CAPÍTULO 2 – HÉRIDAS
HERMIONA
Al terminar todos volvimos a la madriguera, George, Ron, Harry y yo nos estábamos quedando en el 12 grimmauld place dado que la madriguera y la tienda estaban en reparaciones. Nos despedimos y viajamos con polvos flu a casa, Harry y Ron desaparecieron por las escaleras mientras que la señora Black gritaba a todo pulmón ¡INMUNDICIAS SANGRE SUCIA TRAIDORES DE LA SANGRE LARGO DE MI CASA!. Estaba harta y lanza un silencio sin varita, había mejorado en ello durante la guerra.
- Por Merlín, te lo agradezco Hermione-dijo George.
- Está bien, vamos a la cocina.
Cuando el olor inundo la casa Harry y Ron bajaron las escaleras, la cena fue tranquila. George habló de cómo iban los arreglos en la tienda y el apartamento mientras que Harry y Ron hablaban de los últimos resultados de los Chudley Cannons en la liga de quidditch.
Siento que la guerra me quito una parte de mí, al principio pensé que era solo yo, pero con el tiempo noté las pesadillas de Harry, la manera en que George buscaba a Fred con su mirada en cada momento e incluso el enojo exagerado de Ron. por cada cosa. Abordamos el dolor de formas distintas, pero al final es dolor, la guerra con Voldemort termino y ahora comenzó una más compleja, una guerra contra nosotros mismos, contra nuestros miedos, contra el trauma.
Al terminar la cena George se fue al sótano para trabajar en varios de sus inventos mientras que los demás nos quedamos en la sala, grimmauld place sigue siendo escalofriante, las cortinas y la limpieza ayudan, pero el entorno nunca se siente bien.
- ¡Hermione!
- ¿Por qué gritas Harry?
- Te estamos hablando Hermione-dice Ron.
- Oh, lo siento, ¿Qué sucede Harry?
- ¿Te llego la invitación de McGonagall para volver a Hogwarts para el séptimo año?
- Sí.
- ¿Qué vas a hacer? - Pregunta Ron.
- No lo se chicos, lo estoy pensando ¿y ustedes?
- Hermione no se porque tienes que pensarlo, ya lo sabes todo, no necesitas volver- dice mientras toca mi brazo.
- No Ron, no lo sé todo y de alguna forma Hogwarts siempre ha sido mi hogar, pero no sé si después de todo lo que paso soy capaz de volver- hablo suavemente mientras me alejo con la excusa de estar frente a la chimenea.
- Para mí es una tontería, pero Harry y yo vamos a entrar en el entrenamiento de aurores, Kingsley nos lo ofreció deberías venir con nosotros, siempre estamos juntos, es egoísta de tu parte.
- Ignoro la irritación que me generan su tono y su comentario – Ron yo no quiero pelear más y ya no somos niños, casi somos adultos tenemos que empezar a tomar decisiones por nosotros mismos- miro a Harry para que cambie el tema, pero veo como se sus dedos mueven insistentemente en su cabello y entiendo que está escondiendo algo- ¿Qué ocurre Harry?
- ¿Qué ocurre de qué?- dice nervioso
- ¿Quieres hablar de algo?- insisto.
- Bueno…yo…Mmm…he pensado mucho…
- Ron interrumpe- lo sé, yo también, el entrenamiento va a ser pan comido después de vencer a Voldemort.
- ¿Harry? - Me pregunto para que Ron guarde silencio, su expresión se volvió ansiosa e incómoda.
- Yo…- respira hondo y sigue- no se si quiera ser auror.
- Veo las señales de que Ron esta por empezar su diatriba y pregunto rápidamente - ¿Por qué?
- Quiero tiempo para pensar en lo que quiero hacer.
- No puedo con ustedes dos- dice Ron mientras se levanta y nos fulmina con la mirada- mejor me voy a dormir, descansa Harry, ¿vienes Hermione? - dice tocándome de nuevo.
- No, voy a leer un rato- Ron se fue.
- Tienes que hablar con él- dijo Harry – no sé qué paso, pero él está seguro de que se van a casar en unos meses e incluso cree que van a tener seis hijos y un perro.
- ¿Estás hablando en serio?- dije asustada.
- Si miraras tu cara- dijo mientras se reía de mi- no exactamente pero no está muy lejos de la verdad, tienes que hablar con él.
- Lo sé, pero no quiero hacer que todo sea incomodo, aunque durante la cena tome una decisión y quería contarte.
Veo que Harry se pone nervioso - ¿Qué sucede?
