Era la primera vez que se encontraba tras el consejo, no siendo como parte de ningún miembro de ellos pero sí como espectador principal e importante.
Hopper se había mostrado hacía unos minutos en frente de todos y ante la notoriedad de la situación, una gran parte de la colonia se amontonaba tras el acusado, expectante ante cualquier cambio, palabra u decisión.
Flik al contrario de los demás, se encontraba muy nervioso pues no podía organizar sus emociones en aquel momento; en el fondo sentía que había visto algo diferente en el exoesqueleto de aquel saltamontes cascarrabias que prometía un futuro esperanzador y protector si le daban un espacio abierto con las hormigas correctas a su al rededor; pero otra parte sabía y creía que eso seguramente no sucedería, que su humildad iba a ser socavada por el comportamiento vengativo de aquel gran insecto, y siendo así sus miedos; algo dentro de él le impedía creer que aquel saltamontes no tenía corazón para arrepentirse y aceptar una pequeña gratitud por su esfuerzo final.
"Estamos presentes aquí para decidir el destino final de nuestro ex-líder y ahora posible enemigo, Hopper"; la multitud empezó a cuchichear nerviosa creando un murmullo de siseos y palabras ininteligibles. "Silencio", exclamó al final uno de los jueces.
"Hopper, aunque uno de nuestros queridos miembros ha decidido que se te dé una oportunidad, aún no nos hemos olvidado de tu trato inicial con la colonia siendo así que debamos escuchar buenos motivos para creer que cambiarás con nosotros y decidirás ser un bien mayor en el futuro", comenzó el anterior juez.
Flik observó expectante a las siguientes palabras por parte del acusado. Pero todo se quedó en silencio, Hopper observaba de un lado a otro como si acabara de despertar de un sueño; abriendo y cerrando la boca, al final dio un pequeño suspiro antes de hablar. "Como se ha de ver bien, carezco de una de mis antenas y uno de mis ojos, siendo para mi ahora el exterior el triple de peligroso que antes"; cayó en silencio cuando otro de los jueces habló silenciándolo.
"¿Dices el mismo peligro del que nos protegías? No nos hagas pasar por tontos, podrás encontrar sin problema a tus lacayos para que te den de comer por nosotras", la audiencia comenzó a alzar la voz a pocos requiriendo más de un minuto para que el senado pudiera volver a poner silencio. Le dieron permiso para continuar.
"Puede que me ocupara de mentiros en alguna parte, pero no es tan lejos de la realidad lo que decía; habéis estado aisladas demasiado tiempo de la realidad. Allí fuera no hay piedad por el débil y ahora soy uno de ellos, sin olfato ni vista prefiero preservar mi vida aquí y utilizar todo lo que me quede de fuerzas en ayudaros... Sobre todo a Flik"
Un silencio sepulcral se adueñó de la sala, siendo el único sonido el roce de las placas exoesqueléticas ante las miles de cabezas que giraron dirección a la hormiga mencionada.
"¿Y por qué querría ayudar a Flik de entre toda la colonia?"; ahora toda la atención estaba sobre Hopper; siendo consciente de todos los ojos que ahora se encontraban mirando a su dirección y el terrible silencio, se movió incómodo siendo su exoesqueleto lo único en ocupar aquella paz tan incómoda.
Llevó la mirada al senado para cuando tuvo su respuesta; "Por que se trata de una hormiga sin comparación; me salvó la vida aún cuando pudo haberme dejado morir ante las fauces de un pájaro... real", confirmó cuando comenzaron unas pequeñas risas pero fueron apagadas al mencionar lo último. "Cuando nos encontrábamos en el nido de la bestia, me dio la oportunidad de huir sin ganar nada a cambio. Seré muchas cosas, pero respeto la valentía de un insecto cuando se sacrifica por otros que siente sufrir más"; llevó la vista a la hormiga dejando a Flik totalmente paralizado pero no por terror, sino por el suspense que traía sus siguientes palabras.
"Me ha dado la oportunidad de enmendar mis errores y puede que crear un futuro mejor para vuestra gente y espero también para la mía siendo todo en buenos términos. Hasta ese entonces, deseo comprender el acto de vuestra querida hormiga y aprovechar todo lo posible para adaptarme a mi nueva situación y compensar su acto anterior", volvió el silencio siendo ocupado por pequeños murmullos de las demás hormigas, pasando a conversaciones hasta casi discusiones donde tuvo que intervenir el juez cabecilla mientras los dos insectos principales seguían observándose mutuamente intentando leer los pensamientos del otro.
