Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.
Gracias por leer y nos veremos después.
Nada, Aomine siendo Aomine molestando a un peculiar honguito bb con curiosos apodos.
El as de Toó era todo menos sensible en lo que respecta a emociones y sentimientos.
Y la relación con su novio no era la excepción.
Cómo olvidar todas las veces que hizo sentir mal al castaño solo porque él era un bruto sin corazón cuando se trataba de Ryou y su linda ternura.
»Cada que lo veo me vuelvo más estúpido de lo que soy« pensó para sus adentros el moreno viendo al castaño quien practicaba sus tiros de tres muy concentrado para satisfacción de Aomine.
Sip, ese chico era su debilidad ahora.
-¿Pasa algo Aomine-san?- preguntó Ryou dejando el balón con el que estaba practicando.
-No, no es nada- respondió Aomine viendo a Ryou de arriba abajo -debo admitir que te ves lindo cuando te concentras así, honguito- el castaño se sonrojó al oír ese apodo por parte de Aomine.
Hace unos meses que Daiki le llamaba así por cualquier razón o motivo. No estaba acostumbrado a los apodos y mucho menos a que su novio le llamara así.
Tenía miedo ahora a causa de eso.
-No soy lindo, Aomine-san- respondió el castaño sin quitar el sonrojo de sus mejillas.
-Claro que eres lindo, bebé- otro nuevo sonrojo ¿por qué era así con él?
-Aomine-san...- se quejó el castaño con un puchero. El moreno soltó una gran carcajada, como amaba molestar a su chico.
-¿Ves? Te lo dije, eres muy lindo, Ryou- agregó Aomine acercándose al castaño mientras lo tomaba de la cintura y lo acercaba a su pecho -mi Ryou es el mejor, y eso nadie me lo puede negar- Sakurai trato de separarse del agarre de Aomine pero este no daba su brazo a torcer, no iba a soltarlo.
Después de pensárselo un momento el castaño le dio un besito en la mejilla al moreno logrando avergonzar a Aomine quien aun así no daba su brazo a torcer sobre soltarlo.
Aomine también era lindo.
