Los personajes de Twilight no son míos sino de Stephenie Meyer, yo solo me divierto un poco con ellos.
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Capítulo 21
21 de diciembre
Miré el número en la puerta de la habitación, claro que ella querría la única suite que el único hotel de Forks tenía.
No estaba lista, me gustaría haber tenido más tiempo para pensar qué decirle, tener una oportunidad de poner mis ideas en claro y saber qué responderle.
Charlie me dijo que yo era la adulta, la conversación sería guiada por mí, Alannah era solo una pequeña niña que necesitaba ser guiada de manera correcta y era yo la encargada.
Renée había dicho que yo era su madre, y que debía demostrar autoridad para que ella comenzara a verme como tal.
Alice estuvo de acuerdo, incluso sugirió que exigiera que Alannah fuera a casa para poder hablar.
Esme estuvo de acuerdo en que yo tenía derecho a tener a la niña a solas conmigo.
Ellos creían que era tan fácil, como si a ellos les hubiera funcionado.
Edward se reiría en mi cara si tan siquiera intentara ordenarle qué hacer con nuestra hija.
Nuestra hija.
¿Realmente era nuestra? ¿O solo de Edward?
—No puedo estar tanto tiempo de pie —dijo Bella abriendo la puerta—, quise darte tu tiempo, pero me pesa la barriga y no puedo esperarte más.
Se hizo a un lado para que entrara a la habitación, Alannah no estaba por ningún lado, tampoco Edward.
—Toma asiento, Edward traerá a Alannah en un minuto.
Caminé hacia la pequeña salita, solo dos sofás, uno de una plaza y el otro de tres, ¿dónde sentarme? ¿Alannah me dejaría estar cerca de ella?
Sabía la respuesta, ella no me quería cerca ni un poco.
La amaba tanto, pero ella no lo hacía.
…
Alannah
—¿Estás lista?
Miré a papi que me tendía la mano, estaba tan nerviosa.
—¿Y si no sé qué decirle?
—Mariposa, cualquier cosa que quieras decir está bien, aquí no hay respuestas equivocadas ni correctas, vamos a hacerlo a tu manera.
—No me va a querer tocar, ¿verdad?
—No, te sentarás entre mami y yo, si quieres acercarte a ella puedes hacerlo, si no quieres que te toque entonces no lo va a hacer.
—¿No se va a enojar?
—No, no lo va a hacer.
Asentí y tomé su mano, estaba tan nerviosa.
Salimos de mi pequeña habitación, estaba junto a la habitación de mami y papi y después seguían los sofás, en donde mami y Tanya nos esperaban.
Me senté junto a mami y papi lo hizo junto a mí, los tres juntos como siempre.
—Pensé que sería una conversación de solo las dos.
—Alannah nos quiere aquí —respondió mami—. Si Alannah quiere quedarse sola contigo, entonces les daremos privacidad.
—Entiendo.
La miré, después a mami y a papi que me sonreían, mami tomó mi mano y le dio un suave apretón.
—Cuando estés lista, mariposa, puedes hacerle preguntas a Tanya, a papi o a mí.
Asentí y miré de nuevo a Tanya, ella me sonrió.
—¿Tú sí me querías y por eso nos fuimos? —Miré a papi.
—Siempre te he amado, mariposa, no había nada ni nadie que te pudiera separar de mí, por eso nos fuimos.
—¿Entonces tú no me querías? —Miré a Tanya.
—Yo…
—No puedes mentir —le recordé—, si dices mentiras la confianza se rompe, es lo que mami siempre dice.
Ella asintió, estaba jugando con sus manos.
—Claro que te quería, aún te quiero, Alannah, eres mi bebé, lo mejor que he hecho en mi vida, pero era muy joven, me dejé convencer de que estarías mejor sin mí, que tu vida sería mucho mejor si permitía que alguien más te criara.
—Estoy mejor sin ti.
—A esto no me refería —respondió—, el plan era que te quedaras con mis padres, ellos te educarían y en unos años Edward y yo podríamos hacernos cargo de ti.
Me crucé de brazos y me recargué contra papi.
—Eso ya lo sabe, Tanya —dijo papi—, se lo he explicado.
—Pero papi me amó lo suficiente para quedarse conmigo, pero tú no.
Miró a papi, pero él se encogió de hombros.
—No es así…
—Sí es así, tú querías hacer tu vida y yo te molestaba.
—Tú jamás molestarías, eras mi vida entera.
—Pero preferiste dejarme.
—No, claro que no.
—Me estás mintiendo. —Miré a papi—. Prometiste que ella no iba a mentir.
—También dije que a veces duele decir la verdad y solo necesitas darles un poco más de tiempo para que tengan el valor de hablar con la verdad.
Asentí y miré a Tanya.
—¿Quieres más tiempo?
Suspiró y negó con la cabeza.
—Era muy joven, me convertí en mamá muy rápido y tenía tanto miedo de tantas cosas —suspiró y se inclinó hacia adelante—. Así como tú escuchas a… tus padres, yo escuché a los míos, cuando tú tienes dudas vas con ellos para que te orienten, yo también fui con los míos y ellos me dijeron que era lo mejor.
