[La cumpleañera]

A través de la blanca nieve, una roja chispa se encendió.

"¡Bum!" Una suave, pero firme voz femenina resonó en las alturas heladas de Espinadragón. La pequeña chispa creció hasta convertirse en una temible brasa, que si bien en una situación normal habría sido motivo de cautela, era más que bienvenida en la situación actual.

"Realmente conveniente… Casi cuesta creer que eres débil contra un clima como este con tu Visión…" Mencionó con asombro una voz masculina.

"¡Shush, tú! Esas son cosas del pasado. He tenido mucho tiempo para acostumbrarme al frío, tanto que ahora mismo no siento... Ah… Ah…" Un estornudo fue apenas contenido, y seguido de él vino un vergonzoso silencio. "… Lo que me resulta intrigante es el por qué me trajiste a este lugar de todos los sitios… ¿Será que…?" La primera voz protestó rápidamente, antes de comenzar a divagar en sus pensamientos.

"Oye, oye… No sé que clase de escenarios esté inventando esa mente tuya, pero dejaré claro que elegí este sitio por una razón muy válida y bien intencionada. Mira, ya llegamos."

"¿Es eso un dominio? ¿Qué hace uno en este lugar? Oh, espera, no estamos aquí por el dominio. Ya noté la tienda de campaña."

"Bien, entremos antes de que se me vuelvan a entumecer las extremidades por el frío. Ah, ¿Podrías también encender las antorchas que puse afuera?"

La voz femenina suspiró. "¿Para esto me trajiste? ¿Para ser tu encendedor de antorchas personal?" A pesar del reproche en sus palabras, su voz no denotaba molestia alguna. "Además, el que tengas los brazos entumecidos se debe a tu pobre elección de vestimenta para venir aquí. ¡Este lugar fue tu idea! ¿Cómo es que olvidaste traer la ropa adecuada?"

"Vamos mujer, tengo que mantener mi estilo. No puedo ir y ponerme una gabardina vieja y gris y verme terrible en ella. Además, el calor de estas llamas será suficiente para mantenerme andando por otro par de horas."

Luego de haber encendido las grandes antorchas posicionadas en lugares estratégicos para que los vientos fríos no las apagasen, el par entró en la tienda de campaña.

El interior de esta se asemejaba a una pequeña habitación de posada. En el tamaño, al menos. El amueblado era claramente improvisado y se hacía notar como el trabajo de un aventurero con los pocos recursos que tenía en su equipaje.

Había una pequeña mesa y un cofre en una de las esquinas de la tienda, además de una lámpara de aceite apagada en otro de los extremos. Ocupando una buena porción del suelo estaban una serie de cobijas bien acomodadas de forma que parecían una cama. Una no muy cómoda, sin embargo.

"Aquí, siéntate. Veamos ahora, estoy seguro que lo dejé en esta parte de la mochila… Ah, aquí. Un amigo de Inazuma me enseñó una receta original para hornear un pastel. ¿Puedes olerlo? Ese aroma dulce que te hace salivar y con un sabor que… um… Creo que me desvié del tema. Lo que en realidad quiero decir es…"

"¡Feliz cumpleaños, Yanfei!" Habló con voz entusiasta el chico.

Ya habían pasado varios meses desde que Axiz arribó a Teyvat por primera vez. Aún se sentía como un sueño aquel día en que cruzó la puerta a este mundo por accidente.

Liyue le dio la bienvenida con los brazos abiertos, con sus habitantes dándole el apoyo necesario para hacerse una buena vida. Entre ellos, conoció a Yanfei cuando estaba a punto de comprar una pequeña residencia en el extremo exterior de la ciudad, cerca de las montañas.

Desde el instante primero en que sus miradas y caminos se cruzaron, ambos conectaron. La joven adeptus lo ayudó exhaustivamente a comprender y seguir cada una de las leyes de Liyue… las básicas, al menos. Él aún recuerda con temor los días en que ella intentó convertirlo en una especie de asistente conocedor de todos los pasajes legales de la nación.

Su estadía en este… nuevo hogar, no fue fácil las primeras semanas, ciertamente. Para no ser llevado a una institución mental, el crear una historia sobre una terrible amnesia plagándolo era necesaria. De alguna forma, logró que esa fuera una de las únicas mentiras que contó acerca de sí mismo durante todo su tiempo en ese mundo.