- No es nada malo, yo… voy a buscar a mis padres.
- Eso es maravillosa Hermione ¿Por qué no lo has hecho antes?
- Empiezo a ponerme nervioso y Harry me mira asustado - ¿Hermione, que sucede?, ¿le ocurrió algo a tus padres?
- Harry
- No Hermione, ¿Qué pasa?
- Quiero que me dejes hablar y no es tu culpa, tienes que dejar de culparte por cada cosa que sucedió durante la guerra.
- ¿tus… tus padres están… fueron asesinados? - su voz esta entrecortada.
- No- note como su cuerpo se relajaba, pero también que me iba a interrumpir- Harry escúchame- al notar que su atención se centra vuelvo a hablar- durante el sexto año pensé en mis padres, en que no te iba a dejar y en lo que podía pasarles así que hice un plan.
Los ojos de Harry están llenos de lágrimas - ¿Hermione? –suspiro.
No puedo seguir así que simplemente lo digo-los oblivie.
- ¿What? - su rostro se ve sorprendido y conmocionado.
- No se si puedo recuperarlos, los envié a Australia, siempre fue su sueño vivir allá.
- ¿Miona? - el cambio de mi nombre a mi apodo me hace susspirar.
- Yo lo decidí, quiero intentar revertirlo y en caso de no lograrlo viviré con las consecuencias.
- ¿Por qué?, Harry se levantó del sillón y ahora me mira como si no pudiera entenderlo.
- A la orden no le importaba mi familia, puede que familias como la de Ron no me creen inferior a mí, pero si a las personas sin magia, personas como mis padres. Cuando la guerra inicio la familia de todos fue protegida, los Dursley por la magia de sangre, pero para la mía no hubo nada, mis padres estaban solos.
- Mione no es así.
- Harry no me digas que no, tu no lo notaste, pero esta presente en cada mago que conocemos, no te estoy juzgando, tenias mucho en mente en cada momento, pero eso no cambia el mundo. Arthur Wesley está obsesionado con las cosas muggles, pero cuando habla de ellas siempre lo hace de manera condescendiente como un ser sin magia hablaría de un mono que puede reconocer figuras, solo piénsalo Harry, toma tiempo y lo notaras.
- ¿Cuándo nos vamos?- pregunta decidida.
- ¿Qué quieres decir?
Veo en sus ojos la misma determinación que cuando decidió que iría a buscar los horrocruxes- ¿Hermione cuando nos vamos? , necesitamos dinero y separar un traslador, a no ser que prefieras ir en avión se cómo odias los trasladores- sigue su diatriba mientras yo me encuentro perpleja- necesitamos informar al ministerio australiano para localizar...
- ¡Harry para!- grito.
- ¿What? - pregunta asustado.
- ¿Qué estás diciendo?- pregunto confundida
- No crees que iras sola ¿o sí?
- Harry la situación está mal con Ron, mi plan es hablar con él y que tenga tiempo de similarlo.
- Si, entiendo eso- ahora lo entendí.
- Oh ¿quieres que vayamos juntos, como tú y yo?
- Eso es obvio - dice mirándome con intensidad - ¿Cuándo nos vamos?
- Lo más rápido posible, deseo recuperar a mis padres.
- Entonces solo tengo que ir a Gringotts y hablar con el ministerio, cuando todo esté listo nos iremos.
- Prefiero el avión y se como encontrar a mis padres, puse un rastreador en su foto de bodas- dije para detener su diatriba.
- Oh bien eso es genial, mañana haremos eso, piensa en como hablar con Ron, tendremos que dormir.
- Vi a Harry subir las escaleras de repente freno, me miro y dijo - Hermione, los encontraremos e intentaremos recuperarlos, pero si no sucede…me tienes, somos una familia y jamás estarás sola.
- Me quede en las escaleras viendo cómo se iba y de repente mis piernas parecían no sostenerme, cuando estaba apunto de caer siento los brazos de alguien a mi alrededor, al girarme me encontré con George.
- ¿Cuánto escuchaste?- olía a whisky de fuego.
- Todo- dice George -escuche lo de tus padres, pero no se lo diré a nadie, no te preocupes- siento como George me alza - vamos a tu habitación - dice tratando de ignorar la situación, me deja sobre la cama y sale, antes de cerrar la puerta escucha su voz - Harry tiene razón, sin importa que pase, somos tu familia.
- Estando en la cama pienso en mis padres y el temor de no verlos nunca más, pero siento que el peso que tenia encima disminuye un poco porque sé que jamás estará sola.