"¿Me habré equivocado?", dijo en un susurro Flik, parado y asustado mirando la cara de lo que podría ser un futuro amigo; pero estaba empezando a creer que eso solo sería posible en su imaginación, debía admitir que tenía miedo de aquel rostro que antes lo hacía temblar hasta las antenas y llevarlo a arrodillarse como si no hubiera un mañana solo para ser perdonado por cualquier minúsculo error que, error que el insecto hubiera visto como impertinente ante su presencia. Y no era en que no creyera en sus palabras, se trataba de las demás posibilidades que Atta le había mencionado; podría tratarse de un oportunista que solo complacería la mente de las demás y llevaría a cabo su venganza en silencio y desde le interior de la colmena. Pero, por algo le había dado una oportunidad de cambiar y era porque había llegado a ver y sentir algo y lo que no debía hacer ahora era dudar de sí mismo, aunque la mayoría pensara que no todos merecen segundas oportunidades; Flik cree e intenta demostrar que no deben caer tan bajo como ellos, son mejores y deben saber valorar toda vida si no quieren terminar como Hopper y su grupo. Y si ha visto algo de bondad en él significa que puede haber un cambio ahí dentro.
Sacudió la cabeza dejando aquellas preocupaciones de lado. "Chicos, chicos", intentó traer paz a la sala, uno de los jueces fue testigo de ello haciéndolo consciente del descontrol que se estaba formando a pocos.
"Silencio... Silencio"
Las discusiones pasaron a murmullos para terminar en un silencio colectivo. El mismo juez se dirigió con la mirada a Flik, "¿Tú qué crees muchacho, estás dispuesto a creer en la palabra de este desperdicio de espacio?"
Flik observó sorprendido ante la osadía del juez, pero no se dejó llevar por la opinión mayoritaria, con una cara decisiva, miró a la hormiga en el podio; "Sí señor, pues creo que entra como nuestro deber ser mejores que los que nos controlaron o precedieron; no podremos asegurarnos de ser mejores insectos para los demás, como padres u hermanos si nos dejamos llevar por el odio o emociones que nos termine convirtiendo en lo mismo que queremos echar de nuestro hogar", el asombro de toda la colonia hizo eco entre las paredes de la sala.
"Por ello yo doy un paso de fé hacia Hopper y sus palabras"; Flik no sabía como sentirse cuando pudo vislumbrar por el rabillo del ojo una pequeña sonrisa agradecida en los labios del gran insecto, pero había desaparecido tan rápido como había llegado. Esa misma sonrisa apareció en la anciana reina y otras hormigas que le habían atrapado cariño, además de los insectos del circo que parecían estar muy orgullosos de él. Mirando de nuevo al juez, fue testigo de como este se había quedado de piedra sin saber que decir o hacer en ese momento y aún más delante de todos.
Por ello el cabecilla decidió por él; "Pues así será, Flik tiene toda la razón al decir que debemos ser mejores que los que nos hirieron, pero no quita que todo lo que ocurra será bajo su responsabilidad pues nosotros depositamos toda nuestra fé en ti chico, y aremos todo lo que haga falta para ayudarte", cuando alzó la cabeza pudo ver otra sonrisa dirigida hacia él, parecía ser que tendría el apoyo de unos cuantos dando paz a su mente que temía quedarse solo de nuevo. Con un asentimiento, el juez cabecilla comprendió que ya era hora de finalizar la reunión.
Todos Como Uno Solo
"Felicidades chico, he de admitir que me dejaste sorprendido con tus palabras", se dirigió Hopper hacia él sin ninguna pizca de burla, algo que aumentó el asombro de la hormiga que había decidido acompañarlo en su encierro.
"Creo, que... gracias"; no sabía que responder y por eso se decidió por un agradecimiento sincero. "Fuiste increíble en la vuelta al hormiguero, no tengo alas pero, aún así no me hubiera atrevido a volar bajo la lluvia con dos hormigas como equipaje", Flik sacó una sonrisa torpe al ver que poco hacía su chiste como gracia, pero volvió a centrarse; "Y, te lo agradezco", dijo al final consiguiendo que el rostro del saltamontes se suavizara por unos segundos antes de volver a su ceño fruncido. Al no haber más respuesta se decidió por correr la cortina u hoja terminando con aquella incómoda conversación.
