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Capítulo 29
Volantis 297 A.C
La tripulación del «StarWolf» estaba sentada en una banca circular de la taberna donde se habían quedado hospedados para pasar la noche en la ciudad de Volantis. La taberna era una de nivel intermedio, ni muy cara, ni muy pobre, por lo que la comida y la bebida eran más que decentes. El salón donde se encontraban estaba repleto de mesas, donde se podía ver a varias personas sentadas, comiendo y bebiendo cerveza. Había una chimenea en el lado este, la cual chisporroteaba un poco, demostrando que había estado encendida toda la noche.
"Parece que no dormiste bien anoche, Jon." Dijo Samwell, tomando un pedazo de pan de centeno de la fuente que había en el medio de la mesa. Las palabras del hijo de Randyll Tarly iban enfocadas al hecho de que su amigo y capitán tenía una mirada perdida, algo que era signo de que no estaba del todo concentrado en lo que hacía. Algo que era muy inusual en Jon, pues el joven bastardo era todo menos distraído.
"¿Eh? ¿Dijiste algo, Sam?" preguntó Jon tras salir de los pensamientos en los que estaba sumido.
"Si, Jon. Te dije que parecía que no habías podido dormir bien y tu reacción actual me lo confirma."
"Sam tiene razón, Jon. Estas muy distraído." Comentó Grenn, el cual tenía un pedazo de queso de cabra en su tenedor. "¿Qué sucedió?"
Al oír la pregunta de su amigo, Jon soltó un suspiro y negó con la cabeza. "Tranquilos, chicos. No ha sucedido nada malo, solo que he tenido algunas cosas en la mente."
"¿Seguro? Recuerda que, aunque no seamos los mejores en cosas de sentimientos, podemos darte uno que otro consejo… bueno, casi todos, no creo que los consejos de Edd sen buenos para alguien." Dijo Pyp con una sonrisa en el rostro mientras miraba a Eddison, el cual había estado bebiendo una botella de vino Volantino cuando oyó lo que dijo el ex mino.
Al momento en que el hijo de la casa Tollet oyó aquello, tosió de manera brutal, pues se había atorado con la bebida.
"¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof!" la tos del joven era tan fuerte que llamó la atención de los otros comensales que estaban cerca de ellos. Afortunadamente, logró calmarse antes de que alguien pensase que le habían dado el veneno del Estrangulador. Cuando finalmente dejó de toser, Edd habló. "Casi morir ahogado con una copa de vino… la décimo novena forma en la cual pensé que podría ser mi fin."
Las metáforas pesimistas de Grenn terminó por provocar que Jon sonriera, para luego posar su vista en Daenerys, la cual no estaba hablando desde que despertó… no, de hecho, no había hablado desde el incidente en los muros negros el dia anterior.
"¿Dany, sucede algo?" preguntó Jon, el cual estaba preocupado por la forma en como la joven Valyria simplemente picoteaba una aceituna verde con su tenedor. Aquello era algo raro, ya que la joven Targaryen no era alguien que desperdiciase comida, de hecho, solía molestar a los chicos cuando estos dejaban que la comida se echara a perder.
La pregunta del aprendiz del Dovahkiin hizo que la joven dejara de pensar, permitiéndole mirar a sus amigos, los cuales tenían miradas de preocupación en sus rostros.
"Esto sí que es raro. Es normal a veces ver a Jon tan sombrío, pero no a ti. ¿Sucede algo, Dany?" preguntó Sam con preocupación mientras miraba a la princesa.
"N-no…" Dijo Daenerys de manera inicial, solo para sentirse incomoda al ver como el resto de la tripulación la miraba de manera fija, pues a diferencia de Jon, ella no era muy buena para cambiar de temas de conversación. Al ver que ellos no dejaban de verla fijamente, la hija del Rey Loco soltó un suspiro, el cual llamó la atención de sus amigos. "Bueno… la verdad es que si sucede algo…"
"¿Qué cosa?" preguntó Grenn, dejando a un lado su tenedor y enfocándose en la niña.
"Estoy intrigada por saber cómo es la ciudad que está dentro de los muros negros." Respondió Daenerys de manera rápida, revelando de esa manera la razón por la cual estaba tan preocupada y meditativa. La mente de la joven Targaryen estaba enfocada en imaginar cómo se vería la ciudad tras los enormes muros de aquella construcción Valyria, los cuales provocaban en ella un sentimiento cálido y algo familiar, pero tambien incomodidad y algo de repulsión. Ella no entendía del todo que pasaba con su mente, pero logró intuir algo de lo que sucedía, y es que era más que obvio que esa reacción de su ser era la manifestación de los dos temas que siempre rondaban su mente cuando se trataba de su herencia Valyria. Si bien su hermano siempre le había dicho que debía de enorgullecerse de ser descendiente de una familia de Jinetes de Dragon, ella no podía sentirse a si del todo. Especialmente después de saber lo que su familia le había hecho a Edzard y como su padre había sido una verdadera monstruosidad. Todo esto hizo aflorar en ella una especie de sentimiento de rechazo hacia su linaje al considerarlo algo malo. Afortunadamente, sus charlas con Sam le permitían a ella no rechazar de todo su linaje, ya que había visto las cosas buenas que algunos de sus antepasados habían hecho.
