La historia pertenece a Sablesilverrain en AO3. Los personajes son de JK (excepto Ruby). La traducción es mía.


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Capítulo V: Diciéndole al querido padre


—Honestamente, Severus, me alegro que hayas mencionado esto. Iba a preguntarle a Filius, al principio, pero no es tan amenazante y me pregunté si podría mantener a los estudiantes a raya. Personalmente, no creo que pueda, pero necesitaba enviar a un búho hoy diciéndoles mi elección, o no llegaría a tiempo y el Ministerio nombraría a alguien por sí mismos, y prefiero que mi director adjunto sea alguien con quien que pueda llevarme bien —McGonagall le dijo a Severus.

Severus frunció el ceño.

—¿Director adjunto? Minerva, tenía curiosidad por tu carga de trabajo, ¡nunca dije que quería ser director adjunto! —protestó.

McGonagall tarareó con una sonrisa.

—Habla con Harry, por supuesto, pero hazle saber que no aceptaré un 'no' por respuesta —dijo con simpleza—. Ahora tengo clases y entrevistas para ocupar mi lugar hoy, así que salgamos de la oficina. Mañana probablemente tendré tiempo para mostrarles un poco sobre lo que implica el rol de Director de una escuela —informó enérgicamente.

Severus salió de la habitación, apretando los dientes y maldiciendo en silencio al Señor Oscuro.

—¿Como te fue? —preguntó Harry mientras se metía en la cama. Severus resopló.

—Si no hubieras pasado toda la noche con Draco y Weasley, ya lo sabrías —le gruñó a Harry.

Harry solo sonrió y se acurrucó más cerca, enredando sus piernas con las del hombre.

—Sí, pero terminé todos mis deberes, así que déjame escuchar cómo te fue hoy.

Severus suspiró profundamente.

—Ella tomó mi pregunta por su trabajo como interés en el puesto, y decidió que yo seré su subdirector y asumiré el cargo cuando ella muera o renuncie. Ella se niega a aceptar un no por respuesta —contó a su pareja con ironía.

Harry se sentó, las sábanas se juntaron alrededor de una cadera.

—¡Oh, pero es una gran idea! —exclamó entusiasmado—. ¡Podemos comprar una casa en Hogsmeade, cerca de Draco, Neville y Remus!

—¿Nunca escaparé de esta escuela? —gimió con tristeza.

—Probablemente no —Harry respondió honestamente—. Pero lo veo de esta manera: como director, no tendrás que tratar directamente con los estudiantes mucho… y , generalmente, será para castigarlos por algo. Eso te gusta, ¿verdad?

Severus gruñó y rodó sobre Harry.

—Te mostraré lo que me gusta —ronroneó, luego se inclinó para reclamar los labios de Harry.

Harry tarareó entre el beso felizmente, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Severus. Se rió cuando el hombre se apartó y le advirtió:

—Probablemente no deberías estar haciendo eso con ningún otro estudiante. Solo un consejo amistoso.

Severus se deslizó por el cuerpo de Harry y enterró su rostro en la ingle del adolescente, inhalando profundamente. Luego levantó la cabeza y preguntó:

—¿Está bien? Es muy íntimo, demasiado íntimo para algunas personas. ¿Te molesta o…?

Harry abrió más las piernas y sonrió ampliamente.

—Me gusta. Puedes olerme donde quieras. Como has dicho antes, cada parte de mí es tuya.

Severus dejó escapar un gruñido de satisfacción y se inclinó para inhalar de nuevo, siguiendo la acción con un mordisco en la polla cubierta de Harry.

Harry enterró sus manos en el cabello de Severus y tiró suavemente.

—Deja de molestarme. Si tienes la intención de follarme, ¡hazlo! —demandó—. Puedes tomarte tu tiempo otro día.

Severus se rió entre dientes.

—Bien. ¿Cómo me quieres esta noche? —le preguntó a Harry.

Harry sonrió.

—Bueno, si puedo elegir, podrías atarme y luego…

—Creo que me gusta esa idea —coincidió Severus.


SS x HP


Dos meses después…

—Y esto… —McGonagall colocó un tomo grande, polvoriento sobre el escritorio y lo abrió—, es el secreto mejor guardado de Hogwarts, y la razón principal por la cuál dudé en ofrecerte la posición. Pero Albus me dijo cuando Tom se enteró de que espiabas, así que ya no hay razón para preocuparse. Este libro —lo abrió en la última página y señaló la entrada más reciente—, se actualiza solo cada vez que un niño muggle demuestra magia por primera vez.