—¿Por qué?
—Porque los padres se preocupan, los míos creyeron que era mejor que ellos cuidaran de ti porque podrían hacerlo mejor de lo que Edward y yo podríamos.
—Papi es el mejor papi.
—Lo sé, ha hecho un trabajo maravilloso contigo.
—Y tú no hiciste un buen trabajo.
—Yo…
—Mami nunca dejaría a mi hermanito ni a mí. —Puse una mano en la barriga de mami.
—Son situaciones distintas.
—Sí, mami sí sabe ser una buena mami.
—Yo solo quería lo mejor para ti, es lo que una madre hace, pensar en el bienestar de sus hijos.
—Tengo a la mejor mami y al mejor papi.
—Pero ya estoy de regreso y quiero también ser tu madre.
—No.
—Si me das una oportunidad…
—Yo ya tengo una mami, no quiero otra.
—Alannah…
—Tú querías que yo fuera feliz, y lo soy, ¿por qué no me dejas ser feliz con mis papis? Tú puedes seguir siendo feliz lejos de mí.
—Pero yo no soy feliz, te he extrañado todo este tiempo.
—¿Por qué?
—Porque eres mi hija.
—No lo soy —sollocé acurrucándome contra mami.
—Alannah…
—Dale un minuto, Tanya —interrumpió mami—, permite que se calme un poco.
Papi acariciaba mi espalda mientras mami lo hacía en mi rostro, ambos intentando calmarme.
—Esto no está llevando a ningún lado —dijo Tanya—, ella no quiere saber nada de mí por culpa de ustedes.
Sollocé aún más.
—Las cosas no son así.
—¿Ah, no? ¿Entonces cómo son? Porque para mí está muy claro, me has robado mi lugar como su madre.
—No puedo robar algo a lo que renunciaste voluntariamente —respondió mami—. Deja de creer que todo gira en torno a hacerte daño porque ninguno de nosotros queremos hacerlo.
—Tú…
—Te callas y me escuchas.
Papi me levantó en brazos y me sentó en su regazo.
—¿Realmente estás haciendo esto porque quieres estar cerca de Alannah o porque Renée y Esme te estás presionando?
—Yo…
—Sabemos los problemas que tienen, sabemos que estás aquí en Forks desde hace meses y en ningún momento intentaste ponerte en contacto hasta que Esme te dijo sobre la posibilidad de pelear la custodia de Alannah para que ella viviera aquí.
¿Me quería alejar de mis papis?
—Quiero a Alannah.
—No lo dudo —dijo papi—, pero no has actuado de la mejor manera, ¿acaso no merecía que me llamaras al menos? Podrías haber ido a Florida y acercarte a Alannah, no lo hubiéramos prohibido.
—Alannah tiene una foto tuya en su habitación —dijo mami—, nunca le hemos ocultado quién eres, ni hemos hablado mal de ti.
—No lo parece, han sido hostiles, has intentado ser cordial Edward, pero ante el mínimo desacuerdo te llevas a Alannah, no me permites…
—Tenía que serlo, Alannah no está en su zona de confort, tú sí lo estás, lo cual no es justo, ya que tú eres una adulta. Incluso ahora, puede que nos tenga a nosotros a su lado, pero sigue estando en un lugar extraño, ¿cómo quieres que confíe en ti? ¿Por qué es justo que ella se adapte a ti y no tú a ella?
—Yo…
—Tomaste tu decisión hace años y yo tomé la mía, pero ya no solo somos tú y yo con una bebé que no puede hablar para dar su opinión, Alannah tiene voz y voto ahora, y eres tú la que debes adaptarte a ella, no al revés, eres tú quien debe esforzarse para crear una relación, no Alannah ni mucho menos yo, yo tengo mi relación con mi hija. Si quieres ser parte de la vida de Alannah eres tú quien debe seguir el ritmo de ella, darle el tiempo y espacio que necesite, no el que tú necesites.
—Es difícil.
—Las cosas que valen la pena nunca son fáciles, no fue fácil viajar en autobús con una bebé, tampoco lo fue adaptarme a ser padre soltero a tiempo completo y combinarlo con un trabajo.
—Pero estabas con Bella.
—Realmente no lo estaba —dijo mami—, lo ayudé a salir de Forks y llegar a Florida, le ofrecí quedarse en casa, pero él rechazó la oferta, así que Aro le ayudó con el alquiler de un pequeño departamento.
—Tomé la ayuda en nombre de Alannah, pero fue solo el alquiler de los primeros seis meses, después yo me hice cargo y lo hice hasta que Alannah tenía tres.
—Pero…
—Edward trabajaba como repartidor con nosotros por la mañana y por la noche en un bar.
—¿Tú repartías esas porquerías?
—No puedo creer que tú también creas esas tonterías —bufó mami—, mi padre solo tiene una empresa de transportes.
—Esa solo es una fachada.
—No voy a discutir contigo sobre eso, realmente sería perder el tiempo y en este momento no importa, pero si realmente hiciéramos lo que dices, Edward no hubiera tenido que tener dos trabajos.