"Es una extraña mezcla de arquitecturas, Dany." Dijo Jon, provocando que todos lo mirasen, pues el joven bastardo hablaba con una seguridad que casi parecería rayar la arrogancia del sabiondo.
"¿Qué quieres decir Jon? ¿Por qué dices que es una extraña mezcla de arquitecturas?" preguntó Samwell, el cual estaba más que intrigado por lo que su amigo decía. Sin embargo, tras pensarlo un poco, el joven se dio cuenta de algo. Así que, levantando su dedo, el cual aún tenía el anillo que Jon le había regalado, apuntó de manera temblorosa al hijo de Ned Stark. "No me digas que…"
Las palabras que salieron de la boca de Sam provocaron que todos os tripulantes del «StarWolf» miraran a su capitán, para lentamente comenzar a entender a lo que se refería Samwell con sus palabras. Las reacciones de los presentes no se hicieron esperar, ya que cada uno de ellos tenía su propia forma de ver las acciones que Jon acaba de cometer.
"Estas loco. ¿Cómo se te ocurre hacer Warging en esta ciudad, Jon?" preguntó Edd, el cual fue el primero en entender lo que Jon había hecho.
La mención de la habilidad de cambia pieles de Jon era el resultado de la confianza que Jon les tenia a sus amigos, algo que hizo que el confiará en ellos el secreto de que podía entrar en la mente de Fantasma. Aquella declaración en un inicio había dejado a sus amigos como piedra, pero tras un buen tiempo explicando lo que Jon intuía que era su poder, pues no sabía cómo es que funcionaba, ya que no había tenido un maestro, estos chicos entendieron que él no lo usaría en ellos.
"Es peligroso, tú mismo dijiste que en esta ciudad sentías magia. ¿Qué tal si te han descubierto?" preguntó Samwell con preocupación palpable en su voz. "No sabemos lo que pasara si te descubren."
"Yo sí, de seguro te capturarán y te expondrán como un ser extraño." Dijo Pyp, el cual estaba pensando en los cuentos que uno de sus amigos en la caravana de mimos le había contado hace años mientras viajaban por Westeros.
"No lo creo, Jon es muy fuerte para dejarse derrotar por algo como eso." Dijo Grenn, el cual miró a su amigo con confianza, pues sabia de lo que él era capaz con la magia.
"No quiero enfrentarme a toda la guarnición de este lugar. Nosotros no somos Jon, no tenemos sus habilidades y eso nos dejaría muy vulnerables." Dijo Edd con seriedad mientras miraba a Jon a los ojos. "Supongo que tu preocupación y tu estado distraído ha sido provocado por algo que viste anoche, ¿verdad?"
Al oír la pregunta de su amigo, Jon sonrió y le respondió. "A veces eres más perceptivo que nadie, Edd."
Tras aquella respuesta, Jon comenzó a contarles todo a sus amigos, haciendo hincapié en lo que vio en el muro negro.
"Así que… déjame ver… Viste a un sujeto capaz de… ¿Teletransportarse?" preguntó Pyp en un susurro, pues era consciente de que no podía hablar de estos temas, así como así en el exterior. Eso lo había aprendido a la mala gracias a que Jon le había dado algunos sermones muy duros sobre que no podían hablar de magia muy a la ligera fuera de lugares confiables, pues esto podría generar problemas para ellos, ya que podrían ser tratados como brujos, lo que complicaría sus operaciones comerciales.
"En teoría si era teletransportación… pero…"
"Pero ¿qué?" preguntó Grenn, el cual tenía una ceja levantada. El chico había visto de primera fila el poder de la magia que manejaba Jon, pero aún era algo escéptico con ella, pensando que debía de tener un límite en su poder.
"No se sintió como la magia que Edzard me enseñó." Respondió Jon cruzando las manos bajo su mentón, provocando que todos lo miraran.
"¿Qué quieres decir?" preguntó Daenerys, la cual estaba sorprendida enormemente, ya que de lo que había aprendido de Jon, la magia que había hecho poderosos a los Señores Dragon de Valyria provenía de Edzard y sus enseñanzas, por lo que saber que había algún tipo de magia que superaba el poder de aquel hombre, causó que sintiese terror.
"La magia que usó ese sujeto era diferente a la que puedo usar yo, y por ende a la que podían usar los Valyrios." Respondió Jon, provocando que los ojos de sus amigos se abrieran con sorpresa.
"E-e-eso no lo puedo creer…" dijo Edd, el cual estaba con los ojos abiertos como platos. "Según algunos Maestres la magia provenía de la antigua Valyria."
"Eso no es de todo cierto." Comentó Sam rápidamente, llamando la atención de sus amigos.
"¿Qué quieres decir, Sam? ¿Están equivocados los maestres?" preguntó Pyp con cautela y curiosidad, pues al igual que muchos plebeyos de Westeros, él pensaba que lo que predicaban los maestres eran la verdad.
"No es bueno que creas en todo lo que dicen los maestres, Pyp. ¿Has oído el dicho de la historia la escriben los vencedores?"
