – Iba a protestar, pero su lengua se negó a responder. Quiso sentir pánico y miedo, como cada vez que los Saps cerraban sus ojos a la fuerza, pero lo único que sintió fue paz y seguridad
Naruto daba vueltas en la sala de control. Todo su cuerpo estaba tenso, creía que en cualquier instante sus instintos lo controlarían por completo. Tsunade estaba tardando más de lo esperado y él enloquecía con cada segundo extra que tenía que esperar. Estuvo a punto de estrellar sus cuernos contra la pared cuando esta misma se abrió, dándole paso a la sanadora.
-¿Tsunade? –
-Hinata está bien. Es una hembra fuerte la que tienes allí. Sangró un poco más de lo previsto, por eso tarde un poco- Mintió descaradamente, la humana se había desvanecido de la nada –Pero ya está en la unidad de reparación, creo que pude calibrarla correctamente y ahora solo queda esperar a que esté lista.
-Bien – Esa breve explicación le quitó un enorme peso de encima – Iré a ver cómo está, no le gusta estar confinada.
-Está inconsciente, tuve que sedarla por completo cuando su ritmo cardíaco se disparó – Argumentó, antes de que él se elevara en protestas. Tsunade decidió que le diría la verdad muchas décadas más adelante – Despertará cuando esté fuera de la unidad, la mantendré sedada hasta entonces.
-Gracias, Tsunade – Era la primera vez que lo hacía, esperaba hacerlo bien. Antes de que Tsunade pudiera reaccionar, él se arrodilló y pegó su cabeza al suelo en señal de eterna gratitud – Te debo mi entera felicidad y eso es algo que jamás olvidaré – Duró un minuto en la misma posición y solo se levantó cuando el cuerpo inerte de Tsunade cayó como plomo en el suelo – ¡Demonios! – Rápidamente la acomodó en la silla de mando, no se esperaba que fuera para tanto, después de todo, era muy común que él diera las gracias por todos los favores que recibía – Kurama, comunícale a Dan el estado de Tsunade y dile que nos espere en dos horas en la playa Gold. – Caminó rápidamente, como si no pudiera estar un segundo más lejos de ella. Al llegar a la unidad, se plantó a su lado. Esperaría mil años si con eso conseguía verla sana y completa.
Hinata saboreó la comida más insípida que había probado en su corta vida. Ni siquiera los restos de basura que solía robar en Terra sabían tan mal.
-¿Verdad que tus patéticas células gustativas jamás habían probado algo parecido? – Ella miró al enorme Saps desde la distancia, absteniéndose de contestar. Ya sabía en carne propia lo que sucedía cada vez que un terrano se atrevía a responderle a los insectos gigantes – No sé por qué Toneri te trajo hasta aquí, eres solo un pedazo de mierda a punto de desaparecer – A ella también le habría gustado dar una respuesta; desconocía el tiempo exacto que llevaba encerrada en esa caja de metal, lo único que sabía era que no era la única allí, ya que a la distancia podía escuchar sollozos de otros niños. Les daban esa pasta cada cierto tiempo y luego desaparecían hasta la siguiente hora de alimentación – ¿Crees que te están engordando para comerte? Estoy seguro de que sabes horrible. Además, eres una pequeña caca sin ningún atractivo. Es obvio que aún no estás preparada para los huevos – Soltó un suspiro, terminando su comida en silencio y sentándose con cuidado en el suelo frío; las heridas infligidas por el humano que la vendió todavía le escocían mucho. Cerró sus ojos sintiéndose adormecida cuando un fuerte grito la puso en alerta.
