Hola todos, estoy de vuelta con un nuevo capítulo de está bella historia. En un principio sería un one shot, pero, mientras pensaba en nuevas ideas para otra participación de la dinámica navideña se me ocurrió darle continuidad relatando parte de la boda y la luna de miel. Ahora es un bello two-shot, el cual espero sea de su agrado.

Gracias por sus bellos comentarios, como les dije anteriormente, era la primera vez que escribía un lemon, y tenía duda si dejarlo borrarlo, pero me alegra no haberlo quitado.

Invitado 1: Me alegra que te haya gustado. Soy de la idea de que este par, en cualquier universo, siempre tendrán una bella conexión y un amor inquebrantable.

Rosa Taisho: Que te puedo decir, Inuyasha es todo amor cuando se trata de su bella Kagome, y claro que tenía que sorprenderla de la mejor manera posible. Sea como sea, ¿Quién podría decirle que no a tremendo monumento de hombre? Jajaja. Y el lemon tenía que ser perfecto para sellar completamente el Compromiso. Me alegra que te haya gustado.

Invitado génesis: Gracias por darle una oportunidad a esta pequeña historia, ojalá este segundo capítulo también te guste.

Rocío K. Echeverría: Como escritores (aunque sea novata jeje) lo que se busca es que los lectores puedan sentir las emociones de cada uno de los personajes. El que me digas que lograste captar todo eso en este humilde escrito me llena de felicidad, pues de alguna manera se que voy por buen camino. También pienso que la Navidad es muy emotiva, por eso, este segundo capítulo vuelve a centrarse en esta hermosa fecha.

Susanisa: Gracias por leer. De hecho, si no mal recuerdo fuiste la primera que leyó mi primer one shot con motivo del día de las madres. De no ser por tu Review habría renunciado a seguir escribiendo. Gracias por eso.

Shikon de Oz: Amigo, gracias por tus palabras. A veces pienso que me pierdo un poco al redactar mis historias, pero trato de dar lo mejor de mi para que sea algo lindo y coherente. El que consideres que escribo genial, me llena de orgullo.

Gracias infinitas también a quienes agregaron a favoritos y siguen está sencilla historia.

Ahora sí, aquí les traigo el segundo capítulo, ojalá llene todas sus expectativas.

ADVERTENCIA: No está demás decir que contiene lemon.


CAPÍTULO 2: SR. Y SRA. TAISHO

Narra Inuyasha

Un año después del compromiso

24 de diciembre de 2023

11:50 am

Si me dieran a elegir un momento de mi vida en el que más fui feliz, simplemente respondería que en todos en los que he estado junto a Kagome. Y por supuesto que hoy, no podía ser la excepción: el día de nuestra boda.

Aquí estoy, en la iglesia, nervioso y ansioso, esperando a que Kagome camine por el pasillo hacia mí. Mis manos están demasiado inquietas, jugueteando con el pequeño papel que sostengo; observo el reloj constantemente, como si mirarlo acelerara el tiempo. La ansiedad me estaba carcomiendo por dentro, y es que no me dejaron verla porque "es de mala suerte ver a la novia antes de la boda". Las madres y sus supersticiones.

Miroku se acercó a mi al notar mi nerviosismo y colocó una mano reconfortante en mi hombro tratando de animarme.

-Tranquilo, Inuyasha. Kagome está por llegar, y todo saldrá perfecto-. Respiré hondo, sonriendo con aparente calma ante sus palabras.

Aún así, necesitaba distraerme de alguna forma, así que desvié la mirada hacia la decoración de la iglesia: flores blancas y detalles elegantes, con un ambiente solemne y festivo a la vez. En este instante, la melodía suave del órgano interpretando la marcha nupcial marcó la entrada triunfal de Kagome. Los invitados se giraron para admirarla, y yo, hipnotizado por su belleza, vuelvo la mirada hacia el pasillo central. Cada paso que daba hacia mí era como un compás que marcaba el ritmo de nuestro compromiso, y mi corazón latía al unísono con esa melodía.

