La historia pertenece a Sablesilverrain en AO3. Los personajes son de JK (excepto Ruby). La traducción es mía.
*.*.*
El libro
—Así que tu Omega parece tener un fin mucho más racional que el de la última vez. ¿Qué cambió? —preguntó Fudge.
Lucius sonrió. ¡Aquí estaba su oportunidad!
—Bueno, antes estaba loco, para ser justos con él. Ahora entiende que hay ciertas líneas que no puedes cruzar.
Fudge asintió.
—Y ese es un descubrimiento muy importante para un líder.
—En efecto. Ha decidido que la integración en nuestro mundo para los niños nacidos de muggles se puede lograr mejor mediante una especie de programa de crianza, en el que los nacidos de muggles se colocan en hogares mágicos a una edad temprana y crecen familiarizándose con nuestra cultura y nuestras leyes. Es una buena opción para evitar que los nacidos de muggles erosionen nuestros caminos como lo han hecho últimamente. Su cultura ha cambiado mucho, mientras que la nuestra ha conservado la pureza de propósito y las tradiciones que nos hacen quienes somos. No hay razón para dejar que eso suceda más. Los jóvenes necesitan aprender a asimilar, en lugar de tratar de cambiarnos para adaptarnos a ellos —concluyó Lucius.
Fudge sonrió.
—Muy aceptable —coincidió—. Mi subsecretaria principal, Dolores, es una supremacista sangre pura, lo que es la única marca en su historial. De lo contrario, es experta en su trabajo y me ayuda mucho cuando se trata de hablar en público. Ella revisa mis notas del discurso y demás —informó—; no pasaría una semana sin ella. Pero tiene una cruz que cargar cuando se trata de nacidos de muggles —lloriqueó.
Lucius negó con falso pesar.
—Eso es ciertamente una lástima. Por cierto, ¿cómo se entera de los nuevos nacidos de muggles? Siempre he tenido curiosidad.
Fudge se rió entre dientes.
—Lo creas o no, nos informa Hogwarts —aseguró—. El director o directora guarda un libro autoactualizable que enumera a todos los niños de nuestra jurisdicción que muestran magia accidental. Escriben las listas e invitaciones para los niños, y luego, cuando los niños son llevados por sus útiles escolares, se nos informa de su dirección para que podamos hacer un seguimiento de cualquier magia utilizada en la residencia. Es un sistema que funciona bien para todos los involucrados.
Lucius tarareó.
—Ciertamente lo parece. ¿Alguna vez estarías dispuesto a probar la idea de mi compañero para ver si funciona mejor? Él realmente cree que es mejor —le dijo a Fudge.
Fudge frunció el ceño.
—Quizás, pero en realidad, es mejor así por ahora. No tiene sentido alterar el status quo —dijo pragmáticamente.
—Supongo que no. —Lucius asintió suavemente.
Por un lado, esto significaría que Severus era el que tenía acceso al libro; por otro, significaba que se le asignaría una tarea diferente, tal vez una que se sintiera menos dispuesto a hacer.
Sin embargo, no podía decir que no, ya que Tom se estaba volviendo cada vez más… persuasivo con sus castigos cuando Lucius mostraba reticencia, y Lucius había aprendido que cuando uno enoja al principal proveedor de su deporte de cama, las bolas tienden a ponerse terriblemente azules.
Y eso nunca era divertido.
*.*.*
Lucius terminó de revisar la mansión y gruñó cuando no encontró a su Omega por ningún lado. Rehizo su camino hasta la suite de Narcissa y comenzó a golpear la puerta.
Después de unas pocas docenas de golpes, Narcissa abrió la puerta, con una expresión de total molestia en su rostro.
—¿Qué, Lucius? Más vale que sea importante —chasqueó.
Lucius parpadeó sorprendido. Se había quitado la mitad de su maquillaje, y claramente había estado a punto de volver a aplicarlo y cambiarse de ropa.
—¿Te desnudas con mi Omega en tus habitaciones? —preguntó, olvidando el porqué que había estado buscando a su pareja a la luz de este nuevo desarrollo.
Narcissa resopló suavemente, lo que para ella fue el equivalente a poner los ojos en blanco y decirle «duh».
—No tienes porque preocuparte, incluso si lo estoy, difícilmente puedo violar a tu Omega, me temo que me falta una polla, y él tampoco podría darme ningún placer. Para eso tengo a Ivan. Tu Omega está comprando ahora mismo, por catálogo —aseguró—. Llegamos temprano a casa de Penny, así que decidió buscar unas bragas nuevas para ti. Tienes suerte de que el hombre sea tan tolerante contigo. No te malcriaría tanto como él —le dijo—. Lo enviaré. Sabes que no estás permitido en mis habitaciones —agregó, luego cerró la puerta en su cara.