– Vaya, vaya, vaya… ¿Qué tenemos aquí? – Un asqueroso rostro amarillento, el mismo que pertenecía al Saps encargado de tenerla atrapada, se asomó entre los barrotes – Mi pequeña terrana, seguro me voy a divertir mucho contigo – La boca oscura empezó a botar una baba amarillenta y olorosamente desagradable – Ahora me perteneces – No pudo ahogar el grito que se escapó de sus manos cuando una mano negra y llena de pelusa la agarró del tobillo – ¡Mía! –
-Está teniendo una pesadilla – Los labios de Naruto se fruncieron ante el comentario de Kurama, sintiéndose impotente ante la desesperación que emanaba del cuerpo de su Ástminn-¿Deberíamos despertarla? El nivel de cicatrización ya alcanzó un noventa y nueve por ciento, el uno por ciento restante no sanará en la unidad de reparación más rápido de lo que lo hará ella misma sin ayuda– Asombrosamente, Hinata levantó ambos brazos y empezó a moverlos como si intentara alejarse de algo o de alguien – Hay movimiento en ambas extremidades, eso es bueno –
-¡Sácala! – Ordenó sin poder resistirse un segundo más. Kurama obedeció inmediatamente, comenzando la extracción de manera segura – ¡Hinata! – Se abalanzó sobre ella, teniendo cuidado de no lastimarla con sus desesperados movimientos – Está bien, ya pasó, yo te protegeré de las pesadillas – La abrazó suavemente contra su pecho hasta que dejó de moverse erráticamente –
-¿Naruto? – Hinata envolvió sus brazos en él, correspondiendo el abrazo torpemente – ¿Eres real? – Preguntó tan bajito que le costó un poco escucharla, él respondió con un firme beso en sus labios –
-Sí, Ástminn, soy real, al igual que esto – Le tomó una de sus extremidades recién implantadas y la guio hasta el centro de su pecho donde su órgano vital latía descontrolado – ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? – Hinata guardó silencio varios segundos – ¿Ástminn? –
-Estoy bien, un poco sedienta, pero me siento bien – Esa respuesta le quitó un gran peso de encima. Naruto prácticamente corrió a buscar hiel recién extraída y cuando regresó, la encontró examinando fijamente sus manos con una expresión de anhelo plasmada en su rostro. Sin decir nada, se sentó junto a ella y le entregó un vaso con hiel fresca.
-Aquí tienes, espero que esto te ayude un poco - dijo Naruto con suavidad. Hinata tomó el vaso, agradecida por la atención y el gesto amable. Bebió lentamente, saboreando el frescor que le aliviaba la pequeña resequedad en su garganta. La sensación de tragar resultaba extraña, pero siguió las instrucciones que Naruto le había dado anteriormente –
-Gracias, Naruto. – Miro sus manos, todavía sin poder creerlo – Es extraño poder mirarlas otra vez –
-Lo imagino. ¿Cómo te sientes realmente? - indagó él, preocupado. Hinata apartó la mirada de sus manos y se encontró con los ojos azules y penetrantes de Naruto.
-Me siento... diferente. Como si hubiera experimentado algo inimaginable. Mi mente está llena de recuerdos confusos y emociones que no logro comprender del todo todavía- Suspiró, buscando las palabras adecuadas. - Pero al mismo tiempo, me siento completa de nuevo. Poder mover mis manos, sentir la vida a través de ellas, es... es como recuperar una parte esencial de mí misma.
-Lo entiendo, Hinata. Sé que esto ha sido difícil para ti, pero estaré aquí para ayudarte en lo que necesites - dijo Naruto con sinceridad, tomando una de sus manos entre las suyas. La calidez del contacto humano la reconfortó. Por un momento, el mundo exterior pareció desvanecerse, dejando solo su conexión mutua. Hinata sintió la ternura en el tacto de Naruto, una sensación que había anhelado desde hacía mucho tiempo.
-Gracias, Naruto. Gracias por todo. Jamás imagine que estaría completa de nuevo - confesó Hinata, con un nudo en la garganta. Naruto sonrió y se acercó a ella, sintiendo la intensidad del momento. Sin decir una palabra, la abrazó con suavidad, acunándola en sus brazos mientras Hinata se apoyaba en su pecho. El tiempo pareció detenerse mientras permanecían juntos, disfrutando del calor y la seguridad del abrazo. Finalmente, la voz de Kurama rompió el silencio.
-Naruto, Kushina está forzando una comunicación con la nave – El Viks soltó una pequeña maldición –
-Creo que todavía es muy pronto para ella – Una enorme pantalla se deslizó del techo antes de que Kurama pudiera replicar –
- ¡Maldito mocoso! ¿Quién te crees para bloquearme el acceso a tu intercomunicador? – La enorme e imponente figura de Kushina ocupó todo el ancho; su rostro estaba casi tan rojo como su cabello y, aunque parecía enojada, su rostro mostraba una preocupación genuina – El concejo está tan metido en mi trasero que, si uno de ellos escupe, me sale saliva por la boca –
-Me importa una mierda el concejo, madre –
-¡¿Crees que no lo sé!? – Caminó de un lado para otro – Si te importara un poco, le hubieras pedido permiso al concejo antes de unirte con la piloto –Naruto se tensó como un resorte y, de manera automática, la ocultó detrás de su gigantesco cuerpo –
-El Valhalla arderá en llamas antes de que yo pida permiso para unirme a mi hembra, para reclamarla como mía – Algo en el interior de Hinata le dijo que Naruto no bromeaba – y la piloto tiene nombre, madre. Te agradecería que lo utilizaras –
-Mald...