Sacudiendo esos pensamientos de su mente, Axiz decidió disfrutar de la expresión en el rostro de su amiga al ver su delicioso obsequio.

"Wow… ¿Dices que es una receta de Inazuma? Ciertamente abre mi interés… ¿Tiene un sabor diferente?" Preguntó Yanfei, abriendo el contenedor que contenía el pequeño pastel de color salmón. Estaba decorado con los mismos colores que su atuendo habitual, lo cual era un detalle halagador en su opinión. Antes que sus pensamientos corrieran en una dirección extraña de nuevo, puso su atención en Axiz, quien sacó un par de vasos y una botella con lo que parecía ser leche. "Veo que viniste preparado." Comentó con una sonrisa.

"Habría sido vergonzoso olvidarme de las bebidas luego de llegar aquí, así que me aseguré de guardarla antes que todo lo demás. ¡Es leche de soja!" Axiz levantó la botella de leche como si fuera un trofeo del cual presumir.

"¿Oh? Si mal no recuerdo, este año la soja no se incluyó en la rotación de cultivos… En este tiempo solo sus derivados, como el tofu están disponibles ¿No es así? Acaso…" Yanfei estaba teniendo dificultades para no leer entre líneas inconscientemente.

Sin embargo, su tren de pensamiento no estaba del todo equivocado esta vez. "No fue muy difícil conseguir soja en Sumeru. Solo tomó un pequeño viaje a la Villa Gandharva y pude abastecerme de las semillas necesarias para hacer tanto la leche con la que horneé en pastel como la que tomaremos." La falta de modestia en la voz de Axiz habría llamado la atención de Yanfei, provocándole al chico una lección acerca de la humildad, tal como su abuela solía remarcarle cuando aún era una niña en crecimiento. Sin embargo, dejó de lado esos detalles en favor del indescriptible sentimiento de felicidad surgiendo dentro de ella ante el esfuerzo realizado por el chico.

"Tu… ¿Esto no fue costoso para ti? No debiste molestarte en hacer todo eso…" Sus palabras no tenían fuerza u oposición detrás de ellas.

"De ninguna manera. Es solo mi forma de agradecerte por todo este tiempo en que has estado ahí para mí. También te debo mucho, ¿Sabes? ¡Y que mejor excusa que tú cumpleaños para regresarte un poco el favor! Ahora sopla la vela, tienes que pedir un deseo." Le respondió Axiz, señalando una vela en el pastel que ella no había notado que había puesto.

"Ah, por supuesto…" No se requirió de mucho para hacer que la pequeña llama se apagara. Apenas un ligero soplo y la atmósfera fría hizo el resto.

"Eso está mejor. Ahora, ¿Qué te parece si comenzamos a comer?"


Durante la siguiente media hora, ambos Axiz y Yanfei hablaron acerca de temas al azar mientras comían el pastel casero. En un momento específico, Yanfei intentó dirigir la conversación hacia un debate acerca de las normas y regulaciones agrícolas y su decremento en eficiencia en los últimos meses. 'O algo así. Definitivamente no habrá ninguna discusión política hoy' Axiz, por su parte, desvió el tema de vuelta hacia el cumpleaños de Yanfei.

Cosa que la hizo recordar un tema importante.

"¡Oh, ahora que lo recuerdo! Tengo algunas cartas que me fueron enviadas por mi cumpleaños durante el día. Deberían estar por aquí…" Dijo Yanfei, buscando en su mochila por dichas cartas.

"Una lástima que nadie más haya podido unírsenos. Todos parecen estar más ocupados que nunca estas semanas. Incluso tuve que rentar tus servicios durante 24 horas para traerte hasta aquí. ¿Qué hay con eso?"

"Oye, no puedo simplemente escaparme del trabajo, ¿Sabes? Que la Oficina de Asesoría tenga mi nombre no significa que pueda hacer lo que quiera… Todo el tiempo." Yanfei desvió la mirada. "Aunque, si. Es una pena que nadie más haya podido venir…"

Incluso cuando sus palabras no contenían mentira alguna, ambos sabían en lo profundo de sí mismos que no les molestaba en lo absoluto que ese haya sido el caso.

