No soy dueña de Harry Potter toda su autoría a J.K. Rowling. Gracias por leer y darle una oportunidad a está historia.

Sof77: Muchas gracias por tu comentario, me alegra mucho que te este gustando la historia.


Huida:

Habían pasado casi diez días desde que habían comenzado las vacaciones de verano, había sido otro curso duro, tanto por el hecho de que se había abierto la cámara de los secretos liberando un basilisco, que había estado serpenteando durante casi todo el curso por todo Hogwarts usando el sistema de cañerías para petrificar a los alumnos, como por el hecho de que por poco ocupa el puesto de Albus Dumbledore como director y todo por culpa de Lucius Malfoy.

Snape estuvo a punto de pasarse los dedos por el cabello, pero se contuvo en el último instante, hacía apenas dos horas que se lo había lavado y ya podía sentir las raíces grasientas por el calor del verano y sus propios nervios, y quería mantener buena presencia en la cena familiar en casa de sus suegros.

Por lo menos aquel curso Lupin había sido muy paciente con él y no había hecho apenas preguntas sobre la cámara ni ante la temporal destitución de Albus Dumbledore como director. Su lluvia de preguntas había empezado hacia, casi, mediados de junio después de que El profeta llevará casi cuatro días sacando de portada a Gilderoy Lockhart que saludaba y sonreía enseñando sus blancos y perfectos dientes bajo los titulos: "El famoso escritor G. Lockhart ingresa en San Mungo completamente desmemoriado", "Las razones que Albus Dumbledore ha presentado sobre el actual estado de G. Lockhart." "Sin esperanzas de que el famoso escritor G. Lockhart se recuperé" solo entonces le había mostrado fragmentos de recuerdos de ese último curso donde Lupin había prestado solamente especial atención al hecho de que Harry Potter destruyerá uno de los, seguramente muchos, horrocruxes que Voldemort tendría...

—Ya estamos otra vez igual. —el comentario de Hope Lupin, la madre de Remus, lo sacó de su torrente de pensamientos.

El padre de Remus, Lyall Lupin, había comenzado a hablar sobre las nuevas políticas del ministerio de magia torciendo el gesto en una mueca de desagrado mientras cenaban, conversación que solo Remus parecía querer escuchar.

Tanto Hope como Lyall Lupin presentaban el rostro surcado de arrugas y sus cabellos estaban completamente cubiertos de canas, las cuales Hope había optado por disimularlas tiñéndolas con un tinte rubio. Ella también presentaba diversas marcas en la piel debido a la pasada presencia de psoriasis, mientras que por su parte Lyall presentaba diversas zonas repartidas a lo largo del cuero cabelluda desprovistas de pelo causadas por el estrés.

Por un momento Lyall Lupin se dirigió hacia Snape:

—Fue bochornoso como se echaron encima de Albus Dumbledore por problemas que estaban sucediendo en el colegio ¡Quién mejor que él para solucionarlos! ¿Verdad? Fudge y sus decisiones...

Severus asintió vagamente, mientras dirigía una visual a Teddy que estaba comiendo con bastante rapidez el puré de patata y la chuleta de cerdo que le habían cortado en trocitos, en cuanto sus miradas se cruzaron le lanzó una rápido gesto de reproche.

—...Y aún por encima nombra a Dolores Umbridge subsecretaria.—Lyall apretó los puños con fuerza mientras en los ojos de Remus se formaba una mirada de odio intenso.

—Papá, ni la menciones, lleva un par de meses en el puesto y los vampiros ¡Los vampiros! Que llevan siglos bastante tranquilos están de los nervios, por no hablar de que tiene al poblado selkie irlandés revolucionado con una nueva ley que pretende sacar para controlar sus salidas del mar como si no corrieran suficientes riesgos ya, cualquier muggle o mago podría aprisionarlos fácilmente robándoles las pieles... ¡Oh! y eso no es nada comparado con las asquerosas medidas que quiere imponerle a los hombres lobo...—De pronto una lechuza entró volando desde el salón con una carta en el pico y se posó con gracia sobre el hombro de Remus que dejó de hablar y se limpió rápidamente las manos.

Hubo un silencio mientras cogía la carta en el que Teddy aprovechó para apartar el plato de comida que ya había terminado y coger el postre que consistía en una macedonia.

La lechuza volvió a salir volando hacia la ventana que habían dejado abierta en el salón.

