Disclaimer: los personajes usados para este fic son propiedad de J.K. Rowling.
Este fic participa en el reto "Se busca headcanon" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Mi personaje headcanon es: Megan Jones.
EXPRESO DE HOGWARTS
Megan había tenido una infancia normal, su padre Marcus era un mago y su madre, Mildred, una muggle.
Su madre había tardado mucho en poder comprender las cualidades mágicas de su padre cuando éste se lo había contado, pero al final, le amaba y aunque le resultara muy raro cuando Marcus hacía alguna que otra tarea de la casa con magia, era realmente útil. Aunque Megan tenía la sensación de que sólo lo asumió definitivamente cuando ella también resultó ser una bruja.
Como ambos eran de diferentes mundos ella sabía de ambos, era de ambos y estaba muy orgullosa de poder defenderse y vivir en los dos, ya que de diferente manera, los dos eran fascinantes para ella.
Por eso cuando llegó el primer día de septiembre y con él, su partida a Hogwarts, estaba entusiasmada y a la vez un poco nerviosa, por todo lo que iba a cambiar su vida de ese día en adelante.
Su padre le había contado todo sobre Hogwarts y sus casas y sus cualidades, pero aun así, quería verlo por sí misma, vivirlo ella para poder sentir la misma emoción que veía en su padre cada vez que hablaba de su colegio. Por ello se subió con decisión al Expreso de Hogwarts y se dispuso a encontrar un vagón para el viaje.
No estuvo sola durante mucho tiempo, ya que dos chicas entraron corriendo.
—¿Podemos sentarnos aquí? Es que está todo lleno.
—Sí, ¡claro!, soy Megan.
—Yo soy Hannah y ella Susan, vamos a entrar este año a Hogwarts, ¿y tú?
—¡Yo también! ¡Qué coincidencia!
Se pasaron hablando todo el viaje, de sus familias, de sus amigos, ellas se habían conocido durante mucho tiempo ya que sus madres habían sido amigas durante toda su vida, por lo que habían pasado mucho tiempo juntas mientras crecían.
Cuando llegó la hora de bajar del tren para ir al colegio, Megan no estaba nerviosa, el viaje la había tranquilizado y le había dejado la sensación de pertenencia a ese mundo tan fascinante, de que aunque también fuese mitad muggle, era el mundo mágico, donde pertenecería siempre. Y su decisión se hizo más fuerte al ver el castillo, al ver el Gran Comedor y sobre todo, cuando un ajado sombrero la envió a la casa Hufflepuff, la misma que sus nuevas amigas y que su padre.