Al día siguiente me despierto y noto que me dormí vestida, reviso la hora en mi reloj de bolsillo, eran las cinco de la mañana, probablemente todos estaban durmiendo, el reloj era un regalo mi padre, una herencia familiar que se daba a cada hijo. al cumplir quince años. Bajo a la cocina y hago una taza de té, me siento en la mesa a esperar y leo el mismo libro de herbología que finía leer la noche anterior.
- Hermione – escucha la voz sorprendida de Harry.
- ¿Qué sucede?
- Fui a tu cuarto, pero no estabas, pensé que te habías ido.
- No pude dormir dije mientras movía las manos.
- Ya veo- no quiere intervenir en eso, sabe que es culpa de las pesadillas – iba a tu cuarto por una razón.
- Aaa cuéntame.
- Voy a Gringotts a las siete, ¿quieres venir?
- Me funcionaria porque necesito algunos galeones, pero no se como entrar, perdí mi llave durante la caza.
- Pues hay dos opciones- lo miro fijamente- la primera yo te doy dinero.
- Harry no- digo rotundamente.
- O la prueba de sangre.
- ¿Prueba de sangre? - digo casi escupiendo las palabras.
- Hermione no es así- dice notando hacia donde se dirigen mis pensamientos- a los duendes no les interesa eso- cuando registraste la cuenta se firmo con una pluma de sangre y te dan una llave nueva una vez que comprueben cuál es tu bóveda.
- Oh no lo sabía, mis padres fueron quienes lo hicieron, ¿Cómo lo supiste?
- Después de todo decidí ir a Gringotts para sacar algo de dinero, pero mi llave la tenía Dumbledore, así que también se perdió, así tuve acceso a las bóvedas de mi familia.
-¿Bóvedas? ¿Cómo varias?
- Si, al ser el último descendiente de la línea Potter todas las cuentas que descienden de alguna forma en mi sangre me pertenecen.
- Oh, que bien, ahora todo tiene sentido dije más para mi misma que para que Harry lo escuchara.
- ¿Qué cosa?- pregunto curioso.
- Ah, no, nada- conteste rápidamente.
- Hermione - dijo rígidamente.
- Harry, no se lo que escuche, no tengo contexto.
- ¿Dime que escuchaste?
- Era una conversación entre Molly y Ginny, fui a la madriguera y cuando iba entrando las vi en la sala abrazándose así que me devolví para irme pero escuche tu nombre, en síntesis la conversación giraba en torno a Ginny diciéndole a su madre que tu no le estabas poniendo atención y que no había podido darte nada más porque Kreacher siempre tiraba las tazas, además se quejaba de tu manera de gastar para arreglar Grimmauld Place y su madre le decía que iba a ser la dueña de toda la fortuna Potter, pensé que no tenía sentido porque a pesar de que tu padre tenia dinero tampoco es que fuera multimillonario, parece que Molly sabia más de tus finanzas que tú mismo.
- Lo sabía – el rostro de Harry permanecía impasible mientras que sus ojos eran una historia completamente diferente mostrando dolor, rabia y tristeza.
- Harry, no sabemos si es así, yo no escuche toda la conversación.
- Hermione, durante la caza de horrocruxes pensé mucho en Ginny y la busqué en el mapa del merodeador a pesar de que les dije que no lo había traído, casi siempre estaba con diferentes chicos pero yo no le di importancia, al principio creí que fue porque yo termino con ella pero con el tiempo note que no sabía porque me enamorare de ella. Un día no lo hacia y al siguiente no podía dejar de pensar en ella y durante la caza otra vez nada más allá de estar preocupado por la hermana menor de mi mejor amigo.
- ¿Quieres decir…?
- Si, creo que me dieron una poción durante el sexto año y sabemos que Ginny no tiene tal habilidad en pociones, solo… no quería creer que fuera la señora Weasley y menos por dinero, yo se lo habría dado solo por agradecimiento, ¿crees que los demás... lo sabían?
- No lo sé Harry, no actúes de manera precipitada, confirmémoslo y después miramos que hacer por ahora arréglate e iremos a Gringotts.
- Yo no hare nada... por ahora, veámonos en media hora.
- Fui a mi habitación me puse un jean y un abrigo además de un hechizo de limpieza, revisa que llevaba mi bolso, intenta arreglar mi cabello, pero al ver que no funcionaba simplemente baje a esperar a Harry, para mi sorpresa ya estaba ahí, no sabia como consolarlo así que lo tome de la mano mientras salíamos, al inicio me resulto curioso que no me estremecía con él, pero después de pasar el infierno juntos y volver supongo que es una respuesta obvia.