Abrió la carta y leyó velozmente su contenido.

—¿De quién es?—preguntó Snape que no había perdido detalle de como Teddy se había guardado las semillas que había obtenido de un gajo de naranja en los bolsillos.

—De Dumbledore.—contestó Remus Lupin escuetamente, una pequeña sonrisa tímida se estaba formando en la comisura de sus labios a medida que leía.—Quiere que sea el profesor de defensa contra las artes oscuras este curso que entra...

Sin previo aviso Severus lo abrazó haciendo que la sonrisa en el rostro de Lupin se hiciera más ancha.

—Felicidades. — murmuró contra su oído, las manos de Lupin se desplazaron por la espalda de Snape de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba en un toque cariñoso.

—Pai, ¿Eso quer... Quiere... — interrumpió Teddy haciendo que ambos se separaran inmediatamente sonrojándose. — decir que papá también trabajará en Hogwarts?

— Sí.—asintió Snape.—Aunque...— miró a Teddy dubitativo . —Tendremos que pensar con calma lo que haremos contigo.

—Nosotros podríamos encargarnos ...—propuso rápidamente Hope.

—De eso nada, mamá. —Saltó igual de veloz Remus al escuchar su proposición. —Ya tuvisteis suficiente aguantándome a mí, no quiero que carguéis con otro cachorro.—Lyall hizo una mueca amarga ante el comentario de su hijo, mientras Hope lo miró con enojo. Snape bajó rápidamente la vista.— Además Dumbledore asegura que no tendrá ningún inconveniente porque lo llevemos... —los ojos de Teddy brillaron con un entusiasmo momentáneo.

—¿Qué problema hay en que nos encargamos nosotros de él?—le interrumpió Hope en un tono dolido.—Por lo que os entendí se supone que tanto él como tú os estáis suministrando...

—Mamá, es un cachorro sus transformaciones siguen siendo más peligrosas que las de un lobo adulto, prefiero controlarlo yo mismo durante las noches de luna llena.

—No es el momento para que discutáis sobre eso. —siseó Snape haciendo que ambos dejaran de discutir. — Es algo que debemos hablar con calma, Remus, ¿Es que quieres llevártelo a las clases mientras trabajas? Y encerrarlo en una habitación hasta que terminemos nuestros horarios de clase tampoco es una opción, no deberíamos dejarlo solo tanto tiempo.

Teddy había bajado la cabeza y miraba con ojos tristones lo poco que le quedaba de su postre.

Por unos segundos nadie sabía que decir para arreglar aquello.

—Puede estar aquí de lunes a viernes mientras trabajáis y los fines de semana estar con vosotros...—Propuso Lyall. — Incluso podéis llevároslo por la noche, así no discutiréis por la luna llena.

El niño levantó la vista y miró a su abuelo con ojos escrutadores.

Remus abrió por unos instantes la boca, para protestar, pero la volvió a cerrar en cuánto sintió una pequeña descarga en la pierna derecha ocasionada por la varita de Snape.

—Lo hablaremos con calma. — masculló finalmente.

Durante el resto de la velada Snape se la pasó hablando de Hogwarts mientras Teddy lo escuchaba con interés consiguiendo que un extraño sentimiento se apoderase de su pecho.

...

A pesar de estar a mediados de julio, en la prisión de Azkaban reinaba un frío permanente que había hecho a Sirius Black encogerse en una bola y taparse con una manta raída para conseguir conciliar el sueño, lo único que se escuchaba en su sección en aquel momento eran los gritos de alguien que hacía ya meses se había vuelto completamente loco.

La sensación de frío aumentaba cada vez que alguno de los dementores se aproximaba demasiado a su celda arrancandole recuerdos que prefería creer que había olvidado como el del entierro de su hermano,el del rostro miserable de Lupin causado por la boca venenosa de Snape, el de él ante la casa destruida de los Potter, de su injusto encarcelamiento por culpa de Peter Pettigrew ...

Emitió un gruñido al acordarse de Pettigrew y volvió a tratar de intentar conciliar el sueño, ni siquiera fue consciente de cuando lo consiguió porque lo siguiente que alcanzaría a recordar era que había salido del despacho de Dumbledore con una mirada recriminatoria por parte de director y una pequeña sanción por lo que había hecho mientras por su parte, James había recibido una felicitación por su valiente actuación la cual había logrado salvar la vida de un compañero aunque no fuera precisamente de su agrado.