La primera respuesta de Pyp a la pregunta de su amigo fue negar con la cabeza, ya que no nunca había oído esa frase.
"Es una frase algo común entre algunos maestres que llevan eslabones de bronce. Según algunos de ellos, la historia que ha llegado hasta nuestros días no es la verdadera, ya que ha sido manipulada por los vencedores de cada conflicto. Ellos han escrito su versión de los hechos que transcurrían en sus respectivas épocas, siempre con la finalidad de aparentar ser los mejores en todo lo que puedan." Dijo Samwell, señalando algo de lo que había aprendido de su corto tiempo como acolito en la Citadel. "Algo así puede haber pasado con los registros de los magos y su uso de la magia en el pasado. Recuerda que el Feudo franco de Valyria arrasó a diversas culturas, los cuales, es más que probable, tuviesen sus propias formas de usar algún tipo de magia. Sin embargo, al ser derrotados y, entre comillas, anexados al imperio Valyrio, perdieron el derecho de escribir sobre ese tipo de magia."
El pequeño sermón que soltó Sam provocó que sus amigos lo miraran con asombro.
"Eso…. Es increíble… quien pensaría que en tan poco tiempo en la citadel te hizo tan elocuente y perspectivo, Sam…" dijo Pyp con sorpresa, pero manteniendo una sonrisa en el rostro.
"No es su tiempo en la citadel lo que hizo así, chicos." Comentó Jon, provocando que sus amigos lo mirasen. "Es el tipo de vid que tuvo antes. Por si no recuerdan, Sam es hijo de uno de los Lores más marciales del Reach, es más que obvio que la biblioteca de su casa está llena de pergaminos sobre guerras, información que aprendió por su gusto por la lectura. Entonces, al llegar a la Citadel, descubrió otros tomos del mismo conflicto, lo que hizo que cruzara la información, dándose cuenta de que hay más perspectivas en una guerra que solo la de los vencedores. Aunque, podemos hablar de esto más tarde, ahora mismo lo que quiero es que ustedes estén vigilantes y con la guardia alta. Como saben, ustedes no son seres mágicos, pero el estar cerca mío hace que mi aura de magia se adhiera un poco en ustedes…"
"Lo que nos convertiría en una especie de falsos magos para cualquier usuario de magia con el que nos encontremos, ¿verdad?" preguntó Grenn, el cual pese a ser tozudo y lento en algunas cosas, pudo darse cuenta de lo que pasaba, ya que lo que mencionaba Jon era algo que a veces sucedía durante las cacerías que iba cuando vivía en la granja. Eso sucedía cuando la presa que se cazaba estaba junta a otra, lo que provocaba que en algunas ocasiones lo perros erraran el objetivo al confundirse de olor.
"Así es." Dijo Jon con una sonrisa en el rostro, para luego sacar un mapa de la ciudad y extenderlo sobre toda la mesa.
El mapa que Jon había colocado en la mesa era grande, tanto que tuvieron que mover los platos con la comida y las jarras de cerveza, para evitar que la comida y la bebida mancaran el papel.
"¿De dónde sacaste ese mapa?" preguntó Pyp con asombro, ya que la tripulación tenía la costumbre de buscar mapas en cada asentamiento que iban, para de esa manera actualizar la sala de mapas del «StarWolf». Esto se hacía con la intención de poder moverse mejor por las ciudades y los lugares cercanos por los que pasaba el barco.
"Lo tome prestado de un mercader." Respondió Jon de manera casual, moviendo los hombros al hacerlo.
Al oír las palabras de Jon, sus amigos, Daenerys incluida, se llevaron una mano a la cara y se golpearon la frente, pues entendieron lo que había hecho Jon. La expresión de tomar prestado era una frase que su maestro le había transmitido de manera inconsciente a Jon, y era la manera en que tenían para expresar que habían robado ese objeto a alguien. Aquello normalmente hubiese causado repudio en sus amigos, pero ellos conocían a Jon y sabían que su maestro lo había preparado para todo, incluido para que estuviese dispuesto a robar. Sin embargo, pese a que le había enseñado algo que era un crimen, le había inculcado una especie de código de honor, el cual según palabras de Jon era:
No robar al pobre.
No robar ni matar a un amigo y/o necesitado.
No matar a quien le robas.
Los objetivos preferentes deben ser malas personas.
Gracias a esas reglas que Edzard le había dado a Jon para que su robo no fuera uno tan malo, al menos para la mente del perpetrador, ellos sabían que Jon no le había robado a una buena persona o a alguien que necesitaba ese mapa para sobrevivir. Aunque, eso no cambiaba el hecho de que su amigo había cometido un delito para poder obtener ese mapa.
"Entonces… ¿Por qué has sacado ese mapa, Jon?" peguntó Grenn, mirando el mapa con algo de curiosidad y extrañes, pues no entendía mucho de él. Esto se debía a que el mapa no era solo de las calles de la ciudad, sino que tambien tenía la topografía de la zona, lo que provocaba que hubiese algunas líneas que hacían que una persona no acostumbrada a leer mapas no supiese interpretarlos correctamente.