-Estaremos allí en un minuto, pero te lo advierto; si alguno de los machos no responde a mi llamado, lo neutralizaré sin pensarlo – interrumpió – La seguridad de Hinata está encima de todo y de todos – Naruto cortó la comunicación antes de que Kushina pudiera responderle – Decir que estaba sin palabras era poco. Hinata jamás se imaginó que Naruto se enfrentaría con alguien por ella, mucho menos que ese alguien fuera su madre.
-¿N-Naruto? – Lo llamó tocándole la espalda tímidamente –
-Un segundo – Su espalda se expandió debajo de su mano, el calor que emanaba de allí era reconfortante y Hinata sintió deseos de esconder su rostro en ese lugar – Estoy tan furioso. ¿Quién se cree ella para sugerir que debo pedirle permiso a un montón de viejos? –
-¿S-Son las reglas? – Indagó –
-Reglas estúpidas, creadas por un concejo estúpido – Naruto se giró – ¿Quieres hacer esto hoy? – Olvidándose de su enojo, la abrazó suavemente. Hinata sabía exactamente a lo que se refería; se sentía cansada y sedienta, pero era algo que debía hacer con urgencia –
-Estoy bien – Aseguró – Tengo que sacarlas –
-Tus deseos son órdenes para mí – El rubio asintió – Kurama, llévanos a Gold – Si la nave se movió, Hinata nunca lo sintió, se quedó quieta, abrazada a Naruto – Una vez bajemos, debes prometerme una sola cosa; mantente unida a mí; dominaré a todos los machos y si uno solo se te acerca, le arrancaré la cabeza –
-Hemos llegado – Hinata tragó saliva, aferrándose con todas sus fuerzas a él– Tu madre está a una distancia considerable y los miembros del consejo están junto a ella –
-Transmítele mis palabras, Kurama. Me siento jodidamente protector; un solo macho cerca de ella y me alimentaré con sus ojos, sin importar quién sea –
-Entendido. Los dejaré en tierra en tres… dos… uno… – Una sensación de vacío se apoderó brevemente de sus entrañas –
-Naruto matará a cualquier macho que intente acercarse a Hinata – Kushina apretó la mandíbula; la voz de Kurama se apoderó de sus dispositivos auditivos; lo supo de inmediato porque varios ancianos a sus espaldas palidecieron – Lo dice en serio – El cuerpo de Naruto apareció a la vista de todos; su presencia sirvió para que varios machos que luchaban entre sí se detuvieran de inmediato –
-Él no puede – Un rugido; el más vicioso y poderoso que Kushina hubiera escuchado nunca hizo que todos los miembros del consejo cayeran de rodillas –
-Sí que puede –
Naruto sabía que solo Sasuke quedaría de pie luego del primer rugido. Miró a su alrededor; asegurándose de que todos estuvieran hincados ante él. Hinata se aferraba a su espalda, con el rostro enterrado. Podía sentir su miedo, casi que podía saborearlo.