"Veamos… Aquí, esta carta es de Ganyu." Yanfei abrió un sobre elegante y con letra cursiva que tenía escrito el nombre de Ganyu, y tomó la carta en su interior, para leerla. Axiz tomó asiento junto a ella para leerla también.

Yanfei giró sus ojos, pero lo dejó ser.

Axiz sonrió levemente mientras leía la carta. Por lo que había visto hasta el momento, la relación entre Ganyu y Yanfei era similar en naturaleza a la de una tía y su sobrina. Nadie le había confirmado nada aún, pero Axiz estaba seguro de que la secretaria de las Siete Estrellas tenía linaje adéptico, y que sus así llamados 'ornamentos' de su cabeza eran en realidad sus cuernos, viendo el secretismo con el que se refería a ellos y su firme negación a que alguien los tocara.

Ah, eso y que la mujer estaba en los registros públicos de Liyue desde hace varios siglos. Era extraño ver esa situación desde la perspectiva que fuese.

La carta estaba elegantemente escrita, con una caligrafía semejante a la letra cursiva a la que él estaba acostumbrado de su propio mundo, y su mensaje denotaba un gran afecto, felicitando con cariño a la asesora legal usando un lenguaje formal, pero sin perder la cercanía con la que ella la veía.

"Ella es realmente dulce."

"Te rechazará si intentas conquistarla."

"… No estaba pensando en ello."

La siguiente carta fue de Eula, una amiga de Yanfei proveniente de Mondstadt.

Axiz recordó vagamente el haber escuchado de ella por primera vez de parte de Yanfei, acerca de cómo venía de una familia aristócrata que perdió su renombre debido a razones políticas de la Mondstadt antigua, o algo por el estilo.

La primera vez que tuvo la oportunidad de conocer a Eula en persona, Axiz no pudo evitar encontrar molesto el desvarío constante de la chica de cabello celeste acerca de una tal venganza que cometería.

Agregándole el hecho de que a la caballera tampoco parecía gustarle mucho su actitud parcialmente sarcástica, sobraba decir que los dos no hacían el mejor par para estar en una misma habitación juntos.

Aunque, tenía que admitir, ella era una muy buena persona en el fondo, debajo de toda esa fachada arrogante. La mayor prueba de ello fue lo que hizo por Yanfei.

Y hablando de eso.

'Pareciera que fue el día de ayer cuando te entrometiste en los asuntos de la Orden del Abismo sin plan alguno y tuve que liderar a la mitad de mi escuadrón para resolverlo-'

Repentinamente, la carta desapareció de la vista de Axiz. Yanfei la había escondido bajo su abrigo rojo oscuro, con la intención de no dejar a Axiz seguir leyéndola.

"C, Creo que no necesitas leer esta carta junto a mí." Dijo ella, ligeramente avergonzada por haber permitido que Axiz leyera acerca de un momento vergonzoso para ella.

"¡Protesto!" Axiz bromeó, usando el mismo tono de voz que ella acostumbraba usar durante los juicios a los que atendía. "No dijiste nada en contra cuando te acompañé a leer la carta de Ganyu."

"Eso y esto son diferentes." Yanfei declaró con finalidad, aún con un ligero rubor en sus mejillas. En la opinión de Axiz, hacía un bonito contraste con la palidez natural de su rostro.

Axiz se movió con resignación a un lado, y aprovechó para tomar de su mochila una caja grande de madera. Acercó la pequeña mesa de la habitación y puso un par de cartas sobre ella.

El juego de cartas de 'Invocación de los Sabios' había sido un extrañamente adictivo pasatiempo en su tiempo en Teyvat. Era posiblemente lo más acercado a un videojuego que encontró, y no duró mucho tiempo antes que le presentara el juego a Yanfei. No tenía muchas esperanzas de que la abogada encontrara un interés similar al suyo en el juego, pero rápidamente vio lo equivocado que estaba luego de perder contra ella tres veces seguidas… En su primera vez jugando al juego.

De alguna manera, el talento que Yanfei poseía para la memorización de las leyes, podía ser utilizado para memorizar las reglas del juego, y utilizarlas a su favor. Su forma favorita de jugar era, como era de esperar, con un mazo enfocado alrededor de su propia carta.