"Como les dije, es posible que haya un sujeto que tiene conocimiento sobre magia en las cercanías, por lo que es imperativo que mantengan una guardia alta para evitar que ustedes sean atacados, por ello, lo mejor será que vayan en grupos para evitar ser tomados por sorpresa."
Las palabras de Jon fueron respondidas por sus amigos con un asentimiento, ya que todos se dieron cuenta de que él tenía razón, pues en caso de que el sujeto que vio Jon en el muro negro fuese una especie de mago, estaba aquí buscando remanentes de magia, lo que los convertía a ellos, los únicos mortales del lugar con verdadero acceso a la magia, en objetivos más que deseables para ser capturados. Por lo que, entendiendo que podían sufrir algún tipo de ataque, se decidió que irían en grupos de tres, siendo el primero Edd, Grenn y Pyp, mientras que el siguiente seria de Sam, Daenerys y Fantasma, lo que dejaría a Jon solo. Aquello provocó que sus amigos protestaran, pero Jon respondió rápidamente que él sabía cómo se veía el mago, al menos de manera parcial, por lo que sabría si estaba cerca. Esa respuesta no hizo nada por tranquilizar al grupo, pero al final accedieron, pues Jon tenía razón, él era más que capaz de luchar solo contra ese mago.
Tras esa pequeña charla, el grupo siguió comiendo con relativa normalidad, hasta que finalmente terminaron de desayunar. Tras ello, cada uno de los grupos comenzó a decir sus planes, pues pese a que la ciudad era rica y que podría ser un buen lugar para comprar algunas mercancías para vender en otros lugares, ellos no estaban allí para eso, sino que estaban allí para hacer turismo y descansar antes de partir hacia su otro destino, el cual era ni más ni menos que las tierras más allá de la puerta de Jade. Tras decidir sus destinos de turismo, la tripulación se separó.
Los pasos de Daenerys y de Sam eran tranquilos mientras caminaban por una de las tantas plazas de la ciudad de Volantis. Los ojos de ambos humanos estaban enfocados en las diversas estructuras que había allí, admirando su arquitectura, pues todo era muy diferente a cualquier cosa que pudieron haber visto en su vida. Sin embargo, pese a que había lugares bonitos, no todo lo que miraban sus ojos era algo hermoso, ya que al caminar por las calles pudieron ver el estado de los esclavos y como estos eran tratados aquí. Si bien había algunos esclavos que tenían una buena condición física, esto gracias a que tenían amos muy generosos y que eran más amables que otros, había otros, la gran mayoría, que estaban en condiciones más que deplorables, pues se notaba a leguas que apenas recibían alimentos. Otros estaban tenían sus cuerpos llenos de diversos tipos de cicatrices, lo que indicaba torturas o castigos muy fuertes.
Aquella vista asqueaba de sobre manera a la joven Targaryen, la cual pese a haber vivido en Essos gran parte de su vida, nunca había tenido esclavos, ya que había pasado gran parte de esa vida en Braavos, una ciudad donde la esclavitud estaba terminantemente prohibida. Aunque, tambien había vivido en algunas casas de magísteres de otras ciudades libres, pero aquellos que los habían acogido no solían tratar mal a sus esclavos… al menos no al frente de ellos.
"Pese a que ya he visto varias ciudades libres, me resulta algo irónico que varias se llamen así cuando tienen esclavos." Comentó Samwell, el cual miraba a los esclavos de la ciudad con tristeza y compasión.
"Es algo asqueroso…" señaló Daenerys, la cual no podía entender porque había gente que sufría ese destino.
"Si, puede ser, pero no podemos hacer nada." Dijo Samwell, el cual vio como los puños de Daenerys se había apretado cuando habló previamente. "Incluso si todos estos esclavos huyeran, no habría mucha diferencia, ya que los Volantinos volverían a llenar la ciudad con nuevos esclavos comprados a los esclavistas de las ciudades de los Esclavos o a los Dothraki en cuestión de meses."
La forma en como Sam hablaba sorprendió a Daenerys, la cual sonrió tristemente antes de hablar. "Parece que sabes mucho de estas tierras… ¿Cómo lo haces?"
Al oír la pregunta de Daenerys, Sam sonrió y miró a la hija de la casa Targaryen. "No soy un gran guerrero, de hecho, soy un cobarde… puede que no lo parezca, pero vivo con miedo constantemente y solo es gracias al anillo que Jon me regaló que el miedo no puede apoderarse de mi ser… Asi que, debido a que soy consciente de mi propia debilidad, he decido aportar de otra manera al grupo y eso es con mi mente. Debido a mi… gusto desmedido por la lectura he leído cientos de libros, devorando cada pedazo de información que tuve al alcance de mi mano, lo que me ha vuelto algo más listo que varios en el grupo. Si bien es cierto que Jon tiene más conocimientos en otras áreas, el flaquea mucho en lo que viene a ser las ciudades y sus culturas, sobre todo a las que están fuera de Westeros. Es por eso, que siempre me vez leyendo en los descansos, cada vez que puedo, compro libros de las diversas culturas, para de esa manera poder saber o al menos dar una opinión rápida y puntual para cada ciudad a la que iremos en este funesto viaje."