-Trépame, Hinata – Ella obedeció de inmediato, sujetándose con brazos y piernas a él – No me sueltes – Aprovechó un solo instante de distracción para impulsarse con todas sus fuerzas hacia Sasuke. En un punto estuvo tentado a romperle el cuello, pero cambió la dirección de su golpe en el último momento. Los huesos de su mano protestaron por el repentino impacto en el rostro pálido de su amigo – ¡Si alguien se acerca, le romperé el cuello! – Sasuke cayó arrodillado, a pesar de la lucha constante, las heridas sangrantes y el inesperado golpe, su amigo seguía consciente. O por lo menos una parte de él – ¿Estás bien, Hinata? –
-E-Eso creo – De nuevo miró a Sasuke –
-Dijiste algo sobre el número quince – El pelinegro le sostuvo la mirada un segundo antes de bajarla – ¿Ástminn? ¿Podemos ir por esa primero? –
-S-sí – Caminó hasta el campamento improvisado que su madre había logrado crear antes de que esos Viks perdieran la cabeza. Naruto no se sorprendió ni un poco al encontrarse con unas cápsulas cubiertas por el metal sagrado del Valhalla, lo que sí le sorprendió fue el hecho de… –
-Se meó en las cápsulas – Sasuke reaccionó en su sitio – Tks, te pondré en el suelo – Suavemente desenredó sus extremidades – Mantente a mi lado, amor, esto terminará pronto – Respiró un par de veces, la esencia de Sasuke estaba regada por todas las direcciones y eso lo estaba enloqueciendo – Debes hacerlo rápido, Ástminn, de lo contrario, terminaré arrancándole la cabeza a ese idiota – Por eso todos habían enloquecido; Sasuke había marcado el territorio de otros machos que también estaban entrando en celo –
-Bien – Hinata lo rodeó, caminó hasta donde reposaba Sakura Haruno y puso su mano derecha sobre el panel oculto. La clave de todas las cápsulas era la misma: el número del vuelo espacial combinado con la fecha en la que había realizado su primer viaje. Lo digitó rápidamente, rogando en silencio que todas estuvieran a salvo. Un suspiro lleno de alivio salió de sus labios cuando los ojos verdes se abrieron de par en par – Sa – Un jalón un poco fuerte interrumpió sus palabras - Naruto actuó automáticamente, protegiéndola con su cuerpo y recibiendo el débil golpe de la humana recién liberada.
-¡Tú! – La humana intentó rodearlo para llegar a Hinata, pero él se lo impidió, protegiéndola de cualquier daño que pudiese llegar a sufrir – ¿¡Cómo te atreves a encerrarnos en esas cápsulas para traernos a este maldito planeta lleno de salvajes y primitivos!? –
-Cálmate, humana, o te voy a votar sobre tu trasero – Odiaba tener que hablar en el idioma de los insectos, pero era el único idioma instalado en los traductores de sus oídos –
- ¿¡Qué acabas de decir!? – Ella lo intentó un par de veces más hasta que se rindió – ¿Quién eres tú? ¿En qué maldito lugar estamos? ¿Por qué proteges a la traidora? –
-Cálmate, se te explicará todo; una vez sean liberadas–
- ¿E-Estabas consciente? – Hinata salió de su espalda, enfrentándose a la hembra furiosa. Su cuerpo se tensó cuando hizo el amago de querer golpearla, pero la humana logró contenerse –
- ¡Claro que sí! ¿Sabes lo horrible que es estar encerrada, no sé por cuántos ciclos, en esas cápsulas, consciente y sin poder mover un músculo? -
-Sí que lo sé – Hinata tragó saliva – V-Voy a liberarlas, a todas, mantengan la calma por favor –
-El consejo del planeta Saporima se enterará de esto – Amenazó Sakura, justo cuando caminaba en dirección de la primera capsula –
- ¿Acabas de amenazar a mi hembra? –Naruto se interpuso entre ellas –
-Naruto, espera, es normal que se sienta confundida y traicionada. Déjame liberarlas y luego…- Hinata intentó intervenir mientras se acercaba a él, pero, para su sorpresa, la tomo en brazos poniéndola en su hombro como si fuera un simple costal –
-Nada, tú no estarás cerca de esta humana tóxica, ni de ninguna de ellas, nos iremos a casa –
-Mi hembra no es tóxica – Sasuke se unió a la discusión, poniéndose de pie como pudo, a pesar de sus heridas –
- ¿Es en serio, Sasuke? ¿Quieres pelear? ¡Porque gustosamente me bañaría en tu sangre! ¡Todo este maldito desastre es por tu culpa! – Naruto lo miró lleno de furia –