-Prepárate para el momento más mágico de tu vida, amigo -Miroku palmeó mi hombro, y pude sentir la emoción crecer dentro de mí.

A medida que Kagome avanzaba por el pasillo, su sonrisa se encontró con la mía. El mundo a nuestro alrededor se desvaneció, y solo podíamos existir nosotros dos en este momento único y significativo. El camino que recorrimos desde el compromiso hasta este día se reflejaba en nuestras miradas, reafirmando el amor que nos unía día con día.

-Pequeña, estas hermosa. -le susurré mientras se acercaba, y sus ojos brillaron con gran emoción.

-Tu también te ves muy apuesto, amor. -respondió con dulzura.

Los dos giramos hacia el altar, listos para comenzar este nuevo capítulo de nuestra vida juntos. El nerviosismo que sentía se transformó en una serena certeza de que estábamos destinados a compartir todos los momentos de nuestras vidas, superando juntos los desafíos y celebrando las alegrías.

-Hermanos, -el sacerdote dio inicio con el tan esperado enlace- estamos reunidos en esta sagrada ocasión para celebrar la unión de dos almas destinadas a compartir el viaje de la vida juntas. Inuyasha y Kagome, han llegado a este sagrado lugar con la intención de unir sus vidas en matrimonio…

Cada palabra que expresaba el sacerdote, me hacía recordar todos los momentos que había pasado junto a ella desde que la conocí: en cómo logramos vencer los obstáculos y estereotipos que quiso imponer la sociedad por nuestra relación; discusiones por cosas irracionales; nuestras reconciliaciones pasionales; caminos compartidos llenos de risas y lágrimas; y sobre todo, en cómo habíamos construido un amor que resistió el paso del tiempo y las pruebas de la vida.

-Inuyasha Taisho, ¿aceptas a Kagome como tu legítima esposa, serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, amarla y respetarla todos los días de tu vida? -Las palabras del sacerdote resonaron como un eco en mi corazón, recordándome la importancia de este compromiso sagrado.

-Si, acepto -respondí con gran seguridad.

-Kagome Higurashi, ¿aceptas a Inuyasha como tu legítimo esposo, serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?

-Si, acepto -respondió con la voz temblorosa debido a la gran emoción.

En este instante, el peso y la solemnidad de las promesas que estábamos haciendo fueron evidentes, y sentí la responsabilidad y el honor de ser el guardián del amor que hemos construido.

-Que estas promesas que han hecho hoy perduren para siempre en sus corazones. Que cada día de sus vidas sea un recordatorio del compromiso que están haciendo hoy. Que cada risa compartida, cada lágrima consoladora y cada desafío superado fortalezcan los lazos que están creando en este momento. Ahora, en virtud de la autoridad conferida por Dios y la ley, los declaro marido y mujer. Inuyasha, puedes besar…

No dejé que terminara la frase. Abracé a Kagome con fuerza y le di un dulce y tierno beso. Nuestros labios se encontraron en un gesto cargado de amor, sellando no solo el acto ceremonial, sino también la promesa eterna que acabábamos de hacer el uno al otro. La iglesia se llenó de aplausos y alegría, mientras nos perdíamos en ese momento único que marcaba el comienzo de nuestra nueva vida juntos.

…..

Horas más tarde, llegamos al aeropuerto en compañía de nuestras familias y amigos. Debido a la fecha navideña, tomamos la decisión de dejar la celebración para otra ocasión y optamos por emprender un viaje especial como recién casados.

-Cuídala más que a tu vida, perro sarnoso -La voz de Koga, con su característico tono desafiante, rompió el aire mientras nos despedíamos en el aeropuerto. Una sonrisa juguetona se formó en mi rostro, y asentí en respuesta a su comentario.

-No te preocupes, lobo rabioso. Nada le pasará a mi esposa -respondí con confianza, agradeciendo la amistad y la lealtad que compartimos a pesar de nuestras diferencias.

-Estoy seguro de eso -dijo con más calma-. Mi hermosa prima queda en buenas manos.