Axiz aún recordaba con gracia cuán sorprendida estaba la mitad-adeptus cuando vio una carta con su imagen por primera vez. Según aprendió, la Asociación de Jugadores de Invocación de los Sabios, proveniente desde Sumeru, aceptaba peticiones para crear cartas con base en personajes famosos de las Siete Naciones. Si su memoria no fallaba, para las cartas de personaje uno de los requisitos era tener una visión o algún tipo de manera de atacar elementalmente, ya que, bueno, el juego funcionaba basándose en eso.

'Supongo que no tendré mi carta aún…' Pensó ociosamente.

'Hablando de Sumeru', Axiz tenía planeado visitar el lugar alguna vez. Escuchó hace pocos días que un invento llamado Akasha funcionaba como lo que él conocía como 'la nube' y eso le interesaba inmensamente. ¿Podría esta civilización del Medioevo finalmente haber dado el salto hacia la tecnología de su tiempo? Si ese llegara a ser el caso, el sería el primero en conseguir alguna de esas novedades.

"¿Hm? ¿Quieres jugar una partida de Invocación de los Sabios?" Yanfei levantó la mirada hacia la mesa, a su lado al menos 5 cartas abiertas y probablemente ya leídas.

"Si, pensé que podríamos matar un poco el tiempo antes del evento principal del día." Axiz respondió.

"Axiz, son las dos de la madrugada."

"…" Axiz continuó ordenando sus cartas, ignorando deliberadamente sus palabras.

"Aunque, es cierto… aún no me dices por qué estamos sobre esta condenada montaña." Ella hizo un puchero, moviéndose hacia su mochila y sacando su propia caja Arcana, para después poner su propio set de cartas en el lado opuesto de la mesa.

"No te preocupes, lo sabrás eventualmente… Estoy seguro de que valdrá la pena." Le aseguró el chico.


El juego se alargó varias rondas. De alguna forma Yanfei consiguió todas las cartas correctas para generar un daño considerable en cada jugada, y la única razón por la que Axiz no había perdido aún era porque eligió un mazo súper-curativo. Y porque los movimientos de la chica eran bastante predecibles.

Demasiado predecibles, en realidad. A este punto Axiz se había acostumbrado a sus jugadas claves, cosa que en ese momento le era de mucha utilidad.

"[Trato cerrado, que junto a [Sable de lluvia] quita 7 puntos de vida a tu Kokomi, de nuevo." Resopló la mitad adeptus, visiblemente fastidiada por la estrategia de alargamiento que estaba realizando.

"Bueno, le daré a Kokomi [Rollitos de carne y menta, y [Bandana del Aventure-"

"¡Oh vamos!" Yanfei exclamó, haciendo una mueca hacia el tablero del lado de Axiz como si la hubiera ofendido personalmente.

"…ro, bajando el número de dados requeridos por Ataque Normal en uno y dando un punto de vida por Ata- en fin, ya conoces los efectos." Axiz, por su parte, estaba deleitándose en finalmente poder vencer a Yanfei, incluso si era con una baraja cuya mitad de la estrategia era comprar tiempo. "Ahora, ¡Mi ataque final! Un ataque normal de Kokomi." Axiz no dijo más.

Yanfei miró al tablero por un momento, analizando el daño que causaría un ataque normal con los efectos positivos con los que contaba la carta de Axiz. Su expresión cambió de una molestia neutral a una incredulidad. "No…" Miró a Axiz de nuevo.

"No creíste que dejé ir a Bennett tan fácilmente, ¿Verdad? En total son 7 puntos de daño a Yanfei y, ¡Oh vaya! Murió." Axiz terminó con inexpresividad. Esa pícara sonrisa no dejó su rostro, son embargo.

"Uhh…" Yanfei lamentó enfurruñada, aunque concedió su derrota inminente, habiendo perdido a la carta central de su baraja.

Aún así, no se dio por vencida y peleó hasta el final, casi dándole la vuelta a la partida. Después de terminar ese único juego que mínimo duró media hora, comenzaron a sentirse somnolientos. La primera en hacerlo notar fue Yanfei.

"Hey… Entonces, ¿Para que me trajiste aquí de nuevo?" Yanfei preguntó, acostada en la cama improvisada. Estaba cubierta con la mayoría de sábanas disponibles. Lo único que se podía ver de ella era la parte superior de su rostro, lo que es decir, sus ojos, su cabello y sus cuernos. A vista de Axiz parecía una pequeña liebre cubriéndose del frío. Cosa que, honestamente, no estaba muy lejos de la realidad. "¿No será que…?" Yanfei su voz se fue apagando lentamente, y se cubrió aún más con las cobijas.