Salieron juntos del despacho y entró Snape dirigiéndoles a ambos una mirada de odio intenso.

El trayecto hacia la torre de Gryffindor se le hizo corto, James y él hablaron todo el tiempo y una vez que llegaron a la sala común James se había despeinado aún más el cabello y se había acercado a Lily con una sonrisa victoriosa. Él había hecho compañía durante los primeros instantes en calidad de testigo, después había optado por ir a los dormitorios puesto que James le había hecho una pequeña señal con la cabeza indicándole que los dejará tranquilos.

Fue entrar en el dormitorio y Lupin se acercó a paso rápido hacia él como un depredador. Lo empujó fuertemente contra una de las paredes manteniendolo sujeto por los hombros.

— ¡Podría haberlo matado! — Lupin lo miró con ojos dolidos a pesar de que estaba temblando de rabia. —¡¿En qué estabas pensando?!

Peter Pettigrew se levantó con brusquedad de la cama donde estaba sentado, se tapó la boca con las dos manos y los observó con gesto culpable.

—Solo era una broma, ¿Verdad, Colagusano? No entiendo por qué diablos estás tan enfadado conmigo, además yo no lo guíe hacia allí, fue solito y por su propio pie. — ladró apartándose de mala forma las dos manos que lo aprisionaban, lo miró con odio a pesar de que un sentimiento de culpa comenzaba a formarse en la boca de su estómago.

— Precisamente a él y sobre mi condición... — lo acusó Lupin apretando los puños con fuerza.

—Dumbledore no dejará que Quejicus hable sobre ello,seguro que lo amenazará con la expulsión para mantenerlo calladito —se escuchó la voz de James mientras esté todavía subía por las escaleras —y aunque lo hiciese, — añadió cuando por fin llegó a la puerta de los dormitorios luciendo una radiante sonrisa pues hacía escasos segundos acababa de hablar con Lily Evans. — nosotros seguiríamos siendo tus amigos.

—Exacto. —gruñó Sirius. — ¿Por qué te importa tanto?

—Sabes perfectamente porqué. —Lupin profirió un fuerte alarido de rabia y salió de la habitación bajó las confusas miradas de James y Peter.

—Se le pasará. — masculló intentando quitarle importancia.

Se dirigió hacia su cama para tratar de pasar un sábado tranquilo, pero se detuvo al ver que en su lugar había un viejo colchón tirado en el suelo y cubierto con una manta zarrapastrosa, se le heló la sangre y rápidamente se volvió a dar la vuelta.

Estaba en una calle muggle rodeado por una docena de ellos que lo miraban con expectación.

—¡Sucia rata! —gritó Peter enojado, estaba apuntándole con la punta de su varita. Un profundo sentimiento de odio comenzó a apoderarse de él.

—¡ME LO VAS A DECIR TÚ A MÍ! —le ladró con todas sus fuerzas, intentó buscar su varita, pero no llegó a alcanzarla, nunca lo hacía, el corazón comenzó a latirle con fuerza, sabía lo que ocurriría a continuación.

—¡Ojala algún día tú también te estés pudriendo en Azkaban! —volvió a gritar Peter.

—¡Lo estoy haciendo!

Trató de abalanzarse sobre Pettigrew en un desesperado intentó , pero este se transformó en un dementor que lentamente se quitaba la capucha.

Se despertó.

En Azkaban resonaron con fuerza una serie de maldiciones escupidas por los presos que le habían hecho despertarse, una fría capa de sudor ya le estaba cubriendo la frente, tenía una sensación de vacío en el estómago y el corazón seguía latiendole con fuerza.

Un sentimiento de profundo odio y aversión se apoderó de él al pensar en Pettigrew que poco después fue transformado en un sentimiento de culpa al pensar en James, que había muerto por su causa y Lupin al que había herido.

Se incorporó con parsimonia y sacó la cabeza por los barrotes para encontrarse al ministro, Cornelius Fudge haciendo su "inspección" anual a la prisión, sus ojos brillaron por un instante al observar que llevaba un periódico debajo del brazo izquierdo, por un breve momento un fugaz recuerdo atravesó su mente y pudo ver con nitidez a su hermano remangandose la manga izquierda de su túnica con una sonrisa de satisfacción para mostrarle la marca tenebrosa grabada en su antebrazo.