Nos despedimos de toda la familia entre felicitaciones y abrazos, tanto por la boda como por la Navidad; después de todo, sería la primera vez que pasaríamos lejos de ellos en esta fecha tan significativa. También aproveché para dar algunas recomendaciones a Miroku, ya que se quedaría a cargo de la empresa durante todo el mes, mientras estaba de luna de miel con mi ahora esposa.

Abordamos el avión, ansiosos por comenzar nuestra nueva aventura. En el interior, el ambiente festivo del periodo navideño se reflejaba en la decoración del avión y en la amabilidad del personal de vuelo. Buscamos nuestros asientos, y mientras nos acomodamos, intercambiamos miradas llenas de emoción y expectativas.

Mientras disfrutábamos del vuelo, una azafata se acercaba a todos los pasajeros para ofrecer alguna bebida; cuando llegó a nuestros asientos, me miró sonrojada y sonrió coquetamente, ignorando totalmente a Kagome.

-Hola. ¿Te ofrezco algo de tomar? -preguntó mientras me guiñaba un ojo.

-Solo un vaso de agua -dije sin prestarle atención a su coquetería.

-Aquí tienes guapo. -Extendió el vaso hacia mí.

Kagome carraspeó ante la mirada atónita de la azafata. Pensé que podría reaccionar de manera más directa, pero, para mi sorpresa, simplemente tomó el vaso.

-Disculpa, también quiero un vaso con agua. -intervino de manera sarcástica.

-Claro, pero… -la azafata intentó explicarse, pero Kagome la interrumpió de inmediato.

-A mi esposo no le molesta que tome su vaso, ¿verdad, guapo?

Traté de ocultar la risa que me provocó el comentario de Kagome. La azafata, por otro lado, lucía pálida, y era evidente que la situación no salió como ella esperaba.

-Estamos en nuestro viaje de luna de miel, -dijo poniendo su mano peligrosamente cerca de mi entrepierna- así que si nos disculpas, necesitamos descansar. Nos espera una larga noche de sexo desenfrenado. -Hizo énfasis en la última frase y me dio un beso apasionado.

Disfrutamos de aquel beso, dejando claro a la azafata que perdía su tiempo conmigo. Con una reverencia, se disculpó y se retiró, dejándonos a Kagome y a mí sumidos en la intimidad del momento; de no ser porque nos encontrábamos en el avión, me habría lanzado sobre ella para hacerle el amor en ese mismo momento. Después de terminar el beso, comencé a reír.

-¿Qué es lo gracioso? -preguntó Kagome con un dejo de molestia en su voz.

-Que mi bella esposa ya comienza a marcar territorio -bromeo para después darle un suave beso en la mejilla

-Solamente le dejo en claro a unas cuantas personas que eres sólo mío, incluso a 30,000 pies de altura. -Expresó con orgullo.

Me encantaba la forma tan segura de Kagome. Después de nuestro compromiso, se olvidó de todos sus miedos e inseguridades sobre si lograba encajar o no en mi mundo, como ella solía decir. Lo más importante para nosotros fue y será por siempre cuidar de nuestro amor.

Continuamos disfrutando del vuelo, compartiendo risas y miradas cómplices. El trayecto nos llevó a una ciudad costera cerca de Tokio, un destino elegido para nuestra luna de miel. Al aterrizar, nos sumergimos en la suave brisa nocturna y el resplandor de la luna que acariciaba la playa.

Nuestro hotel, ubicado frente al mar, nos recibió con una vista impresionante y una habitación decorada con pétalos de rosas. El cielo nocturno adornado por la luna y las estrellas, creaba un ambiente romántico perfecto para nuestra primera noche como esposos.

-El lugar es hermoso -dijo Kagome desde el balcón de la habitación.

-Pero no más que usted, Sra. Taisho.- La abracé por detrás y comencé a besar su cuello

-Sr. Taisho… -dejó escapar un suspiro de su garganta, lo que provocó un cosquilleo en cierta parte de mi cuerpo-. Le recuerdo que debemos bajar a cenar. -Dejó caer la cabeza hacia atrás.