"Hm, como si unas cobijas fueran a salvarte." Axiz, sentado un poco más alejado y cerca de la entrada de la tienda, decidió seguirle un poco el juego a sus desvaríos. No tenía tanto cubriéndolo del frío como su amiga adéptica, pero apreciaba el sentimiento que el viento helado le daba. La sensación de cosquilleo en su espalda era un buen recordatorio de cuán real era este mundo fantástico con el cual había tropezado.

"¡¿Ah?! ¡Entonces es cierto!" La cabeza de Yanfei prácticamente saltó de las cobijas para mirar a Axiz con un ligero tinte de aprehensión y un rostro enrojecido.

"Tranquilízate, chica, era una broma." Él se rio entre dientes, tomando un sorbo de algo de leche de soja que quedó de su cena. "A decir verdad, puede que hayamos venido un poco temprano. Aún son las 3 de la madrugada. Quizá quieras tomar una siesta, ya que estaremos aquí solo un par de horas más."

"¿En serio? Bueno, no es que me moleste o algo…" Dijo ella.

Yanfei pensó en el chico al otro lado de la tienda de campaña. No era una exageración decir que ella se había encariñado con el chico. La primera vez que lo conoció, le pareció curioso como alguien tan ignorante acerca de las normas de Liyue pudiera haber llegado por su cuenta hasta la adultez sin problema alguno.

Bueno, no necesariamente sin problema alguno, considerando su condición de "Amnesia". Una persona común no se daría cuenta, pero Yanfei estaba enterada que la Amnesia era una mentira. Después de todo, la falta de preguntas de parte de Axiz ante la información que se le daba no era característica de alguien que no recordaba nada. Lo más parecido a su caso podría ser la Agnosia, pero incluso eso era una exageración.

El chico ocultaba algo, si, y al principio Yanfei sospechaba que Axiz era alguien con un trasfondo más del lado… ilegal de la ley. Alguien que quería comenzar de nuevo en una hoja en blanco. Sin embargo, esa noción también fue eliminada con el tiempo. Su amigo 'amnésico' nunca mostraba algún signo de haber hecho algo malo en el pasado, ni se mostraba atormentado por acciones pasadas, como la mayoría de personas reformándose haría. Esto sumado a su personalidad agradable disiparon las dudas de que algo oscuro estuviera tras la insistencia del chico en no hablar acerca de sí mismo y de su vida personal. Ahora Yanfei lo encontraba curioso, más que sospechoso, y estaba segura de que si algún día Axiz tenía la intención de revelar más de sí mismo, ella sería una de las primeras personas en saber de ello.

'Después de todo, yo…' Yanfei, a través de su sopor, comenzó a procesar su línea de pensamiento y se corrigió a sí misma. '¡No, no! ¿Qué estoy pensando? Es demasiado pronto para llegar a una conclusión así, ¿cierto? Ni siquiera sé si él… Ugh, ahora solo estoy divagando...'

Luego de unos cuántos minutos más rodando entre las cobijas, Yanfei finalmente cayó dormida. Axiz miró con una sonrisa cómo el gran bulto en las cobijas dejó de retorcerse, y unos pequeños ronquidos se hicieron presentes en la tranquilidad de la tienda de campaña.

Era necesario que alguien se mantuviera despierto para asegurarse de que nada ni nadie intrusase en la tienda, por lo que él decidió hacer un poco de vigilia. Mientras tanto, decidió revisar en su mochila, tomando varios objetos de ésta, asegurándose de que no faltara nada. Sus brazos estaban temblando ligeramente, y Axiz no se atrevía a descubrir si era por el frío o por sus nervios…


"Yanfei…" Dijo él, ambas manos sosteniendo las suyas con un fervor que le ocasionaba calor en el pecho. No había nada a su alrededor, solo ellos dos en un mundo de infinito blanco. Era perfecto…

Lo escuchó decir algo, pero no logró comprender sus palabras. Eso no servirá.