Lucius se enfureció en silencio hasta que Tom abrió la puerta nuevamente; le sonrió mientras salía de las habitaciones y cerró la puerta detrás de él.
—Hola, Alpha —el hombre lo saludó, estirándose para darle un beso y luego enterró su rostro en el cuello de Lucius para olerlo. Se apartó y preguntó—: ¿para qué me querías?
Lucius agarró a Tom y le acarició el cuello a cambio, mordiendo la piel ligeramente.
—Descubrí cómo el Ministerio encuentra a los nacidos de muggles —reveló.
Tom sonrió.
—¿Lo hiciste? ¡Excelente trabajo! Vayamos a tu estudio, podemos discutir las cosas allí. —Abrió el camino hasta el estudio de Lucius y tomó la silla frente al escritorio del hombre.
Lucius se unió a él y tomó su asiento habitual, cruzando las manos y colocándolas sobre el escritorio.
—El Ministerio obtiene su información de Hogwarts. Tienen un libro de actualización automática que les da los nombres y direcciones de los nacidos de muggles tan pronto como muestran magia accidental —informó a Tom.
Tom se reclinó en la silla, con las manos cruzadas mientras se golpeaba los labios con la punta de los dedos índices, pensativo.
—Hmm —tarareó—. Supongo —dijo finalmente, dejando caer sus manos en su regazo—, que tendré que escribirle a Harry y pedirle a Severus que recupere o copie este libro por mí.
Lucius sonrió.
—¿Por qué molestarse en esperar? Puedo ir a sus habitaciones ahora mismo y pedirle que lo haga —ofreció.
Tom frunció los labios.
—¿Estás seguro de que eso es sabio? No queremos interrumpir nada —señaló—. Dudo que Severus o Harry aprecien eso.
Lucius resopló.
—Confía en mí, por el único que tenemos que preocuparnos es por Severus y siempre se puede negociar con él. Lo conozco bien —aseguró a Tom.
—Solo dale a Harry un amplio margen si tienes que lidiar con él. Es más fogoso de lo que deja ver. Ya ha dejado que se asome en sus tratos conmigo algunas veces —Tom advirtió a su compañero.
Lucius agitó una mano descuidadamente mientras se dirigía a la red flu.
—Estaré bien —dijo con indiferencia, tomando un puñado de polvo Flu y dirigiéndose a las habitaciones de Severus.
Salió para encontrar un fuego ardiendo alegremente, pero sin señales inmediatas de Severus o su delicioso y pequeño Omega. Luego escuchó una carcajada proveniente del dormitorio, seguida de un gruñido y algunos pasos arrastrados. Luego hubo un grito y más risitas.
La sonrisa de Lucius se amplió y se dirigió hacia la puerta abierta del dormitorio. Miró hacia adentro y vio a un Harry desnudo en la cama alejándose de la puerta mientras un Severus igualmente desnudo se arrastraba tras él. El hombre agarró a Harry por el pie, lo que hizo que Harry chillara de sorpresa, luego lo puso boca arriba y comenzó a arrastrarlo por los tobillos hacia sí mismo. Harry se reía tontamente hasta que vio a Lucius sobre el hombro de Severus y palideció, inmediatamente se puso serio y se cubrió.
Severus rápidamente se puso rígido y se dio la vuelta para ver qué había llamado la atención de su pareja. Vio a Lucius y un gruñido bajo comenzó en su garganta.
—Por supuesto, no se detengan por mí. Estaba disfrutando bastante del espectáculo. Tu Omega es adorable, Severus. Realmente deslumbrante —Lucius dijo a la ligera.
El cuerpo de Severus se puso rígido y rodó fuera de la cama, los ojos sangraban enrojecidos y los colmillos se alargaban.
Incluso Lucius no fue lo suficientemente estúpido como para perderse las señales de la furia alfa, y casi tropezó con sus propios pies tratando de retroceder más rápido de lo que Severus venía hacia él.
—¡Fuera de mis habitaciones! —Severus gruñó, señalando la chimenea—. ¡Si vuelves sin autorización previa, será la última cosa que harás! —gruñó, reprimiéndose de la violencia real con fuerza de voluntad y pensando que Harry no necesitaba ver ese lado más primitivo y violento de él. Era mejor si su pareja nunca veía ese lado, pero sabía que eventualmente sucedería.
Lucius salió de la red Flu en su estudio, pálido y tembloroso.
—Creo que deberías enviarle una carta a Harry. —Fue todo lo que le dijo a Tom antes de sentarse pesadamente.
Tom negó y suspiró.
—Estúpido Alfa —murmuró.
Lucius lo escuchó, pero se obligó a no reaccionar, porque, al menos esta vez, Tom tenía razón. Lucius sabía que Severus tenía un vínculo recíproco, por lo que debería haberlo pensado mejor antes de mirar a su pareja desnuda. Los vínculos recíprocos eran aún más engañosos que los vínculos de apareamiento.
