Hermione había armado su árbol navideño en el pequeño apartamento que tenia en el mundo mágico, Crook había mirado de lejos esa insultante cosa, era plástico, con adornos viejos y unas luces que estaban fijas, Crook había visto algunas revistas y ahí se veían árboles mucho más elegantes, con adornos dignos de navidad y luces titilantes, aun podía recordar el árbol de los padres de Hermione, ¡Qué recuerdos aquéllos!

"¿Qué te parece Crook?" claro solo contestó con un maullido, ¿cómo decirle a su dueña que el árbol no era todo lo magnífico que ella creía que era?, así que maulló en respuesta.

"lo sé, es solo que bueno, estos adornos, los traje de la casa de mis padres" Hermione se colocó melancólica y Crook se vio en la obligación de consolarla, si no ella llamaría a … Crook no quería ir ahí, no le gustaba especialmente el pelirrojo ni su hermana, tampoco le gustaba el chico de pelo desordenado y ojos verdes, pero lo respetaba, era un buen amigo de su dueña, la consolaba y rascaba su cabeza, aunque al chico le iban más los perros, lo sabía con solo verlo.

Una mañana que Hermione se había ido a trabajar temprano Crook había decidido sabotear el árbol, así que había empezado con las ramas luego había mordido las luces, unas guirnaldas, había terminado enredado en ellas y el árbol se había volcado, unos adornos se habían roto … bueno eso era un problema, eran recuerdos de los padres de Hermione.

Pasadas unas horas, la puerta se abrió, Hermione entró cargada con unos archivadores "no se que pasó con mi red flu, estaba en perfecto funcionamiento esta mañana"

"Granger, reconócelo, solo querías verme cargando cosas, y traerme a tu ..." esa voz, Crook lo reconocería en cualquier parte, acento aristocrático, letras arrastradas, y el perfume, Crook salió de su escondite y enfrentó al invasor "¡mi árbol!, mis adornos!" gritó Hermione arrojando los archivadores sobre la amenaza rubia, ella se arrodilló en el piso a revisar su ángel de nácar hecho trizas "los recuerdos de mis padres" dijo en un sollozo, "eso explica porque tu flu no funcionó, parte de tu árbol se metió en la chimenea" dijo la amenaza rubia, luego se agachó a su lado, "podemos arreglarlo, eres una bruja ¿lo olvidaste?" la pequeña bruja se arrojó sobre el llorando y Crook lo supo inmediatamente, esa amenaza rubia en vez de rechazarla, la abrazó y la consoló.

"no sé cómo habrá pasado" dijo ella una vez que se despegó del rubio, este miraba a Crook con cara de sospecha "puede haber sido una corriente o bueno, no te enojes, pero tu árbol se ve viejo"

"era de mis padres" dice ella, aun no lo ha visto, pero el rubio si, le hizo una seña al gato, Crook lo entendió enseguida, aunque no lo engañaba, ese rubio era de la casa de las serpientes, así que debía estar tramando algo o …

"bien, repararemos lo que se pueda y compraremos otras cosas" Hermione asintió.

"bien, los caminos del señor son misteriosos" dijo Draco luego continuo "debía acompañarte a tu casa, aun cuando me trataras como un elfo, resulta que winky es especialista en reparar antigüedades" dijo con una sonrisa, si Crook hubiera podido se hubiera golpeado la cabeza con una pata.

"tu, ¿harías eso por mí?"

"claro, puedo pedirle a winky, que los arregle, es uno de sus pasatiempos" el rubio sonaba extremadamente amable.

"¿qué es esa frase que citaste?, la de los caminos del señor"

"parte de los requisitos para mi libertad, estaba la educación en cosas muggles, así que me interesó eso de su dios, ya sabes el tipo ese omnipresente y omnipotente y como esa historia se entrelaza con la navidad, en el sentido bíblico del tema" Hermione lo mira un poco asombrada y coloca un rizo tras su oreja y le sonríe, él le devuelve la sonrisa mientras levanta el árbol, provocando un cortocircuito "dios, esto puede ser peor" dice ella, cuando justo el apartamento quedó completamente sin luz.