Ella se acercó más, su punto de presionar su cuerpos juntos. Cualquier excusa necesaria para estar más cerca de él era bienvenida. 'Dilo de nuevo, por favor…' Rogó ella, anhelando escuchar sus palabras. Su voz una vez más conmovió lo más profundo de su cuerpo. "Fei…" Casi podía escucharlo, casi…

"¡¿Ah?!" Yanfei fue sacudida bruscamente de su sueño hacia la realidad, y al abrir sus ojos, lo primero que vio fueron esos ojos cristalinos con los que soñó hace un momento. "¿A, Axiz…?" Preguntó, frotando literalmente sus ojos.

"¿Estás bien? Estabas comenzando a quejarte mientras dormías. Incluso parecía que te faltaba el aire… ¿No te habrás enfermado, cierto? No era mi intención hacerte enfermar trayéndote aquí…" Parecía comenzar a arrepentirse de su decisión de venir a este lugar, pero…

A pesar de que no le sentaba bien dejar que pensara en eso, definitivamente no podía decirle que lo que él vio no fue por causa de un resfrío, sino…

"¡E, estoy bien! Estoy bien. Solo estaba un poco, uhh… cansada. Se me pasará en un minuto, no te preocupes, jajaja." Una actuación pobre, pero fue suficiente para calmarlo, aunque sea un poco.

"Si tú dices que aún puedes, está bien. Pero avísame si comienzas a sentirte peor, ¿De acuerdo?"

Ella solo asintió.

"Dicho eso, ya está por salir el Sol. Deberíamos partir de una vez." Axiz se levantó y se puso su suéter antes de salir de la tienda de campaña. "Tómate tu tiempo." Escuchó Yanfei su voz venir desde afuera.

Luego de un minuto arreglando su ropa y poniéndose su chamarra, gorro y bufanda, Yanfei salió de la tienda también, exhalando una bocanada de aire, que en la feria atmósfera parecía una pequeña nube saliendo de su boca. "¿A dónde vamos ahora? Apenas puedo ver algo en este lugar." Preguntó ella.

Axiz sacó de su mochila un pequeño artefacto que produjo luz una vez se presionó un botón en él. Huh, debe de ser tecnología Fontina. "Seguiremos… ese camino." Apuntó Axiz con la luz de su artefacto a una serie de estacas en la nieve que iban a algún lugar. "Sígueme de cerca, no queremos que te pierdas en este lugar, ¿Cierto?" Rió el.

Por un momento pensó en reprochar su comentario, pero en su lugar decidió tomar su mano. "Está bien entonces." Cruzó su brazo con el de él mientras actuaba con indiferencia.

Y al parecer funcionó, viendo como el chico se mantuvo callado y solo comenzó a caminar. Aunque en realidad ella no pudo comprobar el efecto de su movimiento. Si le viera el rostro, el también podría ver lo rojo que estaba su propio rostro.

Caminaron varios minutos cuesta arriba en la montaña. En algunas partes subieron un par de escaleras que parecían creadas recientemente con madera. Yanfei no estaba segura si había sido obra del mismo Axiz, sin embargo.

Luego de llegar al pico más alto que pudieron alcanzar, Yanfei no pudo evitar sentirse curiosa. ¿Qué le quería mostrar Axiz?

"Okay, ésta es la parte difícil del camino. Afortunadamente, también es la última." Dijo Axiz, haciendo estiramientos con sus brazos. Caminó hacia el frente, donde un monumento elemental del elemento Anemo yacía solitario, rodeado de un trío de antorchas encendidas.

"¿A qué te refieres? Vamos a bajar hacia algún lugar desde aquí?" Yanfei pensó en la posibilidad de que Axiz quisiera saltar con su planeador desde esa altura. Ciertamente es algo que un chico haría. Pero ella no había llevado su planeador con ella, y él sabía eso; por lo tanto, esa opción quedaba descartada. Entonces-

"Te equivocas, Yan. No vamos a bajar." El la miró con una media sonrisa. En su mano había un pequeña botella transparente con extremos dorados, y en su interior había un brillo de color turquesa, el color insignia del elemento Anemo.

"¿Qué es eso…? Espera, si no bajaremos, entonces ¿Qué…-" Sus palabras fueron cortadas por Axiz, quien abriendo la botella frente al monumento, dejó salir una repentina corriente de viento ascendente. Era tan fuerte que si hubiera llevado puesto su sombrero habitual, habría salido volando. Cosa que en aquella montaña habría sido fatal.