- ¡Basta, suficiente! – Kushina apareció en la playa, gritando ordenes como si no estuviera en frente de los guerreros más poderosos del Valhalla – Es suficiente; Hinata libera a las demás Terranas, yo personalmente me encargaré de ellas mientras Shizune y Tsunade atenderán a los Viks heridos ¿Quedó claro? – Luego se dirigió a las cápsulas en el lenguaje Saporima – Ninguna de ustedes arremeterá contra Hinata, desistan de cualquier intento de agresión, de lo contrario, sufrirán las consecuencias – Se dirigió a Naruto – y tu… - Le apunto con un dedo en el pecho – Déjala en el suelo a-ho-ra –
- No me dices que hacer – Refunfuñó entre dientes, soltando gruñidos bajitos –
- A-ho-ra – Se acerco y solo cuando estuvo lo suficientemente cerca le dijo- o llamare a tu padre – Hinata se sorprendió cuando fue puesta de nuevo sobre sus pies –
- Eldkvika–
- ¡¿Qué has dicho, maldito Ungðróska? – Hinata aprovecho la discusión para escabullirse de capsula en capsula, liberándolas de una en una, dejando a una mujer en específico para el final. Cada mujer que liberaba la miraba peor que la anterior, pero poco le importaba; cualquier destino era mejor que el que les esperaba en Saporima – Te voy a acusar con tu Skáti –
- ¿Cuánto te dieron por traernos aquí? – Hinata ignoró esa y las demás preguntas ponzoñosas que le hicieron, dirigiéndose a la última capsula que había dejado de adrede –
- Ha-na-bi – Murmuro para si misma, viendo el rostro aparentemente sereno de la ultima mujer, la que estaba destina a ser la criadora secreta del comandante TOOKS. Era realmente inusual el echo de que ese Saps tuviese dos criadoras en la misma nave. Generalmente, siempre se llevaba una mujer cada diez viajes y en una edad cercana a los treinta. No una niña que acababa de cumplir dieciocho – Sal – Dijo mas para si misma, introduciendo la única clave que era diferente al resto y poniendo la huella digital de su mano izquierda –
- ¡Tu! – La jovencita no intento agredirla como Sakura, pero si las miradas mataran, ella ya estaría muchos kits bajo tierra – ¿Por qué lo hiciste? Después de todo este tiempo ¿Así es como nos pagas? –
- Todo estará mejor ahora – Intento convencerse –
- ¡Una mierda! – antes de que pudiera replicar, su mundo se vio de cabeza cuando Naruto la acomodo sobre uno de sus hombros –
-Vamos a casa Ástminn – Naruto no le dio tiempo a responder antes de empezar a alejarse con pasos apresurados –
- ¡Papá hizo bien al venderte! – El grito de Hanabi logró que el tiempo se detuviera frente a sus ojos – ¡Eres la peor basura de la familia! ¡Jamás lo olvides! ¿¡Me oíste!? Eres…- Lentamente, y a medida que se alejaban, la imagen de esa mujer fue haciéndose mas y mas borrosa, sin embargo, no era únicamente por la distancia. Gruesas gotas saladas empezaron a deslizarse por sus mejillas… acaso ¿Hanabi la conocía? ¿Acaso era su hermana, prima, sobrina? Otras cientos de dudas empezaron a carcomerla ¿Ella tenía familia? Y si así era ¿Ellos sabían que ella seguía con vida? ¿Sabían en lo que los Saps la habían convertido? ¿Nunca habían intentado ayudarla? ¿Rescatarla? –
- ¿Ástminn? – Guardo silencio, ahogándose en sus propios sollozos. Siempre pensó que estaba sola en el universo, que nadie conocía de su existencia y por eso estaba destinada a ser desechada como un montón de basura. Sin embargo, si Hanabi no mentía, el abandono y todos los años en los que sufrió se transformaron, de la nada, en algo cien veces peor; al parecer tenía familia, pero nadie había querido rescatarla… ninguno la había querido –
-Ahhhhhhhhhh- No pudo contener ni por un segundo más el grito desgarrador que se escapo de su garganta. La pequeña y diminuta parte humana que había conservado en los viajes mas largos, solitarios y aterradores, empezó a romperse y diluirse en miles de pedazos. Jamás se había sentido tan sola.
Chan… chan… chan… Este es mi regalo de fin de año y navidad adelantados. Intentare escribir otro capítulo, pero mi trabajo me está consumiendo lentamente. Se que vamos rápido, pero esa era la idea inicial del Fic.
Agradezco todos sus votos y/o comentarios. Me alegran mucho. Los adoro (❁´◡`❁) Especialmente a: V-NaruHina02 y ditah por ustedes le echo ganas a publicar en fanfiction uwu.
Glosario:
- Eldkvika: vieja chismosa/metiche
- Ungðróska: mocoso engreído
- Skáti: Papá/papi
Estas palabras y/o todo el idioma alienígena ha sido creado por ChatGPT ✍️(◔◡◔)