La mención del destino final del viaje de la tripulación causó un cambio brusco en las facciones de la niña Targaryen, quien miró al suelo mientras soltaba un largo suspiro.
"Si… el objetivo final de Jon es Valyria… Sam… dime la verdad, ¿Crees que podrán salir de allí con vida?" preguntó Daenerys con tristeza en su voz, pues sabía que cuando ellos se dirijan a las tierras del antiguo feudo franco, ella no iría, ya que no se lo permitirían.
Al oír la pregunta de Daenerys, el hijo de Randyll Tarly se quedó en silencio un momento, ya que no sabía cómo podría responderle, pues no sabía la respuesta a esa pregunta. La duda ante esa pregunta provenía de la información que poseían de la península de Valyria, la cual para su mala suerte no era numerosa. 'No tenemos mapas, ni nada que nos permita saber cómo movernos por aquel territorio. Aunque, no solo eso, pues tampoco tenemos mucha información sobre las criaturas que allí habitan, lo único que tenemos son alunas vagas referencias de lo que Edzard había dejado, que los Valyrios jugaron con magia de sangre y caótica para crear monstruosidades usando los cuerpos de sus esclavos…. Eso no es para nada alentador, solo hace que nosotros sepamos que esta misión es más que difícil y tal vez suicida, pero sino lo hacemos, la barrera caerá y sin que nadie la refuerce, esas cosas serán libres para atacar al mundo.'
"¿Sam?" preguntó Daenerys, provocando que el mencionado volviera en sí.
"Ah, lo siento. Me distraje pensando mucho…" respondió Samwell con una sonrisa algo tímida. "Pero para responder a tu pregunta, no puedo decirlo con certeza, puede que si, como puede que no…. Al final, eso dependerá de muchos factores, pero no dudes que no haremos todo lo posible para volver con vida."
Las palabras de Samwell fueron algo tranquilizantes para Daenerys, la cual supo ver la verdad en ellas. Ella deseaba que le dijeran que sí, pero sabía que esa sería una vil mentira, ya que sabia todos los peligros que ellos enfrentarían en ese fatídico lugar, un lugar que pondría a prueba todas sus habilidades, tanto físicas como mentales, pero sabía que ellos no se rendirían fácilmente. Tras reflexionar sobre ello, soltó un suspiro largo para luego seguir caminando con Samwell y Fantasma.
El grupo de tres continuó caminando por las calles de Volantis, por donde encontraron a cientos de esclavos, algunos de los cuales recibieron por parte de Daenerys varias monedas de oro de manera sutil. Aquello era un esfuerzo para que pudieran comprar su libertad, siendo las mujeres con hijos a quien más dinero Daenerys dio.
Aquellas acciones, por buena fortuna, habían pasado desapercibida por los transeúntes, ya que todas las miradas estaban puestas en Fantasma, el cual al ver como ella intentaba ayudar a los esclavos, hacia acciones que provocaban que los transeúntes se enfocaran solo en él.
"Lo que has estado haciendo es peligroso, Dany." Dijo Samwell mientras el grupo caminaba por una calle, la cual daba a un gran templo, el cual era el más grande de toda la ciudad.
"Lo sé, pero…" dijo Daenerys, tratando de excusar sus acciones.
"No estoy diciendo que fuese mala, pero debes tener cuidado, no recuerdo bien la pena por ayudar a los esclavos, pero no es nada bonito."
Al oír aquello, Daenerys asintió, prometiendo tener más cuidado de no ser descubierta, algo que a lo que Samwell asintió. Tras ello, continuaron caminando por la calle hasta que finalmente llegaron al templo.
"Wow…" exclamó con asombro Daenerys, algo que fue copiado por Samwell.
La estructura ante sus ojos era una enormidad de pilares, escalones, contrafuertes, puentes, cúpulas y torres que fluyen entre sí como si todos hubieran sido cincelados de una roca colosal. Cien tonos de rojo, amarillo, dorado y naranja se encuentran y se funden en las paredes del templo, disolviéndose uno en el otro como nubes al atardecer. Aquello le daba a la estructura una forma y belleza que poco habían visto los dos jóvenes.
"Es hermoso." Dijo Daenerys, la cual estaba embelesada por los colores y por la forma del templo.
Por su parte, Samwell miraba la estructura y se daba cuenta de que era tal y como lo decía el Archimaestre Gramyom, el cual en su libro decía que ese templo era tres veces más grande que el Gran Septo de Baelor, algo que era cierto, pues Sam había visto el septo hace años y si, era tres veces más pequeño que este templo.
"¿Crees que nos dejaran entrar si nos acercamos?" preguntó Daenerys.
"No lo se."
"¿lo intentamos?"
"Claro, no creo que nos maten por solo intentar ver un poco el templo." Respondió Samwell con una sonrisa, para luego comenzar a caminar junto a Daenerys y fantasma hacia el templo.
Cuando el grupo subió los escalones, lo primero que vieron fue algunos soldados, los cuales llevaban armaduras adornadas sobre túnicas naranjas y empuñaban lanzas, cuyas puntas tenían forma de llamas retorcidas. Si bien todos poseían rasgos variados, todos tenían algo en común en sus rostros y eso eran tatuajes de llamas, las cuales estaban en sus mejillas. Aquellos tatuajes significaban que eran esclavos, los cuales parecían mejor tratados que los otros esclavos en la ciudad.
