Disclaimer: los personajes usados para este fic son propiedad de J.K. Rowling.
Este fic participa en el reto "Se busca headcanon" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Mi personaje headcanon es: Reginald Cattermole.
VENGANZA
Reginald volvió un día de su trabajo, estaba cansado y lo único que quería era besar a su mujer y a su hijo Alfred. Él era el único que le quedaba en casa ya que Ellie ya había partido a Beauxbatons y Maisie ya había acabado y estaba viviendo con unos amigos compartiendo piso.
Cuando llegó, la escena que se encontró le recordó a algunas que no quería volver a ver otra vez, relacionadas con la guerra: su mujer, Mary, estaba llorando mientras abrazaba a Alfred con fuerza.
— ¡Mary¡ ¿Qué ha pasado?
—Reg… Maisie… nuestra hija…
— ¡Mary!
Ella solo atinó a darle dos pergaminos, los dos arrugados y mojados por las lágrimas de su familia, unas lágrimas que desde la guerra, no había vuelto a ver.
Desdobló la primera y vio la letra mecánica del Ministerio de Magia, pero lo raro no fue que fuera del Ministerio, sino que fuera del Ministerio inglés con su sello y el personal del jefe de Aurores Potter.
La iba a leer, pensando en que era más urgente, cuando al echarle un vistazo a la otra se encontró con la letra de Maisie.
Queridos papá y mamá,
Quería empezar la carta con un os quiero, porque es la verdad, os quiero tanto que por eso si quiera he pensado en hacerlo.
Os estaréis preguntando ¿en hacer el que?
Pues la respuesta es muy sencilla, en vengarme, en atentar contra el Ministerio inglés.
Lo he pensado mucho, en la época de la guerra, en los llantos de mamá, en las palabras de papá, en el miedo que pasamos en aquella época, en las penurias, en el hambre, en la vergüenza… y todo ello me ha llevado a este momento.
Puede que no estéis orgullosos de mí, o que lo estuvierais hasta este momento, pero era algo que tenía que hacer, algo que me corroía por dentro y que tenía que sacar de alguna manera.
Siento despedirme así de vosotros, de mi familia, pero no sé si sobreviviré a la empresa en la que estoy metida, así que por si acaso no lo logro, quería deciros que os quiero, que sois lo más importante para mí y que no hay nada que no haría por vosotros.
Darle a El un beso y un beso de mi parte y a Alfred otro igual o más fuerte.
Os quiere,
Maisie Cattermole
—No…
Reginald no podía creer lo que estaba leyendo, las palabras que estaban escritas en el pergamino que sostenía. ¡No tenían sentido!
Temblando y con miedo en su corazón, desdobló la segunda carta.
Estimado señor Cattermole,
Le escribo para comunicarle la muerte de su hija Maisie Cattermole. Las circunstancias han sido un tanto peculiares y me gustaría comentárselas en persona, por respeto a usted, a su familia y a lo que pasó durante la guerra, estaré esperándolo este lunes a las diez de la mañana.
Jefe de Aurores.
Harry James Potter.
— ¡No! No… No… No…
Reginald no podía pensar en nada más, en su pequeña Maisie, en lo que la había llevado a hacer lo que decía en su carta, en su muerte, en…
Sintió unos brazos rodearle y poco a poco se fue dejando caer al suelo, rodeado de su mujer y su hijo.
—Siento que nos tengamos que encontrar en estas circunstancias, señores Cattermole.
En verdad parecía que lo sentía, la cara del jefe de
aurores no escondía la tristeza que sentía el hombre, lo que reconfortó un poco
a Reginald.
— ¿Podemos ir al grano? Tenemos que avisar a la familia y conseguir los detalles del…
Reginald le pasó un brazo por los hombros a Mary cuando ésta empezó a llorar.
El jefe Potter le tendió un pañuelo con tristeza y empezó a hablar.
—El viernes pasado se aparecieron en el atrio varios chicos y chicas bastante jóvenes, estos iban vestidos con túnicas oscuras y los rostros tapados, nada más aparecerse empezaron a lanzar Avada Kedabra en contra de todas las personas que había allí. Desde la guerra y más desde que yo me incorporé al cuartel de aurores, se han desarrollado ciertas barreras y contra maleficios para salvaguardar las vidas de la gente extraña a el Ministerio, todo conectado con sus pases de trabajador, estos hechizos tuvieron efecto y las maldiciones rebotaron, yendo de nuevo a sus dueños, pudimos salvar a 4 de los 6 que se aparecieron, lamentablemente, su hija, Maisie no era una de ellos.
—Los demás…
—Están encerrados a la espera de juicio. Estas personas son un grupo de jóvenes con rencor hacia el Ministerio, hacia sus políticas y a cómo se manejó todo después de la guerra. Conozco su historia, señor Cattermole, por circunstancias que no vienen al caso, es por ello que les estoy explicando todo con detalle y por lo que no los estoy interrogando a ustedes por si sabían algo de lo que ha pasado o de los futuros planes, pero todo esto es muy sorprendente en estos tiempos, gente tan joven resentida por lo que pasó en una época en la que incluso ellos no estaban presentes…
Su cara era de pesar, de impotencia, lo mismo que sentía Reginald al pensar en toda la situación.
—Muchas gracias por toda la deferencia que está teniendo con nosotros, señor Potter, se por qué lo hace y lo apreciamos, pero creo que es hora de que nos vayamos.
Sin decir nada más, empujo suavemente a Mary y la sacó de la oficina y de Inglaterra, definitivamente ya no tenían ningún vínculo con el país en el que habían nacido, se lo había arrebatado todo.
Decirle todo a sus hijos casi los mató, las circunstancias de su muerte, por qué ella había hecho lo que hizo, sus emociones, sus sentimientos… fue una tarde de lágrimas por lo perdido, de lágrimas por lo que ya no iban a recuperar.
Con el tiempo se recuperarían, dejarían de tener el corazón roto por Maisie, pero hasta que ese tiempo llegara, todos los días eran difíciles y todos los días las lágrimas eran demasiadas para contarlas.
Nunca se olvidarían de su niña, de su sonriente y feliz Maisie que les hacía tartas en sus cumpleaños o jugaban con sus hermanos a ridículos juegos solo para verlos sonreír, nunca.