—Pero…
—No fue una vida fácil —dijo papi—, como posiblemente la tuya tampoco lo fue y la de Alannah, aun cuando tiene muchas comodidades, tampoco lo es. Ella sabe todo, sabe que eres su madre biológica, sabe que soy su padre, sabe que Bella es su madre adoptiva, lo que no sabe, lo que yo tampoco sé, ¿es por qué te empeñas en querer permanecer aquí?
—Yo…
—Si quieres ver a Alannah, estrechar lazos con ella, crear una relación, puedes hacerlo, pero en Florida, en su casa, en donde ella se sienta segura, en donde puedas ganarte su confianza.
—No puedo ir a Florida.
—Claro que puedes —dijo mami—, somos familia, puedes quedarte en nuestra casa o podemos ayudarte a pagar un hotel, pero tienes que ponerles un alto, o esto no va a funcionar.
—Ellos sí me entienden, ustedes…
—Nosotros vamos a regresar a Florida —dijo papi—, mi familia siempre ha intentado manipular las situaciones a su antojo, y Reéne y Charlie no son muy distintos, creen que la demanda nos asustó o logró hacer algo…
—Vinieron por esa razón…
—No, vinimos porque Alannah merecía conocerte, le contamos sobre ti, muchas cosas buenas sobre tu juventud, sobre lo popular que eras en la escuela…
—Fuiste la reina del baile de graduación —murmuré—, mami me mostró una foto tuya con tu bonito vestido rojo.
Ella me miró y sus ojos se aguaron.
—La situación no es fácil, Tanya, y el que te dejes manipular lo hace mucho mas difícil.
—Yo…
—Dijiste que querías que fuera feliz, entonces déjame ser feliz con mi mami y mi papi, porque lo soy, ¿o estabas mintiendo?
—No, no mentía, quiero que seas feliz, esa siempre ha sido mi prioridad.
—Entonces deja de decir que me quieres alejar de mis papis, porque eso no me hace feliz.
Ella asintió.
…
Edward
Fueron demasiadas emociones, más de las que esperaba. Alannah había pedido ir a la cama y Bella la llevó para acurrucarse con ella, mientras yo acompañaba a Tanya a su auto, después regresaría y apapacharía a mis dos chicas.
—¿A esto le tenías miedo?
—¿A qué exactamente?
—A no ser lo que ella quiere —sollozó—, íbamos a regresar por ella cuando tuviéramos una mejor vida, eso es lo que te dije, ¿pensaste que ella no nos querría cuando llegara el momento?
—Sí.
—¿No pudiste decirme?
—Es lo que yo sentía, Tanya, decírtelo me hubiera hecho un manipulador, lo hubieras tomado como que intentaba manipularte para conseguir lo que yo quería.
—Si me lo hubieras dicho…
—No podemos cambiar el pasado, pero es cierto lo que dijimos allá arriba, si realmente estás interesada en crear una relación con Alannah, eres más que bienvenida a Florida, si solo es porque ellos te están manipulando… es mejor que dejes a Alannah crecer feliz o no importa cuánto intentemos ser neutrales, vas a ganarte su odio y no seremos responsables de ello.
—Ella ya no me quiere.
—Ella te quiere, solo que no sabe si tú la quieres.
—Se lo he dicho varias veces.
—Alannah es muy inteligente, pero sigue siendo una niña pequeña, su mundo es pequeño, solo la familia y unas cuantas amiguitas, su panorama de las cosas aún es limitado, para ella el amor es darle cariño, atención, escucharla, tratarla como el centro de nuestro universo, en Florida todos lo hacemos, aquí…
—No ha recibido ninguno de esos tratos aquí.
Se recargó contra su auto, estaba por decirle que manejara con cuidado, estaba comenzando a nevar nuevamente y yo tenía que subir las maletas al auto para poder marcharnos del pueblo.
—Creo que aún no estoy lista —dijo abriendo la puerta del auto—, no soy lo suficientemente fuerte para escucharla llamar mami a Bella cuando yo soy su madre, quizás en algún momento pueda aceptarlo, pero no ahora.
—Está bien.
Se rio mientras subía a su auto y se acomodaba.
—Cuando llegaste aquí pensé que podíamos volverlo a intentar, tu madre me dijo que seguías soltero.
—Lo supuse, por eso te dejé en claro que estaba casado.
—Omitiste la parte de que era con Bella.
—Pensé que tarde o temprano Alice te lo diría.
—No lo hizo —bufó para después recargar su cabeza contra el volante—. Quiero no hacerlo, porque creo que aún estoy enamorada de ti, pero en este momento estoy comenzando a odiarte.
—Tanya, ni quisiera te imaginas cuánto detesto estar junto a ti, pero aprendí a ser civilizado.
—Bastardo.
—Me han dicho cosas peores.
Encendió su auto y se alejó del hotel.
Quizás en algún momento Tanya maduraría, o quizás no, pero al menos estaba fuera de nuestras vidas.
¿Review?