-Prefiero cenarte a ti, pequeña. -La giré para quedar frente a frente. Posó sus brazos sobre mi cuello y mordisqueó su labio inferior.

-Esa idea me agrada más.

Nos besamos apasionadamente, y nuestras caricias desesperadas no se hicieron esperar. Las manos de Kagome se colaron bajo mi camisa, mientras mis manos se posicionaban sobre su perfecto y redondo trasero. Caminamos con dificultad hacia el interior de la habitación hasta que chocamos con una pared. Con gran agilidad se deshizo de mi camisa y acarició mi torso desnudo hasta llegar a la orilla del pantalón.

-Pequeña… eres tan jodidamente sexy... -dije entre jadeos

Ella sonrió con un brillo lujurioso en sus ojos. Sin apartar su mirada de la mía, desabrochó mi cinturón seguido del pantalón, liberando mi miembro; se arrodilló frente a mí y pasó su lengua en una larga lamida desde la base hasta la punta, para después introducirlo en su boca y comenzar a chupar lenta y tortuosamente. Cerré los ojos apoyando mi cabeza en la pared, el placer que me estaba dando Kagome con ese sexo oral era indescriptible y me estaba nublando la razón; abrí los ojos de golpe cuando sentí que introdujo mi miembro en su boca hasta donde pudo y el resto lo compensó con su mano.

-Kag… nena… no puedo… ah… -Los gemidos provocados por el placer no me permitían hablar.

Sentí mis piernas flaquear y me apoyé más a la pared. Kagome, por su parte, soltó mi miembro y se enfocó en pasar su lengua por la punta con delicadeza. Esta mujer me estaba llevando al cielo; amaba cuando ella tomaba el mando de la situación. Sin embargo, no podía permitir que ella no disfrutara del placer que yo podría brindarle, así que sin pensarlo más, la tomé del brazo y la levanté, pegando mi boca a la suya en un beso desesperado; la levanté por la cadera, hice a un lado sus bragas y la penetré de una sola estocada. Kagome enredó sus piernas alrededor de mi, permitiendo más profundidad a mis embestidas; aceleré mis movimientos hasta que explotamos en el primer orgasmo de la noche. Nuestros gritos al unísono, resonaron en toda la habitación.

La recosté en la cama y nos deshicimos de la ropa que nos estorbaba. Era mi turno de subirla a la cima del cielo. Me subí a horcajadas sobre ella y lamí sus pechos intercaladamente, disfrutando de sus duros pezones mientras con mis manos acariciaba el resto de su cuerpo. Bajé hasta su centro y lamí desde su entrada hasta su clítoris; en respuesta arqueo su espalda, apretando las sábanas entre sus manos y gimiendo con gran intensidad.

-Inu… Inuyasha

Gritó cuando la penetré con mi lengua y daba atención a su clítoris con mi dedo pulgar. Después de un rato, subí hasta su boca, fundiéndonos de nuevo en un beso desesperado; mi miembro rozó con su entrada, y sin previo avisó, entré en ella de una sola embestida. Me moví con rapidez y nos perdimos en el vaivén de nuestros cuerpos; la pasión desbordada en ese momento era como una sinfonía de emociones intensas que lograban expresar todo el amor y la pasión que nos unía aún más. El tiempo parecía detenerse mientras nos entregábamos el uno al otro.

-Joder, Kag… me vuelves loco. -dije con voz enronquecida por el placer.

-Sigue Inu… quiero más

Tomé sus piernas, las pasé alrededor de mi cintura y giré para dejarla sobre mi. Comenzó a moverse majestuosamente, y su estrechez abrazaba placenteramente mi miembro. Puse mis manos sobre sus caderas y la ayude a moverse a un ritmo acelerado. Se recostó más sobre mi cuerpo; sus pechos quedaron a la altura de mi rostro, disfrutaba verlos moverse al ritmo de nuestros movimientos; no dudé en volver a lamer sus perfectos pechos y perderme en la suavidad de su piel.