Los soldados estaban parados, manteniéndose firmes en sus lugares, pero no estaban distraídos, pues sus ojos mantenían vigilados a todos los que entraban. Pese a que Samwell llevaba su hacha colgando en su espalda, nadie le molestó, por lo que sin problemas siguieron caminando hasta llegar al fondo del templo.
Mientras caminaban, sintieron una especie de presencia en el lugar, como si alguien los mirase. Aquella sensación provocó que sus cuerpos se tensaran bastante.
"¿Sam…?" preguntó Daenerys, la cual sentía que la desnudaban con la mirada y aquella sensación no era para nada agradable.
"S-sí, yo tambien lo siento." Dijo Sam con dificultad, pues la sensación era algo horrible de describir y de sentir. Era una especie de mirada muy penetrante, la cual parecía pasar por encima de la ropa, la piel, los músculos, y parecía ser capaz de ver el alma del individuo en la cual estaba enfoscada.
"Debemos… de… ¡¿Eh?¡" la reacción de Daenerys cambio de manera abrupta cuando de un segundo a otro dejó de sentir esa presencia mirándolos. "¿D-desapareció?"
"Asi parece." Dijo Sam, el cual trató de entender que había pasado… de hecho, tenía una conjetura, pero era estúpida, no debería ser posible…. Pero ahora que lo pensaba, aquello era tan fuerte, que no debía de haber otra opción, aquello debió de haber sido causado por un Dios, o al menos eso pensaba Sam.
"¿Deberíamos seguir por el templo o deberíamos irnos?"
"C-creo que por ahora deberíamos de seguir viendo, para saber que religión tiene este lugar."
"Está bien, vamos." Dijo Daenerys mientras comenzaba a caminar hacia el interior, siendo seguida por Fantasma y por Samwell.
Lejos del templo de R'hllor, en una de las tantas mansiones abandonadas y en ruinas de la ciudad de Volantis, Arrotho se encontraba mirando a Daenerys por un catalejo especial. Una sonrisa adornaba el rostro del brujo, el cual estaba feliz por haber hallado la fuente de magia que de seguro había sido la causante de aquella explosión mágica que sintió no hace mucho.
"Je, je, je… increíble… una verdadera descendiente de los jinetes de dragón de Valyria con sangre casi en su totalidad pura… ¡ja, ja, ja, ja! ¡Esto es increíble! ¡Este es un verdadero golpe de suerte y no solo eso, la chica no solo esta solo cuidada por un mercenario, sino que tambien tiene un lobo huargo que reboza de energía mágica! ¡Oh, no puedo esperar ver las recompensas que me darán los Eternos cuando les llevé esa perfecta comida!" Gritó de euforia Arrotho, para guardar el catalejo que había usado. Aquel catalejo no era un objeto normal, sino que era replica de uno de los pocos objetos de la antigua Valyria que la casa de los eternos poseía, un objeto obtenido hace siglos, el cual no solo permitía ver a lo lejos, sino que tambien permitía ver las almas de las personas, o al menos la manifestación de las almas.
"Parece que estarán en ese templo un buen rato, por lo que tengo algo de tiempo libre para poder planear lo que hare. Obviamente, lo primero es eliminar al mercenario… es grande y corpulento, pero no tiene mucha musculatura, lo que indica que no tiene mucha experiencia como mercenario. Por lo que, si hago uso de unos pocos trucos podre eliminarlo de un solo golpe. Lo siguiente será incapacitar al lobo… creo que mejor hago eso primero, la bestia tiene mucha más movilidad que el mercenario. Si… primero incapacitaré a la bestia, creo que un buen dardo envenado hará el trabajo, luego un hechizo para matar al mercenario y finalmente otro dardo envenado para la chica." Dijo el brujo para comenzar a levantarse, pues había estado arrodillado mientras dibujaba con su dedo como ejecutaría su plan en el suelo cubierto de polvo.
"Vaya ese es un buen plan." Dijo una voz a espaldas del brujo.
"Si, lo es-" dijo el brujo, solo para abrir los ojos con sorpresa y girar la cabeza con rapidez.
Los ojos de aquel brujo se abrieron como platos cuando vio que la persona que estaba a espaladas de él era un joven no mayor de quince años, el cual vestía una simple túnica azul oscuro sin mangas y pantalones de lino negro con botas de cuero del mismo color. De uno de sus hombros sobresalía el mango de una espada, la cual se mantenía sujeta por una correa de cuero que iba desde el hombro del chico hasta su cadera.
"¿Quién eres?" gruñó Arrotho, el cual no le preguntaría si había oído algo, ya que era más que obvio que el chico había escuchado todo lo que había dicho.
"Solo un viajero que decidió descansar por estos lares, brujo." Dijo el chico, mientras daba pasos por el lugar, pero para la sorpresa de Arrotho no lo hacía de manera directa, sino que giraba en círculos alrededor de él.