Axiz sostuvo a Yanfei en sus brazos sin previo aviso, seguido de lo cual desplegó el planeador que aparentemente llevaba en su espalda desde hace un tiempo y saltó sobre la corriente.

Yanfei definitivamente no gritó en todo ese proceso.

El vuelo duró solo un par de segundos, antes de que ambos aterrizaran en… ¿Un pedazo de pilar flotante? "¿Qué es esto…? ¡¿Cómo es posible?!" La reacción de Yanfei fue rápida.

"Tranquila, tranquila, todo está bajo control, ¿Sabes? No te caerás de aquí. Y si lo haces tendré tiempo suficiente para atraparte, la caída es bastante larga después de todo." Axiz comentó riendo ligeramente.

"¡Eso no ayuda!" Yanfei exclamó conmocionada mientras se sujetaba a la ropa de Axiz. ¿Qué le pasaba la cabeza a este chico? Y más importante… ¿Cómo estaba el trozo de pilar bajo ellos suspendido en el aire?

"No, pero será mejor que lo haga pronto, porque aún no acabamos. Ahí está nuestro destino." Apuntó Axiz hacia adelante. Yanfei siguió con la mirada hacia donde estaba señalando, y no pudo evitar dejar salir su aliento, estupefacta.

Un enorme pilar plateado con bordes dorados se alzaba sobre ellos en el aire, debajo de la capa de plata reposaba una especie de roca de color azul billante, y el frío que emanaba era imponente, casi congelante. Luego de admirar la belleza de dicha construcción, Yanfei procesó las palabras que Axiz acababa de decir. "¿Subiremos… allí?" Preguntó.

Axiz se limitó a sonreír y comenzar a caminar hacia el frente, al borde del trozo de pilar en el que estaban parados. Soltó a Yanfei sin preocupación, ya que ambos estaban de pie para ese momento, y aun así, no era como si Yanfei lo fuese a soltar a él, sin tener un planeador propio.

Y de Rex Lapis sabe dónde, Axiz sacó un objeto cilíndrico de color cúprico, el cual una vez más parecía tecnología fontina de la cual, honestamente, Yanfei no lograría comprender la función a primera vista. "Turbina eólica." Respondió Axiz a sus pensamientos. "Importada de Fontaine. La pedí poco después de obtener mi licencia de vuelo en Mondstadt, pero… bueno, me llegó hace apenas unos días. Ya sabes, leyes Fontinas y todo eso." Axiz encendió el pequeño dispositivo y, una vez más, tomó a Yanfei en sus brazos, extendió su pleneador y se lanzó al aire.

Sorprendentemente para Yanfei, ese pequeña turbina fue suficiente para impulsarlos una vez más en el aire. Arriba, arriba, y aún más arriba, hasta llegar más arriba del pilar. Y ahí…

Yanfei sintió como todo el frío se desvaneció inmediatamente de su cuerpo. La envolvió una templanza similar a beber un poco de leche caliente en una noche de invierno, arropada con cobijas en su cama.

A los pocos segundos, Axiz aterrizó sobre la cima del pilar. Ahí arriba, la vista era magnífica. Hacia el norte podía ver la ciudad- no, la región de Mondstadt. Mirando un poco más a la izquierda, se encontraba la posada Wangshu. Yanfei se preguntó por un momento cómo estaría su compañero adeptus y Yaksha. ¿Podría verla desde aquí…?

'Por supuesto que no.' Pensó con gracia Yanfei antes de dirigir su mirada más al horizonte. Apenas podía vislumbrar una torre a lo lejos. ¿Será eso Fontaine, o Sumeru? Había una niebla que no la dejaba distinguir muy bien de tan lejos, pero aun así era una vista impresionante.

Miró más a la izquierda- oh, ahí está Sumeru.

Aún más a la izquierda, logró ver la Cámara de Jade merodeando sobre los cielos de Liyue. Se sentía como si pudiera tocarla…

"Oop, cuidado ahí." Avisó Axiz, agarrándola por su abrigo, evitando que siguiera avanzando.

"O-Oh, cierto. Gracias." Yanfei volvió en sí, avergonzada por casi caer por cuenta propia al vacío.