"—Tal vez un día puedas aspirar a ella para conseguir ganarte el perdón de madre y padre."

Rechinó los dientes ante el recuerdo haciendo un sonido desagradable.

" Ese necio." —se dijo.

—Sirius Black, por lo que veo todavía cuerdo tras doce años en Azkaban. —La voz del ministro Fudge lo sacó de su ensimismamiento.

Fudge estaba parado justo en frente de su celda y durante unos instantes se miraron a los ojos antes de que la atención de Sirius se volcará en el periódico, la única fuente de noticias que existía desde el exterior junto con los murmullos que lograba escuchar de los escasos visitantes y los nuevos presos.

Sirius no lo dudó ni un momento más y se abalanzó contra los barrotes como un animal salvaje logrando provocar que el ministro diera un salto hacia atrás con disgusto soltando el periódico en el proceso que acabó en el suelo donde Sirius le echó la zarpa rápidamente.

—Parcialmente cuerdo. —se corrigió a sí mismo Cornelius Fudge mientras miraba con asco a Sirius Black moverse deprisa para guardar el periódico debajo del colchón mohoso que se encontraba en una de las oscuras esquinas donde tenía escondido otros tres ya con las páginas amarillentas y bastante arrugados de los años de 1984, 1987 y 1991.

El ministro lo siguió observando un rato más como quién observa a un animal en el zoológico mientras Sirius le dedicaba una mirada de odio y le enseñaba los dientes con gesto amenazador.

Por fin se alejó de su celda, Sirius relajó su rostro y se sentó sobre el colchón soltando un leve suspiro, poco a poco las maldiciones por parte de los presos se fueron escuchando más lejos hasta que lo único que podía escuchar eran los sollozos de ese alguien que había perdido la cabeza y los susurros en los que compartían conversación diversos presos.

Se levantó del colchón, sacó el periódico, volvió a sentarse y se dispuso a leerlo.

...

Snape y Lupin estaban sentados a ambos lados del niño mientras este desenvolvía con rapidez el gran libro que le habían regalado,se detuvo unos instantes en observar la portada y leyó el titulo en alto:

— A... ni... ma...le... les... Animales. —Snape le acarició el cabello con cariño al niño de cuatro años recién cumplidos aquel caluroso dieciséis de agosto. — ¿Tiene lobos?

—Sí, por supuesto. — Lupin abrió en seguida el libro y buscó en el índice que había en la primera hoja, siguió con el dedo los diferentes nombres y se detuvo casi al final. —Página 113. —pasó rápidamente las hojas hasta detenerse en la página correcta donde había varias imágenes de lobos junto a un largo texto.
Teddy observó las fotos durante varios segundos y luego miró brevemente a Remus.
—No se parecen a papá.— comentó con decepción.

Lupin lo miró extrañado mientras Snape soltó una ligera carcajada.

—¿En que no se parecen? — preguntó Severus con un brillo en los ojos.

Teddy volvió a mirar las fotos.

— La cola, la boca y los ojos.—señaló el niño sin titubear.

—Correcto. — murmuró Snape con una mirada de orgullo mientras que Lupin dejó escapar una pequeña sonrisa.
—Severus, no le enseñes nada más hasta los ocho años...
—Ni siquiera se lo he enseñado...— dijo Snape en un tono molesto.
Teddy hizo una mueca de asco como si acabará de beberse un vaso entero de Wolfsbane.
—Hoy no podéis brigar.
Remus y Severus compartieron una mirada, sabían a lo que se refería el niño desde finales de julio había usado ya más de una vez esa palabra cada vez que discutían.
Snape había estado de un extraño humor tras enterarse de la fuga de Sirius Black de Azkaban, de nuevo estaba distante con él y se había mostrado mucho más apegado al pequeño, así como había pasado grandes períodos de tiempo encerrado en la sala de trabajo, la cual por primera vez había mantenido cerrada con diversos hechizos.

Y Remus tampoco había llevado demasiado bien su huida pues estaba seguro de que Black se dirigiría a Hogwarts para encargarse de matar a Harry Potter, terminando así lo que había comenzado, vengando ya de paso a su señor caído.
Se mordió el labio con fuerza, no iba a permitir aquello pasará lo que pasará y tampoco iba a permitir que tratase de tocar a su familia.