"No lo creo, mocoso." Dijo el brujo, para luego mirar más de cerca al chico. Al hacerlo, sintió algo más que extraordinario, lo que provocó que sus pupilas se dilataran y una gran euforia recorriera su cuerpo. Esto se debía a que, al mirarlo, vio algo que casi hace que tenga un orgasmo. Aquello fue el poder mágico que residía en el joven… si el, tras ver a la chica en el templo de R'hllor, pensó que ella era la mejor fuente de poder mágico en el lugar, ahora estaba cien por ciento seguro de que no era así, pues el chico que estaba frente a él era una verdadera fuente de magia. Esto debido a que, si comparaban a ambos, la chica sería similar a una hoguera del tamaño de una casa de varios pisos, pero el chico frente a él era el equivalente a ver a un incendio forestal en plena acción.
El solo verlo hizo que su cuerpo se tensara, ya que era la primera vez que veía algo como esto, pues ni siquiera los Eternos tenían tanto poder mágico… sin embargo, tambien era la mejor oportunidad para él, pues si lograba llevarlo con los eternos, era más que obvio que estos recuperarían todo su poder solo con él. Por ello, una sonrisa apareció en su rostro, pues estaba más que feliz por la suerte que tenía para poder encontrarse con estos verdaderos alimentos de primera clase para sus amos.
Manteniendo sus ojos fijos en el chico, comenzó a pensar en una forma de derrotarlo y capturarlo. Si bien era cierto que tenía una gran cantidad de poder, era más que obvio que no sabría usarlo, por lo que lo mejor era usar uno que otro "hechizo" para derrotarle y capturarle. Por ello, comenzó a mover sus manos y a hablar con la lengua que usaban para sus hechizos. Al hacer esto, sus manos se sintieron calientes y con una gran velocidad, movió las manos, creando una bola de fuego, la cual se dirigió hacia el chico.
Los ojos de Jon estaban fijos en la bola de fuego que se dirigía hacia él. Él había llegado a este lugar tras captar el olor de ese sujeto mientras caminaba por la zona deshabitada de Volantis. Él había venido a este lugar específicamente para buscarlo, pues era más que obvio que alguien como un brujo, el cual de seguro estaba buscándolo, se escondería en un lugar como este, un lugar apartado y solitario.
'Es tal y como me lo decías, Edzard.' Pensó Jon, recordando algunas palabras de su maestro. El recuerdo de su maestro se enfocaba en que él una vez le dijo que los magos en Nirm tenían la estúpida costumbre de meterse a hacer sus bases en cuevas o ruinas. Por lo que, recordando ello, él supo que era posible que el brujo estuviese aquí.
Cuando llegó, sus sensibles oídos lo oyeron reír, por lo que, usando sigilo, se coló en el lugar donde estaba. Sobra decir que Jon estaba más que decepcionado, pues esperó encontrar defensas mágicas más que formidables en este lugar. Sin embargo, no encontró nada. Por esa razón, logró entrar fácilmente y lo halló murmurando su plan. Sabiendo que podría aprender mucho con sus palabras, decidió escucharlo. Fue gracias a ello, que él supo que pertenecía a un grupo de magos guiados por unos tales Eternos, esas palabras le hacían recordar algo que Edzard le había mencionado hace tiempo, pero había sido tan superficial que no lo recordaba, por lo que le preguntaría a Samwell sobre ello.
'Por ahora, ya se todo lo que podría sacarle de información a este sujeto. Es más que obvio que no es un pez gordo, de seguro solo es un perro de los de más bajos rangos. No malgastare un valioso pergamino de lectura de mente solo en él, no, lo mejor es eliminarlo para deshacerse de él. Aunque, como no sé cómo funciona su magia, lo mejor para eliminarlo es usar un arma mágica, por suerte tengo a «Gandravar» conmigo.' Pensó Jon mientas su mirada volvía a estar en la bola de fuego, la cual no era una amenaza o al menos eso parecía, pero no deseando saber si era algo más peligroso que solo fuego mágico de bajo nivel, saltó a un lado, esquivando el ataque de manera rápida.
Cuando estuvo de pie nuevamente, se dio cuenta de que su movimiento había sorprendido al brujo, el cual no parecía creer lo que veía. Al verlo en ese estado, Jon rápidamente, sacó una daga, la cual lanzó contra el brujo. El arma arrojada fue rápida, lo suficiente como para herir al brujo en el momento en que le hizo un corte en la pierna. Aquella herida provocó que el soltase un alarido de dolor y diese algunos pasos hacia atrás. Cuando se detuvo, levantó la vista y miró a Jon a los ojos, demostrando nada más que ira pura.
"Maldito, ¡¿Cómo te atreves?!" gritó el brujo, para mover su mano y esta vez, lanzar más de una bola de fuego contra jon.
Las bolas de fuego eran ligeramente más poderosas que la anterior, pero, aun así, no eran una gran amenaza para Jon, el cual, al ver esta demostración de poder, se hizo una idea del potencial mágico de su enemigo. Tras ello, rápidamente dio un salto hacia atrás y extendiendo una mano, conjuró una custodia con su mano izquierda.
Ante los atónitos ojos de aquel brujo, una barrera de luz transparente se hizo presente en la mano de Jon. Aquella barrera era tan grande que cubrió por completo el cuerpo del bastardo, casi como si se tratase de un escudo de gran tamaño.