Axiz se sentó en el suelo del pilar, invitando a que Yanfei hiciera lo mismo. Luego de eso, simplemente miraron hacia la distancia. Con las piernas danzando al borde del pilar y el amanecer a sus espaldas, ambos comieron un pequeño aperitivo con forma de tofu frito mientras charlaban de cosas sin importancia.


"Hmm… ¿Crees que sea hora de bajar de aquí?" Preguntó Axiz.

"No lo sé." Respondió Yanfei con los ojos cerrados, acostada sobre el pilar. El Sol aún estaba recién salido, por lo que no había ningún problema con el calor de sus rayos, y en ese momento ya sólo se encontraban disfrutando de la compañía del otro.

Yanfei deseaba que aquel momento durara aunque sea un poco más, pero también sabía que en algún momento debían de bajar. Aun así, parecía algo vacío terminar este pequeño evento de cumpleaños de esa forma…

Luego de pensarlo unos segundos, finalmente tomó su decisión. "Oh, ¿Ya nos tomamos una fotografía? Sería una pena no haberlo hecho luego de tomarte tantos problemas para traernos aquí." Opinó ella.

"Buena idea. Déjame ver si tengo la cámara por aquí… Aquí está." Preguntó Axiz.

"¿La cámara?" Devolvió Yanfei. "¿Te refieres al Daguerrotipo?" Preguntó confundida.

"…Sí." Axiz tosió para cambiar rápidamente de tema. "¿Cómo la tomamos?" Puso el Daguerrotipo en un trípode en un costado del pilar, implorándole a todo lo que es bueno que no llegara un viento repentino y se lo llevara volando. La lente del Daguerrotipo estaba apuntando a ellos, por supuesto. Ambos se pusieron de pie para tomarse la foto. Axiz ajustó el temporizador a cinco segundos y volvió a su posición. "Rápido, tenemos solo un momento."

El Daguerrotipo emitió un pequeño silbido, seguido de otros, indicando una cuenta regresiva. Tres, dos, uno…

"!¿…?!" Axiz sintió un par de brazos abalanzarse sobre él, obligándolo a cambiar su postura hacia Yanfei para impedir el caerse del pilar del frío celestial. Apenas tuvo un momento para girar su rostro hacia ella antes de sentirla presionar su rostro contra el suyo.

Consecuentemente, sus labios siguieron esta moción.

¡Click!


"¿Cómo te fue en tú cumpleaños, Yanfei? ¿Hiciste algún nuevo recuerdo con tus amigos?" Preguintó Madam Ping a su compañera adeptus, a quien trataba como una nieta y alumna desde hace ya bastantes años, luego de que los padres de la ya no tan pequeña chica decidieran emprender un viaje.

En tardes como aquella solía disfrutar de una relajada sesión de observar los lirios de cristal crecer. Ésta temporada había un número significativamente mayor de lirios creciendo. 'Que inusual…'

"¿Yanfei?" Preguntó una pequeña voz a sus espaldas. "Maestra, creo que Yanfei se está sintiendo mal." Habló Yaoyao con un tono ligeramente preocupado.

Ping se dio la vuelta para ver a su discípula mayor, solo para encontrar a una Yanfei con la mirada perdida en… Un trozo de papel. Parecía ser una de esas imágenes tomadas por… ¿Cómo llaman los jóvenes a esos artilugios? ¿Daguerrotipos? Sí, uno de esos. Su rostro estaba ruborizado y Ping podía sentir como sus latidos estaban un poco por encima de la velocidad normal. "¿Qué es eso en tus manos, Yanfei?" Preguntó, sin ánimo real de conocer la respuesta tanto como de escuchar la reacción de la asesora legal.

"¡¿U, um?! ¡Nada, no es nada! Solo… Un nuevo recuerdo. Eso es lo que es." Yanfei sonrió para sí misma mientras guardaba la imagen, poniéndola en medio de su código legal como si de un separador de páginas se tratase.

Madam Ping no necesitó más para entender la situación. Leer a sus discípulas era una tarea fácil, con los siglos de experiencia en sus hombros. Ping se limitó a volver a mirar sus lirios con una sonrisa satisfecha, dejando a sus espaldas una aún confundida Yaoyao y una tímida Yanfei.

"Al parecer, no sólo los lirios están floreciendo esta temporada…" Ping rio levemente con su propio comentario, al parecer entendiendo algo que las dos chicas detrás de ella no.