Severus leyó lo que estaba señalando.

—Maggie McAllister, 3 años, 89 Fern Hill Road, Londres. Esto es increíble —respiró—. ¡El hechizo debe haber funcionado para hacer esto, y el hecho de que todavía funciona…! —Sacudió la cabeza—. ¿Qué edad tiene este libro? —preguntó.

McGonagall sonrió.

—Bueno, mira, no estamos exactamente seguros. Ha estado aquí desde que todos pueden recordar, y cada director o directora lo ha vigilado, asegurándose de que no caiga en las manos equivocadas —relató—. Si cierto niño alguna vez está en peligro, su nombre se pondrá rojo. Se le puede pedir al libro que le brinde información más detallada sobre el niño, y le dará el estado de salud actual y una dirección más precisa; hasta en qué habitación está alojado el niño, permitiéndole enviar una carta, si es necesario, a las autoridades locales para realizar un control de bienestar del niño. Albus pasó por alto esta salvaguarda con demasiada frecuencia —musitó y cerró el libro con un fuerte golpe, mirando con severidad a Severus por encima de sus gafas—. Algo que, estoy segura, no harás.

—Lo vigilaré —Severus prometió.

—Bien. —McGonagall puso el libro en el segundo cajón del escritorio y se volvió hacia la estantería contra la pared—. Bueno, la mayoría de estos libros son míos, pero algunos de ellos fueron donados a la escuela por estudiantes que los necesitaban para un proyecto y tuvieron que pedir una copia, pero ya tenían una en casa o simplemente ya no la querían. Normalmente los pondríamos en la biblioteca, pero tendrían que ir a la sección restringida, y no hay espacio de sobra allí hasta que se pierda o destruya un libro. Luego, uno de estos se trasladará allí.

Severus asintió.

—Eso es comprensible.

—Es suficiente por hoy. Será mejor que pases el resto de hoy y mañana con Harry, seguramente te extrañará durante el verano —McGonagall dijo con una sonrisa.

—Gracias. Te veré en la cena —Severus asintió, luego salió de la oficina.

Encontró a Harry acostado en el sofá, los pies descalzos pateando en el aire detrás de él mientras escribía en su libro de correspondencia a los gemelos.

—¿Cómo están los Gemelos del Terror? —preguntó con curiosidad mientras se quitaba la túnica de profesor y se desabrochaba la camisa de lino blanca que llevaba debajo.

—Están bien —Harry respondió, sin levantar la vista—. Querían saber si vendrías a mi próximo cumple- —Sus palabras se cortaron mientras miraba hacia arriba, luego recorrió con los ojos el pecho descubierto que se mostraba tan abiertamente—. Uhm ... ¿Qué? —preguntó, habiendo perdido totalmente el hilo de sus pensamientos cuando un tren mucho más clasificado como X lo sacó de las vías.

Severus se rió entre dientes.

—Quizás. Preguntaré sobre mi bienvenida antes de la cita con Black. Si puede soportarme por ti, estaré allí. De lo contrario, enviaré un regalo a través de Vinculum, como hago todos los años. —Se sentó en su lugar habitual y tomó un Diario de Pociones que aún no había terminado de leer. Sin mirar hacia arriba, agregó—: y vuelve a meter la lengua en la boca, acabas de terminar tu calor ayer. ¿Cuál es nuestra regla?

Harry suspiró con tristeza.

—Nada de sexo una semana antes o después. ¿Estás seguro? —aventuró.

—Mucho. Tendrás otro celo después de que comience el año en septiembre, sobrevivirás hasta entonces —Severus dijo suavemente, su sonrisa apenas visible apareció. A decir verdad, estaba muy halagado de que Harry lo encontrara tan deseable, pero no tenía sentido complacer la carne en exceso. Sabía que era mejor tomar el ritmo con una nueva pareja, para evitar que el sexo se volviera aburrido o una tarea, y como él y Harry eran para siempre, había tiempo más que suficiente para el sexo.

—Oh bien. ¿Aprendiste algo nuevo de McGonagall hoy? —preguntó Harry. Severus tarareó.