Esa misma tarde, Crook era introducido en una jaula transportadora y llevado a Grimmauld place, el y su dueña pasarían la noche con el amigo de ella, Crook esperaba que no hubiera invitación a la casa de los pelirrojos, la matriarca cocinaba bien, pero el simplemente no los soportaba, demasiado ruido para sus oídos gatunos, en esta casa ni siquiera había un árbol …

Crook estaba aburrido, no le gustaba el elfo que vivía ahí, no le gustaba el retrato de la vieja gritona, lo único bueno era que tenía patio, como la casa de los padres de su dueña, una tarde ella llegó oliendo a la amenaza rubia, Crook se colocó nervioso, esa navidad la pasó en la casa de los pelirrojos, y pasada la media noche una lechuza altanera le entregó un regalo a su dueña, ella lloró a mares, era el ángel de nácar reparado.

Los meses fueron pasando, y había días que la amenaza rubia pasaba por su casa, Crook le había agarrado cariño, y no era solo por las latas de atún que le llevaba como ofrenda, si no que, contra todo pronóstico hacia reír a su dueña, lo único malo, fue algunas noches que tuvo que dormir en el sillón porque la amenaza ocupada su lugar para dormir, Crook se preguntaba a menudo si acaso no tenia una cama propia que tenía que ocupar la suya.

Había llegado otro diciembre y el rubio y su dueña lo habían llevado a la casa de él, seria la primera vez que Crook estaría en un lugar tan elegante, lo sabia porque su dueña lo había bañado y cortado sus garras, también le había advertido que no rasguñara nada, ¡como si el fuera un vil campesino!

A Crook le había encantado el lugar, podía correr, corretear a esas aves estiradas que lo picotearon a penas lo vieron, lo mejor había sido la mamá del rubio, la habría reconocido en cualquier parte, era el mismo aroma… mismo que se mimetizaba con el de su dueña …

Conoció al hombre del bastón, no le pareció tan intimidante como le había contado el amigo de los ojos verdes, había conocido a otra gente en esa casa, el chico moreno, el que olía a pasteles, la chica de las uñas largas que había rascado su barriga, otro chico de ojos verdes, ahora tendría que aprenderse los nombres de todos, eran muchas personas parecidas.

Esa navidad Crook la había pasado en esa enorme casa, llena de pasadizos, con criaturas pequeñas amables, no como el elfo de Grimmauld place, habían llevado a Harry para que su ama no se sintiera sola, algo así como un amigo de apoyo emocional, winky le había colocado un cojín verde debajo del árbol para que descanse, a Crook le gustaba ese árbol, era natural, grande, imponente, le gustaban los adornos, pero lo que más amaba eran las luces compuestas por cientos de velas, ese ambiente le recordaba a los papás de su dueña.

Al año siguiente, su dueña había organizado una cena en su apartamento, habían ido los amigos de ella y de él, Draco, así se llamaba el rubio, había traído un árbol natural al departamento, a Crook le encantaba como olía, el ángel de nácar estaba colocado en un lugar central, se había acomodado entre las ramas, y cada cierto tiempo sacaba la cabeza por entremedio de las luces para observar que todo estuviera en orden, ese año no había habido pelirrojos, Harry había terminado con su novia, pero había habido otra gente, que Crook no había visto hace tiempo, el chico que le había vendido el árbol a Draco, y la chica rubia que olía como el, Crook sabía que eran parientes, aunque ellos lo negaban.

Cinco años después del incidente del árbol, Crook arribó para una navidad a una nueva casa, donde ahora el rubio vivía permanentemente con su ama, el ya estaba mas viejo y le gustaba que hubiera alguien que la cuidara cuando el ya no estuviera.

Habían pasado ya años y siempre había arboles naturales para navidad, el ángel de nácar y otros adornos antiguos ahora se colocaban en una mesa de arrimo, había que cuidarlos, había pequeños duendes rubios circulando por la casa y el ya no podía cuidar los adornos, pero Draco siempre lo cargaba para dejarlo metido entremedio de las ramas, tal y como sabía que le gustaba.

Una navidad había estado especialmente sentimental, uno de los últimos adornos se había roto y winky no había podido arreglarlo, Crook había recordado el día que había roto esos recuerdos y el feo árbol de plástico, así que acercó su cabeza para darle apoyo, ella lo cargó y lo besó "si no hubieras derriba el árbol ese día, y no hubiera bloqueado el flu, talvez Draco y yo no estaríamos juntos, gracias Crook" él contestó con un maullido, todo era un plan que él había trazado desde el comienzo, sabia que eso era mentira, pero le gustaba pensar que era cierto, miró el ángel de nácar y pensó que los caminos del señor son misteriosos, podría haber seguido con las reflexiones sobre la redención y todo los demás, pero el sueño lo invadió.