Nos aparecimos frente al caldero chorriante y entramos al callejón Diagon directo hacia el edificio blanco que habíamos destruido durante la guerra, gracias a la capa de Harry logramos pasar desapercibidos.
Al entrar tuvimos que quitarnos la capa porque los duendes perciben la magia antigua, nos dirigimos al fondo mientras algunas miradas nos seguían por el camino, me pregunto si sabían que era mi idea escapar en el dragón.
- No te preocupes cada vez que vengo me miran así- dijo Harry sintiendo mi incomodidad.
- Aaa, entonces es algo a lo que tengo que acostumbrarme.
- Creo que sí, entramos a su guarida impenetrable, robamos algo y la destruimos, tiene sentido.
- Si lo dices así pienso que es un milagro que no estén pidiendo nuestra sangre- harry se rie.
- Buenos días, me gustaría entrar a mi bóveda, a la señorita también, pero perdió su llave durante la guerra- la seriedad en la voz de Harry me resultaba completamente desconocida.
- Lord Potter que agradable verlo, Ragnok quería hablar con usted sobre la auditoria, ya esta terminada, en cuanto a la señorita puede hacer la prueba de sangre en su oficina, sígame.
- ¿Quién es Ragnok, desde cuando te llevas bien con los duendes y por qué te dice lord Potter? -pregunta mientras seguíamos al duende.
- Me dice lord Potter porque pertenezco y soy la cabeza de la noble y antigua casa de los Potter y antes de que interrumpas no tiene nada que ver con la sangre sino con la existencia de mis ancestros en Gringotts lo que también me da un asiento en el Wizengamot. Son amables después de una importante donación para la reconstrucción y Ragnok era antes compañero de Bill Weasley, pero después de la guerra se convirtió en el jefe de los duendes por la muerte del anterior.
- Que esclarecedor - dije notando como el duende que nos guiaba ponía atención a la conversación y por alguna razón ya no parecía tan molesto por mi presencia.
- Nos dejo frente a una puerta y nos pidió golpear antes de entrar, le agradecí al irse mientras Harry golpeaba la puerta.
- Adelante- la voz venia de la habitación.
-Buenos días Ragnok- dijo Harry.
- Señor Potter, señorita Granger.
- Buenos días - dije, la habitación era un despacho, había muchos libros alrededor que parecían escritos en muchos idiomas, la risa del duende me saco de mi observación.
- Lord Potter tenía razón al decir que se fijaría en libros y no en tesoros- dijo con humor.
- Disculpe.
- Su mirada se poso en los libros y no en las antigüedades que están justo frente a sus ojos, es algo extraño- giro su mirada hacia Harry- podemos ver lo de la auditoria y luego la prueba de sangre de la señorita o los dos al mismo tiempo, como usted quiera.
- Está bien, si a Hermione no le molesta yo estoy bien con que lo hagamos juntos ahorraría tiempo.
- Por mi esta perfecta- dije.
- Muy bien, siéntense, Lord Potter puede revisar que el estado de sus cuentas está congelado por falta de heredero mientras que en el caso de la cuenta Potter se han hecho retiros durante todo el tiempo a nombre de su apoderado.
- ¿Mi apoderado?
- Albus Dumbledore, la orden es que fuera su padrino o quien sus padres designaron en su testamento, pero dicho documento nunca se leyó.
- ¿Qué quiere decir?
- Dada la estancia de su padrino en azkaban, su apoderado decidió que no había necesidad de leer el testamento.
Parecía que habían olvidado mi presencia durante la conversación así que solo miré alrededor un poco más, algunos libros parecían brillar, de repente vi como el duende ponía una hoja de pergamino frente a mí.
- ¿Tengo que firmar con pluma?
- No, con una gota de sangre bastara, por favor, toque su dedo índice con la pluma y luego deje caer una gota de sangre sobre el pergamino.
- Hice lo que me pidió e inmediatamente en el pergamino apareció el nombre de mis padres, pero arriba de ellos aparecieron muchos nombres que no conocía.
- Extraño e interesante- dijo Ragnok.
- ¿Qué ocurre? - mire el pergamino, pero no entendía lo que quería decir.
Madre: Principal Casa Rosier - heredero
Casa Gamp - heredero
Casa Blishwick – heredero
Padre: Casa Dagwort- Granger – heredero con parientes vivos
Casa Burke – heredero
Casa Ravenclaw – heredero
- Son las casas a las que pertenece su linaje, es igual o incluso más antiguo que el de Lord Potter.
- Pero mis padres hicieron la prueba de sangre para crear la cuenta- dije confundida.