—Finalmente me mostró el libro en cuestión, y pude tocarlo el tiempo suficiente para sentir los hechizos en él. Debería poder duplicarlo a finales del verano, y puedo enviárselo a Mi Lord a través de Lucius —informó a Harry.

Los dedos de los pies de Harry se movieron, y Severus había estado con él el tiempo suficiente para descubrir que sus dedos moviéndose significaban que estaba emocionado por algo, pero estaba tratando de no expresarlo.

—¿Qué, mocoso? ¿Estás ansioso por hacer avanzar el plan de mi Lord? —preguntó Severus.

Harry se sonrojó, pero asintió.

—No quiero que más niños mágicos sean lastimados como yo, o peor —susurró. Severus asintió.

—No esperaría menos de ti. Tienes un corazón verdaderamente caritativo que siente demasiado amor por una persona. Lo obtuviste de tu madre —declaró.

Harry sonrió, viendo eso como un cumplido.

—Ahora, ¿tienes un proyecto de Pociones este verano? No obtendrás el crédito adicional si no tienes una muestra viable para cuando regreses de las vacaciones de verano. Sin muestra, sin crédito —espetó—. Lo mejor es comenzar a practicar la preparación que seleccionas. Ten en cuenta que no todos tienen esta oportunidad. No se lo digas al resto de tu clase —advirtió Severus.

Harry asintió y se levantó, corrió hacia la habitación para ponerse los calcetines y agarrar sus zapatos, luego se dirigió al laboratorio para comenzar con la poción que iba a tratar de preparar correctamente a tiempo.


NL x DM x RL


Draco y Neville salieron juntos del Expreso de Hogwarts, de la mano, y se dirigieron hacia Lucius y Narcissa.

—Draco —saludó Lucius con frialdad, mirando a Neville con desdén—. ¿Y el joven Lord Longbottom? ¿Un nuevo amigo tuyo?

Neville se enderezó tanto como pudo y negó.

Soy su compañero, señor. Espero que podamos llegar a un acuerdo sobre Draco y su cuidado continuo. Prometo tratarlo bien —habló con calma, tendiéndole la mano al hombre.

Lucius entrecerró los ojos y volvió su mirada hacia Draco.

—¿Seguramente no…? —preguntó sedosamente—. Draco, dime que no dejaste que este chico te reclamara.

Neville se dio cuenta de que no iba a lograr una fácil transferencia de poder sobre Draco y dejó caer su mano. Iba a ser complicado.

Remus apareció a unos metros de distancia, en el punto de Aparición. Rápidamente evaluó la situación y decidió por la expresión del rostro de Lucius que Neville necesitaba un poco de ayuda. Se acercó y envolvió un brazo alrededor de la cintura de Draco, tirando al rubio en un beso.

—Hola amor. —Se volvió hacia Neville y también dejó caer un beso en sus labios—. ¿Cómo van las cosas? —preguntó, mirando a Lucius—. ¿No hay problema, espero?

Lucius se burló del hombre.

—¿Y quién eres ? —gruñó.

Remus sonrió afablemente.

—Remus Lupin, el segundo compañero de su hijo —extendió una mano.

Lucius se volvió de un rojo especialmente vibrante mientras apretaba los dientes.

—Ya veo. —Se volvió y le gruñó a Draco—: enviaré a un elfo con tus cosas. Dile a tu madre tu dirección. Te dejo. —Se alejó, sin mirar atrás, y se Apareció.

Narcissa sonrió y le tendió la mano a Neville.

—Es un placer conocerlo, joven Lord Longbottom. Y a usted también, Sr. Lupin. Parece que está tratando bien a mi hijo —exclamó feliz.

Neville le sonrió ampliamente.

—Sí, señora. Soy del tipo que mima a los que ama, y tanto Remus como Draco caen en esa categoría. Nunca dejaré que sufra ningún daño. Se lo prometo —aseguró—. Está protegido tanto por Remus como por mí. Lo trataremos bien.

Narcissa asintió.

—Bien, bien. ¿Tu dirección? —le preguntó a Draco. Draco le dio la dirección.

—Después de unos días, deberías visitar. Solo revisa primero, porque es posible que estemos pintando. Vamos a remodelar toda la casa —explicó.

—Entiendo. Estaré en contacto, cariño. —Ella le dio un abrazo y un beso en la mejilla—. Estoy feliz por ti —le susurró al oído.

Draco sonrió mientras la veía irse.

Al menos uno de sus padres estaba feliz por su buena suerte.