-¿Quieres algo de la tienda?- Yuzu le preguntó a Sayaka después de mirar el reloj en la pared. Era su turno de comprar bocadillos para la noche de cine semanal. La gata mágica estaba ocupada leyendo un libro sobre la cacería de brujas que hubo en la Edad Media.

Ambas chicas estaban sentadas una al lado de la otra contra la pared, en la cama que compartían, técnicamente, una de tantas habitaciones del apartamento que compró la colombiana. Ambas estaban de descanso ese día, Sayaka había llegado de pelear contra brujas en Mitakihara por lo que aprovechó el fin de semana para pasarla en Rodorio, eso gracias a la habilidad de portales mágicos que le enseñaron Homura y Madoka para entrar a distintos lugares.

-¿Qué te vas a comprar?- La peliazul detuvo su lectura por un momento, ¡el último manga de Jujutsu Kaisen fue genial! Acaba de recibir el nuevo volumen hoy después de la escuela, estaba estudiando en Otonokizaka y estaba cerca del segundo año estudiantil. El moño azul de primer año jugaba muy bien con su cabello y ojos.

-Ya que lo preguntas...- La gata mágica calló unos segundos- Ah sí, me provoca comerme un Manju, en la tienda Homura. Todavía tenemos té y galletas de arroz- respondió la pelilila y pasó la página mientras continuaba leyendo- Y palomitas de maíz para microondas, creo.

-¡Manju suena bien!- La Puella Magi de la Justicia puso su manga en su regazo y se inclinó hacia su amante colombiana con una gran sonrisa en sus labios- A mí también me gustaría, y una bolsa de patatas fritas, por favor, y helado de chocolate y...

Yuzu se giró, encaró a Sayaka y cerró la boca de su novia con un beso, un beso corto y dulce.

-Solo el manju y una cosa más, elige sabiamente- dijo en broma la colombiana.

-¡No es justo!- La peliazul gimió y trató de recibir un segundo beso, pero la gata mágica la evadió con una sonrisa y una linda risita. En cambio, la chica mágica besó la mejilla de su amada gatita- Eres mala.

-¿Entonces?- La bruja gato la miró de nuevo, provocando los labios de la chica mágica con los suyos- ¿Qué quieres? ¿Manju y…?

Una Sayaka molesta gruñó mientras su novia la provocaba con sus labios, pero ningún beso real llegó a la casa. La peliazul intentó besarla nuevamente, pero fracasó. De nuevo. la chica mágica frunció el ceño.

-Tengo que elegir una cosa, ¿verdad?

-Sí, sólo una cosa.

-Está bien, entonces te elijo a ti.

Yuzu no pudo decirle nada. Sayaka rápidamente la inmovilizó sobre la cama, tomó sus manos y las colocó sobre su cabeza. El libro todavía estaba en sus manos. la pelilila se sonrojó mucho, la peliazul la miraba con una gran sonrisa y un gesto feroz, además no podía moverse en absoluto, el cuerpo de la chica mágica la presionaba contra la cama.

-Siempre te elegiré- dijo Sayaka con una voz profunda y amorosa y luego la besó.

Yuzu ni siquiera intentó resistirse, simplemente la besó también. Dejó caer el libro para que sus dedos pudieran entrelazarse con los de Sayaka. El beso duró lo suficiente como para hacer que la gata mágica gimiera suavemente. La chica mágica profundizó el beso con su lengua. La puella magi pudo sentir un fresco toque de té negro en la boca de la colombiana. Por otro lado, Yuzu podía saborear la dulzura del caramelo de cereza en la boca de Sayaka.

Unos minutos más tarde se detuvieron y respiraron profundamente al mismo tiempo. La peliazul fue quien pudo hablar primero. Ella no dejó de sonreír.

-Helado de chocolate, por favor.

-Entonces Manju y helado de chocolate- La gata mágica sonrió y besó su mejilla- Siempre me sorprende que tomes el control de mí

La chica mágica se sonrojó furiosamente.

-Debo tomarte por sorpresa porque siempre me golpeas y te quedas encima de mí- dijo y volvió a sentarse en la cama.

La colombiana se rió suavemente y se sentó para besar su mejilla.

-Te amo tonto.

-Yo también te amo.

- Por cierto, ¿Podrías prepare café, por favor?

-Café de tu país, ¿verdad?

-Es mi favorito- Yuzu le dio a Sayaka un beso más en los labios, levantándose de la cama y tomando un abrigo del armario- ¿Quieres ramen para más tarde?- Podría evitar mimar a la peliazul. Sus noches de cine siempre duraban tres o cuatro horas, los snacks no alcanzaban para seguir el ritmo.

La sonrisa de la chica mágica se amplió.

-¡Sí, por favor!

-Está bien, volveré en unos minutos.

-Ten cuidado.

(...)

La gata mágica salió del apartamento y se llevó la mano a la cara mientras seguía caminando, la chica finalmente se desplomó, su cara ardía como nunca antes. Sayaka realmente la tomó por sorpresa, su corazón casi explota de amor. La colombiana en realidad resistió la encantadora sonrisa y el hermoso rostro de la Puella Magi con todas sus fuerzas.

-Algún día me va a matar- murmuró para sí misma y suspiró profundamente.

Yuzu necesitaba mantener a Sayaka bajo control porque siempre se sentía débil ante el hermoso rostro y la ardiente sonrisa de la peliazul. La pelilila realmente podría perderse en los ojos azules de la autodenominada justiciera.

-Tal vez la dejaré... algún día.

(...)

Mientras tanto, Sayaka preparó café colombiano y preparó todo para la noche de cine (Eso porque tuvo que orientarse de Rikka quien con Yoshiko eran sus camaradas a la hora de hacer sus tonterías). Ella todavía estaba sonriendo como una tonta.

A la peliazul realmente le encantaba cuando Yuzu tenía el control, pero también le encantaba cuando estaba encima de la gata mágica y al ver su cara sonrojada, la sorpresa y la timidez de la pelilila casi la hacía perder el control.

-Algún día- se dijo a sí misma y tomó su manga para colocarlo ordenadamente con los demás volúmenes en su lado del estante.

El libro de Yuzu todavía estaba sobre la cama. La chica mágica sonrió y sus dedos tocaron delicadamente la dura tapa del libro.

-Te amo, gatita- murmuró, suspiró profundamente y colocó el libro en la pequeña mesa al lado de la cama, junto con los otros libros que la gata mágica siempre leía más de una vez.