- Sus padres eran squibs, no tenían magia suficiente para que el linaje antiguo los eligiera.
- ¿Qué quiere decir con elegir?
- Cuando una casa antigua se queda sin herederos la magia espera hasta encontrar a alguien que tenga, aunque sea una gota de su sangre y que considere virtuosa para su casa, a excepción de la casa Dagwort-Granger de la cual ya es heredera, aunque la matriarca sigue viva, usted señorita es dueña de la herencia de las otras casas.
- Mis padres eran squibs - dije para mí misma y miré a Harry, pero estaba llorando – Harry ¿Qué sucede?
- Hermione- tenía los ojos desbordándose de lágrimas, me acerque a su lado y al notarlo se abrazó de mi cintura y lloro.
- Harry ¿Qué sucede, te ultimo? - se separó de mí y me miro mientras llevaba mi mano a su pecho- duele aquí Hermione, duele mucho.
- Esta bien, lo que sea lo arreglaremos, respira, tú puedes Harry, nunca estarás solo-mis ultimas palabras parecieron tener efecto después de unos minutos me soltó, se enderezo, se limpió las lágrimas- por favor siéntate.
- Si, ¿Qué ocurre? - dije al sentarme de nuevo- Harry se dirigió hacia Ragnok- esto…- su garganta carraspeo- ¿esto es correcto, no hay ninguna duda?
- No, Lord Potter, la información es correcta.
- Ya…- me miro- Dumbledore saco grandes cantidades de dinero de mi bóveda desde la muerte de mis padres al parecer para uso personal pero también había retiros mensuales que iban a la bóveda de Molly Weasley, además de un contrato matrimonial que no se alcanzó a completar con Ginny Weasley donde yo cedía el 80% de mi fortuna en caso de divorcio y durante el matrimonio le daba total libertad para cualquiera de mis bóvedas. Hermione, la fortuna de mis padres esta casi desaparecida al igual que varias de sus cosas personales como el anillo de matrimonio de mi madre.
- Harry lo lamento mucho- me arrodille y lo abrace mientras las lágrimas venían a sus ojos, estaba furiosa, haría que se arrepintieran.
- Hermione ¿crees que los demás lo sabían?
- No se Ginny, pero Arthur, Charles, Bill, los gemelos, Ron e incluso Percy no lo habrían permitido si lo supieran.
- Ya no sé, Hermione, no entiendo- me miro por un momento y luego noto que Ragnok nos vio todo el tiempo se enderezo y carraspeo - lo resolveremos en otro momento- ¿ya puedes entrar a tu bóveda?
- Bueno, al parecer no sabia algunas cosas- puse el pergamino frente a sus ojos, lo leyó y levanto su rostro asombrado.
- ¿Tus padres eran squibs?
- Al parecer sí.
- ¿Nunca te lo dijeron?
- No sé si lo sabían, recuerdo cuando recibí mi carta, para ellos fue una sorpresa, no sabían nada del mundo mágico.
- Si me permiten interrumpir a la señorita - dijo Ragnok- en las familias mágicas antiguas como las suyas cuando se descubría que el heredero era un squib era una tragedia, por ello se les obliviaba de todo aquello que tenía que ver con la magia y eran enviados al mundo muggle, tal vez por eso sus padres no lo recordaban.
- Es muy gracioso que dos squibs se encontrarán en el mundo muggle y se casarán- dijo Harry con humor.
- En realidad, Lord Potter eso es común, los squibs tienen magia, el problema es que es muy poca y no pueden usarla, pero la magia dentro de ellos los acerca a aquellos que tengan un alma afín, por eso los padres de la señorita Granger se encontró incluso en el mundo muggle.
- Es increíble- dijo Harry mientras me miraba.
- Yo estoy confundida- me dirigí a Ragnok- por ahora necesito entrar a la bóveda Granger con el resto lidiare después, gracias por todo.
- Si deberíamos irnos, Ragnok, es un placer verlo, nos veremos en el futuro para hablar sobre esto, buen día.
- Entendido Lord Potter, también tengo que saber si presentara cargos a la señora Molly Weasley dado que las transacciones fueron ilegales.
- Ahora no lo sé, pensare en ello- una dureza e indiferencia forzada cruzo sus rasgos.
- Entendido, buen día señorita Granger.
- Buen día, gracias por todo.
CAPITULO TERMINADO, EN LOS PROXIMOS CAPITULOS EMPEZAREMOS A VER LA HISTORIA DESDE LA PERSPECTIVA DE OTROS PERSONAJES.