Así que sí, estúpido Alfa, de hecho.
*.*.*
Harry abrió la carta sabiendo, por la pesada y costosa papelería usada, que era de Tom, y comenzó a leer.
En unos momentos, quedó claro porque Lucius había estado en las habitaciones de Severus hace tres días.
—Oh —Harry susurró. Miró a Severus y tocó el vínculo para llamar la atención del hombre. Cuando Severus miró en su dirección, envió algunos pensamientos.
«Tom descubrió que Hogwarts es donde se encuentran por primera vez los nacidos de muggles. Quiere saber si estarías dispuesto a robar o copiar el libro autoactualizable en la oficina del director. Si no lo estás, me lo pidió, y estoy totalmente dispuesto a hacerlo».
Severus frunció el ceño ante eso. «Bien» envió de vuelta. «Veré lo que puedo hacer»
«¡Excelente!» Harry se entusiasmó. «Le escribiré hoy más tarde y se lo haré saber».
«En otra nota, totalmente ajena, hay algo que querrás ver en la lechucería. Únete a mí después del desayuno y te mostraré algo interesante», Severus le dijo a Harry.
«Bueno» respondió ligeramente. Si sucedía algo en la lechucería, probablemente significaba que Vinculum estaba involucrado de alguna manera.
Después del desayuno volvió a tocar el vínculo.
«Dame un momento, amor». Severus envió al vínculo. «Reúnete conmigo en el vestíbulo de entrada».
Harry salió del Gran Comedor y esperó a su pareja. Severus llegó y sonrió.
—Vámonos. Esto te alegrará el día —dijo conspirador.
Harry frunció el ceño, pero lo siguió.
Cuando llegaron a la lechucería, Severus se detuvo en la puerta, bloqueando la entrada de Harry.
—Me enteré de esto hace dos días, cuando vine aquí para enviar al editor de Trimestral de Pociones con Vinculum. Se negó a moverse y me di cuenta de que estaba sentado en un nido. Ayer descubrí de quién era el nido —dijo, luego se hizo a un lado.
Harry entró y Severus señaló el nido, en el que Hedwig estaba sentada.
Harry sonrió ampliamente.
—Oh, dulce niña, ¿tienes huevos? —preguntó alegremente—. ¡Apuesto a que esos bebés van a ser adorables. —Se volvió hacia Severus—. ¿Estás seguro de que son de Vinculum?
Severus se rió entre dientes.
—Si no lo fueran, mi búho nunca se habría sentado sobre ellos.
—Supongo que ambos tenemos una habilidad especial para abrirnos camino hasta llegar a los corazones más protegidos que existen. —Se volvió hacia Hedwig—. Ven a buscarme cuando esos huevos eclosionen, niña. ¡Quiero ver a tus bebés de inmediato!
Hedwig ululó y revolvió sus plumas. Vinculum voló hacia abajo y aterrizó en el hombro de Harry, acariciándolo.
Harry se acercó para acariciarlo.
—Sé bueno con mi chica, Vinculum. Ella se merece lo mejor —dijo con firmeza.
Vinculum mordió un mechón de su cabello, luego ululó y voló para sentarse cerca del nido.
Severus miró a Harry con sorpresa.
—Él nunca reacciona de esa manera con nadie —murmuró boquiabierto—. ¿Qué le hiciste a mi búho?
Harry se encogió de hombros.
—Según Draco, lo domé. Le gusto. Es un regalo.
—Uno raro, viniendo de él —coincidió—. Ven, amor, volvamos a la escuela; deberías dirigirte a tu primera clase. Tienes doce minutos para llegar allí.
—Correcto. ¿Puedo hacer que Ron nos acompañe a Draco y a mí a hacer la tarea? —preguntó Harry.
—¿Por qué me pides permiso? —Severus preguntó con sospecha. Harry sonrió.
—Porque la vamos a hacer en nuestra habitación. Draco tiene una invitación permanente y yo vivo allí ahora, por lo que Ron es el único que necesita ser autorizado primero —dijo alegremente.
Severus suspiró.
—Supongo que es aceptable. No le dejes saber la contraseña y no debe entrar en nuestro dormitorio, pero puede acompañarlos a trabajar. Ten en cuenta que todos deben concentrarse en la tarea o no dejaré que lo inviten más —advirtió.
Harry sonrió.
—Debidamente anotado. Y gracias. —Rozó con un beso la mejilla de Severus y corrió hacia su primera clase.
Severus le lanzó una mirada al estudiante de primer año que se había detenido para mirarlos, con los ojos abiertos, mientras recibía una demostración pública de afecto con tanta indiferencia, y el estudiante palideció y se apresuró a alejarse.
Severus sonrió satisfecho, giró sobre sus talones —la túnica ondeando a su alrededor— y se dirigió a las mazmorras.