Las bolas de fuego, las cuales eran del tamaño de tres yelmos juntos impactaron en la custodia, la cual protegió al bastardo, pues las bolas de fuego no pudieron sobrepasarla.
"¿Q-q-qué?" fue lo que salió de la boca del brujo al ver aquello, pues era la primera vez en su vida que veía algo como eso.
"Parece que no conoces nada más que simple trucos baratos como esas bolas de fuego, brujo. Así que, te hare un favor al mostrarte como se ve un verdadero hechizo." Exclamó Jon mientras bajaba su mano izquierda, haciendo que la custodia se dispersara. Tras ello, movió su otra mano y juntando una más que decente cantidad de su Magicka, lanzó un potente hechizo de destrucción llamado «Rayo». Este hechizo desataba un rayo de electricidad, el cual no era el más poderoso que podía crear Jon, pero si más potente que el que podía crear con los hechizos de «Chispas» o «relámpago».
Los ojos del brujo se abrieron como platos cuando vio como un rayo surgió de la mano de Jon, dirigiéndose hacia él. Ver aquello hizo que se quedara en shock, por lo que no pudo moverse para esquivarlo o protegerse con algún hechizo mágico que conociese… aunque, eso hubiese sido en vano, ya que la velocidad del ataque de Jon era mayor a la velocidad de reacción del brujo.
"¡AGHHHHH!" fue el alarido de dolor que soltó el brujo cuando el relámpago impactó en su ser, causándole un dolor atroz, pero no muy duradero, pues su frágil constitución hizo que muriese unos pocos segundos de recibir el ataque.
El cuerpo del brujo salió disparado por los aires como una pluma tras recibir el rayo. El cuerpo voló varios metros, terminando por impactar en una de las paredes de manera seca.
"Vaya… esto fue… ¿Anticlimático?" se preguntó Jon al ver como su enemigo, un supuesto brujo y practicante de magia había caído muerto como si nada ante un hechizo simple como este. "Ummm… parece que los magos normales no son un peligro, pero eso no significa que los debo de subestimar, puede que haya uno que otro que sean un verdadero dolor en el culo, así que mejor los trato como si fuesen seres de gran poder destructivo y los ataco con buena parte de mi poder."
Tras aquellas palabras, Jon se acercó al cadáver y agachándose, lo giró y le bajó la capucha. Cuando Jon vio los rasgos del brujo, vio que lo único resaltante fueron sus labios, los cuales eran de un extraño color azul.
"Ummm… parece ser el efecto secundario de beber algún tipo de brebaje." Dijo Jon mientras movía una de sus manos y metía lentamente dos dedos en la boca del cadáver, para ver si podía provocar que apareciese algún tipo de olor que le permita discernir que tipo de brebaje era, o al menos saber algún ingrediente en su composición. Sin embargo, lo que obtuvo al hacer esto fue algo que no esperaba.
Al momento en que sus dedos bajaron la lengua, Jon rápidamente retiró sus dedos y dio un salto hacia atrás. Cuando aterrizó, vio como una especie de moscas salían en enormes cantidades del cadáver. Sin saber que eran, Jon no quiso arriesgarse a que sean una plaga, por lo que, sin pensarlo dos veces, movió sus manos y lanzó un torrente de llamas desde cada mano, cubriendo a las moscas en su totalidad.
Las moscas ardieron como paja contra el fuego, volviéndose cenizas en instantes. Cuando Jon terminó de hacer aquello, rápidamente se dirigió de nuevo al cadáver y vio con sorpresa como este se había arrugado como una pasa.
"¿Qué mierda?" preguntó Jon al aire, pues no esperaba que eso pasase. Aquello comenzó a causarle preguntas, pero no podía responderlas, al menos por ahora, por lo que, sin perder tiempo, comenzó a salir, para irse del lugar. Sin embargo, antes de irse, se dio cuenta de que había una bolsa cerca en una esquina. La bolsa parecía ser nueva, lo que indicaría que era del brujo, por lo que, sin perder tiempo, Jon la tomó y se la llevó consigo, esperando hallar en su interior pistas que lo lleven a este grupo de brujos.
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Y aquí está el capítulo 29….
Lo primero es decir que lamento no haber podido subir antes este capítulo, pero mi vida ha sido un infierno desde el 18 de noviembre. Me ha pasado de todo, y la verdad prefiero no decir más, para evitar traer malos recuerdos a mi mente.
Bueno, enfoquémonos en la historia. Vemos que Jon ha sido entrenado para ser un ladrón, algo que de seguro no sorprende a nadie, pues el Dovahkiin lo preparó para hacerle frente a cualquier problema.
Hemos visto que Daenerys está comenzando a formar un fuerte desprecio por la esclavitud, algo que será decisivo para una decisión que deberá tomar en el futuro. También descubrimos por parte del propio Sam que él es consciente de que solo es valiente por el anillo de Valor que le ha dado Jon.
Finalmente, vemos una pelea entre "magos", aunque lo más sensato de decir es que fue una masacre entre un verdadero mago y un brujo de poca monta.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