Cada uno de nuestros encuentros eran más intensos que el anterior; habíamos aprendido a conocer la zona más sensibles de nuestros cuerpos, lo que nos gustaba y lo que no. La conexión que había entre nosotros se profundizaba aún más con cada movimiento coordinado, como si estuviéramos danzando en un ritual de amor. En ese momento, no existía nada más que el lazo inquebrantable que nos unía.

Nuestros cuerpos entrelazados, los movimientos más acelerados y la melodía que componían nuestros gemidos, nos llevaron a explotar en un intenso orgasmo compartido. Kagome se dejó caer sobre mi cuerpo, la abracé con ternura, acomodé unos mechones de cabello detrás de su oreja y besé su frente empapada por el sudor. Nuestros cuerpos temblaban, producto del éxtasis que acabábamos de alcanzar, y nos sumergimos en la calidez de la intimidad compartida, abrazados y envueltos en la complicidad de nuestro amor.

-Después de todo, tenías razón, nena. -dije después de que nuestra respiración volvió a la normalidad.

-¿Razón en qué? -preguntó curiosa mientras delineaba mi rostro con su dedo índice.

-Sobre tener una larga noche de sexo desenfrenado. -Respondí con una sonrisa, disfrutando de la caricia de su dedo en mi rostro. -Y eso que apenas estamos empezando.

Kagome soltó una carcajada al recordar el incidente con la azafata en el avión, y me dio un suave golpe en el brazo.

-Eres un tonto. -Sonreí y la abracé más fuerte contra mi cuerpo.

-Y tú una celosita -dije mientras juntaba nuestras frente.

-Tengo que defender lo mío -dijo de forma coqueta pero demandante.

-¿Así que soy tuyo? -pregunté divertido.

-Completamente, y en todos los sentidos. Así como yo soy tuya para toda la vida.

Volvimos a besarnos para, nuevamente, dar rienda suelta a nuestra pasión. De pronto el sonido de unos fuegos artificiales nos llamó la atención. Eran las 12 de la noche, lo que daba paso a la hermosa Navidad. Los fuegos artificiales iluminaban el cielo nocturno con destellos de colores brillantes y explosiones de luz dorada que se entrelazaban con destellos plateados, creando una hermosa vista que reflejaba la alegría y la magia navideña. El sonido resonante de los fuegos artificiales se mezclaba con la suave brisa marina, mientras nosotros envueltos en una sábana, abrazados en el balcón, nos maravillábamos ante el espectáculo que anunciaba el inicio de nuestra primera Navidad como esposos.

-Feliz Navidad, Sra. Taisho -le susurré al oído y ella sonrió.

-Feliz Navidad, Sr. Taisho.

Los últimos fuegos artificiales resonaban en el cielo, mientras nosotros nos fundimos en un suave y delicado beso, que de nueva cuenta, se volvía apasionado y desesperado. La cargué entre mis brazos y la llevé a la cama. La habitación se impregnó de una mezcla de amor y pasión, y me sentí agradecido por cada momento compartido con Kagome. La luna y las estrellas en el cielo nocturno fueron testigos silenciosos de nuestro amor.

Así, en la quietud de la noche, nuestro viaje de luna de miel alcanzó su cima, marcando el comienzo de una nueva etapa llena de promesas, risas compartidas y, sobre todo, un amor que seguiría creciendo con cada amanecer.


Muchas gracias a todos los que llegaron hasta aquí.

Solo me resta decir que con este capítulo, concluye mi participación en la dinámica navideña, y nos seguiremos leyendo en futuras historias que pueda publicar.

Este fic participa en dos dinámicas #fantasia_invernal de la página 𝐌𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐅𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐬 𝐈𝐧𝐮𝐲𝐚𝐬𝐡𝐚 𝐲 𝐑𝐚𝐧𝐦𝐚 y la dinámica navideña de las páginas unidas

Franimoonlight

Kayla – Fanfics de Inuyasha

Cin-Fanfics

RosTai Fanfics InuKag

La perla de Shikon